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cn a” cry y Josh licDewell / Leb hestetler EDITORIAL MUNDO HISPANO Apartado Postal 4256, El Paso, TX 79914, EE. UU. de A. www.editorialmh.org Manual para consejeros de jévenes. © Copyright 2000, Editorial Mundo Hispano, 7000 Alabama St., El Paso, Texas 79904, Estados Unidos de América. Traducido y publicado con permiso. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproduccién o transmisién total o parcial, por cualquier medio, sin el permiso escrito de los publicadores. Publicado originalmente en inglés por Word Publishing bajo el titulo Josh McDowell’s Handbook on Counseling Youth © 1996 por Josh McDowell y Bob Hostetler. Ediciones: 2000, 2001, 2002 Cuarta edicién: 2006 Clasificacién Decimal Dewey: 253.5 Tema: Juventud - Consejeria ISBN: 0-311-46167-0 EMH No. 46167 2.5M 206 Impreso en Colombia Printed in Colombia Contenido R imi Nota de advertencia Introduccién uu La juventud en crisis y cémo usar este libro 120 Caracterfsticas del aconsejamiento biblico 16 Cémo aprender a ofrecer el consejo cristiano If: Aptitudes necesarias para ministrar a la juventud 18 Propésitos de ministrar a la juventud 20 Técnicas a usar para ministrar a la juventud 21 Limitaciones al ministrar a los j6venes 22 Problemas emocionales L._Soledad 29 2_Ansiedad 39 3. Sentimiento de culpabilidad 49 4. Ira 52 5. Depresi6n 69 6. Concepto bajo de si mismo 81 7_Antelamuerte 8. El dolor ante una pérdida 101 9. Pensamientos, tendencias y amenazas de suicidio Wd 10. El amor verdadero J ___125 7 11. Salir en pareja 133 12. Escoger al conyuge adecuado_ 141 13_Solterfa J ___ s ri X 14. La presién del grupo de amigos 157 15. El rechazo y el hostigamiento de los amigos del grupo 167 16. Padres sobreprotectores 181 Copyrighted material 17. Padres despreocupados 189 18. Padres inconversos Cid‘. 19. Divorcio de los padres 205 20. Familia con un solo progenitor 219 21. Vivir con padrastros o en una familia mixta 227 23. _Rebeldia 243 24. Amenazas e intentos de escaparse de la casa 253 Problemas sexuales 25. Lascivia 265 26. Masturbaci6n 2B 27. Pornografia 281 28. Relaciones sexuales prematrimoniales 289 29. Embarazo no planeado 301 35._Otras formas de abuso 8 36. _Violacion 377 32 itual satAni 301 licci 38. Uso y abuso del alcohol 401 39. Uso y abuso de las drogas 4ul 40. Juegos de azar 423 ‘Trastornos 41. Atencién deficiente 433 42. Anorexia nerviosa 441 3 Bulimia 45 Asuntos educativos 44. Abandono de los estudios CG 45. Bajo rendimiento académico 471 Problemas fisicos 46. El joven minusvilido 47. Enfermedades crénicas La vocaci6n 48. Cémo conocer la voluntad de Dios 49. Cémo elegir una carrera 50. Cémo decidir dénde continuar estudios superiores Nota de advertencia 483 491 Sol 509 S17 El manual para consejeros de jévenes por Josh McDowell y Bob Hostetler no es un manual profesional para consejeros. Aunque se de- riva de consejos y opiniones de expertos consejeros profesionales, no debe considerarse apto para tratar profesionalmente un desorden si- quico del joven, ni debe permitirse que suplante (ni demore) el trata- miento de un profesional. Usted no debe dar terapia de consejeria profesional al joven, a menos que sea usted un terapeuta certificado y autorizado. Hay una profesién de consejeria tal como hay una profesién médica regulada por leyes estatales, y este libro de ninguna manera capacita al lector para practicar dicha profesién. Reconocimientos ste libro y sus autores deben mu- E cho a la contribucién y colabora- cién extraordinarias de muchas personas, sin las cuales Ilevario a feliz término hubiera sido imposible. Quere- mos agradecer a: Dale Bellis, quien investig6 los temas clave y compil6 6.700 paginas de infor macién tomada de mis de 250 fuentes. Harry y Ginny Yates, quienes prove- yeron un voluminoso material de enver- gadura, producto de su investigacién. Bob Evans, por su pericia técnica y su disposicién desinteresada de ayudar, y a Rob Pickering, cuya ayuda técnica en un momento critico ayud6 a que este pro- yecto siguiera adelante. Becky Bellis, por su andlisis de seccio- nes clave del manuscrito y su apoyo en una variedad de maneras prdcticas. Contribuyentes y autores profesionales Stephen Arierburn y las Clinicas Mi- nirth Meier New Life por sus valiosas ideas y supervisi6n editorial, y por guiar- nos a recursos que fueron de mucha ayu- da. Rick Fowler, cuya ayuda experta con los capitulos sobre el manejo de trastor- nos y enfermedades crénicas largas fue de valor incalculable. Robert Whitcomb, por su contribucién al capitulo sobre Ja presién, el rechazo y cl hostigamiento de los amigos del gru- Ken Wilgus, por su conocimiento del tema de amenazas e intentos de escaparse de la casa. Brian Newman, por su asistencia ex- perta con los capitulos relacionados con padres sobreprotectores y padres des- Ppreocupados. Guy Chandler, cuya pericia contribuyé mucho al capitulo sobre abuso ritual. Larry Stephens, por su ayuda experta con el capitulo sobre juegos de azar. Steve Brinkerhoff, por su contribucion a los capitulos sobre abandono de los es- tudios y bajo rendimiento académico. Bill Riley, cuyos consejos frecuentes y de envergadura ahorraron muchos erro- res en las primeras etapas y ayudaron a dar forma a un modelo sabio y viable. Y a los muchos profesionales de re- nombre cuyos escritos son indispensa- bles para brindar la ayuda que aparece en este libro, entre los cuales se cuentan: William Backus, doctor en filosofia, pastor, autor y sicdlogo clinico. Sus li- bros incluyen: Telling Yourself the Truth (Diciéndote la verdad a ti mismo) y Telling the Truth io Troubled People (Di- ciéndole la verdad a las personas que tie- nen problemas). Gary R. Collins, sicélogo licenciado con un doctorado en filosofia con espe- cialidad en sicologia clinica y autor del ampliamente respetado libro: Christian Counseling: A Comprehensive Guide (Consejerfa cristiana: Una guia general). Larry Crabb, que tiene un doctorado en sicologia clinica de la Universidad de Illinois. El doctor Crabb es autor de: The Marriage Builder, Inside Out (E\ cons- tructor del matrimonio, a fonda) y otros. Frank Minirth y Paul Meier, ambos doctores en medicina, fundadores de las clinicas Minirth-Meier y autores de més de treinta libros. G. Keith Olson, doctor en sicologia y un sic6logo cristiano muy respetado. Es autor de: Counseling Teenagers (Aconse- jando a los adolescentes). Introduccién hablar. Me contaba que él y su esposa siempre habian hecho todo lo posible por ser buenos padres. Eran miembros de una buena iglesia y siempre se habfan sentido orgullosos de sus hijos. Pero me contaba que acababan de descubrir algo sobre su hija mayor, algo que desmoroné su mundo. Describia a su hija como una chica linda, a pesar de lo cual nunca habia gozado de popularidad entre los varones. Hasta hacia poco. Habia empezado a salir con uno de los muchachos del equipo de futbol y este padre acababa de enterarse de que casi desde el principio ya habian tenido relaciones sexuales. Pas de ese jugador de flitbol a otro. ;Al poco tiempo, ya se habia acostado con todo el equipo! Este afligido padre me comentaba: “Josh, jse estaban pasando a mi nijfia como una especie de ‘chica del equipo’!” Este padre carifioso me conté por escrito todo lo que Ilevaba en su coraz6n. Queria saber qué hacer, qué decir. Me imploraba que le diera respuestas. Pude contestarle algunas de sus preguntas, otras no, aunque traté de hacerlo. Me es imposible contar cudntas veces me ha tocado escuchar his- torias similares, de primera mano, que conmoverian aun al coraz6n mas duro. Padres, abuelos, maestros, pastores y lideres de jévenes me confian sus frustraciones, sus temores y sus anhelos intensos y urgentes de ayudar con los problemas complejos y criticos que la juventud enfrenta en la actualidad. jEsa es la raz6n de este libro! R= una carta de un padre cristiano que me habia escuchado Il 12 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES La juventud en crisis La investigaci6n revela una horrorosa es- tadistica de lo que pasa todos los dias en los Estados Unidos de Norteamérica: @ 1.000 adolescentes solteras se con- vierten en madres @ 1.106 adolescentes tienen un aborto @ 4,219 adolescentes contraen enferme- dades venéreas @ 500 adolescentes comienzan a usar drogas © 1.000 adolescentes empiezan a tomar bebidas alcohdlicas 135.000 jvenes llevan pistolas u otras armas a la escuela 3.160 adolescentes son asaltados; 80 son violados @ 2.200 adolescentes abandonan sus es- tudios @ 2.750 j6venes ven a sus padres sepa- rarse 0 divorciarse © 90 nifios son tomados de la custodia de sus padres y colocados en hogares adoptivos temporarios, hogares gru- pales u hospicios 7 muchachos (entre la edad de 10 y 19 afios) son asesinados @ 7 jovencitos menores de 17 afios son detenidos por homicidio @ 6 adolescentes se suicidan Muchos de los veintiocho millones de adolescentes en los Estados Unidos tie- nen que enfrentar problemas y crisis que la mayorfa de los adultos dificilmente aguantarian. Por ejemplo, uno de cada ocho tiene un progenitor alcohélico. Uno de cada cinco vive en la pobreza. Mas de uno de cada cinco (22 por ciento) vive en un hogar con sélo uno de sus pa- dres. Mas de uno de cada cincuenta vive sin ninguno de sus padres. ‘Ademés, la investigacién y la expe- riencia demuestran que los jovencitos que asisten a reuniones de las iglesias evangé- licas no son inmunes a estos problemas. Una consulta realizada entre veintitrés li- deres de j6venes a nivel nacional involu- crados cn ministerios denominacionales y paraeclesiasticos, identificaron problemas que la juventud actual enfrenta como: re- laciones sexuales antes del matrimonio, pomografia, abuso sexual, abuso emocio- nal, aborto, divorcio de los padres, alcoho- lismo, adicci6n a las drogas y el suicidio. Estos veintitrés lideres de jovenes a ni- vel nacional nos ayudaron a identificar los cincuenta problemas més urgentes que la juventud actual enfrenta; problemas que varian desde los emocionales (como la so- ledad y la depresién) y relacionales (como el amor, relaciones con el sexo opuesto y presiones del grupo de amigos), hasta los problemas sexuales, abuso, adicciones; y otros trastornos como los problemas voca- cionales (por ejemplo: cémo conocer la voluntad de Dios y cémo elegir la voca- ci6n correcta). Cémo usar este libro Este Manual para consejeros de jévenes por Josh McDowell brinda un conoci- miento extenso y a fondo de los proble- mas que la juventud enfrenta, ayudando a los padres inquietos por las vivencias de sus hijos, y a otros adultos, a adquirir una comprensi6n prictica de los problemas, y encontrar las reacciones apropiadas de corto y largo alcance ante cada uno. Cada uno de los cincuenta capitulos que se presentan a continuacién enfoca un problema serio que los jvenes (y a veces los preadolescentes) enfrentan, y tiene la intencién de brindar una referen- cia répida para utilizar en ese caso. Un bosquejo al principio de cada tema Introduccion presenta un vistazo general del conteni- do de ese capitulo, facilitando localizar las ideas o sugerencias especificas. Cada capitulo ha sido organizado de la si- guiente manera: Un estudio de caso inicial, presentan- do una ilustracién del problema, sus sintomas y caracteristicas en un con- texto de la vida real. Muchos de los estudios de casos son adaptaciones de casos veridicos reportados en las no- ticias; otros estén basados en estudios de casos que han tratado profesionales que trabajan con los jévenes; algunos son una combinacién de varios casos. Una presentacién general del pro- blema y sus estragos entre los jévenes. Las causas y los efectos principales del problema o conflicto, segin los expertos en ese campo en particular. Una perspectiva biblica del proble- ma, ofreciendo orientacién sobre la postura de la Biblia sobre el tema. Los pasos y las respuestas que el pas- tor, lider de jévenes, padre 0 maestro puede tomar a fin de prevenir 0 corre- gir el dilema. Cada uno de los cin- cuenta capftulos recomienda los seis pasos a tomar: escuchar, enfatizar, afirmar, dirigir, comprometer y, en los casos donde se aplica, referir. Una lista de pasajes biblicos citados en el capitulo y otros pasajes adicio- nales cuya lectura se recomienda, ayu- dara a tener una perspectiva bfblica del tema tratado. La investigacién, las opiniones de exper- tos, las recomendaciones, los antecedentes y las bases biblicas que aqui se presentan pueden ser un recurso de valor incalcula- ble a un padre 0 a otro adulto preocupado Qué puedo hacer?” 13 Este libro ha sido estructurado con el propésito de permitir que un padre, pas- tor, lider juvenil, maestro u otro adulto abra el libro en la tabla de contenido, lo- calice el capitulo que trata el problema en cuestion y, en una sola sesién de lectura, obtenga una comprensién profunda del problema y cémo responder a él. Aparte de eso, el disefio de este libro también permitiré al lector fijarse en el calizar temas especfficos dentro del mis- mo. Ademés, después de leer cuidadosa- mente un capitulo entero, el adulto inte- resado puede obtener aun més conoci mientos e informacién por medio de veri- ficar los pasajes biblicos recomendados al final de cada capitulo. Los capitulos incluidos deben mucho a las opiniones expertas de muchos pro- fesionales cristianos de reconocida tra- yectoria como: William Backus, doctor en filosofia, pastor, autor y sicélogo clinico. Sus libros incluyen: Telling Yourself the Truth y Telling the Truth to Troubled People. Gary R. Collins, sicélogo titulado que cuenta con un doctorado en filosofia con especialidad en sicologfa clinica. El doctor Collins es autor del libro: Christian Counseling: A Comprehensive Guide, el cual es ampliamente respetado. Larry Crabb, que cuenta con un doctorado en filosofia con especialidad en sicologia clinica de la Universidad de Ilinois. El doctor Crabb es autor de: The Marriage Builder, Inside Out. Frank Minirth, doctor en medicina, y Paul Meier, doctor en medicina, fundado- res de las Clinicas Minirth-Meier New Life y autores de més de treinta libros. Keith Olson, doctor y respetado sicé- logo cristiano y autor de: Counseting Teenagers. 14 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES Aunque los capitulos de este libro aprovechan el consejo y Ia informacién obtenidos de las autoridades mas respe- tadas en el campo de consejeria cristiana, no tienen la intencién de presentar un tratamiento completo o infalible de cada tema; ni libros enteros sobre cada pro- blema podrfan hacerlo. Tampoco tiene este libro el propésito de suplantar, ni tampoco demorar el con- sejo de un cristiano capacitado en conse- jeria e intervencién en casos de crisis. No obstante, es un reconocimiento del hecho de que miles de padres, maestros, pasto- res y lideres juveniles se ven ya ante si- tuaciones en las que hombres y mujeres jOvenes necesitan desesperadamente el consejo atinado, Este libro es ofrecido a aquellos adultos que se preocupan por los jévenes, que se sienten ineptos, que se sienten abrumados, que anhelan contar con un recurso que les ayude a ayudar a los jovencitos que se acercan a ellos. Se ofrece como una pri- mera linea de defensa para adultos que es- peran prevenir o solucionar las tragedias que con demasiada frecuencia afligen a stra juventud. El manual para consejeros de jévenes por Josh McDowell presenta una pers- pectiva que no se encuentra en muchos de los buenos libros en venta en librerias seculares: un enfoque biblico centrado en Cristo para ayudar al adolescente que re- conoce las duras realidades de un mun- do cafdo, pero que también ofrece la “ilu- minaci6n del conocimiento de la gloria de Dios” (2 Corintios 4:6). Este libro también ofrece algo que no se encuentra en los muchos y excelentes libros cristianos sobre cémo aconsejar a jOvenes: una gufa disefiada especifica- mente para ayudar a los j6venes a reco- nocer sus dificultades y posibilidades de mejorar su vida desde los afios adoles- centes. El tumulto fisico y emocional de los afios de la adolescencia siempre ha pre- sentado miiltiples problemas y desafios. Pero la juventud actual lucha con muchos dilemas que a la mayoria de sus padres y abuelos les serfa diffcil aguantar. Muchos de estos jovencitos demuestran una resis- tencia increfble en medio de circunstan- cias dificiles. Algunos las manejan admi- rablemente, contra viento y marea. Pero otros se convierten en victimas del peli- groso camino hacia la madurez. Este li- bro es para todos esos jévenes y para los adultos que se preocupan por ellos. Cémo establecer el fundamento En los tiltimos cincuenta afios se han verificado cambios trascendentales en la igle Hace medio siglo existia una gran bre- cha entre la iglesia que se ocupaba de comprender a Dios, Jestis, la Biblia, la salvaci6n y la santificacién, y la sicolo- gia que enfocaba la conducta humana y ayudaba a hombres y mujeres a com- prender y a manejar sus problemas. Mu- chos cristianos dudaban de los sicélogos y los sicoterapeutas, y muchos sicélogos consideraban a la religion, y en especial al cristianismo, con escepticismo 0 con abierta hostilidad. Pero en las décadas de los 50 y 60 algunos cristianos, entre ellos Clyde Narramore, James Dobson, Larry Crabb, Frank Minirth y Paul Meier, empezaron a estudiar y desarrollar una perspectiva cristiana a la sicologfa. Empezaron a ha- blar de entender las premisas y técnicas de la sicologia moderna usando las en- sefianzas de la Biblia, no sustituyendo a la Biblia con estas premisas y técnicas sino més bien tratando de entender mejor las emociones y relaciones humanas a la luz del andlisis y las soluciones biblicos. En la actualidad, escribe Tim Stafford en Christianity Today (EI cristianismo de hoy), prestigiosa publicacién periddica cristiana: La sicologia cristiana ha pasado a ocu- par el centro de atencién dentro del am- biente evangélico. Los sicdlogos escriben los libros cristianos de mejor venta, Los sicélogos se destacan en los programas Introduccion cristianos de televisidn y radio; son ellos a quienes nos acercamos para que nos guien en casos de problemas familiares y de desarrollo personal... Una encuesta de Christianity Today realizada en 1991 sugiere que es més probable que los evan- gélicos leven sus problemas a un conse- jero y no aun pastor. (El treinta y tres por ‘ciento bused ayuda “profesional”, mien- tras que un 10 por ciento la buscé de su pastor.) También los pastores se han su- mado a esta corriente, sabiendo que sus congregaciones se interesan més por homilfas sobre “Sanar los dolores de la criatura interior” que sobre “La menta- lidad misionera del apéstol Pablo”. Palabras como adiccién, autoestima y “disfuncional” son escuchadas en muchos, sermones del domingo en Ia mafiana. Los departamentos de consejeria de los semi- narios evangélicos estén creciendo a pasos agigantados. La universidad Wheaton, bastién de la ortodoxia evangélica, esté lanzando su primer programa de doctora- do, no en teologia ni en estudios biblicos, sino en sicologia. A pesar de la creciente aceptacion y del interés cn la conscjcria cristiana, to- davia aparecen problemas y protestas, y con raz6n, principalmente debido a uno de dos extremos. Dos reacciones extremas Algunas voces cristianas dignas del ma- yor respeto atacan los diversos intentos por introducir en Ia iglesia teorfas sico- l6gicas y técnicas de consejerfa. Algunos dirian: “Jestis es la respuesta. Lo tinico que tenemos que hacer es confiar en él y orar mas, y todo se solucionara”. Otros opinarfan: “Dios no nos llama a entender nuestros sentimientos; nos llama a cono- cer y obedecer Ia voluntad de Dios”. Y estén los que van al otro extremo. Creen que lo tinico que la mayoria nece- sita es “conectarse” con su pasado y to- do se solucionaré. La superacién se en- cuentra en grupos de apoyo y en progra- mas de Doce Pasos. Es posible que se valgan de la Biblia para apoyar sus 15 teorfas y que presenten sus teorias usando terminologia “cristiana”, pero un andlisis cuidadoso revela que sus méto- dos no se distinguen de los no cristianos. La dificultad radica en que hay algo de verdad en ambas posturas y que sus criticas se basan en temores justificados, Jestis sf es la respuesta, y la obediencia a la voluntad de Dios sf es un asunto clave; por otro lado, comprender el pasado de uno muchas veces abre los ojos, y las crisis frecuentemente sf requieren la ayu- da de otros seres humanos que se intere- san por uno. Pero ninguno de los dos ex- tremos en si mismo es biblico, porque ca- da uno presenta sdlo una parte del todo. Gary R. Collins, sicélogo cristiano, escribe sobre este asunto: Seguin la Biblia, los cristianos tenemos. que ensefiar todo lo que Cristo nos ordend y enseiié. Esto por supuesto incluye las doctrinas de Dios, la autoridad, la salva- cidn, e] desarrollo cristiano, la oracién, la iglesia, el futuro, los angeles, los demo- nios y la naturaleza humana. Pero Jestis ensefié también acerca del matrimonio, de las relaciones entre padres e hijos, la obe- diencia, las relaciones entre las razas y la libertad tanto para las mujeres como para los hombres. Y ensefié sobre cuestiones personales como el sexo, 1a ansiedad, los temores, la soledad, las dudas, el orgullo, el pecado y el desaliento. En la actualidad son todos estos temas los que Hevan a la gente a buscar los ser- vicios de consejerfa. Cuando Jestis trataba con personas como éstas, con frecuencia las escuchaba y aceptaba antes de estimu- Jarlas a pensar o actuar de una manera dis- tinta. A veces le decia a la gente lo que debia hacer, pero también la guiaba a re- solver sus problemas haciéndoles pregun- tas acertadas y bajo direccidn divina, El cristiano que anhela imitar a Jestis, nuestro Modelo en todas las cosas, no s6- lo reconoceri el beneficio de predicar an- te grandes multitudes, sino que admitiré la sanidad que puede producirse por me- dio de las relaciones de uno a uno, en que escuchar atentamente y hablar sensible y 16 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES biblicamente puede producir resultados asombrosos. El hecho de reconocer las valiosas in- vestigaciones y técnicas sicolégicas tam- poco desdice el hecho de que, a la larga, la sanidad procede de Dios, como el he- cho de consultar a un médico no indica una falta de fe en el amor y la habilidad soberanos de Dios. Pero asf como Dios muchas veces obra maravillas por medio de cristianos capacitados en medicina, también sana emocional y mentalmente por medio de las técnicas de escuchar y comunicar que emplean los sicélogos cristianos bien fundamentados en la Biblia. Caracteristicas del aconsejamiento biblico Aun entre los creyentes que admiten el lu- gar del aconsejamiento en la iglesia se de- bate mucho sobre qué es el aconsejamien- to auténticamente biblico (qué es, qué no es, quién lo predica, quién lo practica, quién no lo practica). Es necesario que los muchos hombres y mujeres cristianos que sobresalen en este campo tengan un intercambio de ideas en un esfuerzo por encontrar métodos que honren a Dios y que ayuden a otros. Pero nuestro propési- to ahora no es probar, desaprobar ni me- jorar ninguna de esas ideas. No obstante, hay varias premisas so- bre las que se basan el contenido y las re- comendaciones que se encuentran en este libro. Estas premisas se basan en los principios y ensefianzas de la Biblia, la Palabra autorizada, infalible de Dios, la fuente definitiva para un vivir sano. 1. Dios es amor (1 Juan 4:16) y Dios es verdad (Juan 14:6). Su amor lo mo- tiva a revelarnos la verdad. “La premisa principal de la consejeria cristiana”, es- cribe William Backus, “es que la verdad libera al ser humano cuando la cree y la obedece (Juan 8:31, 32). La tarea de con- sejeria es reemplazar creencias erréneas con la verdad”. 2. Aunque no todas las crisis 0 los problemas son espirituales (en su cau- sa o en su remedio), se encuentran en- tretejidos con las creencias espirituales y el estado espiritual de la persona. “Debido a la Cafda”, dice el doctor Hen- ry Cloud, “todos estos problemas (depre- siOn, panico, culpa, adicciones, etc.) es- tn relacionados con la imagen subdesa- rrollada de Dios dentro del alma”. Cloud cree que: “La salud emocional radica en lograr una imagen correcta de Dios den- tro de nosotros”. 3. Un factor decisivo (e integral) pa- ra lograr la sanidad es una relacién personal con el Cristo viviente. Larry Crabb dice que: “La relacién con Cristo brinda recursos que son absolutamente indispensables en la soluci6n substan- cial de todo problema sicolégico (es de- cir, que no tienen una causa orgénica)”. La sanidad no se puede lograr aparte de Jesucristo. 4. Las relaciones sanas son el eje de la salud mental, emocional y espiritual. Muchas de las crisis que viven los j6- venes de hoy se relacionan inexplicable- mente con las relaciones con sus padres, con sus hermanos y otros parientes, con sus amigos, con sus mentores y aun con Dios. La soledad, el sentirse de poco va- lor, la rebeldfa, la homosexualidad, el es- caso rendimiento y otros problemas tie- nen su base en relaciones quebrantadas. 5. Es posible lograr la salud mental, emocional y espiritual. Es casi seguro que requerird trabajo por parte del con- sejero y del aconsejado (y quiz4 por parte de otros en el circulo de la familia y amis- tades del aconsejado), También tendré que incluir la obra de Dios a través del Espi- ritu Santo. Puede Ilevar mucho tiempo. Pero Dios que restaur6 a toda una naci6n (Esdras 8:35) que habfa sido conquistada y destrozada puede también restaurar la salud emocional del joven o la joven que se vuelve a él Introduccion 6. La meta del aconsejamiento bi- blico no es lograr Ia felicidad sino ser més parecido a Cristo. Larry Crabb es- cribe: “Para muchos de nosotros nuestra primera prioridad no es ser como Cristo en medio de nuestros problemas, sino encontrar la felicidad. Yo quiero ser feliz, pero la verdad paraddjica es que nunca seré feliz si me preocupo antes que nada de lograr la felicidad. Mi meta primordial debe ser, en cada circunstancia, responder biblicamente, poner al Sefior en primer lugar, procurar comportarme como é] quisiera que me comportara. La verdad maravillosa es que... si obedientemente guardo la ver- dad a fin de ser més como Dios y de esta manera darlo a conocer a otros, tarde 0 temprano uno de sus resultados sera la felicidad”. 