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Y tendrs nuevos frutos, ciruelas o cerezas, o algo tan sin forma como nuestros corazones.

Tendrs un tronco duro y hojas suaves tendrs flores no s de qu colores pero todo tendr el tinte rojizo de mi sangre. Y sers el nico hombre con epitafio vivo, el polvo que no regres al polvo. Y de tu vida se contarn leyendas y de m se contarn historias, muchos dirn que fui mitologa y otros dirn que solo fue osada, porque lo que haya quedado de mis venas se enredar en lo que de ti sern races. Y de esa planta yo ser la savia y brea ser el pistilo, el polen y semilla de tus hojas ser la clorofila y en total tu flor tendr mi aroma. Y el verano me devolver el aliento y el invierno te arrancar los dedos y tu espritu se volver silencio y el silencio arrullar al olvido. Y nuestras almas dormirn en primavera y viejos nos haremos en otoo hasta que muera nuestra historia y nuestra sangre hasta que el tiempo olvide las leyendas y la gente calle las historias hasta que seque la sangre de mis venas, y no quede de ti ni el epitafio.
Poemas de Cinco pases

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