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El tiempo se comprime para dejarme divulgando al

fluir permanente, todos los resabios de lo infinito. Un puñado de


sueños volubles que se congregan para el curioso enjambre de
epopeyas. Entregados al sentir vulgar y deambulando sin
contradicciones ni fatales pensamientos, caminando bajo los
álamos dorados en un parque cualquiera. La vida es tan simple.
Rozar al otoño cuando se contrae y queda el silencio como único
habitante de la nada, solitario respirando como si el oxigeno lo
estuvieran tirando en grandes baldes de tallos desfigurados. No
soy lo que soy. Solo un proyecto quizás virulento, envuelto en
una tela que es la misma tela que envuelve desnudo entregado a
la atmósfera plena que cobija acurrucado sobre el suelo extasiado
del sopor divino. Aquí me entierran, aquí nací, aquella vez bajo
la lluvia que torrencialmente chorreaba por mi espalda desnuda
casi al terminar de aquel día apelmazado de nubes.
Aquel ser invisible me sostiene en su mano como
alguien que sostiene una cursilería, una baratija que se retuerce
como un bebe que abre los ojos empañados , que ve nublado por
que recién se desprende del escudo , aquella protección de los
hombres peces cuando salen de aquel acuario prestado, entonces
tienen que aprender a sorber el aire que llega en ráfagas
escurriéndose en sus delgados pulmones, que de lo único que
sabían era de aquel meloso y protector liquido cristalino, aquella
tibia sustancia que lo acurruco en su medioevo infantil.
El susurro de la brisa tenue corretea en algún rincón
escondido de Buena Esperanza, en la mañana el hedor de las
pócimas espirituosas que atontaron el nocturno, se cuela como
una pestilencia casi familiar. Las voces. Los gritos. El desgarrador
nocturno se desvanece cuando el colorinche se asoma detrás de
aquellos cerros que de noche parecen muros gigantes, Santiago

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esta rodeado de ellos, en una especie de encarcelamiento natural.
Algunos niños que corretean dejando sus minúsculas pisadas por
el ripial, anunciando al villorrio que otro día a comenzado,
corriendo por las callejuelas como si fuere algún lugar de
ensueño, algún vergel encumbrado, tan verde que los ojos que lo
miran saltan de espanto ante tanta belleza colorinche, alguna
comarca guarecida de todas las pestes que recorren el mundo
dejando estelas de seres humanos desperdigados como asuntos
cualquiera. Nada es lo que parece. Nada es tan apacible. Un día
cualquiera cuando el sol se asoma legañoso detrás de alguna
cumbre acariciada por el rocío nocturno, un día cualquiera que
aparece con su bullanga de metrópoli apestada de si misma, que
juega como una gigante serpiente a morderse la cola, a tratar de
encontrarse con sus principios denostados por aquel pueblo
apresurado y pudiente de todas las cosas. Todo gira como una
gigante rueda de diversiones alejándose de su eje y cubriendo el
llano con su avasallar impune.
Nada es lo que parece; aunque parece.
El calendario se movió demasiado de prisa como si el
tiempo fuere un detalle. El compás apacible del tintinear de aquel
reloj se convirtió en una tromba efusiva y alocada, que transformó
a los minutos , las horas , los días, en casuales viajeros en el
diminuto transitar de aquella medida minúscula que se deshace
como una sustancia poca cosa en el espacio inmediato . El
universo abstracto que se revela inmenso ante el reloj invisible,
ante las manecillas que se convierten en polvo porque no supera
su propia medicina de la ley total del tiempo en su dimensión mas
exacta, la que ni siquiera sospechamos que existe, por que
estamos infinitamente aferrados a nuestra medida minúscula,
como una cosa que se diluye igual que las manecillas que cuelgan
apacibles sobre aquel paupérrimo arquetipo para medir el tiempo.
-Estas bien al parecer.
Cardemia se aparece entre la pequeña abertura de mis cansados
ojos, apoyado con su moreno perfil bajo el dintel de la puerta