7, La sanidad no ocurre sin la ense- fianza biblica acertada y la obediencia a la Palabra y a la voluntad de Dios. John F. McArthur Jr. advierte sobre los que tratan de sustituir las técnicas sico- légicas en lugar de la ensefianza y com- prension biblicas: Si uno es realmente un sicélogo cristia- no debe ocuparse del alma en el terreno de Jas cosas profundas de la Palabra y el Es piritu, y no andar divagando con las s Perficialidades de la modificaci6n de con- ducta. ;Por qué habrfa el cristiano de optar por una modificacién de conducta cuando cuenta con las herramientas para lograr una transformacién espiritual? Esto seria como el desastre que haria un cirujano si usara un cuchillo de cortar manteca en lu- gar de un bisturi. El consejero més capa- citado es el que con mas cuidado, oracién y fidelidad aplica los recursos espirituales divinos al proceso de santificacién, mot- deando a otro ala imagen de Jesueristo. El hombre o la mujer que procura ayu- dar al joven en crisis tiene que hacer todo esfuerzo posible por desarrollar premi- sas y técnicas bfblicas bien fundamenta- das para dicho ministerio de consuclo y comunicacién. Pero mds importante que 17 las técnicas sera su total y constante de- pendencia del Espiritu Santo de Dios. Como ha escrito Jay Adams: La metodologia y técnica, la habilidad y el ejercicio de los dones son todos con- sonantes con la obra del Espiritu Santo. La diferencia esté en la actitud y motivacién interior de uno: jhace lo que hace apo- yiindose en sus propios esfuerzos, depen- diendo de métodos y técnicas, 0 admi- tiendo su propia insuficiencia y pidiéndole al Espiritu Santo que use sus dones y mé- todos? Es cierto que uno puede abusar de Jos dones, metodologias y técnicas; uno puede darles més importancia que al Espi- ritu Santo y puede usarlos para reemplazar su obra. Pero también pueden ser usados en completa sujecién a él para gloria de Dios y beneficio de sus hijos. Que cada cristiano interesado por la juventud que usa este manual, lo haga de- pendiendo del Espiritu Santo y que sea para la gloria de Dios y beneficio de sus hijos. Cémo aprender a ofrecer el consejo cristiano Hace muchos afios, un judio al borde de la vejez llamado Pablo se interes6 por un joven llamado Timoteo. Durante va- ios afios Pablo ayudé a su joven amigo a hacer frente a su timidez y a su renuen- cia en usar sus dones y demostrar su lide- razgo en la iglesia (2 Timoteo 1:6-8; 4:12-14). Del mismo modo, un préspero evangelista cristiano llamado Bernabé tomé bajo su cuidado a Juan Marcos, su pariente, y guid al joven, a veces incons- tante, hasta que éste Ilegé a ser un siervo respetado de la iglesia (Hechos 15:36-40; Colosenses 4:10; 2 Timoteo 4:11). Mardoqueo aconsejaba a Hadasa, su joven prima llamada también Ester, aun después que ésta se convirtiera en reina de Persia y de Media (Ester 4:1-17). Noemf ayud6 a Rut, su nuera viuda a encontrar un esposo carifioso (Rut 3:1- 18). Moisés capacité al joven Josué, hijo 18 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES de Nun, para que pudiera hacerse cargo del liderazgo del pueblo de Dios (Deute- ronomio 31:1-8). Ninguno de éstos habfa tomado cursos de sicoterapia. Ninguno contaba con un titulo de posgrado en consejerfa. No eran telogos educados, pero eran versados en las Escrituras, y fueron guiados por Dios para ayudar a personas mis j6venes a su- perar dificultades y a cumplir el propési- to amante de Dios para ellos. En la actualidad, muchos maestros, li- deres juveniles, pastores y padres se en- cuentran en posiciones similares. Una madre consuela a su hija jovencita que no fue invitada a una fiesta. Un maestro des- cubre que un estudiante esta alterado y distraido debido al inminente divorcio de sus padres. Un pastor ora en silencio jun- to al lecho de una adolescente que in- tent6 suicidarse. Mientras comparten un refresco, un Ifder de jévenes conversa con un jovencito en su tiltimo afio de se- cundaria sobre las opciones que el futuro le ofrece. El adulto en tales disyuntivas puede sentirse insuficiente por su falta de cono- cimiento o experiencia espiritual. Pero muchos ya estén cumpliendo un minis- terio crucial de consolar y guiar a los j6- venes en crisis. Es posible que no tengan una formaci6n educativa oficial para ma- nejar dichas situaciones, pero es imposi- ble contar cudntos creyentes se ven ante la responsabilidad de ofrecer su consejo piadoso a un joven que lo necesita Aptitudes necesarias para ministrar a la juventud {Quién puede aconsejar? Sin duda, to- do ser humano que es cdlido (compasivo, sensible, comprensivo) en sus relaciones, alguna vez se vera en la posicién de aconsejar, ya que es natural para la gente ayudarse mutuamente, escucharse unos a otros, pedir y dar consejos. No importa lo poco que sepamos, lo ineptos que nos sintamos, muchos de no- sotros nos vemos ante interrogantes y situaciones que nuestra juventud de hoy enfrenta. Puede ser que no estemos se- guros de las aptitudes necesarias para es- ta tarea, pero estamos totalmente conven- cidos de que no tenemos la capacidad de hacerla. {.Cudles son las aptitudes necesarias para ministrar a la juventud? ;Qué se re- quiere para poder consolar y guiar al mu- chacho de catorce afios que sufre y al de dieciocho aiios que busca respuestas? {Qué habilidades y caracteristicas hemos de desarrollar y cultivar a fin de ayudar més eficazmente al joven en crisis? La investigacién muestra que el acon- sejar es mas eficaz cuando el consejero cuenta con tres caracterfsticas persona- les: empatfa certera, calidez no posesiva, y autenticidad. Empatia esmerada. El padre, lider de j6venes 0 cualquier adulto que espera poder aconsejar eficazmente a Ia juven- tud tiene que desarrollar o cultivar una “empatia esmerada”, como lo expresa el siguiente ejemplo: Ana, de quince aftos, se esta esforzando por contarle a su consejero lo que pas6. Hace tres dfas tuvo su primera experiencia sexual. Fue violada. Llena de sentimientos conflictivos y violentos, tratando de domi- nar unas néuseas incontrolables y sintién- dose totalmente confundida, cuenta vaci- lante lo que le sucedié. ;Cémo le puede ayudar el consejero? Las palabras triviales no dan resultado, Asegurarle que “todo va a andar bien” cae en oidos sordos. Leerle pasajes de la Biblia probablemente au- mente su sentido de poca valfa. ¥ orar con ella demasiado pronto probablemente la haga sentirse aislada. Entonces, ,qué puede decirle el conse- jero? Por lo general, los comentarios ini- ciales de mas ayuda son las expresiones empaticas que muestran comprensién: ‘ terriblemente dificil expresar con palabras estos sentimientos tan fuertes”. “Te da néiuseas cada vez que te acuerdas de lo que te pasé”, “Todo resulta tan confuso en este momento”. “Tenfas mucho miedo”. “Te sentias tan sola, sin defensas y desyalida”. Introduccién La empatia del consejero tiene un im- pacto curativo sobre el aconsejado, y re- fleja una comprensién profunda del mun do privado del aconsejado que genera un sentido de que quizé alguien realmente comprende. Quiza a alguien realmente le importe to que le pasa. Calidez no posesiva. Al consejero efi- caz verdaderamente le importa la feli- cidad y el bienestar de su aconsejado. Hay una simpatia que empieza a ganarse la confianza del joven. Y, de mas impor- tancia, al ir sintiendo que es valorado y querido, el aconsejado empieza a desa- rrollar una base interna para sentirse de valor y amarse a si mismo. “Si mi conse- jero me quiere, quizé después de todo valgo algo”, dice. Jestis dio ejemplo de este tipo de cali- dez aceptante, carifiosa y amante. Demos- tr6 un interés sincero en las personas con las cuales se encontraba (Mateo 8:5-13; Marcos 5:30), y sentfa una auténtica preo- cupacién y compasién por cllas (Marcos 1:41; Lucas 8:13). La gente confiaba en él, lo buscaba y le contaba sus confiden- cias porque la calidez de su carifio e inte- rés por ellos los invitaba a hacerlo. Autenticidad. El consejero auténtico es real, alguien sin prejuicios, sincero, que evita la falsedad o ef asumir un papel de superioridad. La autenticidad implica espontaneidad sin impulsividad, y hones tidad sin confrontaciones crueles. Signi. fica que el que ayuda esta siendo pro- fundamente él mismo, no pensando y sintiendo una cosa y diciendo otra. Aparte de estas aptitudes (que puede tenerlas el consejero no cristiano tanto como el cristiano), el adulto que quiere aconsejar eficazmente a la juventud tam- bién queré desarrollar 0 cultivar lo si- guiente: Un esptritu humilde. Mucho dao puede hacer el consejero que es arrogante 0 centrado en sf mismo, que cree (0 acttia como) que lo sabe todo. Un espiritu asf, orgulloso y altanero, si no hace huir al 19 joven con problemas, puede crear muchos problemas mas de los que resuelve. Por otro lado, un espiritu humilde procura comprender més que ser comprendido. El consejero apoya la biisqueda del joven al ayudarle a encontrar sus propias respuestas y sentido de direcci6n. Un espiritu humilde enfoca el consejo alrededor de lo que pien- say siente el aconsejado. Poca atencién se centra en la habilidad, pericia 0 sabiduria del consejero. Estabilidad emocional. No se requie- re que el consejero sea perfecto; de ser asi, las iglesias y centros de consejeria estarian desiertos. Pero los hombres 0 mujeres que esperan aconsejar eficazmente a la juven- tud deben ellos mismos ser emocional- mente estables. El adolescente 0 el joven, sea que esté 0 no visiblemente en una s tuacién de crisis, no puede ser ayudado por un consejero que también esta lu- chando por controlarse. Relacién con Jesucristo. Por muchas razones una relacién personal y una de- pendencia del Sefior Jesucristo son deci- sivas para quien piensa aconsejar a otros. Habra ocasiones cuando s6lo el Espiritu Santo puede proporcionar la compren- sién de un problema o de su solucién. Habra momentos cuando se necesite una provisién sobrenatural de paciencia. Ha- brd situaciones en que la tinica receta es la oracién y dependencia en la gracia de Dios. Por estas y muchas otras razones, una relaci6n intima con Cristo es indis- pensable para lograr un ministerio cficaz de consuelo y comunicacién. Dependencia del Espiritu Santo. Cual- quier adulto que trabaja con la juventud se encontrara ante preguntas y situaciones que prueban su conocimiento y acaban con su paciencia. El hombre 0 mujer que se vale de sus propios recursos nunca tendré las fuerzas necesarias para estar a la altura de la situacién. Pero el que reconoce su insuficiencia, que consulta a Dios en ora- ci6n y que a cada paso se vale de la 20 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES sabidurfa, la gracia y el poder del Espiri- tu sera de gran bendici6n al joven que necesita ayuda. Conocimiento de las ensefanzas fun- damentales de la Biblia. E| consejero de jOvenes no necesita un diploma del se- minario (aunque no le vendria mal), pero un conocimiento de la Biblia y sus pre- ceptos y principios bisicos es de vital im- portancia. Si usted no sabe que en el rei- no de Dios es considerado de mas valor y mejor servir que ser servido es muy posible que ensefiaré valores del mundo sin saber la diferencia. Si no ha descu- bierto que la disciplina tiene un lugar principal en la vida cristiana, no podra ayudar a quienes estén viviendo tales pruebas. Ser versado en la verdad biblica es el requisito mas basico para aconse- jar. No obstante, es importante compren- der que es necesario también tener una vida devocional significativa y fiel que incluye la oracién, la lectura y el estudio de la Biblia. Una cosa es conocer la Pa- labra de Dios, y otra totalmente distinta es vivir y experimentar cotidianamente la Palabra en su propia vida. Lo que antecede no son las ti bilidades o caracteristicas que asistiran al adulto al ayudar a la juventud. El buen consejero, por ejemplo, puede manejarse eficientemente careciendo mayormente de conflictos, trabas, inseguridades o problemas personales. El consejero efi- az es también compasivo, se interesa por los demas, se mantiene atento a sus Ppropios sentimientos y motivaciones, re- velandose mas que escondiéndose, y co- nocedor del campo de la consejeria. Propésitos de ministrar ala juventud Muchos adultos que se interesan por los j6venes creen que el objetivo de consolar © aconsejarles es hacer que se sientan felices. Pero el objetivo de ministrar a la juventud no es la felicidad sino la salud. 1. Salud espiritual. El primer objeti- vo al trabajar con los jOvenes es y debe ser su salud espiritual. No podemos enfa- tizar demasiado lo indispensable que es una relacién real, personal, lozana con Jesucristo. Un ejemplo de esto lo encon- tramos en el ministerio de Pablo quien escribi6 a los colosenses (1:28) que su interacci6n oral con las personas siempre tuvo la finalidad de promover Ia madurez cristiana. Solo el creyente que va madurando de- sarrolla més profundamente el propésito primordial de su vida: adorar y servir. Por lo tanto, el aconsejamiento biblico adop- taré como su principal estrategia la pro- moci6n de la madurez espiritual. Cuando conversamos con otros creyentes, hemos de tener siempre en cuenta el propésito de ayudarles a ser mas maduros para poder agradar mejor a Dios. 2. Salud emocional. Otro propésito al ministrar a la juventud, y uno relaciona- do intrinsecamente con la salud espiri- tual, es promover la salud emocional. El doctor Henry Cloud destaca que los pro- blemas emocionales como la depresién, el pinico y los sentimientos de culpabi- lidad estén relacionados con “la imagen subdesarrollada de Dios en el alma”. La salud emocional, cree Cloud, “descansa en el desarrollo de la imagen de Dios dentro de nosotros”. El joven que esté siendo guiado a lograr madurez espiritual en Cristo puede ser ayudado también a lograr salud emocional, alcanzar una comprensién y la curacién de los problemas que lo atormentan. 3. Salud en sus relaciones, Otra meta al ministrar a la juventud es promover la salud en las relaciones. Mucho del dolor y disfuncién que sufre la juventud actual es el resultado de relaciones malsanas 0 rotas. Clave entre éstos es la relacién con los padres. Una meta principal de cualquier adulto que ama a los jGvenes es lograr el restablecimiento y la restauracién de las relaciones de ese joven, primero con Introduccién Dios, luego con sus padres, luego con los demis, Técnicas a usar para ministrar a la juventud El vocablo castellano técnica se deri. va de la palabra griega techne, que signi- fica habilidad. Cualquier adulto que haya trabajado con j6venes reconocer que se necesitan ciertas habilidades, y cualquiera que haya intentado guiar a otra persona reconoceré que como se ofrece el consejo determina en gran par- te, cémo sera recibido y seguido. Gary Collins, reconocida autoridad en consejerfa cristiana, identifica cinco téc- nicas bdsicas que serin de utilidad a quicnes deseen ofrecer consuelo y direc- cién a otro: 1. Prestar atencin. El consejero debe tra- tar de dar toda su atencién al aconsejado. Esto lo lograra por medio de: (a) contacto visual, mirando sin fijar la mirada como una manera de demostrar preocupacién y comprensiGn; (b) postura, debe ser repo- sada y muchas veces incluye inclinéndose hacia el aconsejado y (c) gestos naturales pero no excesivos ni que distraigan. 2, Escuchar. Esto incluye mds que dar se- iiales pasivas 0 una atencién desganada a lo que dice otra persona. Escuchar eficaz- mente es un proceso activo. Involucra: @ Tener la habilidad de dejar a un lado los propios conflictos, parcialidades y preocupaciones a fin de poder con- centrarse en lo que el aconsejado esté comunicando. @ Evitar expresiones orales 0 no orales sutiles que muestran que uno desa- prueba o que esta juzgando lo que se fo, aun cuando el contenido © Usar tanto los ojos como los ofdos para detectar mensajes que transmite el tono de la voz, la postura, los gestos, las ex- presiones faciales y otras seitales aparte del habla. 21 © Escuchar no sélo lo que el aconsejado dice, sino notar lo que omite. @ Esperar pacientemente durante los mo- mentos de silencio 0 lagrimas mientras el aconsejado se arma de valentia para compartir algo doloroso © hace una pausa para organizar sus pensamientos y recuperar su compostura. @ Mirar al aconsejado mientras éste 0 ésta habla, pero sin clavarle la mirada ni de- jar que sus ojos se distraigan... © Enmtender que puede aceptar al aconse- jado aungue no apruebe sus acciones, escala de valores o creencias... 3. Responder. No se debe pensar que el consejero escuche y nada més, También debe estar listo para: Guiar, que es la habilidad por medio de la cual el consejero poco a poco va encau- zando la conversacién. “Qué pasé des- pués?” “Explicame que significa cuando dices que...” son preguntas breves que pueden guiar el didlogo en direcciones que brindardn informacién dui. Reflexionar, que es una manera de co- municar a los aconsejados que “estamos con ellos” y que podemos entender cmo se sienten o lo que piensan, “Te debes sen- tir... 0 “Me imagino que eso ha de haber sido frustrante”, 0 “Seguro que eso fue divertido” reflejan lo que esta sucediendo al aconsejar. Tenga cuidado de no reflexio- nar después de cada declaracién; hégalo periddicamente... El consejero puede ha- cer un resumen de los sentimientos (“Eso hha de haber dolido”) y/o de los temas que se acaban de cubrir (“Por todo lo que me dices parece que has tenido una racha de fracasos”). Cuando haga usted un comen- tario, dé al aconsejado el tiempo y la opor- tunidad de responder a lo que usted dijo. Preguatar, si se hace con habilidad, pue- de brindar mucha informacién itil. Las mejores preguntas son las que requieren que la contestacién tenga una o dos frases (por ejemplo: “;Qué tipo de cosas te en- tristecen?” en lugar de las que pueden ser contestadas con una sola palabra: “Te sientes triste?”). 22 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES Confrontar, que no es lo mismo que ata- car 0 condenar con safa a otra persona. Cuando confrontamos presentamos alguna idea al aconsejado que quiz4 de otra ma- nera no hubiera visto. Los aconsejados pueden ser confrontados con el pecado en sus vidas, con sus fracasos, contradiccio- nes, excusas, actitudes perjudiciales 0 con- ducta contraproducente. La confrontacién da mejores resultados cuando se hace de una manera cariiiosa, amable, sin emitir juicios... Informar, involucra dar datos a las per- sonas que necesitan informarse. Trate de evitar dar mucha informacién de una sola vez; sea claro y recuerde que cuando al- guien sufre responde mejor a la informa- cién que es relevante a sus necesidades y preocupaciones inmediatas... Apoyar y alentar, son partes importantes de cualquier situacién de aconsejamiento, especialmente al principio. Apoyar incluye guiar al aconsejado a analizar sus recursos espirituales y emocionales, ayudandole en cualquier problema o fracaso que surja co- mo resultado de esta accién. 4. Enseiiar. Todas estas técnicas son formatos especializados de la educacién sicol6gica. El consejero es un educador, ensefiando por medio de la instrucci6n, de! ejemplo y guiando al aconsejado mientras éste aprende por experiencia a manejar los problemas de la vida... 5, Filtrar. El buen consejero no es un escéptico que no cree nada de lo que el aconsejado dice, pero es bueno recordar que el aconsejado no siempre dice toda la verdad y no siempre dice lo que realmente quiere necesita... Por lo tanto, al acon- sejar, trate mentalmente de ordenar las pa- labras del aconsejado. {Qué quiere pre- guntar realmente...? ;Existen otros proble- mas aparte de los que est presentando?... Todo esto vuelve a subrayar que el con- sejero necesita sabidurfa y discernimiento. Algo de esto se logra por experiencia, pero los cristianos saben que las més de las veces la sensibilidad se adquiere cuando oramos, pidiendo discernimiento, direc- cién y una percepcién precisa que viene del Espiritu Santo. Limitaciones al ministrar a los jévenes El adulto que quiere consolar, alentar y ministrar a los j6venes tiene que conocer sus limitaciones y sus obligaciones, En cualquier esfuerzo por ayudar al joven a encarar una crisis o tomar una de- cisi6n importante, la participacin de los padres del joven es imprescindible. El pastor, maestro o lider de jévenes sabio sera extremadamente sensible a la auto- ridad biblica y legal de los padres sobre el joven. Cualquier intento de aconsejar 0 guiar a un adolescente sin el conocimien- to, aprobacién y/o la participaci6n de sus padres seguramente fracasaré o, en el mejor de los casos, causaré problemas &ticos y practicos dificiles para el joven y para el adulto. Por lo tanto, excepto en casos donde su participacién es clara- mente imposible 0 inconveniente (como en casos de abuso de parte de los padres, por ejemplo), la meta del consejero de jOvenes debe ser solucionar lo antes po- sible cualquier diferencia entre padres e hijos. El aspecto confidencial de alguna in- formacin puede surgir en muchas de las circunstancias tratadas en este libro. En la mayoria de los estados y provincias las conversaciones con miembros del clero gozan de inmunidad parlamentaria, y pueden mantenerse confidenciales aun en un tribunal de justicia. Pero, para to- dos los demis, el aspecto confidencial de una conversacién puede causar proble- mas. El adolescente que se acerca a un maes- tro o lider juvenil buscando un consejo, las mas de las veces lo hard tinicamente si se siente seguro de que puede confiar en que el adulto se reservard su informa- ci6n personal, y los adultos responsables, desde luego, querran ser dignos de esa confianza. No obstante, aunque el adulto debe demostrar la maxima integridad en tales situaciones, nunca debe prometer guardar un secreto sin antes escuchar Introduccién todo lo que el joven tiene que deci algunos paises estados y provincias, el adulto se verd obligado legalmente a re- portar casos de abuso o de conducta ilf- cita, por ejemplo. Los estados y provincias tienen distin- tas leyes que enfocan la obligacién de ciertos profesionales (consejeros, pasto- res, maestros, etc.) de notificar a los pa- dres antes de dar cualquier tratamiento a un menor. Collins escribe: “Las leyes que cubren (diversos) aspectos relacionados con el aconsejamiento varfan de un lugar a otro y con frecuencia los estatutos cam- bian. Si usted aconseja con poca frecuen- cia, sin formalidades o dentro de los con- fines de un templo o una institucién edu- cativa, es probable que esté exento de muchas de las leyes que se aplican a con- sejeros profesionales. Pero si aconseja con frecuencia le conviene consultar a un abogado para determinar cémo las leyes locales pueden influir sobre su trabajo de aconsejamiento 0 limitarlo.” Ademés, quien quiera ayudar a la ju- ventud tiene que saber los riesgos que hay en tal ministerio de consuelo y co- municacién, y debe tomar medidas para reducir los riesgos de: © Manipulacién. Los jévenes con pro- blemas pueden ser expertos en manipular alos adultos. Algunos lideres de jévenes maestros, padres y pastores pueden en- contrarse en ocasiones haciendo toda cla- se de cosas con y para el joven; cosas que yan més alla de lo que es apropiado para su posicion. Collins sugiere que uno se pregunte: “Me esta manipulado?” “;Me estoy pasando de lo que son mis obligacio- nes?” y “Qué quiere realmente esta [per- sona]?” Esto debe hacerse no s6lo para pro- teger al adulto sino para procurar lo mejor para el joven, porque la manipulacién rara vez produce resultados positivos. © Dependencia, El desarrollo de una ac- litud de depender de la persona que se interesa por uno es con frecuencia el re- sultado de una relacién ayudadora. El jo- ven puede exigir mas y mas tiempo y 23 atencién y mostrar una creciente depen- dencia en su aprobacién y consejo. Esta dependencia es contraria a los objetivos principales del adulto interesado en el jo- ven que quiere lograr la salud espiritual, emocional y relacional de aquel. e Transferencia contraria. Collins di- ce: “La transferencia contraria ocurre cuando las propias necesidades del con- sejero interfieren con la relacién tera- péutica. Cuando la sesién de aconseja- miento se convierte en una ocasién para resolver sus propios problemas, lo mas probable es que los aconsejados no serdn ayudados”. Esto puede ser especialmente peligroso cuando la interaccién es entre personas del sexo opuesto. Por esta ra- z6n, recomendamos decididamente que el pastor, pastor de j6venes, maestro 0 Ifder juvenil limite su interacci6n con el sexo opuesto. Por ejemplo, a un ministro juvenil le conviene referir a las nifias lo antes posible a su esposa o a una mujer cristiana madura en el iglesia, evitando asf no slo las apariencias del mal (1 Te- salonicenses 5:22), sino también la opor- tunidad de caer en él (1 Corintios 10:12; 16:13). Los siguientes consejos ayudarén a prevenir riesgos innecesarios por parte del hombre o la mujer al ministrar a los jévenes: e@ Nunca aconseje a nadie, varén 0 mu- Jer a puertas cerradas; retnanse en lu- gares ptiblicos donde es posible tener una conversacion “privada”, como el comedor del colegio, un parque, plaza o restaurante, @ Establezca limites claros en cuanto a su compromiso, especialmente si em- pieza a notar una dependencia; por ejemplo: {Con cudnta frecuencia se estd reuniendo con el joven? ;Le dio permiso para Hamarle a usted a su ca- sito? Di- chos limites no tienen la intencién de separar al adulto del joven sino ayudar 24 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES a aquel a ser lo més objetivo y, por lo tanto, lo mas ttil posible para el joven. @ Limite su interaccién con el sexo opuesto a situaciones grupales. Si de- be interactuar con alguien del sexo opuesto incluya a una tercera persona de su confianza. @ Manténgase alerta para captar sefiales de que lo estén manipulando o apro- vechandose de usted (,Esta usted ha- ciendo cosas para el joven que é1 mis- mo puede y debe estar haciendo?) y vuelva a definir los limites saludables en su relaci6n. ‘@ Haga que sus obligaciones y limita- ciones sean claras para el joven. Pue- de usted decir, por ejemplo: “No, no puedo prometerte que no le contaré nada a tus padres, pero te puedo acompafiar si quieres contdrselo ti”. No prometa lo que no puede cumplir, y no aliente esperanzas que no puede convertir en realidad. El consejero debe mantener una acti- tud vigilante si va a evitar los peligros. Como ayudadores cristianos honramos a Dios haciendo lo mejor posible, pidiendo perdén cuando cometemos errores, y usando nuestras equivocaciones para aprender y como peldafios para mejorar. EI ultimo paso en la tarea de recono- cer y manejar las obligaciones y limita- ciones del consejero tiene que ver con el tema de referir al joven a otro que lo pue- da ayudar. En algunas ocasiones, al tra- bajar con los j6venes, se verd que la crisis es tan urgente o compleja que requiere ayuda profesional. En otros momentos, los problemas de algtin joven pueden pa- recer persistentes, pero no necesaria- mente de muerte. ;C6mo puede discemir el adulto si (y cudndo) se justifica refe- rirlo a un consejero profesional? Aunque algunos capitulos en este libro ofrecen una gufa en cuanto al problema especifico que enfocan, Gary D. Bennett ofrece es- tas pautas generales: {Cuando debe usted pedir ayuda...?To- da vez que el adolescente pida o indique de otras maneras que necesita ayuda, toda vez que sienta usted que ya no puede ma- nejar la situacién o cuando la conducta del adolescente puede tener consecuencias perjudiciales de largo alcance, Por ejem- plo, tristeza crénica, problemas de con- ducta (por ejemplo: mentiras, robos, esca- parse de su casa), sentimientos de poca valfa y depresin o soledad continua pue- den ser razones para referirlo a un profe- sional. Muchas veces unas pocas sesiones de aconsejamiento con un profesional sera todo lo que se necesita, Sandi Black, consejera para situacio- nes de crisis dentro de las escuelas loca- les y de educacién media en Texas, acon- seja que los jovencitos sean referidos a un consejero capacitado si se notan va- rios de los siguientes sfntomas (0 sefiales de repeticién de algunos de estos sinto- mas): Sfntomas de conducta Ataques stibitos de furia Repetidos robos, engafios, mentiras Peleas excesivas, iniciar conflictos de poder © Hiperactividad/nerviosismo @ Sofar despierto (“estar en la luna”) excesivamente/absorto en fantasia © Echar la culpa a otros excesiva- mentefirresponsabilidad © —Desafio constante a las reglas Sintomas emocionales © Desmejora en sus estudios, aumento de problemas en la escuela © — Sospecha y desconfianza de los demas © Hablar de escaparse de su casa @ Preocupaciéa con temas fisicos sexuales © Dificultades con su capacidad de atencién Conducta excéntrica, imprevisible Nuevas amistades “dudosas” Celos excesivos de sus compafieros y de sus hermanos Introduccion @ Ira, golpear objetos 0 a otras personas © Cambio significativo en sus motivaciones © Pérdida de interés en actividades de las que antes disfrutaba Sintomas fisicos Falta de aseo personal ‘Cambio grande en su peso 0 aspecto Demasiado propenso a los accidentes Falta de apetito 0 demasiado comilén Trastornos relacionados con el suefto/pesadillas © Frecuentes enfermedades, dolores de cabeza y de estémago Tenga en cuenta que ninguna de las condiciones enunciadas, ni tampoco va- rias de elas, indican en sf mismas la exis- tencia de un grave problema sicolégico. Pero, cuando son més que algunas o cuando son recurrentes, se justifica referir al joven a un profesional. Joan Sturkie y Valerie Gibson en su libro The Peer Counselor’s Pocket Book, 1989, pp. 32, 33 ofrecen pautas sabias a seguir cuando se ha tomado la decisién de referir al adoles- cente al cuidado de un profesional: 1, Entérese de los recursos disponibles en su comunidad para que pueda contactar el lugar oa la persona mas apropiado. 