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Madrecita linda: Todos mis carios se dispersan, y todos mis rosales se deshojan, y todas las fragancias se me alejan.

Slo me quedas t, piadosa y blanca, como nombre de amor entre mis quejas, como hilo de agua en el desierto, como rosa de luz entre la selva Eres igual a un rbol cuya fronda llena de nidos nos protege y canta. Madrecita linda: Tus lgrimas se han vuelto gemas; deja que las engarce yo en el hilo de oro de un poema y hacer as un collar para tu amor. Infancia: El delantal atado a tus caderas, tus manos espumosas de jabn jabonando mi pecho de manera que lavabas el propio corazn. Corazn de muchacho pendenciero que odiaba a cura y sacristn, y quiso hacer de ellos aves de mal agero sin maternal permiso, ganado seis azotes en el cuero. Madrecita linda! Si te quiero mucho! No me pegues ms! Muchachito lindo! Yo tambin te quiero! Djame pegar! Y el dilogo a voces: una de amenaza, otra de rogar,

terminaba siempre con beso y promesa de eterna humildad. Aroma de maz recin molido! el humo de las viandas Mesa puesta! Mi madre tiene corazn de nido y en l dorm, para soar, la siesta. Los pjaros, el agua, la leja, la ropa a componer, todo tena en su rutina gris una alegra Con el oro del sol que se pona troquelamos monedas deslumbrantes, y en platino de luna que caa montamos los diamantes de tus mejores besos, madre ma, dulce como la miel de los panales y buena como el pan de cada da. Tus manos eran hadas, nos vestan. Tu plegaria era luz: nos alumbraba. Y msica tus besos: nos dorman al calor del amor con que besaban.

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