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Como ocurre con frecuencia, la medicina convencional desconoce las causas del
fibroma o mioma.
Por esta razón, tales fibromas suelen desarrollarse en mujeres mayores de 30 años de
edad, como se menciona el siguiente artículo: "La mayor incidencia ocurre entre los
35 y los 49 años de edad, pero aproximadamente un 20% de las mujeres presentan
miomas entre los 20 y 30 años, un 30% entre los 30 y 40, y un 40% entre los 40 y 50
años". En otro artículo se confirman estos datos: "Estos miomas pueden afectar del 30
al 40% de las mujeres después de los 30 años de edad". Y más adelante se añade:
"Esta afección casi nunca afecta a mujeres menores de 20 años de edad o a mujeres
posmenopáusicas"
Es más probable que el fibroma aparezca en mujeres después de los 30 años, porque es
más probable que una mujer haga un conflicto biológico de "no poder quedar
embarazada" si llega a los 30 o 40 años y no ha podido tener hijos (ya que la presión
social y familiar que siente al "llegar a esa edad sin realizarse plenamente como mujer"
la hace más susceptible de ese tipo de conflictos.)
Por esta misma razón, no es probable que aparezca en mujeres jóvenes menores de 20
años (ya que a esa edad no es común que la chica esté pensando intensamente en tener
hijos, ni mucho menos que haga un conflicto si no puede tenerlo a esa edad). Lo mismo
aplica al caso de mujeres post-menopáusicas, las cuales ya se han resignado a no tener
más hijos. Aquí estamos hablando de la regla general, no de las excepciones: si una
chica menor de 20 años, o una mujer postmenopáusica hace un conflicto biológico de
"no poder quedar embarazada", hará el correspondiente mioma o fibroma uterino. Solo
que no es probable que esto ocurra, como señalan las estadísticas y por las razones antes
mencionadas.
Se deben tener en cuenta algunas cosas cuando hablamos de los fibromas uterinos según
la NMG:
En la gran mayoría de los casos, hay una circunstancia objetiva y real que impide a la
mujer tener hijos y que propicia este tipo de conflictos. Estas circunstancias objetivas
que puede servir de detonante para hacer el conflicto biológico son múltiples y
dependen de cada caso concreto (ya que cada mujer puede tener motivos o razones
particulares y personales por las cuales quiere quedar embarazada pero no puede).
Pero podríamos mencionar, solo a modo de ejemplo, los casos más frecuentes:
problemas de fertilidad; llegar a cierta edad sin pareja y vivir eso conflictivamente por
no quedar embarazada y no sentirse realizada como mujer/madre; abortos reiterados
(que puede dar lugar a un fibroma si la mujer vive el aborto no como pérdida del hijo,
sino como frustración por no completar el embarazo; esta situación puede dar lugar
también a conflictos biológicos madre-hijo, que afecten el seno); cualquier otro tipo de
problema (familiar, económico, etc.) que frustre el intenso deseo de la mujer de quedar
embarazada.
2)Es frecuente este tipo de conflictos en las mujeres, ya que no siempre se quedan
embarzadas cuando lo desean, sino muchas veces cuando es el momento adecuado (que
no coincide con su deseo), o cuando ocurre después de muchos intentos fallidos, o
después de las constantes bromas, reproches y comentarios de amigos y familiares sobre
por qué no ha tenido hijos, etc.
3)Los fibromas o miomas aparecen durante la fase activa del conflicto biológico.
Mientras más intenso es el conflicto, más rápidamente crece el mioma o fibroma.
5)Es frecuente descubrir estos miomas mucho tiempo después de que hayan aparecido,
ya que durante la fase activa del conflicto no se produjo ningún síntoma importante que
diera lugar al diagnóstico del mioma o fibroma. Por este motivo, algunas mujeres son
diagnosticadas accidentalmente (por exploraciones rutinarias o motivadas por otras
enfermedades) de un fibroma o mioma uterino muchos años después de haber tenido (y
resuelto) el conflicto correspondiente al mioma.
El conocimiento de este mecanismo, tal como lo explica la NMG, permitiría a muchas
mujeres evitar padecer de miomas o fibromas, simplemente tomando consciencia del
conflicto biológico correspondiente, y tratando de evitar en lo posible sufrir dicho
conflicto. En otras palabras, intentar (en la medida de lo posible) que la natural
frustración sentida al querer quedar embarazada y no poder, no sea vivida en forma de
conflicto biológico.