2. Consulte los recursos en su comunidad antes de referir al joven, para estar seguro de que hay plaza para él. 3. Haga saber a su aconsejado por qué cree usted que él 0 ella debe ser referido a un profesional y, a la vez, siga brindandole todo el apoyo que pueda. 4. Explique a su aconsejado la raz6n detris de cada una de las opciones de referencia que usted ha compartido con él ella. 5. Incluya lo mas posible al aconsejado en la decisién de referirlo a un profesional. Si el aconsejado se siente duefto de la decisién es probable que sea mds consecuente en cumplir con las citas programadas. 6. Anime al aconsejado a hacer su propia cita, porque es posible que usted no tenga toda la informacién necesaria para programarla. 7. Ayude al aconsejado a programar el trans- porte para llegar a su cita, y decida si al- guien necesita acompafiarlo. 25 8. Demuestre su constante interés por cl aconsejado aun después de referirlo a un profesional, y esté listo para apoyarlo du- rante y después del periodo de sus con- sultas. EI padre, maestro, pastor o lider de jé- venes entendido investigara con cuidado y en oracién los recursos en su comuni- dad y los posibles consejeros. Es posible que aun los profesionales més califica- dos no suplan las necesidades del adoles- cente confuso y perplejo ni Ilene los re- quisitos del cristiano interesado que esta refiriendo al joven. Las siguientes suge- rencias pueden ayudar al adulto diligente a tomar decisiones entendidas en este as- pecto: 1. Pida referencias: Solicite recomendacio- nes del pastor o un amigo de confianza; al- guien ecudnime que no defraude la con- fianza de la persona que se las pide. 2. Consuite los directorios de profesionales cristianos: Busque en la guia telefénica o llame a un “ndmero de emergencia” (en algunas ciudades, los sicélogos 0 siquia- tras cristianos con servicio para interna- dos estin a disposicién por teléfono las 24 horas del dia y pueden dar los nombres y niimeros de teléfono de consejeros cristia- nos en la comunidad y alrededores). 3. Haga preguntas sobre los siguientes te- mas al pedir una cita: Aplitudes espirituales. {Qué quiere decir el consejero potencial al identificarse co- mo un “consejero cristiano”? Aptitudes educativas y profesionales. {Cuenta el consejero con un diploma de posgrado de una universidad 0 un semi- nario acreditado (no s6lo por el Estado) de buena reputacién? jEn qué especialidad? Esta persona... tiene licencia o certifica- cién para trabajar en este campo? Experiencia. ;Cuanto hace que el conse- jero brinda sus servicios?... ;Qué métodos uusa? Tiene un campo en que se espe- cializa o alguna pericia en particular? 26 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES Precios, {Tiene tarita unica o segin una escala? ,Acepta seguro médico? {Cuando se vencen los pagos por las consultas? 4. Preste atencién a sus primeras impre- i {Se nota que los empleados del io © centro de aconsejamiento son cristianos? Desde la recepcionista has- ta el profesional ;tratan a los clientes con cortesia, calidez y respeto? ¢Son los pro- cedimientos para tomar al paciente, inclu- yendo los formularios a ser lenados y firmados, profesionales y ala vez claros? iAseguran que se guardaran las confiden- cias? 5. Haga mas preguntas: Por ejemplo, gtiene el consejero experiencia previa en el trata- miento de cierto problema especifico? 6. Sobre todo, ore: Pidiendo sabiduria al tra- tar de localizar un consejero cristiano que ayude a llevar las cargas de la persona ne cesitada y a ayudar a resolver sus proble- mas. Ademis de lo enunciado, en los Esta- dos Unidos de América los siguientes organismos pueden ayudar al adulto inte- resado a localizar a consejeros profesio- nales cristianos de buen nombre y cen- tros de tratamientos en su regién. (A los lectores de otros paises les sugerimos buscar ayuda con grupos cristianos 0 pri- vados que se especializan en consejerfa juvenil.) (800) NEW-LIFE Clinicas Minirth-Meier New Life, una red nacional de centros de consejeria cristianos. (800) 883-HOPE Centros de consejerfa New Hope, una red de doce centros cristianos en el este de los Estados Unidos. (800) 5-COUNSEL The American Association of Christian Counselors (Asociacién americana de Janos), una asociacion de i cinco mil consejeros profesionales, pastorales y laicos. (909) 695-2277 The Christian Association for Psycholo- gical Studies (CAPS) (Asociacién cris- tiana de estudios sicolégicos), una aso- ciacién de alrededor de 2.300 sicélogos, siquiatras, consejeros, pastores, maes- tros, investigadores y estudiantes cris- tianos. (Nota: las siglas en letra negrita son ntimeros de teléfono. El nimero "800" indica que las Namadas son gratis.) + PROBLEMAS EMOCIONALES SOLEDAD CONTENIDO EL PROBLEMA 31 LAS CAUSAS 31 Concepto bajo de si mismo Relaciones familiares malsanas Factores sociolégicos Circunstancias temporarias o cambiantes Actitudes Temor Hostilidad Incapacidad para comunicarse Causas espirituales Otras causas de la soledad LOS EFECTOS 33 Efectos fisicos Efectos espirituales Concepto bajo de si mismo Dependencia Depresion y desesperacién Violencia Abuso del alcohol y las drogas LA PERSPECTIVA BIBLICA 35 LA RESPUESTA 35 Introduccién aricela estaba comenzando su primer afio de secundaria. Era hija tnica, y se cri6 en medio de muchas tensiones en su hogar. Su pap4 tenia problemas emocionales. Maricela tra- taba de ser comprensiva; razonaba que su papa ya tenia bastantes preo- cupaciones con sus propios problemas, pero muchas veces ansiaba que alguien la tratara como una persona especial. Lleg6 a su adolescencia dudando de si alguna vez un hombre se interesaria en ella, y menos si la amaria. Cuando empezé la escuela secundaria, sus padres se divor- ciaron, y ella y su mama se mudaron a otra ciudad donde su mama po- dria conseguir un buen empleo. —Me fue dificil hacer amistades en mi nueva escuela —explicd Maricela mas adelante—. En realidad, nunca consegui tener una amiga. Y en casa, la mayor parte del tiempo mamé no estaba. Me parecia que me moria de soledad. —Por eso me sorprendié, mejor dicho me lIlené de alegria, el que Marcos me invitara a salir. Maricela y Marcos empezaron a salir juntos. Marcos era mayor y tenfa mas experiencia y, al poco tiempo, empez6 a presionar a Maricela para que tuviera relaciones sexuales con él. Maricela sabia de otras muchachas que ya tenian relaciones sexuales con muchachos, y esto aumenté su confusién. —Lo seguro es que no queria volver a como estaba antes de salir con Marcos —dice ella—. Si lo hubiera perdido me hubiera sentido més sola que antes. Marcos habia Ilenado el vacio de la soledad en la vida de Maricela, asi que mas bien que perderlo, consintid en tener relaciones sexuales con él. Maricela necesitaba ser aceptada, y crefa que su relaci6n fisica con Marcos la haria sentir que la querfan. Ella y Marcos siguen salien- do, y siguen con sus relaciones sexuales. Pero Maricela sabe que Mar- cos sale también con otras chicas. Y sigue sintiéndose sola. 30 Soledad 31 EI problema de la soledad ‘La soledad”, escribe Charles Durham, s un estado mental doloroso, un senti- miento en la profundidad del alma. Pue- de ser levemente irritante 0 totalmente paralizante.” El Dr. Gary R. Collins agrega: La soledad es la dolorosa percepcién de que carecemos de contactos de signifi- caneia con los demas, Incluye una sensa- cién de vacio interior que puede estar acompafiada de tristeza, desaliento, un sentido de aislamiento, inquietud, ansie~ dad y un intenso anhelo de ser querido 0 necesitado por alguien. La soledad es un problema muy co- miin, Existe en todas partes, entre toda clase de gente. Como destaca Durham: Una encuesta mostré que uno de cada cuatro participantes dijeron que en las se- manas anteriores a la encuesta se habfan sentido solos, y uno de cada nueve reporté haberse sentido extremadamente solo la semana anterior. Un estudio hecho por el sicoanalista Michael Whitenburgh, que dirige las clinicas para el estrés en Liverpool y Londres, Inglaterra, mostr6é que el mayor temor de los britinicos —més que la claustrofobia, mas que el temor a los insectos, mas que el temor a viajar en avién— es el temor a la soledad. Y otro sicélogo, al preguntarsele la relacién en- tre la soledad y las enfermedades, res- pondié: “Eso es como preguntar si el aire tiene relaci6n con la salud.” La soledad es muy prevalente y des- tructiva entre la poblacién adulta, pero es aun mds pronunciada entre la juventud. Y la soledad, especialmente para un joven, puede ser abrumadora, perturbadora y devastadora. Se ha reportado que de todas las personas en Estados Unidos, el adolescente es el que tiene mas problemas con la soledad. La ado- lescencia es una etapa en Ia vida cuando la aceptacién social est en su punto maxi- mo. Los adolescentes ya no se consideran nifios, y la mayorfa se esta esforzando por ser més independiente de su familia. Las relaciones con grupos de amigos son ex- tremadamente importantes, y la presién resultante puede ser tremenda. Aun cuan- do el adolescente viva en un ambiente fa- miliar placentero, Ia soledad puede ser un gran problema si las relaciones con otros adolescentes son inadecuadas. El resumen del sicslogo Gary Collins de las opiniones de otro sicélogo cristia- no brindan conceptos importantes sobre el tema de la soledad: EI sicélogo cristiano Craig Ellison ha sugerido que hay tres clases de soledad: emocional, social y cxistencial. La soledad emocional “involucra 1a fal- ta o pérdida de una relacién sicolégica- mente fntima con otra persona u otras per- sonas. La persona emocionalmente solita~ ria se siente totalmente sola y puede re- cobrarse s6lo por medio de establecer nue- vas relaciones profundas con otros”. La soledad social es el sentido de falta de direcci6n, de ansiedad y vacio, La per- sona siente que esté “afuera”, marginada de la vida. En lugar de una relacién pro- funda con un compafiero especifico, la persona socialmente solitaria necesita un grupo de amigos que la acepten y apoyen, y la habilidad de relacionarse con otros. La soledad existencial se refiere al sen- tido de aislamiento que ataca a la persona que esté separada de Dios y que siente que la vida no tienen ningun significado ni propésito. Estas personas necesitan tener una relacién madura y creciente con Dios, preferentemente dentro del entorno de una célida comunidad de creyentes. Las causas de la soledad La soledad puede tener muchas y varia~ das causas, e identificarlas en una situa- cién especffica corresponde, por lo ge- neral, al campo del profesional altamente capacitado. No obstante, puede ser de ayuda al lider o consejero de jévenes, conocer las posibles influencias sobre el joven que siente una soledad aguda. 32 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES + Concepto bajo de si mismo Estudios realizados por Levin y Stokes (1986) y Peplau y Perlman (1982) sugie- ren que tener un concepto bajo de sf mis- mo —incluyendo “evaluaciones negati- vas de sus propios cuerpos, la sexualidad, salud, apariencia, conducta y funciona- miento”— contribuyen a que el joven sea vulnerable a los sentimientos de soledad. (Vea también el capitulo 6: El problema de la baja autoestima.) Como escribe Collins: “Cuando tenemos poca confianza €n nosotros mismos es dificil desarrollar amistades. La persona no puede brindar carifio sin pedir disculpas; ni puede recibir carifio sin menoscabarse a si misma”. + Relaciones familiares malsanas Muchos estudios sugieren que el am- biente familiar es un factor crucial en lo vulnerable que el joven es a la soledad. James J. Ponzetti, hijo, escribe: Los estudiantes que sufren de soledad hacen mencién de relaciones nocivas con sus padres y amigos de la infancia. Tam- bién recuerdan menos uniGn familiar (Paloutzian & Ellison, 1982). Mahon (1982), Hecht y Baum (1984) notaron co- rrelaciones significativas entre la soledad y rupturas en los patrones de afecto, lo cual sugiere que la falta de lazos carifiosos en los primeros aitos de vida posiblemente contribuya a la experiencia de soledad. + Factores sociolégicos En su libro Why Be Lonely? (;Por qué sentirse solo?) Carter, Meier y Minirth escriben: Vivimos en una sociedad que tiende a promover la soledad. Nuestra sociedad es apresurada, mévil y cambiante. Cada afio, en los Estados Unidos el 20 por ciento de las familias cambian de casa o van a otra ciudad. En Manhattan (un drea de Nueva York), uno puede tener contacto con cien- tos de miles de personas en un lapso de tiempo muy breve. Aunque podemos tener contacto con miles, no hay tiempo sufi- ciente para afianzar las relaciones, y como consecuencia la gente se siente sola. También, debido a la televisién, hay mucho menos tiempo para la comunica- cién personal. Aun el poco tiempo que uno tiene para dedicar a los suyos en nuestra sociedad ambulante, lo pasamos solitari: mente enfrente de una pantalla de televi- sion. La investigacion muestra que mirar televisin en exceso también da como re- sultado el que se confie menos en los de- més y, por ende, promueve aun mds la sen- sacién de soledad. Nuestra sociedad cam- biante también ha producido una nueva es- cala de valores, como el individualismo ¢ independencia excesivos, que fomenta la soledad. Circunstancias temporarias o cambiantes A veces los j6venes se sienten solos de- bido a sus circunstancias: la muchacha cuyo novio la deja, el joven poco atlético cuyos mejores amigos no tienen tiempo para otra cosa que no sea los deportes, el estudiante en el primer afio universitario que todavia no ha encontrado amigos; el adolescente cuya familia se ha trasladado a un nuevo vecindario dejando atras a muchos amigos. Pero esta soledad cau- sada por algunas circunstancias como las sefialadas, muchas veces es temporal (es- pecialmente en el caso de los j6venes). + Actitudes EI doctor Paul Tournier, sicélogo suizo, destaca en su libro Escape from Loneli- ness (Escapar de la soledad) que la sole- dad muchas veces es el resultado de: @ actitudes competitivas y polémicas por las cuales vemos la vida como un gran torneo en el cual el éxito es el premio del ganador y la competencia como una manera de vivir; © actitudes independientes que nos hacen actuar como si fuéramos fuertes indivi dualistas, absolutamente auténomos, i dependientes de Dios y de los demas; © actitudes posesivas por las cuales nos sentimos empujados a conseguir todo Jo que podemos para nosotros mismos; Soledad 33 © actitudes exigentes que nos hacen lu- char por nuestros derechos y exigir “justici + Temor El Dr. Gary Collins escribe: En mi oficina tengo colgada una placa que dice: “La gente se siente sola porque construye paredes en lugar de puentes”. Debemos reconocer que ésta noes la tinica causa de la soledad, pero a veces uno le- vanta barreras para mantener a distancia a Jos demas. Con frecuencia esto sucede por el temor a la intimidad, el temor de que a uno lo conozcan, el temor al rechazo o el temor a ser lastimado —como quiz4 fui- mos lastimados en el pasado. La soledad es dolorosa, pero para tales personas no es menos dolorosa que el temor o la insegu- ridad de acercarse a sus projimos. (Vea también el capitulo 2: El problema de la ansiedad.) + Hostilidad Algunos se sienten solos porque mantie- nen sentimientos de ira o resentimiento que hace que los demas se aparten de ellos y los eviten. Tal enajenacién por supu to, con frecuencia produce aun més frus- traci6n e ira, empeorando la soledad de la persona en un torbellino de emociones y reacciones contraproducentes. Incapacidad para comunicarse Collins destaca que la incapacidad para comunicarse © no querer hacerlo es a ve- ces el motivo de la soledad de la persona: Las roturas en la comunicacién son el motivo de muchos, quiz de la mayoria de Jos problemas interpersonales. Cuando al- guien no tiene disposicién para comuni- carse, 0 cuando no saben comunicarse ho- nestamente, hay un persistente aislamien- to ysoledad aunque los afectados estén ro- deados de otras personas. + Causas espirituales San Agustin oraba: “Nos hiciste para ti, y el coraz6n del hombre no descansa hasta encontrar descanso en ti.” Hay soledad que resulta de la falta de una experiencia personal con Dios. El individuo abierta- mente rebelde contra Dios muchas veces siente una profunda soledad existencial que sélo puede ser corregida Ienando el vaefo que la falta de Dios produce en ca- da coraz6n humano “hasta encontrar des- canso” en el Sefior. Esa misma soledad muchas veces resulta del pecado no con- fesado o aun de una despreocupacién por el cuidado de Dios y las demandas que él nos hace. + Otras causas de la soledad Ellison, en su libro Loneliness: The Search for Intimacy (La soledad: En busca de la intimidad), da una lista de posibles causas de la soledad y de la cual hemos adaptado la siguiente list Timidez Sentirse incomprendido Conflictos no resueltos con otros Sentirse indtil Separacién fisica de los seres queridos Sentirse que no encaja Rechazo Enfermedad fisica Critica por parte de alguien influyente Mucha actividad sin sentido Muerte de un amigo o ser querido. @ Anhelar una relaci6n que no se conereta @ Rompimiento de una relacion Los efectos de la soledad La soledad afecta al joven de muchas y variadas maneras. La siguiente exposi- cidn de los efectos de la soledad puede servir no s6lo como una advertencia, sino también para capacitar al lider juvenil o al individuo interesado en los jévenes a detectar el problema, lo cual a su vez puede llevar a una respuesta exitosa del mismo. 34 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES + Efectos fisicos El libro Loneliness, The Fear of Love (Soledad, el temor a amar) por Ira J. Tanner, enuncia algunos de los efectos fi- sicos de la soledad: La soledad contagia cada fibra de nues- tro ser: nuestras esperanzas, ambiciones, sueiios, nuestra vitalidad, nuestros anhelos y deseos, tanto como nuestros cuerpos fi- sicos. Con frecuencia la alimentacién y el suefio se ven afectados. La obesidad y la avaricia muy bien pueden ser sintomas de la soledad, aunque la pérdida de peso tam- bién puede ser identificada con la deses- peracién que acompaiia al sentido de no ser de importancia ni valor para nadie, ni siquiera para nosotros mismos. El sufri- miento de la soledad se puede manifestar en dolores (imaginarios 0 reales) en el cuerpo. No es raro sentir debilidad en las picrnas, producida por la pesada carga de temor que llevamos sobre nuestras espal- das. Los hombros encorvados, los extre- mos de los labios siempre para abajo, un caminar lento y penoso, silencio y retrai- miento —todos son testimonios de esta enfermedad. + Efectos espirituales Las personas que sufren de soledad ex- trema se sienten con frecuencia aparta- das y lejos de Dios y, quiza, hasta aban- donadas por él. Carter, Meier y Minirth escriben de esto en su libro Why Be Lonely? (;Por qué sentirse solo Debido a nuestras imperfecciones huma- nas estamos propensos a no estar siempre en un estado de constante comunién con Dios. No obstante, es posible tener un sen- tido de firmeza y seguridad cuando existe una relacién bien establecida con Dios a través de Jesucristo. Desafortunadamen- te, la persona que sufre de soledad se niega a tomarse de la paz interior que se en- cuentra en esta relacién... Se siente dis- tanciado de Dios... La persona que sufre crénicamente de la soledad espiritual 0 no es cristiana, 0 es un cristiano que no esti totalmente conectado con la gracia salva- dora de Dios que existe en él en la persona de Jesucristo, + Concepto bajo de si mismo En el circulo cruel que la soledad genera, el concepto bajo de si mismo, o el con- cepto de que uno no vale puede no sélo ser una causa sino también un efecto de la soledad. Los jévenes que sufren de la soledad manifiestan tener sentimientos de vacfo, desesperanza y de que no valen nada. Al empeorar su soledad sienten que nadie los ama y que no son dignos de ser amados. Consideran que el hecho de no tener amigos constituye un fracaso perso- nal, un reflejo de lo indignos que son. Es- tas personas cn su actitud egoista a veces se concentran en tenerse lastima a si mismas. + Dependencia Carter, Meier y Minirth escriben: Las personas que tienen ataques cons- tantes de soledad con frecuencia caen en un estilo de vida sobredependiente... La persona sobredependiente... se altera ex- cesivamente si alguien la rechaza. Se afe- faa otros, sacdndoles toda su energfa emocional. No se da cuenta de la fuerza potencial que tiene dentro de sf para lograr toda su potencialidad y para superar los momentos de prueba... Las personas “de- pendientes” tienden a seguir una progre- sidn previsible en sus relaciones. Primero, descartan su propia capacidad de contro- lar su vida emocional. Segundo, esperan que los demés suplan sus necesidades. Luego, empiezan a exigirles a aquellos de quienes dependen. Naturalmente, esto hace que los demés se aparten de ellas y guar- den su distancia. La persona dependiente vuelve entonces a estar como al principio, y por lo general sigue siempre en este cir- culo vicioso. + Depresién y desesperacién La soledad fomenta la depresién, lo cual puede llevar a la desesperacién y, en algu- nos casos, al suicidio. Los jovenes muchas veces se guardan sus problemas y senti- mientos, temiendo expresar cémo se sienten © no sabiendo cémo hacerlo, aumentando asi su sensaci6n de soledad y profundizando la desesperacién que sienten. El tenerse Soledad 35 léstima a uno mismo y la enajenacién que con frecuencia caracteriza a la sole- dad cr6nica llega a ser un circulo de ac- titudes contraproducentes que llevan a la victima a hundirse en lo que parece ser un pozo negro de desesperanza. (Vea también el capitulo 5: El problema de la depresion.) + Violencia El autor W. A. Sadler sugiere que la vio- lencia es a veces el resultado de la soledad: Las investigaciones adicionales confir- marin esta conclusién tentativa: las. per- sonas muy solitarias, que se enojan en lu- gar de deprimirse, tendrén la tendencia a expresar la frustracién de su soledad en formas destructivas. No creo que sea una mera coincidencia el que estamos viendo tun aumento sin paralelos de violencia a la vex que la soledad se ha difundido tanto y ¢s tan intensa. + Abuso del alcohol y las drogas El alcohol y las drogas con frecue: parecen ser medios de escape atractivos para el que sufre crénicamente de la sole- dad, y muchos caen en el abuso de estas sustancias en un intento por “ahogar sus penas” o en un fallido intento por ganarse Ta amistad de otros adictos. Dicha con- ducta, por supuesto, no produce el resul- tado anhelado y suma un problema més al problema de la soledad. (Vea también los capitulos 38 y 39.) La perspectiva biblica del problema de la soledad “La soledad”, dijo el poeta ciego John Milton: “es lo primero que el ojo de Dios declaré no bueno”. Cuando Dios observé su creacién en los albores de la historia humana, declar6: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda id6- nea” (Génesis 2:18). Sabfa que su maxi- ma creacién, como él mismo, desearia compaiifa y compaiicrismo. Con la creacién de Eva Dios suplié esa necesidad. Pero cuando los primeros seres humanos pecaron, se hizo una sepa- raci6n —por primera vez— entre ellos y Dios y entre esposo y esposa. El pecado, y con él los conflictos, el egoismo y la soledad, hizo su aparicién en el mundo. Collins escribe: La Biblia raramente habla de ta sole- dad, pero se ve repetidamente, aun en la vida de gigantes de la fe como Jacob, Moisés, Job, Nehemias, Elias y Jeremias. David se quejaba en una oportunidad de que estaba solo y afligido (Salmo 25:6). Jestis, quien conoce todas nuestras “enfer medades”, indudablemente se sintié solo en el Getsemanf. Juan Hego al final de su vida solo en Ia isla de Patmos, y el apéstol Pablo aparentemente pas6 sus diltimos dias en la carcel. Escribiendo a Timoteo, Pablo, ya entrado en aiios, menciona que sus amigos lo habjan dejado, que algunos lo habian abandonado, y que necesitaba a su joven colega, dicicndo: “Procura venir pronto a verme” (2 Timoteo 4:9-12) La Biblia enfoca nuestra necesidad de tener comunién con Dios y que las perso nas, especialmente los cristianos se amen, se ayuden, se alienten, se perdonen y se cuiden mutuamente. Una relacién creciente con Dios y con otros llega a ser la base de cual- quier soluci6n al problema de la soledad. La respuesta al problema de la soledad Los que sufren de soledad aguda muchas veces reciben el consejo: “Cambia de tra- bajo, hazte socio de un club, tienes que ser positivo, tienes que ser més decidido, césate, vuélvete a casar, viaja, cambiate a otra casa, diviértete, busca compaiifa, es- cucha misica, mira televisién, disfruta del cine, lec un buen libro, escoge un pa- satiempo, dedicate a actividades cultura- les, amplia tus horizontes, juega, descan- sa més, vuelve a considerar tus metas, ofrécete para trabajar como voluntario en una causa digna. Todas estas ocupaciones pueden remediar temporalmente el dolor de la soledad, pero no lo hacen al nivel més profundo y no producen los resul- tados permanentes deseados”. 