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haciendo una agradable mueca envuelto en una malla biotermica
adornado como siempre por su automática preferida, la Walther
Red hawk calibre 4,5, que se aferra a el como una sola pieza
haciéndole bulto en ambos músculos de sus brazos que si bien no
son tan potentados, hacen que su figura fibrosa destaque
cuando sus pasos lo llevan hacia la ventana en que resuenan las
voces chillonas de aquellos púberes que corretean la periferia
jugando con sus sables de palos.
- es necesario que descanses… queda mucho por hacer.
Estamos haciendo un elaborado para crear desconcierto
en las huestes del maldito, Cala logro convencer a Kubo
para que se haga cargo del encriptado. Dice que tiene un
nuevo plan, que de resultar derrumbaría todas las
instituciones de satian y por ende todas las del estado sin
mover un solo tiro de esta preciosura.

De pronto el ajetreo se hace mas intenso, las piedras se


estremecen con el traquetear de los botines de la policía de la
sección narcotráfico. Según cardemia, al suponer andan en busca
de algún cargamento importante, dateados para el show,
empadronando ciertas casas previamente acordadas con Satian,
para que no se inmiscuyan en ciertos asuntos, en el caso de
nuestra fachada no entran pues esta demarcada como situación
especial, es una de las tantas casas que quedan ajenas al accionar
policial. Se esmera en dar una buena una buena atención para los
miles de observadores que acaricia una especie de trato inhumano
que se entromete entre medio del glamour de algunos programas
de la caja de los idiotas. De entre medio de algunos caseríos
algunos borrachos caen refregando sus rostros en el pedregal ,
mientras los policías decomisan( previo acuerdo) al menos unos
cuantos kilos de merca, recorriendo con diligencia militar como si
estuviesen registrando todas las casas de buena esperanza,
moviéndose rápidos alternando entre los niños que corren
inocentes por entre medio de aquellos aspirantes a gladiadores.

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El pedregal manda al cielo todas las partículas posibles de
polvo nublando el cielo de aquel tierral y los olores que se
impregnan de aquel, la operación dura al menos tres horas entre la
llegada y el despliegue de las cámaras, de las antenas que se
mezclan como un festín de tenedores gigantes alzados por sobre
los pocos árboles apestados que mutan en aquel suelo insípido y
apestado por las continuas quemas de neumáticos para abrigar las
frías noches de aquel villorrio, ciertas calles son para la prensa,
otras en cambio se guarecen por la impunidad absoluta, la verdad
tiene un limite, mientras en los pasajes cercanos donde el dominio
de Satian se guarece de toda intromisión , el hedor de cuerpos
descompuestos se desparraman en las calles como asuntos
inconexos, desparramados mientras los perros sacian como
carroñeros, completando la cadena alimenticia que se propicia
para aquellos asuntos que solo se resuelven de la manera
tradicional.
La diligencia es un mero trámite. Cardemia se ha retirado
sin lanzar antes algunas palabras sobre la teoría de Cala. “a la
gente le encanta lo comunicacional, y por ahí les vamos a dar”.
Me quedo sumergido en el vendaval de elucubraciones, mis
propias conjeturas, las revoluciones por lo general siempre han
desperdigado la sangre en reyertas memorables, nada tiene un
sentido particular en cualquier asunto, incluso aquellos que
profesaron el amor como paradigma total, tuvieron que asesinar
para imponer sus filosofías mundanas, el mas fuerte siempre fue
el vencedor, ( tomando el termino vencedor como una definición
del que impone algo, una idea, un designio , la historia como tal),
el mundo ha evolucionado de aquella forma , entonces no
encuentro claridad a lo que Cala presume, lo comunicacional
puede ser, ciertamente que en los ámbitos de poder, aquella es una
buena arma, pero la imposición de alguna idea supone soslayar el
orgullo humano , hasta hacer caer todo principio fundamental,
muy parecido al método común de tortura, crear en el individuo el
desconcierto total, hacerlos entrar en una especie de lobotomía,
haciendo pasar a las personas por un electroshock , para dejar sus

