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DEDICATORIA
AGRADECIMIENTOS
Al Embajador José Luis Pérez Sánchez Cerro, por animarme y sostenerme en el proceso de investigación.
Al Ministro Jorge E. Román Morey, por su apertura e incondicional apoyo en la investigación documental.
A mis compañeros de estudios de la Maestría de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, que me apoyaron con opiniones críticas y su participación en los grupos focales.
A mis colegas del Servicio Diplomático del Perú que me apoyaron con sus opiniones críticas, información e
ideas.
A todos aquellos colegas, empleados del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú y amigos que de
muchas maneras me facilitaron el trabajo y me apoyaron.
INDICE*
INTRODUCCION
CAPITULO I
ESCENARIO INTERNACIONAL Y ANTECEDENTES HISTÓRICOS
CAPITULO II
LOS REGÍMENES POLÍTICOS DE LOS 90
CAPITULO III
LA MODERNIZACIÓN AUTORITARIA DE LA CANCILLERÍA PERUANA
*
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Julio Álvarez Sabogal
Conclusiones
Cuadros resumen
CAPÍTULO IV
LA ETAPA DE TRANSICIÓN
1.- El proceso democrático, la situación de los derechos humanos y el aislamiento financiero internacional
4.- Los períodos de Raúl Sánchez Sotomayor y Carlos Torres y Torres Lara
Conclusiones
CAPÍTULO V
ETAPA IDEOLÓGICA- NEOLIBERAL
Conclusiones
CAPÍTULO VI
DESPLIEGUE DEL AUTORITARISMO Y ETAPA POLITICO-CONFRONTACIONAL
Conclusiones
CAPÍTULO VII
CONSOLIDACIÓN DE LA FASE POLITICO-CONFRONTACIONAL
3.- Incorporación del concepto de geopolítica cultural a las bases de la política exterior
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
4.- Falacia ad hominen o la diplomacia ofensiva: el acoso contra la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH)
8.- Retiro del Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
12.- La democracia bajo tutela internacional: las misiones de observación electoral del año 2000
13.- La diplomacia del desprestigio o la falacia ad hominen: las campañas de desprestigio contra las
misiones de observación electoral y los líderes extranjeros
16.- Repercusiones de la corrupción en la seguridad regional: el tráfico ilegal de armas para las FARC y el fin
del bastión de estabilidad
20.- Situación del Perú ante el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos
Conclusiones
CAPÍTULO VIII
EL RETIRO DEL PERÚ DE LA COMPETENCIA CONTENCIOSA DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS
4.- El retiro del Perú de la Corte: el medio para evitar el cumplimiento de los fallos internacionales
Conclusiones
Cuadros resumen
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
CONCEPTOS CLAVES
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
Una anécdota de mi propia vida que ocurrió allá por el año 1987 ilustra esta experiencia.
Yo era entonces un joven estudiante de 24 años de edad del segundo año de la Academia Diplomática del
Perú y solía, después algunas clases, ir con algunos de mis compañeros de estudios –hoy colegas- a
relajarnos y hacer un poco de tertulia en las terracitas de algunos de los simpáticos cafés con vista a la calle
que se hallaban en la esquina de las avenidas San Felipe y Faustino Sánchez Carrión en Jesús María, que hoy
no existen y que fueron reemplazados por supermercado muy popular. En una de aquellas tertulias, en las
que resolvíamos los problemas del mundo a fuerza de corazón, surgió una interrogante que hoy se me
antoja parecida a aquella del cuento de Issac Asimov “La última pregunta”†. :
Las opiniones, diversas y contradictorias, fueron desde “del Gobierno o del Gobierno de turno” hasta “del
Estado o del Pueblo” que llevaron la discusión a la creación de dos facciones de opinión, los pragmáticos y
los idealistas, los realistas y los soñadores. Yo, como es fácil imaginar, era el líder de los idealistas y
soñadores y defendía con ardor mi posición. Con mis 24 años, egresado de la escuela de derecho y
alimentado por desde la cuna por mi padre -hombre auténtico, justo y honesto -, no lograba que mi
corazón y mi mente aceptaran que yo, diplomático de carrera, pudiese estar ciegamente al servicio de un
dictador o un autócrata. Simplemente no lo podía digerir. Después de un ardoroso pero respetuoso
intercambio de opiniones, uno de mis compañeros me lanzó, sin misericordia, su sentencia final: “Julio –me
dijo- te has equivocado de profesión”. Confieso que me dolió. Me dolió en el fondo del alma, tanto que, en
los siguientes años de mi vida, me repetía una y otra vez esa sentencia: “Julio, te has equivocado de
profesión”. Esa conversación nunca más se me olvidaría.
Un año y medio después nos graduamos e ingresamos a trabajar al Ministerio de Relaciones Exteriores
como flamantes Terceros Secretarios de Cancillería. En julio de 1990, se daría inicio al Fujimorato y yo,
aguzados mi curiosidad y sentidos por aquella nuestra “última pregunta”, empezaría a observar y
cuestionarme con mucha más fuerza mi vocación de diplomático hasta el punto de ingresar en una crisis
vocacional que detonaría el 9 de abril de 1992 cuando, cinco días después del golpe de Estado, solicité mi
pase a la disponibilidad y me alejé del ejercicio de la diplomacia por dos años para dedicarme al ejercicio
del derecho, la música y el teatro.
†
“La última pregunta”, un magnífico cuento de Issac Asimov, era “¿cómo revertir la entropía?” e ilustra el impacto del
desarrollo en la supervivencia dela especie humana y el universo, como consecuencia del consumo creciente de
energía perecible.
Julio Álvarez Sabogal
Dos años más tarde, en julio de 1994, aprobada la Constitución de 1993, decidí volver. Y aún cuando no
tenía las cosas muy claras, decidí seguir mi vocación manteniendo mi visión del mundo y mis principios,
mientras en mi mente veía cómo me transformaba en aquel idealista estoico de cual hablaba José
Ingenieros en “El Hombre Mediocre” allá por los años 20. En 1996, fui nombrado, exiliado diría yo, a la India
en donde permanecí cinco años y fui forjando mi carácter y temperamento profesional, a la vez que
encontraba mi camino, mi estilo y mi propósito en la vida.
Y me transformé, entonces, en un buscador, alguien que, tal como lo define Jorge Bucay en su libro
“Cuentos para pensar”, no necesariamente encuentra y no necesariamente sabe lo que está buscando, sino
que simplemente busca. Claro está que yo no sabía que me había convertido en eso, hasta que una colega
me lo hizo saber una tarde del año 2004 mientras recorría los pasillos y archivos de la Cancillería
recopilando información, entrevistas y puntos de vista para este libro. Luego de contarle emocionado sobre
la investigación que estaba realizando, ella, con un visible gesto de inquietud y sincera preocupación por mi
futuro profesional, me preguntó: “¿Por qué te gusta buscar sobre “esas cosas”?”. Mi respuesta a esa
pregunta fue unos segundos de silencio, un abrazo y un cariñoso beso en la mejilla mientras, con una
enorme sonrisa, le decía: “¡Gracias!”.
Así que soy un buscador de, simplemente, la verdad, sin pretender ser el dueño de ella ni pretender
siquiera tener la soberbia de considerarme capaz de verla y alcanzarla, pero sí intentando mostrar una
parte de ella o, al menos, una interpretación de dicha verdad.
Así es como nació este libro. Así, sin pretender tener la última palabra, nació para ser la continuación de
aquella tertulia de 1987 en las terracitas de uno de los simpáticos cafés con vista a la calle que se hallaban
en la esquina de las avenidas San Felipe y Faustino Sánchez Carrión en Jesús María, que hoy no existen,
pero nosotros, sus protagonistas, sí.
Han transcurrido ya ocho años desde el fin del Fujimorato y la trayectoria del Perú como economía,
sociedad y Estado ha dado un giro impresionante. Nos hemos convertido en un país que ha aprendido sus
lecciones y va camino al éxito. La prensa escrita y televisiva vende cada vez menos con los reportajes de los
juicios penales por corrupción y violación de derechos humanos contra los actores del Fujimorato y nuevos
protagonistas ocupan las portadas, como tiene que ser, dejando atrás el pasado y viviendo y construyendo
en el presente, pero sin olvidarnos de registrar la historia, para que ésta no se vuelva a repetir, con otros
rostros y nombres, pero repetir.
Tal vez por ello, para muchos, este libro salga con retraso. Tal vez. Tal vez, como se me ha dicho más de una
vez, sea una imperceptible gota en el océano, pero como dijo la Madre Teresa:
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
“Sabemos bien que nuestra acción no es más que una gota en el océano, pero sin nuestra
acción, al océano le faltaría esta gota."
Julio Álvarez Sabogal
INTRODUCCIÓN
En el Perú, paradójicamente, todos estos cambios, sumados a los rasgos estructurales y coyunturales más
destacados del sistema político y social peruanos, desembocaron en un gobierno autoritario, neo-liberal,
asistencialista y corrupto que se extendió durante toda la década de 1990.
Liderado por Alberto Fujimori, y desde la oscuridad por Vladimiro Montesinos, dicho gobierno se fundó en
un discurso en extremo neoliberal y antipolítico, impulsando programas ortodoxos de ajuste económico,
ejecutando una reforma rápida y radical del Estado e implantando un régimen político de corte autoritario,
centralista asistencialista y muy corrupto, conocido como “Fujimorato”. Éste redefinió el perfil de la
relación Estado-Sociedad e implantó mecanismos de articulación política y social clientelista que
terminaron por debilitar la incipiente democracia peruana y sumergir al país en una grave crisis
institucional.
Apoyado en las fuerzas armadas, en la burocracia pública, en las élites tecnócratas, en los programas de
asistencia para los sectores más pobres, en la cooptada prensa amarilla y en la clase política oficialista, el
Fujimorato no sólo provocó repetidas crisis políticas, sino también un retroceso de la estructura económica
que ha sido llamado “reprimarización de la economía”, un grave estado de inestabilidad institucional y
aislamiento político. En este escenario y conforme la política exterior peruana experimentaba profundos
cambios en la agenda externa, en la cultura organizacional de la diplomacia profesional, en los procesos de
toma de decisiones y en la forma de conducción, la posición internacional de nuestro país recorrió a lo
largo de la década de los 90 el sendero poco luminoso que le llevó del autonomismo (político) y el
aislamiento económico al globalismo (económico) y el aislamiento político.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
El alcance de estas transformaciones en la política exterior peruana no ha podido ser estudiado de manera
sistemática debido a la tendencia que, con algunas excepciones‡, existe en la literatura política peruana a
reproducir el modelo tradicional de “actor racional unitario” y privilegiar la perspectiva del escenario de
recepción de la política exterior. En efecto, a diferencia de lo ocurrido en los estudios de las experiencias de
Argentina, Chile, Suecia, Rumania, Irán, España, Brasil y Uruguay, que han sido estudiadas sin dejar de lado
el escenario de elaboración de la política exterior§, en el Perú existe una tendencia a concentrar las
herramientas de análisis en la acción exterior y en los hechos del ambiente internacional, asumiendo que la
política interna actúa sólo como una constante más sobre la política exterior peruana. El problema de este
modelo, como bien señala Tomassini, está en que supone la existencia de una nación unívoca, homogénea
y monolítica, en la que la política exterior resulta ser producto de las decisiones de un actor monopólico (el
Estado) que observa una conducta racional y coherente. Además, concibe como instrumento de análisis un
concepto poco operativo y reduccionista como es el interés nacional, el cual no proporciona los elementos
de juicio suficientes para identificar intereses específicos, compararlos y establecer una jerarquía entre
ellos, plantear opciones de política y evaluar los costos y beneficios de las mismas. Además de estos,
Tomassini advierte la presencia de otros dos problemas siempre que el “interés nacional” se convierte en el
componente principal de la política exterior. El primero de ellos se da cuando el interés nacional provoca la
subordinación de todos los demás intereses a tres valores irreductibles: supervivencia física de la nación
(vida), libertad de los ciudadanos (libertad) y subsistencia económica (propiedad). El segundo se da cuando
‡
Entre ellos destacan, en orden cronológico: Mariátegui, Juan (1993) El 5 de abril y la política exterior peruana. Juan
Mariátegui. Mariátegui, Juan (1997) El diferendo fronterizo Perú-Ecuador (1994-1997), Reflexiones en voz alta.
Entrevistas publicadas. Degregori, Carlos Iván (2001) La década de la antipolítica: auge y huida de Alberto Fujimori y
Vladimiro Montesinos, Instituto de Estudios Peruanos. Marcus-Delgado, Jane (2001) El fin de Alberto Fujimori: un
estudio de legitimidad presidencial en Lecciones del final del fujimorismo. Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Bákula,
Juan Miguel (2002) Perú: entre la realidad y la utopía-180 años de Política Exterior. Fondo de Cultura Económica y
Fundación Academia Diplomática del Perú. El autor es Embajador en retiro del Servicio Diplomático de la República.
Galvín, Marc (2002) La política peruana de gestión de la biodiversidad: un objetivo de conservación al servicio del
desarrollo en ¿A dónde va el Perú?: balance del fujimorismo y preguntas para el futuro. Auroi, Claude y Bossio, Sandra
–Compiladores-. Institut Universitaire d’Étude du Développement y Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé
de las Casas.
§
Vilanova, Pere. (1994) El sistema político y la política exterior: el ciclo formal. Working Paper No. 94. Barcelona.
http://www.diba.es/icps/working_papers/docs/Wp_i_94.pdf. Muñoz, Heraldo (1986) Las relaciones exteriores del
gobierno militar chileno, Ediciones del Ornitorrinco y PROSPEL-CERC. Zaccara, Luciano. Continuidad y personalismo en
la política exterior iraní. Universidad Autónoma de Madrid–España y Universidad Nacional de Rosario–Argentina.
Dirección web: http://www.clacso.edu.ar/~libros/aladaa/zaccara.rtf. Reficco, Ezequiel. Política exterior y cultura
política: el caso de la democracia argentina (1983-1995).
http://www.cidob.org/Castellano/Publicaciones/Afers/reficco.html. Gustavsson, Jacob (1998) The politics of foreign
policy change. Explaining the Swedish reorientation on EC membership. Lund: Lund University Press. Georgescu, Alina-
Alexandra. Romanian Foreign Policy Change: From Isolation to Dependence (1989-1994). Dirección web:
http://www.lse.ac.uk/Depts/intrel/EFPC/Papers/Georgescu.doc (Consulta: 17 de junio de 2005)
Julio Álvarez Sabogal
a partir de ese interés nacional todo puede ser explicado vaga y ambiguamente para justificar y legitimar
las decisiones políticas adoptadas de manera no democrática.**
Esto conduce hacia un problema insalvable. Los factores internos son ignorados y se pretende entender la
política exterior sólo a partir de su aplicación y efectos en la arena internacional. Estas páginas, por el
contrario, se aproximan a partir de los hechos políticos internos ocurridos y sus conexiones con la política
exterior. En el caso particular del gobierno de Alberto Fujimori, son muchas las preguntas:
¿Cómo ocurrió esto? ¿Qué factores predominaron? ¿Qué transformaciones debió sufrir la
agenda exterior, la cultura organizacional de la diplomacia profesional, el estilo diplomático?
¿Fueron dichos cambios resultado de una política de Estado basado en el consenso? O por el
contrario, ¿Fue este cambio producto de los postulados ideológicos, intereses, creencias y
prácticas de los actores predominantes del régimen político? ¿El proceso de modernización del
Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú fue una experiencia científica? voluntarista?
democrática?
¿Qué papel cumplió dicha modernización en el tablero de ajedrez político del régimen de los
90?, ¿Cómo se articuló la modernización de la diplomacia con las estructuras de autoridad
impuestas del fujimorismo?, ¿Se fortaleció la diplomacia profesional?
**
Tomassini, Luciano. Relaciones Internacionales: teoría y práctica. PNUD-CEPAL. Proyecto de cooperación con los
Servicios Exteriores de América Latina. 1989. pp. 88, 89, 124 y 125.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
1. Definiciones
La tipología empleada para caracterizar el término “aislamiento” político o económico es la de K.J. Holsti ††
en su obra “International Politics”:
“… to make oneself sufficiently unattractive as not to invite the attention of others. Reclusiveness
preempts others actors’ interests in you” (Hacerse a sí mismo tan poco atractivo como para
desalentar la atención de los demás. Alejamiento que desalienta el interés de los demás en uno
mismo).
La usada para el término “dependencia económica” es la propuesta por Helio Jaguaribe en “Autonomía
periférica y hegemonía céntrica”, la misma que aquí se transcribe:
Por su parte, el término “autonomismo” se basa también en la tipología de Jaguaribe y hace referencia a
una actitud de los decisores en la política exterior de un país; que sin tener un holgado margen de
autodeterminación en sus asuntos domésticos, ni una capacidad de actuación internacional independiente,
actúan como si lo tuvieran.
Por globalismo, finalmente, deberá tenerse en cuenta la siguiente definición de Ulrich Beck:
††
Holsti, K.J. International politics. A framework for analysis. New Jersey. University of British Columbia. Prentice Hall.
1992. p. 86.
‡‡
Jaguaribe, Helio. En Tokatlian, Juan Gabriel y Carvajal H, Leonardo. Autonomía y política exterior en América Latina:
un debate abierto, un futuro incierto. Fundación CIDOB (Centro de investigación, docencia, documentación y
divulgación
de Relaciones Internacionales y Desarrollo). Dirección web:
http://www.cidob.es/castellano/publicaciones/Afers/28tokatlian.cfm. Fecha de consulta: 22 de junio de 2005.
Julio Álvarez Sabogal
2. Propósitos
Propósito es, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “objeto, mira, cosa que se
pretende conseguir”. Esto, convertido en pregunta es ¿Para qué escribí este libro? ¿Qué quiero conseguir?
En principio, pretendo reconocer los factores internos que provocaron el cambio del “autonomismo
político y el aislamiento económico” al “globalismo económico y el aislamiento político” en la política
exterior peruana y mostrar cómo el factor “régimen político” transformó y definió los objetivos y
prioridades de la política exterior, la cultura organizacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, en los
procesos de toma de decisiones y el estilo diplomático o implementación de dichas decisiones***, con la
esperanza de que la historia no se vuelva a repetir.
Se pretende también determinar hasta qué punto resulta útil el enfoque del tipo de régimen para explicar
el cambio institucional que se dio en la política exterior peruana durante el periodo 1990-2000, y en
consecuencia, brindar algunos elementos de reflexión que permitan fortalecer la dimensión democrática
de la política exterior peruana y la dimensión de política de Estado. Coincido, por ello, con Lázaro Geldrés
cuando señala que:
“En el caso de nuestro país una tarea impostergable es la colocación de los cimientos
de una renovada sociología de las relaciones internacionales que recoja la experiencia
peruana(...) Tiene que propender al diseño de una concepción política integral con
criterio constructivo, sin ningún sesgo partidario o interés ideológico particular,
estudie y, de ser el caso, replantee, los nexos explicativos o las causalidades entre los
§§
Beck, Ulrich. ¿Qué es la Globalización?. Ediciones Paidós, Barcelona. 1998, p. 27.
***
“La política exterior no es immune al impacto de los valores, ideas e iniciativas, transnacionales en muchos
aspectos pero frecuentemente generadas al interior de los países”. (La traducción al castellano es mía). Foreign policy
is not immune from the impact of values, ideas, initiatives and upheavals, transnational in many respects but often
also internally generated”. Hill, Christopher. The changing politics of Foreign Policy. Hampshire y New York. Palgrave
Macmilan. 2003. p. 222.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
Con tales fines, este libro se concentra en el análisis de las relaciones causales que subyacen a la evolución
del proceso democrático, la situación de los derechos humanos y la política exterior de los años 90.
El modelo explicativo
Para efectuar este estudio era indispensable contar con un modelo explicativo que cumpliera las siguientes
condiciones:
Considerar los factores internos no como constantes, sino como variables explicativas de la
política exterior en el marco de un modelo causal más amplio, como son la perspectiva de su
producción, las características de los actores que participan en el proceso de elaboración y las
variables que intervienen en éste y la naturaleza del sistema y régimen político.
Explicar la política exterior peruana de los 90 desde el enfoque sistémico de análisis y desde el
ámbito de los actores relevantes (trayectoria, valores y percepciones), así como de las
estructuras y procesos de toma de decisiones a través de los cuales se producen las medidas
concretas y de la implementación o puesta en práctica de tales decisiones.
Distanciarse del modelo tradicional del “actor racional unitario” en el cual el concepto de
interés nacional resulta ser tanto un componente como un instrumento de análisis de la
política exterior, basado en la razón de Estado y el interés nacional‡‡‡.
La primera condición se cumplió a través del diseño de un modelo sobre la base de los ya propuestos por
Charles Hermann y por Jacob Gustavsson§§§; este último adaptado por Alina-Alexandra Georgescu en
Romanian Foreign Policy Change: From Isolation to Dependence (1989-1994):
†††
Lázaro Geldres, Jorge. Los paradigmas analíticos y las principales corrientes de la teoría de las relaciones
internacionales después del 11 de setiembre del 2001 y la invasión a Irak. Artículo aún no publicado en la fecha en que
se realizó esta investigación.
‡‡‡
En la actualidad inclusive los neorrealistas reconocen que existen aspectos importantes de las relaciones
internacionales que no pueden ser explicados por la dinámica de la política internacional. Hill, Christopher. op.cit., p.
220.
§§§
Gustavsson, Jacob. The politics of foreign policy change. Explaining the Swedish reorientation on EC membership.
Lund: Lund University Press. 1998
Julio Álvarez Sabogal
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
Retroalimentación
Factores
internacionales:
Ajuste del cambio
politicos y
económicos
Programa de cambio
Decisor Proceso de
toma de Problema/objetivo de
individual
decisiones Cambio
Factores Orientación
domésticos: internacional del
Politicos y cambio
económicos
Retroalimentación
****
Hermann, Charles. En Gustavsson, Jacob. The politics of foreign policy change. Explaining the Swedish
reorientation on EC membership. Lund: Lund University Press. 1998. p. 25.
Julio Álvarez Sabogal
Retroalimentación
Factores externos/
sistémicos: estructura
del sistema, estructura
de la economía
mundial, propósitos y
acciones de otros
actores, problemas
globales y regionales,
derecho internacional y
opinión mundial
Decisor
individual Proceso de CAMBIO DE LA
Factores domésticos: toma de
o grupal POLITICA EXTERIOR
Necesidades decisiones
socioeconómicas y de
seguridad, características
geográficas y
topográficas, atributos
nacionales, filosofía y
estructura del gobierno,
opinión pública,
burocracia,
consideraciones éticas
Retroalimentación
††††
Georgescu, Alina-Alexandra. Romanian Foreign Policy Change: From Isolation to Dependence (1989-1994).
Dirección web: http://www.lse.ac.uk/Depts/intrel/EFPC/Papers/Georgescu.doc. Consulta: 17 de junio de 2005.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
Las dos condiciones restantes se cumplieron a través del marco explicativo del “tipo de régimen” o del
“régimen político”, cuyas premisas fundamentales son las siguientes:
Premisa 1 Premisa 2
La política exterior no se elabora, ni opera en un Existe una relación de causalidad entre el cambio de
contexto vacío de política interna. Tampoco sobre la régimen político y la política exterior. Por lo tanto,
base de un consenso nacional invariable. comprende no sólo las decisiones y acciones, sino
también el proceso social y político de asignación
autoritativa de valores.