36 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES No obstante, al ayudar a j6venes soli- larios, el lider 0 consejero juvenil enten- dido, en su lugar, tomaré un curso de accin como el que sigue que puede ayu- dar a determinar el origen del problema y encararlo con eficacia: SCUCHAR. Anime al joven a ha- blar libremente de su soledad. Trate de ayudarlo a expresarse, haciendo pre- guntas como las siguientes: © {Puedes describir lo que sientes y picnsas? © {Cudnto hace que estés luchando con estos sentimientos de soledad? @ {Cuando te sientes mas solo? © {Cuando te sientes menos solo? @ (Hay ocasiones cuando estos sen- timientos desaparecen? Describelas. @ {Cudles son las maneras en que tratas de manejar tu soledad? Trate de evitar las preguntas que empie- zan con “Por qué” (“;Por qué te parece que te sientes solo?” “;Por qué te rechazan los otros muchachos?”) y trate de enfocar los “Qué” (““; Qué te hace sentir mejor?”) y “Cé- y” (“{COmo crees que vas a responder cuando te yuelvas a sentir abrumado?”). MPATIZAR. AI ir compartiendo el (joven sus sentimientos de soledad, comunique su empatia e interés: @ Inclindndose hacia adelante en su sila. @ Mirandole a los ojos. @ Moviendo la cabeza para indicar que lo comprende. @ Reflexionando sobre frases clave (“Sientes que...” y “Quieres decir que...”). @ Esperando pacientemente durante los periodos de silencio 0 Hanto. Evite decir: “Sé cémo te sientes” o contar anécdotas de su propio pasado. Trate de comunicar que el joven no esta solo al sentirse como se siente. LENTAR. Manténgase alerta para aprovechar toda oportunidad para ofrecer una palabra de aliento sincera y veraz al joven, particularmente si existe la posibilidad de que la soledad del joven sea el resultado de un concepto bajo de sf mismo. Collins dice: “Hay que ayudar a las personas solitarias a ver y admitir sus puntos fuertes, habilidades y dones espi- rituales tanto como sus debilidades. Se les debe recordar a los aconsejados que a los ojos de Dios todo ser humano es de valor y es amado, que todo pecado puede ser perdonado, que cada uno de nosotros tiene habilidades y dones que pueden ser desarrollados, con el propésito de ayudar a disminuir 0 a vencer los efectos de la soledad. IRIGIR. Con suavidad pero con fir- meza dirija al joven de manera que pueda ir expresando las causas y los eft tos de su soledad, guidndolo con sens bilidad para que asuma su responsabili- dad. Ellison escribe: “En definitiva, somos. responsables de nuestra propia soledad. Si nos quedamos sentados esperando que una relaci6n se componga 0 que poda- mos entablar una nueva, jamds sucedera. Si culpamos a otros por nuestra situacién solitaria, lo tinico que lograremos es amargarnos. Si nos culpamos a nosotros mismos, lo tinico que lograremos es sen- tirnos fracasados. El primer paso para su- perar la soledad es hacerle frente y acep- tar la responsabilidad de encararla y ma- nejarla”. Manténgase especialmente alerta para aprovechar las oportunidades de guiarle a contestar las siguientes preguntas: 1. Se debe la soledad a una situacién temporal? Todos pasamos alguna vez por una situacién que produce una sen- sacién de soledad, como el alumno in- terno que tiene que quedarse en el cole- gio cuando todos los demas han salido de vacaciones. Tales episodios de soledad con frecuencia desaparecen en cuanto la situacién temporaria pasa. Soledad 37 2. {Se debe la soledad a cambios de cir- cunstancias? La vida tiene la costumbre de sorprendernos —o desilusionarnos— con cambios stibitos que nos hacen per- der el equilibrio. Un buen amigo va a vi- vir a una ciudad lejana. Mamé y papé anuncian que se van a divorciar. El abue- lo a quien el adolescente le contaba todo, muere. Sus tres mejores amigos han em- pezado a hacer cosas en que el adoles- cente solitario no puede participar, y aho- ra lo estan haciendo a un lado. Estas situaciones por lo general son mis dificiles de superar que las tempora- les. Nos vemos obligados a acostum- brarnos a algo que no nos resulta facil. Tenemos que pasar por el dolor de perder a alguien. Tenemos que encontrar nuevos amigos y tratar de cultivar nuevas rela- ciones. Y eso no es facil. 3. gSe debe la soledad a algo dentro del mismo joven? Quizé sca timido por naturaleza. Quiz siente una inseguridad interior que hace que sea dificil entablar amistades. Ciertas caracteristicas de su personalidad pueden alejar a los demas. Quiza su capacidad social sea malisima. Aunque este tercer tipo de soledad puede ser el mas dificil de resolver, puede —en cuanto se ha identificado— ser encarado con honestidad y con un esfuerzo sincero. Y, de més importancia, no deje de in- cluir una direccién espiritual. Indiquele al joven que aunque el creyente no esta exento de sentir soledad, no puede supe- rarla sin tener una relacién personal, cre- ciente con Jesucristo. Conduzca al joven a Cristo y a la iglesia local. Si éste es cristiano, enfoque su atenci6n en los re- cursos de la oracién y comunién con Dios al adorar a Dios privada y corpora- tivamente. Ore con él 0 ella, pidiendo el consuelo y la direccién de Dios en la batalla que libra con la soledad. OMPROMETER. En cuanto se haya identificado la causa principal de la soledad, motive la participacién del joven para desarrollar un plan de accién a fin de superar su soledad. Guielo a esta- blecer metas especificas (por ejempl ajustando sus expectativas de alguna ma- nera en particular o atreviéndose a arries- garse en dreas especfficas). Dicho plan de accién debe incluir pasos pequefios o ma- nejables, debe ser especifico y medi-ble, debe ser razonable y practico y debe expresarse positivamente (“Invitaré a un amigo a un concierto este fin de sema- na” en lugar de “No me voy a quedar en mi habitaci6n todo el fin de semana”). EFERIR. Si la soledad de la perso- na parece persistir 0 empeorar, espe- cialmente si su conducta puede llegar a calificarse de excéntrica 0 si empieza a hablar de suicidarse, refiéralo lo antes posible a un consejero profesional cris- tiano. Pasajes biblicos citados en este capitulo @ Génesis 2:18 @ Salmo 25:16 e@ Timoteo 4:9-12 Otros pasajes biblicos para leer @ Nimeros 11 © 1 Reyes 18, 19 @ Salmo 37:1-4, 23, 24 @ Salmo 68:5, 6 @ Salmo 102 @ Eclesiastés 4:9-12 @ Isafas 26:3 @ Juan 8:29; 14:1-27 @ Timoteo 4:16-18 ANSIEDAD CONTENIDO EL PROBLEMA 4l LAS CAUSAS 41 Amenazas Conflictos Temores Necesidades no suplidas Diferencias individuales Creencias falsas LOS EFECTOS 43 Efectos fisicos Efectos sobre la conducta Efectos espirituales Efectos sicolégicos LA PERSPECTIVA BIBLICA 44 LA RESPUESTA 45 Introduccién los dieciocho afios Melisa, con la aprobacién de sus padres, salié de su casa para asistir a una universidad a unos cuatro- cientos kilémetros de su pueblo. Vivia con una amiga en un internado. Durante la primera semana hizo amistad con varias compa- fieras y todo parecia irle bien. Pero faltando cuatro dias para que empe- zara la primera rueda de examenes finales, Melisa dejé de ir a clase. —No aguanto més —le explic6 a su amiga—. Los profesores son demasiado exigentes. Cada uno se cree que su curso es el tinico que una est4 tomando. No puedo mantenerme al dia con todo. Creo que no estoy aprobando ninguna materia. Ni siquiera he ido a la clase de matemé- ticas en tres semanas; sé que el profesor me odia. Traté de contener las lagrimas y se secé la nariz con el dorso de la mano. —Ya ni quiero andar por los pasillos de la universidad por miedo de encontrarme con uno de mis profesores. —,,Qué vas a hacer? —pregunts su amiga. —No sé. No puedo volver a casa; si papa se entera me mata —dijo entre sollozos—. Se cree un hombre de negocios importante y pode- roso, se volveria loco si supiera que su tinica hija no aprob6 su primer afio de universidad. Melisa sac6 una caja del ropero y empez6 a llenarla de fotos y “posters”. — A dénde vas? —pregunté ahora su amiga. Melisa levanté la cabeza y miré a su amiga. Sus ojos estaban Ilenos de lagrimas. Trat6 de secarlas con los dedos, pero los ojos se le volvfan a llenar. Se encogié de hombros y dijo: —No sé. Me quedaré aqui un par de dias mas. Quizd pueda encontrar trabajo y hospedaje. Entonces no me veré obligada a contarle a papa. —Alguna vez tendras que hacerlo, Melisa. Melisa sacudié violentamente la cabeza. —No —contesté6—. No puedo. Jamas. Temblandole las manos, tironeé de un “poster” para sacarlo de la pa- red. Se le rompis y, furiosa, lo estrujé y tird al cesto de basura. 40 Ansiedad 41 El problema de la ansiedad El doctor Gary R. Collins lo Hama “la emoci6n oficial de nuestra época”, y los doctores Frank Minirth y Paul Meier lo Maman “la causa basica de la mayoria de los problemas siquidtricos”. Es triste tener que reconocer que tam- bién entre los jévenes cunde la ansiedad. La sicéloga Mary Pipher caracteriza a los adolescentes diciendo que regularmente “les agobia la ansiedad”. Escribe ella: “Los tipos de desafios que enfrentan... sencilla- mente son demasiado dificiles para ellos. Todas las maneras que los adolescentes menores tienen a su alcance para dar prue- ba de que ya son mayores son cosas que los conducen a su propia destruccién co- mo: el alcohol, las drogas, la actividad sexual y el cigarrillo. Los nifios que recién estén descartando sus libros de historietas y Sus juguetes tienen que encarar cues- tiones que, en esta etapa de su desarrollo, no estén capacitados para enfrentar”. El estrés y la ansiedad se convierten en una manera de encarar la vida para muchos jévenes de la actualidad. El doc- tor G. Keith Olson escribe: Junto con el enojo y el sentimiento de culpabilidad, la ansiedad y el temor son factores de importancia en la vida de mu- chos adolescentes... La ansiedad puede de- finirse como la experiencia de intranqui- lidad, aprensién, miedo, temor o agitada preocupacién que no se entiende clara- mente... La ansiedad, el temor y la preo- cupacién forman un complejo sistema de emociones que dificulta el poder diferen- ciarlos con claridad, Su tendencia es so- breestimar lo negativo 0 los aspectos ame- nazadores de una situacién, a la vez que quita la atencién de los aspectos positivos © tranquilizadores. La persona se queda sintiéndose intranquila, preocupada, agita- da, irritable y nerviosa. Las causas de la ansiedad “Las causas de la ansiedad son muchas”, escriben Minirth y Meier. “Puede ser el resultado de conflictos inconscientes. Puede ser aprendida por el ejemplo, co- mo ser, identificarse con sus padres que sufren de ansiedad. Puede surgir de con- flictos en la nifiez. Puede aparecer por problemas situacionales del presente. Puede resultar del hecho de sentirse an- sioso porque se nota ansioso. Puede tener su origen en el temor a la inferioridad, la pobreza o la mala salud”. Collins enuncia cinco causas genera- les de la ansiedad: amenazas, conflicto, temor, necesidades no suplidas y diferen- cias individuales. + Amenazas Collins describe las amenazas que pro- ducen ansiedad, diciendo: “las que bro- tan de un peligro percibido, una amenaza al sentimiento que uno tiene de ser de va- lor, la separaci6n e influencias incons- cientes...” Por ejemplo, la ansiedad pue- de ser causada por un rechazo u hostiga- miento por parte de sus compafieros de grupo, la posibilidad de que sus padres se divorcien, la perspectiva de no aprobar una materia en la escuela, 0 cualquier amenaza real o percibida. + Conflictos Existen tres clases de conflictos que pro- ducen ansiedad, segtin Collins: (a) ...un conflicto causado por la ten- dencia a querer lograr dos metas desea- bles pero incompatibles (como Ia opcién entre un trabajo fascinante en el verano 0 tomar unas sofiadas vacaciones con la fa- milia), que serian agradables. Tomar una decisin de este tipo es frecuentemente dificil y a veces produce ansiedad. (b) ...un deseo tanto de hacer como de no hacer algo. Por ejemplo: alguien puede estar indeciso en cuanto a poner fin a un noviazgo que parece no llegar a nada. Romper la relacién puede dar més libertad y oportunidades, pero también ser una ex- periencia traumética, dolorosa para am- bas partes. La toma de tales decisiones puede producir mucha ansiedad. 42 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES (c) ...aquf hay dos alternativas, ambas pueden ser desagradables: como aguantar un dolor versus someterse a una operacién quiriirgica lo cual podria calmar el dolor. + Temores “Los temores pueden surgir en respuesta a una variedad de situaciones”, escribe Collins. “Distintas personas le tienen miedo al fracaso, al futuro, a lograr el éxito, al rechazo, a la intimidad, a los conflictos, a la falta de sentido en su vida (denominado a veces ansiedad existen- cial), a las enfermedades, a la muerte, a la soledad y a una cantidad de otras posibi- lidades reales 0 imaginadas. A veces es- tos temores se acenttan en la mente y ge- neran una ansiedad extrema, muchas ve- ces sin que haya ningiin peligro real”. + Necesidades no suplidas “Hace muchos aiios que los sic6logos y otros escritores han tratado de identificar las necesidades basicas del ser humano”, escribe Collins. Cita la conclusion de Ce- cil Osbom en el sentido que seis nece- sidades son fundamentales: © supervivencia (Ia necesidad de tener una existencia continua) © seguridad (econémica y emocional) © sexo (como una expresién de amor; como un ser sexual) © significado (llegar a ser alguien; ser de valor) © satisfaccién (lograr metas que satisfacen) © sentido de individualidad (seguro de su identidad). Si no suplimos estas necesidades, cree Osbome, estaremos ansiosos, “en el aire, con miedo y muchas veces frustrados...” + Diferencias individuales “Es sabido, por supuesto, que las personas reaccionan de diferentes maneras a situa- ciones que producen ansiedad”, escribe Collins. “Algunas casi nunca sienten an- siedad, algunas casi siempre parecen estar muy ansiosas, muchas navegan entre estos dos extremos. Ciertas personas sienten ansiedad en una amplia gama de situa- ciones. Estas diferencias pueden ser por la sicologia, la personalidad, la sociolo- gia, la fisiologia o la teologia de la perso- na”. Sicologia. “La mayor parte del com- portamiento se aprende como resultado de la experiencia personal o la ensefianza de los padres y de otras personas. Cuando hemos fracasado y tenemos que empezar de nuevo, cuando hemos sido heridos en el pasado, cuando otros han exigido més de lo que podemos dar, cuando hemos visto ansiedad en otros (por ejemplo: el nifio que aprende a sentirse ansioso cuan- do hay truenos porque asi se sentia su madre)... todas estas son reacciones sico- l6gicas que estimulan la ansiedad”. Personalidad. “Puede ser que algunas personas sienten mds temores 0 son més nerviosas que otras. Algunas son més sensibles, egocéntricas, hostiles 0 inse- guras que otras”. Sociologia. “Un ex presidente de la Asociacién Americana de Sicologia sugi- rid cierta vez que las causas de la ansi dad estén en nuestra sociedad: inestabili- dad politica, movilidad que altera nuestro sentido de arraigo, escala de valores, nor- mas morales y creencias religiosas cam- biantes, etc”. Fisiologia. “Tener una enfermedad puede estimular la ansiedad, pero tam- bién lo puede hacer un desequilibrio en la dieta, una disfunci6n neurolégica y fac- tores quimicos en el cuerpo”. Teologia. “Las creencias influyen mu- cho sobre el nivel de ansiedad. Si uno con- sidera a Dios todopoderoso, amante, bueno y en control total del universo (lo cual en- sefia la Biblia), entonces puede haber con- fianza y seguridad en medio de las dificul- tades... Pero no se debe dar por hecho que el inconverso necesariamente sufre més Ansiedad 43 ansiedad que el creyente. (Algunos cristia- nos, por ejemplo, se preocupan tanto de complacer a Dios que su teologia aumen- ta su ansiedad.) Ni se debe llegar a la conclusién de que la ansiedad siempre refleja la falta de fe. Las causas de la ansiedad son demasiado complejas como para explicarlas tan simplisticamente. No obstante, lo que creemos 0 no creemos si contribuye a las diferencias individuales en la medida en que sentimos ansiedad”. + Creencias falsas No sélo lo que uno cree contribuye a la experiencia de ansiedad; el doctor G. Keith Olson identifica creencias falsas especificas que considera como causas principales de la ansiedad entre los jéve- nes: Muchos adolescentes... creen una 0 més de las siguientes creencias falsas: 1. Es imprescindible que todos en mi co- munidad me amen y tengan un buen con- cepto de mi. 2. Tengo que ser perfectamente compe- tente y rendidor para ser de valor. 3. Es una catéstrofe terrible cuando las cosas no resultan como yo quiero. 4. La infelicidad es causada por circuns- tancias externas, y no tengo ningiin con- rol sobre ellas. 5. Las cosas peligrosas o temibles son motivo de gran preocupacién, y tengo que pensar continuamente en que son una po- sibilidad. 6. Es més facil evitar ciertas dificultades y obligaciones propias que enfrentarlas. 7. Tengo que depender de otros, y tengo que contar con alguien mas fuerte en quien puedo apoyarme. 8. Las experiencias y los acontecimientos del pasado son los factores determinantes de mi conducta actual; no puedo borrar ni alterar la influencia de mi pasado. 9. Debo alterarme por los problemas o preocupaciones de los demds. 10. Siempre existe una solucién correcta 0 perfecta para cada problema, y tengo que encontrarla en todos los casos porque si no las consecuencias seran desastrosas. Los padres y Ifderes de jvenes posi- blemente reconozcan estas creencias fal- sas como caracterfsticas del adolescente. Tales creencias pueden, ciertamente, dar lugar a mucha ansiedad. Los efectos de la ansiedad La ansiedad a veces produce efectos be- neficiosos; puede motivar a alguien, por ejemplo. Pero sentir demasiada ansiedad puede producir efectos graves, aun para- lizantes. + Efectos fisicos Es ampliamente sabido que mucho estrés y ansiedad puede producir tilceras, aun en el joven. Pero existen otros posibles efectos fisicos de la ansiedad: dolores de cabeza, sarpullidos, dolores de espalda, malestares del est6mago, falta de aire, problemas para dormir, fatiga y pérdida del apetito. Ademds, los cambios en la presiOn arterial, tensién muscular y los cambios digestivos y quimicos causados por la ansiedad pueden, si pasan a ser crénicos, ser gravemente perjudiciales. + Efectos sobre la conducta “Cuando aumenta la ansicdad”, escribe Collins, “la mayorfa de las personas in- conscientemente se apoyan en conductas 0 pensamientos que alivian el dolor de la ansiedad y los capacita para aguantarla”. Dichas reacciones pueden incluir buscar alivio en el sueiio, las drogas 0 el alcohol © tratar de negar la realidad 0 profundi- dad de la ansiedad. Algunos pueden vol- verse desagradables cuando en general no lo son, echdndole la culpa a los demas por sus problemas 0 “explotando” a la menor provocacién. 44 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES + Efectos espirituales Escribe Collins: La ansiedad nos puede motivar a buscar ayuda divina que de otro modo no busca- riamos. Pero la ansiedad también nos pue- de apartar de Dios en el momento cuando més lo necesitamos. Cargadas de preocu- paciones y agobiadas por las presiones, aun las personas religiosas se encuentran con que les falta tiempo para orar, que les es dificil concentrarse en Ia lectura de la Biblia, que tienen menos interés en los cultos de la iglesia, se impacientan y a veces se amargan por el aparente silencio del cielo. + Efectos sicolégicos Es con raz6n que la ansiedad es consi- derada “el fenémeno sicolégico més acentuado de nuestra época”. La ansie- dad puede producir increibles desérde- nes, como: Desorden de ansiedad por alguna separacién. Este efecto sicolégico se manifiesta en una preocupacién miedosa a separarse de uno de sus padres 0 de al- guien cuya influencia le es importante. Desorden de evasién en la adoles- cencia. Olson describe esta conducta di- ciendo que se da “cuando el adolescente anhela relaciones cdlidas, intimas y afec- tuosas con sus familiares, pero evita todo lo posible e] contacto con extrafios”, in- cluyendo sus amigos. Reacciones de fobia. Estas reacciones incluyen el miedo a estar con gente y en ituaciones de las cuales serfa dificil es- capar (agorafobia), el miedo a lugares ce- rrados (claustrofobia), el miedo a las al- turas (acrofobia) y diversas fobias so- ciales, Anorexia nerviosa y bulimia. Estos de-s6rdenes alimenticios se caracterizan por la ansiedad que uno siente por su peso y apariencia fisica, (Ver los capitu- los 42 y 43.) Desérdenes en los movimientos. Los “tic” musculares involuntarios pueden estar relacionados con la ansiedad. La perspectiva biblica del problema de la ansiedad Collins puntualiza que la Biblia habla de la “ansiedad” de dos distintas maneras: para significar una preocupacién inne- cesaria y para indicar una intranquilidad justificada. Se explaya ofreciendo un re- sumen inteligente de la perspectiva bi- blica sobre la ansiedad: En el Sermon del monte, Jests ensefié que no debemos afanarnos (preocupamos) por la comida, la ropa oel futuro. Tenemos un Padre celestial, dijo Jestis, que conoce nuestras necesidades y las suplird (Mateo 6:25-34). “Por nada estéis afanosos”, lee- mos en Filipenses. Por el contrario, el cre- yente debe presentar sus peticiones a Dios, con una actitud de agradecimiento, espe- rando recibir “la paz. de Dios, que sobre- pasa todo entendimiento” (Filipenses 4:6, 7). Podemos entregar nuestras ansiedades al Sefior sabiendo que é1 tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7). Por el contrario, la ansiedad como ex- presin de una preocupacion legitima no es condenada ni prohibida, Aunque Pablo podfa escribir que no estaba afanoso (es decir, preocupado) por la posibilidad de sufrir azotes, frfo, hambre o peligro, dijo que sf estaba afanado (es decit, sentia cui- dado) por el bienestar de las iglesias. Esta inquietud sincera con respecto a los de- mids, dice Pablo, “se agolpa sobre mf cada dia” (2 Corinti 8), y tenia el mismo efecto sobre Timoteo pues no habfa otro como él “que se interese por vosotros” (Fi- lipenses 2:20). Por lo tanto, segtin la Biblia, no hay nada malo en reconocer y tratar de mane- jar realfsticamente los problemas identi- ficables de la vida. Hacer caso omiso al peligro es necio y malo. Pero es malo tam- bién, al igual que perjudicial, estar parali- zado por una preocupacién excesiva. En este caso, la preocupaciGn debe ser entre- gada a Dios en oracién, pues él puede librarnos del temor o ansiedad paralizante, Ansiedad 45 y liberarnos para manejar con realismo las necesidades y el bienestar tanto de nuestro préjimo como los nuestros. La respuesta al problema de la ansiedad Tratar de ayudar a la persona que sufre de ansiedad aguda es una tarea dificil, pero puede ser beneficioso seguir los siguien- les consejos: SCUCHAR. Invite al joven a hablar ‘sobre sus temores y ansiedades, en la medida que sea capaz de expresarlos. Cuidese, cuanto pueda, de no interrumpi ni descartar las ansiedades del joven. El que sufre de ansiedad aguda no se con- forma con afirmaciones como: “jOh, eso no es motivo para preocuparte!” Consi- dere ayudar al joven a expresarse, valién- dose de preguntas como las siguientes: © {Cudles son las cosas que mas te preocupan? ; Qué cosas te dan més miedo? @ {Cuéles de tus preocupaciones parecen ser preocupaciones innecesarias? @ {Cudles parecen ser preocupaciones legitimas? @ {Hay momentos en particular cuando te sientes mds ansioso 0 nervioso? ;Algunos lugares en particular? {Cuando estés con cier- tas personas? © {Tienes momentos cuando esos sentimientos desaparecen? Cuando? @ = = (Has tratado de encarar tus sentimientos 0 de superarlos? Como? BNrarvar. Uno de los mayores desaffos al tratar de guiar a alguien que sufre de ansiedad aguda es Ia ten- dencia de contagiarse de la ansiedad. El ansioso tiende a contagiar a los demés. No obstante, percibir su propia ansiedad (aun si es causada por el joven a quien esta tratando de ayudar) puede ayudarle a comprender mejor lo que el adolescente © preadolescente esta sintiendo. Siendo un adulto interesado en el joven puede expresar su empatia: e@ Asintiendo con la cabeza. @ = Mirandole a los ojos. @ Inclinandose hacia adelante en la silla para indicar interés y cuidado. @ Hablando en un tono tranquilizador. © Escuchando cuidadosamente lo que el otro comunica en forma verbal y no verbal. LENTAR. La Biblia dice claramen- te: “El perfecto amor echa fuera el temor” (1 Juan 4:18). El doctor Jay Adams escribiendo sobre este pasaje afir- ma: “El enemigo del temor es el amor; entonces, la manera de quitarse el temor es ponerse el amor... El temor y el amor obran a la inversa. A mas temor, menos amor; a més amor, menos temor”. El lider de j6venes, pastor, padre o maestro que quiere ayudar al joven a su- perar la ansiedad podré a veces ir lo- grando su cometido sencillamente por un cuidadoso, consecuente y sincero aliento al joven en el sentido de que es valorado y amado. Collins escribe: “Demostrar amor... presentar (al joven) el amor de Cristo (vea: Hebreos 13:6) y ayudarle a sentir el gozo de amar a otros, pueden ayudar a desechar el temor y la ansiedad”. IRIGIR, La meta del lider de j6ve- nes o de los padres no debe ser eli- minar toda ansiedad de la vida del jo- ven. Eso seria imposible. La meta ha de 46 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES ser ayudar al joven a capacitarse para so- brellevar la ansiedad. Esto se puede hacer: 1. Ayudando al joven a admitir su ansiedad, comprender su causa y propo- nerse (con el apoyo de terceros) a apren- der cémo sobrellevarla. 2, Desafiando al joven a entregar sus temores a Dios y encontrar seguridad y paz al saber que Dios cuida de él (1 Pe- dro 5:7) 3. Insiando al joven que piense en sus préjimos en lugar de pensar en si mismo. “Cuando un individuo deja de concentrarse en sus propios problemas al ayudar a otros”, dicen Minirth y Meier, “su ansiedad disminuye.” 4. Entregando al joven a Dios en oracién. Barry Applewhite, pastor y autor, escribe: “La oracién brinda un ver- dadero alivio de la ansiedad y debe ser nuestra reaccién natural en el momento que la ansiedad empieza a aumentar”. 5. Guiando al joven a enfocar lo eter- no, no lo temporal. Animarle a no desa- lentarse sino a reconocer que “nuestra momenténea y leve tribulacién produce para nosotros un eterno peso de gloria mas que incomparable” (2 Corintios 4:16-18). OMPROMETER. Consiga toda la participacién posible del joven, al organizar un plan de accién para manejar el estrés y la ansiedad, como las diez téc- nicas sugeridas por Minirth y Meier en su libro Happiness Is a Choice (La felicidad es una opcidn): 1. Escuchar misica cristiana (1 Sa- muel | 2. Hacer suficiente ejercicio fisico. —Lo ideal serfa tres veces por semana. 3. Dormir lo suficiente (Salmo 127:2). La mayorfa necesitamos ocho horas de suefio por noche. 4. Hacer todo lo posible por resolver el temor o problema causante de la an- siedad. Examinar distintas alternativas 0 posibles soluciones y probar una. 5. Hablar con un amigo de confian- za por lo menos una vez por semana so- bre nuestras frustraciones. 6. Tener suficientes actividades re- creativas —idealmente dos 0 tres veces por semana. 7. Vivir un dia a la vez (Mateo 6:34). Es probable que el 98 por ciento de las cosas por las cuales sentimos ansiedad o preocupacién nunca sucederén, Aprender a vivir un dia a la vez es un arte que pue- de ser cultivado. 8. Imaginarse lo peor que podria pasar. Luego considerar por qué eso, después de todo, no seria tan malo. 9. No aplazar lo que uno tiene que hacer. Demorar lo que tenemos que ha- cer causa mas ansiedad. 10. Ponerse un limite de tiempo para sus preocupaciones. EFERIR. Si usted no es el padre del joven, aproveche la primera oportu- nidad posible para informar e involucrar a los padres; este compromiso, como lo hemos explicado al principio de este li- bro, es de trascendental importancia. Si el joven vacila en querer involucrar a ma- ma © papa, trate de averiguar por qué. Considere la posibilidad de hacer pre- guntas como: e@ ;Te gustaria que yo hable con tus padres? © {Prefieres hacerlo ti? @ {Quieres que te acompafie? Ansiedad 47 Si la ansiedad del joven aumenta a pe- sar de los esfuerzos sinceros e inteligen- tes del lider de jdvenes 0 del progenitor del joven, puede ser necesario que el jo- ven y sus padres consideren la posibili- dad de consultar a un consejero cristiano profesional, especialmente si la ansiedad ha avanzado tanto que produce des6rde- es 0 ataques de pinico. Pasajes biblicos citados en este capitulo @ Mateo 6:25-34 @ Filipenses 4:6, 7 @ 1 Pedro 5:7 2 Corintios 4:16-18. 