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mentes en blanco haciendo que estos destruyan los ámbitos mas
humanos de la conciencia, de no pensar por si mismo, hurgar en
las mentes imponiendo el propósito total, los vencedores existen,
la ley del mas fuerte es así, no pueden coexistir en un mismo
ámbito como un todo total, la raza humana tiene por designio
mostrar a un líder como un supremo, como un potentado
circunstancial, que aferra en su mirada todo un propósito de un
enfermo mental contagiando los preceptos que equivocadamente
rondan por su cerebro, como un líder que pisotea el orgullo y la
miseria , todo aquello no es mas que la rutina del desconcierto
plural, algo permitido pues hemos sido creados para eso, el obrero
cría a su hijo pensándolo como mano de obra barata para el
empresario, el empresario hace todo lo inverso con su hijo, no
puede(según aquel dictamen establecido) dejar a su descendencia
seguir los caminos de empedrado, los hijos de puta no pueden
permitir que su sangre se entierre en alguna cosecha miserable, no
caen bajo una torrencial lluvia azotando sus rostros humillados en
un barrial, como un cerdo arrastrado por la geografía social. Los
caminos de la evolución nos plantean al mundo de diferentes
puntos de vista, y si así fuere lo que quisiera Cala, no dejo de
pensar en lo suicida que puede rondar su teoría, mas que aquello
que quiere imponer esta mas que amarrado, la orden de los
illuminati lo hace ya por años. Todo ya tiene un destino, la gente
esta focalizada por que el sistema funciona como tal, como una
sociedad plural que vive el día a día , sin mas , predeterminados a
una existencia fugaz, incólume de toda metafísica, porque la
premisa elemental es simplemente funcionar como todo lo
establecido lo impone. El asunto tiene que tratarse de la manera
mas convencional, acribillamos al hijo de puta y tenemos poder,
detrás de la blackberry todos son la misma huevada, puedes ser un
narco , el premio Nóbel de la paz, un pedofilo, el presidente de
alguna nación, detrás de la black vas a ser el mismo hijo de puta,
claro , en este caso, los millones que Satian tiene va a ayudarnos
en nuestros fines, a Cala financiar su proyecto de destruir el

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sistema de una vez por todas. Mientras quemo mis bolas
acurrucado bajo una palmera en alguna isla perdida en algún lugar
del trópico, recibiendo las ganancias del sistema, olvidándome del
asunto, allá Cala y su ideal de cambiar el mundo; ella en su
propósito, yo en el mío.
El traquetear se aleja por el momento mientras decido
que hacer con mi cuerpo que yace tendido sobre aquel camastro
avejentado, trato de ponerme de pie pero siento que el letargo del
tiempo en que he pasado echado en aquella cama , me pasa la
cuenta al menos un par de minutos en que apenas me puedo
sentar. Quedo en esa posición, al menos hasta que mis músculos
vayan sacándose toda la desidia que han acumulado al pasar de
estos días y meses en que he estado en estas circunstancias, el
hormigueo recorre mis piernas ya blanquecinas escondidas detrás
de los cobertores , que aunque eran livianos cubrían en su
totalidad mi humanidad. Trato de ser consecuente con el
desarrollo de mis aptitudes físicas, espero sentado hasta reponer y
pasar a la segunda parte y que supone que me ponga de pie, de
todas maneras me concentro para tal objetivo. El mareo que
suscitó aquel ejercicio, detiene por el momento la siguiente
acción. Pienso en aquel plan, aquel un asunto que si bien puede
que sea un proyecto, una seria duda me invade, es que si alguien
quiso convencerlos de tal. Nadie cambia por que si. Menos Cala,
la defensora férrea de sus mas recónditas conclusiones, esto no
vale por otro camino. “Matar es la consigna, sobrevivir para
contarlo, a nuestra manera”. Los héroes no se inventan porque si,
desde los mas insignes despiadados, asesinos que mataron y
ultrajaron los preceptos de los que al igual que ellos tuvieren o no
razón para aquella acción, la historia se encarga del resto, la
imaginación, el invento antropomórfico de aquello, el tiempo se
encarga del resto, el tiempo lo amolda a cada quien quiera
asumirlo como un hecho valioso o apenas un precepto anecdótico.
La historia no la hacen los pueblos, sino los que la escriben, a su
manera.

