Está en la página 1de 1

"- Ah... Scrates!

Haba odo yo, aun antes de encontrarme contigo, que no haces t otra cosa que problematizarte y problematizar a los dems. Y ahora, segn me parece, me e sts hechizando, embrujando y hasta encantando por completo al punto que me has re ducido a una madeja de confusiones. Y si se me permiites hacerte una pequea broma , dira que eres parecidsimo, por tu figura como por lo dems, a ese chato pez marino , el torpedo. Tambin l, en efecto, entorpece al que se le acerca y lo toca , y me parece que t ahora has producido en mi un resultado semejante. Pues, en verdad, e stoy en-torpecido de alma y de boca, y no s qu responderte. - Querido, si el torpedo, estando l entorpecido, hace al mismo tiempo que los dems se entorpezcan, entonces le asemejo; y si no es as, no. En efecto, no es que no teniendo yo problemas, problematice sin embargo a los dems, sino que estando yo t otalmente problematizado, tambin hago que lo estn los dems."

También podría gustarte