2 Corintios 11:28 Filipenses 2:20 1 Juan 4:18 Hebreos 13:6 1 Samuel | Salmo 127:2 Otros pasajes biblicos para leer Salmo 131:1-3 Salmo 139:1-23 Proverbios 12:25 Lucas 12:22-26 SENTIMENTO DE CULPABILIDAD CONTENIDO EL PROBLEMA 51 LAS CAUSAS 52 Lo aprendido en el pasado y las expectativas poco realistas El complejo de inferioridad y las presiones sociales El desarrollo defectuoso de la conciencia Las influencias sobrenaturales LOS EFECTOS 53: Condenacién Rebelién Negacién y racionalizacién Confesién Arrepentimiento auténtico LA PERSPECTIVA BIBLICA 54 LA RESPUESTA 56 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 52 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES grado. El sentimiento de culpabilidad si- colégico, aunque puede acompafiar al sentimiento de culpabilidad legal 0 teo- légico, es muy subjetivo. El doctor Gary Collins destaca que este sentimiento de culpabilidad subjetivo puede ser fuerte 0 débil, apropiado o inapropiado. Puede ser beneficioso, motivéndonos a “cambiar nuestra conducta o pedirle perdén a Dios y a otros. Pero los sentimientos de culpa pueden también ser influencias destruc- tivas, inhibitorias que amargan la vida.” Las causas del sentimiento de culpabilidad Collins, en su libro Christian Counseling (Aconsejamiento cristiano), trata amplia- mente las causas del sentimiento de cul- pabilidad (es decir, el sicolégico), citan- do lo aprendido en el pasado y las ex- pectativas poco realistas, un complejo de inferioridad y las presiones sociales, el desarrollo defectuoso de la conciencia y las influencias sobrenaturales. + Lo aprendido en el pasado y las expectativas poco realistas “Las normas individuales de lo que es correcto 0 incorrecto, 0 bueno o malo por lo general se desarrollan en la nifiez”, es- cribe Collins y agrega: Para algunos padres las normas son tan rfgidas y tan altas que el nifio rara vez las aleanza. Hay pocos elogios 0 palabras de aliento porque los padres nunca estn con- formes. Al contrario, al niiio lo recrimi- nan, lo juzgan, lo critican y lo castigan con tanta frecuencia que lo obligan a sentirse como un fracaso total. En consecuencia, se recrimina, critica y menoscaba a si mismo, teniendo persistentes sentimientos de cul- pa, todo porque el nifio ha aprendido un conjunto de normas imposibles de cum- plir. A veces también, estas “normas” vie- nen de iglesias que creen en el logro de una “perfeccién sin pecado”, Al ir creciendo, los hijos adquieren las normas de sus padres y las teolégicas. Es- peran ser ellos mismos perfectos, adoptan normas que nunca pueden cumplir y caen en sentimientos de culpa y de autorecrimi- nacié + El complejo de inferioridad y las presiones sociales “Es dificil determinar si el complejo de inferioridad genera sentimientos de cul- pa, o si los sentimientos de culpa produ- cen un complejo de inferioridad...”, escri- be Collins. No obstante, “la presién so- cial es... el origen de innumerables sen- timientos de culp + El desarrollo defectuoso de la conciencia Collins contintia, diciendo: “En las pri- meras etapas de la vida el nifio... aprende sobre la culpa. Cuando el hogar es calido, previsible y seguro, y cuando se coloca més €nfasis en la aprobacion y el dar aliento que en el castigo y la critica; en- tonces, el nifio sabe lo que significa sen- tir que es perdonado. Pero cuando el ejemplo paterno es malo y/o la ensefianza moral es punitiva, critica, basada en el miedo y exigente, entonces el nifio se conyierte en un ser eno de ira, rigido, critico y abrumado por un permanente sentimiento de culpabilidad”. + Las influencias sobrenaturales Antes de la caida, parece ser que Addn y Eva no tenfan conciencia, ni conoci- miento del bien y del mal ni sentimiento de culpabilidad. Escribe Collins: Pero inmediatamente después de su de- sobediencia, se dieron cuenta que habfan hecho lo malo y trataron de esconderse de Dios (Génesis 3:8). El sentimiento de cul- pabilidad teolégica y el sentimiento subje- tivo de culpa habfan hecho su apariciGn en la creaci6n de Dios. Como el resto de la Biblia lo demues- tra, las normas de Dios son elevadas y el ser humano se engajia si pretende no tener pecado (1 Juan 1:8-10). Por lo tanto, la percepcién de culpabilidad puede ser por la persuasién del Espiritu Santo (Juan 16:8, 13: 14:26). aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Introduccién nador no lo habia Ilamado a jugar aunque el partido ya iba por el segundo tiempo y su equipo, los Tiburones, perdian 2 a 0. Miré las gradas y entre los espectadores vio a su mama y a su padrastro. Siguid bus- cando entre el ptblico y finalmente vio a su papa mirando el partido desde el otro extremo de la cancha. Carlos se acercé al entrenador. —vVamos, sea bueno. Déjeme jugar. Le prometo que no volveré a faltar a las practicas. El entrenador grufié al ver que su equipo perdia otra oportunidad de meter un gol. —AMire, mi pap vino al partido. No me ha visto jugar en toda la temporada. El entrenador sacudi6 la cabeza y respondi6: —Lo siento, Carlos. Tu conoces los reglamentos. Ya tendrds tu opor- tunidad. Carlos dio media vuelta para retirarse, pero répido como un rayo volvidé a enfrentar al entrenador y, como un sargento dando érdenes le grit6: —jAl diablo con sus reglamentos! ;Y sabe qué? jAl diablo con todo el equipo! Por mf, ;que revienten todos! Continu6 gritando insultos violentos y arremetié a puiietazos contra el sorprendido entrenador. El primer pufietazo le dio en la nariz que empez6 a sangrar mientras él y Carlos, forcejeando cayeron al suelo. El entrenador trataba de sujetarlo, pero Carlos seguia pegando y pateando totalmente fuera de control. Fue su padrastro quien finalmente lo levanté del suelo, mientras seguia pateando y forcejeando. El partido se habia detenido y todos miraban asombrados la escena que se desarrollaba al costado de la cancha. Carlos seguia con sus insultos tratando de librarse de su padrastro cuando su papa se le acercé y le dio una bofetada. — {Qué te pasa? —le grité, agregando una serie de malas palabras. La cara le ardfa, y aunque no habfa levantado los brazos, tenfa las manos ten- samente cerradas, listas para atacar. —Stibete a mi auto ahora mismo —grit6 agregando mds malas palabras. El papa de Carlos le clav6 la mirada a su ex esposa y a su marido y lue- go se dirigié al entrenador que se estaba limpiado la cara con una pafiuelo ahora empapado de sangre. —Lo siento —dijo tratando de mantener su compostura—. Esto no debio haber sucedido. Volviendo a mirar a su ex esposa agreg6: —Es que al muchacho no le ensefian buenos modales. 60 C arlos era el mejor jugador de su equipo de fitbol, pero el entre- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Tra La respuesta al problema de la ira Ayudar al joven que lucha con la ira pue- de ser una tarea dificil y larga. Pero, es posible hacerlo, especialmente si se tie- nen en cuenta las siguientes pautas: ISCUCHAR. Cufdese de no causar juna frustracién mas (e ira) por no es- cuchar, Preste atenci6n a lo que el joven di- ce (verbalmente y en modos no verbales) sobre lo que siente. Aytidelo a admitir o6- mo se siente. Ir derrumbando la negacién y otras defensas que impiden que el joven admita el enojo que siente es muchas veces la primera meta. Admitir tal cosa puede ser una ame- naza, especialmente para quienes sienten enojo hacia un ser querido y para los que creen que toda ira es mala. Puede ser de ayuda mencionar que la ira es una emo- cién comin, dada por Dios, de la que, la mayoria de las personas, pierden periédi- camente el control... Si el aconsejado persiste en negar su ira, aun después de haber escuchado las evidencias, quiz admita la posibilidad de que siente ira. MPATIZAR. A el lider de jévenes, padre, pastor o maestro sabio le con- viene preguntarse: “;Alguna vez he re- primido mi enojo o lo he expresado in- correctamente?” “Manejo siempre la ira en una forma biblica?” “;Cudndo fue la Ultima vez que senti ira?” “;Qué cosas necesito superar?” Preguntas como éstas pueden ser un chequeo de las actitudes duras 0 juzgado- ras que ayuden al adulto interesado en el joven a empatizar con las luchas de éste. Recuerde también que la empatia pue- de ser comunicada en algunas de las ma- neras més simples. Al escuchar, recuerde: @ Inclinarse levemente hacia adelante en su silla. @ Hacer contacto visual. 65 @ Mover afirmativamente la cabeza para indicar que entiende. @ Reflexionar sobre frases clave (“Sien- uieres decir que...”), @ Esperar pacientemente en los momentos de silencio o légrimas. LENTAR. Recuerde en todo mo- mento que puede ser muy humillan- te para alguien, sea cual fuere su edad, admitir que ha sentido enojo, que lo ha manejado incorrectamente y/o ha perdi- do el dominio propio. En consecuencia, los esfuerzos por ayudar al joven a en- frentar y superar su ira deben ir saturados con palabras de aliento y aprecio (reco- nociendo el valor de la persona, de sus atributos, acciones y actitudes). TRIGIR. Un paso importante al ayu- ‘dar al individuo enojado es dirigirle para que considere las razones de la ira (dialogando sobre las rafces de la amar- gura [Hebreos 12:15] que causan resent miento, ira, etc.). {Con quién esta enoja- do? {Qué le esté haciendo enojar? {Cual de las causas mencionadas anteriormente es la mas pertinente? Otro paso, cuando ya la causa de la ira ha sido identificada, es instar al joven a enfrentar el dolor que est4 causando su ira, invitar a Dios a compartir el dolor que esta sintiendo y pedirle que esté con él al tratar de superar el dolor. Ademias, Ross Campbell ofrece conse- jos practicos dirigidos principalmente a los padres, pero que pueden ser aprove- chados por los lideres de j6venes y otros: Si usted quiere ensefar al joven el ca- mino por el que debe andar. Primero, el6- giclo por las maneras apropiadas en que expresa enojo. Luego puede hablarle de una de las maneras inapropiadas en que lo esta haciendo (por ejemplo: insultos), pidigndole que las corrija. Escoja el mejor momento... En algunos casos es imposible resolver el enojo, como por ejemplo cuando no se aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Introduccién rante ocho meses cuando él “rompis” con ella, por teléfono. A los pocos dias Melisa se encontraba comiendo a la mesa donde tantas veces habia comido con Bruno. Sus amigas la acompafiaban. —Yo digo que andas mejor sin él —opin6é Analia. —Si—coincidié Clarita—. Al fin y al cabo se la pasaban peleando. —Dicen que Nadia y Néstor acaban de “romper” —dijo Julia con una entusiasta sonrisa—. Siempre te gust6 él, ;no es cierto? Melisa no contest6. Se levanté y se retiré sin decir palabra. “No entienden”, pens6. “Ellas han salido con muchos muchachos”. Pero para ella Bruno era todo, y hasta se habia ilusionado con casarse con él. Cuando habian empezado a salir juntos Melisa habia decidido hacer todo lo que Bruno esperaba de ella. Habia bajado un poquito de peso y empezado a vestir pensando en él. Hacifa todo lo posible para complacerlo; si él daba la mas leve indicacién de que algo que ella hacia o decia le complacfa, se esforzaba por seguir haciéndolo o diciéndolo. Cuando sus relaciones se fueron haciendo mas {ntimas, ella decidié darle a Bruno todo; empezaron sus relaciones sexuales a los seis meses de estar de novios. Cuando Bruno rompié sus relaciones con ella Melisa no lo podia creer. Lloré y le rogé que no la dejara. Le dijo que ella cambiarfa; que haria cualquier cosa que él quisiera. Pero él se negé a todo. La primera reaccién de ella fue de enojo. “Después de todo-lo que he hecho para hacerlo feliz”, pens6. Luego su enojo se introvirtié: “Hice todo lo que pude, pero no fue suficiente. No valgo absolutamente nada. Nunca conseguiré que un hom- bre me ame. No merezco que ningtin hombre me ame.” En el transcurso de las siguientes semanas Melisa empezé a pasar mas y mas tiempo sola en su habitacién. Rara vez salfa con sus amigas, prefiriendo en cambio quedarse en casa, escuchar miisica y quedarse entre las cuatro paredes de su dormitorio. Le resultaba dificil comer y, después de algunas semanas de casi no poder dormir, empez6 a dormir la mayor parte del dia, tanto en la escuela como en su casa. Empez6 a faltar mucho a clase y sus calificaciones se vinieron abajo. Cuando sus padres la enfrentaron sobre su conducta, se encogié de hombros. “No me importa nada”, fue su tinica respuesta. “No entiendo” —le dijo su mama al pastor de la iglesia. “Parece otra persona. Ya no es la misma de antes”. M elisa, de diecisiete aftos, habia estado saliendo con Bruno du- 70 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 74 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES intensa con uno de sus compafieros; dis- cordias familiares, separacion de los pa- dres, divorcio 0 muerte de uno de sus progenitores; un embarazo no deseado 0 aborto, y cualquier evento que incide ne- gativamente sobre la autoestima del ado- lescente como: ser expulsado de la escue- la, no ser elegido como integrante de un equipo deportivo, fracasar en los estu- dios, 0 no recibir una invitacion a una ac- tividad social popular. + Ira El joven que no ha aprendido cémo ma- nejar y expresar eficazmente su enojo o no ha ideado maneras de hacerlo sera mas propenso a sufrir de la enfermedad de la depresién. Los doctores Minirth y Meier escriben: Repetidamente, en la literatura sobre el tema, se describe la depresin como ira que se ha guardado en el interior. En la gran mayorfa de los casos la ira se ve per- fectamente en las expresiones faciales, en el tono de la voz y en los gestos del indi- viduo deprimido. Con frecuencia sienten un enojo intenso, pero por lo general no lo reconocen. EI joven puede estar enojado con un amigo 0 ser querido que ha muerto, 0 con un padre abusador, 0 con su propia inca- pacidad. Si le han ensefiado (sus padres, iglesia, maestros, etc.) que la ira es siem- pre mala, el joven puede reprimir su eno- jo en lugar de resolverlo (vea también el capitulo 4: Ira.) Sentimiento de culpabilidad Escribe Collins: No es dificil entender por qué el senti- miento de culpabilidad puede evar a la de- presi6n, Cuando alguien siente que ha fra- casado 0 que ha hecho algo malo, surge el sentimiento de culpabilidad al cual se agrega la autocondenacién, la desesperanza y otros sintomas de depresién. El sentimiento de culpabilidad y la depresién aparecen tan- tas veces juntos que es dificil determinar cual ocurre primero. Quiz4, en la mayorfa de los casos, el sentimiento de culpabili- dad aparece antes que la depresién pero a veces la depresién hace que uno se sienta culpable (porque no puede vencer su de- sesperacién). En ambos casos empieza un circulo vicioso (vea también el capitulo 3: Sentimiento de culpabilidad.) Los efectos de la depresién Los efectos de la depresin parecen un catdlogo de trastornos fisicos y sicolégi- cos. Entre los efectos, estan los fisicos y emocionales, poca capacidad de aten- cién y/o estar distrafdo, reacciones en- mascaradas, retraimiento, conducta sui- cida y tendencias depresivas al legar a adulto. + Efectos fisicos Minirth y Meier catalogan algunas de las ramificaciones fisicas de la depresion: La depresién clinica incluye sintomas fisicos... Estos cambios bioquimicos tie- nen diversos resultados fisicos: los movi- mientos corporales del individuo depri- mido por lo general disminuyen. La cali- dad de su suejfio se ve afectada... Al prin- cipio, en lugar de falta de sueiio, quizé duerme demasiado, Con frecuencia, su apetito se ve afeciado. O come demasiado © no lo suficiente (por lo general, no lo su- ficiente). Entonces, puede tener 0 una pér dida o un aumento de peso significativo. Puede sufrir de diarrea, pero con mas fre- cuencia de constipacion. En la mujer, el ciclo menstrual puede suspenderse total- mente durante meses o puede ser irregular. Con frecuencia se pierde interés en el sexo. El individuo deprimido puede sufrir de dolores de cabeza causados por la tension, © quejarse de sentir una presién en la cabeza ‘Ademés de sus movimientos corporales lentos, puede tener una postura encorvada y parecer atontado. Puede tener trastornos gas- trointestinales. Puede tener un metabolismo lento. Puede sufrit de sequedad en la boca. Es bastante comiin tener un pulso répido y palpitaciones cardiacas. Estos cambios si- coldgicos asustan a la mayoria producien- do hipocondrfa (preocupacién desmedida por las enfermedades fisicas). aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 78 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES beneficiosos. De los 150 salmos, hay 48 que tienen respuestas para la depresié 13, 18, 23, 25, 27, 31, 32, 34, 37, 38, 39, 40, 42, 43, 46, 51, 55, 57, 62, 63, 69, 71, 73, 77, 84, 86, 90, 91, 94, 95, 103, 104, 107, 110, 116, 118, 121, 123, 124, 130, 138, 139, 141, 142, 143, 146 y 147. Sugerimos que los lea en voz alta, 6. Que descanse confiado en la presen- cia del Espiritu de Dios. El salmista re- petidamente declara el secreto de la libe- racién de la depresin. Se animaba a si mismo diciendo: “Espera a Dios, porque atin le he de alabar, jEl es la salvacién de mi ser, y mi Dios!” (Salmo 42:5). La pre- sencia de Dios es la raz6n para tener es- peranza y el medio de conseguir libera- cién OMPROMETER. Al igual que en ‘otras muchas situaciones en que el adulto quiere influenciar al joven (0 a cualquier otro), es imperativo que consi- ga la decisién y participacién del joven en su propia recuperacién en lugar de sencillamente predicarle 0 aconsejarle. Don Baker y Emery Nester ofrecen al- gunas maneras espécificas de conseguir Ja cooperaci6n del joven: Anime a la persona deprimida a invo- Iucrarse en alguna actividad nueva. Ayti- dele a elegir cosas que siempre ha querido hacer pero para las cuales nunca ha tenido tiempo... Busque una actividad disponible geogrifica y financieramente, Da mejor resultado si ocupa mucho de su tiempo. Debe estar dentro de la capacidad del in- dividuo. La jardinerfa, pintura, fotografia © un deporte aerébico como correr 0 nadar son frecuentemente actividades que caben dentro de los eriterios mencionados. EFERIR. Si hubiera cualquier posi- bilidad de que el joven deprimido sea un peligro para si mismo 0 para otros, tome medidas inmediatas para obtener la intervenci6n de un consejero profesional. Esté atento a indicadores como: @ conversaci6n sobre suicidio @ evidencias de un plan de accién “bien pensado” para realmente suicidarse @ sentimientos de desolacién y/o falta de sentido a la vida @ indicaciones de un sentimiento de culpabilidad y de que no vale nada @ estrés reciente en su ambiente (como el divorcio de sus padres, una muerte en Ia familia, etc.) @ incapacidad para sobrellevar el estrés © preocupacién desmedida por las enfermedades fisicas @ preocupacién por el insomnio @ evidencias de desorientacién o una actitud desafiante © tendencia a ser dependiente € insatisfecho al mismo tiempo @ un cambio stibito e inexplicable a un estado de dnimo alegre (lo que frecuentemente significa que la decisi6n de intentar suicidarse ha sido tomada) @ conocimiento sobre los métodos mas eficaces de suicido (un balazo, drogas y monéxido de carbono dan mejor resultado; cortarse las venas en los brazos es menos exitoso, etc.) @ antecedentes de intentos de suicidio anteriores. (Los que lo han intentado antes, muchas veces vuelven a intentarlo.) No vacile en preguntar al joven direc tamente si alguna vez ha contemplado sui cidarse, y tome seriamente su respuesta. Por ultimo, referirlo a un siquiatra 0 médico puede justificarse en algunos ca- sos (con permiso de los padres). Como destaca Collins: aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Concepto bajo de st mismo 83 EI problema del concepto bajo de si mismo Tanto los jovencitos como los adultos enfrentan un desaffo totalmente nuevo, con profundas implicaciones para su fu- turo. El desafio es poder contestar las preguntas: “;Quién soy?” “ZA dénde yoy?” “;Cual es mi lugar?” Tres dreas funcionales La labor principal de la adolescencia es Ja reevaluaci6n del yo. Esta reevaluaci6n se vale de las experiencias e influencias pasadas, al igual que de los mensajes que recibe de sus padres, maestros, amigos y de la sociedad en general. Todo esto se combina afectando tres areas funcionales dentro de su autoestima: El Grea de su apariencia personal. Muchos padres han observado que una cosa tipica de la adolescencia es la in pacidad de pasar delante de un espejo sin detenerse, Con frecuencia los jvenes se preocupan mucho por su apariencia per- sonal: se preocupan por su cabello, su cu- tis, su ropa y su peso. Cualquier imper- feccién, por pequefia que sea, es muy im- portante para el joven, y cualquier critica de su apariencia personal es probable que afecte para siempre el concepto que tiene de sf mismo. El Grea de su actuacién. La estima que se tiene el adolescente se va forman- do también segiin él y otros consideran sus habilidades en desarrollo y su inte- ligencia. “Soy terrible en matemiticas, se- guro que soy tonto”. “Soy un desastre en el deporte; soy tan torpe”. “No pasé el examen, no puedo hacer nada bien”. Ta- les experiencias y sentimientos pueden contribuir a una autoimagen deficiente. El Grea de posicién social 0 econdémi- ca, La estructura social en que vive y se desenvuelve (bien o mal) el joven puede ser compleja ¢ inflexible. Se le mide segdin a quignes quiere o valora, quiénes lo quieren y valoran a él, si goza de popula- ridad, qué clase de auto tiene (y si mane- ja), la posicién de sus padres, dénde vive, etc. Aunque todo esto puede parecerles tri- vial a los padres o al lider de jévenes, pueden ser de muchfsima influencia en la estima que el adolescente tiene de su pro- pio valor e importancia. + Tres claves en la formacién de un concepto del “yo” Las areas de influencia descritas se unen para ayudar a formar el concepto del “yo” que el joven retiene en su mente y coraz6n. Este concepto consiste en tres elementos esenciales: Sentirse “aceptado”. Sentirse “aceptado” es la percepcién de ser querido, cuidado y disfrutado... Nues- tro sentimiento de ser aceptado se esta- blece fundamentalmente en la infancia. Los nifios desarrollan el sentido de ser parte de su ambiente cuando los padres carifiosos anticipan sus incomodidades y afectuo- samente les brindan lo que necesitan, Sentirse que vale. Sentirse de valor es sentir que “Soy bueno” © “Cuento para algo” 0 “Tengo ra-zén”, Nos sentimos de valor cuando ac-tuamos como debemos. Verificamos que valemos cuando percibimos las actitudes positivas de los demas hacia nosotros y su aprobacién sincera de nuestras acciones. Cuando los dems no nos dan su apro- bacién sino que nos critican, sentimos que ya no valemos. Sentirse competente. Este es el sentido de ser suficiente, de ser valiente o de tener esperanza, de ser lo suficientemente fuerte como para llevar a cabo lo que corresponde en las situacio- nes que la vida depara diariamente... Sen- tirse verdaderamente competente es reco- nocer tanto las habilidades como las debi- lidades de uno... Sentirse competente em- pieza a desarrollarse en los aflos de la preadolescencia, pero se va convirtiendo en una actitud més fija hacia el final de la adolescencia. El sentido de ser compe- tente se ve afectado positivamente por los éxitos y negativamente por los fracasos. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Concepto bajo de st mismo 87 + Calidad de las relaciones El concepto bajo de sf mismo también afecta la calidad de las relaciones de la persona. “De todos los problemas con la autoestima”, sugiere la revista Psycho- logy Today (Sicologia Hoy) “este puede ser el peor: las personas que la tienen en- tablan relaciones que tienden a perpe- tuarla... Segun William B. Swann, Jr., doctor en filosofia, profesor de sicologia en la Universidad de Texas, las personas con conceptos negativos de si mismas prefieren a la gente —y aun la buscan— que también las evaliian negativamente”. + Problemas en la intimidad matrimonial No es de sorprender, entonces, que una autoimagen deficiente es también una de las causas principales de los problemas en la intimidad matrimonial. Si uno no se acepta sanamente, ;c6mo puede esperar que su pareja lo haga? No puede, y por eso empieza a ponerse una careta, y el hombre o la mujer que se casa con usted se casa con la careta, no con quien es realmente usted. Cuando asf sucede, la careta se hace més y més grande y, generalmente, cual- quier intimidad que pudo haber en el ini- cio de la relaci6n, desaparece. + Logros, sentido de satisfacci6n y de realizacién limitados El concepto bajo de sf mismo tiene mu- chas consecuencias, obstaculizando los logros, el sentido de satisfaccién, de rea- lizacién y de bienestar en la escuela, el trabajo, el tiempo libre y en el matrimo- nio y otras relaciones. La perspectiva biblica del concepto bajo de si mismo Muchos cristianos se sienten inc6modos ante la nocién de reconocer cualquier mérito propio. Estan totalmente en contra de la idea de amarse 0 aceptarse. Por sus antecedentes teolégicos, 0 quizd por otras consideraciones, se ven constante- mente como gusanos insignificantes para ser pisoteados, pecadores sin valor que s6lo merecen el infierno. Les cuesta com- binar la idea de una autestima buena con lo que han aprendido de la Biblia. Citando Romanos 12:3: “nadie tenga més alto concepto de si que el que deba tener; més bien, que piense con sensatez, conforme a la medida de la fe que Dios repartio a cada uno” dicen: “;Ve? Uno no debe tener un buen concepto de uno mismo”. La sicologfa secular contemporiinea en- cuentra contradictorio ese razonamiento teolégico. El autor Rollo May ha dicho: En los circulos donde se predica el au- todesprecio, por supuesto nunca explican por qué uno habria de ser tan mal educado ¢ inconsiderado que obliga a los demas a aguantar su compajifa si él mismo la con- sidera tan cargosa y matadora. Y, ademds, la multitud de contradicciones nunca se explican adecuadamente en una doctrina que aconseja que odiemos el “yo” y ame- mos a todos los demas, con la obvia ex- pectacién de que ellos nos amariin a noso- tros, odiosas criaturas que somos; 0 que cuanto més nos odiamos, més amamoy a Dios quien cometié el error, en un mo- mento de distraccién, de crear a esta cria- tura despreciable que soy “yo”. En Romanos 12:3 Pablo no dice que no debemos tener un buen concepto de nosotros mismos. Dijo que no debemos tener un concepto mds alto de nosotros mismos de lo que realmente somos. En otras palabras, tenemos que ser realistas y biblicos en nuestras opiniones de no- sotros mismos. Por eso Pablo agregé que Ppensemos “con sensatez”. El verbo pensar en griego significa “pensar o sentir de cierta manera acerca de alguien”. En Romanos 12:3 significa formar una opinién, un juicio o un sentir acerca de uno mismo. La ensejianza de Pablo es que formemos nuestra opinién 0 nuestro concepto de nosotros mismos co- mo resultado de una evaluaciOn realista de nosotros mismos. Los que creen que debemos negar el “yo” no reconocen que la humanidad es aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Concepto bajo de si mismo 91 12. Haz lo correcto y lo agradable a los ojos de Dios, Cuando nuestras vi- das reflejan el caracter de Dios so- mos mucho mis felices; obedecer a Dios nos hace sentirnos bien acerca de nosotros mismos. 13. Sé positivo (ver: Filipenses 4:8). Fijate cuanto tiempo puedes durar sin decir algo negativo de otra per- sona 0 situacién. 14. Guia a otros con tu influencia y sabia direccién en lugar de hacerlo con un poder autocratico. 