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De pronto vuelvo a mi posición anterior, el mareo y las
contradicciones me agotaron de sobremanera, un breve dormite
me despierta después de al menos veinte minutos. Un poco
abochornado trato de reincorporarme a mi postura, el vaivén de
mi cuerpo aciago se encorva como un enfermo pusilánime, un
monumento desgarrado por el turbio ajetreo de mis males, de la
paliza que recibí semanas atrás en las huestes de Satian, de los
tiros que se incrustaron en mi pecho desgarrándome hasta los
rincones mas escurridizos de mi carcasa poli funcional. Logro
asirme al respaldar mientras trato de degustar alguna galleta
multi-alimenticia, evito mirar la merca que asoma encima de
aquel diminuto mueble que se aparca al lado de la cama, la
diversión puede esperar, quiero asomar mi rostro junto a la
ventana para ver al sol sanar mis heridas por aquel efecto curador
milenario. De repente las piernas se doblan impunes por el efecto
de la ley gravitacional, en un segundo mi rostro se estremece
estupido en aquel entablado, la respiración aquieta mis dolores
que si bien antes eran de un centenar, ahora son miles de
pinchazos que recorren mi cuerpo deteriorado.
Las voces se entremezclan con los pasos que resuenan en el
ripial mientras respiro encima de aquellas tablas casi mohínas,
mientras el olor de alguna añeja cera alivia los pinchazos que ya
se han ido. Mi cuerpo se relaja , se relaja tanto que de pronto
siento que mi peso se aferra bajo la influyente norma de la ley de
gravedad, mi raquítica masa corporal de pronto se empieza a
disolver , un cristalino liquido se desparrama por toda la
habitación, mi mente observa inquieta aquel proceso
extraordinario , mientras aquel liquido cristalino se esparce entre
las hendiduras de aquel entablado escapándose de mi pero al
mismo tiempo, hilados como un sinfín de moléculas, se aferran
como un insignificante riachuelo que se desparrama uniforme por
la tibia habitación. Primero son mis extremidades , ni una
sensación de dolor me aflige , ni un desconsuelo, pienso que todo
aquello es un regalo divino , que diluirse es entregarse a la
naturaleza como un regalo omnipresente , diluirse , luego ser

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vapor , subir igual que el ciclo natural para revisar desde las
alturas aquel pequeño planeta azul. Desde las alturas el mundo es
distinto, pienso, desde las alturas no existe mas que el océano
majestuoso que se rebalsa en aquel verdor de selva salvaje e
indómita, el océano que se revuelca en desiertos lamiendo el
arenal, haciendo que aquel brillo solar se refleje, encegueciendo
incluso los ciegos. Mi cuerpo se derrite entero , lo fantástico de
todo aquello que siendo en su totalidad liquido aun puedo pensar,
aun tengo el don de observar, de dirimir, de tener la conciencia en
un estado total, mas siento en todo caso una libertad diferente,
pues mí cuerpo si bien esta unido en un sinfín de moléculas, no
obedece ni una acción que venga de aquel cerebro dueño de todas
las acciones, solo me diluyo dejándome llevar por las
circunstancias, este lugar ahora es diferente, mi perspectiva es
diferente, no tiene la misma visión del mundo aquel que carga con
una especie de limitación física, no piensa igual que aquel que lo
tiene todo, aquel que desfiguró su rostro no puede pensar igual
que quien tiene para la mayor parte de la sociedad el mismo trato,
no hemos evolucionado lo suficiente para adquirir el don total de
soportarnos, de entendernos sin siquiera poner por delante de
nuestros ojos la apariencia como un filtro a todos nuestros actos.
Intrínsicamente nuestra mente aun no calibra cual es el estado
excepcional del entorno como un todo. La belleza tiene una forma
definida, hace que respondamos a ella embaucados por una orden
interior, extasiándonos de ella. Todo se impone por la forma y no
por el contenido. Bien decía una especie de libertad diferente,
pues el entramado se deja atrapar por mi ímpetu liquido que lo
traspasa como una cristalina serpiente que se deja caer, resbaloso
y consistente, dejándose llevar por el nivel del revestimiento en el
piso inferior, que lleva mi riachuelo por entre los pasillos de
aquella edificación rustica y amable, lanzándome como una riada
indomable por debajo de la puerta principal. El sol me enceguece
con mi propio brillo, no puedo ver mas que luz, intensa luz. El
universo esta dentro de mi, un ser que parece inerte pero que
deambula insolente por la nada impregnándose del acantilado

