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CREACIN DEL MUNDO (MITOLOGIA MAPUCHE)

En la tierra no haba nada. Un espritu poderoso viva en el aire y aplast a los de menos poder que se rebelaron, convirtindolos en montaas y volcanes, y a los arrepentidos en estrellas. Para que habitara en la Tierra del Poderoso, transform en hombre a un espritu que era hijo suyo, el cual al caer qued aturdido. La madre del joven sinti pena y para mirarlo abri en el cielo una ventanilla por donde asoma su cara plida. El Poderoso tom una estrella y convirtindola en mujer le orden que fuera a acompaar a su hijo. Esta, para llegar hasta el joven, tena que caminar a pie. Para que no se lastimase, el Poderoso orden que a su paso crecieran las hierbas y flores. Ella jugaba con stas y las transformaba en aves y mariposas. Y despus que pasaba, la hierba que su pie haba tocado se converta en selva gigantesca. El joven y nia se juntaron y unidos hallaron que el mundo era ms bello. En el da, el Poderoso los miraba por su ventana redonda y era el Sol. En la noche, era la madre del joven la que abra, el ventanuco y mostraba su rostro plido: era la Luna.
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CREACIN DEL MUNDO (MITOLOGIA MAPUCHE)


En la tierra no haba nada. Un espritu poderoso viva en el aire y aplast a los de menos poder que se rebelaron, convirtindolos en montaas y volcanes, y a los arrepentidos en estrellas. Para que habitara en la Tierra del Poderoso, transform en hombre a un espritu que era hijo suyo, el cual al caer qued aturdido. La madre del joven sinti pena y para mirarlo abri en el cielo una ventanilla por donde asoma su cara plida. El Poderoso tom una estrella y convirtindola en mujer le orden que fuera a acompaar a su hijo. Esta, para llegar hasta el joven, tena que caminar a pie. Para que no se lastimase, el Poderoso orden que a su paso crecieran las hierbas y flores. Ella jugaba con stas y las transformaba en aves y mariposas. Y despus que pasaba, la hierba que su pie haba tocado se converta en selva gigantesca. El joven y nia se juntaron y unidos hallaron que el mundo era ms bello. En el da, el Poderoso los miraba por su ventana redonda y era el Sol. En la noche, era la madre del joven la que abra, el ventanuco y mostraba su rostro plido: era la Luna.

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