15. Ama segtin el ejemplo del amor agape de Dios y equilibra el amor estableciendo limites. EFERIR. En casos extremos, cuan- lo la autoestima de la persona esta tan dafiada que resulta, por ejemplo, en una grave depresi6n o en una falta total de reaccién a los consejos 0 a los ofre- cimientos de ayuda, puede ser necesario involucrar a un consejero cristiano pro- fesional. Si usted no es el padre o la ma- dre del joven, es indispensable involucrar a los padres y contar con su consen- timiento para referirlo a un profesional. Pasajes biblicos citados en este capitulo @ Romanos 12:3 @ | Corintios 6:20 @ Efesios 2:10 @ Efesios 1:18 @ Lucas J5 © Filipenses 4:8 @ 1 Pedro 1:18, 19 Otros pasajes biblicos para leer @ Salmos 91; 116:15 @ Efesios 1:1-14 @ 1 Pedro 1:18, 19 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 96 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES 5. Aceptacién—Cuando el desahuciado va superando los sentimientos y conflictos que han aparecido, puede ahora estar listo para aceptar el hecho de que la muerte se acerca. Muchos otros efectos fisicos tanto co- mo emocionales y sicol6gicos se presen- tarin en los diversos (0 todos) puntos a través de las cinco etapas del sufrimiento. + Efectos fisicos Los sintomas fisicos del sufrimiento des- critos por Erich Lindemann se aplican no solo al que sufre por la pérdida de un amigo 0 ser querido, sino también a la persona que se encuentra ante su propia muerte. E] doctor G. Keith Olson men- ciona otros como: © Respiracién laboriosa caracterizada por los suspiros y estrechez en la garganta. © Sentirse fisicamente exhausto y no te- ner fuerza ni aguante fisicos. © Sintomas digestivos, incluyendo una alteracién en el sentido del gusto, pér- dida del apetito, producci6n salivar in- suficiente y una sensacién de vacfo en el estémago. Otros sintomas fisicos pueden incluir in- somnio (0 dormir mucho mis de lo acos- tumbrado), dolores de cabeza y un Ianto incontrolable y muchas veces inesperado. + Efectos emocionales Verse ante la posibilidad de una muerte in- minente puede causar trastornos mentales, incluyendo estos efectos emocionales: Temor. El temor, por supuesto, es una reaccién muy probable ante la perspec- tiva de morir, Pero el joven temerd no s6- Jo el hecho de la muerte (aunque eso serd ciertamente un factor importante que a veces puede llegar a ser abrumador); puede también (lo cual es muy natural) temer Io que le suceder cuando su en- fermedad cmpcore. Puede temer al dolor que la acompafiard. Hasta puede temer el efecto que su muerte tendrd sobre los de- mas. (Vea también el capitulo 2: Ansie- dad.) Sentimiento de culpabilidad. Aunque el joven puede saber, cognoscitivamente, que la enfermedad o condicién que ame- naza su vida no es culpa suya, la inca- pacidad de aceptar un suceso 0 diagnés- tico inexplicable puede llevarle a sentir- se en cierta forma culpable, pensando: “Habré hecho algo para merecer esto” 0 “Debi haber sido una hija més buena” o aun a veces: “Si hubiera lefdo mas la Bi- blia Dios no me hubiera hecho esto.” Es- tas reacciones de culpabilidad, dice Ol- son, “representan un intento por volver a sentirse en control de la vida después que le ha asestado un golpe doloroso y des- concertante”. (Vea también el capitulo 3: Sentimiento de culpabilidad.) Impotencia. La perspectiva de la muerte como resultado de una enferme- dad 0 condicién grave probablemente de- je al enfermo (al igual que alos que lo ro- dean) sintiéndose impotente ante su situacién, y Olson destaca que “uno de los sentimientos mas inaceptables para el joven es sentirse impotente ante una si- tuacién. Para luchar contra este senti- miento peligroso, el joven con frecuen- cia trata de asumir un sentimiento de res- ponsabilidad por lo que ha pasado. De esta manera, con frecuencia escoge sen- tirse culpable antes que impotente”. Resentimiento. Muchas veces el joven ante la perspectiva de una enfermedad in- curable 0 la muerte expresard resenti- miento, particularmente hacia los que es- tén més cerca suyo y que mis le ayudan. Puede resentir a sus amigos o hermanos porque no tienen que ir al hospital, aguan- tar los tratamientos y morir jévenes. Al empeorar la enfermedad, puede resentir el hecho de que necesita la ayuda de sus fa- miliares. Mary Beth Moster, autora de When the Doctor Says It's Cancer (Cuan- do el médico dice que es cancer) escribe: aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 100 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES IOMPROMETER. Es importante motivar la participacion del joven, aun ladelque scencuentraante la posibili- dad de morir, en su propio futuro, no im- porta lo breve 0 incierto que sea ese futu- ro. En cuanto sea practico (dejando tiem- po suficiente para expresarse y descar- garse) gufe al joven a tomar algunas de- cisiones, como: qué tratamientos y/o re- medios tomard 0 no tomar, lo que quiere decirles a sus familiares y amigos, pro- yectos no terminados 0 metas no alcanza- das que quiere completar, aun cémo se- ran sus exequias. La decisién mas impor- tante a tomar, por supuesto, es estar se- guro de que el joven est4 preparado para la eternidad, habiéndole entregado su vi- daa Cristo para ser salvo. EFERIR. E] lider de jévenes, pastor 0 maestro deben tener el cuidado de trabajar en colaboracién con los padres del joven, y todos los adultos interesados en él deben ser sensibles a la posible con- tibucién que un consejero profesional cristiano podria hacer a la habilidad del joven de hacer frente a la perspectiva de morir, al igual que la posibilidad de que los que rodean al joven (padres, herma- nos, amigos intimos) también se benefi- ciarfan de la consulta con un consejero profesional. Tal intervenci6n es mas efi- caz entre més pronto se inicie. Pasajes biblicos citados en este capitulo @ 2 Samuel 14:14 @ Génesis 2:7 @ Romanos 3:23 @ 2Corintios 5:8 © Apocalipsis 14:13; 21:4 @ Hechos 2:28 @ Mateo 17:3, 4 © Apocalipsis 2 y 22 @ Juan 14:2 Otros pasajes biblicos para leer @ Salmos 23:4; 116:15 @ Proverbios 14:32 @ Romanos 14:8 @ | Corintios 15 © Filipenses 1:21 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 104 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES todo lo cual compone un perfodo de ca- rencia y transicién que puede durar hasta tres afios, o aun mas”. Un dolor normal, que a veces es ex- tremadamente penoso —y hasta explo- sivo— sigue un curso bastante previsible y lleva finalmente a la restauracién del bienestar mental y emocional. La amplia- mente aclamada obra de Elizabeth Ku- bler-Ross identifica las cinco etapas del dolor, como las explican Sturkie y Tan: 1. Negaci6n. La persona puede negarse a creer que la muerte ha ocurrido. La du- raciOn de esta etapa puede variar, siendo més larga para unos que para otros. Es una etapa temporaria, pero puede aparecer después en cualquier momento. 2. Ira. El joven puede cuestionar por qué ocurrié la muerte. Cuando la respuesta no es clara, puede explotar con ira contra a aparente injusticia de todo el asunto. 3. Negociacién. Esto es por lo general un intento por posponer una muerte inmi- nente © negociar un acuerdo que dismi- nuiré la pena del dolor o la realidad de la separaciGn... El negociar por lo general se Meva a cabo en secreto, con Dios. 4. Depresin, Cuando la persona en- frenta la realidad de la muerte, con fre- cuencia se deprime... 5. Aceptacién. Cuando la persona va resolviendo los sentimientos y conflictos que han surgido, puede ahora estar prepa- rada para aceptar la realidad de la muerte. Pero el dolor patolégico generalmente difiere del dolor normal en lo profundo que es (los sintomas del dolor son mucho miés intensos), en su duracién (dura mu- cho més) y a lo que leva (no Heva a la sa- lud mental y emocional sino a més pro- blemas sicolégicos). Los siquiatras V. D. Volkan y D. Josephthal destacan tres pro- cesos clave sobre los que se basa el dolor patolégico: 1. Division en fragmentos es el proce- so por el cual el “joven da su consenti- miento intelectual a la muerte, a la vez que reacciona en sus emociones y con- ducta como si nada hubiera ocurrido. Es- to permite al joven evitar el proceso del dolor causado por la muerte. 2. Internalizacién es el proceso por el cual el deudo busca “preservar su rela- cién con el occiso, internalizando a la persona que ha perdido y centrandose en su presencia interna”. Este proceso niega la realidad y lo irrevocable de la muerte. 3. Externalizacién cs ¢l proceso por el cual la persona que sufre, se obsesiona con un objeto asociado con el muerto, como ser una foto o una prenda de vestir, que sirve para posponer la necesidad de admitir y superar la pérdida. Collins destaca varios factores que tienden a contribuir al dolor patolégico: © Creencias (Ia falta de fe) © Antecedentes y personalidad (“Las per- sonas que son inseguras, dependientes, incapaces de controlar o expresar sus sentimientos y propensos a la depresi6n muchas veces tienen més dificultad en sobrellevar su dolor”.) @ Ambiente social (Las actitudes de la so- ciedad hacia la muerte que incitan la negaciGn y la répida disposicién del dolor —ya sea que se comunique por parte de una familia, regién, tradicién ética o de_la sociedad en general— pueden influir mucho sobre la habi- lidad del que sufre de sobrellevar el dolor.) © Circunstancias relacionadas con la muerte (Una muerte prematura 0 una muerte trigica. La relacién intima con el que murié y otras circunstancias pueden intensificar el proceso del dolor y provo- car una reaccién patolégica.) Las causas y efectos del dolor ante una pérdida Al ir el joven (0 cualquier persona) en- carando y superando las etapas del dolor, puede verse ante una variada gama de emociones y otros efectos del proceso. Los efectos del dolor a ser tratados aqui no sc limitan al dolor que produce una aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 108 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES Dios llama al cristiano a gozarse con los que se gozan y a llorar con los que Horan (Romanos 12:15), y de IMevar a otros al “Dios de toda consolacién, quien nos consuela en todas nuestras tribula- ciones. De esta manera, con la consola- cién con que nosotros mismos somos consolados por Dios, también nosotros podemos consolar a los que estén en cualquier tribulacién” (2 Corintios 1:3- 5). Compartir el dolor y ofrecer consuelo con sensibilidad es una de las maneras més sencillas y més efectivas en que cualquiera puede ofrecer ayuda en los momentos de dolor. Aue Olson escribe: Un ingrediente esencial en el aconse- jamiento exitoso en casos de dolor [por la pérdida de un ser querido] es una acepta- cién céndida de los sentimientos, pensa- mientos y arranques emotivos expresados por [el joven]. Muchos se azoran ante Ia angustia insondable que surge del dolor. El ambiente con el consejero tiene que ser c- lido y leno de apoyo. El joven no necesita ser arrasado o sofocado por el carifio, sino que necesita verse rodeado de él. EI ministerio de la oracién es una ma- nera clave de brindar aliento y consuelo al joven que sufre. Ore por é1; deje que lo escuche orar por él; permita que su cari- fioso interés y estima Ileguen al joven por medio de escucharle a usted rogar por é1 en oraci6n. TRIGIR. La mayor parte de la ayu- da que un padre, pastor u otro adulto puede ofrecer al joven que sufre por una pérdida es escucharle, empatizar con él y alentarlo. No obstante, algunas medidas directivas ttiles podrian incluir: @ Ayudar al joven a hacer frente a su pérdida. Esto puede hacerse animén- dole a que hable de la pérdida, pre- guntando quiz4: ,Cémo sucedié?, {Donde estabas cuando recibiste la noticia?, {Donde sucedié?, ,Quién te dio la noticia? (Si la pérdida era por muerte) {C6mo fueron las exequias? @ Ayude al joven a identificar y expresar sus sentimientos. Los sentimientos ti- picos asociados con una pérdida in- cluyen ira, sentimiento de culpabili- dad, ansiedad y frustracién. Recuerde que la mayoria de las personas no identifican ni expresan sus sentimien- tos cuando se les pregunta directa- mente sobre ellos. Mas bien, busque facilitar la expresi6n de sentimientos respondiéndole al joven: “Comprendo cOmo puedes sentir ira” o “Realmente lo sientes mucho, {no es cierto?” @ Ayudar al joven a acercarse al Dios de toda consolacién. Aliéntelo a depen- der de él y de sus recursos sin limites. No sermonee ni obligue al joven, pero recuérdele suavemente que “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1). @ Ayudar al joven a aprender a vivir con la pérdida. Gufe la conversacién a tra- vés de las dificultades que enfrenta ahora como resultado de la pérdida y valiéndose de los diversos métodos que se usan en la resolucién de pro- blemas (ponerse en el lugar de otro, jugando al “qué pasarfa si”, listando los pro y los contra, etc.) Trate de encau- Zar su atencién para que no piense tanto en el pasado (Ja pérdida misma) sino en el futuro (;Qué hay que hacer ahora?). © Daral joven tiempo para sufrir. El do- lor leva ‘tiempo. Esté preparado para los momentos mis dificiles del proceso: —los primeros tres meses después de haber sufrido la pérdida —el primer aniversario de la pérdida (en casos de muerte) —feriados y dias especiales. @ Ayudar al joven a examinar y admitir las reacciones incorrectas a la pérdida; por ejemplo, ensimismarse o recu- rriendo al uso del alcohol o las drogas aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El suicidio 113 EI problema de pensamientos, tendencias y amenazas de suicidio El suicidio es la segunda causa de la muerte entre los adolescentes y jévenes. El especialista y conferencista juve Jerry Johnston escribe: Segtin el Instituto Nacional de Salud Mental dieciocho j6venes por dia se sui- cidan en los Estados Unidos. Cada ochen- ta minutos un joven més toma el paso de suicidarse. Qué pesadilla es pensar que, en nuestro pais, mas de cien jévenes por se- mana se quitan la vida. En el transcurso de un aio, el total llega a la abrumadora suma de 6.500 vidas perdidas.. Fuentes dignas de crédito afirman que imés de mil jévenes por dfa intentan sui- cidarse sin éxito! Casi un jovencito por minuto trata de suicidarse. El doctor David Elkind reporta: Un sondeo reciente entre 1.986 adoles- centes registrados en Who's Who Among American High School Students (Quién es quién entre los estudiantes de las escuelas secundarias americanas) descubrié que el 30 por ciento de estos jvenes habfan con- siderado suicidarse, 4 por ciento lo habjan intentado y 60 por ciento manifesté cono- cer a alguien de su edad que habia intenta- do suicidarse o que se habia quitado la vida. Pero las estadfsticas no lo dicen todo. Muchos de los suicidios ni se incluyen en las estadisticas mencionadas debido a di- versos factores. El doctor G. Keith Olson destaca: Hay muchos més suicidios exitosos ca- da aio que se cuentan como otras causas de muerte porque se desconoce el intento 0 la motivacién de Ja victima, Un porcen- taje elevado de accidentes en que se invo- lucra a un solo coche es en realidad dio... Algunas personas enfermas mueren s6lo porque dejan de tomar sus medica- mentos. Otras “juegan con la muerte” par- ticipando en ocupaciones o deportes de alto riesgo (por ejemplo: tirarse de un avién y no abrir el paracafdas hasta el tltimo mo- mento...) ¥ tener habitos peligrosos (co- mo: fumar, beber demasiado y abuso de drogas). Y. por \ltimo, Marvin E. Wolf- gang ha estudiado una forma de suicidio que es principalmente caracteristica de los adotescentes y jévenes adultos. El “homi- fio precipitado por la victima” ocurre cuando una persona provoca o pone a otra persona en la posicién de tener que ma- tarlo. Mas importante, quizd, es que las es- tadisticas solas no reflejan la tragedia del suicidio entre los adolescentes, ni sus proporciones epidémicas. No se puede medir la tragedia humana de las vidas prometedoras perdidas en un instante; de padres, hermanos y amigos soportando un dolor y tristeza indecibles y de fami- lias y comunidades desgarradas. David Elkind destaca que muchas ve- ces es dificil identificar a los jévenes que contemplan suicidarse en parte porque “con frecuencia son renuentes a revelar los problemas que estén viviendo o sus pensamientos interiores. Desafortunada- mente, muchos jévenes también disimu- lan sus tristezas y temores interiores de manera que ni sus padres ni sus amigos més intimos tienen idea de que estan su- friendo y considerando la posibilidad de suicidarse. “No obstante”, dice Elkind, “aunque muchos jévenes muchas veces no dan in- dicios de un préximo intento de suicidio, otros si los dan”. Algunos de estos indi- cativos que pueden alertar al padre, ma- dre, maestro, lider de j6venes, pastor 0 amigo, incluyen: Intentos anteriores de quitarse la vida Amenazas de suicidarse Hablar de la muerte Prepararse para morir (ordenar sus co- sas, regalar sus pertenencias, etc.) Depresién @ Cambio stibito de conducta (fingir, comportamiento violento, etc.) aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Pensamientos, tendencias y amenzas de suicidio 117 y compaiieros de escuela. El Journal of the American Medical Association (Re- vista de la Asociaci6n Médica America- na) reporta “un aumento en el promedio de conducta suicida en los parientes mas cercanos de los que intentaron suicidar- se”, En otras palabras, los mas cercanos a Ja victima de un suicidio corren mas ries- go que otros de intentar quitarse la vida. Algunos investigadores creen que esto puede deberse a factores genéticos (y puede ser que si), pero puede indicar también una mayor disposicién entre aquellos cuyos seres queridos se han sui- cidado, de considerar el suicidio como una opcién viable. Algunas comunidades han sufrido lo que la policfa llama “suicidios en grupo”. Jerry Johnston cuenta: En el condado de Jefferson, Estado de Colorado, Estados Unidos de América, se suicidaron dieciocho jévenes entre enero de 1985 y junio de 1986. ;Dieciocho muer- tes en dieciocho meses! Una escuela se- cundaria en Omaha, Estado de Nebraska, se gan el dudoso apodo de Escuela de Suicidios cuando tres estudiantes que ape- nas se conocfan se quitaron la vida en un lapso de cinco dias. Cuatro mas intentaron suicidarse pero sobrevivieron. En Plano, Texas, once suicidios entre jévenes en die- meses dejaron estupefacta a la ci dad. Como dice Blackbum: “EI suicidio ne un efecto como de ondas. A veces es- tas ondas se convierten en un oleaje co- mo el de las mareas que inunda a la fa- milia y a otros a su alrededor”. La perspectiva biblica del problema de los pensamientos, tendencias y amenazas de suicidio La Biblia contiene muchos relatos de it iduos que se vieron frente a grandes cultades y que soportaron grandes cargas. El salmista declaré: “He sido azo- tado todo el dfa, empezando mi castigo por las mafianas” (Salmo 73:14), y Job se Jamentaba: “Perezca el dia en que naci... {Por qué no mori en las entrafias, o expiré al salir del vientre?” (Job 3:3, 11). Las Escrituras hasta contienen una cantidad de relatos de suicidios. Sansén se quit6 la vida a la vez que causé la muerte de todos los filisteos cn cl templo de Dagén (Jueces 16:29, 30). El rey Saul se lanz6 sobre su propia espada antes que caer prisionero de los filisteos (1 Croni- cas 10:4, 5). Ajitofel, uno de los conse- jeros del rey David, “después de poner en orden su casa, se ahoreo y murié” (2 Sa- muel 17:23), Cuando Zimri, rey de Isracl, vio que su ciudad real habia caido en manos de sus enemigos, prendié fuego a su palacio con él dentro y murié entre las llamas (1 Reyes 16:18). Y, es claro, Ju- das, uno de los doce discipulos, traicioné a Jestis y después se ahorcé (Mateo 27:5). En ninguno de esos casos suaviza ni presenta al suicidio como algo romantica y, menos atin, io aprueba. Al contrario, la Biblia repetidamente recalca ja santidad de la vida humana y la conviccion de que es al Sefiora quien le corresponde darla y quitarla: “Jehovah hace morir y hace vi- vir. El hace descender al Seol y hace su- bir” (1 Samuel 2:6). En vista de dichos principios, el sui- cidio no es de ninguna manera la volun- tad del Sefior. E] que dijo “En el mundo tendréis aflicciGn, pero jtened valor; yo he vencido al mundo!” (Juan 16:33b), quiere que sus hijos se acerquen a él para encontrar esperanza, fuerza y un sentido de propésito en lugar de dar fin a sus vi- das en su desesperacién. Pero, {es el suicidio el pecado que no tiene perdén? No es el acto espectfico lo que Jesiis identificé en Mateo 12:31 co- mo el pecado que no tiene perdén. Pero, la persona que se suicida ;finaliza su vi- da con un pecado que, por ser lo atimo que hizo, no puede confesar y no puede ser perdonado? Baker y Nester proponen una respues- ta para esa pregunta: aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Pensamientos, tendencias y amenzas de suicidio 121 @ 1 Samuel 2:6 @ Juan 16:33b @ Mateo 12:31 Otros pasajes biblicos para leer @ Salmo 6:4-9 © Salmo 13:2-6 @ Salmo 34:18 @ Salmos 18, 25, 27, 71, 91, 130, 139 @ Salmo 73:28 @ Salmo 143:7-11 @ | Pedro 5:7 Otros recursos de los cuales valerse Investigue los recursos disponibles en su comunidad. Vea en la Guia Telefonica bajo “Suicidio”, “Crisis”, “Salud mental” 0 “Consejeria juvenil” y averigiie qué servicios ofrecen. Consulte a pastores, médicos y siquiatras que puedan darle informacién sobre cémo proceder y dén- de recurrir, especialmente en casos de emergencia. Averigiie en las oficinas de la policfa, los centros de salud mental, las clinicas y los hospitales que ofrecen atender estos casos. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El amor verdadero 127 EI problema de encontrar el amor verdadero Todos lo quieren. Sin él, la vida seria, aun en el mejor de los casos, incompleta y, en el peor de los casos, desesperante. El anhelo por dar y recibir amor late en el corazén de todos, tanto hombres como mujeres. La gente trata de descubrir el amor de muchas distintas maneras: el amor ver- dadero, el amor real, un amor que es fuer- te y profundo, un amor que dura para siempre. No obstante, la biisqueda del amor ha causado mas angustia y sufri- miento, mas divisiones y resentimientos que todas las enfermedades y guerras en Ja historia de la humanidad. Muchos son los adolescentes y jvenes que luchan por comprender qué es el amor y cémo encontrarlo. Muchos estén dispuestos a dar casi cualquier cosa a fin de sentir amor, particularmente de parte de alguien del sexo opuesto. Para la ma- yoria de jévenes el amor es el eje de la vi- da. No obstante muchos —demasiados— tienen que sufrir desencantos y las conse- cuencias de errores tragicos porque care- cen de un entendimiento claro de lo que el amor es y noes. Las causas que impiden encontrar el amor verdadero El especialista juvenil y autor Jerry John- son en su libro Going All The Way (Reco- triendo todo el camino) (Waco, TX.: Word, 1998) nos presenta el siguiente caso: Sandra tiene diecisiete afios, y su cabe- Ho es color de miel. Esté en el pentiltimo affo de la secundaria, siempre obtiene bue- nas calificaciones y parece bien adaptada. Pero las experiencias de Sandra distan de ser buenas... Desde que empez6 a tener re- laciones sexuales a los trece aftos, Sandra se ha acostado con siete u ocho novios ademis de muchos otros con quienes ha salido una sola vez. Al escuchar sobre sus experiencias, en- seguida percibf pesar y soledad en su voz. Desde su perspectiva, el futuro era gris, empaiiado por las experiencias que ella sa- bia no debian haber sucedido. Proyectaba su frustracién expresando que hubiera querido que las cosas fueran distintas, al recordar los momentos con muchachos cu- yos nombres ahora trataba de olvidar, Ca- da uno se habia llevado un pedacito de su corazén. Pero eso es cosa del pasado. Eso termi- 16 y lo tinico que le queda son los malos recuerdos. Ha dado tanto, tan ligeramente. Luego, para mi sorpresa, Sandra sonrié y dijo: —Todo eso ha cambiado ahora, Mi no- vio y yo tenemos una relacién verdadera- mente especial. Tenemos relaciones sexua- les regularmente y es maravillosamente ro- méntico. Lo quiero muchisimo y sé que él me ama a mf. Nuestro amor es distinto del de los demés. Después de un instante de un silencio reflexivo le pregunto: —jDe veras? {Cudnto hace que son novios? —Dos meses. Quedé aténito ante Ia realidad de que Sandra no se daba cuenta de lo que estaba diciendo realmente. Su anhelo mis pro- fundo, a pesar (0 quiz debido a) de las otras relaciones, es tener la experiencia de un verdadero amor. Pero... qué pronto ha olvidado a los otros muchachos que ella erefa eran su verdadero amor. E] amor pre- senle es siempre el verdadero amor para una chica como Sandra. # Eljoven adolescente no sabe lo que es el amor verdadero Cuiintos adolescentes y jévenes estén co- metiendo errores trégicos, algunos de ellos repitiéndolos vez tras vez. Con mu- cha frecuencia la razén detris de dichos errores es cl hecho de que los adolescen- tes (como muchos adultos) no saben real- mente Io que es el amor; confunden el verdadero amor con otras experiencias y emociones. En consecuencia, no tienen una base sobre la cual evaluar las relacio- nes que entablan y las decisiones que to- man en busca del verdadero amor. Las clases de “educacién sexual” de muchas escuelas ensefan a los chicos los mecanismos del sexo; hasta les ensefian aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El amor verdadero 131 SCUCHAR. Anime al joven a ex- presar con palabras su concepto del amor. Haga preguntas como las siguientes: © {Qué es amor verdadero? @ {Alguna vez has estado “enamora- do”? @ Seguin tu opinisn, ,cdmo se puede sa- ber si uno est4 enamorado? @ Seguin tu opinion, {como se siente uno cuando est4 enamorado? MPATIZAR. Tenga en cuenta el fer- vor y sentido de urgencia que de- muestran los jévenes al hablar de temas relacionados con el amor. Hablar del amor probablemente no sea un ejercicio principalmente intelectual 0 educativo para el joven; mas bien, sera encarado con la intensidad y el sentido de urgencia que la mayoria de los adultos reservan para situaciones de vida o muerte. El adulto que empatiza se cuidaré de no descartar los sentimientos del joven so- bre este tema y lo tomard en serio y ha- blara con él sobre esto con sumo cuida- do. sultado de, no s6lo no saber cémo brin- dar un amor verdadero, sino también de no recibir un amor incondicional que 10 acepta y alienta (particularmente del pa- dre o la madre). Los padres y otros adul- tos que se interesan por los j6venes de- ben esforzarse por comunicarles su acep- tacién, aliento, afecto y aprecio en toda oportunidad posible. IRIGIR. Aproveche toda oportuni- dad posible para ser un ejemplo del concepto biblico del amor ante los jé- venes a su alrededor; déjelos verle amar a alguien cuya felicidad, salud y desa- rrollo espiritual son tan importantes para usted como los propios. Ore con los jéve- nes sobre sus vidas amorosas; animeles a incluir a Dios al buscar el amor verdade- ro. Aproveche “momentos ensefiables” (programas de televisi6n, relaciones “‘no- velescas” en la escuela, conducta de parejas en ptiblico, etc.) para comunicar al joven el concepto biblico del amor de manera que sepan lo que deben buscar en sus re- laciones faciliténdoles el poder recono- cerlo cuando ocurre. Comparta el conte- nido de este capitulo, no una sino repe- tidas veces. |OMPROMETER. Consiga la parti- cipacién del joven para evaluar rela~ ciones, usando las siguientes doce pre- guntas propuestas por Barry St. Clair y Bill Jones a fin de determinar si una re- lacién refleja un amor biblico maduro: 1, Conocemos ambos a Jestis perso- nalmente? (Vea también el capitulo 11: Salir en pareja.) {Ocupa Jesucristo el primer lugar en nuestra relaci6n’? 3. {Podemos ser honestos el uno con el otro? 4. {Nos aceptamos el uno al otro completamente? 5, ,Contamos con fa aprobacién de nuestros padres? 6. {Ejercemos control sobre nuestra vida sexual? Tenemos la misma escala de fe y valores? 8. Podemos manejar nuestras rencias? 