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Resumen:
El presente artículo pretende exponer detalladamente la problemática de la
dinámica estructural sociedad, trabajo e infancia. Principalmente se centrará en
reflexionar sobre la relación que existe entre los imperativos objetivos/subjetivos
que llevan o conducen al trabajo infantil, a partir de los cambios en el mercado del
trabajo, con su consecuente relación en materia del desarrollo del niño,
especialmente en la escolaridad y su vínculo educativo, integrando la problemática
a las condiciones generales de reproducción del capital y la extracción de
plusvalor.
Abstract:
The present article tries to expose detailed the problematics of the dynamics
structural society, work and infancy. Principally it will centre on thinking on the
relation that exists between the objective / subjective imperatives that they take or
lead to the infantile work, from the changes on the market of the work, with his
consistent relation as for the development of the child, specially in the education
and his educational link, integrating the problematics to the general conditions of
reproduction of the capital and the extraction of capital gain.
Palabras clave: <Trabajo Infantil, sociología del trabajo, precarización del trabajo,
centralidad del trabajo>
1
Sociólogo. Miembro del Área de investigaciones sociales/humanas del Instituto de Desarrollo
Regional de la Universidad de la Frontera, Temuco, en donde desarrolla y promueve
investigaciones en la línea de sociología y cambios en el mundo del trabajo en la Región de la
Araucanía. Temuco.
2
I. LA SOCIEDAD MUNDIAL Y LAS CONDICIONES DE INTEGRACIÓN DE LA
FUERZA DE TRABAJO INFANTIL.
3
desvalorización del conjunto de la fuerza de trabajo disponible. O sea, podemos
decir que el desarrollo de un paradigma nuevo en la modernidad está en relación
directo a los perjuicios y transformaciones en las condiciones de reproducción del
capital.
4
1. Los trabajos intolerables: en donde se encuentran la explotación sexual
comercial2 y actividades ilícitas y asociadas a la esclavitud3.
2. los trabajos peligrosos: aquí se incluyen los trabajos peligrosos por su
naturaleza4 y los trabajos peligrosos por su contenido5.
5
de la población total latinoamericana, la cual asciende a los 538.776.423, mientras
que el 44% de la población total, o sea 221 millones viven en condiciones de
pobreza (CEPAL, 2004). En este contexto es en que trabajan 19.700.000 niños y
niñas entre 5 y 17 años de edad (IPEC. 2003). Las principales características de
sus trabajos están dadas por la informalidad y, por tanto, la precariedad de las
remuneraciones la desprotección en términos de seguridad social y salud, entre
otras.
6
trabajo, o sea el convenio 138, firmado el año 1973, que establece las edades
mínimas de trabajo en 14 y 15 años para países cuyas economías y medios de
educación estén insuficientemente desarrolladas -en cualquier caso la edad debe
ser coincidente con aquella en que termina la educación obligatoria-, es que cobra
mayor relevancia. Es que el tema del trabajo infantil involucra en plano estatal y
contractual una relación específica entre las características y dinámica de
integración económica que significan los procesos de globalización del capital y
captación de la inversión extranjera, como también la apelación al rol estatal de
asegurar el bienestar a su población. Ambos procesos sociales parecen encontrar
serias contradicciones en términos prácticos.
9
Se calcula por ejemplo que en 1980, 118 millones de personas vivían en nueve países donde el
PIB mostraba una tendencia decreciente. En 1998 esto sucedía en 60 países afectando a 1,3
billones de personas. El crecimiento medio se ha reducido en todas partes desde que empezó la
globalización, en particular en los países en desarrollo. La desigualdad social se ha extendido
drásticamente a nivel mundial, tanto que los 50 millones de personas más ricas en el mundo ganan
lo mismo que los 2,7 billones de pobres que existen. La desigualdad de ingresos se acentuó en 33
de los 66 países en desarrollo (citado en Went en base a la distribución de los salarios, 2003)
7
aporte adicional de ingresos a sus hogares. Los niños y niñas reemplazan a los
padres en las labores”.
Así como todos los países que conocen las características propias de sus
economías en términos de venta de fuerza de trabajo y de condiciones laborales
(sindicalización, seguridad, contractual, etc.) del lugar objetivo que ocupan en el
acoplamiento a la economía mundial tienen presentes el fenómeno del trabajo
infantil como un tema emergente y que debe ser considerado en función no sólo
de las perspectivas del infante o en la Convención de los Derechos del Niño, sino
de toda la sociedad y principalmente del asalariado adulto que encuentra un
sustituto en la venta de fuerza de trabajo precarizada y a menor costo como lo es
la del niño, o como complemento a su ya desvalorizado trabajo, ya que “desde la
perspectiva de la equidad, sostener la inversión en niñez y adolescencia, puede y
debe garantizar la estabilidad política, competitividad económica, e integración
social”10. Pero aún así éste es un nivel, el estatal, que asume la problemática del
trabajo infantil, siendo que el trabajo infantil también ha pasado a transformarse en
una temática interestatal en la configuración de los mercados de trabajo.
