Está en la página 1de 1

PALOMITA RABUA

Por le esquina de mi casa solía pasar un par de veces a la semana, una anciana
toda jorobada y blanca en canas acompañada de un corto bastón, con trabajo
caminaba evitando los baches ,llenos de agua y los pedruscones residuos de la
época colonial cuando aquella calle era el desagüe de esa parte de Camagüey .

Como de costumbre todos los mediodías después de la escuela, que solo daba clases
en las mañanas, los muchachos del barrio nos reuníamos en la esquina para jugar,
pelear y joder, el entretenimiento favorito.

Pues bien una de las jodederas favoritas era gritarle a la anciana:"palomita


rabua", lo que provocaba en ella una ira irresistible y piedras de todos tipo, y
de contra una completa sarta de improperios, no de muy buen gusto en una señora de
esa edad.

Como consecuencia del escándalo, los vecinos interrumpían su siesta y si mi padre


estaba en casa, inmediatamente se acababa la esquina y el regaño era inevitable y
casi siempre salíamos la mayoría castigados por ofender a la anciana.

Ese día teníamos planeado una fuga en masa hacia las pocetas de un río que se
llama Hatibonico, en las afueras de la quinta Simoni, enseguida que los mayores
pasaran a su siesta, cuando de momento uno dice: oye, por ahí viene palomita, le
gritamos?.Pero el deseo de la excursión era más fuerte que las ganas de joder a la
paloma y sin ponernos de acuerdo, todos la ignoramos, le dimos hielo, como se
dice.

La anciana recelosa paso cerca del grupo, nosotros ni la miramos, pero con el
rabo del ojo todo el mundo la observaba y vimos como después de vadear un par de
charcos de agua y un par de canales de piedras se para y mira para atrás y con la
misma, vira y regresa hacia donde estábamos y hacia nuestro horror empieza a
gritar:

" a ver mariconcitos ¿a que no me dicen palomita rabua? Atajo de comemierdas, y


toda la demás sarta de improperios que siempre nos decía.

Por supuesto, de nuevo el vecindario en pie y de río no hubo nada.

También podría gustarte