Opté en particular por dos autores latinoamericanos, Heraldo Muñoz‡‡‡‡ y Marcelo Lasagna§§§§, quienes han
reflexionado y estudiado este tipo de enfoque. En mi opinión, sus modelos son los más útiles para explicar
los cambios dados en la política exterior peruana durante los últimos 30 años*****.
‡‡‡‡
Muñoz, Heraldo. Las relaciones exteriores del gobierno militar chileno. Santiago de Chile. Ediciones del
Ornitorrinco y PROSPEL-CERC. 1986; y Muñoz, Heraldo.. El estudio de las políticas exteriores latinoamericanas: temas
y enfoques dominantes, en Manfred Wilhelmy (editor): La formación de la Política Exterior. Buenos Aires. Grupo Editor
Latinoamericano (GEL), 1987. pp. 287-316.
§§§§
Lasagna, Marcelo. Cambio institucional y política exterior: un modelo explicativo. Revista CIDOB D'afers
Internacionals Nro. 32. Barcelona. Centro de investigación, docencia, documentación y divulgación de Relaciones
Internacionales y Desarrollo. 1996. Dirección web:
http://www.cidob.org/castellano/publicaciones/Afers/32lasagna.cfm. Consulta: 7 de febrero de 2005.
*****
Entre los autores que han desarrollado el enfoque del tipo de régimen político, destacan los siguientes:
Tomassini, Luciano. (1989) Relaciones Internacionales: teoría y práctica, PNUD-CEPAL Proyecto de cooperación con
los Servicios Exteriores de América Latina. Muñoz, Heraldo (1987) El estudio de las políticas exteriores
latinoamericanas: temas y enfoques dominantes, en Wilhelmy, Manfred –Editor- (1987) La formación de la política
exterior: los países desarrollados y América Latina. Programa de Estudios Conjuntos sobre las relaciones
internacionales de América Latina y Grupo Editor Latinoamericano. Hill, Christopher (2003) The changing politics of
Foreign Policy. Palgrave Macmilan. Hampshire y New York. Lasagna, Marcelo. Cambio institucional y política exterior:
un modelo explicativo. Dirección web: http://usuarios.lycos.es/politicasnet/articulos/cambioinsti.htm (Revisado el 4
Julio Álvarez Sabogal
El trabajo de Heraldo Muñoz en torno a las relaciones exteriores del gobierno militar chileno desde 1973
hasta 1984††††† subraya la dificultad de concebir un cambio fundamental en el régimen político interno que
no repercuta en la política exterior. Señala, además, que la alteración de las propiedades del régimen
político democrático en Chile produjo cambios en dimensiones de la política exterior de este país; tales
como objetivos, intereses, estrategias, procesos de elaboración de la política exterior y estilo diplomático.
La tesis central de Muñoz sostiene que el gobierno militar chileno, luego de transcurridos doce años desde
su inicio, efectivamente se hallaba en una situación de aislamiento político y que esta situación fue el
resultado directo de la condición de dependencia transnacional, la prosecución de una política exterior
marcadamente anticomunista en un contexto mundial distinto al esquema bipolar de la guerra fría, la
configuración de un estilo de diplomacia pretoriano-ideológico, en contraste con el civil-pragmático que
tradicionalmente primó en Chile y del establecimiento de un proyecto político interno autoritario,
caracterizado por una severa restricción de la participación política y los derechos humanos.
Marcelo Lasagna‡‡‡‡‡ parte de una concepción de la política exterior entendida como una política pública
que, al igual que otras, se haya expuesta a los cambios dentro del sistema político. Para explicar la relación
entre cambio de régimen y política exterior, Lasagna plantea un modelo explicativo apoyado en la hipótesis
de un cambio en las propiedades del régimen político, el cual puede conducir a una alteración de la política
exterior.
de febrero de 2005). Gustavsson, Jacob (1998) The politics of foreign policy change. Explaining the Swedish
reorientation on EC membership. Lund: Lund University Press. Holsti, K.J. (1992) International politics. A framework
for analysis. University of British Columbia. Prentice Hall. New Jersey. Hagan, Joe D. 1994. ‘Domestic Political Regime
Change and Foreign Policy Restructuring: A Framework of Comparative Analysis’ in Jerel A. Rosati, Joe D. Hagan and
Martin W. Sampson III (eds.) Foreign Policy Restructuring. How Governments Respond to Global Change. Columbia:
University of South Carolina Press.
†††††
Muñoz, Heraldo. op. cit.
‡‡‡‡‡
Lasagna, Marcelo. op. Cit.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
El modelo propuesto por Lasagna conceptualiza y replantea parcialmente los modelos anteriores y se
concentra en los factores domésticos institucionales no contextuales. No los asume como constantes, sino
como variables. A partir de la tesis de Leonardo Morlino acerca de los elementos constitutivos del
sistema§§§§§ y regímenes****** políticos, ofrece un modelo explicativo detallado que consolida en sí dos
modelos de cambio político relacionados con la naturaleza de la política en cada país y que inciden en los
resultados de las políticas públicas: el modelo sociedad-céntrico y el modelo estado-céntrico. Así, el modelo
sociedad-céntrico resulta adecuado para explicar los procesos políticos fundados en las relaciones de poder
entre grupos, clases sociales e intereses de grupo; explicando a los mecanismos de toma de decisiones que
los incorporan. Este modelo, al basar su análisis en las relaciones de poder entre grupos, distingue las
perspectivas de análisis de clase, pluralismo y elección pública. Las variables independientes que
conciernen a este modelo son los principios, percepciones y valores que sustentan al régimen, la
autonomía del régimen con respecto a las élites socioeconómicas y a la opinión pública y la pugna política
§§§§§
Leonardo Morlino señala que los principales elementos constitutivos del sistema político son la comunidad
política, el régimen y las autoridades. Morlino, Leonardo. Cómo cambian los regímenes políticos. Madrid. Centro de
Estudios Constitucionales. 1985.
******
Según Morlino, los elementos constitutivos del régimen son: a) las ideologías, valores, y creencias que influyen
en las normas, las reglas o de juego o las estructuras de autoridad, dominantes o en situación de conflicto; b) las
normas y reglas de juego que sirven para la resolución pacífica de conflictos políticos; y c) las autoridades que,
finalmente, son las personas que ocupan y dan vida a las estructuras. Morlino, Leonardo. op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
partidaria. Por su parte, el modelo estado-céntrico orienta el análisis hacia la toma burocrática de
decisiones y el contexto organizacional en el cual éstas se producen. Asimismo, considera las percepciones
del actor, la política burocrática, los intereses del Estado y las variables explicativas vinculadas con este
modelo, tales como los principios, percepciones y valores que sustentan al régimen, las estructuras de
autoridad, el control de recursos de política exterior y la rendición de cuentas o accountability†††††† .
††††††
Accountability es el principio por el cual los individuos, las organizaciones y la comunidad son responsables por
sus acciones y, por ende, se les puede exigir explicaciones. El término es usado frecuentemente en el ámbito público
para referirse a la obligación que tienen los funcionarios de informar a los ciudadanos la manera cómo usan los
recursos públicos, así como al derecho de los ciudadanos a exigirlo. Es, por lo tanto, la obligación de demostrar que la
gestión ha sido realizada conforme a las reglas y normas convenidas, esto es, de rendir cuentas de manera clara e
imparcial acerca de los resultados y del rendimiento de los recursos en relación con las tareas y planes establecidos,
como por ejemplo un informe presentado por el Ministro de Relaciones Exteriores ante el Parlamento o la Contraloría.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
Principios ideológicos,
percepciones y valores
Agenda internacional
Estilo diplomático
Características
estructurales del régimen
La tesis central de este trabajo sostiene que la política exterior peruana de los 90, más que en cualquier
otro período, estuvo íntimamente ligada a las características del régimen político fujimorista impuesto por
los intereses particulares, percepciones, necesidades y prácticas corruptas de la coalición dominante;
proyectando hacia el exterior las características de este régimen y las contradicciones internas del país.
Se analizaron los lineamientos básicos para demostrar lo arriba señalado, profundizando también en los
procesos de elaboración formales y materiales, el contexto organizacional de la cancillería peruana y la
forma de conducción de la política exterior peruana en el período 1990-2000. Al mismo tiempo, se procuró
explicar la relación entre los cambios sufridos por algunos de los atributos del régimen político
Julio Álvarez Sabogal
Fueron precisamente estos atributos de la política exterior‡‡‡‡‡‡ el objeto principal de nuestra investigación:
Sin dejar de reconocer que también es posible explicar el cambio político a partir de la observación de
algunas variables socio-céntricas, creo que, por ser el sistema político peruano predominantemente
estado-céntrico, las variables explicativas que resultan más relevantes son las siguientes:
‡‡‡‡‡‡
Lasagna, Marcelo. op. cit.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
Lo que planteo es que las transformaciones operadas en estas variables fueron las que determinaron los
cambios más importantes en la política exterior peruana durante la etapa estudiada. En lo que a la variable
“relaciones Estado-Sociedad” se refiere, creemos que ésta, pese a su relevancia en la política interna, no
incidió seriamente en los cambios de la política exterior dada la naturaleza estado-céntrica del sistema
político peruano, el mismo que no incorpora como regla general y de una manera sustancial a la opinión
pública y a la oposición política en los procesos de toma de decisiones.
En lo relativo a las variables dependientes, encontramos que las continuidades en la agenda exterior
peruana durante la década estudiada con respecto al período 1980-1990 se dieron principalmente en los
ámbitos de lucha contra el narcotráfico, terrorismo y atención de los asuntos fronterizos. Por el contrario,
los cambios se experimentaron fundamentalmente en los temas de política económica, ayuda y
cooperación, deuda externa, democracia, derechos humanos y medio ambiente.
Por su parte, la política exterior seguida en materia de narcotráfico, medio ambiente, terrorismo y asuntos
fronterizos, si bien contó con objetivos y dinámicas singulares, se articuló por momentos con las
necesidades de esta coalición dominante, funcionando como factor de legitimación interna y externa. En
este sentido, las variables dependientes que resultaron más relevantes para esta investigación fueron:
En cuanto a la orientación metodológica, coincido con lo expresado por Heraldo Muñoz en su libro “Las
relaciones exteriores del gobierno militar chileno” (1986), por lo que se intentó mantener distancia, tanto
de la visión estado-céntrica pura y de los macro-modelos, como de los enfoques que privilegian los
aspectos estructurales e históricos. La investigación, por ende, no se situó en un nivel macro, sino micro-
analítico; orientándose hacia los factores intra-institucionales con el objetivo de revelar las características,
diferencias, diversidad e incoherencias de las decisiones de política exterior. §§§§§§
“La conducta internacional de un Estado y el discurso lógico que la fundamenta son los
componentes visibles de una política exterior, siendo esta función tanto de las
situaciones internas como de las interacciones externas. No existe un patrón que
garantice equilibrio entre ambas dimensiones. En ocasiones, la primacía de tensiones,
conflictos o problemas internos motivan que lo internacional adquiera un tono menor,
aparezca marginal. En otras que, por el contrario, sea proyectado al primer plano, como
mecanismo que concentra la atención y libera otras áreas de la presión pública” †††††††.
§§§§§§
Muñoz, Heraldo. op cit.
*******
En particular, aquellos relacionados con el cumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado en
materia de derechos humanos y de los estándares democráticos internacionales.
†††††††
Jaworski, Hélan. Perú: la política internacional del gobierno militar en sus dos vertientes (1968-1980) en Muñoz,
Heraldo y Tulchin, Joseph –Compiladores (1984) Entre la autonomía y la subordinación: política exterior de los países
latinoamericanos, Tomo II. Buenos Aires. Grupo Editor Latinoamericano, Colección Estudios Internacionales. 1984.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
Fue también vital el análisis microscópico de la política pública instrumental que transformó la cultura
organizacional de la Cancillería peruana, transformando también las estructuras de autoridad y las
características del proceso de toma de decisiones. Un ejemplo de esto fue la reforma del Ministerio de
Relaciones Exteriores, la misma que llegó a su punto más crítico con el cese de 117 funcionarios
diplomáticos en diciembre de 1992. Por último, el análisis del proceso de toma de decisiones en el caso del
retiro del Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos resultó
igualmente primordial, ya que desde nuestro punto de vista, este retiro constituyó unos de los ejes de la
acción externa del Estado peruano y definió la ubicación del Perú en el escenario político internacional a
fines de los 90.
Es pertinente señalar que no fue fácil desprenderme de mi condición de diplomático profesional durante el
proceso de investigación. El ser investigador participante me facilitó la comprensión de las estructuras y
procesos, pero subordinándome subjetivamente a la vez. Creo, sin embargo, que el balance fue positivo,
pues pude observar de cerca el efecto que causaban las estructuras de autoridad paralelas sobre
funcionarios que fueron puestos cotidianamente en la disyuntiva de ser destituidos o desplazados, o
ejecutar políticas decididas centralizadamente en pequeños comités instalados en las oficinas de Palacio de
Gobierno, es decir, en el ámbito de las estructuras paralelas de poder representadas por el SIN u otros
sectores sin la participación del Ministerio de Relaciones Exteriores, salvo de las cabezas que, sin embargo,
no se caracterizaron por su independencia de criterio y apego a las reglas e instituciones democráticas.
Una vez establecido el marco de actuación política por el régimen, las decisiones individuales adoptadas
estuvieron sometidas a un sistema de acondicionamiento específico, convicciones impuestas por la
coyuntura y presiones políticas provenientes de las más altas esferas del poder. A esto se añadió la
polarización de las posiciones que fue permanentemente alentada por el gobierno de Alberto Fujimori
‡‡‡‡‡‡‡
.
Frente a la agresión del régimen, la mayoría de funcionarios diplomáticos a quienes correspondió ejercer
los cargos directivos más altos de la Cancillería en los años 90, optaron por demostrar un alto grado de
eficiencia en la ejecución de las directivas del Régimen con el fin de garantizar la supervivencia institucional
de la diplomacia y la propia, y con la esperanza de reconstruir la institución una vez superada dicha etapa.
No todos lograron y otros no quisieron superar la amenaza institucional que impusieron las leyes del
Servicio Diplomático del gobierno fujimorista, la ausencia de un reglamento formal que sustentaba el
voluntarismo y la arbitrariedad, el temor de que se repitiera el despido masivo de diciembre de 1992, la
‡‡‡‡‡‡‡
El Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación ha brindado un marco de análisis e información muy
valiosa para entender este período.
Julio Álvarez Sabogal
Las responsabilidades han sido ya ventiladas, aún cuando en muchos permanezca todavía la sensación
existir asuntos pendientes en el proceso. El grado de identificación y colaboración con el régimen
fujimorista por parte de algunos miembros del Servicio Diplomático ha sido ya determinado en dos
instancias –la Comisión de Ética Institucional del Servicio Diplomático del Perú y la Comisión Especial de
Alto Nivel, esta última creada con el objeto de "investigar los sucesos que ocasionaron el cese arbitrario de
los funcionarios del Servicio Diplomático de la República, dispuesto por la Resolución Suprema No. 453-92-
RE de 29 de diciembre de 1992, así como eventuales manejos irregulares de recursos de la Cancillería y el
Servicio Exterior y los demás actos de naturaleza inconstitucional e ilegal cometidos durante los años 90”
§§§§§§§
- y por lo tanto no es objetivo de este trabajo establecer juicios éticos sobre tales decisiones
individuales. Esto no significa que el presente estudio no contenga un fundamento ético. Por el contrario y
como se verá a lo largo de sus páginas, parte de una toma de posición sin ambigüedades con respecto a las
consideraciones éticas en el ejercicio de la función pública y de la democracia como factor de legitimidad.
Es, por decirlo de alguna manera, un trabajo absolutamente subjetivo y que admite el reconocimiento de la
propia subjetividad como única forma posible de objetividad en el campo de las ciencias sociales. Con ello
pretendo contribuir parcialmente –más no parcializadamente- con el estudio de los procesos de cambio
institucional en la política exterior peruana desde una perspectiva que colabore con el fortalecimiento
institucional de la democracia y de la diplomacia profesional.
4. Material de análisis
El estudio implicó el empleo de un amplio rango de material de análisis. Entre las fuentes primarias se
encuentran documentos de carácter público como textos de los discursos oficiales, las transcripciones de
algunos debates públicos, declaraciones públicas, comunicados oficiales, memorias de personajes
relevantes, convenios, normas, publicaciones e informes de comisiones de investigación del Ministerio de
Relaciones Exteriores y de la Asociación de Funcionarios del Servicio Diplomático del Perú, artículos de
opinión publicados en los diarios y revistas, declaraciones efectuadas en conferencias de prensa,
entrevistas concedidas a la prensa y despachos noticiosos sobre hechos políticos relevantes que muestran
las regularidades en la forma de conducción de la política exterior. Este material se complementó con
§§§§§§§
Por Resolución Ministerial N° 1021-2002-RE se conformaron los Consejos de Investigación Ad Hoc, que se
encargaron del estudio, calificación, procedencia y de la investigación administrativa respecto de la presunta
inconducta funcional de los funcionarios identificados en cada uno de los informes finales de la Comisión de Alto
Nivel, así como de la responsabilidad civil o penal que pudiere establecerse. Los Consejos de Investigación Ad Hoc
estuvieron conformados por los siguientes funcionarios (Boletín de Normas Legales, Diario Oficial El Peruano,
02.10.02).
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
entrevistas a personas que ocuparon posiciones importantes en la Cancillería peruana durante la etapa
tratada o que fueron testigos directos de hechos relevantes, con el único propósito de corroborar ciertos
hechos destacados por los órganos periodísticos. También fueron empleados memorias y libros escritos por
actores políticos e institucionales de los años 90, así como estudios académicos, reportajes y entrevistas
periodísticas cuya finalidad era retratar e interpretar la realidad política nacional e internacional.
Este trabajo pretende ser un aporte a la investigación científica empírica que abra camino a una mayor
cantidad de estudios sobre la influencia decisiva que tienen los regímenes políticos de distinta naturaleza
en la definición de la política exterior, tarea que creo debe acometerse periódicamente y para la cual el
enfoque del tipo de régimen resulta útil, en tanto proporciona las herramientas necesarias y claves teóricas
fundamentales para determinar la esencia democrática o autoritaria de una política exterior y entender la
diferencia entre la política exterior como política de Estado y política de Gobierno.
En ese sentido, se presenta a continuación un modelo de análisis de política exterior que podría resultar de
utilidad en la investigación de aspectos causales poco estudiados del cambio institucional en la política
exterior de países en los que, como en el caso del Perú, la existencia formal de instituciones democráticas
no se ha reflejado en contrapesos y controles institucionales, ni en prácticas democráticas efectivas. Por el
contrario, Estados como los nuestros han sufrido el predominio de estructuras paralelas de poder, débil
accountability horizontal y social y corrupción organizada; desembocado en el incumplimiento de las
obligaciones internacionales del Estado en materia de derechos humanos, deterioro agudo de los
estándares democráticos internacionales y aislamiento internacional.
Finalmente, este modelo aspira a ser valioso no sólo para el caso que se estudia, sino también para otros
casos pasados, presentes y futuros (Ver anexo 1).
El Capítulo I contiene una referencia sucinta de antecedentes más importantes, tales como el escenario
internacional y las etapas previas en el manejo de las relaciones exteriores del Perú; y busca destacar
cómo, históricamente, el factor régimen político fue decisivo en el cambio de la política exterior peruana,
particularmente en el período 1968-2000 en materias como política económica, condicionalidad
democrática y política de derechos humanos.
Julio Álvarez Sabogal
El Capítulo II presenta una descripción analítica de las características de los regímenes políticos que se
dieron durante la década fujimorista. Contiene una compilación de los estudios efectuados por diversos
autores sobre la naturaleza y características del escenario internacional y del régimen político peruano en
esta etapa. El método utilizado ha sido, en consecuencia, el de análisis, reestructuración y combinación de
libros y artículos publicados por otros autores sobre la materia. Mi presencia ante el objeto de estudio fue
de gran ayuda para el desarrollo de esta investigación, cuando la magnitud, revelación y divulgación pública
del mismo lo permitió.
El Capítulo III se ocupa de la política pública instrumental que transformó la cultura organizacional de la
Cancillería peruana facilitando la imposición de estructuras de autoridad verticales y paralelas, así como
también procesos de toma decisiones de política exterior excluyentes altamente centralizados y diseñados
para favorecer la materialización de las percepciones, consideraciones éticas, postulados ideológicos,
propósitos e intereses de la coalición dominante.
El Capítulo IV contiene un estudio del período julio 1990-abril 1992, período de transición en el cual la
Cancillería peruana se encontraba aún dirigida por diplomáticos profesionales. Se inició también en esta
etapa la afinación de la ideología neoliberal con la política exterior frente a un ambiente político interno
animado por el debate democrático y que concluyó con el Golpe de Estado cívico-militar del 5 de abril de
1992.
En el Capítulo V se examina la fase comprendida entre el 5 de abril de 1992 y el 28 de julio de 1995, fase
durante el cual se profundizó y consolidó el modelo neoliberal y autoritario que concentró una buena parte
de los esfuerzos de la política exterior en la defensa y justificación del golpe de Estado; así como en el
proceso de retorno a una institucionalidad democrática tutelada fundada en los logros de estabilización
económica y política.
El Capítulo VI presenta el estudio de la etapa comprendida entre julio de 1995 y octubre de 1998. Durante
esta etapa se inició la construcción de un discurso y estilo político-confrontacionales basados en la
afirmación de un discurso nacionalista en política interna, pacifista y conciliador en política exterior y
relativista con respecto al proceso democrático y a las obligaciones del Estado en materia de derechos
humanos.
En el Capítulo VII se trata la gestión de Fernando de Trazegnies Granda, iniciada el 11 de octubre de 1998 y
culminada el 11 de noviembre de 2000. La política exterior fujimorista alcanzó durante este período su
grado más alto de elaboración ideológica, de confrontación con la comunidad democrática internacional y
de aislamiento político mundial.
La política exterior del Fujimorato (1990-2000)
El Capítulo VIII examina el proceso burocrático de toma de decisiones que condujo al Perú a solicitar su
retiro de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y permitiéndonos
observar la manera cómo funcionaban en la práctica las estructuras de autoridad y procesos de toma de
decisiones del régimen fujimorista.
Todos los capítulos se ocupan de la totalidad de los recuadros que figuran en el modelo propuesto, con
excepción del recuadro referido al “actor-decisor”. Por razones de estructura y sobre la base de que en las
relaciones internacionales todo lo que ocurre entre las naciones y a través de las naciones se basa en
decisiones tomadas por personas que actúan individualmente o en grupos********, este estudio contiene, a
lo largo de sus diferentes capítulos, alguna información relevante sobre los principales responsables
(Presidente de la República y Ministros de Relaciones Exteriores), sus orientaciones ideológicas,
consideraciones éticas, trayectoria y redes de contacto e influencia que nos dan una idea en torno a la
forma cómo ello se percibían en el ambiente interno y externo y de sus posibles intereses individuales y
grupales.