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espacial, cayendo en este como un juego sideral, buscando
desafiante los escondrijos de aquel sistema galáctico, cual
vagabundo errante que busca los principios del ser, la ciencia
inexacta, la cinética, la ética desperdigada como un vaso de vino
que se desparrama sobre la mesa de la mano de algún borracho
baboso.
La luz sigue allí.
De repente despierto con la desidia de algún rayo que se
cuela por entre la ventana con el tierral que se agolpa en aquellas
minúsculas partículas que se bañan de aquel solar intruso.
De repente la voz de Cala se cuela desde el piso inferior
atravesando las hendiduras del entablado.
- crear desconcierto, es de aquello que te hablaba.
-¿Pero tu crees que no cometamos aquel error de la
noche fatal?
La voz de Enderesemia, a quien yo creía fritanga de
Satian, se deslizaba sutil en el ambiente.
- Nadie muere dos veces amiga mía, recuerda el chasco
que le hicimos pasar en la bodega de las Dalias cuando le
arrebatamos a Rubaladio. Los infames no tuvieron tiempo de
reaccionar. Son rápidos para correr por los techos, para moverse
como fantasmas, para disparar y degollar… pero no son rápidos
para pensar.
- Si… tienes razón.
- además Kubo esta trabajando en coordenadas y en
algoritmos aun mas rebuscados, el sistema de encriptados esta aun
mas complejo, estamos viendo la posibilidad, y es un hecho, en
trabajar con las ondas de alta frecuencia, tenemos que lograr que
la gente se enchufe de alguna vez por todas con este asunto.
- Posiblemente Satian ya este en lo suyo.
- Si. Los illuminati no pierden el tiempo, sonajean sus
manos a ver si sale algún bicharraco infernal.
- crees que alguna vez terminemos con esto.
- Alguna vez Endere… alguna vez se sabrá que uno mas
uno no es dos, si no simplemente uno.

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Cala y su teoría unificadora.
Trato de levantarme, arrastrándome hacia el
camastro, el bamboleo de la puerta emite un aletargado sonido,
Fintegras y Palurdo entran en un contraste de semblantes y me
ayudan en mi acción.
- ¿No te querías perder el show amigo?, los polis de
mentira, los delincua de mentira, estuvo muy entretenido aquello.
Fintegras y su sorna.
- Ruba por que no te quedas quietecito un rato, con suerte
tienes fuerzas para agarrarte la mazorca.
-esa huevada se manda solo. Murmuro en una sonrisa
aquejada mientras Palurdo me recuesta amablemente.
- te toco duro amigo- retomaba Fintegras_ los polis del
ministerio te confundieron con los anarquistas de la calle
cuarenta y siete… juraban que habías matado a sus
compañeros.
- yo pensaba que eran uds., pero que carajo y donde mierda
se habían metido… y Cala, yo la vi muerta.
- Resulta que cuando hicieron la recogida aquella noche,
Palurdo, Elementina, Cardemia, Enderesemia y el que te
habla, estábamos arrinconados por al menos veinte
gatitos que babeaban por darnos de baja a sablazos, pues
nos tenían tirados al suelo. Cala nos había dado por
muertos, ella logro salir y creyó que en el rincón de la
calle veintiséis estábamos frito, pero fue que el detalle lo
marcaron los gatitos que por alguna razón que
desconozco retrocedieron hasta perderse entre el alboroto.
Luego cuando retomamos, bajamos por esmeralda y
encontramos a cala herida, pero una herida superficial
que logramos controlar esa misma noche, cuando
Santiana llego gritando que te habían llevado los gatitos y
te habían entregado a los polis haciéndoles creer que tu
habías formado parte de la montonera que mataba polis, y

