Hay un pais en el mundo, donde los hijos no tienen padres.

Hay un pas en el mundo donde la familia es una ilusin , donde amamantan a criaturas para luego subirlas a tirar bombas desde un avin. Hay una pas en el mundo en donde sienten que la paz no la necesitan, Hay un pas en el mundo donde la glotonera les metio un trapo en la boca y como el hijo del esclavo, que en un pasado fue libre, el hijo nacio, ya tan acostumbrado a las cadenas , que siente que no lo tiene de prisionero, que cree que lo cuidan de no andar escapado, el trapo puede ser sacado ,que nadie gritara ni una palabra, por que nunca han sabido lo que es escuchar el lamento de su propio llanto. En ese pas, donde el frio viene en estufas y lo malo llenando el envase de lo bueno, es el que sin darse cuenta esta dejando al mundo al borde de la cada, no de su tierra, si de los pobres mortales que habitan en ella. No me caben dudas, que quieren un mundo para ellos solos, no me caben dudas que los padres no existen, y si existen aseguro que no sienten, y si existen y sienten, temo asegurar que les han dado un corazn programado que son como el hijo del esclavo. No es la muerte lo que asusta, Est es tan solo un efecto de haber vivido, cada minuto de vida, es un minuto mas cerca de estar muerto. Lo que asusta es morirse sin razn, asusta morir antes de tiempo, asusta que personas acepten morir sin amor, que acepten vivir sin la paz como nica razn.

no hay razn, no hay lgica que permita comprender una cosa tan atroz. Mientras tanto los hurfanos se alistan, en el emblema de luchar por su patria, y la realidad los golpea duramente mientras riegan el suelo con su sangre, el trapo en la boca los calla, y agachan la cabeza por la guerra que han armado para vender armas, conquistar espacios e instalar multinacionales. El pas que no tiene padres, el pas que es un hijo hurfano, esta en desquite con el mundo, aunque nadie les hizo nada. Pero a los opulentos, cuando no les dejan las canchas libres, sienten que lo daan y arremeten sin razn, si remordimiento, sin corazn. De: matias Javier farneda