********
“Las relaciones internacionales, en tanto campo de estudio, tiene también sus fundamentos. Todo aquello que
ocurre entre las naciones y a través de ellas proviene de seres humanos que toman decisiones, individual o
colectivamente. En este sentido, el fundamento de las relaciones internacionales es el mismo que el de las ciencias
sociales. Comprender cómo las personas perciben y reaccionan ante el mundo que los rodea, y cómo definen y son
definidos por ese mundo, es un elemento central para todos los científicos sociales, incluyendo aquellos de las
relaciones internacionales” (La traducción es del autor)..- Hudson, Valerie M. Foreign Policy Analysis: Theory and the
ground of international relations. Foreign Policy Analysis (2005) 1, 1–30. Brigham Young University.
Julio Álvarez Sabogal
ANEXO 1: MODELO DE ANÁLISIS DE POLÍTICA EXTERIOR CON ÉNFASIS EN EL TIPO DE RÉGIMEN POLÍTICO
FACTORES EXPLICATIVOS GESTIÓN DE POLÍTICA EXTERIOR
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
FACTORES ACTOR PROCESO PRODUCTO ACCION EXTERNA
Oportunidades/Restricciones (ambiente)
EXTERNOS
Sistema y relaciones
internacionales : DECISOR INDIVIDUAL O
GRUPAL DECISIONES DE POLÍTICA EXTERIOR
Estructura y tendencias de
Escenario de gestión: interno Agenda exterior (política económica, deuda externa,
la economía mundial,
transnacional cooperación, democracia, derechos humanos, lucha
propósitos y acciones de
contra narcotráfico y terrorismo, asuntos fronterizos,
otros actores, problemas
Percepciones del ambiente, valores medio ambiente)
globales y regionales,
derecho internacional y ideológicos e intereses individuales
opinión mundial y de grupo, grupos de interés y de
presión, trayectoria y redes de
influencia, consideraciones éticas.
INTERNOS
Régimen Político TOMA DE DECISIONES COMPORTAMIENTO EN POLÍTICA
Postulados ideológicos. EXTERIOR
Escenario de gestión: interno transnacional
Estructuras de autoridad (accountability, Escenario de gestión: externo e interno
cohesión, control de recursos). Cultura organizacional (estilo de gestión, fundamentos transnacional
constitucionales,
Relaciones Estado-Sociedad (opinión estructura organizativa, política de recursos humanos y Política exterior como implementación del
pública, elites, competencia política) de investigación, asignación de recursos y formación producto.
académica).
Acción externa, forma de conducción de la
Proceso burocrático de toma de decisiones política exterior.
Oportunidades/Restricciones (ambiente)
La política exterior del Fujimorato
CAPÍTULO I
Los regímenes políticos que ha tenido el Perú han sido históricamente decisivos en la política exterior peruana.
Esto se nota con mayor claridad entre los años 1968 y 2000, años en los que tales regímenes influenciaron con
fuerza sobre ámbitos de nuestra política exterior tales como política económica, condicionalidad democrática y
política de derechos humanos. Las transformaciones que acompañaron a los procesos políticos, económicos y
sociales durante este período repercutieron sobre la forma de administrar el Estado y las relaciones de éste
con la sociedad, experimentándose una serie de cambios profundos en la agenda exterior peruana. Estos
cambios no hubiesen sido posibles, o hubiesen sido mucho más leves, de no haberse dado, por un lado, una
coincidencia en el ámbito internacional de tendencias prevalecientes; y por otro, regímenes que suscribiesen
tales tendencias. Los cambios ocasionados afectaron no solamente a los pilares fundamentales de la agenda
exterior peruana, sino también a la cultura organizacional de la diplomacia profesional, a la forma de
implementar las decisiones y a la conducción de la política exterior.
1
1. El escenario internacional y la política exterior de los años 70
El período de auge y crecimiento económico sostenido que se experimentó en el mundo capitalista luego de la
Segunda Guerra Mundial cesó con la crisis económica surgida entre 1973 y 1975, dando paso al desarrollo de
las políticas económicas monetaristas. Esta crisis económica dominó el escenario internacional hasta mediados
de los años 80, afectando en términos generales tanto a las relaciones internacionales, como a las políticas
internas; tocando especialmente a aquellas de los países en vías de desarrollo.
El inicio de la década de los 70 coincidió en América Latina con una serie de gobiernos democráticos de
marcada tendencia pluralista y de corte autonomista. Pese a esto, dichos gobiernos fueron derrocados por
golpes militares que implantaron regímenes políticos autoritarios unidos a doctrinas de seguridad nacional y
anulación del ejercicio democrático. En la mayoría de los casos, las dictaduras que se erigieron tuvieron un
carácter ideológico-pretoriano, desarrollando una política exterior de nacionalismo territorial y programas de
amplia apertura económica.
Julio Álvarez Sabogal
El Perú, que hasta 1968 se caracterizó por tener una política exterior de alineamiento automático con los
Estados Unidos, desarrolló a partir de entonces una política exterior pluralista, de integración regional y de
creciente presencia internacional; estrechamente vinculada a un proyecto político interno de carácter
nacionalista y reformista. En un esquema de desarrollo capitalista impulsado y controlado por el Estado,
empleado a su vez para promoverse a sí mismo, la política económica se caracterizó por respaldar el régimen
de sustitución de importaciones, proteccionismo, reforma agraria, alta inversión pública en infraestructuras,
incremento de la deuda externa y atraso cambiario. Las clases medias, la incipiente burguesía industrial, los
trabajadores y campesinos del sector moderno fueron aquellos actores que brindaron el soporte político
necesario para la aplicación de este régimen.30
Todo esto condujo a que las relaciones entabladas entre el Perú y la potencia hemisférica, los Estados Unidos,
se sumergieran en un período de confrontación y negociación entre 1968 y 1973. El asunto llegó, finalmente, a
un período de distensión entre 1973 y 1975, aun cuando se siguieron dando controversias ideológicas
relacionadas a la reforma de la prensa y la adquisición de armas a la entonces Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS). 31
Con el advenimiento de la segunda fase del gobierno militar hacia 1975, el proyecto político interno inicial
ingresó a un proceso de disolución y, si bien se mantuvo una política exterior autonomista y nacionalista, se
optó por la moderación, la transferencia política, el restablecimiento de la confianza y el desarrollo de 2
convergencias en el ámbito económico con los Estados Unidos32. Se inició entonces la aplicación de un modelo
de desarrollo orientado hacia fuera, caracterizándose la política económica por la liberalización comercial,
renegociación de la deuda externa, promoción de las exportaciones, ajuste fiscal y devaluaciones33.
30
Parodi Trece, Carlos. Perú 1960-2000: políticas económicas y sociales en entornos cambiantes. Lima: Centro de
Investigación de la Universidad del Pacífico, 2003. pp. 99-136.
31
Clayton, Lawrence. Estados Unidos y el Perú 1800-1995. Lima. Centro Peruano de Estudios Internacionales (CEPEI).
1998.
32
Madalengoitia, Laura. Las Relaciones Perú-Estados Unidos: una visión desde el Perú; en Hirst, Mónica –Compiladora-
Continuidad y cambio en las relaciones América Latina-Estados Unidos, Grupo Editor Latinoamericano. 1987.
33
Parodi Trece, Carlos. op.cit., pp.137-150.
La política exterior del Fujimorato
La década de los 80 presenció desde sus inicios cambios significativos en el escenario internacional,
especialmente en las esferas políticas y económicas. Es durante este período, finales de la década de los 70 e
inicios de los 80, que los sistemas políticos latinoamericanos se inclinaron hacia la democracia política
representativa, dando inicio a una ola que empezó en Ecuador en 1978 y continuó en el Perú en 1980, Bolivia
en 1982, Argentina en 1983, Uruguay en 1984, Brasil en 1985 y Chile en 1990. Este embate democratizador se
vio acompañado por la aparición de un nuevo tipo de Estado, el Estado neoliberal34, así como por el rechazo de
los países industrializados hacia el modelo keynesiano. 35
Los países latinoamericanos soportaron durante esta etapa el mayor peso de la crisis económica internacional,
requiriendo fondos monetarios para compensar el segundo aumento en los precios del petróleo y paliar las
obligaciones contraídas con la deuda externa, en el contexto de un sistema bancario internacional sin recursos
financieros suficientes para mantener el mismo flujo de préstamos de los 7036. Se vieron entonces incapaces de
controlar políticamente el triple proceso de internacionalización de las regulaciones comerciales, de la
industria y de las finanzas. Este fenómeno fue seguido por la aplicación de políticas monetarias restrictivas,
provocando una subida espectacular de las tasas de interés en los mercados financieros internacionales que
desembocaron finalmente en el aumento del servicio de la deuda externa para los países de la región. Para 3
estos países, los años 80 fueron la “década perdida”, convergiendo en ella el desempleo, las hiperinflaciones, la
deuda externa, la insalubridad, el narcotráfico y la contaminación ambiental.
El Perú, además de todo lo anterior, sufrió las calamidades de la violencia social y el terrorismo.
34
Chile, desde 1973, bajo el régimen de Augusto Pinochet. Bolivia en 1985, bajo el Gobierno de Víctor Paz Estensoro.
México en 1988, bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Argentina en 1989, bajo el gobierno de Carlos Saúl Ménem.
Venezuela en 1989, bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Brasil en 1989 y Perú en 1990 con el gobierno de Alberto
Fujimori.
35
John Maynard Keynes refutaba la teoría de que la economía tiende automáticamente al pleno empleo. Para él, una
reducción de la tasa de empleo o de los salarios podía desembocar en una reducción de la demanda y, por ende, a una
disminución de la producción, llevando a su vez a mayor desempleo. Para contrarrestar esto, Keynes proponía que en
momentos de estancamiento económico, el Estado debía estimular la demanda con mayor gasto público. Hasta los años
70, muchos estados Europeos basaron sus políticas económicas en el modelo keynesiano, pero la crisis del petróleo hizo
insostenible para estos Estados la aplicación de dicho modelo.
36
Secretaría Permanente del SELA. Informe de Coyuntura: Principales fundamentos teóricos del ajuste económico en
América Latina y el Caribe. Marzo de 2002.
Julio Álvarez Sabogal
En el Perú, el fracaso de la experiencia militar reformista y estatista vivida durante los años 70, condujo al
segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry (1980-1985) a la puesta en marcha de un modelo liberal con
rasgos populistas en el marco de un régimen democrático representativo; originándose un proyecto político
interno estrechamente vinculado a la política exterior. Además, alentado e influenciado por algunos actores
internacionales de tendencia económica ortodoxa, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial,
el belaundismo aplicó una política económica de liberalización comercial, medidas fiscales expansivas dirigidas
al incremento de la inversión pública y mini-devaluaciones; todo ello en un contexto internacional inicialmente
favorable, pero finalmente adverso debido a la crisis agravada por el incremento de la deuda externa, la
recesión internacional y el fenómeno del Niño37.
Laura Madalengoitia observa que, salvo la posición peruana con respecto al conflicto de las Malvinas y la crisis
centroamericana, las orientaciones básicas del segundo régimen belaundista resultaron convergentes con las
principales tendencias del escenario político internacional de inicios de los 8038. Esto evidencia, en efecto, que
la búsqueda de una relación preferencial con los Estados Unidos, el alineamiento y la política económica
jugaron un papel preponderante. La presencia internacional del Perú y su autonomía, ambas ganadas en la
década anterior, se vieron minadas; dando lugar a una dialéctica de mayor dependencia y subordinación y a
una desatención en las relaciones con los países de Europa Occidental, el resto del Tercer Mundo y los países 4
de la órbita socialista.
Madalengoitia subraya también algunos aspectos que señalan las características más saltantes del gobierno de
Acción Popular, del proyecto político interno y de las transformaciones que se produjeron de manera general
en los objetivos y en el proceso de elaboración de la política exterior y estilo diplomático. La autora nota la
existencia de concurrencias ideológicas entre las élites políticas peruanas y norteamericanas, las mismas que
coincidieron con la aplicación de una política económica de corte liberal y con la puesta en marcha de
instituciones democráticas-representativas. Dicha puesta en marcha, sin embargo, estuvo en abierta
contradicción con la tácita renuncia del parte del gobierno a su responsabilidad democrática en la lucha contra
la subversión, el respeto y la protección de los derechos humanos, tal como ha sido señalado en el Informe
Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR):
37
Parodi Trece, Carlos. op. cit. pp. 137-150.
38
Madalengoitia, Laura. op. cit.
La política exterior del Fujimorato
“La CVR encuentra que esa injustificada tolerancia del gobierno de AP hacia los
atropellos a los derechos fundamentales de la ciudadanía, se sustentaba en la intención
y la expectativa de acabar con la subversión en el corto plazo, sin considerar su costo en
vidas humanas. Dicha política fue ratificada por la Ley 24150 promulgada en 1985” 39.
Esto, como era de esperarse, indujo a la prensa internacional a enfocar el tema del terrorismo desde la óptica
de los derechos humanos y no desde la perspectiva de una amenaza seria contra la paz y la supervivencia
misma del Estado peruano, la cual predominaba en el gobierno y las Fuerzas Armadas. Asimismo,
Madalengoitia destaca que si bien las relaciones internacionales del Perú estuvieron marcadas por la voluntad
de realinearse con los Estados Unidos y la comunidad financiera internacional, existieron también serios
conflictos al interior de la burocracia, especialmente entre el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas; representando el
primero a la necesidad de cooperación norteamericana, y encarnando el segundo al nacionalismo peruano.
Señala, finalmente, que estas divergencias propiciaron la ausencia de un diseño coherente de política exterior,
la fragmentación del proceso de toma de decisiones, la desarticulación de las diversas instancias que
participaban en el mismo y el ejercicio de una diplomacia económica que buscó una relación especial con la
potencia hegemónica en abierta contradicción con sectores significativos de una diplomacia profesional y una
diplomacia militar que buscaron mantener espacios de autonomía.
5
Durante el gobierno del Partido Aprista Peruano (PAP), liderado por Alan García Pérez, la política exterior
peruana estuvo una vez más estrechamente ligada al régimen político y al proyecto político interno. El
gobierno de García, al igual que lo hiciera el gobierno de Belaúnde, respetó el funcionamiento de las
instituciones democráticas-representativas. La expresión “respeto al funcionamiento de las instituciones
democrático-representativas” debe de entenderse, sin embargo, tanto en el caso de García como de Belaúnde,
como la ausencia de golpes de Estado y supresiones sin cortapisas del proceso democrático, pero no como la
ausencia de ciertas particularidades propias del sistema político peruano; tales como institucionalidad frágil,
bajo nivel de responsabilización, reducida participación de la sociedad civil, poca o nula presencia del Estado en
la mayor parte del territorio nacional, poder presidencial excesivo, centralización, clientelismo, corrupción,
caudillismo, etc. En todo caso, ambos gobiernos respetaron las instituciones representativas de una
democracia incipiente cuyos rasgos más saltantes fueron su centralismo y representatividad. Paradójicamente,
y al igual que en el gobierno anterior, el funcionamiento formal de las instituciones democrático-
39
Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003. Conclusión No. 3, numeral 86.
Julio Álvarez Sabogal
representativas coexistió con la renuncia tácita del gobierno a su responsabilidad democrática en la lucha
contra la subversión, al respeto y a la protección de los derechos humanos, según lo ha subrayado la CVR:
“Al inicio, el gobierno aprista asumió como propias las críticas a la actuación de las Fuerzas
Armadas que se venían haciendo desde el régimen anterior, buscó el control civil sobre el
militar e impulsó una serie de iniciativas sociales para reorientar la estrategia
contrasubversiva. No obstante, a partir de la “masacre de los penales” en 1986, las Fuerzas
Armadas actuaron con mayor autonomía sin que se les proveyera de un marco legal para la
lucha contrasubversiva”40.
No obstante y a diferencia del gobierno de Belaúnde, el gobierno aprista aplicó una política económica de
corte heterodoxo41 caracterizada por el crecimiento de la demanda interna mediante políticas fiscales y
monetarias expansivas, subsidios a la producción y al consumo, control de precios de bienes y servicios,
proteccionismo comercial, retórica distributiva, moratoria unilateral del pago de la deuda externa y atraso
cambiario. Las transformaciones que se produjeron en los objetivos y en el proceso de elaboración de la
política exterior y estilo diplomático originaron un notorio ascenso de la presencia internacional del Perú y el
ejercicio de una activa diplomacia presidencial que exaltó los gestos y la retórica radical. Fundamento de este
estilo de diplomacia fueron no solamente las preferencias ideológicas de la elite política dominante, sino
también del electorado y la opinión pública, conglomerados alrededor del rechazo contra el modelo liberal de 6
mercado que había aplicado Belaúnde y que dieron sostén a la aplicación de una política económica
heterodoxa. Así, las relaciones internacionales del Perú se vieron una vez más marcadas por una confrontación
con la potencia norteamericana y la comunidad financiera internacional.
La política exterior adquirió entonces un nuevo carácter autonomista y de “resistencia contra el imperialismo”,
tal como la definió el propio Alan García; manifestándose ésta principalmente en los temas relacionados a la
deuda externa y al conflicto en Nicaragua, posiciones que se nutrieron de la existencia de coincidencias entre la
ideología anti-imperialista, "anti-fondomonetarista" e integracionista de la elite política y de las perspectivas
nacionalistas que subsistían en sectores importantes de la diplomacia profesional.
40
Comisión de la Verdad y Reconciliación. op. cit. Conclusión No. 3, numerales 89 a 97.
41
El modelo keynesiano.
La política exterior del Fujimorato
Los paradigmas de vinculación continental existentes hasta entonces en los Estados Unidos con respecto a
Latinoamérica, los mismos que hasta los años 80 fueron “desarrollo y seguridad”, se transformaron desde 1988
en “democracia y desarrollo”42. Hacia fines de esa década se añadieron otros tres temas igualmente
importantes, con los cuales la agenda norteamericana con América Latina quedó definida por seis temas:
tráfico ilícito de drogas, democracia, derechos humanos, desarrollo económico, deuda externa y defensa. Debe
tenerse en cuenta que todo ello se produjo dentro de un contexto de crisis de la deuda externa que limitaba
enormemente los espacios de autonomía de los países latinoamericanos y que, en el caso del Perú, produjo
profundos desequilibrios políticos, económicos, sociales e institucionales. Nuestro país se debatía entre la crisis
económica hiper-inflacionaria, el aislamiento económico internacional, la violencia terrorista y de Estado, el
deterioro de su imagen político-democrática y la poca comprensión de la comunidad internacional acerca del
fenómeno subversivo; estos dos últimos como consecuencia de las denuncias hechas por repetidas violaciones
de derechos humanos perpetradas durante lucha antiterrorista.
El Perú, en definitiva, se vio sumergido a fines de los 80 en una profunda crisis económica, social y política,
dejando al siguiente gobierno cuatro tareas urgentes e impostergables: eliminación de la hiperinflación,
reinserción de la economía nacional en el sistema financiero internacional, pacificación del país y mejoría de la
imagen político-democrática del Perú en el exterior.
7
4. El escenario internacional de los años 90
El conflicto Este – Oeste, y más específicamente el factor político, perdió relevancia como eje articulador
gracias al derrumbe del comunismo en Europa Oriental, la desintegración del bloque socialista, la unificación
alemana y el fin del conflicto ideológico y de la Guerra Fría. Ello fue reemplazado por una lógica de cooperación
y conflicto entre las potencias y un nuevo balance de poder internacional bajo la hegemonía de los Estados
Unidos; todo esto acompañado por una creciente orientación pro-occidental de los países de Europa Oriental,
la expansión europea y norteamericana en dicha región y una mayor homogeneidad en el seno de las Naciones
Unidas. Así, los sistemas de seguridad propios de la Guerra Fría resultaron inoperantes en el nuevo escenario.
El Pacto de Varsovia desapareció y la OTAN debió convertirse parcialmente en un espacio de cooperación
política. Todos estos cambios determinaron la primacía de los aspectos económicos y tecnológicos sobre los
ideológicos y estratégico-militares que desembocó en la supremacía del factor económico-político como eje
42
Dallanegra Pedraza, Luis. Relaciones Política entre Estados Unidos y América Latina: ¿predominio monroista o unidad
americana?. Buenos Aires, Edición del Autor. Dirección web:
http://www.geocities.com/luisdallanegra/EUA_Amla/tapausal.htm. 1994.
Julio Álvarez Sabogal
central del nuevo sistema internacional. La democracia, el libre mercado y los derechos humanos se
convirtieron en las formas dominantes de organización política, económica y social, respectivamente. La
democracia representativa –y con ella el Estado de derecho- se transformó en el único factor de legitimidad
política. A partir de allí, el único Estado legítimo posible fue el Estado democrático y el aumento y efectividad
de la accountability de los líderes políticos por los actos que ejecutasen en el ejercicio del cargo, se transformó
en un rasgo indispensable con el cual debía contar cualquier Estado que se llamase “de derecho”. El libre
mercado y la globalización se impusieron como ideal económico, gracias a la hegemonía mundial del modelo
de desarrollo capitalista y al triunfo de las tesis neoliberales. Por último, como ideal social, se afirmó la
universalización de la protección y respeto a los derechos humanos43, lo que fue asociado al cuestionamiento
del principio de la no-interferencia en los asuntos internos de otros Estados y al fortalecimiento del principio
de inclusión de los individuos del derecho internacional.
Favorecidos por todos estos cambios, los paradigmas “democracia”, “libre mercado” y “derechos humanos”
fueron aglutinados por autores como Francis Fukuyama quien, anunciando “el fin de la historia”44,
pronosticaba una era en la cual los países subdesarrollados podrían alcanzar la modernidad y el desarrollo
únicamente mediante la combinación exitosa de liberalismo económico y democracia política. Este discurso se
materializó en una lista de medidas de política económica que podemos hallar en el llamado “Consenso de
Washington” y que constituyeron una suerte de modelo único para lograr el éxito económico: disciplina
8
presupuestaria, cambios en las prioridades del gasto público (de áreas menos productivas a sanidad, educación
e infraestructuras), reforma fiscal encaminada a buscar bases imponibles amplias y tipos marginales
moderados, liberalización financiera (especialmente de los tipos de interés), búsqueda y mantenimiento de
tipos de cambio competitivos, liberalización comercial, apertura a la entrada de inversiones extranjeras
directas, privatizaciones, desregulaciones y garantía de los derechos de propiedad. Sin embargo, el llamado
“Consenso de Washington” no fue un consenso de la comunidad internacional, ni siquiera de un grupo de
países, sino el resultado de una discusión política e intelectual que tuvo su momento cumbre en 1990 en
Washington DC, donde un grupo de representantes de organismos internacionales, académicos y funcionarios
de América Latina y el Caribe, se reunieron en un foro auspiciado por el Instituto de Economía Internacional
43
“La globalización impulsa, además de la mundialización de los mercados, por lo menos, otras dos universalizaciones. La
de los derechos humanos como valores globales y la de la democracia como sistema político de legitimidad planetaria. Son
las dimensiones ético–políticas de la globalización. Economía de mercado, derechos humanos y democracia son las nuevas
condiciones globales del sistema internacional”.- Rodríguez Cuadros, Manuel. El derecho humano a la democracia;
Artículos de opinión y análisis, Comisión Andina de Juristas; Sitio en la Red: http://www.cajpe.org.pe/m_rodri.HTM. Fecha
de consulta: 7 de enero de 2006.
44
Fukuyama, Francis. El fin de la Historia y el Último hombre. México: Planeta, 1992.