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que destruía todo allá afuera, el nos guío hasta donde estaba
Cala muy bien escondida, por suerte, pues hubiese pasado
por lo que tu pasaste.
- Pero por que a esos huevones les dio conmigo, y por que
me sacaron del paseo si los polis ya me tenían listo para
la foto.
- Satian les ordeno sacarte de allí, y sacar a todos los
anarquistas que estaban contigo para lavarles el cerebro y
hacerlos parte de los gatitos mojados.
- Y como llegaron ahí.
- Santiana los siguió, y nos dio las claves para realizar el
asalto, observo todos los detalles logísticos y logramos
desbaratar al menos por ahora, las intenciones de satian.
Fintegras como quien cuenta una gran aventura no
escatimo recursos para que aquel ameno momento me
devolviera un poco mas de energía. A veces siento que
ciertas cosas hacen que todo parezca tan solo un detalle. Yo
que los vi muerto, yo que me vi muerto y ahora todo me
parece tan placentero, mas si Cala se aparece junto con
Enderesemia y sus rostros están aun mas limpios e
iluminados por el matinal, que parecen adolescentes
soñadores salidos de alguna sensación en tres dimensiones,
tan libres que ni un sistema intergaláctico podría poner freno
a la ilusión juvenil que desperdigan por los poros.
Mientras Enderesemia se sienta a mis pies, Cala se
acurruca como una niña entrometiendo su rizado entre mi
brazo, su rostro me sana por completo pues no distingo otra
mirada que pueda penetrar tanto que me sumerjo dentro de
ella en un haz de luz interminable, una sensación que me
estremece como un adolescente cuando solo la presencia de
alguien perturba todo alrededor de aquel elevándolo al sino
de sus propias sensaciones infantiles, aquellas sensaciones
que se exudan cuando aun tenemos el don de pensar por si
mismos, cuando la libertad no tiene medida, cuando aun no

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heredamos los prejuicios que nos pasean por el infierno de
vez en cuando.
Al rato me quedo solo con Cala, que me relaja y
me adormece un poco. Su suave voz asoma bajo mi mentón.
-Creí que te habían matado… según contó Santiana, los
gatitos llegaron alborotando la calle y te llevaron arrastrando, que
tu estabas muerto que te rellenarían de aserrín, que te pondrían en
el poste mas alto de Buena Esperanza. Pensé que no te volvería a
ver.
-Pensé lo mismo Cala. Agrego en un loco relajo.
-Algo hicimos mal aquella noche, todavía me da vueltas
en la cabeza. Susurra aun escondida en mi pecho.
- Fintegras me contó que los gatitos los dejaron ir , que
retrocedieron , que extrañamente se perdieron entre el humo.
- alguien esta jugando chueco, no he pasado el asunto
como si hubiese sido solo un detalle, es muy extraño aquello,
Satian nos hubiese reventado y se habría sacado un gran peso de
encima.
-si todo esto es tan extraño Cala, la miseria nos corroe
desde las base –agrego un poco molesto- que necesidad tiene el
hijo de puta si coloca incluso los presidentes que el quiere,
maneja la vida de millones de personas, ¿que propósito tendría
joderse con un montón de pendejos?
-hasta creo que somos parte de un plan para su
entretención. Sostiene Cala aun cabizbaja
- pareciera ser. Agrego
El sosiego nos hace reflexionar mentalmente
devolviéndonos a aquel momento, mientras unas nubes regordetas
se pasean en el horizonte encuadrado en la ventana, colocando
perspectiva aquel paisaje de un cielo despejado que asomaba
como un eterno desierto celeste, salvo la aparición de pequeños
pajarracos que se entrometían en el letargo espacial, la luz de la
pieza baja de intensidad cambiando sus tonos, apagándose ,
encendiéndose mientras algo parecido a un chemtrails se alarga en
una alargada línea pintarrajeando la atmósfera delgada, inquieta.

