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I Anoche bailaba la manzana sobre la espuma trrida del mar mientras en la azotea del Corte Ingls Marilyn reparta

sus besos... Y yo, como un trapo mojado, con penachos de palmeras inclinndose hacia el fango, sediento de viento y de lluvia escasa pero lluvia al fin fu a bailar con la manzana pleno de los besos que Marilyn, entre la multitud borracha de luces y colores esperpnticos, me lanz tan solo a m: Se vende el alma! Se compra el tiempo! II Se vende el alma! Se compra el tiempo! Pero que no trascienda ms all de los estantes, que no suenen las luces y no reverbere la msica... Se permite, acaso, a Marilyn, que compre o venda lo que quiera, o nos regale su risa o quizs los cntaros plidos de sus pechos mgicos como sus ojos o su pubis. Se vende el alma! Se compra el tiempo! Pero borracho de amores y de luna de absenta y de fuego que no trascienda: Que el alma es escasa y el tiempo no nos cabe en las alacenas. III Y si acaso la manzana ya no danza absortas sus caderas en el orgasmo espurio de las olas, y Marilyn Monroe desde la azotea del Corte Ingls se vuelve y llora mientras el asfalto impasible consume personas, coches,

incertidumbres, notas, luces, ocanos, perplejidades... Se vende el alma! Se compra el tiempo! Pero que no trascienda. Pascual Lpez

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