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Deja de posponer tus tareas

Dejar para más adelante las tareas difíciles, rutinarias o desagradables es algo
humano. La mayoría de las veces que aplazamos alguna tarea lo hacemos porque nos
dejamos llevar por la desidia. La desidia nos hace posponer algunas tareas hasta que son
inaplazables. Posponer tareas dificulta la administración de nuestro tiempo. Estos son
algunos de los efectos negativos de la desidia.

● "Hace que malgastemos mucho tiempo antes de abordar un trabajo


correctamente.”
● "Retrasa innecesariamente la puesta en marcha de nuevos planes.”
● "Retrasa la consecución de otros objetivos pendientes.”
● "Limita las oportunidades a futuro.”

De hecho la desidia entorpece el calendario de ejecución. Además, retrasa la realización


de las otras tareas que tienes pendientes.

Si adoptas la disciplina necesaria para abordar los trabajos que no te gustan o que te
asustan, sacarás mayor provecho de tu tiempo. Si consigues superar la desidia, te
sentirás mucho más seguro de ti mismo.
Para no aplazar las tareas, primero debes entender la causa de la desidia.

¿Cuándo y por qué te dejas llevar por la desidia? Puede ser:


● "Cuando no dispones de material o la información necesaria para realizar la
tarea.”
● "Cuando tengas demasiados compromisos a la vez.”
● "Cuando no te gusta el proyecto o la tarea.”
● "Cuando crees que la tarea es demasiado difícil para ti.”
● "Cuando simplemente no tienes ganas de hacerlo.”

Existen muchas otras razones por las que nos dejamos invadir por la desidia:
● " A lo mejor no es conveniente que realices una tarea determinada durante un
tiempo.”
● " Piensa que ya la harás más tarde, después de acabar otras cosas.”
● " Rindes más bajo presión.”
● " No recibes la orientación necesaria para hacer la tarea.”

Desidia es un término negativo. Vence el negativismo de la desidia prestando atención a


tus prioridades. La primera técnica para superar la desidia es la "técnica salami". Esta
técnica es muy útil para afrontar la tarea cuando careces de una dirección a seguir.
Consiste en segmentar la tarea o el proyecto en partes cada vez más pequeñas según la
función o el tiempo.

¿Pero hasta qué punto se puede segmentar?


● " Hasta conseguir una división que creas que puedes afrontar fácilmente.”
● " Hasta conseguir una división con la que te resulte interesante empezar.”
" Hasta que puedas concebir el resultado final.”

No dejes de segmentar hasta que consigas una división que parezca fácil de abordar por
la que resulte interesante empezar. En caso contrario, no te librarás de la desidia.

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