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Las melodas escondidas en la danza cotidiana de la vida Algunos das atrs ocurri algo llamativo haca fro, mucho

fro! y eso que todava era verano! Estos son fros desubicados, incoherentes pero hay otros fros que ms me preocupan y es el fro de las actitudes, de los rostros, de los corazones Qu duro es que ah fuera haga fro en nuestras calles, en nuestros pueblos y que el corazn tambin est congelado! Fro por fuera y fro por dentro; Fro es esa danza de la muerte de la desesperanza, del rencor, del odio y la violencia que va pudriendo poco a poco tantos corazones. Necesitamos que salga el sol dentro de nosotros mismos, el sol de la esperanza, del amor, del optimismo, de la paz interior; necesitamos encontrar las melodas apropiadas para gestar la Danza de la vida tenemos que coragiar la fe y creer que el sol puede salir en nuestra vida! Siempre hay algunos hechos y unas cuntas razones que nos ponen mal pero en este tiempo, ms que nunca, somos desafiados a encontrar esas otras razones que nos calibren a la vida. Comenzaron las clases! Y nuestra esperanza va a la escuela Ah estn nuestros nios y jvenes sedientos de luz, de perspectivas de futuro... Ah estn nuestros Maestros, que a pesar del mal pago, una y otra vez salen a sembrar el conocimiento en la las tierras no siempre frtiles de sus alumnos Se orden un nuevo sacerdote! Una vida que se entrega para siempre al servicio de los dems Cmo no celebrarlo! Habemus Papam! Un papa que sonre, que da las buenas tardes, que pide la bendicin antes de darla, que paga sus cuentas, que viva en un departamento antes que en un palacio cardenalicio y tomaba el trasporte pblico para ir a confortar a los enfermos y los pobres, un papa que elige el sencillo nombre de Francisco es una oportunidad a la esperanza! El sol de la esperanza puede salir y de hecho sale en la vida de todos los que no permiten que se oscurezca la fe en Dios y en s mismos, que se empecinan en esperar siempre lo mejor, que luchan por salir adelante a pesar de todo Querido amigo lector, no podemos controlar el clima de afuera, pero s el de adentro. Si miramos al horizonte, unas cuantas nubes negras parecen acercarse, pero si miramos a nuestro corazn descubriremos el rostro de Dios, el rostro de los que amamos, que nos invitan a hacerle frente a esos fros desubicados, a esa danza de la muerte con gestos de vida inditos...

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