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Sobre un inaccesible acantilado, muy por encima del Mar de Diamantes, se encontraba el esqueleto negro, sentado en el borde del abismo, contemplando el plido rostro de su amiga, la Luna llena.
Sin utilizar voz alguna, el esqueleto negro comenz a hablar: Hola Luna, bonita noche! verdad? Todas lo son, amigo esqueleto. Me gustara preguntarte una cosa: Cmo soportas estar ah arriba, siempre sola, sin nadie que te acompae? Nunca estoy sola, amigo esqueleto, millones de estrellas me acompaan siempre. Pero estn demasiado lejos, casi no las puedes ver! Amigo esqueleto, slo as es posible nuestra amistad, pues de otra forma, si estuviesen ms cerca, su brillante luz me cegara y su energa me abrasara. Es mejor as. Y t?, no sientes nostalgia por la carne que acariciaba tus huesos?, no te sientes solo, amigo esqueleto? Estoy muerto, Luna, no puedo sentir nada, slo recordar lo que era sentir cuando la fuerza de la vida recorra mi cuerpo y estremeca mi carne, carne de la que llegu a renegar, por no saber soportar las alegras y tristezas que sta
generaba. Inmensa es la red de la ignorancia que cubre a los vivos, siendo los que ms luchan por zafarse de ella los que ms atrapados, al final, se encuentran!
Ahora slo puedo sentir lo que no existe, cuyo nombre carece de sentido, pues nada significa: vaco, el peor de los estados imaginables. Ningn vivo puede experimentarlo; si as pudiera ser, aunque fuese durante un solo segundo, toda vida sera, desde ese momento, sinnimo de felicidad hasta su extincin. Qu ignota tragedia la suya! Comprendo todas tus palabras, amigo esqueleto, pero no siento ante ellas ninguna emocin. Yo tampoco, Luna, pero mis huesos, a pesar de su antigedad, siguen siendo humanos, y estas palabras as expiran por su propia voluntad. Qu curioso... Luna, las palabras que intercambiamos no contienen emociones. As es, amigo esqueleto, slo son reminiscencias de algo que desconocemos. Entonces... Qu podemos hacer, Luna? (....) Esperar, tal vez? No lo s, amigo esqueleto, no lo s