La política exterior del Fujimorato
para evaluar el progreso económico de la región. Pese a la inexistencia de consenso en el Consenso, las élites
políticas y económicas dominantes, nacionales y transnacionales, impusieron la idea de que estas medidas
debían orientar a los gobiernos de los países en desarrollo, a los organismos internacionales (Fondo Monetario
Internacional y Banco Mundial) y a los grupos de expertos en la tarea de evaluación de los avances en materia
de ortodoxia económica; así como al Congreso, a la Reserva Federal y a los altos cargos de la Administración de
los Estados Unidos. De acuerdo con numerosos estudios, el principal problema del Consenso de Washington
fue la exclusión del tema de la equidad; situación especialmente grave en América Latina, donde las políticas
de ajuste nunca han resuelto, sino profundizado altos niveles de desigualdad. En el ámbito político, el sistema
internacional abandonó la bipolaridad política estratégica, la heterogeneidad y la confrontación, dando lugar a
un nuevo balance de poder mundial concentrado en la hegemonía de los Estados Unidos y surgiendo lo que
Luis Chuquihuara denominó como “una crisis de identidades estratégicas y de autonomías nucleares” 45. La
Guerra del Golfo (1991) y la de Kosovo (1999) mostraron cómo los Estados Unidos asumían activamente su
nuevo rol de superpotencia estratégica con proyección planetaria, tal como también se puede ver en los
conflictos de Bosnia-Herzegovina (dados entre 1992 y 1996, de corte étnico, nacionalista y territorial) y en los
de Rusia contra Chechenia (dados entre 1994 y 1996, conflicto político y territorial que aún persiste), conflictos
que han estado fuertemente influenciados por el papel que jugó o evitó jugar la potencia norteamericana. De
la misma manera, los serios enfrentamientos en el Medio Oriente, en la península coreana, en Chiapas y en
9
algunos países africanos, fueron dibujando parte del nuevo rostro del sistema internacional; así como también
lo hicieron el terrorismo internacional, la guerra de las drogas y los múltiples estallidos de violencia social en
todo el mundo. Frente a este panorama, las opciones de política exterior y política estratégica de un Estado
individual y las relaciones de poder globales, como bien lo ha señalado David Held46, siguieron siendo definidas
por su posición dentro de la jerarquía de poder internacional, a la vez que continuaron existiendo profundas
restricciones sobre la acción estatal.
45
Chuquihuara, Luis. Un solo mundo; nuevo escenario internacional, en Perú en la Aldea Global. Lima. Foro Peruano de
Relaciones Internacionales (FOPRI). 1993.
46
Held, David. La democracia y el orden global: Del Estado moderno al gobierno cosmopolita. Barcelona: Paidos, 1997.
Julio Álvarez Sabogal
la Cuenca del Pacífico, por su lado, emergieron como poderosos centros económicos y comerciales bajo el
liderazgo económico de Japón y, posteriormente, de China.
Al mismo tiempo se produjeron en el ámbito multilateral algunos hechos resaltantes, como la inserción del
tema de reforma en la agenda de las Naciones Unidas (particularmente el de la reforma del Consejo de
Seguridad), el menoscabo de la relevancia del Movimiento de Países No Alineados y la consolidación del Grupo
de los Siete (G7). La conformación del Grupo de los Siete en los años 90 resultó altamente trascendente y sigue
siendo en la actualidad de suma importancia, ya que es en el seno del G7 que se reúnen los países más ricos
del mundo (Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Japón, Gran Bretaña y Canadá47) y donde se discuten
desde entonces los cambios internacionales; determinándose así las líneas centrales de la transición mundial,
la instauración del "nuevo orden" y definiéndose las relaciones Norte-Sur. Sin embargo, los efectos de este
nuevo orden fueron contradictorios. Los problemas económicos tendieron a expandirse rápidamente a lo largo
y ancho del planeta, dejando al mismo tiempo enormes regiones de la tierra desconectadas y marginadas. A
partir de entonces, en este escenario de intercambio global, hallarse fuera de los grandes centros o grupos
comerciales equivale a estar relegado e inconexo.
La posición dominante de los Estados Unidos fue desafiada por sus socios y a la vez competidores- Europa y
Japón- con quienes tuvo que aprender a compartir el liderazgo económico. Numerosos estudios coinciden en
que detrás de este escenario visible, lo que se ha creado es una situación mucho más delicada relacionada a la 10
crisis de sobreproducción de los 70, la que en los 90 fue maquillada por los Estados Unidos y Europa con una
política basada en el alto consumo, la especulación financiera y el endeudamiento personal. Fue por ello que la
década de los 90 empezó con el estallido de la burbuja financiera en Japón, segunda economía del mundo.
Llegarían, posteriormente, la crisis mexicana (1994), la del Sudeste Asiático (1997), la crisis rusa (1998) y la
crisis del Brasil (1999).
Ya entrada la década, China se sumó al grupo de países considerados como potencias mundiales. No obstante,
ello no tuvo para dicho país una contrapartida en los ámbitos políticos y militares, ya que la potencia
norteamericana se preocupó por mantener un vigoroso aparato bélico e ideológico que le permite aún hoy en
día conservar una poderosa influencia ideológica y cultural.
Los regímenes democráticos de América Latina que durante la década de los 80 no habían logrado encontrar la
forma de distribuir equitativamente el creciente costo de los ajustes económicos a la vez que sus economías
47
Que se amplió para incluir a Rusia en 1998, gracias a su potencial económico, formando el denominado G8 ó G7 + 1.
La política exterior del Fujimorato
experimentaban una enorme presión por parte del capital extranjero a través de la deuda externa48, vieron
profundizarse la crisis de esta última iniciada en los 80 y terminaron por abandonar sus experimentos social
demócratas.
Fue así como la consolidación de la democracia como régimen político y factor de legitimidad coincidió en
América Latina con el inicio de un proceso de fragilidad económica y social, agravado por una creciente
dependencia del inestable sistema financiero internacional y por la corrupción existente en los países de la
región, favoreciendo a la consolidación de un modelo neoliberal extremo y desatando profundos
cuestionamientos en torno a dicha democracia.
En la práctica, el sueño del fin de la historia no encontró eco en la cruda realidad mundial. Primero, el fin del
conflicto Este-Oeste no supuso la disolución de la contienda Norte-Sur, ni la disminución de la brecha entre
riqueza y pobreza. Por el contrario, esto coincidió con la profundización de la crisis de desarrollo y con un grave
proceso de marginalización de los países del Tercer Mundo. Segundo, las políticas neoliberales impuestas no
redujeron la desnutrición, la mortalidad infantil, el hambre, la pobreza y el desempleo, sino que, por el
contrario, las aumentaron considerablemente en las regiones tercermundistas. Finalmente, la democracia y los
derechos humanos terminaron como meras fórmulas retóricas de los regímenes autoritarios y corruptos en
América Latina sin alcanzar hasta la fecha, ni siquiera como paradigmas, a vastas regiones de África y Asia. 11
48
Cevallos, Jorge Gilbert. América Latina y el Nuevo Orden Internacional, en la Revista de Sociología, publicada por la
Escuela de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, # 11-12, 1997-1998. Dirección web:
http://www.consuladoschile.org/nwoespanol.pdf. 1996. Consulta: 7 de febrero de 2005.
La política exterior del Fujimorato
CAPÍTULO II
La crisis de la década de los 80 favoreció la consolidación del modelo neoliberal en América Latina. En los 90,
democracia, libre mercado y derechos humanos devinieron en las formas predominantes de organización
política, económica y social. Esto ocasionó el cuestionamiento del principio de interferencia en los asuntos
internos de los Estados y el cuestionamiento del principio de exclusión de los individuos del derecho
internacional sobre la base de la condicionalidad democrática y la universalización de los derechos humanos y
la necesidad de protegerlos más allá de las fronteras nacionales. El análisis de la experiencia peruana de los 90,
sin embargo, muestra que, paradójicamente, régimen de Alberto Fujimori combinaba autoritarismo en lo
político, neoliberalismo en lo económico, asistencialismo en lo social y corrupción organizada en lo
administrativo.
1. El escenario interno
En su etapa inicial, el modelo neoliberal extremo permitió al régimen conjurar la crisis económica hiper- 13
inflacionaria y reinsertar al Perú en la comunidad financiera internacional, lo cual fue posible gracias a la gran
autonomía de la que gozó y al apoyo de sus socios políticos -las Fuerzas Armadas, el sector empresarial y los
organismos financieros internacionales - entre otras razones.
El proyecto autoritario permitió al gobierno fujimorista ir haciéndose también del control casi total de los
recursos del Estado. Las instituciones de control burocrático, político y social se vieron debilitadas gracias a la
ejecución de prácticas que restringieron los espacios democráticos, disminuyendo a su vez las ya pocas
posibilidades de control social. Al reducir el grado de competencia política mediante el recurso de debilitar el
colapsado sistema de partidos, se menoscabaron sus posibilidades de influencia y se fortaleció el papel de los
independientes (outsiders) y de los operadores políticos sin compromiso ideológico.
De igual manera, a la vez que se impuso una visión de mercado de individualismo extremo en todos los
ámbitos de la economía y la política, se confinó la participación social a un marco impuesto por prácticas
asistencialistas y corruptas. La opción ideológica neoliberal de las elites peruanas resultó ser, en la experiencia
concreta, una combinación de dicha ideología con un proyecto político que demandaba una opinión pública
Julio Álvarez Sabogal
funcional, una prensa corrupta, unas fuerzas armadas desnaturalizadas y prácticas autoritarias, rentistas y
oportunistas.
Dada la creciente inestabilidad política y social, las percepciones de los actores del régimen favorecieron a una
concepción militarista en la cual predominó una política de pacificación que antepuso la lucha contra el
terrorismo y las concepciones de seguridad nacional al compromiso de cumplimiento de las obligaciones
internacionales del Estado en materia de derechos humanos. Esta situación dio paso al surgimiento de graves
incoherencias entre el discurso oficial y la práctica contra-subversiva real ya desde los primeros meses del
gobierno, relajándose ambas progresivamente en favor de un creciente deterioro de los derechos humanos y
la imagen político-democrática del país.
Dado tal escenario político interno, la competencia política se trasladó al escenario internacional. Los partidos
políticos, que debido a su desprestigio tenían muy pocas posibilidades de obtener apoyo y espacios de
negociación dentro del país, se vieron forzados a situar la arena de competencia política fuera de nuestras
fronteras, aún sabiendo que tal situación dejaba un enorme espacio de autonomía interna (especialmente con
relación al proyecto económico) y limitaba la disputa casi exclusivamente a las características más generales y
visibles del proyecto político autoritario, como fueron la transparencia de las elecciones y las sucesivas
reelecciones de Alberto Fujimori. De este modo, el régimen fujimorista consiguió que a los partidos y a la
sociedad les fuese muy difícil detectar las tácticas centrales de la estrategia autoritaria, tales como la 14
progresiva infiltración política, el debilitamiento de las instituciones democráticas y de control y la instauración
de una red de corrupción, intimidación y compra de lealtades que terminaron por convertir la bisoña
democracia peruana en una pantomima que se representaba en los foros internacionales con elocuentes
discursos y reflexiones filosófico-políticas sobre el respeto a las diferencias culturales, el imperialismo cultural y
a las diferentes maneras que los países tienen para vivir la democracia.
Hoy vemos con claridad cómo, desde el primer día, la democracia y el cumplimento de las obligaciones
internacionales del Estado en materia de derechos humanos no formaron parte de la agenda del régimen, así
como tampoco lo fue de las agendas del sector empresarial ligado a la comunidad financiera internacional, ni
de las elites políticas y militares que favorecieron el autoritarismo, ni de una población que toleró
estoicamente el ajuste económico y que apoyó la ruptura del juego democrático en abril de 1992.
La política exterior del Fujimorato
2. El escenario internacional
El reflejo de esta situación en la política exterior se constata en la forma cómo ésta última se concentró
durante los seis primeros años en difundir la real naturaleza de los grupos terroristas y publicitar los logros de
la política antisubversiva, subrayando el carácter circunstancial de los excesos cometidos por las fuerzas
armadas. Sometida a los caprichos del poder, la diplomacia profesional fue perdiendo su papel protagónico en
la toma de decisiones relacionadas a la política exterior, sobre todo en las cuestiones relativas al cumplimiento
de los estándares democráticos y de derechos humanos. Su labor se enfocó, progresiva e inevitablemente, en
la creación de condiciones externas ideales para la necesaria legitimación internacional del gobierno de Alberto
Fujimori, facilitando la continuidad de su proyecto político a través de la re-reelección en el año 2000. Esta
tarea abarcó también la creación del terreno internacional propicio para lograr la impunidad de ciertos actores
de la coalición dominante implicados en las violaciones de derechos humanos.
15
Las primeras reacciones adversas llegaron de los gobiernos de los países europeos y de las organizaciones
defensoras de derechos humanos con sede en ese continente y en los Estados Unidos. Sin embargo, el
gobierno de este país en opinión de muchos, tardó en reaccionar. De hecho, la percepción que predomina
desde entonces es que el gobierno estadounidense, incluso hasta fines de los 90 y pese a contar ya con
información suficiente sobre el alarmante incremento de la corrupción gubernamental en el Perú y las
sistemáticas violaciones de derechos humanos y de estándares democráticos, evitó la caída del régimen
fujimorista con su silencio y neutralidad. Como bien ha señalado Farid Kahatt, la condena de los Estados Unidos
llegó después, sólo cuando el contexto internacional enfatizó cada vez más las preocupaciones relativas al
Estado de derecho y la democracia y resaltó menos los éxitos económicos y anti-subversivos pregonados por el
gobierno de Fujimori, así como cuando ya había mucho descontento en la propia administración
estadounidense por las prácticas antidemocráticas del régimen:
49
Tal como ocurrió con la decisión de otorgar un nuevo juicio a Lori Berenson. Marcus-Delgado, Jane. El fin de Alberto
Fujimori: un estudio de legitimidad presidencial en Lecciones del final del fujimorismo. Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Lima. 2001.
Julio Álvarez Sabogal
“Los argumentos a favor de una actitud condescendiente hacia el gobierno de Fujimori eran,
pues, variados y cada uno de ellos contribuyó a persuadir a una o más de las agencias
especializadas del gobierno norteamericano involucradas en la agenda bilateral (vgr,
Secretaría de Estado, CIA, DEA, etc.). Pero precisamente por ello, podría decirse que, hacia
fines de los noventa, el gobierno peruano fue víctima de sus propios "éxitos". Cuando la
liberalización económica se convirtió en el credo oficial en la mayoría de países de la región,
cuando la subversión ya había sido derrotada y cuando el interés norteamericano en el tema
del narcotráfico se había desplazado hacia Colombia, el Estado de Derecho y la democracia
volvieron a adquirir preeminencia en la agenda bilateral. A las voces críticas en el Congreso
de los Estados Unidos (que cubrían toda la gama de matices que contiene el espectro político
norteamericano), se empiezan a sumar miembros del entorno presidencial (como Arturo
Valenzuela) y sectores del Departamento de Estado (para no mencionar las fricciones hechas
públicas tiempo atrás entre el "Zar antidrogas" Barry McCafrey y Vladimiro Montesinos)50.
En suma, la política exterior del régimen fujimorista favoreció la confrontación y condujo al gobierno a una
situación de severo aislamiento político que se plasmó en sucesivas crisis políticas, tales como la originada al
retirarse el Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en junio de
1999. También contribuyeron a estas crisis las permanentes inspecciones por parte de organismos
16
internacionales y organizaciones defensoras de derechos humanos entre 1990 y 2000, las visitas de misiones
de observación electoral para garantizar la limpieza de los comicios electorales en 1993 y 2000 y por último, la
sugerencia enviada de manera informal al gobierno peruano en junio de 2000 por los gobiernos organizadores
de la Conferencia Ministerial “Hacia una Comunidad de Democracias” de abstenerse de participar en dicho
evento.
50
Kahatt, Farid. Perú: los factores internacionales y la transición democrática. Palestra Electoral. 2001. Dirección web:
http://palestra.pucp.edu.pe/palelec/index.php3?file=procesopol/farid.htm (Consulta: 15 de junio de 2005).
La política exterior del Fujimorato
Existe consenso acerca del hecho de que, entre 1990 y 2000, se dieron no uno sino varios tipos de regímenes
51
políticos. Así, Juan Miguel Bákula señala que la década fujimorista puede dividirse en cuatro períodos de
ejercicio del poder que corresponden a cuatro tipos de regímenes:
Primera etapa: Gobierno constitucional o elección legítima (28-7-1990 hasta 5-4-1992) y democracia
delegativa;
Etapa final: Gobierno reelecto al margen de la Constitución de 1993 o re-reelección ó reelección, Re-
reelección (28-7-1995 hasta 25-11-2000) y autoritarismo.
3.1. Primera etapa: Elección legítima (28-7-1990 hasta 5-4-1992) y democracia delegativa. 17
Las características de esta fase corresponden a las de la democracia delegativa señalada por Guillermo
O’Donnell. En lo que a política exterior se refiere, corresponde a una etapa de transición en la cual lo más
notable fue el trabajo de Augusto Blacker Miller quien inició el proceso de afinación entre la ideología y la
política exterior. En este período se llevó a cabo también el programa de estabilización de ajuste o "fujishock” y
se inició el proceso de reformas económicas neoliberales, en particular el de las privatizaciones, iniciando una
política exterior que llamo globalista,52 por el énfasis ideológico y pragmático que puso en la dimensión
económica del proceso de globalización.
51
Bákula, Juan Miguel. Perú: entre la realidad y la utopía-180 años de Política Exterior. Fondo de Cultura Económica y
Fundación Academia Diplomática del Perú. Segundo Tomo. Lima. 2002. p. 1348. Nota a pie de página No. 130.
52
“Por globalismo entiendo la concepción según la cual el mercado mundial desaloja o sustituye al quehacer político; es
decir, la ideología del dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo.” Beck, Ulrich. ¿Qué es la Globalización?.
Ediciones Paidós, Barcelona. 1998, p. 27.
Julio Álvarez Sabogal
Fueron Ministros de Relaciones Exteriores Luis Marchand Stens (del 28-7-1990 al 6-1-1991), Raúl Sánchez
Sotomayor (del 7-1-1991 al 14-2-1991), Carlos Torres y Torres Lara (del 15-2-1991 al 6-11-1991) y a Augusto
Blacker Miller (del 7-11-1991 al 5-4-1992).
3.2. Segunda etapa: Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional (6-4-1992 hasta 31-12-1993),
dictadura y autoritarismo.
Tal como ocurrió en otros países de América Latina, este régimen estuvo fuertemente enraizado en una
doctrina de seguridad nacional y surgió como respuesta a la crisis institucional del sistema político sustentado
en una constitución democrática. En materia de relaciones exteriores, esta fase estuvo marcada por el
aislamiento político internacional del gobierno de facto y por los esfuerzos del régimen en obtener el
reconocimiento mundial.
Fueron Ministros de Relaciones Exteriores: Augusto Blacker Miller (del 5-4-1992 al 23-4-1992), quien brindó su
apoyo al golpe de Estado cívico-militar, Oscar de la Puente Raygada (del 24-4-1992 al 27-8-1993) y Efraín
Goldenberg Schreiber (del 28-8-1993 al 31-12-1993).
3.2. Tercera etapa: Entrada en vigor de la Constitución de 1993 (1-1-1994 hasta 28-7-1995) y democracia
delegativa
18
Este período corresponde, nuevamente, al de una democracia delegativa que, esta vez, contaba con un diseño
constitucional ad-hoc que concentraba la toma de decisiones en el poder ejecutivo. Se inaugura esta etapa con
la entrada en vigor de la Constitución de 1993. La política exterior, por su parte, tuvo en la aplicación del
modelo económico neoliberal extremo y, en menor medida, en los éxitos de la política antisubversiva, sus
credenciales más importantes.
En este período, fueron Ministros de Relaciones Exteriores Efraín Goldenberg Schreiber (hasta el 17-7-1995),
Francisco Tudela Van Breugel-Douglas (del 18-7-1995 al 28-7-1995).
En esta etapa comienzan a vislumbrarse las primeras acciones violatorias del orden constitucional que el
mismo régimen había fomentado o tenido que aceptar en el Congreso Democrático Constituyente frente a la
La política exterior del Fujimorato
presión internacional. Dichos acontecimientos fueron dando forma al perfil autoritario del gobierno de Alberto
Fujimori y es posible aseverar que, al igual que ocurrió con los regímenes burocrático-autoritarios de los 70 y
53
80 en América Latina, varias de las características señaladas por Guillermo O’Donnell concuerdan con los
rasgos del régimen cívico-militar de los 90 en el Perú, tanto en la etapa que inauguró el golpe de Estado del 5
de abril de 1992 como en el período 1995-2000.
En lo que a política exterior se refiere, estos años se caracterizaron por un marcado carácter globalista y
continuista, el desarrollo de un estilo confrontacional y una serie de hechos externos e internos que
promovieron el debilitamiento de las posiciones diplomáticas del Régimen.
Fueron Ministros de Relaciones Exteriores Francisco Tudela Van Breugel-Douglas (hasta el 16-7-1997), Eduardo
Ferrero Costa (del 17-7-1997 al 11-10-1998) y Fernando de Trazegnies Granda (del 24-11-1998 al 25-11-2000).
54
Efraín Gonzales de Olarte señala que el programa de ajuste y estabilización tuvo cuatro etapas: 1era:
Estabilización y ajuste (El Fujishock); 2da: El paquete de reformas económicas; 3era: Consolidación de las
reformas y la Nueva Constitución; y 4ta: El reajuste ortodoxo.
19
Desde una perspectiva similar, Carlos Parodi55, para analizar la política y evolución económicas del país en
relación con los cambios políticos internos, divide el período fujimorista en Primer Gobierno (1990-1995); y
Segundo gobierno (1995-2000), fases que subdivide a su vez en función de los hechos políticos y económicos
más relevantes: programa de estabilización; autogolpe de abril de 1992; sobrecalentamiento de la economía;
reelección de 1995; enfriamiento de la economía; y crisis financieras internacionales.
53
O Donnell, Guillermo. El Nuevo Autoritarismo En América Latina. Ciudad de México. Fondo de cultura económica. 1985.
54
Gonzales de Olarte, Efraín. El neoliberalismo a la peruana: economía política del ajuste estructural 1990-1997,
Consorcio de Investigación Económica e Instituto de Estudios Peruanos. Lima 1998.
55
Parodi Trece, Carlos. Perú 1960-2000: políticas económicas y sociales en entornos cambiantes, Centro de Investigación
de la Universidad del Pacífico, Lima 2003.
Julio Álvarez Sabogal
Las etapas de ejercicio del poder56, sin embargo, no coincidieron necesariamente con los períodos de
aplicación del modelo económico neoliberal. No obstante ello, ambos se yuxtapusieron y reforzaron
recíprocamente. La consolidación del proyecto político autoritario facilitó la aplicación del modelo económico y
las peculiaridades de éste (junto con sus contradicciones internas y las políticas asistencialistas y
reeleccionistas de Alberto Fujimori-) aceleraron el agotamiento del proyecto interno en su integridad y el
desprestigio del régimen ante la comunidad internacional.
El cuadro comparativo “Evolución de la política exterior, Régimen político y Modelo neoliberal” que se muestra
en las páginas siguientes sintetiza los procesos de implantación de los modelos económico y político y la
manera cómo estos coincidieron en el tiempo con el proceso de evolución de la política exterior en los años 90.
