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El crimen de Cuenca

Pilar Miró, 1979

Extracto: 25’-30’

Alejandra Señor juez.


Juez Dígame Alejandra.
Alejandra Esa pobre mujer. Está aquí otra vez en la cocina.
Juez Es usted demasiado buena, Alejandra. No se da cuenta de que se
aprovechan de su humanidad.
Alejandra Es que sigue demandando verle a usted.
Juez Bueno, mujer, bueno. Dígale que pase. Usted me manda.
Mujer ¿Cuándo me va a dejar ver a mi marido?
Juez Pero, ¿como no lo ha visto todavía?
Mujer —
Juez ¿Es su hija pequeña?
Mujer —
Juez ¿Cómo se llama?
Mujer María Jesús. ¿Puedo verle hoy?
Juez Hasta que termine nuestra toma de declaración no va a ser posible. Le
enviaré en coche con el alguacil para que pueda verle. Espere usted hasta
ese día.
Mujer ¿Cómo está?
Juez Bien.
Mujer Nosotros ya habíamos dicho todo al primer juez. ¿Por qué tiene que
detenerle ahora?
Juez Lamentablemente la justicia es muy lenta. Demasiada lenta. Pero usted no
se preocupe, señora. Hasta luego, Alejandra. Invite a la señora a lo que
quiera. Y dele algo para los niños. Y no me prepare mucho de comer, ¿eh?
Me mima demasiado. Señora.

MS/28 November 2001 m.shade@bton.ac.uk

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