Así es como en prácticamente todos los países se recolectan cada vez más
estadísticas nacionales sobre la población y la fuerza laboral por medio de censos
y encuestas laborales, pero dichos datos no existen o están incompletos cuando
se trata de los niños trabajadores ya que estas metodologías tradicionales de
encuesta no son apropiadas para cubrir a los niños en edad escolar, cuyas
actividades son en gran parte “invisibles” u “ocultas”. (OIT & UNICEF. 2000). En
Chile se encuentra la experiencia concreta de la Encuesta aplicada por el INE el
año 2004, la cual ha recogido los datos antes señalados, pero que a la vez, a
parte de señalar un precedente importante en la materia de investigación, abre un
nuevo campo de intervención que debe ser desarrollado por los actores sociales,
10
Frans Röselaers, Director IPEC, Programa InFocus de la OIT. En el Prólogo al Plan de
Prevención y Erradicación del trabajo infantil y adolescente. 2001.
8
sindicatos, académicos, científicos sociales, la sociedad civil, etc., en función de
avanzar en el proceso de erradicación de acuerdo a las condiciones objetivas ya
existentes, de manera de “en el 2010 niños, niñas y adolescentes tengan sus
derechos fundamentales debidamente resguardados y garantizados, generando
las bases para construir una cultura de promoción, respeto y protección de sus
derechos fundamentales” (ACHNU. 2005).
11
Sobre los mecanismos de extracción de plusvalía relativa y plusvalía absoluta recomendamos la
lectura de El capital, lib. 1, sección 5, cap. XIV. (Karl Marx.1979).
9
II. TRANSFORMACIONES EN EL MUNDO DEL TRABAJO Y SU BASE EN LOS
CAMBIOS EN EL PATRÓN DE ACUMULACIÓN/INTEGRACIÓN A LA
ECONOMÍA MUNDIAL
10
atípicos, temporales, de tiempo parcial extendiéndose la subcontratación y el
aumento de empleos por cuenta propia, con menor o ya sin seguridad social, y
con una proporción variable de trabajos informales, y propios de una estructura
económica segmentada” (SALINEROS, JORGE. 2004). Así es como en las dos
últimas décadas han surgido algunas modalidades de empleo distintas de las
clásicas, entre las que se cuentan el empleo a tiempo parcial, el empleo temporal
y el trabajo por cuenta propia12.
El economista chileno Álvaro Díaz, del Instituto SUR, destacó los cambios en
grandes sectores de la clase obrera – las clases dominantes del país. Entre todos
los cambios los del mundo del trabajo, tal vez el más significativo es la expansión
del trabajo precario como última palabra del capitalismo globalizante:
“Existe creciente evidencia que el empleo precario en América Latina no puede ser
considerado un empleo ‘atípico’, una suerte de anomalía o excepción en el
mercado, un resultado del estancamiento, o una situación que sólo existe en las
empresas pequeñas o tradicionales. Pareciera que el empleo precario no
constituye una forma tradicional de comportamiento empresarial, sino el resultado
de una modernización capitalista que se instaló tanto en México como en Chile,
y se manifiesta tanto en las industria maquiladora como en sectores de la industria
procesadora de recursos naturales renovables en Chile (fruta, madera, pesca), es
decir en sectores de ‘punta’ de ambas economías.
12
Estas modalidades se apartan en una o varias características del empleo “normal” de
dedicación plena. La OIT señala que tales modalidades presentan ciertas desventajas, tales como
niveles inferiores de seguridad social, de derechos laborales y de remuneraciones en relación a los
empleos clásicos, sin embargo no es posible realizar una afirmación concluyente al respecto,
puesto que para ciertos grupos tales modalidades podrían reportar condiciones más bien
ventajosas (OIT. 1998).
11
2006b) cuando menciona que la flexibilización se produce 1) removiendo o
limitando los condicionamientos que tiene el empleador para incorporar el trabajo,
quedando las partes entregadas a una negociación (individual) en el mercado; 2)
la flexibilización del salario mínimo; 3) Al eliminar la obligatoriedad, queda
entregado a las partes, como se sabe, desiguales, lo que significaría en la práctica
la imposición de la posición del empleador; y 4) las formas de flexibilización vía
concertación, cuando las partes llegan a un acuerdo sobre determinadas normas
que necesiten adaptarse a situaciones cambiantes del mercado y que sea el
resultado de una negociación. Finalmente cabe señalar que todos estos
mecanismos están relacionados a rebajar los costos productivos en la compra de
fuerza de trabajo.
