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Sigmund Freud Ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey con la colaboracién de Anna Freud, asistidos por Alix Strachey y Alan Tyson Traduccién directa del aleman de José L. Etcheverry La interpretacién de los suefios (primera parte) Indice general Volumen 4 xi xiv 17 19 21 24 25 27 29 Advertencia sobre 1a edicién en castellano Lista de abreviaturas La interpretacién de los suefios (1900 [1899]) Introducciin, James Strachey La. interpretacisn de los suefios Advertencia (a la primera edicién) Prélogo a la segunda edicién Prélogo a la tercera edicién Prélogo a la cuarta edician Prologo a la quinta edicién Prélogo a la sexta edicién Prélogo a la octava edicién. Prologo a la tercera edicin inglesa (revisada) I, La bibliografia cientifiea sobre los problemas del sueho II, El método de Ia interpretacién de los s1 1eTKc Analisis de un suefo paradigmatico I. El suefio es un cumplimiento de deseo IV. La desfiguracién onirica V. El material y las fuentes del sueno A. Lo reciente y lo indiferente en el sueiio 204 8B. Lo infantil como fuente de los suenos 61 233 OC. Las fuentes somaticas del suefo 617 252 OD. Suejfios tipicos ; (a) El sueiio de turbacién por desnudez, 253 669 Apér (§) Los suefos de la muerte de personas queridas, Ht 258 IG) Otros suefios tipicos), 279 = 5 [6] El suefio de examen, 281 671 Bibhiografias ¢ res : A. Indice de autores y lista de trabajos que se men- 285 VI. El trabajo del sueio cior a en el tex aa : ' . . B. Lista de otras obras sobre suenos publicadas an- 287 A. El trabajo de condensacién Few ‘one oa : 311 B. El trabajo de desplazamiento {descentramiento} 316 C. Los medios de figuracién del sueno 707 Indice de suefios 713 Indice de simbolos 715 Indice alfabético Volumen 5 $45 D. El miramiento por la figurabilidad 356 E. La figuracién por simbolos en el suefio. Otros ‘Suenos tipicos E. Ejemplos. Cuentas y dichos en el suefio Suenos absurdos, Las operaciones intelectuales el suefio Advertencia sobre la edicién en castellano E mun ent esta ¢ los criteri sién y se fr slo hare das, del conte tivos a su aparato critico La prir Gesammelte Si r sron los ae iC 1,” publicados adn env tor; luego de su muerte, o rida en 19: fe oy da en lt y durante pso de doce anos, aparecieron las Gesamme i Werke,* e én ordenada, no con un criterio tematico, como la anterior, sino cronolégico. En 948 1 “ate it: Alicia : ee — de Psicoandlisis de Londres encargé a James a oss ey la preparacién de lo que se denominaria The Stand- ar dition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, cuyos primeros 23 volimenes vieron la luz entre 1953 y 1966, y el 24° (indices y bibliografia general, amén de una fe de erratas), en 1974.9 La Standard Edition, ordenada también, en lineas generales, cronolégicamente, incluyé, ademas de los textos de Freud, el si- guiente material; 1) Comentarios de Strachey previos a cada escrito (titulados a veces «Note», otras «Introduction»). 2) Notas 1 Viena: Internationaler Psychoanalytischer Verlag, 12 vols., 1924-34 La edicién castellana traducida por Luis Lépez-Ballesteros (Madrid: Bi- blioteca Nueva, 17 vols., 1922-34) fue, como puede verse, contempo- ranea de aquella, y fue también la primera recopilacién en un idioma extranjero; se anticipé asi a la primera coleccién inglesa, que termin6 de publicarse en 1950 (Collected Papers, Londres: The Hogarth Press, 5 vols., 1924-50). 2 Londres: Imago Publishing Co., 17 vols., 1940-52, el vol. 18 (indi- ces y bibliografia general) se publicé en Francfort del Meno: 8. Fischer Verlag, 1968. 3 Londres: The Hogarth Press, 24 vols., 1953-74. Para otros detalles sobre el plan de la Standard Edition, los manuscritos utilizados por Strachey y los criterios aplicados en su traduccién, vease su Preface», vol. 1, pags. xilinodi (traducido, en lo que no se refiere especi- ficamente a la lengua inglesa, en la presente edicién como «Prélogo generals, vol. 1, pags- xV-xxv). numeradas de pie de pagina que figuran ent diferenciarlas de las de Freud; en ellas se 5 tie e Ins diversas ediciones alemanas de un flese ‘it ciertas referencias geograficas, histdéric a ea consignan problemas de la traduccidén af ir gran numero de remisiones internas a Bites bra Intercalaciones entre corchetes en el cuerp cit que corresponden también a remisiones ir apostillas que Strachey estimé indispensables Ss comprensién. 4) Bibliografia general, al final ee goa de todos los libros, articulos, ete., en él mene mathe alfabético de autores y temas, a los que se |¢ ; > casos algunos indices especiales (p. ej., «Indice ee de operaciones fallidas», etc.) rigor y exhaustividad con 3 5 rig asta que Strachey enc; Pee nt, auna edicién critica de la obra de Fre: ee oa ene dieron a la Standard E, tit Reare Edition = oe ella una obra de consulta indi Ee . : z spe : pl en e edicién castellana, traducida direc ok : leman,* ha sido cotejada con la S) ae mismos trabajos y su division ¢ e ae Sen barca los 8 an voliimenes se corr ma la de esta. Con la sola excepcién de al wai Sanat c pe de algunas nota: = veoh peg - inglés, irrelevantes en este caso, se ha ri aterial critico de Strachey, el cual como pha Cspeosce siempre entre corchetes,® gees. lemés, esta edicié ir : mune 7 ion castellana incluye: 1) Notas de pj pagin: ves, identificadas con un asterisco ; aoe po principal, y referidas las mas de las rite vos dod , veces a problemas pro- venient traducc eS . 