20
56
Romeo Grompone critica “... la vocación de clasificar al régimen desde la ciencia política identificando momentos a
modo de fotos instantáneas” pues con ello, sostiene, se ignora que el proceso de imposición del proyecto político
fujimorista tuvo propósitos y dirección definidos y que se caracterizó por la ausencia de negociación y el
desmantelamiento institucional progresivo del Estado de Derecho. Grompone, Romeo. Al día siguiente: el fujimorismo
como proyecto inconcluso de transformación política y social, en El fujimorismo: ascenso y caída de un régimen autoritario.
Instituto de Estudios Peruanos. Liam 2001. p. 107. Esta clasificación, empero, no descarta la idea central a que se refiere
Grompone y sólo intenta servir de apoyo metodológico para la identificación de las relaciones que se dieron en materia
de política económica, democracia y derechos humanos, entre el proyecto político y económico interno y la política
exterior del régimen fujimorista. El criterio de clasificación pretende enlazar los ámbitos de lo que ha sido propuesto como
variables explicativas (relaciones Estado y Sociedad, principios ideológicos y factores estructurales) y como variables
dependientes (objetivos de política exterior, proceso de elaboración de política exterior y estilo diplomático).
La política exterior del Fujimorato
21
Julio Álvarez Sabogal
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La política exterior del Fujimorato
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La política exterior del Fujimorato
5.1. Los actores hegemónicos del sistema político: empresarios, comunidad financiera internacional y Fuerzas
Armadas.
Diversos autores se han preocupado por comprender la naturaleza y composición de la coalición dominante y
han coincidido en que ésta estuvo integrada, fundamentalmente, por los organismos financieros
internacionales, los sectores empresariales comprometidos con las actividades primario-exportadoras y un
grupo selecto de tecnócratas, ambos vinculados al capital transnacional. A partir de abril de 1992, a este grupo
se sumaron las Fuerzas Armadas. 57 Estos fueron los actores claves de una coalición dominante que, a lo largo
de diez años, fue la elite que dio sustento al fujimorismo. Henry Pease58 sistematiza los puntos de vista de
dichos autores, los mismos que presentamos resumidos en el siguiente cuadro y al que añadimos las opiniones
de Agustín Haya de la Torre 59 y Carlos Parodi Trece60.
57
Sinesio López, John Crabtree, Julio Cotler, Romeo Grompone, Carlos Iván Degregori, Martín Tanaka, Henry Pease,
Fernando Rospigliosi, Efraín Gonzales de Olarte y Manuel Dammert
58
Pease García, Henry. La autocracia fujimorista: del Estado intervencionista al Estado mafioso, Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú y Fondo de Cultura Económica. Lima 2003. pp. 131-205.
59
Haya de la Torre, Agustín. Dictadura y Democracia: la crisis del Estado Republicano, Fondo Editorial del Foro
Democrático. Lima 2003.
60
Parodi Trece, Carlos. Op. cit. pp. 252-259
La política exterior del Fujimorato
61
No es cierto, por ello, tal como aseveraron algunos autores en 1993, que el poder político de los empresarios que dieron
sustento al régimen fujimorista fuera abierto, transparente e inocuo, así como tampoco que el poder económico que se
reconstruyó se hiciera a partir del mercado, la competencia y sin los favores del Estado. Ver De Althaus, Jaime. El poder de
los empresarios, en Alvarez Rodrich, Augusto –Editor-, en El poder en el Perú, Editorial Apoyo, Lima 1993.
Julio Álvarez Sabogal
El bajo grado de autonomía del régimen respecto a estas elites62 resultó decisivo en la elaboración de políticas.
63
En los 90, el gobierno consiguió tener un mayor grado de control sobre las instituciones militares pero no
bajo el paraguas de la subordinación de éstas a las reglas democráticas, sino bajo una filosofía compartida por
ambos que rechazaba la democracia y que, por el contrario, alentaba el temor y la aparición de comandos de
aniquilamiento como el Grupo Colina. Las Fuerzas Armadas dieron sustento político al gobierno a cambio de
impunidad frente a los excesos en dicho conflicto y recursos que les proporcionaron mayor operatividad y
eficiencia en la guerra contra el terrorismo.
7. Otros actores: nueva elite burocrática, burócratas cooptados, políticos oficialistas y tránsfugas
Existieron otros actores que, pese a haber sido menos influyentes, también dieron un soporte importante al
régimen y colaboraron con los designios de la cúpula. Fueron la nueva elite burocrática, los burócratas
cooptados y los políticos oficialistas y tránsfugas que actuaron principalmente como operadores políticos bien
pagados y dueños de diversos privilegios.
Cada una de las fracciones que integraba la coalición dominante se trazó objetivos propios y buscó sacar el
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máximo beneficio de la situación pensando y actuando en sintonía con los temas que formaban parte de la
agenda de la comunidad financiera internacional.
62
Los regímenes autoritarios tienen por lo regular un alto grado de autonomía respecto de la opinión pública, al mismo
tiempo que una débil autonomía de las elites, en particular de los grupos empresariales y los militares. En los regímenes
democráticos, por el contrario, la autonomía de la opinión pública es mayor y la de las elites es menor. Lasagna, Marcelo.
Cambio institucional y política exterior: un modelo explicativo. Revista CIDOB D'afers Internacionals Nro. 32. Barcelona.
Centro de investigación, docencia, documentación y divulgación de Relaciones Internacionales y Desarrollo. 1996.
Dirección web: http://www.cidob.org/castellano/publicaciones/Afers/32lasagna.cfm. Consulta: 7 de febrero de 2005.
63
Obando, Enrique. El poder de los militares, en Alvarez Rodrich, Augusto –Editor- en El poder en el Perú, Editorial Apoyo.
Lima 1993.
La política exterior del Fujimorato
intereses nacionales; y la orientación globalista de la política exterior. Ver el cuadro “La ideología de la
coalición dominante en los 90” que se presenta a continuación:
La política exterior, por ende, reflejó la coalición de intereses sociales, económicos y políticos y las creencias
básicas de la elite de gobierno acerca de los asuntos mundiales, así como su relación con los intereses externos
e internos del Estado. La ideología dominante tuvo así una influencia decisiva en las políticas públicas. Estas
64
Pease García, Henry. Op. cit.
65
Parodi Trece, Carlos. Op. cit.
66
Haya de la Torre, Agustín. Op. cit. pp. 274-281
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fueron determinadas por los miembros de las elites que argumentaban representar los intereses de los pobres
y el pueblo peruano, al mismo tiempo que, paradójicamente, la mayor parte de la población y los partidos
políticos carecían de acceso a los círculos de quienes elaboraban esas políticas. Es decir que no sólo fueron fiel
reflejo de tal ideología sino que además incorporaron la naturaleza autoritaria del régimen. Todo lo anterior se
materializó en diversas medidas neoliberales de ajuste y estabilización extremos en lo económico,
asistencialistas en lo social y militaristas en seguridad interna67. El cuadro “La naturaleza de las políticas
públicas según diversos autores” muestra el consenso que existe entre los autores acerca de la naturaleza que
tuvieron las políticas públicas que constituyeron el marco general en el que se condujo la política exterior del
Perú durante los gobiernos de Alberto Fujimori:
67
Pease García, Henry. Op. cit. pp.131-205.
68
Pease García, Henry. Op. cit. 131-205.
La política exterior del Fujimorato
Los postulados ideológicos neoliberales de la clase empresarial peruana de los 90 coincidieron con la ortodoxia
del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, así como con
las ideas y requerimientos de las elites de gobierno de los países desarrollados que suscribían el Consenso de
Washington. Para todos ellos, el cumplimiento estricto de este “Consenso” era la única forma que tenían los
países “tercermundistas” de alcanzar el desarrollo capitalista.
Partiendo de estas premisas absolutas, la clase empresarial peruana elaboró una estrategia de diseño e
implantación del modelo neoliberal que en el ámbito interno significó la aplicación a rajatabla de las
recomendaciones del Consenso de Washington, 69 y en el ámbito externo desembocó en la implementación de
una política globalista que implicó el acatamiento de las condiciones de pago de la deuda externa, apertura de
la economía y aplicación de recetas macroeconómicas impuestas por los organismos y la comunidad financiera
internacional. Es decir que, el gobierno dio un giro de 180 grados, abandonando lo propuesto por el candidato
Fujimori en materia económica durante la campaña electoral de 1990 y dando paso a la aplicación de un
modelo neoliberal extremo que impregnó tanto la acción exterior como la manera de observar los fenómenos
internacionales70.
31
Así, el Presidente del Consejo de Ministros, Juan Carlos Hurtado Miller, anunció el 8 de agosto de 1990 la
aplicación del programa neoliberal ortodoxo que debía ayudar a cerrar las brechas fiscal, exterior y de
69
Esto es, ajuste neoliberal extremo, reducción del papel empresarial del Estado, privatizaciones, liberalización del
mercado laboral, énfasis en las metas macroeconómicas, creación de condiciones internas que favorecieran la
recuperación de la confianza de la comunidad financiera internacional y el flujo receptivo de inversiones extranjeras y re-
primarización de la economía.
70
“Dice Pierre Bordieu, el notable sociólogo francés, que intereses fácilmente identificables en los países desarrollados,
han puesto de moda un nuevo vocabulario –que él denomina vulgata internacional- mediante el cual se busca legitimar
una visión particular del mundo y al mismo tiempo enmascarar la verdadera dinámica de la vida internacional (...) el
determinismo económico contemporáneo, es decir, aquella visión –porque no es una teoría- que busca de manera
unilateral y excluyente persuadirnos que los fenómenos más importantes de las relaciones internacionales solamente
pueden ser interpretados desde la economía y las finanzas. Todas las demás disciplinas (...) son en el mejor de los casos
accesorios, determinándose su validez por su funcionalidad al análisis. Económico. (...) No fue una expresión académica
más, ya que fue asumido como un lineamiento de acción y afectó en muchos casos la percepción que se tenía de las
instituciones del Estado, en especial del servicio exterior y de su función principal: la diplomacia”. Lázaro Geldres, Jorge.
La vigencia e importancia de la diplomacia y la política exterior en el contexto de la “Nueva Economía” y la revolución
tecnológica. Revista Peruana de Derecho Internacional, Tomo L, Julio-Diciembre 2000, No. 116, Lima 2000. pp. 198 y 199.
Julio Álvarez Sabogal
Existe consenso entre los autores respecto a que el proyecto económico neoliberal requería una contraparte
social y política que debía materializarse en una política frágil de fomento de la democracia y de protección de
los derechos humanos74.
71
Los acontecimientos del 8 de agosto de 1990 dejarían muy claro que el gobierno de Alberto Fujimori se caracterizaría
por la aplicación escrupulosa de las recetas del Fondo Monetario Internacional y, al mismo tiempo, darían inicio a una 32
etapa de profundas transformaciones en la vida económica y política del Perú.
72
Conocido como Fujishock, que fue un severo programa realizado sin el apoyo de políticas públicas que amortiguaran el
costo social y económico del ajuste sobre los sectores pobres de la sociedad peruana.
73
Liberalización del sector financiero; liberalización de precios y desregulación de los mercados; eliminación de los
controles de cambios; liberalización comercial; eliminación de los controles de cambios; liberalización extrema del
comercio exterior; eliminación del subsidio a las exportaciones y el crédito a las exportaciones no tradicionales;
flexibilización del mercado de trabajo; y reducción de la política económica al ámbito fiscal.
74
Inclusive, hay estudios que sugieren que la política exterior e interna en materia de conservación de la biodiversidad no
fue un fin en sí en la política de Fujimori sino solamente un medio de desarrollo a través de su valorización económica
desde un enfoque neoliberal. El compromiso para la conservación de la biodiversidad durante el gobierno fujimorista
estuvo determinado, entre otros factores, por razones de política interna. Mientras los movimientos sociales eran
reducidos al clientelismo, el movimiento ligado a la conservación de la naturaleza era reforzado por el propio régimen. El
gobierno fujimorista necesitaba un actor social con un discurso aceptable para ser involucrado en la política nacional, en la
medida de que ello daba legitimidad interna y externa al gobierno. Requería interlocutores en la sociedad civil para
desarrollar su estrategia nacional y mostrar respeto por los principios de la Convención sobre la Biodiversidad (CDB); en
síntesis, necesitaba un movimiento social que no lo incomodara, que compensara sus carencias sin cuestionarlo
políticamente y que, por el contrario, lo legitimara.- Galvín, Marc. La política peruana de gestión de la biodiversidad: un
objetivo de conservación al servicio del desarrollo en ¿A dónde va el Perú?: balance del fujimorismo y preguntas para el
futuro. Auroi, Claude y Bossio, Sandra –Compiladores-. Institut Universitaire d’Étude du Développement y Centro de
Estudios Regionales Andinos Bartolomé de las Casas. 2002.
La política exterior del Fujimorato
Si bien el programa de ajuste y estabilización y las medidas económicas de segunda fase no tenían oposición
sustantiva en el Parlamento75, ello no era suficiente. La crisis de representatividad de los partidos y la brecha
Estado-sociedad no garantizaban la viabilidad del proyecto económico. Éste exigía una contraparte social y
política que consistía en la ausencia de presiones sindicales y la desaparición de una oposición política
organizada que pudiese bloquear la segunda fase de reformas.
El prerrequisito antidemocrático del proyecto económico, a su vez, armonizaba muy bien con el proyecto
autoritario de un sector de las Fuerzas Armadas, el cual se materializó en proyectos de ley en materia de
defensa, pacificación y lucha antisubversiva que, a pesar de todo, encontraron férrea oposición en el
Parlamento.
En síntesis, el régimen enfatizó la defensa y la seguridad en las políticas de pacificación y lucha antisubversiva,
así como la eficacia económica en desmedro de la justicia social, la democracia y el respeto y defensa de los
derechos humanos. Esto es, tal como había sido previsto en el modelo económico y social del Plan Verde76:
75
La política neoliberal extrema del régimen fujimorista recibió apoyo legislativo en 1990 por parte de los parlamentarios
del Frente Democrático (FREDEMO) que había aprobado otorgar facultades legislativas al Ejecutivo en materia de
economía y defensa. Este movimiento político era la primera mayoría de la oposición y suscribía la aplicación de un
modelo neoliberal. 33
76
“El replanteamiento de la estrategia de lucha contrasubversiva que las FUERZAS ARMADAS habían realizado a fines de
los ochenta tuvo repercusiones de diferente envergadura. Políticamente, implicó que las FUERZAS ARMADAS se
atribuyeran el derecho a definir las políticas de Estado de acuerdo a las necesidades de la guerra, concibiendo la
"contrasubversión" como un proyecto político superior o prioritario al proceso democrático en curso. La nueva estrategia
"integral", que enfatizaba las operaciones psicosociales y, sobre todo, las de inteligencia y contemplaba la comisión de
violaciones a los derechos humanos menos numerosas pero más premeditadas, requería un acondicionamiento
institucional-estatal funcional a sus planes. Ello tuvo como resultante que, durante 1989, a la par de la puesta en
funcionamiento de la nueva estrategia contrasubversiva, un grupo de militares y civiles se dedicara a preparar,
clandestinamente, un plan de golpe de Estado para introducir un sistema de "democracia dirigida" con el cambio de
gobierno de 1990. // Sobre la base de un diagnóstico que sostenía que "Ninguna Organización Política dentro del marco
institucional existente está en capacidad de combatir con éxito a Sendero, ni de corregir la dimensión del Capitalismo
Burocrático". Este plan político-militar -conocido después en los medios de comunicación como el "Plan Verde"-buscaba
establecer un gobierno militar secreto, de poder real o "dominio estratégico" no susceptible de desgaste político, que
gobernara efectivamente el país oculto tras el gobierno elegido. Contempla para ello la creación de una serie de instancias
de gobierno especiales, de fachada y de poder real. Se establecía que éste sería el remedio para los males que los partidos
políticos habían traído al país, especialmente la "experiencia APROSUBVERSIVA".// Como la nueva estrategia lo requería,
el plan contemplaba reformas estructurales del aparato del Estado, en particular las necesarias para eliminar la
hiperinflación –objetivo principal de corto plazo-y restablecer el crédito internacional. Sin nuevos préstamos, la lucha
contrasubversiva resultaba difícil de mantener. El plan contenía por ello una versión radical del ajuste estructural liberal de
la economía, línea promovida por los Estados Unidos (EEUU), la principal fuente potencial de ayuda militar y económica.
También se definieron una serie de reformas para dar las condiciones políticas y legales convenientes para las operaciones
militares y de inteligencia”.- Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003.Informe de la
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Tomo III. Primera parte: el proceso, los hechos, las víctimas. Sección segunda: Los
Julio Álvarez Sabogal
actores del conflicto. Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.3.1.1 La estrategia "integral" de lucha
contrasubversiva y el Plan Político-Militar. 2003.
77
Rospigliosi, Fernando. Las Fuerzas Armadas y el 5 de abril: La percepción de la amenaza subversiva como una
motivación golpista. Lima. Instituto de Estudios Peruanos. 1996; y Caretas, A ocho años del autogolpe. Artículo publicado
en la edición No, 1613 del 7 de abril de 2000, Lima.
La política exterior del Fujimorato
que hay que "frenar lo más pronto posible el crecimiento demográfico", por lo que urge "un
tratamiento para los excedentes existentes".
Para ello, se recomienda que “la utilización generalizada de procesos de esterilización de los
grupos culturalmente atrasados y económicamente pauperizados. Sin estas cargas
innecesarias el acceso a ciertos niveles de bienestar por los grupos familiares débiles se
facilitaría."
"Los métodos compulsivos deben tener sólo carácter experimental y aplicarse en zonas
puntuales para medir las distintas reacciones de la población ante su aplicación, antes de
extenderlos a otros sectores".
"Debe ser norma en todos los centros de salud que atiendan partos, la ligadura de trompas,
salvo demostración fehaciente de solvencia económica".
"La manera más sana de aligerarnos del excedente poblacional sano, es la migración a otros
países".
El 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori, con el apoyo político-institucional de la Fuerzas Armadas y un amplio
apoyo de la opinión pública79, llevó a cabo el denominado “Autogolpe”, “Golpe Cívico-Militar” o simplemente
78
Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003.Informe de la Comisión de la Verdad y
Reconciliación. Conclusión No. 4, numeral 61. 2003.
79
El gobierno de Fujimori “... surgió en un contexto económico donde no se percibían salidas razonables a corto plazo y el
país estaba afectado por una guerra interna que no tenía cómo llegar a su fin. El autogolpe de 1992 seguido por la captura
de Abimael Guzmán inicia un período de transformaciones en que se violentó el Estado de Derecho con una amplia
aceptación por parte de la sociedad”.- Grompone, Romeo. Al día siguiente: el fujimorismo como proyecto inconcluso de
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“Golpe de Estado”. Disolvió el Parlamento; intervino el Poder Judicial y los órganos de control jurídicamente
autónomos –Tribunal de Garantías Constitucionales, Contraloría de la República, Ministerio Público y Consejo
Nacional de la Magistratura-; y declaró la instauración de un Gobierno de Emergencia y Reconstrucción
Nacional, el cual empezaría a gobernar y dictar las nuevas reglas de juego mediante decretos leyes.
La aplicación de este modelo80 ocasionó inicialmente el aislamiento del gobierno peruano y la intervención de
la Organización de los Estados Americanos (OEA) que emitió las resoluciones del 13 de abril y 18 de mayo de
81
1992 aprobando la suspensión general de la ayuda económica al Perú, con excepción de la ayuda
humanitaria, y la supervisión del proceso de recuperación de la institucionalidad democrática y el pleno
respeto a los derechos humanos. Estas medidas, sin embargo, no tuvieron una repercusión notable en la
recuperación de la institucionalidad democrática debido a que, sólo un mes y medio después, el gobierno de
facto era convalidado por la misma Asamblea reunida en Nassau a cambio de algunas promesas seudo-
democráticas que tal vez muchos creímos. Con esta convalidación tácita y la promesa de una asamblea
constituyente, la situación de la democracia y los derechos humanos pareció mejorar para, sin embargo,
agravarse progresivamente a partir de 1995.
El otro ámbito de la seguridad interna, el de la lucha contra las drogas, mientras tanto, seguía la lógica de la
corrupción. Desde el inicio, dicha política recibió un fuerte impulso, en especial debido al hecho de que éste
era una de los cinco temas prioritarios de la política exterior de Estados Unidos. Programas de sustitución de 36
cultivos y desarrollo alternativo fueron puestos en práctica al mismo tiempo que se suscribían numerosos
instrumentos internacionales para apoyar la lucha contra el tráfico ilícito de drogas y facilitar la entrada de las
Fuerzas Armadas en el frente de la lucha contra las drogas. Esta situación era favorecida, además, por la
persistencia de los estados de emergencia en las zonas de producción cocalera.
Pero todo este despliegue de medidas vino acompañado por un proceso de descomposición moral de las
Fuerzas Armadas asociado con el tráfico ilícito de drogas entre abril de 1992 y abril de 1996, así como por la
actitud permisiva del poder político que encontró en estas prácticas corruptas la forma de retribuirles por su
transformación política y social, en El fujimorismo: ascenso y caída de un régimen autoritario, Instituto de Estudios
Peruanos. Lima 2001. p. 83.
80
Ruptura del proceso democrático peruano de abril de 1992 y subordinación de las instituciones democrático-
representativas.
81
Mariátegui, Juan. El 5 de abril y la política exterior peruana. Juan Mariátegui. Lima 1993.
La política exterior del Fujimorato
apoyo incondicional y de sustentar los ingresos para la oficialidad y el personal de tropa más allá de las
falencias económicas del presupuesto de defensa82.
Ambas, tanto la lucha contra el terrorismo como el combate contra las drogas tuvieron a las Fuerzas Armadas
como el actor más relevante; y ambas políticas se inspiraban o tenían profundas coincidencias con las
propuestas del modelo político del Plan Verde (Cuadro: El modelo político del Plan Verde):
82
“En el plano internacional existen diversos instrumentos que de una u otra manera sugieren la entrada de las Fuerzas
Armadas a la lucha frontal contra el narcotráfico. Primero, la Declaración Presidencial de Cartagena (febrero de 1990) y la
propia Declaración de San Antonio –recordemos la propuesta de creación de una fuerza multinacional antidrogas de
EE.UU, de 1992. Por su parte los propios institutos castrenses han mostrado diversas opiniones, sino hay que revisar los
documentos de Santa Fe I y II. La posterior reunión de Ministros de Defensa de las Américas en Williamsburg en 1995, las
de los jefes de ejército de Bariloche de 1995 y posteriormente las de Cartagena de 1996. En el plano interno, tenemos
varios intentos de armonizar las políticas y las leyes hacia una perspectiva represiva (...) Si bien la situación de la injerencia
y monopolio de las Fuerzas Armadas sobre la lucha contra el narcotráfico acaba en abril de 1996 con la creación de
CONTRADROGAS, así como con la entrega de las atribuciones a la Policía Nacional, esto no es producto de un cambio
político éticamente voluntario o de medidas adoptadas desde el propio seno de las Fuerzas Armadas para enfrentar la
corrupción institucional alrededor de la lucha contra las drogas. Mas bien, se trata del resultado de los grandes cambios
ocurridos en la geopolítica del narcotráfico, a nivel global, que derivaron en la crisis de la economía de la coca en el Perú
que perduró hasta avanzados 1998. Ello permitió que los cultivos se trasladaran a territorio colombiano, que los
campesinos cocaleros atravesaran una severa crisis económica y ecológica producto del hongo que secó sus matas de
coca”.- Soberón Garrido, Ricardo. Corrupción asociada al tráfico ilícito de drogas (TID) y las Fuerzas Armadas, 1992-1996.