12
en materia laboral, en el entendido que no debían impedir el necesario
desenvolvimiento de la inversión empresarial en un escenario de economía
abierta, marcado por una exigente competitividad.
Según investigaciones llevadas a cabo por Lais Abramo (ABRAMO, LAIS. 1997),
la flexibilización del mercado laboral ha provocado una tendencia al aumento de
los empleos eventuales, temporales, de medio tiempo, a domicilio y
subcontratación, en los cuales la proporción de empleo femenino es significativa.
Estos trabajos son muchas veces precarios e inseguros, e implican un aumento de
la carga de trabajo, una reducción de las remuneraciones y pérdida de protección
laboral.
Por ello, la relación que existía (y existe) entre estas prácticas de sobreexplotación
del trabajo, que quedaban ‘archivadas’ dentro del concepto de economía informal,
debieron atravesar un cuestionamiento legislativo/político acerca de las
13
Esto según las contribuciones de Alejandro Portes, quien señala que el concepto de economía
informal “cubre un terreno amplio que incluye la producción de subsistencia directa, el empleo
remunerado no contractual y las actividades comerciales independientes en la industria, los
servicios y el comercio.” (PORTES, ALEJANDRO, 1995)
13
consecuencias y características mismas de los regimenes o formas de
subcontratación que se llevaban cabo, en la práctica, por muchos empresarios
dentro de un período prolongado de tiempo, de forma de abaratar costos y
externalizar algunas de las funciones de la empresa, pasando por sobre el
‘principio de la realidad’ en la misma estructura lógica del derecho laboral. Lo
central fue ubicar que la función a la que estaba destinada disminuir al
empresariado los costos laborales indirectos o adicionales que conlleva la
formalización del trabajo, es decir, el avance del trabajo legalmente protegido (con
aportes jubilatorios, seguros de salud, de despido, etc.).
14
generalizada, sin desconocer la existencia al mismo tiempo de estas nuevas
realidades” (DE LA GARZA, ENRIQUE. 2008).
Uno de los juicios más lúcidos y que sintetiza la discusión se puede leer a
continuación: “Si hasta ahora las sucesivas modificaciones legales en materia
laboral aplicadas para promover el empleo empresarial se han mostrado
ineficaces y, antes bien, han despojado de protección legal al trabajo, es el
momento de preguntarse si el reconocimiento de derechos laborales debe seguir
cediendo en pro de la urgencia económica por generar nuevos empleos. Si aún
hemos de esperar que el crecimiento económico prospere a fuerza de reducir los
derechos y a costa, por tanto, de la pérdida de libertad y seguridad en el trabajo
¿cuándo se recuperará la vinculación entre el trabajo asalariado y los derechos
que garantizan prosperidad a las personas que viven de su trabajo? ¿Hasta qué
punto puede eliminarse la protección sobre el trabajo?” (LOPEZ, DIEGO. 2004)
15
en su relación inversa, que en estos momentos un trabajador hace el trabajo de
dos trabajadores, y que esto conlleva que no sólo los salarios se limitarán
objetivamente a partir de la producción de ganancias y de restricciones al
consumo, sino que también darán la posibilidad a que nuevos actores étareos y de
género14 dentro de la sociedad capitalista asuman la condición de asalariada en la
búsqueda de la reproducción básica de la vida.
En ésta misma lógica resaltamos la tendencia que se ha sostenido del porcentaje
cada vez mayor en la composición de la fuerza de trabajo de las mujeres que
creemos no sólo está orientado o dirigido por un fenómeno ideológico: el
feminismo. Éste último si bien ha jugado un rol importante en el desarrollo de una
subjetividad importante en el marco de las temáticas de políticas y derechos, no
ha sido un verdadero determinante dentro del rol que las mujeres han debido
asumir dentro de las condiciones laborales, familiares de desintegración que se
han producido producto una serie de factores donde la precarización de los
salarios, la inestabilidad laboral, el desempleo, etc., han generado una presión
objetiva significativa para que las mujeres se incorporen directamente a la
producción e intenten ser agentes complementarios o el agente principal en la
satisfacción de las necesidades de sus núcleos familiares y propias.