2) Intercalaciones atte la. gs auerpo = iadienune care ane reproducir la palabra o — rigin: a ara explicitar ciertas vari as ariantes : yep - ee ee enines se dan en nominativo singular, o tratan en infinitiv 7 i aleman-castellano» de los princi 1 ee ieerio uae en pa les términos especializa- anexo ionado opusculo Sobre la versicn trabajo de Freud, se consignan en la Standard Edition sus sucesivas edici a ; ediciones en aleman y en inglés; por nues- sobre proble como base i A reimnaresicn de las Gesammelte eer ig en 1972; para las dudas sobre 4 » Freud, Studienausgabe (Franc- Varlog, 11 vols., 1969-75), en cuyo comité ‘te a (traducidos al equivalencias, pagi - ‘s pagina por pa Edition y la presente las voce preferencia yolumenes q orden nut el contenido amplia elaboracion p siones de indole cone materiz arcaism Andlogar id jeto de una ar determinadas deci. 6 A este fin entendemos por «principales» la primera traduccién (cronolégicamente hablando) de cada trabajo y sus publicaciones su- cesivas dentro de una coleccion de obras completas. La historia de es- tas publicaciones se pormenoriza en Sobre la version castellana, don- de se indican también las dificultades de establecer con certeza quién fue el traductor de algunos de los trabajos incluidos en las ediciones de Biblioteca Nueva de 1967-68 (3 vols.) y 1972-75 (9 vols.). En las notas de pie de pagina y en la bibliografia que aparece al final del volumen, los titulos en castellano de los trabajos de Freud son los adoptados en la presente edicién. En muchos casos, estos titu- los no coinciden con los de las versiones castellanas anteriores. 7 Fl orden de publicacién de los voliimenes de la Standard Edition figura en AE, 1, pag- xxi, n. 7. Para esta version castellana, el orden ha sido el siguiente: 1978: vols. 7, 15, 16; 1979: vols. 4, 6, 8,9, 11, 14, 17, 18, 19, 20, 21, 22: 1980: vols. 2, 6, 10, 12, 13, 23; 1981: vols. 1, 3; 1985: vol. 24. Lista de abreviaturas (Para otros detalles sobre abreviaturas y caracteres tipo ficos, véase la aclaracion incluida en la bibliografia, infra 5, pag. 671.) AE Freud, Obras completas (24 vols.). Buenos Aire Amorrortu editores, 1978-1985. BN Freud, Obras completas. Madrid: Biblioteca Nueva, EA Freud, Obras completas (19 vols.). Buenos Aires Editorial Americana, 1943-44. Freud, Gesammelte Schriften (12 vols.). Viena: In ternationaler Psychoanalytischer Verlag, 1924-34. GW Freud, Gesammelte Werke (18 vols.). Volumenes 1-17, Londres: Imago Publishing Co., 1940-52; volumen 18, Francfort del Meno: 8. Fischer Verlag, 1968. Revista de Psicoandlisis. Buenos Aires: Asociacién Psicoanalitica Argentina, 1943. Freud, Studienausgabe (11 vols.). Francfort del Meno: S. Fischer Verlag, 1969-75. Freud, The Standard Edition of the Complete Psy- _ chological Works (24 vols.). Londres: The Hogarth __ Press, 1953-74. Freud, Obras completas (22 vols.). Buenos Aires: mr Freud, Kleine Schriften zur Sexualtheorie e und zur Traumlehre. Viena, 1931. a er 'e & x ‘para todas las ediciones publicadas por is entre si por la cantidad de volii- vols.; edicién de 1948, 2 vols.; edicién 1972-75, 9 vols. —_— La interpretacion de los suefios (1900 [1899)) Flectere si nequeo supero a _ Introduccion Die Trauma utu Ediciones 1900 Leipzig y Vier 1909 2*ed. Lam aumentada ew Pee 11 3 ed. La mism: aument 4c 1914 4° ed. aumenta 1919 Sed. Lan aumentada.) 1921 6° ed. La misma editorial, vii + 478 pag PagS. ATA 7 . 474 pags. (¢ orregida ¥ = teim presion de la 5° ed., con excepcién de un nv < = logo ¥ de correcciones en la bibliogr ne ) ea 1922 7° ed. La misma editorial, vii + 478 pags. (Re presion de la 6" ed.) aera 1925 GS, 2,543 pags aumentada.) 1930 8" ed. Leipzig y Viena: Franz Deuticke, pags. (Corregida y aumentada.) 4942 GW, 2-3, xv + 642 pags. (Reimpresién de la 8° ed.) 1972 SA, 2, 693 pags. , y 3, pags. 1-185. (Corregida y x + 435 «Preface to the Third (Revised) English Edition» (1931 Fecha de redaccién.) 1932 Londres: George Allen & Unwin; Nueva York: The Macmillan Co. * {A partir de la edicién de 1925 (GS), fueron incorporados total o parcialmente al texto tres trabajos de Freud que habian sido pu- blicados originariamente por se , ellos son: «Un ejemplo tipico ae de suefio edipico disfrazador (19100), «Agregados a la interpretacién : de los suefios= (19114) ¥ «Figuracion del “gran Jogro” en el suetior (1914e).) Traducciones en castellano* de los suerios. BN (17 vols.) Traduccién de Luis 1923 La interpretacion pags., ¥ 7, 417 pags. Ballesteros. 1943 Igual titulo. EA, 6, 364 piags., y 7, 419 pigs. Tr daccion de Luis Lopez-Ballesteros. Incluy« * mente 1911la (el mismo traductor), 7, pags 127-8; 1914e (el mismo traductor), 7, pag agrega 1910/ (traduccién de Ludovico Rosenthal), 19 (1944), pag. 271. Otros agregados o no de eat é steriores a la primera edicién alemana se inclu i en 19, pags. 243-79. ee 1948 Igual titulo. BN (2 vols.), 1, pags. 233-588. Traduccidr de Luis Lépez-Ballesteros. Incluye Bi dimente 191la y 1914¢ (el mismo traductor), 1, pags 439-41 ; 463, y 465, respectivamente. 5 1953 Igual titulo. SR, 6, 278 pags., y 7, 316 pags. Tra- duccién de Luis Lépez-Ballesteros. Incluye marcial: mente 191la (el mismo traductor), 7, pags. 55-9 y 95-6. Se agregan 1910/ y 1914e (traduccién de Lu- dovico Rosenthal), 19 (1955), pags. 238-9 y 135-6 respectivamente. Otros agregados o notas de Freud riores a la primera edicién alemana se incluyen en 19, pags. 217-46. ' 1967 Igual titulo. BN (3 vols.), 1, pags. 23 1-684. Traduccién de Luis Lépez-Ballesteros. Incluye parcialmente 1911a (el mismo traductor), 1, pag. 146. Se agregan 19101 y 1914e, 3 (1968), pags. 161 y 94-5, respectivamen- te. Otros agregados 0 notas de Freud posteriores a la primera edicién alemana se incluyen en 3, pags. : Se 144-67. 