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Cada maana me levantaba e iba a recoger el correo del mar. A veces me traa naturaleza en estado puro (recados encontrados).

A veces la imaginacin y sus condicionamientos culturales completaba las sugerencias (recados ayudados). Otras veces los recados eran slo materiales para organizar (recados configurados). Pero todos eran objetos que, en su trivialidad y banalidad, forzaban la mirada sobre su ser ah, que se deca llanamente y sin barnices. 2. Todos estos resultados se corresponden con una esttica amable que todos podemos proyectar en los objetos, de esa utopa indefinida que evoca el bienestar, el orden, el placer. A veces tambin los recados del mar sugieren utopas ms explcitas, emancipadoras o escpticas, ms lejanas del patrn de la naturaleza y ms cercanas a los conflictos de la cultura, pues el mar, al fin, nos devuelve pacfica pero admonitoriamente, los desechos que le entregamos. 3. Es esto arte o una reflexin sobre el arte? Cualquiera es artista, "todos somos artistas": basta esforzarse en ver. A veces es un "ver como", a veces una transfiguracin de lo comn y lo obvio, a veces un juego de reglas libres, a veces una consciencia manifestada como revelacin. Estas actitudes han inspirado este juego en que el arte no est en las cosas ni en los materiales sino en la mirada. Esa mirada que repite el hecho de dar nombre a las cosas. 4. El trabajo presentado deriva de un anlisis de los procesos por los que se constituye el arte, por lo que tiene trazas del subjetivismo esttico de Kant, de las teoras del lenguaje de Wittgenstein, del giro conceptual de Duchamp o de la filosofa del arte de Danto. Su materia son los residuos aportados por el mar y una mirada aplicada sistemticamente, desde la simple aportacin de un pedestal a lo encontrado, hasta las combinaciones sugeridas por los materiales. 5. Aunque situado en la rbita del arte objetual, el proyecto tiene tambin un componente conceptual. Primero porque se trata de un ejercicio mental que, en rigor, no hubiera precisado ni siquiera de su ejecucin ni exposicin. Segundo porque, una vez cumplido este ritual de presencia pblica, su destino es desaparecer, dispersarse, o consumirse en el mismo fuego en que solemos eliminar tantos otros recados intiles del mar. Esta accin se efectuar tambin en un acto pblico en el que se constate su prescindibilidad.

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