Está en la página 1de 1

La Cosa Maldita

La Cosa Maldita no puede ser definida, no porta DNI, no porta clula de identidad, tarjeta del club ni ningn otro documento. La Cosa Maldita se escapa de los manuales de armado y desarmado, de esos escritos en varios idiomas; se escapa de las estanteras y de los catlogos, de las listas de precios y de las recetas de cocina. La Cosa Maldita no es gay, no es bi, no es htero, no es trans, lleva un sexo extraterrestre, se masturba con la mente y te coge con el Tercer Ojo; la Cosa Maldita no es juda no es cristiana, la Cosa Maldita no es musulmana. La Cosa Maldita le reza a los Dioses del Caos, a los totem de hormign en las plazas pblicas y a los puestos de comida chatarra; la Cosa Maldita no es socialista, no es comunista, no es capitalista, la Cosa Maldita ni es siquiera anarquista; se re y se burla de todos los ismos y de todos los istas. La Cosa Maldita no esta a la derecha, ni es el centro ni en la izquierda. La Cosa Maldita no es Dios, la Cosa Maldita no es del Diablo, la Cosa Maldita no va al psiclogo a que le digan neurtica! No va con el cura a que la llamen pecadora! La Cosa Maldita no se compra ni se vende, no existe de segunda mano ni puede mandar a fabricarse. La Cosa Maldita no tiene ropajes ni adornos, no tiene uniformes. (La Cosa Maldita solo tiene disfraces; que lo entienda quien lo entienda). La Cosa Maldita existe y es aberrante, porque lleva consigo el estigma de lo maldito; tiene sangre real pero de una realeza maldita. La Cosa Maldita vive, baila, respira, se contradice y se despreocupa. Y malditos sern los ojos del que observe la Cosa Maldita e intente definir su maldicin con palabras.

Mad Crampi Anti-Copyright

También podría gustarte