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ALGUNAS IMPRESIONES PERSONALES SOBRE LUVINA DE JUAN RULFO El cuento Luvina del escritor mexicano Juan Rulfo (1918-1986)

forma parte del libro de cuentos El llano en llamas (1953) y narra bsicamente la conversacin que un profesor rural tiene con un viajero desconocido que est rumbo a Luvina, localidad que segn parece es un pueblo fantasma, o por lo menos, as deja entenderse en la narracin. El lenguaje utilizado es de naturaleza coloquial, muy propia de los sectores populares mexicanos. Esta circunstancia es admirable, teniendo en cuenta el propsito de Rulfo que busca el asombro digamos fantstico del lector, desarrollando una composicin sencilla de las expresiones, aunque slo en apariencia, puesto que su efecto de realismo, a medida que avanza la narracin, adquiere extraordinarios resultados onricos, por decirlo de alguna manera. En este sentido, no puede dejar de reconocerse como un mrito suyo la hipntica fluidez de las descripciones del pueblo de Luvina, as como su ubicacin geogrfica en el espacio imaginario de su territorio. Muchas de estas descripciones tienen fuerza potica, claro est, dependiendo siempre del lector y su abierta predisposicin a esta creencia. Los mismos personajes del cuento, extraamente presentes por monlogos ms que dilogos y sugestivos gestos personales, marcan la regularidad de la alucinacin colectiva en la que (a esas alturas) la atencin participa cautivada: No cree usted que esto se merece otro trago? Aunque sea noms para que se me quite el mal sabor del recuerdo. Acaso Luvina existe en la sobriedad o la borrachera de los interlocutores principales? Esto no se sabe bien, puesto que la actitud silenciosa (quizs racional?) de uno como la delirante del otro acaba mezclada en la condescendiente imaginacin de cada uno de nosotros, que vanamente intenta clasificarlas, racionalizarlas; es decir, separarlas de alguna contaminacin personal. Demasiado tarde, pienso, porque, apenas comenzada la lectura del cuento, las imgenes del pueblo fantasma ya estn apoderadas de nuestra identidad, a fin de cuentas tan precaria como Luvina El hombre que miraba a los comejenes se recost sobre la mesa y se qued dormido. Antonio Alpaz Estudios Latinoamericanos CIDES-UMSA

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