Revista Probidad. 2001. Dirección web: http://www.revistaprobidad.info/016/005.html
83
Rospigliosi, Fernando. Op. cit. y Caretas, A ocho años del autogolpe. Artículo publicado en la edición No, 1613 del 7 de
abril de 2000, Lima.
Julio Álvarez Sabogal
Estados Unidos, por su parte, a la vez que condicionaba la ayuda oficial a ciertos estándares mínimos de
respeto a los derechos humanos, paradójicamente, se hacía de la vista gorda y los oídos sordos frente a hechos
flagrantes.
Uno de los elementos que constituyen del sistema político es el régimen84 y éste comprende, entre otros,85 las
estructuras de autoridad, bien sea como estructuras de decisión -aquellas que distribuyen los costos y 38
beneficios dentro de la sociedad- y estructuras de refuerzo (enforcement) –las que están orientadas a la
ejecución de las decisiones, reforzamiento de la obediencia y extracción de recursos de la sociedad. El
comportamiento de las estructuras de decisión y de refuerzo como tales produce una lógica democrática que
involucra siempre cierto de grado de fragmentación política o división de poderes entre varios actores e
instituciones, propios de la deliberación. En los regímenes autoritarios, sin embargo, las estructuras de
refuerzo se convierten en estructuras de decisión y éstas se transforman en simples agentes de ejecución y
84
Leonardo Morlino señala que los principales elementos constitutivos del sistema político son la comunidad política, el
régimen y las autoridades. Morlino, Leonardo. Cómo cambian los regímenes políticos. Capítulo 1: del desarrollo al cambio.
Centro de Estudios Constitucionales. Madrid 1985.
85
Estos son: a) las ideologías, valores, y creencias que influyen en las normas, las reglas o de juego o las estructuras de
autoridad, dominantes o en situación de conflicto; b) las normas y reglas de juego que sirven para la resolución pacífica de
conflictos políticos; y c) las autoridades que, finalmente, son las personas que ocupan y dan vida a las estructuras.
La política exterior del Fujimorato
Varios autores que han estudiado las estructuras internas del régimen 87 fujimorista han señalado que éstas se
caracterizaron por ser centralizadas, concentradas, carentes de intermediación política y clientelistas, así como
por la predominancia de estructuras paralelas, como el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) que
intermediaba entre las organizaciones sociales y políticas y las autoridades del gobierno central:
86
Lasagna, Marcelo. Op. cit.
87
Sinesio López, John Crabtree, Julio Cotler, Romeo Grompone, Carlos Iván Degregori, Martín Tanaka, Henry Pease,
Fernando Rospigliosi, Efraín Gonzales de Olarte y Manuel Dammert
88
Pease García, Henry. Op. cit. pp. 131-205.
Julio Álvarez Sabogal
Durante el Fujimorato, la transformación de las estructuras de decisión en refuerzo fue evidente y el grado de
cohesión política fue alto durante casi toda la década, con excepción de ciertas coyunturas, como la del cese
del General Nicolás Hermoza y durante el ocaso del régimen, en donde la falta de cohesión desembocó en la
caída del asesor Vladimiro Montesinos y de Alberto Fujimori. Es un hecho que las luchas de poder por el
predominio dentro de la coalición dominante no fueron frecuentes. Cada actor clave tenía bien delimitado su
campo de acción y las interferencias fueron pocas. A las Fuerzas Armadas les correspondía el orden, la
40
represión y la fuerza; a los empresarios y tecnócratas el manejo macroeconómico; y a los operadores políticos
la intermediación de los intereses del gobierno central y de las organizaciones sociales.
89
Bernales Ballesteros, Enrique. La Constitución de 1993, ICS Editores. 1996.
La política exterior del Fujimorato
Un régimen autoritario tiene, por lo general, una estructura de autoridad paralela a la estructura formal
consagrada en las normas constitucionales. Algunas veces crea abiertamente organizaciones ad-hoc y, otras,
cuando elige el camino de una democracia sólo en las formas, modifica los roles políticos de las instituciones
democráticas y las desnaturaliza. 90 Así, por ejemplo, el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), cuyo objetivo en
teoría era producir inteligencia y realizar actividades de contrainteligencia para la seguridad y desarrollo
mediante la defensa nacional, fue consolidándose como aparato político del régimen91 y, entre otras
actividades, intermediaba entre las organizaciones sociales y políticas y las autoridades del gobierno central
(Cuadro: Las estructuras de decisión del estado en los 90), desplazando a las instituciones formales, llámese
ministerios u organizaciones del tercer sector. El supuesto pluralismo y vocación concertadora inicial del
gobierno fujimorista fueron en realidad meros artificios.92
90
Lasagna, Marcelo. Op. cit.
91
“Entre las funciones que, ilegalmente, desempeñó de facto, controlado por Montesinos estuvieron: dirigir las campañas
electorales, espiar (interceptación telefónica) y sabotear a la oposición política, vigilar y controlar a los medios de
comunicación (especialmente a la TV) para que cumplan con su propia agenda, producir leyes para que el Congreso las
apruebe y elaborar fallos del Poder Judicial (y después también del Jurado Nacional de Elecciones). Con el SIN como núcleo 41
central del poder real, la colocación de representantes leales o comprados por el régimen y los cambios legales e
institucionales introducidos poco a poco, la división de poderes y autonomía de los mismos pasó a ser una ficción en el
país. Aunque el régimen trató siempre de mantener las apariencias, especialmente para evitar las posibles presiones
internacionales, ello se evidenció cada vez más y se escondería menos. Con el Poder Judicial y el Ministerio Público
intervenidos y controlados desde el SIN y un Legislativo dirigido por una mayoría que también atacaba ciegamente sus
disposiciones, en los siguientes años se sucedieron una serie de escándalos que significaron graves reveses para el Estado
de Derecho. Por no ser parte, directamente, de nuestro mandato, no nos explayaremos al respecto, pero sí cabe señalar
que las libertades básicas carecían de garantías en un Estado en el que todos los órganos estaban, de una u otra manera,
controlados por el Ejecutivo y su brazo político (el SIN)”.- Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima,
Perú. 2003.Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Tomo III, primera parte: el proceso, los hechos, las
víctimas. Sección segunda: Los actores del conflicto. Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.3.12.4. El aparato
político del régimen.
92
“Y es que Fujimori nunca tuvo ni mostró una intención de construir un partido o frente democrático con el cual gobernar.
Siendo una persona pragmática, desideologizada, prefirió optar por soluciones más rápidas y aparentemente eficaces,
aunque fueran ilegales. Pronto, se iría haciendo evidente su opción real de construir un camino paralelo, de gobierno
oculto, apoyado en operadores políticos en la sombra y en alianza con sectores militares. La idea que había aceptado
gustosamente poco antes de iniciar su mandato. Paralelamente al gabinete formal, existía ya un equipo informal, una
suerte de gabinete en la sombra. Como sostuviera Carlos Amat y León, entonces Ministro de Agricultura, se trato de "un
sistema secreto personal de líneas de mando basadas en lealtades, supongo que para tener un sistema de reporte personal
paralelo a sus ministros (Bowen 2000: 45)" De esta manera, el gobierno alentaba la desinstitucionalización del proceso de
toma de decisiones y gestaba, al margen de la estructura pública formal, un núcleo de operadores responsables en la
práctica de las políticas de Estado, por lo menos en varios sectores o campos de interés. Vladimiro Montesinos, quien había
ingresado al gobierno como especialista en temas de seguridad y defensa, sería una de las cabezas más visibles de este
Julio Álvarez Sabogal
Las estructuras de autoridad paralelas durante el Fujimorato definieron procesos políticos de toma de
decisiones que involucraron exclusivamente a los funcionarios oficiales y personas de confianza de Alberto
Fujimori, quienes contaban con total autonomía para definir la naturaleza de los problemas públicos y buscar
sus soluciones. Con este nivel de independencia, Los políticos, tecnócratas y burócratas que integraron la
coalición dominante actuaron orientados por sus propios intereses o en favor de las elites y otros sectores
minoritarios de la población.
14. Débil responsabilización horizontal: concentración del poder y ausencia de contrapesos institucionales
El sistema político peruano reserva para el Presidente de la República la dirección de la política exterior y 42
concede al Parlamento el control de la orientación política y el derecho de asignación de recursos a través de la
aprobación del presupuesto público anual, siempre que pueda ejercer dicha función de manera deliberante e
independiente. En el Perú, sin embargo, estas facultades de control del Legislativo han sido débilmente
ejercidas, más aún durante el Fujimorato. Las razones subyacen en la naturaleza misma de nuestro sistema
político cuyos defectos supo explotar el gobierno de Fujimori, esto es, centralización política entre el nivel
nacional y los niveles subnacionales de gobierno; y ausencia de instituciones y mecanismos que posibiliten la
participación y control social y el funcionamiento de la democracia entre elección y elección, culto al
personalismo y el caudillismo. A todo esto se añadió el abuso de poder, la erosión de las instituciones
grupo alterno, en el que también participaron otros "asesores" del gobierno, como Santiago Fujimori (hermano del
presidente), Augusto Antonioli (introducido al entorno presidencial por el general Edwin Díaz) y Absalón Vásquez
(catedrático de la Universidad Nacional Agraria de La Molina). Los dos equipos de gobierno no solían reunirse y rara vez se
cruzaban”.- Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003.Informe de la Comisión de la Verdad
y Reconciliación. Tomo III, primera parte: el proceso, los hechos, las víctimas. Sección segunda: Los actores del conflicto.
Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.3.3.3 La estructuración real del gobierno.
93
Lasagna, Marcelo. Op. cit..
La política exterior del Fujimorato
La legitimidad interna de Fujimori se construyó sobre los logros de las políticas económicas y sociales
94
clientelistas que probaban su eficacia y no sobre principios de ciudadanía o de respeto a las instituciones
democráticas. Por ello, a diferencia de los gobiernos inmediatos anteriores (Fernando Belaúnde y Alan García)
el grado de control parlamentario fue débil en casi todos los ámbitos de políticas públicas, inclusive la política
exterior.
Contradictoriamente, mientras las tendencias democráticas mundiales favorecían una mayor participación de
los poderes autónomos y de la sociedad civil, en el Perú, la mayoría fujimorista restaba atribuciones
constitucionales de fiscalización y control en materia de política exterior al parlamento. Al mismo tiempo,
robustecía la concentración de los poderes de agenda y control en las manos del poder ejecutivo. Éste no sólo
designaba al ejecutor de una determinada política concentrando el poder de decreto sino que también
designaba al agente fiscalizador y centralizaba el poder de veto, haciendo imposible el control parlamentario 43
sobre sus actos.95 De esta forma, las diferencias en la definición y ejecución de la política exterior no se dieron
entre gobierno y Parlamento, sino entre mayoría y minoría al interior de éste.
A partir el golpe de Estado del 5 de abril de 1992, el gobierno fue controlando progresivamente todas
instituciones capaces de fiscalizar: Poder Judicial, Contraloría, Parlamento, Tribunal Constitucional y Prensa. El
Parlamento votaba en bloque y por consigna. Controlaba la Comisión de Relaciones Exteriores e
institucionalizaba la costumbre de aprobar leyes controversiales de manera sorpresiva, publicar fe de erratas
que contenían modificaciones sustanciales de normas controversiales y promover el transfuguismo como
94
Panfichi, Aldo y Cinthya Sanborn. Fujimori y las raíces del neopopulismo, en Parodi Trece, Carlos (2003) Perú 1960-2000:
políticas económicas y sociales en entornos cambiantes. Lima. Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico. 1997.
p. 255.
95
Los cambios en las reglas del juego y los papeles políticos al interior del régimen afectan la política exterior, en la
medida que varían los arreglos institucionales y los procedimientos decisionales, esto es, en las relaciones y las
atribuciones de poder de los actores claves y de las instituciones formales. Este cambio es particularmente dramático
cuando se pasa del autoritarismo a la democracia o viceversa, pues se produce una alteración de los actores específicos
que intervienen y la naturaleza del proceso de elaboración de la política exterior.- Lasagna, Marcelo. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
Los graves hechos de corrupción que ocurrieron durante el régimen de Alberto Fujimori (y que ocasionaron
finalmente su caída) nos obligan a incluir este fenómeno como una de las factores que explican las
transformaciones en la política exterior peruana de los 90. En estos hechos estuvo involucrado un número
grande de personas que ejercieron cargos del más alto nivel: Jefe de Estado96, Congresistas, Ministros de
Estado, Jueces, Funcionarios del Jurado Nacional de Elecciones y del Ministerio Público, miembros de las
Fuerzas Armadas, asesores, entre otros. Los casos que actualmente se hallan en investigación son numerosos,
97
de hecho, demasiados para los alcances de este trabajo, pero el grado de descomposición moral al que se
96
En los primeros días de octubre del 2004, la prensa difundió que la Contraloría General de la República había señalado
en un informe entregado al Poder Judicial que el ex presidente Alberto Fujimori poseía un desbalance patrimonial y de
cuentas bancarias por valor de 919 millones de nuevos soles, unos 275 millones de dólares. En efecto, el vocal supremo 44
instructor, José Luis Lecaros, aseguró que el informe elaborado por la Contraloría General de la República, sobre las
cuentas del prófugo ex presidente Alberto Fujimori establecía la existencia de “un gran desbalance patrimonial de varios
cientos de millones de soles”. Señaló que: “Allí se incluye las donaciones que hizo Japón y que se manejaron a través de
Aken y Apenkai así como las transferencias que se hizo de los ministerios de Defensa, del Interior y las Fuerzas Armadas al
(desactivado) Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y la triangulación que hizo el SIN a Fujimori”. El citado Vocal agregó
que existían testimonios de personal del desactivado Servicio de Inteligencia Nacional así como de Vladimiro Montesinos,
Matilde Pinchi Pinchi, Angélica Arce, entre otros, que demuestran que desde el SIN se enviaba dinero al ex mandatario en
efectivo y en cheques sin documentación de por medio. Asimismo, añadió, entre otros, que, de acuerdo a lo declarado por
el ex ministro de Salud, Carlos Vidal Layseca, “aparentemente hubo una concertación entre el ex presidente Alberto
Fujimori y el ex ministro Victor Joy Way” para presionar en diversos ministerios como el de Salud con la compra de
medicinas chinas y de Agricultura con la compra de los tractores chinos. Finalmente, alrededor del 10 de octubre de 2004,
la Contraloría General de la República difundió un informe según el cual el ex presidente Alberto Fujimori había gastado
cerca de dos millones de dólares del Estado peruano para pagar la educación de sus hijos en el extranjero. Fujimori, quien
se encontraba prófugo en Japón desde noviembre del año 2001, había empleado un millón 726 mil 162 dólares para pagar
los estudios de sus hijas Keiko Sofía y Sachie Marcela en universidades de Estados Unidos. Esta cifra correspondía a la
educación superior en sí, que incluía la compra de libros y otros elementos académicos; el pago de las cuotas
universitarias; y los gastos por viajes y alimentación. De acuerdo con el detalle, por educación superior, Fujimori
desembolsó 917 mil 681 dólares, por el costo de las universidades 354 mil 881 dólares, y por viajes y alimentación 453 mil
600 dólares de los fondos públicos. Los montos gastados por Fujimori en la educación de sus hijos, están comprendidos en
el desbalance patrimonial que hallo la Contraloría General de la República y cuyas conclusiones fueron entregadas al
Poder Judicial. Fujimori había justificado la educación de dos de sus hijos en universidades privadas de Estados Unidos
alegando que las financió con el dinero de un predio rural valorizado en aproximadamente 400 mil dólares.
97
Gutiérrez Mendoza, Fidel. Las cuentas de la Mafia. Diario El Peruano, 18 de agosto de 2004.
La política exterior del Fujimorato
llegó, obliga a incluir, a continuación una lista de los casos que ameritaron ser investigados y que pretende
mostrar dicha situación98:
98
Las investigaciones efectuadas hasta fines de 2004, señalan que las actividades que realizó Vladimiro Montesinos,
asesor del presidente Alberto Fujimori, le permitieron amasar una fortuna de más de US$ 264 millones, provenientes de
comisiones ilegales por venta de armamento y cupos a narcotraficantes y procesados por tráfico ilícito de drogas. Sobre
este aspecto, es importante tomar en cuenta el Informe de la Comisión Investigadora del Congreso de la República sobre
la situación, origen y destino del dinero de Vladimiro Montesinos Torres, así como su evidente relación con el ex
presidente Alberto Fujimori, del 15 de junio de 2002, en el cual se llega, entre otras, a las siguientes conclusiones: ”5.- Está 45
acreditado que de los fondos detectados a la organización delictiva en terceros países, hasta la fecha se ha podido
concretar la repatriación del 97.56% de los ubicados en Gran Caimán ( US$62'900,704.12) y del 2.20% de los ubicados en
los Estados Unidos de Norte América (US$396,384.31). Falta recuperar el 100% de los fondos ubicados en la Confederación
Suiza (US$113'604.537.00) y México (US$ 1'500,000.00) el 97.80% de los ubicados en Estados Unidos de Norte América
(US$17'617,700.38) y el 2.44% de los ubicados en Gran Caimán (US$1'573,039.00). 6.- La organización delictiva empleaba
la modalidad de pasar las transferencias de fondos producto de operaciones de corrupción, como si se trataran de
Repatriaciones de Capital. 7.- La Comisión Investigadora ha determinado que las llamadas "Repatriaciones de Capital" no
eran tales pues se retornaba el dinero ilegalmente obtenido en el país y sacado al extranjero, para que al amparo de
dispositivos legales que el gobierno de Alberto Fujimori prorrogaba anualmente, no existiera la obligación de declarar el
origen de los mismos ni tributar sobre su cuantía, estando, además, la administración pública y de justicia, impedida de
inquirir sobre la naturaleza de tales fondos. 8.- Alberto Fujimori Fujimori tenia -de acuerdo a reiterados testimonios-- un
inusual manejo de efectivo en dólares lo que presumiblemente tenia como objetivo el eludir controles tributarios, y
bancarios. 9.- Gran parte de las personas investigadas y del entorno de Fujimori Fujimori y Montesinos Torres realizaban
un reiterado e inusual manejo de dinero en efectivo, como por ejemplo depósitos constantes en sus cuentas de dinero en
efectivo y no a través de cheques. Esta practica constituye un patrón de conducta que permite afirmar como indicio un
manejo irregular de efectivo sin probar o demostrar las fuentes de dicho dinero.- Informe de la Comisión Investigadora del
Congreso de la República sobre la Situación, el origen y destino del dinero de Vladimiro Montesinos Torres y su evidente
relación con el ex presidente Alberto Fujimori Fujimori. Lima, 15 de junio de 2002. Dirección web:
http://www.rree.gob.pe/portal/enlaces.nsf/0/7f39213eadd3733e05256e8a005eea47?OpenDocument
99
Gutiérrez Mendoza, Fidel. Las cuentas de la Mafia. Diario El Peruano, 18 de agosto de 2004.
100
Véase el cuadro “Acusaciones en el Congreso de la República contra Alberto Fujimori”, al final de este capítulo.
Julio Álvarez Sabogal
Los resultados de los hallazgos, investigaciones y cálculos elaborados por las procuradurías públicas
anticorrupción y el poder judicial revelan también la enorme dimensión del problema. De acuerdo a la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH)101, a octubre de 2004, se tenía las siguientes cifras:
101
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH). La corrupción durante el gobierno del ex Presidente
Fujimori. Fujimori extraditable: diez años de dictadura, corrupción y violación a los derechos humanos. (Octubre 2004)
Julio Álvarez Sabogal
US$ 210.5 millones habían sido detectados en cuentas en el exterior a nombre de miembros de la coalición
dominante. De estos, sólo 65 millones de dólares habían sido repatriados al país. 1232 personas sujetas a
investigación, 63 se hallaban con comparecencia, 107 se habían dado a la fuga y 114 habían sido detenidas,
entre otros, 4 ex Ministros, 1 ex Presidente del Congreso, 4 ex congresistas, 1 ex vocal de la Corte Suprema, 1
ex miembro del Jurado nacional de Elecciones, 1 ex Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, 1 ex
Fiscal de la Nación, 4 ex Comandantes Generales del Ejército y 10 oficiales Generales del Ejército. Asimismo,
466 inmuebles valorizados en 28 millones de dólares y 232 vehículos incautados valorizados en 2.4 millones de
dólares habían sido incautados. Finalmente, según un informe de la Contraloría remitido al vocal supremo
instructor José Luis Lecaros, señalaba que Alberto Fujimori tenía a octubre de 2004 un desbalance patrimonial,
en sus cuentas bancarias de bienes muebles e inmuebles, de S/. 919 millones ó US$ 274 millones102.
103
De allí que, para Henry Pease , la coalición dominante de la década de los 90 fuese en realidad una
asociación mafiosa encabezada por Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos rodeada por cuatro círculos
concéntricos: un primer círculo estuvo conformado por militares y policías, especializado en el orden, la
represión y la fuerza; el segundo integrado por empresarios influyentes y dueños de los medios de
comunicación cuyo compromiso con la democracia era endeble; el tercero formado por los organismos
financieros multilaterales y países que privilegiaron las políticas neoliberales extremas en desmedro de la
democracia y que actuaron a través de tecnócratas intelectualmente subordinados a los más ortodoxos del
48
Consenso de Washington; y finalmente un cuarto en el que se ubicaban los denominados operadores políticos.
Según el Informe de la Comisión Investigadora del Congreso de la República sobre la situación, el origen y
destino del dinero de Vladimiro Montesinos Torres y su evidente relación con el ex presidente Alberto Fujimori
(de fecha 15 de junio de 2002), las violaciones a los derechos humanos fueron precedente y compañía de la
corrupción.104 Dicho informe señala que la estructura de poder ilegal y paralelo y dichas violaciones fueron el
102
Diario El Comercio, 2 de octubre de 2004, Lima.
103
Pease García, Henry. Op. cit.