1972 Igual titulo. BN (9 vols.), 2, pags. 343-720. Traduccién de Luis Lépez-Ballesteros. Incluye 1911a, pags. 564-8 _-y 594-5; 19101, pag. 589n. Se agrega 1914e, 5 (1972), pag. 1734. Otros agregados o notas de Freud pos- teriores ala primera edicién alemana se incluyen en 2 como notas de pie de pagina. ara la tercera edicién inglesa de La inter- in de los suefios». SR, 20, pags. 195-6. Tra- Rosenthal. vols.), 3, pags. 321-2. p (9 vols.), 2, pag. 348. <_ en castellano», supra, pag. Nota bibliografico-histérica En realidad, Die Th en 1899. Freu gundo esc pag. 903: fin mi libr que apareciese « una informacio dencia con Wilhe de noviembre Le finalmente aparecto ¢ parece que hab aproximadam« n enviado a Fliess cor La interpretacion —el otro es Tr Freud fue «act ual a medida que s¢ iban reeditando. En el caso 4 as 38 g | caso de la presente obra, despues de la tercera edicién los cambios nc ; identificados como tales; esto produjo ea eae = ace jector de las ediciones siguientes, ya que a nu ee eee ’ : 1ev0 material suponia a veces el conocimiento de modificaciones en los puntos de vista de Freud muy posteriores al sechanla eane spe libro se escribié por primera vez. Intentando eee sae dificultad, los editores de la primera Som milacion de lenclnes de Freud (los Gesammelte Schriften) reimprimieron en un yolumen la primera edicién de La interpretacién de los sue- fios en su forma original e incluyeron en un segundo volu- men todo el material agregado con posterioridad. Por des- gracia, sin embargo, la tarea no se llevé a cabo muy siste- maticamente, porque no se indicaron las fechas de los diver- sos agregados, sacrificandose asi buena parte de las ventajas del plan. En las ediciones subsiguientes se yolvid al primi- tivo volumen tnico, sin diferenciaciones. Los agregados referentes al simbolismo en los suenios son mucho mas abundantes que los referentes a cualquier otro tema. En su «Contribucién a la historia del movimiento psi- coanalitico» (1914d), AE, 14, pags. 18-9, Y al comienzo de Ja seccién E del capitulo VI de la presente obra (ef. 5, pag- 956*), Freud explica que tardé en comprender plenamente * (Se entiende que las remisiones internas de Jos volumenes 4 y 5 inas de la presente edicién. Como aclaramos ‘a sobre la edicién en tellano» (supra, Pag: xii, 1. ; 24 se dard la equivalencia con la paginacion de las Gesammelte Werke y la Standard Edition.| Ja importancia @ xamen ¢ cidn, el e 1 un solo st nas ¥ 4 ‘ simbolismo sexual miento por la figurabi 4). En la segunda edic seccién, pero en cambio se i el simbolismo sexual al fina cos») del capitulo V. considerable en la tercera ¢ capitulo V] se mantuvo sin I se hacia necesaria una rcor (1914) se incluyé en el car mente nueva sobre simbolismo, a la « material acerca del tema que se habia ene tulo V, junto con una cantidad de mater ts aa to hasta entonces. En las ediciones ulterior dujeron m4s cambios en la estructura del li agregé mucho mas material. Después de la version e hhimenes (1925) —es decir, en la octava edic se reinsertaron algunos pasajes de la seccién D picos») del capitulo V, que anteriormente habian sido des- echados. En Ia cuarta, quinta, sexta y séptima ediciones (o sea, de 1914 a 1922) se incluyeron, al final del capitulo VI, dos ensayos de Otto Rank que luego fueron omitidos: «Suefio y creacién literaria» (1914c) y «Sueno y mito» (1914¢). i Resta considerar las bibliografias. La primera edicién con- tenfa una lista de unos ochenta libros, en su gran mayoria citados por Freud en el texto. Tal némina se mantuvo sin al- teraciones en las ediciones segunda y tercera, pero en esta tiltima se agregé una nueva lista, de unos cuarenta libros es- critos después de 1900. De alli en adelante, ambas comen- zaron a crecer rapidamente, hasta que en la octava edicion la primera lista contenia unas 260 obras y la segunda mas de 200. A esta altura, sélo una minima parte de los titulos incluidos en la primera lista (de obras anteriores a 1900) -orre n a libros realmente mencionados por Freud en tras que la segunda lista (de obras posteriores a 1 verdaderamente —como se infiere de los de Freud en diversos prélogos— mante- Suefios ti- autor. sas sobre el tema —que, asta 1882—, la primera evi- ; de Freud por los suefios aparece en una larga not en el primero de sus historiales cli- os (el de la sefora Emmy von N., registro correspon- diente al 15 de mayo), ineluido en los Estudios sobre la his- teria de Breuer y Freud (1895), AE, 2, pags. 89-90. Al exa- minar el hecho de que los pacientes neurdticos parecen S0- metidos a la necesidad de vincular entre si cualesquiera Te- presentaciones que por azar se les pasen de manera simulta- dice: «No hace mucho, por observaciones podido convencerme del poder que posee ociar, Durante varias semanas debi trocar mi lecho habitual por uno més duro, en el cual es probable que sofara mas 0 con mayor vivacidad, 7 era solo que no podia alcanzar la profundidad no en mi dormir. En el primer cuarto de hora tras ae sabia de todos los suetios de la noche, y me a oe de ponerlos por escrito y ensayar 5U solucién. > conducir todos esos suefos a dos factores: 1) al constreii- dencia impre nic nea por la mente, en otro ambito, he esa compulsion a as miento de finiquitar aquellas represe durante el dia me habia demorad¢ bian sido rozadas y no tramit con otras las cosas presents sélo ha a enlazar una ado de conciencia Lo carente de sentid reconducia al libre imps sion mo est dictorio de los suenos sé segundo factor» Desgraciadamente, este pasaje no puede ser f Maareen exactitud. El prélogo al volumen fue ¢ , 1895. Una del 22 de junio de 1894 (Carta 19) ; hd dicar que los historiales ya estaban terminados | tonces, y lo estaban, el 4dk 1895. La carta que escribié Freud en ¢ fecha 2sante, ya que incluye la prir casi con certezé es particularmente inte la teoria del cumplimiento de deseo insinuacién de Freud cita la anécdota del «sueno de comodidad» diante de medicina (cf. infra, pags. 