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As dice el texto que recogi la periodista Rosa Miram Elizalde y Luis Bez: No voy a traicionar mis orgenes No Voy

a traicionar mi infancia de nio pobre en Sabaneta. Inmediatamente despus que enterramos a la abuela Rosa Ins, en enero de 1982, me fui para casa de Adn y all, en la noche, junto a una lamparita que l tena en su pequeo estudio, escrib un poema dedicado a ella. Me sali de un tirn. Fue una especie de juramento ante Rosa Ins, una memoria que es para m sagrada: Quizs algn da, mi vieja querida, dirija mis pasos hacia tu recinto. Con los brazos en alto y con alborozo coloque en tu tumba una gran corona de verdes laureles. Sera mi victoria, sera tu victoria, y la de tu pueblo y la de tu historia. Y entonces, por la Madre Vieja volvern las aguas del ro Bocon, como en otros tiempos tus campos reg, y por sus riberas se oir el canto alegre de tu cristofu y el suave trinar de tus azulejos y la clara risa de tu loro viejo. Y entonces, en tu casa vieja tus blancas palomas el vuelo alzarn. Y bajo el matapalo ladrar Guardian, y crecer el almendro junto al naranjal. Y tambin el ciruelo junto al topochal y los mandarinos junto a tu pial y enrojecer el semeruco junto a tu rosal

y crecer la paja bajo tu maizal Y entonces, la sonrisa alegre de tu rostro ausente, llenar de luces este llano caliente y un gran cabalgar saldr de repente. Y vendrn los federales con Zamora al frente, y el catire Pez con sus mil valientes, las guerillas de Maisanta con toda su gente. O quiz nunca, mi vieja, llegue tanta dicha por este lugar Y entonces, solamente entonces, al fin de mi vida, yo vendra a buscarte, Mam Rosa ma, llegara a la tumba y la regara con sudor y sangre, y hallara consuelo

en tu amor de madre
y te contara de mis desengaos entre los mortales Entonces, abriras tus brazos y me abrazaras cual tiempo de infante y me arrullaras con tu tierno canto y me llevaras por otros lugares a lanzar un grito que nunca se apague.

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