Por ello es que en el marco de un mercado de trabajo con baja empleabilidad, alta
rotación, baja productividad y tendencia a la segmentación, sumando a ello los
altos índices de vulnerabilidad social existentes, las condiciones son altamente
favorables a consolidar núcleos de precarización del trabajo, por lo que no
podemos soslayar que la estructura económica en pie hoy en día, está
determinada para incorporar nuevos agentes a partir de la sobreexplotación la
fuerza de trabajo, sintomáticamente con las necesidades históricas del capitalismo
14
en Chile, desde la década de los ochenta, la introducción del género como categoría de análisis
trajo como consecuencia un cuestionamiento de las concepciones que tradicionalmente habían
determinado lo que era “historizable”, es decir, los sujetos, procesos y dominios de la vida social
que construían la historia y que era necesario registrar históricamente. Ello se tradujo en una
ampliación de temáticas y de sujetos sociales, y en la introducción de nuevas interpretaciones de la
historia nacional. (ZARATE & GODOY, 2005).
16
de expandir un ejército de reserva de mano de obra que genere condiciones
favorables a la clase propietaria en la negociación de compra y valorización
histórico-social de la fuerza de trabajo.
Está misma tendencia a la precarización del trabajo se hace aún más extensiva
cuando se considera las condiciones socioeconómicas y de vulnerabilidad social
que soporta la infancia en Chile, ya que 4 de cada 10 niños se encuentran bajo la
línea de pobreza15. La pobreza tiene una incidencia mayor en hogares con niños.
Al año 2003 la pobreza afecta a los niños en un 43% más que los adultos y la
indigencia16 en un 55% más.
17
incluya un acelerador del proceso de integración de mano de obra dispuesta a
vender su fuerza de trabajo en condiciones cada vez más desiguales y que
garantice la extracción máxima de plusvalor.
17
En Chile específicamente es posible reconocer una concepción legalista del hacer social. La
conformación de las subjetividades luego del proceso desintegrador y fragmentador de las
colectividades de la Dictadura Militar, ha generado a partir del miedo y terror al conflicto un
importante peso histórico en la conformación de la subjetividad de los chilenos. Como bien dice
Norbert Elías “La creciente eficacia del control de la violencia dentro de un estado y el mayor
sometimiento a las autoridades estatales a controles públicos van de la mano de consiguientes
transformaciones en la estructura de la personalidad de los individuos. Ambos procesos favorecen
el desarrollo de una fuerte inhibición de las personas en posibles conflictos y el cruce de la repulsa
del empleo de la fuerza física en las relaciones humanas” (ELIAS, NORBERT. 2002). Lo único que
queda por clarificar de ésta tesis en el paradójico caso de Chile es que obviamente el proceso que
ha significado una “eficiencia del control de la violencia” no ha sido a partir de un proceso
<<racional>>, sino más bien a partir de la <<irracionalidad> de los mismos métodos de violencia
que se han pretendido inhibir.
18
mientras que en estos países el trabajo a tiempo parcial es asociado al
subempleo, en América Latina el subempleo toma la forma de trabajos por cortos
períodos, con baja productividad.
18
De hecho la Encuesta Laboral 2006 reconoce en su estudio que los datos ''revelan que en
muchos casos la subcontratación no opera como un instrumento de especialización empresarial'',
sino que se utiliza fundamentalmente para ''simplificar y ahorrar en la administración de la fuerza
de trabajo que requiere la empresa para operar en su giro''. El 32,6% de las empresas
consideradas en la Encuesta Laboral (ENCLA 2006) subcontrataba tareas asociadas a su actividad
económica principal, lo que revela -a juicio del estudio bianual de la Dirección del Trabajo- que esta
figura puede ser utilizada para rebajar costos, más que para concentrarse en el giro principal.
19
El proceso de desvalorización del trabajo a partir de las políticas económicas y
sociales son parte de una "institución de un estado generalizado y permanente de
inseguridad que tiende a obligar a los trabajadores a la sumisión, a la aceptación
de la explotación"(BOURDIEU, PIERRE. 1999).
20
actores sociales, relativamente nueva, a partir del mismo establecimiento nominal-
normativo de estos derechos en los marcos legislativos interestatales, lo cuales
han alcanzado, a partir de un contradictorio proceso con la realidad, un carácter de
universales.
20
Para una crítica a la metodología de medición de la pobreza en Chile recomendamos el artículo
Reducción de la pobreza de Marcel Claude. 2007.
21
Así como la educación puede ser vista como una forma de intervenir o superar el
ciclo reproductivo de la pobreza, habrá que preguntarse, desde el fenómeno de la
deserción escolar, si esta realmente cumple éste objetivo estratégico en la
conformación de las relaciones sociales o si tenemos en éste momento una mano
de obra cualificada, pero precarizada que involucra un cambio subjetivo en las
perspectivas referidas a las actores de la misma, los cuales ya no pueden percibir
una verdadera potencialidad interventora en la valorización social del conocimiento
entregado en las escuelas.