144-5) Sin emba cién el 24 de julio de 1895 el andlisis de un suejo 7 —e] de la inyeccién de Irma, sueno paradigmatico tratado en el capitulo II— llevé a Freud definitivamente a adoptar esa teoria. (Cf. la Carta 137, del 12 de junio de 1900.) En setiembre de ese mismo afio (1895) Freud escribié la pri- mera parte de su «Proyecto de psicologia» (publicado como apéndice ala correspondencia con Fliess, en 19502), de cuyas secciones 19, 20 y 21 puede decirse que constituyen la primera aproximacién a una teoria coherente de los suefios (AE, 1, pags. 381-9). Alli se incluyen ya muchos elemen- tos importantes que reaparecen en la presente obra, tales como: 1) el caracter de cumplimiento de deseo de los sue- fios; 2) su caracter alucinatorio; 3) el funcionamiento regre- diente de la psique en las alucinaciones y en los suenos (lo cual ya habia sido sefalado por Breuer en su contribucién teérica a los Estudios sobre la histeria), 4) el hecho de que el estado del dormir implica una pardlisis motriz; 5) la naturaleza del mecanismo de desplazamiento en los suefios, y 6) la similitud entre los mecanismos de los suenos y de jos sintomas neuréticos. Por encima de todo esto, sin em- bargo, el «Proyecto» ofrece una clara indicacién de lo que sea el mas importante entre todos los descu- brimientos obsequiados al mundo en La interpretacion de suefios: la distincién entre los dos modos diferentes del funcionamiento psiquico, el proceso primario y el proceso secundario. de agotar la importancia del «Pro- a Fliess vinculadas con aquel, escritas a ‘No es exagerado decir que gran parte del s de Freud es lima frase de «Las a} def nsa» (18940), AE, 3, pag. 61, donde que «en las fun 1e8 psiquicas cabe monto de afecto, suma de excitacién) que s propiedades de una cantidad —aunque no soseamos medio alguno para medirla—; algo que es sus- ceptible de aumento, disminucion, desplazamiento y descar- funde por las huellas mnémicas de las representa- jo haria una carga |Ladung) eléctrica por la yg cuerpos». La parquedad de los escritos pos- teriores de Freud en cuanto a la explicacion de estas nocto- nes basicas supiere que él daba por sentado que esas n0- es eran tan consabidas para sus lectores como para él mismo; y tene mos una deuda de gratitud con la publicacion postuma de la correspondencia con Fliess, pues ella arroja mucha luz precisamente sobre estas oscuridades. Por supuesto, es imposible abordar aqui un examen de- tallado del tema, el lector tendra que recurmir a ese volumen (Freud, 1950a) y 3 la esclarecedora introduccion de\ doctor s posible indicar en forma bastante ga, y s€ dar ciones como superficie de kc cion Kris.2 Sin embargo, © il simple lo basico de la cuestién. La esencia del «Proyecto» de mt dos teorias de diferente en la idea de combinar unitario. La primera de esas teorias deri- altima 1 : Ja fisiolégica de Helm- vaba, en ultima insti ue etn holtz; el fisidlogo Briicke, profesor de Freud, _ * mr b reemninente de esa escuela. Segin esta teoria, 1a ne aes sicologia— estaria Eo icologia —Y por consiguiente la psicol t a aan por ek puramente fisicoquimicas; por ejemplo la Freud reside origen en un todo « stancia», frecuentemente mencio ce por Breuer, ¥ asi descrita en 1892 pe ee rrador publicado péstumamente: Breuer y f , i articulo de 4 bién es Muy interesante el 2 Ein relacién con oot. Barliest Theories (1044) Siegfried Bernfeld « L, pig. 190 El sistema nervioso se afar constante dentro de sus constelaciones func se podria denominar la “suma de excita parte de la contribucién teérica de la escuela de He Imholtz) a los E fue una detallada construccién que gunda teoria principal convocada por Freud « fue la doctrina anatémica de la neurona, qu Penis década del ochenta comenzo a ser act neurona» r¢ anatomistas. (El término por Waldeyer en 1891.) Esta doctrinz i unidad funcional del sistema nervioso cent il era una célula distinta, que ja de continuidad anat Jas células adyacentes, Las primeras frases del muestran claramente que se basaba en una combinacién di estas dos teorias. Su propésito, escribe Freud, es «figurar a los procesos psiquicos como es idos cuantitativamente minados de particulas materiales especificables». Lueg tulaba que esas «particulas materiales» eran las neuronas, y que su estado de actividad se distinguia de su estado de repo so por una «cantidad», que estaba «sujeta a las leyes gene- rales del movimiento». Asi, una neurona podia estar «vacia» o «llena de una cierta cantidad», es decir, «investida». sexcitacién nerviosa» debia entenderse como una «canti- dad» que fluia a través de un sistema de neuronas, y esa co- rriente podia ser resistida o facilitada seguin el estado de las «barreras de contacto» entre las neuronas. (E] término «sinapsis» fue introducido después, en 1897, por Foster y Sherrington.) El funcionamiento del sistema nervioso en su conjunto estaba sujeto a un principio general de «inercia», segun el cual las neuronas siempre tienden a deshacerse de cualquier «cantidad» con la que puedan estar llenas —un principio correlativo con el de «constancia»—. Utilizando como «ladrillos» estos conceptos y otros similares, Freud construyé un modelo sumamente complicado y extraordina- riamente ingenioso, donde la psique aparece como un apa- rato neurolégico. En el esquema de Freud desempefaba un papel primor- dial la divisién hipotética de las neuronas en tres clases de ce i diferenciados segtin sus modos de funcionamiento. : eros se vinculaban respectivamente con los es- -y con las excitaciones internas. Ambos ope- ) pos fenémenos del sofiar y las dificultades omenzaron a lentes a la redaccién 10 CONtinNUAMeE interés se de te sus del npo, peorias. * : 11 gra- dualme le los problemas neurologicos y