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Tena miedo.

Cada vez que la vea se me vena a la cabeza su manera de caminar o como algunos de sus cabellos rizados solan salir de la dona que usaba para peinarse con una cola. Tena ganas de destrozarle aquella dona, sin ninguna motivacin ertica, solo para ver como su pelo obtena la habilidad de acariciar sus bellos hombros. Haba algo en su manera de vestir que censuraba parte de su hermoso cuerpo, como por ejemplo, sus suteres largusimos que le tapaban debajo de la cintura. Tena miedo. No de ella. De m. A veces, el hombre no sabe cmo reaccionar. Pude haberla matado de un disparo ocular si ella se percatase de mi mirada. Pude haberla estrangulado con mis brazos si ella se hubiese dejado abrazar. No era mi intencin, pero tambin poda sentir su mirada. Una punzante, de a ratos irritante. Marcaba mi piel en cualquier punto que la viese. Era la mirada incomoda que deseaba tener siempre sobre m.

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