104
“La existencia de una practica estatal de sistemática violación a los derechos humanos y la constitución de equipos
operativos de ejecución como el llamado grupo Colina favoreció el manto de secreto y en realidad complicidad institucional
que rodeaba a toda la actividad del SIN y permitió el ocultamiento de otras actividades de enriquecimiento ilícito. Las
mismas personas dirigían el aparato que realizaban ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, torturas y al mismo
tiempo extorsionaban a empresas para favorecerlas en fallos judiciales y se apropiaban personalmente de recursos del
estado. Todo ello se podía realizar por la falta de control democrático de las actividades de inteligencia y de la supuesta
represión al delito de parte del Estado. El otorgamiento de un poder indebido y la abdicación de control democrático en
La política exterior del Fujimorato
escudo protector de otras actividades ilícitas como el enriquecimiento ilegal de las que se beneficiaron Fujimori
y Montesinos.105
una esfera: la de la represión al terrorismo, favoreció el progresivo y total copamiento de todas las otras áreas del estado y
la realización de ilícitos penales con miras a favorecerse económicamente por parte de la mafia. La violación a los derechos
humanos era solo una de las caras del sistema delictivo creado por Fujimori y Montesinos y era perfectamente funcional a
los otros ilícitos penales que realizaban. Aun falta investigar a profundidad si en algunos casos los miembros de grupos
operativos como el Colina también realizaron trabajo particulares cobrando a terceros ya no para desaparecer a
terroristas, o lideres políticos o sociales, sino a personas por razones económicas, tales como espionaje industrial, represión
de dirigentes sindicales, amedrentamiento de la competencia, entre otros. Lo que la Comisión ha establecido en forma
precisa que la practica de las violaciones a los derechos humanos exigió un marco de complicidad que obligaba al secreto,
la compartamentalización de la información, el manejo reservado y arbitrario de los recursos económicos, y el
ocultamiento de las actividades que luego favorecieron la realización de otros ilícitos penales. Así la violación a los
derechos humanos estuvo vinculada intrínsecamente y fue el necesario preludio de las actividades de enriquecimiento
ilícito, corrupción de funcionarios y malversación de fondos públicos que luego progresiva y masivamente realizarían
Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori. Definitivamente un tema que marcó al gobierno del ex Presidente Alberto
Fujimori fue la instauración de una política sistemática de violaciones de los derechos humanos, no sólo como una forma
de respuesta a la subversión sino un método de control político de la sociedad peruana. En este contexto, se consolidaron
una serie de agresiones a los derechos fundamentales de las personas y ella se transformó en una práctica usual y legítima
de administrar el Estado. El gobierno de Fujimori pretendió justificar las violaciones a los derechos humanos calificándolas
de hechos aislados dentro del marco de la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, conforme transcurrieron los años y el
fenómeno terrorista ya no era una amenaza, esta forma de control se aplicó en otros ámbitos de la actividad política,
económica y social del país, convirtiéndose en un medio eficaz de control del gobierno sobre sus opositores políticos”. -
Informe de la Comisión Investigadora del Congreso de la República sobre la Situación, el origen y destino del dinero de
Vladimiro Montesinos Torres y su evidente relación con el ex presidente Alberto Fujimori Fujimori del 15 de junio de 2002.
49
105
El citado Informe llega a las siguientes conclusiones: a) Las violaciones de los derechos humanos durante la década de
los noventa fueron cometidas por una organización ilícita creada y promovida por el ex presidente Alberto Fujimori
Fujimori, con el propósito de combatir el terrorismo y de intimidar y/o amenazar a los opositores que se oponían al
régimen o significaban un peligro para su supervivencia. b) La actividad ilícita o delincuencial era el soporte sobre el que se
construyó el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori Fujimori, que mediante la práctica constante de estas acciones no
sólo consolidó su poder como Jefe de Estado, sino que eliminó cualquier forma de fiscalización y vigilancia de las decisiones
de gobierno. c) Entre los actos ilícitos cometidos por la organización criminal del ex presidente Alberto Fujimori Fujimori y
Vladimiro Montesinos Torres, se encuentran los casos conocidos como: Barrios Altos; La Cantuta; Los desaparecidos del
Santa; Los desaparecidos de la Universidad Nacional del Centro; El asesinato de Mariella Barreto Riofano; El atentado
contra las instalaciones de Canal 13, filial Puno, y Las torturas de Fabián Salazar Olivares. d) Durante el gobierno de
Alberto Fujimori Fujimori, se creó un marco de impunidad para los violadores de los derechos humanos: la mayoría
oficialista del Congreso de la República, el Poder Judicial y el Ministerio Público claudicaron de su función de fiscalizar,
investigar y juzgar las violaciones de los derechos humanos otorgando al Fuero Militar dicha facultad cuando los violadores
de derechos humanos pertenecían a las Fuerzas Armadas. e) Las investigaciones de las violaciones de derechos humanos
realizadas por el congreso de la República, por iniciativa de los congresistas opositores al gobierno de Alberto Fujimori
Fujimori, finalmente fueron utilizadas por la mayoría oficialista para encubrir los delitos y proteger a los autores de
crímenes de lesa humanidad, tal como ocurrió con el caso "La Cantuta". f) Asimismo, el informe firmado en minoría por los
integrantes de dicha Comisión Investigadora del Congreso del Caso La Cantuta, fue elaborado en el Servicio de Inteligencia
Nacional, tal como se demostró con los diskettes entregados por el ex asesor de la Alta Dirección del Servicio de
Inteligencia Nacional, Rafael Merino Bartet. Por eso, el 13 de diciembre de 2001, esta Comisión denunció ante el Congreso
de la República al ex legislador Gilberto Siura Céspedes por la comisión del delito de asociación para delinquir. g) La
Comisión, en mérito a la información entregada por un testigo que por seguridad no ha querido identificarse, descubrió
que en el Servicio de Inteligencia del Ejército existían sótanos, que habrían sido utilizados como centros de detención de
civiles y militares durante el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori Fujimori. Asimismo, la Comisión ha obtenido
Julio Álvarez Sabogal
La comisión investigadora descubrió también que en el Servicio de Inteligencia del Ejército existía (aún existe)
un subsótano donde se hallaba instalado un horno que, según algunos testimonios, habría sido utilizado en la
comisión actos violatorios a derechos humanos.106 Por esta razón, el Congreso de la República, el 6 de marzo
del 2004, denunció ante el Ministerio Público a Vladimiro Montesinos Torres por los presuntos actos contra los
derechos humanos cometidos en los sótanos y subsótanos del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE). Poco
tiempo después, dicha comisión estableció que el ex presidente Alberto Fujimori había tenido conocimiento de
los actos ilícitos que se cometían en el SIE y decidió presentar una denuncia constitucional contra él, así como
ampliar dicha denuncia penal contra otras personas por haber tenido relación directa con los actos
perpetrados en ese lugar107.
50
información que demuestra que en este lugar estuvieron detenidos los ex agentes de inteligencia Leonor La Rosa
Bustamante, Hans Ibarra Portilla, Clemente Alayo Calderón y los civiles Samuel Dyer Ampudia, Gustavo Gorriti Ellenbogen
y la actual congresista Susana Higuchi Miyagawa. h) De acuerdo con la información recibida por la Comisión, existen otras
personas que han estado detenidas en los sótanos del Servicio de Inteligencia del Ejército, que aún no han sido
identificados.- Informe de la Comisión Investigadora del Congreso de la República sobre la Situación, el origen y destino
del dinero de Vladimiro Montesinos Torres y su evidente relación con el ex presidente Alberto Fujimori Fujimori del 15 de
junio de 2002.
106
El 17 de octubre del 2004, la prensa peruana difundió un descubrimiento macabro: las autoridades judiciales de Perú
habían hallado restos humanos en un incinerador del desmantelado Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), en el marco
de una investigación al ex presidente Alberto Fujimori por delitos de lesa humanidad. Parte de un dedo fue hallado en el
incinerador del subsótano del Servicio de Inteligencia del Ejército, ubicado en la sede del Cuartel General del Ejército,
conocido como el "Pentagonito", en el distrito de San Borja. Esta prueba se añade documento denominado
"Memorándum del Servicio de Custodia", del 15 de septiembre de 1993, suscrito por el coronel Enrique Oliveros Pérez,
quien da cuenta de las entradas y salidas de las personas. Se presume que los detenidos eran torturados con la finalidad
de recabar información del accionar subversivo, eliminados y, finalmente, incinerados. Martha Chávez, congresista
fujimorista suspendida no descartó la posibilidad de que los restos humanos encontrados en el Servicio de Inteligencia del
Ejército (SIE), fuera una prueba “sembrada” por el gobierno de Alejandro Toledo.
107
Así lo habrían señalado la congresista Susana Higuchi Miyagawa, el empresario Samuel Dyer Ampudia y el general en
retiro Carlos Domínguez Solis.
La política exterior del Fujimorato
15. La responsabilización vertical: colapso del sistema de partidos y debilitamiento de la esfera pública
En un sistema político democrático, los partidos tienen un lugar importante en la articulación de las influencias
que definen la política exterior. Ocupan un lugar clave en la relación Estado-Sociedad que les asigna la función
de canalizar las demandas sociales, dan forma a los resultados electorales y, sobretodo, estructuran e
institucionalizan la competencia política misma. Una democracia con partidos políticos débiles es evidencia,
51
por el contrario, de un sistema político endeble.
La esfera pública (lugar donde se construye la opinión pública) es el entorno en el cual se ventilan, discuten los
asuntos públicos y ocurren la controversia y las reclamaciones. La fortaleza de dicha esfera determina la
eficacia de los mecanismos de responsabilización social o vertical, esto es, rendición de cuentas periódicas a
través de las elecciones; diversas formas de control político; y reclamo de los derechos de los ciudadanos a
través de los partidos políticos (control institucional indirecto), los movimientos sociales (control directo), la
protesta legal (control institucional directo), la prensa y la opinión pública (control mediático).
108
“La exigencia de la rendición de cuentas traduce, en su sentido más primigenio, la conciencia de que para que el poder
sea democrático no basta con que derive de fuentes legítimas, sino que es preciso que su propio ejercicio sea también
legítimo, a partir, en principio, de la posibilidad de su justificación y subsecuente contestación por otros” Cunnil Grau,
Nuria. Responsabilización por el control social. 1999. Dirección web:
http://unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/clad/unpan000183.pdf. Consulta: 7 de Febrero de 2005.
Julio Álvarez Sabogal
El retorno a la democracia en los 80 coincidió con el desmantelamiento del Estado centralizado, la crisis de la
forma tradicional de hacer política, la crisis de la eficacia y la crisis de la deuda externa. Estos fenómenos
ocasionaron la agudización de los problemas sociales y económicos y, en el campo político, la desintegración
ciudadana, la desubicación de los agentes políticos, el desencanto de la democracia, la crisis del sistema de
109
partidos y la emergencia de los independientes o outsiders o “fórmulas electorales” puras y carentes de
consistencia que desaparecían luego de finalizados los procesos electorales. El escenario político interno de los
80 en el Perú 110 promovió así el debilitamiento y desintegración de los partidos. El sistema de partidos colapsó
y las fuerzas políticas que, mediante un discurso doctrinario de fuerte orientación social, reclamaban ser
representantes de las masas populares, quedaran sin sustento.111
En el Perú de los 90, el golpe de Estado de abril de 1992 significó, en la práctica, la clausura de todos los
espacios de deliberación posibles y el rechazo a aceptar a los partidos como interlocutores válidos. A
contramano de las críticas mundiales por la interrupción de la democracia y la subordinación de las
instituciones democráticas, Fujimori, con un respaldo interno que llegó hasta el 82% en los días posteriores al
golpe de Estado, justificó sus agresiones contra el proceso democrático en la necesidad de terminar con “la
partidocracia corrupta, retrógrada e indolente”.
52
Ello, sin embargo, sólo fue la versión regional de un fenómeno más vasto que afectó a la mayoría de los países
de la América Latina, la “informalidad de la política”, una enfermedad del sistema político cuyos síntomas son
la aparición de líderes independientes, el discurso anti-partidista y a-político y la desilusión del ciudadano en
los partidos “tradicionales” y el rechazo a la participación política a través de estos.
109
Cavarozzi, Marcelo. Partidos politicos, desestatización y reforma estructural: ¿El retorno de la política en América
Latina? en Carrillo, Fernando (Editor) Democracia en déficit: gobernabilidad y desarrollo en América Latina y el Caribe.
Washington. Banco Interamericano de Desarrollo. 2001.
110
Alta volatilidad electoral, pérdida de legitimidad de los actores políticos tradicionales y desalineamiento ideológico de
partidos y electores.
111
Haya de la Torre, Agustín. Dictadura y Democracia: la crisis del Estado Republicano, Lima. Fondo Editorial del Foro
Democrático. 2003. p. 253
La política exterior del Fujimorato
La competición política no fue decisiva en la elaboración de la política exterior durante los 90. La simple
consulta –mucho menos la búsqueda de consenso- en los procesos de formulación de políticas públicas no sólo
no existía sino que era algo inútil en el contexto de una esfera pública débil y unos partidos desprestigiados y
sin apoyo popular. En el mejor de los casos, el único control posible se daba sobre los resultados de las
políticas, tal como fue en el caso de las Convenciones de Lima en 1993; aunque no siempre en el escenario
interno sino en el externo, tal como ocurrió en diversos casos de violaciones a derechos humanos y de ruptura
del juego democrático: golpe de Estado de abril de 1992 que llevaron al Congreso Constituyente Democrático y
a la Constitución de 1993; el retiro de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en 1999 y fraude electoral del año 2000.
Ningún partido político, sin embargo, tuvo a la política exterior como un tema de alta prioridad en el Perú de
los 90, con excepción de aquellos casos en los que los problemas afectaban convicciones nacionales profundas
o condiciones de vida de la población o se presentaban crisis política extremas, como por ejemplo, el caso de
las Convenciones de Lima en el contexto de las relaciones peruano-chilenas y el del conflicto peruano-
ecuatoriano, y las quiebras del sistema democrático o violaciones incuestionables de derechos humanos, casos
en los que se intervino con el único fin de provocar un cambio en el juego de las fuerzas políticas internas. Una 53
vez resueltos estos problemas, la política interior volvía a retomar totalmente su protagonismo.
No ocurrieron conflictos internos de gobernabilidad atribuibles a la política exterior. Por el contrario, los
conflictos externos que debió afrontar el gobierno fujimorista se debieron a causas de política interior como la
ruptura democrática, el despojo de la nacionalidad y canal de Baruch Ivcher, la destitución de tres magistrados
del Tribunal Constitucional y el retiro del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es así que,
luego del golpe cívico-militar de abril de 1992, los partidos políticos se vieron obligados a recurrir a la
comunidad internacional para lograr los espacios de negociación que dentro del país les eran negados por el
régimen y por su propia incapacidad de movilización. Lo mismo ocurrió en el caso de fraude electoral del año
2000. Fuera de estos casos, los partidos políticos, como regla general, sólo concedieron a la política exterior
una importancia secundaria con relación a la política interior.
Históricamente, los únicos partidos peruanos cuyas agendas han contenido una preocupación sustancial por la
política exterior han sido los partidos comunistas, socialistas y social-demócratas en sus diversas facciones, el
Partido Aprista Peruano y, en mucha menor medida, los partidos social-cristianos. Esto dejó de ocurrir en los
Julio Álvarez Sabogal
90. Los partidos políticos apostaron sus cartas a la solución del problema más visible e inmediato dentro del
campo de la política interior -el proyecto autoritario- aunque, paradójicamente, ignorando el único espacio
donde el régimen no tenía control ni ejercía influencia determinante: el internacional.112
Durante los 90, tanto los principios ideológicos de la coalición dominante como el estado de la opinión pública
113
fueron funcionales al proyecto del fujimorismo, en especial a partir de abril de 1992. Es interesante ver
cómo, a partir de esta fecha, se produce un nuevo consenso social entre la coalición dominante y la opinión
pública tanto en lo político como económico, traducido en tolerancia al autoritarismo y apoyo al ajuste
económico neoliberal. Las pocas concesiones que se lograron en la Constitución de 1993 se debieron a las
presiones de la comunidad internacional y no de la opinión pública interna. Ello, sin embargo, no debería
llevarnos a reforzar el argumento del apoyo popular por encima de toda la institucionalidad que el Fujimorato
esgrimió con relativo éxito y que limitó las posibilidades de negociación de la misión de la OEA en 1992. Antes
de caer en tal tentación es preciso analizar la calidad de la participación política y de la esfera pública. Un
estudio de Catherine Conaghan 114 es especialmente interesante para ilustrar esta afirmación.
54
112
Morgenstern Reimondo en un estudio sobre los partidos políticos y la política exterior, define algunos indicadores que
permiten conocer cuál es, en términos generales, el interés que tienen los partidos por los asuntos de política exterior. El
primer indicador es el discurso de los partidos políticos para el electorado. El segundo es el comportamiento de los
parlamentarios en sus puestos de trabajo. El tercero es la vida interna de los partidos, tanto en lo que atañe al espacio que
se le brinda a los temas internacionales como a aquello que se les da a los militantes. La autora constata que en América
Latina, como regla general, el lugar ocupado por la política exterior raras veces alcanza el 10%; que es casi insignificante el
número de cuestiones escritas u orales relacionadas con la política exterior que aparecen mencionadas en los anales
parlamentarios y de haberlas, éstas han provocado sólo un debate desapasionado y poco o nada participativo. En la vida
interna partidaria, señala, es muy poco el espacio que se brinda a los temas internacionales. La política exterior resulta ser
un tema para los dirigentes pero ininteligible para la militancia. No obstante, subraya que aunque los partidos políticos
manifiesten un interés secundario por la política exterior, éstos están siempre obligados a tenerla en cuenta en las
innumerables maniobras que deberán efectuar para mantenerse o conquistar el poder. Morgenstern desagrega su análisis
en dos grandes campos: el juego de los partidos políticos en el escenario nacional y el comportamiento de los partidos en
sus actividades internacionales. Morgenstern Reimondo, Mercedes. Los partidos políticos y la política exterior, Instituto
Internacional de Gobernabilidad de Cataluña, Dirección web: http://www.iigov.org/dhial/?p=18_01. Consulta: 6 de
setiembre de 2004.
113
Desde una perspectiva sociológica de comunicación de masas.
114
Conaghan, Catherine M. Vida pública en los tiempos de Fujimori, en Tuesta Soldevilla, Fernando (1997) -editor- Los
enigmas del poder: Fujimori 1990-1996. Lima, Fundación Friedrich Ebert. 1995. El ensayo de Conaghan examina las
relaciones entre el Estado y la esfera pública en el Perú posterior al Golpe de Estado del 5 de abril de 1992. Se centra en el
manejo de las controversias públicas por parte del gobierno de Fujimori que se negó a comportarse de acuerdo a normas
La política exterior del Fujimorato
Para Conaghan, el gobierno de Fujimori explotó, reforzó y extendió los desencuentros entre el Estado y la
sociedad y disminuyó aún más el impacto de la influencia de la esfera pública sobre el Estado. Destaca que el
régimen se esforzó por desarmar los ya débiles mecanismos institucionales de control y rendición de cuentas,
así como socavar la capacidad de los actores sociales para impugnar políticas. La prensa era libre de
“expresarse” pero en un contexto en el que sus denuncias y críticas eran convertidas en cuestiones irrelevantes
para la conducta real del gobierno.115
Desde una perspectiva publicista e institucional, la autora precisa que, aunque la cobertura noticiosa o editorial
no fue sometida a restricciones, la habilidad de la prensa para lograr que el gobierno fuese sensible a las
demandas y responsable en sus actos, se vio muy perjudicada por el colapso de la separación de poderes y por
el predominio del Ejecutivo en todas las ramas del gobierno. Las denuncias por abusos de poder resultaban
irrelevantes ante la ausencia de autonomía y voluntad política de las organizaciones de control y la capacidad
del gobierno de Fujimori para eludir a la opinión pública adversa. La prensa debía realizar su labor de escrutinio
público en un contexto en el que la esfera pública enfrentaba serias restricciones,116 la sociedad civil se hallaba
debilitada, el sistema de intermediación política había colapsado y los partidos estaban impregnados de una
práctica de mutua desconfianza. La movilización era masiva y directa y los partidos políticos no cumplían su
papel de intermediarios entre el gobierno y la sociedad civil.
55
Para lograr todo ello, el gobierno había monopolizado todo lo relativo a la asistencia y cooperación a través del
Ministerio de la Presidencia sin dejar margen a posibilidad alguna de control. El destino de los recursos
provenientes de la ayuda exterior se decidía sobre la base de los intereses electorales de la coalición
dominante y no de una identificación consensuada, ni siquiera tecnocrática, de las necesidades de la población.
115
Según Conaghan, los aspectos más preocupantes del proceso democrático no radicaban en el diseño institucional per
se, o incluso en la concentración de poderes en la Presidencia, sino en la manera como las instituciones y la presidencia
operaban en relación con una debilitada esfera pública. Se daba el debate y el disenso pero sin que éstos tuvieran impacto
alguno en las autoridades. Los problemas, o no eran resueltos por éstas o lo eran pero favorablemente al gobierno y en
abierto desafío a la opinión pública.
116
Conaghan precisa algunos conceptos sobre la esfera pública y la calidad de la democracia. Señala que: el desarrollo de
la esfera pública está íntimamente ligado al desarrollo político democrático y, por ende, éste debe ser definido por rasgos
más allá de aquellos que formalmente permiten la participación política; que la esfera pública debe ser evaluada desde la
perspectiva de las oportunidades que ofrece a los ciudadanos para establecer una deliberación informada sobre los
asuntos públicos; que sus prácticas discursivas son cruciales en tanto son parte de los procesos a través de los cuales el
gobierno se somete a control; y que, por lo tanto, en una democracia, la esfera pública debe ser influyente.
Julio Álvarez Sabogal
Conaghan concluye en que la estructura de los medios de comunicación peruanos, así como varias de sus
propias tradiciones periodísticas operaron en contra de la distribución de la información política y la calidad del
discurso. La capacidad de la prensa escrita se vio afectada por el pequeño tamaño del público lector en general
y por el aún más pequeño público consumidor de la prensa crítica. La prensa hablada, que nunca se
caracterizaba por su fuerza investigativa, fue especialmente sensible a las presiones oficiales. Así, la
indiferencia de la opinión pública fue permanentemente reforzada por el régimen no sólo a través de políticas
públicas clientelistas y asistencialistas, sino a través de operadores políticos y una prensa cooptada mediante
prebendas económicas, condonación de deudas tributarias y otros privilegios.
Para Dominique Wolton 117, en el Perú de los 90, la política, los medios y los sondeos de opinión, dominados
por los operadores políticos del régimen, la prensa cooptada y amarilla y una opinión pública fragmentada,
desinformada, inmediatista y sometida al clientelismo, rompieron el frágil equilibrio que debía existir entre las
tres lógicas constitutivas de la comunicación política: medios de prensa (información), política (acción) y
representación y conocimiento del estado de opinión (comunicación). Según esta autora, estas tres
dimensiones no son complementarias sino conflictuales y es su interacción lo que estructura la comunicación
política. Por este motivo, la diferencia entre estas tres lógicas es siempre necesaria para el funcionamiento de
la comunicación política y el ejercicio democrático del poder.
La movilización en los 90 56
Existe consenso entre los autores (Cuadro: Características de la movilización en los 90 ) acerca de que la
movilización durante los años 90 tuvo un carácter clientelista, pues se apoyó en la desconfianza hacia los
partidos y estimuló su despolitización y la participación plebiscitaria, y se utilizó como un arma de legitimación
política.
117
Wolton, Dominique. Los medios, eslabón débil de la comunicación política, en Ferry, Jean Marc, El nuevo espacio
público. Barcelona, Gedisa. 1995.
La política exterior del Fujimorato
El estado de la opinión pública sobre los asuntos externos no fue mejor que el de la competición política. De
hecho, la debilitada esfera pública no estaba capacitada para percibir otras cuestiones que no fueran los
118
Pease García, Henry. Op. cit. pp. 131-205.
