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Febrero 17 de 2013 - 17 Domingo de Mateo

Tropario de la Resurreccin Condaquio Las discpulas del Seor aprendieron del ngel alegre Oh Protectora de los cristianos indesairable; Mediadora, ante el anuncio de la Resurreccin, y la sentencia ancestral Creador, irrechazable:no desprecies las splicas de nosotros, rechazaron y se dirigieron con orgullo a los apstoles pecadores, sino acude a auxiliarnos, como bondadosa, a los que te diciendo: Fue aprisionada la muerte, Resucit Cristo invocamos con fe. S presta en intervenir y apresrate con la splica, Dios y concedi al mundo la gran misericordia! oh Madre de Dios, que siempre proteges a los que te honran

Primera Carta del Apstol San Pablo a Timoteo (4: 9-15)


Hijo mo, Timoteo: Cierta es la palabra y digna de toda aceptacin: que por eso sufrimos fatigas y oprobios, porque tenemos puesta la esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, principalmente de los fieles. Predica y ensea estas cosas. Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser para los creyentes modelo en la palabra, en el comportamiento, en el amor, en la fe, en la pureza. Hasta que yo llegue, dedcate a la lectura, a la exhortacin, a la enseanza. No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunic por intervencin proftica mediante la imposicin de las manos de los presbteros. Medita en estas cosas; vive entregado a ellas para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.

Evangelio segn San Mateo (15: 21-28)


En aquel tiempo, Jess se retir hacia la regin de Tiro y de Sidn. En esto, una mujer cananea, que haba salido de aquel territorio, gritaba diciendo: Ten piedad de m, Seor, Hijo de David! Mi hija est malamente endemoniada. Pero l no le respondi palabra. Sus discpulos, acercndose, le rogaban: Concdeselo, que viene gritando detrs de nosotros. Respondi l: No he sido enviado ms que a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Ella, no obstante, vino a postrarse ante l y le dijo: Seor, socrreme! l respondi: No est bien tomar el pan de los hijos y echrselo a los perritos. Ella dijo: S, Seor, pero tambin los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces Jess le respondi: Mujer, grande es tu fe: que te suceda como deseas. Y desde aquel momento qued curada su hija.

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