teoricos a los psicolos aa y en un momento dado abandoné to- do el esque ma. 1 cuan 1o algunos amos mas tarde len el capitulo ' Ii de este libro) retom6 una vez mas el problema tedrico, la base neurofisiolégica habia sido manifiestamente dejada de lado (aunque por cierto Freud nunca abandoné su creencia de que, en ultima instancia, se \legaria a una funda- mentacion fisica de la psicologia). Con todo, buena parte de ) la pauta general del esquema primitivo, y muchos de sus ntos, fueron trasladados al nuevo esquema, y por eso el «Proyecto» es importante para los lectores de La inter- pretacion de los suefios. Los sistemas de neuronas fueron remplazados por sistemas 0 instancias psiquicos, una hipo- téetica «anvestidura» de energia psiquica ocupo el lugar de la oa «eantidad» fisica;|el principio de inercia devino la base del \ “SS principio de placer (o, coma lo denominé Freud aqui, de displacer)y Ademas, algunas de las detalladas pacers : de procesos psiquicos que se ofrecen en el a e- | 2 ben mucho a sus antecedentes fisiologicos, y pueden : prenderse con mayor facilidad si se los relaciona con é! _ \ Esto vale, por ejemplo, para la deseripcion de Sees estar | blecen las huellas mnémicas en los «sistemas Mn ae ~ ara el examen de la naturaleza de los deseos y de fiferentes modos de satisfacerlos, y para el énfasis puesto en ag bales de, el papel que cumplen los procesos verbales {es adaptacién a las exigencias de Ja realidad. eleme ficientemente la afirmacién de Freud s tA interpretacién de los suefios He neial, a comienzos de 1896. = | en condiciones de afadir algunas s@ Todo esto justifi en el sentido de que terminada, en lo ese bargo, ahora estamos 1 vedades;As{, por ejemplo, la e Edipo fue de 1897 una cont establecida recién du 1s 64 a 71); y aunque ¢ bucién directa a la teoria ise el acen mucho para que se co n de los deseos inconci s que estan en el = suenos. De mas obyia importancia teorica fu : miento de la omnipresencia, en lo: leseo . : eguiarmente Este parece haber ibra, reud recién el 9 mir, anunciado por (Carta 108). Y la primera insinuacion sobre el prox la «elaboracién secundaria» parece la incluic ; ite por del 7 de julio de 1897 (Carta 66). La similit ortante suefo bends’ entre suefios y sintomas neuréticos ya habia si er Ee » (cf. la cita a ticas mas severas segun vimos, en el «Proyecto» de 189 a ella st Pai jel autor mismo, y fueron dirigidas sobre todo con- de manera intermitente hasta el otomo de 1897. ( tra el e ylal literaria. «Creo», escribié el 21 de mente, sin embargo, luego parece haber caido en « eetiembre de 1899 \Uarta 119), cuando el libro estaba ter- do, porque el 3 de enero de 1899 (Carta 101) se la anuncia minado, «quem eutocritica no ere del todo injustificada, En como un nuevo descubrimiento, y como una explicacién del algun luger de mi ser se escondia una sensibilidad hacia la motivo por el cual el libro habia quedado inconcluso du- forma, una valoracion de la belleza como una suerte de rante tanto tiempo. per ccion, y las frases de mi libro sobre los suefos, retorci- 3 giros indirectos y que miran de soslayo a das, ufanas de sus n ientos, han inferido grave afrenta a un ideal Dificilmente me equivoque, entonces, 51 con- formal como signo de un deficiente dominio ss nos permite seguir con cier- La correspondencia con Fi to detalle el verdadero proceso de composicion. La idea de los pensam escribir el libro es mencionada por primera vez en mayo de dentro de mi 1897, pero rapidamente Freud la deja de lado, probablemen- cibo esa falla Soe época su interés comenzaba a centrarse en del materiel de estas autocriticas y de la depresién que su autoanalisis —el cual lo habria de llevar, durante el ve- rero4 P~ + at i i A ; i di 7 seniid a la casi total indiferencia con que fue recibido el li- rano, a descubrir el complejo de Edipo—, A fin de aio pee. io exterior —en los primeros seis afios des- el libro fue retomado una vez mas, y aparentemente en los bro Por et a yeacién sélo se vendieron 351 ejemplares— primeros meses de 1898 se completé un primer borrador pués de su publiens Se : cs interpretacidn ae low-gtatios de toda la obra, con excepcidn del primer capitulo.’ La ta- Freud siempre a opxteates «Un insight como este», di- rea se interrumpié en junio de ese ano y no fue reanudada como su Re ea cael adie inglesa, «no nos cabe después de las vacaciones estivales. E] 23 de octubre de 1898 ce en su prologo & ae vez en la vida» (infra, pag, 27). (Carta 99) Freud escribe que el libro «descansa inmodifi- en suerte sino una sole cado; me falta el motivo que me llevara a dejarlo listo para _ publicacién, y las lagunas en la psicologia [o sea el capi- 0 VII], asi como las otras en que se atascé el ejemplo t cion*™ analizado hasta el fondo, constituyen, para terminarlo, unos La presente trade impedimentos que atin no he superado». Hubo una pausa sente traduccion se de muchos meses, hasta que subitamente —y segtin escribe La e980) a ultima publicada en vida el propio Freud, «por ninguna razén en especial»— el li- mana (1° ipo, difiere de las anteriores en bro volvié a ponerse en movimiento, a fines de mayo de mismo tiempo, ee 1899. De ahi en mds avanzé con rapidez. El] primer capi- * (Si bien las consideraciones $v es poraue tienen validez tam- duccién inglesa, las nat ente version castellana. aso de SA,% a en la octava edicion ale- = del autor.** Al un importante 4A esto debe aludir Freud en un pasaje de la presente obra (cf. 5, bién para la pres Me : ig, 475), donde sefiala que habia postewsace par woh de un afio la Sea 1a Pm eastellana fue tomada en este AS 1. ae 19901) resién del manuscrito ya terminado. En realidad, le faltaba toda- tavista OW, 2-3; ambas ediciones reproducen, — a fo iPad prime oxpitalo. 