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Ella apareci en mi vida una noche de verano, sin previo aviso, de repente se fue introduciendo en mi vida, todo desde

aquella primera vez, que me atraves el corazn con sus ojos verdes inmaculados.

La primera vez (real)

Ella, en plena pubescencia, cuatro aos ms joven, apenas prestaba atencin a lo que se estaba gestando a su alrededor. Poco a poco nos fuimos conociendo, pasando por diferentes etapas que el destino nos brindo, primero como simples conocidos con una persona en comn, luego vecinos, para luego pasar a ser ciber-amigos por wasap, y finalmente completarnos y llegar a lo que hoy somos. La vida se pona de nuestro lado, y rpidamente tuvimos la suerte de conocernos mejor, una primera cena, nuestro primer beso en el aparcamiento que aun recuerdo como si fuera hoy. Ella, a pesar de tener veinte aos, aun en era impber. Nuestros encuentros, an eran efmeros, pero clidos y cada vez gozaban de una mayor intensidad. Hasta el da D. Su momento D, nuestro momento D como pareja. Convenimos en encontrarnos en mi piso que tena alquilado junto con un compaero laboral. Estbamos solos, ya que el compaero se encontraba de vacaciones junto a su pareja. Entonces, despus de una breve conversa, nos besamos apasionadamente, con sensualidad. Sin duda volva a ser uno de nuestros momentos trridos, y de repente tus manos comenzaron a recorrer libremente mi cuerpo, nos abrazamos en la cama, poco a poco y sin apenas advertirlo, nos desnudamos, y nos encontramos, frente a frente, con nuestros cuerpos desprovistos de indumentaria alguna. Entonces llego el momento anhelado. El momento ms bonito, el que cualquier pareja debera tener en su haber. Nos unimos, nos fusionamos, nos fundimos en un solo cuerpo. An tengo reminiscencia de aquel momento, como si de ahora se tratase. Tu olor, tu suave tacto, tus pechos turgentes, el dulce sabor de tu sexo. Todo fue fantstico.

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