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Un inolvidable fillogo

Carlos Garca Gual 2 NOV 2012 - 00:12 CET

Lo conoc como profesor en 1965. Lleg de Sevilla como catedrtico de Latn, y lo tuve en mi ltimo curso de Filologa Clsica (traducamos las Stiras de Horacio). Solo durante unos meses; en febrero march al frente de una memorable manifestacin que acab con una violenta carga policial frente a Medicina (y coincidimos ambos en los srdidos pasillos de la DGT). Luego se vio procesado y obligado a abandonar nuestra Universidad. Siempre admir en Agustn no solo al profesor de palabra clara (por quien sus antiguos alumnos, ya desde Sevilla, sentan devocin total), sino al fillogo que combinaba su sabidura profesional tanto en latn como en griego con una sensibilidad potica extraordinaria, realzada por aquella magnfica voz y su pose escnica. Pero son sus libros los que ahora quiero recordar. Y lo hago segn los voy rememorando, con nostalgia: el Sermn del ser y no ser recobrando en rotundo verso castellano el poema de Parmnides, su Virgilio (mi manoseado tomo amarillo de Jcar), los ensayos lingsticos de Lalia, de una agudeza excepcional. Y, junto a ellos, las poesas machadianas de Del tren, y sus brillantes ensayos teatrales. Y sobre todo sus vivaces traducciones: la cuidada edicin y versin de Herclito en Razn comn; as como, aos despus, ahora en rotundos hexmetros castellanos y con su sonoro y fantasioso lxico, la Ilada homrica o La naturaleza del epicreo Lucrecio. (Hizo una edicin crtica ejemplar de ese difcil texto, como antes con Herclito). Y se contaba que se le haba perdido una laboriosa edicin de Hesodo. En fin, tradujo a sus grandes clsicos con elegancia y una profunda y sincera lealtad. Era, s, un fillogo en el pleno sentido de la palabra, editor y traductor, buen prologuista e intrprete de inteligencia afilada. Se manejaba con igual soltura frente a textos latinos y griegos, y en su aparente estilo coloquial disimulaba muchas lecturas y anlisis tcnicos. Quienes le conocieron recordarn su actitud y su figura, su criterio anarquista y su pose arrogante, su aire bohemio, su resonante voz, su audacia dialctica; pero yo quiero evocarlo ms all de los ecos periodsticos como gran latinista y humanista inolvidable, como lo prueban sus libros y los recuerdos de tantos discpulos.

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