13 aspecto, porque toma en cus las diversas ediciones quier modifica con fechas, ct el libro despv gun materiz teriores, el pasaje supr imido o la ver una nota al pie. La unica excepcion es qué los dos apéndices al capitulo VI escrit sibilidad de incluirlos fue detenid: tandose al fin por la negativa. Los « no guardan relacién directa con el lit ocupado unas cincuenta paginas, y n esclarecimiento especial a los lecte de su primer fue descartado o muy porque versan fundamentalmente sobre la literatura y la mj tologia alemanas. Las bibliografias fueron totalmente reordenadas. La pr - 1 pri mera de ellas contiene una lista de todos los trabajos men. cionados en el texto o en las notas al pie; esta dispuesta, ademas, de modo que sirva como indice de autores," Lg segunda bibliografia contiene todas las obras que en las edi- ciones alemanas figuran en la lista de trabajos anteriores a 1900, a pesar de que en realidad no son citados por Freud; se decidié que valia la pena incluirlas, porque no hay otra bibliografia de obras sobre el tema anteriores a 1900 que sea comparable a esta en exhaustividad y facilmente acce- sible. Los escritos posteriores a 1900 han sido descartados —excepto los que aparecen citados en el texto y que por consiguiente se han incluido en la primera bibliografia—. Sin embargo, debe formularse una advertencia respecto de mis dos listas, La investigacién ha descubierto una alta pro- porcién de errores en las bibliografias de las ediciones ale- manas. Estos errores se corrigieron siempre que fue posible; pero una buena cantidad de los textos no pudieron locali- zarse en Londres, y estos (senalados con un asterisco) de- ben considerarse con reservas. Los agregados editoriales se han impreso entre corche- tes.** Sin duda, a muchos lectores les irritara la cantidad de referencias y otras notas explicativas. Las referencias, sin ‘embargo, remiten casi siempre a los propios escritos de Freud, : ardn muy pocas a otros autores (exceptuadas, mat c Ad 31D A», al final del volumen 5, pags. 672-99. La que se es In «Bibliografia Be, en ibid., pags. 699- peice, tal s referencias haran mas facil intrincada na lectura TAZAarse para on misma. Por supuesto Taree gran atencién a las rsion traducida impre t en el one al do que la rbal, deter- brevendra; palabré pats jector « jura, puede dar por sen minad Monde hays 8 diferentes versiones de ‘an mismo sueiio 1ede tener la certeza de que parejas inco- ys hay en el original.* Estas dificultades verbales herenclé + minan en los casos bastante frecuentes, en que wna inter- tacion depende enteramente de un juego de palabras Hay tres métodos optativos para encarar tales situaciones. El traductor puede omitir por completo el suefio; o puede remplazarlo por otro sueno andlogo, ya sea derivado de su propia experiencia 0 fabricado ad hoe. Estos dos métodos han sido adoptados como recurso principal en las anteriores traduce jones del libro. Pero cabe oponerles serias objeciones. Una vez mas, debemos recordar que nos estamos ocupando de un clasico de Ja ciencia. Queremos enterarnos de los ejem- jos elegidos por Freud —no por algtin otro—. Por lo tanto, este traductor ha adoptado la pedante y nee ae alternativa: mantener el juego de palabras original en ale- man, y explicarlo laboriosamente entre ee en A nota al pie, Todo el encanto que podria provocar ¢ ce palabras se evapora por completo durante ese proceso. , desgraciadamente, este es un sacrificio necesario. cult pre 1 (entre aora R. S. Partridge y el doctor C. F. Rycroft Sea nan arse generosamente en la ardua _ de leer las pruebas de imprenta. La sefiora sairey también re 3 ce cargo, en gran parte, la confeccién de t indices. ; * wision de las bibliografias fue realizada en io fundamental por el sefior G. Talland. a * {La mism a ebuervacién vale en el caso de Ia presente version] a Por ultimo, debo agradecer constante aliento y conse) biografia de Freud ilumina € de esta obra. detalles. tanto en su conjunto James Strachey =-—_— } +an « ¢ £ 7 1:“M Advertencia (a la primera edicién) sesivas y las delira’ s pra mar para Si tante, tanto mayor €5 su Valor rtancia pré tedrico como paradigma 1 no sepa explicarse el origen se esforzara er _ las ideas obsesivas de las imagenes prender las fobias \legado el caso, por ejercer terapéutica onirl 1 vano por com- y las delirantes, y aun, sobre ellas una influencia Pero esos mismos nexos a que nuestro tema debe su im- portancia han de considerarse también responsables de las lagunas del presente trabajo. Las numerosas fracturas que se encontraran en la exposicion corresponden a otros tantos lugares de contacto en que el problema de \a formacién de los suefios se injerta dentro de problemas mas vastos de la psicopatologia No pudimos tratarlos aqui, ¥ tendremos que consagrarles elaboraciones futuras cuando dispongamos del tiempo y de las fuerzas necesarias ¥ cuando se reuna nuevo material. Las peculiaridades del material que utilicé para elucidar 1 [{Corresponde al epigrafe de pag. 1.) En una carta a Werner Achelis del 30 de enero de 1927, Freud escribié: .Por ultimo, una pa- Jabra sobre la traduccion del epigrafe de La interpretacion de los sue- fios, e incluso sobre la interpretacion de ese epigrale- Usted traduce “Acheronta movebo” como “mover jas ciudadelas de la Tierra”. Pero lo que significa e5 “remover el mundo subterraneo” He tomado la cita. de Lassalle, en cuyo caso probablemente tenia un significado perso nal y se yinculaba con clasificaciones sociales —no psicolégicas—. En mi caso, pretendi meramente destacar con él lo mas importante de la dinamica del suefio. El deseo rechazado por Jas instancias mentales superiores (el deseo onirico reprimido) remueve