22
infantil como una problemática particular o particularizable sin relación con el todo
y conjunto social.
23
social, sino que intenta otorgarle un contenido práctico de definición a una realidad
social que a veces parece ser observada como un elemento desintegrado de una
totalidad social que finalmente significa una relación recíproca y complementaria
del todo social en que se desarrolla, pese a los cuestionamientos o declaraciones
de principios desde cualquier organismo internacional o nacional.
24
se continúa una discusión desde los actores políticos y económicos que tematizan
las variables del trabajo en la actualidad, en función de nuevos mecanismos de
flexibilización laboral que garanticen mecanismo de extracción de mayor plusvalor
en la producción.
Mientras que en el marco del trabajo inaceptable, las cuales se refieren a aquel
que vulnera los derechos esenciales de los niños, niñas y adolescentes,
amenazando su acceso y permanencia en la educación, el descanso y la
recreación, además de poner en riesgo su normal desarrollo psicológico y social,
son parte de deformaciones sociales en las pautas de la fetichización del dinero y
la pobreza como mecanismo de integración social negado a partir de las pautas
legalmente consideradas válidas o de las prácticas sociales legales de venta de
fuerza de trabajo. Dentro de esta definición se incluyen el trabajo de niños y niñas
de 11 años y menos; el trabajo de niños y niñas entre 12 y 14 que no estudien; el
trabajo de niños y niñas entre 12 y 14 años que implique más de 14 horas
laborales a la semana; el trabajo de adolescentes entre 15 y 17 que implica no
asistencia a la escuela y cuya jornada excede las 21 horas semanales; el trabajo
en la calle; el trabajo nocturno; y el trabajo ilegal (adolescentes que trabajan más
horas que las permitidas legalmente, es decir, más de 49 horas) (ACHNU. 2005).
25
sólo permite el trabajo de los adolescentes entre 15 y 18 años si cumplen estos
requisitos:
DIMENSIONES Sub-dimensiones
a) capacidad de percepción, atención, y de la
memoria.
b) Capacidad para establecer categorías, formular
Cognitivo
nociones, conceptos y elaborar inferencias.
c) La resolución de problemas y la metacognición.
a) condición de salud e higiene para el bienestar
físico-motor.
Desarrollo saludable
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a) La familia como primer entorno comunicativo de
los niños
b) El lenguaje como factor de identidad e interacción
sociocultural de los niños y los adolescentes.
Social
Influencia de los medios de comunicación.
c) El papel de la escuela como entorno enriquecedor
del aprendizaje y el desarrollo integral de los niños y
los adolescentes.
VI. CONCLUSIONES
Aún así las condiciones que rompen ésta barrera del desarrollo integral del niño en
sus dimensiones está depositada en una serie de cláusulas que de cierta forma
teórica garantizarían el cuidado de estos elementos estructurales en la
constitución del infante, pero que se debe identificar claramente que la misma
legislación encuentra sus límites con respecto a una realidad en donde la
precarización laboral de los padres, puede fácilmente conducir, como necesidad
de sobrevivencia a autorizar a su hijo al trabajo, mientras que por otro lado el
empleador no se opondrá al contratar una fuerza de trabajo desvalorizada
objetivamente, y la política de los sindicatos (si existe en determinado ciclo o
empresa específica) podrá responder con contundencia ante hechos de estas
características que atentan de conjunto a los derechos y valorización de la fuerza
del trabajo del conjunto de los/as trabajadores/as.
Al parecer será cierto que todo éste desarrollo truncado del infante será una
tendencia que no obtendrá solución sino es por una política fuerte desde el
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sindicalismo por revalorizar su fuerza de trabajo y dignificar las condiciones
precarias de trabajo que se tienen en la actualidad, las cuales se convierten en
factores determinantes en la inclusión del trabajo infantil en distintos sectores
productivos, en los cuales las relaciones de producción en la actualidad permiten y
posibilitan la inclusión de niños al trabajo.
Por ello esta misma política sindical sobre el trabajo infantil, hecho ya concreto en
la dirigencia sindical de países ‘desarrollados’ o de una posición privilegiada en la
división internacional del trabajo, implican desde las medidas práctico sindicales
una crítica de regulación a las condiciones arbitrarias en que el capital extrae
plusvalor, convirtiéndose en una crítica a la economía capitalista de conjunto.
Bibliografía
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30