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RESTAURANT MI CARCOCHITA Hugo Ayala Hugo Ayala era un ambulante como tantos otros, pero la diferencia estuvo en que

l no tuvo miedo y se arriesgo a crecer. A los 34 aos, don Hugo Ayala empez de cero. Vendiendo helados con una caja de tecnopor. Al ver que sus hijos iban creciendo , se prest dinero, compr una congeladora y separ cien soles aquellos de antes de lo s intis de su capital y se los entreg a su esposa para la comida. Con la alimenta cin de su familia asegurada, se arriesg a vender helados en Lince. "Esa fue mi dec isin. Sin saberlo, ah arranca mi empresa y de una congeladora vino otra y otra. Er a buen negocio, pero me puse a pensar qu hara en el invierno", cuenta. A pocos met ros de una de sus congeladoras, hall la solucin. Un quiosco ambulante tena el letre ro "Se vende". No lo pens dos veces y volvi a pedir prestado dinero para comprarlo . "Desde muy temprano, vendamos desayunos, mens y por las tardes salchipapas y sngu ches. Muy cerca, un seor venda lo mismo, pero adems tacos mexicanos. Ante la insist encia de los clientes, empezamos con los tacos. Primero, compramos varios tacos en otros

negocios, los revisamos y, luego de descubrir la receta, los mejoramos", aade. La clientela aument y tuvo que poner un nombre a su quiosco. Decidi por uno clido: Mi Carcochita. Poco despus, un antiguo cliente le aconsej que abriera un local en Sa n Borja. Don Hugo asumi el riesgo. Saba que necesitaba clientes de otros distritos para seguir creciendo. "No fue fcil, tuve que perseverar y luego de dos aos conse gu nueva clientela. En mi empresa trabajamos con insumos frescos, somos limpios y tenemos, sobre todo, sazn. Desde un principio, estuve acostumbrado a trabajar de la mano con mi esposa y mis hijos", afirma. Para brindar comodidad a sus client es del quiosco, alquil un local cercano, en Julio C. Tello, Lince. Luego abri otro local en la avenida La Marina, en San Miguel, y de ah abri otro en Risso, Lince. Aproximadamente 100 personas trabajan para su empresa. Don Hugo an se levanta a l as cinco de la madrugada cada da para hacer las compras en La Parada y luego las distribuye en cada una de sus tiendas. "Mientras el gato duerme, los ratones se pasean. Por eso recorro mis locales, para corregir las irregularidades que se pu edan presentar", dice como consejo. Por: Abraham Taipe

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