VICENTE CAMARGO Por Fernando Bossi El Alto Per, hoy Bolivia, fue uno de los escenarios donde la guerra

de independencia del siglo XIX mostr ms su carcter de lucha de clases.

Contando raras excepciones, la guerra anticolonialista fue liderada principalmente por jefes guerrilleros, criollos y mestizos, provenientes de los sectores populares de la sociedad de aquel momento. Uno de esos grandes lderes fue Vicente Camargo, mestizo nacido en el cantn Moromoro de Potos, en 1785. De jovencito se lo vio involucrado en los primeros pronunciamientos patriticos de 1809, como tambin auxiliando con sus contingentes de indios a las fuerzas republicanas provenientes del Ro de la Plata, que intentaban llegar hasta Lima, centro del poder espaol en Sudamrica. Derrotados todos los intentos de los patriotas rioplatenses de incursionar por la va altoperuana, Camargo reagrup sus fuerzas en la regin de Cinti, hoy departamento de Chuquisaca. El pueblo en armas, resisti durante una larga dcada las diferentes expediciones espaolas que pretendan bajar hasta Buenos Aires para someterla. Es as que en la regin del Alto Per surgirn infinidad de jefes guerrilleros que competirn entre ellos en valor, astucia, sacrificio y patriotismo. Y junto a ellos las masas populares de desposedos y oprimidos por el poder espaol y por las propias oligarquas criollas. Las tropas irregulares del teniente coronel Camargo se caracterizaron por su gran componente indgena. Prcticamente sin recursos, en inferioridad absoluta de armamentos y provisiones, sin instruccin militar, pero con un profundo amor a su tierra, los honderos y flecheros de Camargo contuvieron durante aos a las poderosas fuerzas colonialistas. Un general espaol escribi en su parte de guerra: asaltan los fusiles como si stos no los ofendiesen. Pero el ao 1816 fue calamitoso para los revolucionarios. La ofensiva colonialista fue feroz. Camargo y sus indgenas fueron derrotados en varios frentes. La matanza de guerrilleros se expandi en toda la regin. Don Vicente cae prisionero el 3 de abril de ese ao, e inmediatamente es degollado por el general espaol Centeno. Todo pareca perdido para la causa patriota. Sin embargo, la semilla de la Revolucin ya estaba sembrada. Por cada guerrillero que caa muchos ms se levantaban. El ejemplo de esos lderes y sus tropas valieron ms que mil proclamas y discursos. Hoy como ayer sigue siendo igual.