al mundo mental subterraneo (el inconciente) para ger ido. {Qué puede usted en- contrar de *prometeico” en esto?» (Freud, 1960a). (Véase también in- fra, 5, pag. 5970] 17 la interpretacion de los suet publicacion Ya la lectura les resultaron 1 por las cue los suenos I t recogerse de perso que optar entre mis pre rant tratamiento psicc estos ultimos a causa dé su caso experimentan los | eres neurotico: sién de car imponia, sin propos suenos me midades de mi vida psiquica a las g ao podria exigirse a mayor de lo que me g que no es un literato, sino un investigaaor de Era algo penoso, pero inev itable; no tener que renunciar absolutame nite bas de mis resultados psicologicos. Desde lue resistir el impulso de disimular muc has oat ione debi avenirm¢ a presentar | 3 mismas) y cO- je conciencia, NO tiendo y remplazando ciertas cosas, siempre qué lo | sulté gré ante DCL ; * es poate ee. pe rjudicado el valor d 1s ejemplos d 4 e servia. § > cabe for : ; gees est fa. Slo me cabe formular la esperanza de que el raron manifiestamente, en que este es cabo que per- mitira de‘ quiere para lz evitable £ q para la inevita jhe y radical s doctrinas psicolagicas. {sa ac- reformulac a no hacia esperar ido, bajo la con- ie esforzados isis como ca cientific pasase inadvert equeho grupo ¢ lector de este trabajo, comprendiendo mi dificil situaci se sstre 1 . 2 situacion, = es vi indulgent« , y, ademas, que todas las personas qu se Ved aca & , 5 as e ‘ la critic eS: aludidas de algun modo por los suefos que yo co titud de la critica biblio se avenge ac y _ . he x . otra cosa 81 21 ro engan 2 concederme la libertad de pensamiento : : - que “ libre , dena del silencio, ampoce & Pp seguidores que bajo m1 al menos en mi vida oniri a onirica. guia adoptaron el psicoanal terapia médica y, al igual que yo, utilizan la interpretacion de los suenos en el tratamien to de los neurdticos, habria podido agotar la primera edicion del libro. Debo expresar, es, mi reconocimiento hacia esos vastos circulos de 4vidas de saber que me han acompanado, después de nueve afios, un trabajo amental. entone personas cultas y incitandome a retomar, dificil y por muchas razones fund: Me alegra poder decir que fueron muy hube de introducir. Aqui y alli incorporé nuevo mate- nas ideas que una experiencia mas vasta algunos puntos intenté reformula- lo esencial acerca del sueno y de su interpretacion, asi como las tesis psicolégicas que de ello se siguen; al menos en lo subjetivo, todo eso ha resis- tido la prueba del tiempo. Quien conozca mis otros trabajos (sobre la etiologia y e] mecanismo de las psiconeurosis) sabe que nunca he pre Jgo acabado, y sentado lo jnconcluso como al que me empeno de continuo en enmendar mis proposicio- nes toda vez que logro ra bien, en el campo de pocos los cambios que rial, agregue algu me sugirié después, y eM ciones; pero quedé intacto afinar después mis perspectivas, Ja vida onirica puedo atenerme & lo 19 que escribi primere Di prob rientado y aun m« trabajo sobre me senti d siempre La confianza én mi por ende, de un segur it niegan a darme batalla justament dan muestras, yestigacion de los suero También el materi buena parte desvalorizados 0 s mientos, y en los que elucidé las r de los pact decisiva. Es que para mi el libro posee ¢ jetivo, que sélo después de terminar lo y Adverti que era parte de mi autoanilisis, que era frente a la muerte de mi padre, vale dex sat showy acontecimiento mas significativo y la pérdida mas + sean la vida de un hombre. Después que lo hube re : ‘ ia ee senti incapaz de borrar las huellas de esa ‘iced P: ee lector, no obstante, ha de serle indiferente el mat wt l see : que aprenda a valorar la importancia de los : : se cue terpretarlos. Sake Cuando no pude incluir en el texto original alguna ot vacion indispensable, indiqué su pertenencia a la a sta elaboracion de la obra mediante corchetes.* acral suenos) mostrd6, frente al intento ¢ ad de persistencia refractaria a cu Berchtesgaden, verano de 1908 1B] padre de Freud habia muerto 2 de noviembre de 1896 (Freud, 1950a, ( 1896, En su carta a Fliess del ee en ese moment | , Carta 50) relata parcialmente cg en 1914:] Los corchetes fu ai a ) ulte la partir de la ; eron omitidos en las = _“~ ....@§ Prélogo a la tercera edicion como la demostracién de su ifico no dejo dé afec- El progres tar a La inte _ Cuando la redacte en dad (1905d\ no ‘omplejas de psiconeurosis ¢ staba cistia, y el 1899, mi tec andlisis de las formas mas ; Suenos Sirvio aun en sus COMIeNZOS. La interpretacion de lo de ayuda para el andlisis de las neurosis, después, la com- prension mas profunda de estas repercutié sobre la concep- cién del sueno. Y la propia doctrina de la interpretacion de los suenos sigulo desarrollandose en una direccién no Su- ficientemente destacada en la primera edicién de este libro. Por mi propia experiencia, asi como por los trabajos de Wil- helm Stekel y otros, aprendi desde entonces @ apreciar mejor el aleance y la importancia del simbolismo en el suefio (0, mis bien, en el pensamiento inconciente). Asi, durante estos anos se habian acumulado muchas cosas que debian ser con- sideradas. Intenté dar razon de estas novedades mediante numerosas adiciones al texto y notas de pie de pagina. Ahora bien, si en ocasiones e808 anadidos amenazan desbordar el marco de la exposicion, 0 si no en todos los pasajes se logré elevar el texto anterior al nivel de nuestras concepciones AC tuales, ruego se miren con benevolencia estas fallas del libro, pues no son sino consecuencias € indicios del rapido desarro- lio que ha experimentado nuestro saber. Me atrevo también a predecir las orientaciones en que las futuras reediciones de La interpretacion de los suefios (si es que