TRADICIONES
HISPANO
AMERICANASPROLOGO
I
DEL COSTUMBRISMO AL TRADICIONISMO
Ex costumrismo hispanoamericane tuvo una progenie hispana y gravitd so-
bre él, en cierta medida, la imitacién de los relatos espafioles de “Fray Gerun-
dio” (Modesto Lafuente) (1806-1866), Serafin Estébanez Calderon (1799-
1867), Ramén de Mesoneto Romanos (1803-1882), Mariano José de La-
rra, (1809-1837) y también la de las Historietas nacionales de Pedro Anto-
nio de Alarcén (1833-1891), aunque trasladados a la realidad novomundista
Los temas costumbtistas se nutrieron de usos y tipos del pueblo, de criticas
de defectos y vicios observados en esa realidad, de la inmadurez politica en
gobernantes y gobernados en sociedades nuevas, recién advenidas a la inde-
pendencia.
“El movimiento costumbrista —dice Luis Leal, feliz intérprete del
mismo— es fendmeno que aparece cn todas las literaturas de
Hispanoamérica. A pesar de su carécter sparentemente realista, cl
costumbrismo ¢s uf movimiento roméntico; el costumbrisia, al
descubrir lo que su pafs o regidn tiene de original, da expresién
a lo individual. La nota pintotesca, el color local, lo peculiar de
tos ambientes, lo tipico de los personajes, son catacterfstices
romdnticas.” 1
Ahora bien, para explicar el surgimiento de a “tradicién” es forzoso
pattir del costumbrismo, difundido en Hispanoamérica desde comienzos del
xix y coincidente con la génesis de la revolucién emancipadora. Es ast cémo
en Ia segunda mitad de dicho siglo aparece un género distinto, la “tradicién”,
que mejor define aspiraciones y estructuras mentales nuevas entre Jos crea-
ILuis Leal, Historia del cuento bispanoamericano, México, Ediciones D'Andrea, 1956.
1xdores hispanoamericanos. Ese nuevo géneto cumplird, entre otras, la tarea
de sustituir al costumbrismo que después de medio siglo, habla perdido vi-
gencia por desgaste y carencia de posibilidades.
Si bien no hay cn Ja tradicién huellas de una directa o sefialada influencia
espaiiola, puede advertirse algiin impacto anglosajén: la técnica animadora del
pasado proveniente de Walter Scott o los episodios tradicionales de Washing-
ton Irving, quien desarrolla su manera carecterfstica en ambientes mozdrabes
exdticos
Como excepcién puede sefialarse Ja huella hispdnica de alguna de las
“historietas” de Pedro Antonio de Alatcén, entre las cuales la que mds se
aproxima al estilo de una “tradiciéa” es la titulada “El catbonero-alealde”
(de 1859),
La “tradicién’” que también es una expresién roméniica, constituye en
toda Hispanoamérica un enclave entre el costumbrismo y_ el cuento-ficcién,
el cual sélo aparece después de haber sefioreado aquélla. La “tradicién” es
uua modalidad de insercidn entre Ja estampa costumbrista y el cuento que
toma préspero impulso con las nuevas apertures del movimiento modernista
en Ia wiltima década del xrx.
EI proceso habria de ser diferente en otro pais del continente: el Bra-
sil, cuya conformacién nacional adopta por su lado distinta caracteristica.
La independencia la obtuvo el Brasil por etapas graduales y no violentas.
Mientras en los paises de ascendencia espatiola, siguié a la Independencia
una etapa de convulsiones politicas, de revoluciones internas cruentas y desa-
justes sociales que imprimen un sello peculiar a su evolucién nacional, en el
Brasil, colonia portuguesa— el fenémeno histérico de [a independencia
fue pacffico y lento,
En lo literario, en ef Brasil se pas6 directamente del costumbrismo al
cuento-ficcién y a la novela. No hubo Ia etapa de Las “tradiciones”, o sea el
telato breve de corte tradicional ¢ histdrico-imaginativo. Por eso el cuento-fic-
cién brasilefio es cronolégicamente anterior al hispanoamericano. Joaquia
Maria Machado de Assis (1839-1908) es considerado el iniciador con sus
Contos fluminenses (en tan temprana fecha como 1869) del cuento-ficcién
brasileiio, mientras en el resto de Hispanoamérica tal tipo de relato de fic-
clén es més tardio y sélo aparecerd a fines det siglo.
Uno de los paises que mas hondamente suftié los males de inestabilidad
politica y del efecto negativo de las tevoluciones, fue sin duda el Pertti y
aqui precisamiente habria de surgit inicialmente la “tradicién” como una for
ma literaria de evasién de las circunstancias sociales adverses creadas por {as
Juchas intestinas.
E] proceso se advierte con claridad en la propia trayectotia de Ricardo
Palma, quien intensifica su produccién literaria, dentro de la nueva forma
por d creada, coincidiendo con el desencanto personal de su intetvencién en
la actividad politica entre los altos 50 y 70.
La produccién literaria de Palma se hace més intensa en un momento
histético peruano de grave crisis politica y financiera
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