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Cala mientras tanto descansa del ajetreo del madrugar
conspiratorio. No dejo de pensar en lo que se propone Satian,
quien o quienes están detrás de esto. Nada es lo que parece, pero
parece. Todos asoman con sus rostros en mi mente, en un
constante análisis individual. Fintegras puede ser que sea un palo
blanco, lo mismo Palurdo, Elementina o Enderesemia, Cardemia,
incluso Santiana, puede ser, de Satian a Santiana, no es mucho el
trecho que digamos, pero seria muy obvio. Pero, ¿Qué es obvio?,
si algo tenemos en común es simplemente el que no tenemos
familia, nadie y me incluyo. Somos tan parias como Satian, lo
tenemos en común, todos fuimos abandonados por distintas
razones depositados en los suburbios, mientras capeábamos los
inviernos debajo de un puente, donde alguna vez llegamos casi
adolescentes escapando de la miseria, de los maltratos a los que
nos tenían acostumbrados en aquellos barrios abandonados,
barrios sin padre ni madre, que se iban al trabajo y que se perdían
durante todo el día, dándole a la jornada de dos turnos. Luego
llegaban cansados y apestando a usina. Mientras en los colegios
nos colgaban literatura de quinta, de las ocho de la mañana hasta
pasada las seis de la tarde, para que los niños no estuvieren solos.
El colegio era como nuestro hogar, con cincuenta hermanos que
se apretujaban en aquellas aulas, haciendo trastornar al profesor
de turno que hastiado no hallaba mejor forma de leer los textos
que por imposición les entregaban, es decir que en vez de enseñar,
era un traductor forzado de aquel sistema de enseñanza estatal,
una especie de computador mandando información sin siquiera
tener una luz de esperanza para satisfacer sus convicciones y
plasmarlas entre aquellos niños hambrientos de aprender de ellos
y no de aquello auto-impuesto como regla. Los bonos eran
suculentos y perderían el tiempo en niños, niños con su destino
escritos en sus espaldas. Los hijos de obreros serán siempre
obreros, los pudientes tienen otras premisas, las herramientas las
tienen y las han tenido por siglos, la mano amiga no es porque si,
hay que cuidar el prestigio, todo es manejable, todo esta trazado

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para que el sistema funcione, no puede un mozalbete de población
aspirar a los puestos de avanzada. El sistema lo hicieron para
premiar a los mediocres, el dinero lo tapa todo, un profesor de
escuela publica tendrá un buen pasar mientras piense que lo
necesario no significa ir mas allá.
En aquellos tiempos se tapaba todo con que era
necesario, que trabajar siempre ha sido digno. Los hogares
entonces se transformaron, los niños empezaron a perder la
identidad de la familia. Mientras sus padres llegaban cansados y
molestos del laburo, empezaron a creer en todo lo que ellos no
habían vivido años antes cuando se vieron, ellos como niños,
limosneando el mendrugo a algún pariente con mejor situación.
Entonces se enfocaron en que no pasarían por lo mismo y se
esmeraron en dar a sus hijos todo lo que no habían poseído. A
costa de todo, a costa de nada, pues se perdieron en la esencia
misma de todo animal, la crianza, el desamparo emocional, el
tiempo para nosotros, el tiempo para ellos, el papel elemental,
reproducirse, criar, vivir, morir. La mayoría de nosotros lo había
pasado por aquello, pues por eso teníamos mucho en común, de
ahí a lo mejor aquella inquietud que se revolcaba en las entraña
como un bicho que nos retorcía los intestinos y que nos dejo
luchando en contra del sistema y de todo aquello que los
poderosos habían establecido.
- voy a ir por algo para comer… espérame que ya vuelvo.
Espetó luego cala levantándose con suma plasticidad de la cama.
Ya un poco repuesto de mis emociones y de los análisis resolví no
dejar el asunto como una bala perdida. Logro sentarme en la orilla
del camastro mientras observo al horizonte, me lleno de
inquietud, pues fijo mi mirada en los techos que lustrosos lanzan
su brillo hacia el espacio, mientras varias siluetas van llegando
como cruzándose entre medio del brillo de los techos. Decenas de
niños famélicos se van alineando en el horizonte, enfundados en
una gran boina como siniestras sombras, listos para masacrar la
suerte de alguien… la de nosotros.

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-¡Ruba…al suelo! El grito destemplado de Cardemia, retumba
en el caserón, como una bomba que me lanza detrás de la puerta
como una explosión sonora.
Mi rostro se azota nuevamente en el entablado.
El olor a cera añeja hace que me entre un profundo relajo.

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