Vegan a ser ne- cesarias) diferiran de las anteriores. Por una parte, deberan procurar apropiarse de manera mas intima del rico material de la poesia, | mito, los usos lingtlisticos y el folklore; por la otra, abordaran Jas relaciones del suefio con la neurosis ¥ 21 chos otros pr Viena, primavera de __——S_™_™_—”™— —~=S<—<—i<‘i‘i‘<‘<‘(‘( Prélogo a la quinta edicién 1 edicién El interés por La interpretacidn de los el curso de la ¢ ra Mundial, y aun antes de ter esta se hizo nece ria una nueva edicién podido tomar en cuenta la bibliografia : la publicada en lenguas extranjeras ni siquiera lleg nocimiento o al del doctor Rank Esta préxima a aparecer una traduccién hungara interpretacion de los suenos, al cuidado « llés y Ferenczi. En mis Con/ferencias de introduce coandlisis, publicadas en 1916-17 por Hugo Heller, Viena, i segunda parte, que compre snde once lecciones sagrada a una exposicién sobre los suefos que quiere elemental y se propone establecer un nexo mas intimo con la doctrina de las neurosis. En su conjunto presenta el caréc- ter de un extracto de La interpretacidn de los suefios, si bien Viena, abril de 1921 en algunos lugares ofrece andlisis mas detallados. No he podido decidirme a reescribir a fondo este libro para elevarlo al nivel de nuestras concepciones psicoanaliticas ac- tuales, Ello implicaria destruirlo en su especificidad his- torica. Pienso, por lo den que en sus casi veinte afos de vida ha cumplido su misi6n. nués de casi vente anos e ha visto, pues nc nision No § tiene una nueva tarea po! or sroporcionar algunos esc la o, ahora se ha a naturaleze rtante salir al paso de los tenaces “Stos. esclarecimientos estan expucs' del suefi vuelto igualmente mj malentendidos a que eso: ser mas Budapest-Steinbruch, julio de 1918 25 ha S_-'_ & °& °& « « « ..©}}}© Prélogo a la octava edicién En el lapso trascurrido entre la ultima « bro (la séptima, la de 1 tionaler Psychoanalytischer Ver! sammelte Schriften. En estos, els en la reimpresién exacta de la pri pretacion de los suerfios, mientras qu anadidos se retinen en el tercer volumen traducciones aparecidas mientras tanto se ajustan a | ciones independientes del libro; tal el caso de la fran, I. Meyerson, publicada en 1926 con el titulo La science, réves (en «Bibliothéque de Philosophie Contemporaine.), |, sueca de John Landquist, de 1927 (Drémtydning), y |, espanola de Luis Lépez-Ballesteros y de Torres [1922] ie ae ocupa los volumenes 6 y 7 de las Obras completas. La eta : cién hungara, cuya inminente aparicién anuncié en 1518 todavia no se publicd.! en También en la presente revision de La interpretacidn de los suerios he tratado la obra, en lo esencial, como Soeermenis histérico, y sdlo introduje aquellos cambios que la aclaracién y profundizacion de mis opiniones me sugirieron. De acuerdo con esta actitud, he renunciado definitivamente a incluir la bibliografia sobre el problema de los suefios publicada neta la primera edici6n de este libro, y eliminé las secciones co- rrespondientes de ediciones anteriores, También faltan aqui los dos ensayos «Sueno y creacion literaria» [1914c] y «Sueno y mito» {1914d] que Otto Rank habia aportado a las ediciones anteriores. [Cf. supra, pags. 6 y 14.] Viena, diciembre de 1929 1 [Fue publicada en 1934, — En vida i F ! — de Freud aparecieron, ade- mas de las traducciones mencionadas en estos prologos, una versién rusa (1913), una japonesa (1930) y una checa (1938).] ~dicién inglesa ces muchas cos jiado nuestras con- » han camt Este libro, con su nueva con- sorprendié al mundo en el inalterado cey i ogia, que n (1900), permanece jal. Contiene, aun de acuerdo con mi juicio actual, los descubrimientos que tuve la fortuna cabe en suerte sino und tribucion a la momento de su publicacié en lo esenc el mas valioso de de hacer. Un insight como este no nos sola vez en la vida Viena, 15 de marzo de 1931 1 (Las ediciones alemanas no incluyen este ree he dice ningun texto en alemén de él. Aqui lo hemos tom rcera edicién inglesa. (Cf. supra, pag. 3.)) 2 (Cf. Freud, 1910.) 27 tS i .. .§ I. La bibliografia cient ifica sobre los problemas del sueno’ ellos me re ; fuerzas psiquicas de cuya ntraria Nace 1 te accion conjug uetio. Llegada a este mpira, pues alli el problema iestiones mds amplias, cuya S0- acometerse en otro material Antepongo un panorame punto del » desemt jucién debe 1 de opiniones de autores que me precedieron, asi como del € do actual de los problemas to cientifico. Lo hago porque en el na no tendré muchas ocasiones de volver sobre ello. A pesar de un esfuerzo mas que milenario, la comprensi6n cientifica del suefio ha Esta opinién es tan general entre los autores que parece superfluo avalarla con citas aisladas En las obras que inclu- yo como bibliografia al final de este trabajo se encontraran muchas observaciones sugerentes y un rico e interesante material sobre nuestro tema, pero poco o nada que acierte con la naturaleza del sueno o resuelva definitivamente sus enigmas. Y menos todavia, desde luego, €s lo que ha pasado al conocimiento de las personas cultas. del suefio en el pensamien curso de la exposicion f i yanzado muy Poco. Que concepcién” se tuvo del sueno en las épocas ini- ciales de la humanidad, entre los pueblos primitivos, ¥ qué influencia pudo ejercer e| suefo sobre sus intuiciones acerca del mundo y del alma? He ahi un tema de tan alto interés que sdlo a disgusto excluyo su tratamiento del presente tex- to. Me remito a las conocidas obras de Sir John Lubbock, 1 (Nota agregada en jas ediciones segunda a séptima:) Hasta la fecha en que s¢ publicé por primera vez este libro (1900). 2 (Bete parrafo y el siguiente se agregaron en 1914.) 29

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