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EDITORIAL

Alguna vez pudimos apreciar detenidamente el movimiento de las nubes y su misterioso pacto con el viento que guan las aguas de los ros y lagos por caminos de siglos y siglos, un paisaje que nunca fue el mismo y que segundo a segundo fue cambiando y al mismo tiempo provocando la misma sensacin a sus visitantes? Concebir una sincera alegra al ver una planta crecer y florecer, admirar y envidiar la vida sencilla y duradera del viejo roble que alguna vez viramos en nuestras vidas. Contemplar atentamente como se da la vida en cada instante segundo a segundo, el volar de las aves, el correr de los mamferos, el nadar de los peces... y es que solo cuando miramos mas a all de nuestros ojos y sentimos con los dems sentidos, podemos comprender que nunca estuvimos solos y que nunca fuimos mejores que ninguna especie. Los animales y plantas conocen de algo que nosotros como especie humana hemos olvidado profundamente, un conocimiento que ninguna ciencia podra demostrar y explicar, mas un hombre sencillo, con vida sencilla y sin ideas vanas, podra llegar a comprender perfectamente lo que significa tal conocimiento. Solo comprendiendo el sentido de dicha palabra se puede cuidar, proteger y ser parte de la evolucin de la naturaleza. Esta palabra abrira muchas mentes, que cerradas en el tiempo y el espacio crean grados, poder, ciencias, guerras, leyes, protestas, hambre, violencia y dems cosas al que los hombres llamaron la vida que quisieron tener. Y esta palabra se llama HOGAR, solo comprendiendo que el mundo forma parte de nosotros, abriremos nuevamente nuestra mente, como quien sale de su casa cada maana y mira el cielo, las nubes , el viento y misterioso pacto entre ros y lagos que guan sus aguas siglo tras siglo. Este mundo es nuestro Hogar, admira el medio ambiente que te rodea y comprende lo que los dems seres comprendieron esto hace miles y miles de aos, para vivir de verdad.

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