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Hay das que amenazan con lluvia, con desprender el cielo sin razn.

Hay das que nacen en medio de la luz y todo es un canto con olor a mariposas y ensueos. Como ahora que entre sueos tu piel aparece en mis labios y la sorbo sin desperdicio. Lo que hay es lo que sientes y das, con las cenizas de la oracin y el carnaval, cuando sabes que mi boca glorificar tu llegada de amante precoz. La soledad se disfraza de fantasa para no pasar por desquiciada. La fuente, cortejada casi toda la noche, se desparrama en la mirada tibia y ambarina, tu mirada, de adolescente sin escrpulos. Hay misterios que el corazn no alcanza a comprender y permanecen ajenos al placer y a la gloria. Le pregunt a la flor por ti y me contest entristecida que nada saba. Tiempo al tiempo, me aconsej. Y yo que estoy hecho de tiempo sin retorno, escucho impvido el suave remanso de tu adis. Entender algn da que tu beso es un pas sin nombre ni fronteras, inagotable, insaciable, inconmensurable e indiferente a los mortales? S que los chicos no lloran, pero a veces no soporto y veo cmo la mariposa se transforma en serpiente. La vida podr seguir aunque me ausente del camino. Bailar al son de la ribera, con su vaivn de locura. Bailar al amparo de la brisa que suea con la luna. El ltigo de la noche apresa mi alma escaleras arriba. Tu cuerpo tendido con su aroma a belleza indomable. Qu labor de locos ir detrs de tu perfeccin cruel cuando el ave se posa en otro follaje. Algn latido esconde esta espera. El telfono no timbra, la vida no se gesta. Miro hacia ambas primaveras y mi tristeza no tiene fin; sin estrella, sin compaa sin ti no habr fuego ni flores. Bsame por favor.

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