Está en la página 1de 1

Hachiko Eh, Hachiko! Da tras da sentado en el parque de la estacinEsperas a tu amo? Est claro que no.

Te preocupaste demasiado de que no te abandonar aquel da fatdico. Cmo lo supiste? Por eso me pregunto que te mova a volver una y otra vez al parque de la estacin. Quiz an podas oler su colonia en las pisadas borradas por la lluvia. El tintineo de sus llaves en el bolsillo an retumbaba en los cristales de la cafetera. Acaso el velo de su sombra todava acariciaba las vas del tren? Por qu te negabas a aceptar la realidad conocindola tan bien? No estaras mejor con unos nuevos amos, jugando quiz con sus hijos, viajando con ellos y conociendo tierras y olores. Ay perro, qu te pasa. Eres muy testarudo. Quieres cambiar las cosas, sabiendo que no puede ser. Le aoras tanto que prefieres renunciar a esta vida perra. O es que no hay vida sin l. Ay perro, perrito, que te voy entendiendo. l era tu sol y tu maana, tu da y tu sonrisa perruna nacan y moran con los juegos y las caricias de tu amoHachiko, dime, el cielo de los perros est aqu en la tierra, verdad; junto a sus amos.

También podría gustarte