9. ¢Podemos aguantar estar separados? 10, ,Somos realmente amigos? 11. ,Somos “personas integras 12. {Estoy dispuesto a asumir un com- promiso para toda la vida? aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 136 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES Pero la edad cronolégica pocas veces esel indicador digno de confianza de que un joven esté preparado para salir en pa- reja. El factor decisivo es si él 0 ella tiene la suficiente madureza espiritual y emo- cional para encarar las muchas decisio- nes y los muchos peligros de salir en pa- reja. Algunos pueden ser lo suficiente maduros a los quince 0 dieciséis; otros probablemente deberian esperar. “Mi novio me lleva varios aiios”, le escribi6 una jovencita al autor Barry Wood, “y mis padres no quieren que sal- ga con él. {La edad tiene algo que ver con quién sale uno?” Aunque una dife- rencia de cinco afios puede no tener im- portancia cuando es alguien de veinti- cinco afios que sale con alguien de trein- ta, por ejemplo, puede causar graves pro- blemas para una muchacha de catorce afios que sale con un joven de diecinue- ve, La raz6n es que la adolescencia es una etapa de cambios fisicos, emociona- les y espirituales grandes; algunos cam- bios hasta pueden suceder tan r4pida- mente que el adolescente no esta prepa- rado para manejarlos. Y, por supuesto, una vez més la cuestién principal no es tanto la edad cronolégica como la madu- rez espiritual y emocional. De cualquier manera, deben evitarse las diferencias de més de un afio o dos hasta pasar la ado- lescencia. Salir con alguien de otra raza. Aun- que muchos libros sobre el noviazgo ig- noran el tema, salir con alguien de otra raza es una cuestién que muchos jévenes tienen que enfrentar. Y aunque en mu- chas culturas (e iglesias) todavia no se aceptan los noviazgos entre jévenes de distintas razas, la respuesta biblica es cla- ra: “Ya no hay judio ni griego [es decir, ninguna divisién racial]... porque todos vosotros sois uno en Cristo Jestis” (Gala- tas 3:28). Jestis derribé las barreras racia- les entre samaritanos y judios (Juan 4:1- 10), entre cananeos y judfos (Mateo 15:21-28) y entre romanos y judios (Lu- cas 7:1-10). Los jévenes cristianos tienen que estar apercibidos de las implicacio- nes sociales de una relacién con alguien de otra raza, pero el color no es una ba- rrera para las relaciones que honran a Dios. Salir en pareja como “misionero”. GEsta bien que un joven cristiano salga con alguien que no lo es’? Puede usar es- ta circunstancia para testificar de Cristo? La Palabra de Dios contesta preguntas como éstas muy directamente en 2 Corin- tios 6:14 donde el apéstol Pablo ordené a los cristianos: “No os undis en yugo desi- gual con los no creyentes. Porque ,qué compaiierismo tiene la rectitud con el de- sorden? {Qué comuni6n tiene la luz con Jas tinieblas?” La advertencia de Pablo se aplica no s6lo al noviazgo; se refiere a cualquier “yugo” de un cristiano con un inconver- so. Se aplica a compromisos en el mundo de los negocios, por ejemplo, tanto como los compromisos romanticos como el no- viazgo y el matrimonio. Barry Wood ha- bla sobre el mandato de Pablo: {Qué tiene en comiin el creyente con el no creyente? Hay muchas dreas de intere- ses que pueden tener en comin... Pasa- tiempos, musica, deportes, politica, inte. reses intelectuales, son todos elementos que pueden fomentar el compafierismo en- tre cristianos y no cristianos. Pero, ,puede usted pensar en siquiera un valor o interés eterno que tienen en comtin? No, no pue- de. En las reas verdaderamente importan- tes como la voluntad de Dios, la ética de Dios, el reino de Dios, la escala de valores de Dios para la familia y las relaciones matrimoniales, se dar cuenta que son us tedes dos casi extrafios. Y es en estas dreas que existen el amor y el matrimonio. Aqui es donde se lleva a cabo la verdadera co- municaci6n. Esto no significa que el creyente no pueda disfrutar de compafierismo con un inconverso, divertirse con inconversos, compartir un helado con inconversos 0 jugar a la pelota con inconversos. Pero el joven o la joven que se relaciona aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 140 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES espera suplir con esas salidas. Sean 0 no realistas esas esperanzas, es de vital im- portancia para ayudar a un padre, madre 0 lider juvenil ver las cosas como las ve el joven. LENTAR. Sucede con demasiada frecuencia que el joven usa el salir en pareja para tratar de Henar necesi des que no son suplidas en otras relac nes; por ejemplo, con mama y papé. Si los padres no estan Ilenando “el tanque de amor” (su necesidad innata de ser amado y aceptado), el joven ser més vulnerable a las presiones, peligros y pla- ceres de salir en pareja; por el contrario, las relaciones con el sexo opuesto seran mucho mas faciles de manejar si el joven recibe aliento, afecto y aprecio de los de- mds —particularmente de sus padres. IRIGIR. Los padres, pastores, lide- res de jévenes 0 maestros pueden ayudar al joven que esti llegando a la eta- pa de salir en pareja por medio de: © Orar por el joven @ Orar con é] 0 ella especificamente sobre esta cuestién @ Dialogar sobre las decisiones que enfrentard al salir en pareja @ Informarle de los peligros de salir en pareja y @ = Ayudarle a formular pautas con propésito para sus salidas en pareja por medio de un sensible y didlogo que lo Ieve a compartir con él 0 ella el contenido de este capitulo, |OMPROMETER. El padre, madre 1u otro adulto interesado querré mo- tivar la participacién del joven a fin de evaluar sus hibitos relacionados con salir en pareja por medio de hacer un “con- trato” o plan tomando en cuenta las su- gerencias dadas en este capitulo. EFERIR. El maestro, el pastor 0 el ider de j6venes tiene que involucrar a los padres del o la joven en el proceso de ayudarlos a encarar las presiones rela- cionadas con salir en pareja. De la mis manera, los padres hardn bien en aceptar el apoyo de los lideres de jévenes, de los maestros de la escuela dominical y otros adultos interesados. En ciertas situacio- nes, particularmente en las que el joven ya ha demostrado habitos peligrosos al salir en pareja, puede ser de ayuda que los padres consulien a un consejero cris tiano profesional que pueda ofre sejos bien fundados y biblicos r con- Pasajes biblicos citados en este capitulo © Galatas 3:28 @ Juan 4:1-10 @ Mateo 15:21-28 @ Lucas 7:1-10 @ 2 Corintios 6:14 Otros pasajes biblicos para leer @ Salmo 119:9-11 @ 1 Corintios 15:33 © Colosenses 3:17 @ 2 Timoteo 2:22 © 1 Pedro 5:8-10 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 144 MANUAL PARA CONSEJEROS DE JOVENES + Buscar a la persona incorrecta Similarmente, algunos jévenes y sefiori- tas buscan al que “es para mf” sin darse cuenta de que en realidad estén buscando al que no es para ellos. Se hacen una composicién mental de cémo seré el [o la] que “es para mi”. La lista con fre- cuencia empieza con dotes fisicas, en- canto personal y seguridad en si mismo, modales impecables y también puede it cluir caracteristicas espirituales y soci: les. A veces (con frecuencia sin darse cuenta) las muchachas se imaginan que el que “es para mi” seré “igual que mi pa- pi’. Los varones pueden dar forma a una lista de cualidades de una novia del pasa- do 6 del objeto de una infatuacién ado- lescente. Al hacerlo, por supuesto, muchos j6- venes crean una imagen de “mi hombre ideal” 0 “la mujer perfecta” que es tan idealista o romédntica que les puede cegar a otras posibilidades a su alrededor. Esto no quiere decir que el joven no ha de bus- car ciertas cualidades en su posible cén- yuge, sino sencillamente que dichas cua- lidades deben reflejar metas realistas, piadosas. + Tener motivaciones incorrectas Las equivocaciones en el noviazgo y ma- trimonio son muchas veces el resultado de motivaciones poco aconsejables, y hasta impfas. Aun los adolescentes y j6- venes adultos cristianos buscan con fre- cuencia un cényuge por razones inco- rrectas. Los autores Barry St. Clair y Bill Jones presentan varias de estas razones incorrectas para casarse: Pénico cuando los demds se casan. “To- dos mis amigos se estén casando asi que es mejor que yo también me case”. [Algunos 6venes se sienten marginados al ver que sus amigos y compaiieros se casan.] Sindrome de solterona. “Siempre la ami- ga de la novia, nunca la novia”. [Algunos se sienten como que son los tinicos que que- dan sin casarse y, las mujeres particular- mente, tienen miedo de quedarse solas después de que todos “los buenos parti- dos” se han casado con otras.} La gran huida. Algunos se casan para es- caparse de un hogar infe En pleno choque emocional. Con fre- cuencia la gente se casa después del corte doloroso de una relacién. Tratan de Ilenar un vacio emocional o de vengarse... El juego de presionar. Cuando los padres de la pareja presionan constantemente pa- ra que se casen, con frecuencia lo hacen. O cuando uno de la pareja presiona al otro, con frecuencia se casan... [Se casan por obligacién y presionados, no por amor.] Llena mis necesidades. Muchos se casan primordialmente para suplir sus propias necesidades en lugar de hacerlo para suplir las necesidades de su cényuge. Estas nece- sidades pueden girar alrededor del concep- to que uno tiene de sf mismo, sexo, emo- ciones, finanzas u otras. A veces hay ne- cesidades profundamente arraigadas, co- mo la necesidad de sentir que uno vale 0 de convertirse en alguien de importancia Crisis ante un embarazo. Una cantidad incontable de parejas se casan cada aiio por la crisis que produce un embarazo. En algunas situaciones, esto es lo mejor, pero no en la mayoria de los casos. La perspectiva biblica sobre el problema de escoger al cényuge adecuado “El éxito en la vida no consiste tanto en casarse con la persona que lo hard feliz”, dice Charles Swindoll, el renombrado autor y profesor de Biblia, “sino en esca- parse de los muchos que podrian hacerle infeliz”. + Tres preguntas clave Las palabras de Swindoll contienen un agudo discernimiento. Muchos jévenes agonizan al tener que elegir al futuro c6n- yuge adecuado y, por supuesto, ésta es una decisién de suma importancia. Pero pres- tar cuidadosa atencién a tres preguntas a aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. SOLTERIA CONTENIDO EL PROBLEMA LAS CAUSAS Circunstancias Por voluntad propia LOS EFECTOS Ventajas de la solteria e Da oportunidad para desarrollar profundidad de cardcter y personalidad e Facilita el desarrollo de amistades profundas e Da oportunidad de tener mas privacidad e Permite tener més libertad 151 151 152 e Da oportunidad de vivir con mds sencillez Desventajas de la solterfa e@ Puede fomentar la soledad e Puede ir acompaiiada de sentimientos de disociacién y rechazo e Puede generar frustracion y presiones sexuales e Otras luchas de la solteria LA PERSPECTIVA BIBLICA 153 LA RESPUESTA 154 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Solteria 153 Da oportunidad de vivir con mds sen- cillez. Reginald K. Brown, abogado cali- forniano afirma que “lo que hace que Ia vida de soltero sea buena es su simplici- dad. La vida es menos complicada”. Y Jos autores Stacy y Paula Rinehart desta- can que “cuando la persona soltera de de comprar un auto, por lo general tiene que tomar en consideracién tnicamente sus propios deseos y necesidades. Por otro lado, teniendo familia uno puede pa- sar horas discutiendo sobre esa misma compra. Existen mds personas y mis fac- tores para considerar. El matrimonio tam- bién introduce a la persona en una gama de relaciones (los familiares y parientes de ambos integrantes de la pareja) que puede ser una bendicién tremenda 0, en momen- tos, un absorbente dolor de cabeza”. + Desventajas de la solteria A pesar de lo antedicho, la solterfa no es todo felicidad y luz. Tiene sus desventa- jas para la persona que se queda soltera Puede fomentar la soledad. Aunque no todos los solteros se sienten solos, muchos mencionan la soledad como uno de sus mayores problemas. “Al conversar con personas solteras”, escriben Clifford y Joyce Penner, “especialmente los que han sido solteros durante aijos, les escu- chamos hablar del hambre que sienten de tener una conexi6n vital” con alguien, es- pecialmente alguien del sexo opuesto. (Vea también el capitulo 1: Soledad.) Puede ir acompaftada de sentimientos de disociacién y rechazo. “La mayor parte de la sociedad”, escriben Clifford y Joyce Penner, “con la excepeién de esas colec- ciones cosmopolitas de personas solteras en nuestras grandes ciudades, esté dise- jada para gente casada y para familias”. Las personas solteras muchas veces se sienten marginadas por los matrimonios, compaifas ¢ igkesias debido a su solteria. Puede generar frustracién y pre- siones sexuales. Esto no es decir que el matrimonio excluye las frustraciones sexuales, pero “la falta de realizaci6n fi- sica y sexual... es un problema constante para muchas personas solteras. Algunos luchan con su frustracién sexual cada dia 0 quizé cada hora, mientras que otros s6- lo ocasionalmente”. Otras luchas de la solteria. Muchos solteros también luchan “buscando una identidad en el contexto de una sociedad de casados, teniendo una tendencia a pensar desmedidamente en sf mismos, desarrollando la costumbre de hacer todo solos y con la presién externa, 0 critica, o la incomprensién de sus familiares y amigos”. La perspectiva biblica del problema de la solteria “Jestis nunca se cas6”, escribe Fred Hart- ley, y era normal. Pablo posiblemente nunca se cas6, y era normal. Seguramen- te que Juan el Bautista era soltero, y era normal. La historia esta llena de hombres y mujeres normales que nunca se casa- ron. Tenemos que entender que uno es un nuimero entero”. De hecho, un pasaje que muchas veces se pasa por alto en la Palabra de Dios aclara bien que la solterfa tiene muchas ventajas para el hombre y la mujer de Dios: Pero con respecto a los que son solte- ros, no tengo mandamiento del Sefior, aunque ies doy mi parecer como quien ha alcanzado misericordia dei Seflor para ser fiel. Pues, a causa de la presente dificul- tad, bien me parece que al hombre le sea bueno quedarse como esta. {Estis ligado a esposa? No procures desligarte. {Estés li- bre de esposa? No busques esposa. Pero también, si te casas no pecas; y si la soltera se casa, no peca; aunque aquellos que se casan tendréin afliccién en la carne, y yo quisiera evitérosla. Pero os digo esto, hermanos. que el tiempo se ha acortado. En cuanto al tiem- po que queda, los que tienen esposas sean como si no las tuvieran; los que Horan, como si no Horaran; los que se alegran, aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAPRESION DEL GRUPO DE AMIGOS CONTENIDO EL PROBLEMA 159 LAS CAUSAS 160 Influencias externas Influencias internas LOS EFECTOS 161 Experimentacién Temor y frustracién Depresién Confusién Consecuencias LA PERSPECTIVA BIBLICA 162 LA RESPUESTA 163 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. La presion del grupo de amigos 161 su hogar era positivo (62 por ciento), s6- lo uno de cada cuatro (26 por ciento) dijo que buscaba con frecuencia el consejo de su padre y, dos de cada cinco (40 por ciento) dijo que buscaban con frecuencia el consejo de su mama. EI sic6logo Bruce Narramore dice que entre los doce y diecisiete afios la canti- dad de tiempo que el adolescente prome- dio pasa con papé o mamé disminuye a la mitad. Resulta obvio que los afios de la adolescencia son de aguda susceptibili- dad a las opiniones, actitudes e influen- cias de los amigos, mds que de los pa- dres. Pero esto es parte de un desarrollo per- fectamente natural, y aun deseable. Na- rramore hasta lo lama “un proceso dado por Dios” y escribe: La Biblia dice que todo nifio un dia de- jar a su madre y su padre para relacio- narse con una pareja (Génesis 2:24). Los amigos son un paso en esa direccién. Du- rante afios... los nifios han basado su iden- tidad en su relacién con sus padres. Lo que sus padres decfan y hacfan era mayor- mente lo que aceptaban como correcto 0 veraz 0 apropiado, Pero los cambios fisi- cos ¢ intelectuales que se ponen en marcha al llegar a la pubertad los van presionando hacia la adultez. En un sentido, los amigos sirven como una especie de parada inter- media entre Iz dependencia de la infancia y Ia independencia y Ja interdependencia del adulto. Otra presién interna que hace que el joven sea mas susceptible a la presién de sus amigos es la de tener un concepto ba- jo de sf mismo. El adolescente que se considera sin inteligencia, sin populari- dad y sin atractivo es mas vulnerable a la presién de sus amigos porque su anhelo por sentir aceptacién y aprobacién lo im- pulsa a lograrlas por medio del confor- mismo. El joven con un concepto bajo de sf mismo también tiende a escoger ami- gos y compajieros que reflejan o refuer- zan esa imagen que tienen de s{ mismos, entre ellos: perdedores, drogadictos y amigos que los dominan u hostigan. Los efectos del problema de la presién del grupo de amigos Los padres y otros adultos que trabajan con los jévenes conocen muy bien los efectos de la presién de los amigos. Aun los jvenes mismos tienden a saber bas- tante bien cudles son esos efectos. Pero la mayoria enfoca las consecuencias obser- vables: un arresto, un accidente automo- vilistico, consumo de drogas, etc. Estas consecuencias visibles de la presién de los amigos abarcan apenas uno de cinco principales resultados. Otros efectos in- cluyen experimentacién, temor y frustra- ci6n, depresion y confusién. Experimentacién La presién de los amigos impulsa al jo- ven a “hacer experimentos” con actitu- des y conducta que de otra manera no in- tentaria. Para muchos jévenes (y adul- tos), su primera bocanada de humo de un igarrillo, su primer trago de alcohol, su primera exposicién a un material porno- grafico y su primer intento de robar en una tienda es motivada por la presién de sus amigos. Como dijera Lali, aquella muchachita de catorce afios, la presion de sus amigos la Hevaba a hacer cosas “que nunca haria si estuviera sola”. + Temor y frustracién Al adolescente no le gusta ser vulnerable a la presién de sus amigos. No disfruta de que lo persuadan a hacer cosas arriesga- das. Teme ser descubierto por sus padres © por otras autoridades, y siente frustra- cién por su incapacidad de controlarse y de controlar lo que lo rodea. Como Ran- dy, el muchacho cuya historia es la in- troduccién de este capitulo, muchas ve- ces no quiere hacer lo que sus amigos le empujan a hacer, pero se siente atrapado: da su conformidad para recibir acepta- cin, pero resulta en frustracién porque rara vez logra la aceptacién que anhela. + Depresién Repetir los intentos de “ir con la corrien- te” (Io cual tiende a no dar satisfaccién aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. La presion del grupo de amigos 165 Bell (escribiendo para la revista Teen) ofrece estas veinte sugerencias: explicale lo que sientes y pidele que te deje tranquilo o tranquila. 1. Hazpreguutas. Por ejemplo, si un ami- go te presiona para que fumes, pregtin- tale por qué fuma, cudnto hace que fu- ma, sino le importa que su aliento hue- 10. Considera las consecuencias de ce- der, Tomate un momento para pensar en las consecuencias de tus acciones. la a cenicero. “Hacer preguntas pone a J+ Busea personas que sean un buen Ja otra persona a Ia defensiva”, explica ademplo. Fias potado ae los jbvenes Richard Mills, sicélogo consulior del que realmente soa populares y exito- Diatitey ResaterUsiteesess db Ese Ai sos en tu escuela son los que no tienen isthe sepia Daitic edo: d>'Lo6 An miedo de expresar lo que les gusta y geles, California. no les gusta’... 2. Contesta que no, con conviccién. Mita 1, Ny eaigas en la trampa de “todos lo al otro a los ojos, luego di no, con Ps ee 7 hacen”. La verdad es que no todos lo fuerza y con autoridad. Cuanto mais se- is : " hacen... guro estés en tu negativa, menos te mo- los demas. lestarn los demés, 13. Busca apoyo. Conversa sobre cual- 4. Refeermncet Novton wenvafirmacion quier presién que estés pasando con positiva, Por ejemplo, si estas recha- otros amigos que estin pasando lo zando un ofrecimiento de fumar mari- UMNO. huana, di algo como: “Me gusta mi ce- rebro tal como esti, gracias”. 14, Sé tu mejor amigo. Recuerda de cuan- do en cuando que eres especial y des- 4. S6 repetitivo, No vaciles en declarar tu carta cualquier comentario negativo posicién repetidamente.... hacia ti mismo. 5. Practica decir que No. Practica decir ‘15, Encuentra maneras de destacarte, que no en ambicntes scguros, como Desaffate para desempeiarte lo mejor cuando tu hermano mayor te pregunta que puedas... Enfoca tu atencién en si te gustaria pasarte el sébado por la seguir tus metas personales en lugar tarde lavando la ropa. de las metas de algtin grupo. Apdrtate de la zona de presion, Deja el 16. No presiones a otros. Presta atencién lugar... Emprende la retirada. a cualquier manera sutil de presionar ue estés practicando. 7. Evita encontrarte en situaciones es- 9 ® sresantes. Si sabes que servirin alcohol 17, Haig claro! Combate la presiGn de ‘(drogud en unia festa, bar otros planes, tus amigos poniéndote del lado del , si vas a salir con un muchacho, evita Gail Ageve lac coinioaek ds oes estar a solas con él... en cualquier parte wid er saaary nr enigenes donde te pueda presionar a una intimi- eee eo i dad que no deseas. ? z 18, Cuidado con tu humor, Ten concien- 8. Usa el sistema de “compaiieros”. En- cia de que el mal humor que tienes cuentra un amigo que comparta tu es- puede afectar tu sensibilidad... cala de valores y apéyense mutua- mente. 19. Evalia tus amistades. Si tus amigos 9. Confronta al lider del grupo que te hostiga, La mejor manera de manejar a alguien que procura intimidarte es agarrarlo cuando los dos estén solos y te insisten en que hagas algo que no te sientes cémodo en hacer, recuerda que los verdaderos amigos te quieren por quien eres, no por lo que ellos quieren que seas. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El rechazo y el hostigamiento de los amigos del grupo 169 EI problema del rechazo y el hostigamiento de los amigos del grupo Desde que los padres han criado hijos, los problemas de influencias destructivas fuera del hogar han sido encarados con protestas y enojo por los padres que aman a sus hijos. La mayoria de los pa- dres protegen a sus hijos mientras éstos los necesiten, pero muchos se sienten in- capaces de darles lo que necesitan para resistir los insistentes ataques de la ten- tacin y la presi6n social, ‘A pesar de los mejores intentos de los padres, muchos jovencitos son rechaza- dos y hostigados. Este rechazo y hostiga- miento por parte de ciertos amigos pue- de suceder por diversas razones: creen- cias religiosas, apariencia personal, no coincidir con el grupo, uso de drogas, ne- garse a usar drogas, buenas (0 malas) ca- lificaciones en la escuela, poco deportis- ta, someterse a las personas en posicién de autoridad, conformarse a las pautas de los adultos, manera de hablar, defectos fisicos y précticamente cualquier con- ducta, palabra, pensamiento 0 accién que a uno lo cataloga como algo diferente de las normas sociales aceptadas por un gru- po. Algunos han llamado a esto, y con ra- z26n, “la tirania de las normas”. Aun las distintas maneras de vestir en- tre distintos grupos de jévenes pueden llevar al desprecio y a la burla. Lo que es- t4 de moda y es aceptable entre algunos puede parecerles infantil a otros. La presién varia desde agresiones fisi- cas hasta agresiones contra la persona misma, desde marginar al joven distinto hasta exigir que sea una copia exacta de Jo que son los dems en el grupo de ami- 208. Debido a lo voluble que son las emo- ciones del joven, estas agresiones pueden durar mucho tiempo o sencillamente de- saparecer sin ninguna raz6n aparente. Desde siempre los padres han aconse- jado a sus hijos que se resistan a la pre- si6n adversa de sus amigos. Pero, simple- mente decirles que se resistan es una solucién simplista a un problema com- plejo, uno arraigado en la autoimagen y en el concepto que el jovencito tiene de si mismo sumados a las complicaciones de su desarrollo normal. El impacto sobre su vida puede ser grave y puede durar mu- cho tiempo. Fl joven recuerda por largo tiempo la vergiienza y el dolor del rechazo de sus amigos, su abandono y graves per- juicios causados por tratar de adaptarse. El hecho de que los jévenes formen grupos basados en el lenguaje que usan, la mtisica que escuchan y la ropa que vis: ten prucba que su necesidad de sentirse seguros domina su vida. Sus fragiles egos quedan destrozados por su fracaso social y traumatizados por los dolorosos re- cuerdos de su rebeldfa. Muchas veces las razones del rechazo y del conformismo forzado poco tienen que ver con la personalidad del joven, pero mucho que ver con las apariencias... algunas de las cuales escapan a su control. Al ver la necesidad de que los joven- citos tengan un buen concepto de sf mis- mos y estén seguros de sf mismos duran- te la adolescencia, muchos padres tratan de “impermeabilizar” a sus hijos contra las presiones de sus amigos por medio de acciones disciplinarias. Estos padres bien intencionados procuran capacitar a sus adolescentes para vencer las fuerzas que quieren apropiarse de su mente, voluntad y emociones. Aunque no existe mucha investigaci6n en esta rea, los resultados son desalentadores y no garantizan que el adolescente pueda manejar bien la pre- sién de sus amigos aunque hayamos to- mado medidas preventivas. Al contrario, la investigaci6n demuestra que: ..para cuando Hegan a la escuela secun- daria, no importa lo intactas que estén @ los 11 afios, algunas muchachas habrén perdido parte de su vitalidad y del buen concepto que tenfan de sf mismas, su resistencia y su perspectiva, al percatarse que, a fin de tener amigos, tienen que re- nunciar a algunas verdades primordiales acerca de sf mismas. