LO NUESTRO

Mi felicidad qued atrapada all donde lo nuestro jams sucedi. Lstima habernos separado antes de conocernos, antes que llegase la caricia. Lstima no habernos amado como personajes lluviosos en estaciones de tren, sus manos alejndose y sin cesar el tiempo. Quiz no haber dicho lo que no se lleva el viento; haber sostenido ese beso atemorizado. Quiz apostar en favor de lo desconocido, dejar en automtico pilotos y destinos. Curioso. Acordamos en lo escrito, el anonimato y un mismo silencio; tras bambalinas recitbamos idntico monlogo. Y fue igual tambin el invierno padecido. Y a destiempo se abrieron nuestros ojos. Y quedamos vertidos en arrepentimiento. Fuerte el asunto, hablbamos en serio, creo. Ahora nos existen tres poemas y una carta. La nuestra es historia de fantasmas. De todo lo que no tuvo lugar, ni tiempo. Tanto deseo, tanto calor ahogado. Tu sola imagen era tan fuerte como la opresin de las sbanas una maana de invierno. Era un peligro nuestra estancia fuera de la palabra. Nos dola la piel sin tocarnos siquiera. Haba manera de aliarnos sin reventarnos al mismo tiempo? Dijiste Se ha erizado mi cuerpo y te salgo a buscar donde nunca estuviste conmigo te acuerdas? Ahora es tu refugio esa calle donde jams caminamos juntos

y me acuesto en otras camas por si acaso. Voy a estallar, te lo advierto, y que Dios te pille confesado. Tal vez t tambin escribes esta historia. Desde Brasil, ya vas para los 40, te ves ms feliz, el clima te acompaa, ondulas an tu pelo de pantera, y te preguntas si alguna vez fuimos presa el uno del otro. Figuramos como mito en cuatro o cinco pginas escritas. La memoria nos va distorsionando. Lo nuestro era imposible. Intentar lo nuestro era pura soledad.

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DELIA ELENA SAN MARCO

Nos despedimos en una de las esquinas del Once. Desde la otra vereda volv a mirar; usted se haba dado vuelta y me dijo adis con la mano. Un ro de vehculos y de gente corra entre nosotros; eran las Cinco de una tarde cualquiera; cmo iba yo a saber que aquel Ro era el triste Aqueronte, el insuperable.