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El rechazo y el hostigamiento de los amigos del grupo 173 malas decisiones en cuanto a sus parejas y futuras amistades. + Afiliacién a una pandilla Aunque muchas veces se niegan a admi- tir las necesidades que hacen que afiliar- se a una pandilla sea atractivo, muchos, si no la mayoria de los jovencitos que inte- gran una pandilla, lo hacen por motivos de seguridad personal, por querer ser parte de un grupo y por tener un sentido de familia. No han podido encontrar ma- neras de suplir estas necesidades en el proceso normal més sano de relacionarse con sus amigos. Es asf que han renun- ciado a desarrollar una auténtica auiono- mia y madurez en aras de sentirse pode- rosos ¢ incluidos en un grupo. En el mo- mento sienten que tienen un nuevo poder sobre sus vivencias y una clara compren- sién de quién es bueno y quién es malo. Esto ayuda a simpiificar un mundo complejo para un adolescente confundi- do y leno de enojo. Pero, el comporta- miento criminal asociado con las pan¢ las, la oposicin de sus integrantes a de- jar que uno de ellos deje la pandilla y la negacién general de las necesidades los prepara mal para una vida productiva al llegar a ser adultos. + Uso de drogas Muchos adolescentes optan por usar dro- gas como una manera de sobrellevar sen- timientos dolorosos que resultan de la presidn negativa, hostigamiento y el rechazo de sus amigos. Mitigan su dolor personal con drogas en lugar de arries- garse a ser vulnerables en una percepcién realista de sus problemas. A veces caen en un grupo que consume drogas. Los jévenes necesitan un amigo cari- fioso que los reprenda cuando se desen- frenan, que los anime cuando estén desa- nimados, que les ayude cuando estan dé- biles y que sea paciente con ellos siempre (1 Tesalonicenses 5:14). En cambio, es- cogen algo ilusorio que les quite mis répida y facilmente el dolor, pero a un precio terrible. Las drogas tienen una cualidad seduc- tora que aumenta el sentido en el joven de que no necesita a nadie, protegiéndolo as{ del temor de que puede llegar a ser dependiente si admite que necesita de otros. Este sentido de omnipotencia es casi hipndtico y deja al adolescente im- potente para resistirse. Con frecuencia un tratamiento especializado es lo que se re- quiere para rescatarlo de las drogas. La investigacién ha demostrado que la influencia de los amigos es diferente en el caso de los distintos tipos de drogas. Las drogas socialmente mas aceptables, como el alcohol y la marihuana, parecen tener més influencia al ser usadas por los amigos. (Vea el capitulo 38: Uso y abuso del alcohol; y el capitulo 39: Usoy abuso de las drogas.) Pero esta influencia muchas veces se malinterpreta. Los amigos rara vez ven- den drogas con un bombardeo de pala- bras sino mas bien con una influencia su- til, al sugerir que es aceptable y popular. También se han documentado las in- fluencias positivas con amigos que estén expuestos a las drogas. La investigacién demuestra que los jovencitos que fre- cuentan a amigos que no usan drogas tie- nen mucho menos probabilidad de usar- las ellos mismos. + Actividad sexual En los tltimos afios en una escuela se- cundaria en el sur de California unos adolescentes varones competian entre sf para ver quién podfa “hacerlo” con mas muchachas. Esto representa algunos de los peores efectos de la presion de los amigos. Al ir conociéndose los detalles de ese grupo, se fue haciendo evidente que esta competencia suplia necesidades agudas de sentirse de valor e incitaba a sus integrantes a aprovecharse de mucha- chas débiles e inseguras de si mismas. En otros casos, el contacto sexual es el precio a pagar para tener una amistad cn- tre los adolescentes. Es un precio alto, pero es un ejemplo del poder que tienen unos sobre otros cuando las condiciones aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. El rechazo y el hostigamiento de los amigos del grupo 177 necesita un grupo juvenil seguro, carifio- so con el cual conectarse, Los grupos ju- veniles de la iglesia son excelentes para brindar seguridad ante las necesidades sociales del joven. La investigacién ha validado el hecho de que los muchachos involucrados en actividades creativas y que se llevan bien con los demas son me- nos propensos a experimentar los proble- mas antes mencionados. Casi siempre es imprescindible que la familia se involucre en el proceso de cui- dar y dar carifio al adolescente. Anime a los padres para que asistan a clases para padres; esto les ayudard a crear un am- biente de crecimiento y desarrollo para sus hijos. Pasajes biblicos citados en este capitulo @ 1| Tesalonicenses 5:14 @ Génesis 1:26, 2:24 @ Romanos 12:1-3 @ 2 Corintios 5:17 Otros pasajes biblicos para leer @ Salmos 9:9-14; 66:16-20; 119:81-88, @ Isaias 53:1-12 @ Mateo 5:10-16, 44-48 @ Juan 15:20 @ Romanos 12:14 @ Efesios 5:1-7 @ | Timoteo 4:12 @ Hebreos 11:24-26 @ 1 Pedro 2:4-10 aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Padres sobreprotectores 183 El problema de los padres sobreprotectores “Durante mis afios de sicéloga escolar”, dice la doctora Bernice Berk, “he visto muchos padres sobreprotectores. Aunque resulta claro que no quieren serlo, su preocupacin por su hijo les impide de- jarle hacer las cosas que es perfectamente capaz de hacer”. Una de las principales tareas de los pa- dres es, por supuesto, alentar el sentido de seguridad y las capacidades del nifio lo suficiente como para prepararlo para dejar el hogar y funcionar independiente de mama y papa al llegar a la adultez. Pero la sobreproteccién es indecisién 0 incapacidad de hacerlo. No siempre es facil reconocer la sobre- proteccién, pero puede notarse de varias maneras: @ Los padres no le dan nada de libertad al joven, excepto para ir al templo y iquiza ni al templo! © Los padres se relacionan con el joven- cito en una manera muy similar a co- mo lo hacfan cuando éste tenfa ocho 0 diez aiios. Los padres seleccionan las Hamadas telef6nicas de sus hijos o las escuchan. © Los padres constantemente niegan su permiso para que el joven haga cosas consideradas apropiadas para su edad. @ Los padres demuestran su determina- cién de proteger a su hijo de todo mal. © Los padres supervisan aun los detalles mas insignificantes de la vida del ado- lescente. © Las acciones y decisiones de los pa- dres parecen concebidas para fomen- tar la dependencia, no la independen- cia. © Las reglas de los padres se aplican rf- gidamente y son igualmente no nego- ciables. © Los padres parecen tener dificultad en confiar en el joven. Lo antedicho, por supuesto, son medi- das muy subjetivas de la sobreprotec- cién. Aun el padre més razonable, por ejemplo, alguna vez no dard permiso pa- ra que su hijo o hija haga algo que otros padres consideran apropiado. Pero, por lo general, las tendencias mencionadas son caracteristicas de los padres sobrepro- tectores. Las causas que llevan a que los padres sean sobreprotectores Existe una variedad de razones por las cuales los padres responden de una ma- nera sobreprotectora. Esta conducta pue- de ser debido a una o ms de las siguien- Temor El temor es un factor comin entre los pa- dres sobreprotectores. El mundo actual es un lugar temible en el cual educar alos hijos, y muchos padres se preocupan de que sus hijos sean susceptibles a los peli- gros que ven en los noticieros de la TV. Pero a veces el temor de los padres so- breprotectores es irracional. “Aunque una cierta cantidad de temor por la segu- ridad de los hijos es normal y sana”, dice Berk, “dejar que los temores exagerados impidan al joven participar en activida- des normales con sus amigos puede ser perjudicial”. + Conducta rebelde de otro hijo La sobreproteccién puede también ser la secuela de un sentido de fracaso con otro hijo (generalmente mayor). Por ejemplo, Linda ya le habia demostrado a sus padres que era digna de confianza y que podfan dejarla pasar la noche con sus amigas en aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Padres sobreprotectores 187 No se apure en defender a los padres, pero tampoco los critique. Deje que el jo- ven descubra que existe (por lo menos) un adulto que se interesa por lo que pien- sa y siente. Sencillamente escucharle es un paso gigante que ayuda y sana. MPATIZAR. Mientras el joven ha- bla de su frustraci6n con sus padres cultive un ambiente de empatfa hacia él por medio de: @ Asentir con la cabeza. @ Hacer contacto visual. @ Inclinarse hacia adelante en la silla pa- ta demostrar interés y preocupacién. @ Hablar en un tono tranquilo. @ Escuchar atentamente a su comunica- cién verbal y no verbal. © Reflejar afirmaciones 0 gestos clave como: “Me parece que estiis diciendo stés muy enojado por eso, También considere la posibilidad que el joven pueda sentirse culpable por su enojo hacia su mamd y su papa. Aydidele a admitir los sentimientos malos y bue- nos que tiene hacia sus padres por el comportamiento de ellos. LENTAR, Procure alcntar ¢} senti- miento de que el joven es de valor sin socavar el lugar que Dios ha dado a los padres en la vida de él. El autor Dick Foth escribe: “Necesitamos ofr una y otra vez que somos valorados y de valor. Algo pro- fundo sucede en nuestro interior cuando alguien nos dice: ‘Sencillamente estar contigo es una alegria’ o ‘Cuando entras en la habitacién siempre pasa algo emo- cionante’ “Me encanta tu sonrisa’” De- muestre su aprecio por el joven no sélo con palabra sino también con acciones. TRIGIR. Ayude al joven a conside- rar dentro de un marco biblico, las siguientes opciones: © Guielo hacia una relaci6n salvadora con Jesucristo 0 (en caso del que ya es creyente) hacia una relacién més profunda con él, el Sefior de la vida, salud y paz. © Estimule al jovencito a acercarse a Dios en oracién y a confiar en él para darle los recursos que le faltan. © Es posible que el joven ya sepa que la orden de Dios es honrar a su padre y aytidele a tener “una lluvia de ideas” sobre cémo puedo honrarlos (y, quiz4, comprenderlos mejor) a la vez que sigue viendo acertadamente sus propias habilidades y posibilidade: © Guie al joven a dar comienzo a un did- logo respetuoso, no amenazante, si es posible, con su mama y su papa; una manera de lograrlo puede ser con el método sugerido por Ron Hutchcraft: que el joven escriba una carta (0 una serie de cartas) para expresar su carifio y aprecio por sus padres y lue- go respetuosamente exprese sus preo- cupaciones, frustraciones y aun sus propuestas para resolver sus diferen- cias con ellos, (Vea el capitulo 18: Padres inconversos.) @ Tenga una “lluvia de ideas” sobre ma- neras en que el joven puede dar prue- bas a su mamé y a su papé de que es capaz y digno de confianza y aytidele a trabajar para lograr esas metas. (OMPROMETER. Trate de conse- guir que el joven participe en las ac- tividades de los jévenes de la iglesia ya que seguramente este es un ambiente que los padres sienten que es bastante seguro. Entable y mantenga buenas relaciones aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Padres despreocupados 191 El problema de los padres despreocupados La despreocupacién puede tomar muchas formas y presentarse en distintos niveles de gravedad. La mayorfa de los eruditos consideran que la despreocupacién es la falta de atencién a las necesidades ba- sicas de un niiio 0 joven (que son: casa, comida, ropa, atencién médica, asisten- cia a la escuela, etc.). La forma mis grave por supuesto, es cuando un nifio ha sido dafado fisica- mente o muere por falta de alimentos, su- pervision 0 atencién médica; un informe de la Comisi6n Nacional para la Preven- cién del Abuso Infantil en los Estados. Unidos de América muestra que 1.299 nifios perdieron la vida en 1993 como re- sultado del descuido 0 el abuso. (Vea el capitulo 35: Otras formas de abuso.) Algunos adolescentes sufren debido a un tipo de descuido que no se nota a pri- mera vista y que no es tan facil documen- tarlo. Las autoridades escolares y del es- tado quizd no considerarian el caso de Marcos (presentado en la Introduccién) como uno de descuido 0 abuso. No obs- tante, el tipo de falta de atencién que su- fre, la aparente falta de interés e involu- cracién de parte de sus padres, lenta pero indefectiblemente perjudicard dramatica- mente su vida. Muchos pastores y Ifderes de jévenes consideran ¢l desinterés ¢ indiferencia de los padres como un problema principal entre los jévenes. Setenta por ciento de los lideres nacionales en Estados Unidos encuestados en preparacién para este li- bro califican el problema de los padres despreocupados como “muy alarmante” y el 30 por ciento de esos lideres lo cali- fican como una “crisis”. Las causas de la despreocupacién por parte de los padres Ser padres es una obligacién dificil. Ya de por si es dificil manejar las muchas demandas de la vida sin tener hijos; mu- chos se encuentran con que darle la aten- cién y el cuidado apropiado a uno o més hijos —encima de las ya muchas obliga- ciones del matrimonio y el trabajo— es una tarea casi imposible. Aunque muchos tienen un éxito admirable en esto, mu- chos otros —por diversas causas— no lo tienen. + Pobreza La mayorfa de los expertos coinciden en que la causa més generalizada de descui- do es la pobreza. De la misma manera, la pobreza esta presente en muchos casos en que los nifios sufren por falta de aten- cién © aparente indiferencia. Muchas causas relacionadas con la po- breza aumentan la posibilidad de negli- gencia y falta de atencién, por ejemplo: hogares con uno solo de los padres, mu- chos hermanos, falta de educacién y falta de un ejemplo adecuado que hubiera per- mitido el desarrollo de habilidades efi- caces para la tarea de ser padres. Ade- més, existe un sentimiento general de pérdida de la esperanza en los barrios po- bres. También, los padres muchas veces carecen del conocimiento o la voluntad de cumplir, con propésito, sus obligacio- nes de padre. Pero, los padres de bajos recursos no son los dnicos que tienen este problema. + Vida “estilo locomotora” Por lo general, las necesidades basicas de alimento, casa, escuela y ropa de los jo- vencitos de hogares de clase media y alta son suplidas. Pero estos muchachos mu- chas veces sufren por otros tipos de des- cuido; pueden estar hambrientos por re- cibir atencidn, afecto, y desean ver que sus padres se interesan por ellos. Las fa- milias de clase media y alta con fre- cuencia sufren porque sus vidas son al “estilo locomotora” en que los padres parecen una locomotora a todo vapor, tratando de ganarle al reloj mientras que frenéticamente tratan de cumplir con las demandas de sus carreras, iglesias y aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Padres despreocupados 195 nunca remplazaré la atencién que el jo- ven anhela recibir de su mamd y su papa, pero si le puede ser de mucha ayuda, par- ticularmente si ese adulto responde al joven de las siguientes maneras: CUCHAR. El joven que se siente desatendido por sus padres a menu- do anhela que alguien sencillamente le escuche; quiere sentir que algtin adulto se interesa por 61 y por su bienestar, Escu- char con atencién y paciencia puede ser muy positive para este joven. Preguntas como las siguientes pueden estimularle para que hable, siempre que se pregunten con sensibilidad, sin empujar: @ {Cuando fue la primera vez que te sentiste asi? © {Las cosas han empeorado 0 mejora- do? @ {Tus hermanos sienten lo mismo que ta? @ ;Alguna vez has hablado de esto con tus padres? Si no, ;por qué no? En caso afirmativo, {con qué resultado? Asegtirese de escuchar los sentimien- tos del jovencito tanto como sus pala- bras. Escuche (sin emitir juicios) procu- rando discernir si realmente los padres son indiferentes o si ésta es la percepcién del joven (en cualquier caso, el dolor es real). Escuche atentamente para captar cualquier indicacién de descuido 0 abuso fisico. (Estos deben ser reportados inme- diatamente a las autoridades; vea la pa- gina 13 bajo “Cémo aprender a ofrecer el consejo cristiano”) MPATIZAR. Camine al lado del jo- ven; figuradamente, quitese los “za- patos adultos” por un momento y camine en los “tenis” del joven. Trate de ver las cosas desde su punto de vista. No se apu- re en arribar a conclusiones ni a ofrecer “soluciones” faciles. En cambio, tmese el tiempo para ver las cosas a través de los ojos del joven y de sentirlas con el co- raz6n de él. Procure comunicar su empa- tfa por medio de: @ Estar a disposicién del joven @ Hacer contacto visual @ = inclinarse levemente hacia adelante en su silla cuando estan hablando © Asentir con la cabeza para indicar que entiende o comprende lo que dice @ Reafirmar las afirmaciones clave (“Sientes..” y “Quieres decir que...” @ Esperar pacientemente en los momentos de silencio 0 Ianto. LENTAR. “En lo muy profundo”, dice el autor Dick Foth, “todos que- remos creer que somos simpaticos, dig- nos de ser amados y valiosos para otro ser humano”; el adolescente cuyos pa- dres no se ocupan (0 parecen no ocu- parse) de é1 probablemente jamés lo haya sentido. Una de las necesidades mas hon- das que seguramente tiene es de que le confirme que vale; una de las mejores maneras en que un adulto puede ayudar a un joven en estas condiciones es confir- marle que vale. Esto significa, dice Foth, “que yo te digo a ti cémo te veo en tér- i tivos, no por lo que haces, sino por quien eres y lo que significas pa- ra mi... ,Cémo alentamos eficazmente a otra persona en este sentido? ;Es con pa- labras, acciones 0 brindandoles nuestro tiempo? La respuesta incluye las tres”. IRIGIR. Con sensibilidad dirija de la siguiente manera al joven cuyos padres los descuidan 0 son indiferentes: 1. Ofrezca esperanza. Muéstrele cémo lo ve Dios; muéstrele que él cree en el joven y en su futuro (Jeremfas 29:11). aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Padres inconversos 199 EI problema de los padres inconversos El adolescente y sus padres enfrentan muchos obsticulos y dificultades al tratar de entenderse y relacionarse mutuamen- te. Enfrentan pugnas por el poder, cortes en la comunicacién, desacuerdos y acti- tudes desafiantes por ambas partes. Pue- de ser dificil teniendo padres creyentes. Puede ser aun peor para el adolescente creyente cuyos padres no fo son. Una encuesta realizada en 1994 de 3.700 jévenes que asisten a las reuniones de la iglesia mostré que, aunque tres cuartos (74 por ciento) de ellos dicen te- ner una relacién de bastante o mucha confianza con su papa (los encuestados incluyen hijos tanto de padres creyentes como inconversos), apenas la mitad (51 por ciento), afirma que su papé le de- muestra frecuentemente su carifio. Un porcentaje mds alto (88 por ciento) dice tener una relacién de bastante 0 mucha confianza con su mamé, y dos tercios de ellos (68 por ciento) afirman que su madre les demuestra frecuentemente su carifio. El estudio indica también que los pa- dres no se encuentran entre los principa- les consejeros a quienes los jovencitos les cuentan sus cosas 0 a quienes buscan para recibir un consejo. Sélo uno de cada cuatro (26 por ciento) dice que frecuen- temente busca el consejo de su padre y dos de cada cinco (40 por ciento) buscan el de su madre. Estas cantidades reflejan las opiniones y priicticas de hijos de padres creyentes inconversos. La experiencia de muchos pastores, maestros y lideres de jévenes sugiere que para muchos jovencitos cre- yentes cuyos padres no lo son, es mis di- ficil Hevarse bien con sus padres 0 con- tarles sus cosas. De hecho, el 96 por cien- to de Ifderes juveniles cristianos a nivel nacional identifican la desunién entre adolescentes creyentes y padres no cre- yentes como un problema “importante” o “muy importante” que los jovencitos en- frentan. Mario y sus padres discutfan con fre- cuencia sobre la participacién del mucha- cho en las actividades de la iglesia. Sus padres opinaban que estaba perdiendo demasiado tiempo en muchas reuniones, y le decian a menudo que estaban preo- cupados por algunas cosas que estaba aprendiendo en dicha iglesia. Luisa acepté a Cristo como su Salva- dor personal en una reunién de estudian- tes; varias de sus amigas cristianas le in- taron a ir al templo con ellas pero sus padres no la querfan levar. Le daba ver- giienza decirles por qué no iba, y resentia la actitud de sus padres. Esteban vivia con su madre divorciada que lo mantenfa a él y a su hermanita tra~ bajando en un bar. A medida que se iba activando més en la iglesia, més aver- gonzado y critico se sentfa con respecto a su madre. Ella, a su vez, consideraba las convicciones cristianas y la iglesia de su hijo como una amenaza. La mayor parte del tiempo, Esteban y su mama se habla- ban s6lo lo imprescindible y, aun generalmente con amargura y hostilidad. Estos problemas y conflictos no son raros entre adolescentes creyentes y sus padres inconversos. Aun en las familias donde los padres apoyan las conviccio- nes y actividades del joven, surgen ten- siones y dificultades que crean una situa- ci6n dificil para padres ¢ hijos. Las causas de las dificultades con padres inconversos El joven y sus padres a menudo ticnen di: ficultades en sus relaciones cuando tanto padre como hijo estén en la misma con- dicidn espiritual. Estas dificultades pue- den empeorar cuando el hijo de inconver- sos acepta a Cristo. Las razones pueden parecer obvias pero, aun asi, deben ser consideradas. En 2 Corintios 6:14, cl apdstol Pablo or- dené a los creyentes: “No 0s unis en yugo desigual con los no creyentes”. El man- dato, es claro, parece referirse a relaciones aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Padres inconversos 203 distinta”. Esto puede ser as{ después de un tiempo pero, por otro lado, puede que no... Puedes orar por la reacci6n de ellos. Puedes amarlos y tratar de hacer todo a Ja perfeccién, pero aun asf es posible que ellos nunca cambien su conducta hacia ti; ipero tt si puedes cambiar!” El lider ju- venil, maestro o pastor sensible a esta realidad, debe hacérsela comprender al jovencito cristiano por medio de poner en practica los siguientes pasos: SCUCHAR. El doctor Norm Wake- field destaca dos componentes clave de un escuchar constructive. Aconseja es: cuchar no sélo a las palabras de la per- sona sino escuchar también “los senti- mientos que se estén expresando”™ demos- trando su comprensién. También reco- mienda evitar la “tendencia de moralizar, ordenar, criticar o burlarse de lo que el interlocutor esté tratando de decir”. MPATIZAR. Haga todo esfuerzo i al joven con in, mn y empatia. “Cuando empatizamos con otros”, dice Wakefield, “tratamos de identificarnos con sus sentimientos, conflictos y emo- ciones y tratamos de relacionarnos con ellos carifiosamente. Quizd no necesaria- mente estemos de acuerdo con su con- ducta o tren de vida, pero Horemos ‘con los que Horan’ ” (Romanos 12:15). LENTAR. Todo joven se beneficia- ra de una aceptacién y del aliento sincero, particularmente si’ viene de un adulto en posicién de influencia. El joven que est tratando de sobrellevar un con- flicto con un padre inconverso puede ne- cesitar aun mas aliento. Aproveche toda oportunidad posible para comunicar el sincero afecto y estima que siente por él como persona de valor por quien Jestis dio su vida. Trate de que haga suyas las palabras de McGee, citadas anterior- mente: Seria lindo que mi padre y mi ma- dre tuvieran buen concepto de mi, pero de no ser ast, todavia soy amado profunda- mente, perdonado totalmente, completa- mente agradable y absoiutamente acep- tado por Dios. IRIGIR. Craddock propone cinco principios sumamente titiles que pueden ayudar al joven cristiano a res- ponder a sus padres inconversos: Considérate a ti mismo como un yen- cedor, no como una victima, Hay gene que ha experimentado situaciones familia- res extraordinariamente trégicas... Sean cuales fueren nuestros antecedentes, Cristo puede traer luz en medio de la oscuridad y propésito en medio del dolor. Puede dar- nos esperanza y confianza porque su gra cia es mds grande que nuestro dolor. Por- que somos sus hijos podemos ser vence- dores en lugar de victimas (Romanos 8:35, 37). Si nos vemos como victimas siempre estaremos a la defensiva, echandole la cul- pa alos demés, Si nos vemos como vence- dores tendremos un profundo sentido de propésito y gratitud, sabiendo que Dios usa las dificultades para fortalecer nuestro caracter... Considera a tus padres como personas, no como villanos, La verdad es que muy pocos son los padres que lastiman inten- cionalmente a sus hijos. La gran mayoria.. trata a sus hijos en la misma forma como los trataron sus propios padres... Muchos de ellos estén profundamente lastimados. Necesitan nuestra comprensin y nuestro perd6n, no nuestra critica y condenacién. Desarrolla un sano sentido de indepen- dencia, Algunas personas basan toda su identidad en 1a opinién que tienen sus pa- dres sobre quignes son elas... Pero, al ir madurando, necesitan desarrollar su propia identidad... No establecer este tipo de ob- jetividad (la habilidad de ver tanto lo bue- ‘no como lo malo en los padres) nos impide establecer un sano sentido de distancia in- dependencia de ellos. En cambio, nos cen- {ramos en ellos y actuamos de acuerdo con sus deseos, con la esperanza de asegurar- nos st bendicién y aprobacién. Esto no s6- To cs contraproducente para nuestro de- sarrollo humano, sino que también atrofia nuestro crecimiento espiritual. Después de aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Divorcio de los padres EI problema del divorcio de los padres En 1900, afio en que el porcentaje de ca- samientos en los Estados Unidos era de 9,3 (por cada 1.000 personas), el porcen- taje de divorcios era de 0,7 (por cada 1.000 personas), En otras palabras, a principios del siglo XX, el porcentaje de divorcios era de 8 por ciento de los casa- mientos de ese mismo aiio (vea la Tabla 19). En esa época, en nuestros paises de habla hispana, el divorcio no existia y el porcentaje de separaciones matrimonia- les era probablemente mas bajo que los mencionados. En nuestra cultura occidental, el por- centaje de divorcios ha ido aumentando lentamente (pero consistentemente) du- rante la primera mitad del siglo XX. Un pais tras otro ha ido incorporando el di- vor en sus leyes de modo que sdlo unos pocos todavia no lo reconocen. Es digno de notar, como ejemplo de lo que puede llegar a pasar debido a las ten- dencias sociales de este siglo, que en los tiltimos afios de la década de 1960, los divorcios en los Estados Unidos empe- zaron a aumentar a un nivel que se apro- ximaba (y a veces sobrepasaba) el 5% por cada 1.000 personas, indice mucho mayor que la mayoria de los paises del mundo (vea la Tabla 19B). Por algunos aiios el indice de divorcios era 50 por ciento del total de casamientos en el mis- mo afio, un cambio gigantesco en apenas medio siglo. La cantidad de divorcios sigue a un ni- vel alarmante, especialmente cuando con- sideramos los efectos que tiene sobre la juventud. Los efectos del problema del divorcio de los padres Muchos especialistas han realizado estu- dios relacionados con los efectos del di- vorcio sobre los hijos, identificando una amplia gama de resultados y reacciones, tanto de corto como de largo alcance. Aunque los profesionales especialis en salud mental creen que el divorcio (y la consecuente separacién entre el hijo y uno de sus padres) es mds traumatico en algunas edades que en otras, ninguna edad es buena para el joven que tiene que soportar el divorcio de sus padres. EI joven puede reaccionar de muchas distintas maneras a la noticia de que si padres se van a divorciar, negindolo, sin- tiendo vergiienza, creyéndose culpable, con ira, temor, alivio, inseguridad y un concepto bajo de si mismo, dolor, depre- sidn, aislamiento, soledad y otros efectos. + Negacién Una reaccién comtin al dolor (especial- mente al dolor mental y emocional) es negarlo. Algunos jovencitos pueden reac- cionar al divorcio de sus padres actuando como si no estuviera sucediendo, o di- ciéndose a sf mismos que no se divorcia- rin. No le cuentan nada a sus amigos, 0 dicen que el papé esté en viaje de nego- cios. Este tipo de negacién a menudo si gue durante mucho tiempo, aun después de que el divorcio se haya concretado y se ha comenzado otro tren de vida mien- tras el joven sigue con la terca esperanza de que su mama y su papa pronto se vol- verdn a juntar. Otro tipo comin de negacién se mani- fiesta en el joven que se niega a admitir que estd alterado de alguna manera por el divorcio, Esta reaccién con frecuencia se caracteriza por un intento de “encogerse de hombros” 0 de negarse a hablar del asunto porque “no es para tanto”. Es una reaccién de indiferencia que indica que el joven no puede o no quiere hacer frente a Jo que esta pasando en su familia. La ne- gacién también puede ser de otras for- mas, por cjemplo: idealizar al padre au- sente, o jactarse con frecuencia de la se- paracién de sus padres con el objeto de disimular su propia ansiedad. El adulto interesado en ayudar al joven tiene que saber que la negacién es un me- canismo defensivo malsano. El joven que se vale de la negacién lo hace muchas

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