119
Parodi Trece, Carlos. Op. cit. p. 298
Julio Álvarez Sabogal
problemas económicos y sociales que decidían el nivel y condiciones de vida cotidianos. Lo que contaba era las
satisfacciones inmediatas, los precios, los salarios, la inflación y el desempleo. Aún cuando la población
entendiera que de tras de todo esto estaban los compromisos con el FMI y el servicio de la deuda externa, para
ella lo único importante era aquello que estaba al alcance de su entendimiento simple, cotidiano y concreto. La
televisión cooptada y la prensa amarilla ayudaron mucho en ello.
La opinión pública se mostró apática frente a los sucesos de la política exterior, indiferente ante las
consecuencias externas de las decisiones internas e ignorante respecto a cómo ese desinterés la hacía
funcional a la consumación del autoritarismo.120 Con ello, daba rienda suelta al régimen, el que gobierno
actuaba como su caudillo y manejaba sus preferencias con argumentos emocionales con el único fin de
legitimarse y perpetuarse en el poder. Tal vez las únicas situaciones en que, excepcionalmente, el régimen fue
relativamente influenciado por la opinión pública fueron las referidas a los casos del retiro de las Convenciones
de Lima firmadas entre Perú y Chile en 1993 y del conflicto Perú-Ecuador en 1995. Ello, sin embargo, obedeció
a la misma lógica que determinó el repentino interés de los partidos políticos en la política exterior, esto es,
que el tema se ubicaba en un área de fuerte consenso nacional y afectaba convicciones profundas sobre las
que no podían existir discrepancias de fondo entre ellos y el régimen.
En conclusión, el estado de la opinión pública fue decisiva para la política exterior pero sólo en la medida de
que se trataba de una opinión formada en una esfera pública débil, una sociedad civil desorganizada, 58
fraccionada y desinformada y una masa de población empobrecida, ignorante y sometida a prácticas
asistencialistas en donde su opinión contaba si y sólo si era favorable. El control social, en consecuencia, siguió
la misma suerte del control burocrático. Con una prensa cooptada casi en su totalidad, un sistema de partidos
colapsado, un sindicalismo debilitado, una población despolitizada y un presidente que mantenía con las masas
una relación clientelista, directa y plebiscitaria, los niveles de accountability o responsabilización fueron casi
inexistentes.
120
“La combinación de ignorancia, apatía y o otras prioridades hace que el público general sea siempre pasivo y, por lo
tanto, susceptible de ser ignorado, dividido y utilizado por los que son políticamente activos, en los círculos del gobierno o
de las ONGs” (la traducción es mía). Hill, Christopher. The changing politics of Foreign Policy. Hampshire y New York.
Palgrave Macmilan. 2003. p. 264
La política exterior del Fujimorato
121
Adaptado a partir de la matriz de Juan Linz en su libro La quiebra de las democracias. Linz, Juan J., La Quiebra de las
Democracias. Alianza Universidad. España. En Pérez, Jesús Ignacio (1994) La crisis política del Estado como quiebra de la
legitimidad democrática en América Latina: la descentralización educativa entre la eficacia democrática, la retórica, la
imitación y la legitimación. Algunas categorías y tipologías para la comparación y la discusión. Revista Iberoamericana de
Educación, Número 4, Descentralización Educativa. Dirección web: http://www.campus-oei.org/oeivirt/rie04a03.htm.
Fecha de consulta: 1 de Julio de 2005.
La política exterior del Fujimorato
010 03-Ago-2001 Infracción constitucional del artículo 2° incisos 1), 4), 7), 10), 16), y 20), y
artículos 64, 68, y otros de la Constitución Política de 1979 delitos de
rebelión, violencia y resistencia a la autoridad y otros del Código penal
028 26-Set-2001 Decretos Supremos secretos Violación de la Constitución y la comisión de diversos delitos
032 05-Oct-2001 Sra. Susana Higuchi De malversación de fondos, peculado, enriquecimiento ilícito y abuso de
autoridad; de asociación ilícita para delinquir y encubrimiento real;
contra el derecho de sufragio, contra la libertad personal y contra el
secreto de las comunicaciones
053 07-Nov-2001 Maquinaria china Decreto de Urgencia No. 060-99 Abuso de autoridad y colusión ilegal
054 07-Nov-2001 Adquisición de maquinaria china Decreto de Urgencia No. 065-94 Abuso de autoridad y colusión ilegal
061 16-Ene-2002 Víctor Alfredo Polay Campos Violación de los derechos humanos
067 30-Ene-2002 Overhaul maquinaria china Decreto de Urgencia No. 060-99, 093- Falsedad ideológica y abuso de autoridad
Contra la tranquilidad 61
94
068 31-Ene-2002 pública -asociación ilícita- y contra la libertad -
violación del secreto de las comunicaciones
069 01-Feb-2002 Fuga de Vladimiro Montesinos Torres Encubrimiento personal y real y asociación ilícita para delinquir
093 02-Abr-2002 Negociados a favor de corporaciones chinas Colusión ilegal y asociación ilícita para delinquir
102 29-Abr-2002 Cobro de cheque no declarado en la declaración jurada de Omisión de declaración en documento, tipificado en el artículo 429º del
impuesto a la renta del año 1993 Código Penal y delito tributario en la modalidad de defraudación
tributaria
103 29-Abr-2002 Tratados con Ecuador Traición a la patria
106 06-May-2002 Fondos del FONAVI Colusión ilegal
119 04-Jun-2002 Uso de fondos de la privatización Asociación ilícita para delinquir, colusión ilegal, fe pública-falsedad
genérica, peculado y corrupción de funcionarios
150 06-Ago-2002 Interceptación de conversaciones telefónicas de diversas Violación del secreto de las comunicaciones -interferencia o escucha
personalidades tales como Javier Pérez de Cuéllar, etc. telefónica- y de asociación ilícita
151 09-Ago-2000 Programa de anticoncepción quirúrgica voluntaria (AGV) Contra la libertad individual, lesiones graves, coacción, asociación ilícita
para delinquir, atentado contra documentos que sirven de prueba en el
proceso y genocidio
La política exterior del Fujimorato
160 Radar del Aeropuerto Jorge Chávez Agrupación ilícita, aprovechamiento indebido del cargo, malversación de
fondos del Estado y omisión de actos funcionales
168 03-Oct-2002 Cese de funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores Infracción a la Constitución Política del Estado y por delito de abuso de
(MRE), intervención de funcionarios del MRE en procesos autoridad
electorales y su participación en el retiro de la competencia
contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
169 14-Oct-2002 Internos del penal Miguel Castro Castro en mayo de 1992 Lesa humanidad, genocidio, tortura, ejecuciones extrajudiciales y otros
174 29-Oct-2002 Adquisiciones irregulares de los servicios de publicidad y Aprovechamiento del cargo
producción efectuados por la Presidencia del Consejo de
Ministros durante el periodo 1990 al 2000
176 05-Nov-2002 Asesinato de siete campesinos en provincia de Corongo, Dpto de Encubrimiento personal
Ancash
179 14-Nov-2002 Decretos leyes nos. 25423, 25442, 25446 y 25454, acción de Infracción a la Constitución
amparo seguida por el señor Isaac Gamero Valdivia
181 19-Nov-2002 Decretos leyes nos. 25530 y 25735 acción de amparo seguida por Infracción a la Constitución
el señor Luis Alfredo Rabines Quiñónez
187 02-Dic-2002 Adquisición del 75% de acciones del cable canal CCN - Canal 10 y Peculado y asociación ilícita para delinquir
63
a la entrega de dinero a Calmell del Solar
190 03-Ene-2003 Disposiciones que impartió a los ex Comandantes Generales de la Abuso de autoridad y asociación ilícita para delinquir
Marina y de la Fuerza Aérea para que oficiales ascendidos a partir
del año 2000 firmen una solicitud de pase a la situación de retiro
MINISTERIO PÚBLICO
Julio Álvarez Sabogal
64
La política exterior del Fujimorato
CAPÍTULO III
Los cambios abarcaron la cultura institucional, la estructura organizacional, los recursos humanos, la
formación del funcionario diplomático y la cultura de investigación científica y esta sección se ocupa,
precisamente, de dicha política. En particular, contiene el análisis del rediseño de las herramientas
organizacionales con las que el gobierno de Alberto Fujimori ajustó las estructuras y procesos de
decisión de política exterior a las percepciones, consideraciones éticas, postulados ideológicos e
intereses de los actores de la coalición dominante.
65
El servicio diplomático peruano no fue ajeno a las corrientes de cambio de los años 90. El gobierno de
Alberto Fujimori actuó sistemática y deliberadamente sobre los recursos de política exterior con dos
objetivos muy claros: lograr que el Ministerio de Relaciones Exteriores fuera funcional a la nueva
visión y evitar que surgiesen conflictos entre los miembros del servicio exterior y los del equipo
político del régimen.
La acción sobre cada uno de tales instrumentos correspondió a un ámbito de actividad (interna o
externa) de la diplomacia profesional y a una o más dimensiones modificables de la política exterior.
En el cuadro siguiente se muestra los tipos de instrumentos de política exterior, así como la
descripción del mismo, el ámbito de acción y las dimensiones modificables que se hallan vinculadas a
cada uno de ellos:
Julio Álvarez Sabogal
Así, podemos apreciar que en el ámbito interno el régimen actuó sobre los instrumentos jurídico-
ideológicos, es decir, sobre el estilo de gestión y la cultura institucional, modificando los
fundamentos constitucionales de la política exterior y las bases legales de la diplomacia profesional.
Todo esto fue logrado gracias a un cambio violento y arbitrario de las reglas de juego, así como a la
instauración de una férrea política de manejo restringido de la información, esto es, profundización
de la cultura del secreto. Los cambios en estos aspectos modificaron puntos importantes de la
agenda y objetivos de la política exterior, los valores implícitos en el proceso de toma de decisiones y
el papel de la diplomacia profesional en el escenario internacional.
Podemos ver que el régimen actuó también sobre los instrumentos jurídico-organizacionales y
académico-formativos, mediante una reforma caprichosa de la estructura organizacional, de la
política de recursos humanos, de los programas de formación del personal diplomático y de la
política de investigación científica. Los instrumentos financiero-presupuestales, en especial, fueron
destinados a la consecución de los propósitos del régimen que tuvo un control total, sin
cuestionamientos, del presupuesto sectorial y del proceso de asignación de recursos, tanto
económicos, tecnológicos como humanos. Los cambios se hicieron sentir tanto en los mecanismos
efectivos de coordinación para la toma de decisiones como el tipo y calidad de los vínculos entre los
miembros del cuerpo profesional diplomático, la agenda y la forma de conducción de la política 67
exterior, el tipo de representación, el estilo diplomático y la poca importancia de la investigación
académica.
En el ámbito externo, el régimen fujimorista tuvo el control absoluto de los instrumentos jurídicos,
diplomáticos y económico-comerciales. Esto se tradujo en la utilización voluntarista de las
herramientas promotoras, como ayuda, preferencias y franquicias, y de sanción, como barreras, anti-
dumping y embargos, la firma de tratados internacionales y acuerdos en general y contratos-ley con
jerarquía constitucional y el monopolio de las funciones de representación y negociación bilateral y
multilateral, tanto en las misiones diplomáticas como consulares. Estas modificaciones acarrearon
profundos cambios tanto la agenda exterior como el estilo diplomático.
Por este motivo, el análisis del rediseño y adaptación de los instrumentos de política exterior se
concentra en las transformaciones que se dieron a través de toda la década de los 90 y pretende
mostrar, por lo tanto, cómo las características del régimen político determinaron la orientación del
cambio en el estilo de gestión y cultura institucional; la formación académica y perfil del aspirante y
del funcionario del Servicio Diplomático; el diseño de la estructura organizacional; la administración
Julio Álvarez Sabogal
El enfoque gerencial en la administración del Estado en los 80 era una novedad, tanto en Europa
como en América Latina. Sólo países como Nueva Zelanda122 y Gran Bretaña habían iniciado sus
reformas de Estado en los 80. El primero lo hizo a partir de 1984 y el segundo con la llegada de
Margaret Tatcher al poder, aunque en forma efectiva sólo a partir de febrero de 1988 con la
introducción del programa “Improving Managament in Government: the next steps”123.
Eficacia y eficiencia, conceptos clave en el enfoque gerencial de administración, privada, eran difíciles
de entender en la actividad pública no empresarial. Al modelo público de gestión124 basado en
normas y trámites se le oponía irreconciliablemente el modelo de gestión privada125. De allí que los
122
Vásquez, David. Nueva Zelanda: paradigmas de país emergente. Algunas características de su desarrollo
económico e indicadores comparativos. Departamento de Estudios, Biblioteca del Congreso Nacional. Julio de
2003. Dirección web: ww.bcn.cl/pags/publicaciones/serie_informe/pags/NUEVA%20ZELANDA.html. Fecha de 68
consulta. Junio 2005.
123
Improving Management in Government: The Next Steps. A Report to the Prime Minister (Ibbs Report).
HMSO 1988.
124
La gestión pública tiene como dato esencial el proceso político. Este que reemplaza al mercado y define el
carácter de poderes públicos de las administraciones, la diversidad de intereses, la naturaleza distinta de los
procesos de creación del valor y la ausencia de precio que dificulta la medición del valor creado. Mark H. Moore
señala que el objeto del funcionario público es crear valor público. Para ello los directivos necesitan hallar la
manera de integrar las dimensiones sustantiva, política y administrativa, esfuerzo del cual resulta el análisis del
valor del propósito ideado, la obtención de la legitimidad y apoyo suficientes para dicho propósito y la mejora
de las capacidades de la organización para conseguirlo. Señala Moore que, al contrario de lo que ocurre en la
gestión privada en donde el indicador de eficiencia está dado a priori (la utilidad), la gestión política debe
determinar primero el valor público o aquello que se debe producir con los recursos públicos para satisfacer
necesidades y demandas colectivas y todo ello en un ambiente cambiante que exige que el objeto del trabajo
directivo sea también mantener preparada la organización para adaptarse a las nuevas demandas a través de la
innovación y apertura a la experimentación.- Moore, Mark H. Gestión estratégica y creación de valor en el
sector público. Piados, Buenos Aires. 1999.
125
Las premisas en que se basa la gestión privada surgen a partir de los rasgos definitorios del mercado y de la
lógica de actuación de las empresas que operan en dicho contexto como orientación al cliente, competitividad
y eficiencia, es decir, valores que se encuentran en la base de la cultura, procesos y técnicas de la gestión
empresarial. La actividad privada -que se desarrolla según las reglas del mercado- debe producir valor privado,
es decir, utilidades o ganancia que son los indicadores de eficiencia por excelencia. La actividad pública no
productiva, sin embargo, debe producir valor público, es decir, algo que no es mensurable en términos de
dividendos, mucho menos en países como el Perú cuya población mayoritaria aún sufre serias y enormes
carencias en términos de salud, educación básica y salarios. De allí resulta que, en el nivel de la satisfacción de
La política exterior del Fujimorato
esfuerzos por arraigar la idea de eficiencia gerencial privada en la actividad pública no productiva
significara siempre un cambio cultural que producía profundas transformaciones de normas,
creencias institucionales, objetivos, paradigmas de organización, mecanismos de coordinación, líneas
jerárquicas y cultura de responsabilización. En todo caso, como bien ha señalado Echebarría y
Mendoza, 126 la limitación fundamental de la gestión empresarial tal como ha sido importada del
sector privado al público ha sido siempre su lógica de racionalidad económica individual concebida
para ordenar el comportamiento de una organización independiente que colisiona con la necesidad
de observar valores colectivos y atender exigencias de colaboración interinstitucional.
El alcance de dichas transformaciones, no obstante, sólo puede entenderse si, al menos de manera
general, establecemos un punto de partida mediante un esbozo general de las principales tendencias
de la cultura organizacional del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú en 1990.
La cancillería peruana, al igual que otras dependencias del Estado, contaba con un número
importante de reglas impersonales –manuales y reglamentos de organización y funciones y normas
concentradas en procedimientos antes que en metas-, tenía un alto grado de “jerarquización” y de
69
centralización de la toma de decisiones.
2.2. Objetivos
Poseía, sin embargo, objetivos claros y estrategias, en especial en áreas de fuerte consenso nacional
como límites, fronteras y soberanía territorial, área y marítima, al igual que en otros asuntos como el
Grupo Andino y el Movimiento de Países No Alineados (NOAL) en los que la diplomacia peruana
las necesidades básicas (como por ejemplo la incorporación de un sector de la población a la red de agua
potable), la inversión requerida es cuantiosa y el proyecto desemboca en tarifas fuera del alcance de la gente
pobre. Pese a ello, el simple hecho de que esta población llegue a tener agua potable contiene una enorme
cantidad de valor público que la empresa privada, sin embargo, no tiene interés en producir debido a que su
objetivo es simplemente el lucro. Echebarría K. y Mendoza X. La especificidad de la gestión pública: el concepto
de managament público. En Losada I Marrodan, C. (editor) ¿De burócratas a gerentes? Las ciencias de la
gestión aplicadas a la administración del Estado. Washington. BID. 1999.
126
Echebarría K. y Mendoza X. La especificidad de la gestión pública: el concepto de managament público. En
Losada I Marrodan, C. (editor) ¿De burócratas a gerentes? Las ciencias de la gestión aplicadas a la
administración del Estado. Washington. BID. 1999.
.
Julio Álvarez Sabogal
El grado de jerarquización era alto y complejo y existían hasta cuatro líneas jerárquicas bien
70
delimitadas. En orden de predominancia, la primera se basaba en la pertenencia o no al Servicio
Diplomático (funcionarios diplomáticos y administrativos); la segunda estaba fundada en el grado
diplomático (de tercer secretario de cancillería a embajador); una tercera tenía su raíz en el cargo (de
subjefes a viceministro); y la cuarta se apoyaba en la mayor importancia que los propios funcionarios
daban ejercicio de la profesión en las misiones diplomáticas antes que en las consulares.
127
Predominancia de las reglas, normalización de procedimientos y creencias y tradiciones organizacionales
modernos combinados con enfoques premodernos y estructuras organizativas que enfatizan la coordinación
vertical sobre la coordinación horizontal o coordinación por medio de la normalización de habilidades.
128
Estos rasgos fueron decisivos en diciembre de 1992 cuando se produjo la fractura institucional y se inició el
proceso de subordinación de la diplomacia profesional. Los funcionarios de carrera que dieron apoyo directo y
cercano, así como casual y esporádico a los planes del régimen autoritario explicarían sus acciones bajo el
manto de la “obediencia debida”: “No se han escuchado en estos testimonios, frases condenatorias sobre el
régimen corrupto durante el cual sirvieron, es más, recurrieron a una exagerada interpretación del concepto de
la “obediciencia debida”, mostrando así desconocimiento de las excepciones que justifican una constitución
maltratada y la propia defensa de los derechos humanos”.- Informe de la Comisión de Ética Institucional del
Servicio Diplomático del Perú de la Asociación del Servicio Diplomático del Perú. p. 2.
La política exterior del Fujimorato
Existían dos mecanismos básicos de coordinación que funcionan combinados. Uno de ellos era de
carácter burocrático mecánico, es decir, basado en procesos vinculados al ejercicio del cargo, el
grado y la jerarquía; mientras que el otro era del tipo burocrático profesional, esto es, fundado en
destrezas vinculadas al ejercicio igualitario de la profesión de diplomático y de especialistas en
relaciones internacionales y otras disciplinas.
La existencia del Servicio Diplomático como carrera pública institucionalizada -con planes de carrera,
procesos de ascensos regulares, estabilidad laboral, reglas claras y permanentes, tradición de respeto
institucional por parte de los gobiernos y sentido de profesionalismo- hizo que la cultura de rendición
de cuentas tuviera un desarrollo incipiente en el sector Relaciones Exteriores y que, por ende, éste no
fuera ajeno al concepto de eficiencia. De allí que la cultura de responsabilización se hallara
parcialmente difundida, aunque concentrada en aspectos financieros y contables, antes que en la
gestión. El sentido de eficiencia, por su parte, era entendido como la implementación eficaz de las
decisiones de política exterior.
Al igual que muchas organizaciones del Estado, el Ministerio de Relaciones Exteriores requería una
serie de mejoras en sus estructuras, cultura institucional y estilo de gestión a fin de adecuarse a los
nuevos tiempos. Sin embargo, a diferencia de otras entidades estatales, los reformadores contaban
en este caso con una cultura organizacional que no estaba totalmente cerrada al cambio129 lo que era
un punto de partida aceptable. La interacción permanente de los diplomáticos profesionales con
129
Así por ejemplo, a principios de la segunda mitad de los 80, la Cancillería había iniciado ya la ejecución de un
proyecto de modernización de la gestión, área en la que los alumnos ingresantes a la Academia Diplomática del
Perú (ADP) entre 1986 y 1989 realizaron sus primeras prácticas. En 1990, el Ministerio de Relaciones Exteriores
contaba ya con una infraestructura informática basada en un equipo centralizado que buscaba facilitar la
gestión y la administración de archivos y bases documentales mediante la habilitación de infraestructura física,
la conservación de las bases documentales y la microfilmación de los archivos histórico de límites y general. En
1990, la tecnología informática de gestión basada en un sistema centralizado con terminales fue reemplazada
por la red LAN o Local Area Network. Este sistema permitió integrar la infraestructura informática que se
encontraba parcialmente aislada. Asimismo, se consolidó la modernización del sistema de comunicaciones
Lima-Misiones en el exterior que se trasladó del télex hacia uno basado en tecnología satelital y computadores.
En julio de 1991, el gobierno peruano abrió sendas embajadas en Malasia, Indonesia, Singapur, Tailandia y
Finlandia, así como un consulado general en Auckland, Nueva Zelanda, y una oficina comercial en Taipei,
Taiwán. Estas medidas tuvieron como objetivo apoyar la reinserción financiera internacional y la expansión del
comercio exterior mediante la apertura de mercados nuevos en un área del mundo que había demostrado un
enorme dinamismo económico.
Julio Álvarez Sabogal
otras culturas hacía que estos conocieran nuevas tecnologías, estilos de gestión y experiencias de
cambio, mucho antes que los funcionarios de otras entidades del sector público.
En resumen, el sector Relaciones Exteriores no era ajeno a una fuerte corriente de cambio
institucional que predominaba y buscaba enfrentar los nuevos problemas y retos de la
administración pública, el papel del Estado y el escenario global con herramientas más eficaces, aun
cuando, como ocurre en toda organización, coexistiera con otras tendencias menos dispuestas al
cambio.
Según lo que se dijo en dicho discurso, la diplomacia profesional debía tener una mayor
especialización en las áreas de economía internacional (comercio, finanzas, moneda, ciencia y
tecnología, industrialización, etc.) y transporte terrestre, aéreo, marítimo, telecomunicaciones,
cuestión alimentaria, energía y medio ambiente, con el fin de que la política exterior cumpliese un
72
papel acorde a su naturaleza intersectorial e integradora. De la misma manera, debía tenderse a la
informatización de las estructuras organizacionales y del proceso de toma de decisiones, así como a
fomentar la participación del sector privado y del sector social no estatal. La formación del
diplomático moderno debía fin trascender “…los estrechos linderos de la carrera pública”, mientras
que la política exterior toda debía ser readecuada como proceso global en respuesta al
debilitamiento del paradigma estatal en las relaciones internacionales.
Blacker Miller dio inicio, con esta arenga, a un proceso de modernización gerencial aislada,
autoritario y fundacional130, que pretendió resolver problemas cruciales pero que encontró los
130
Apreciación ésta que corrobora lo expresado por José de la Puente Radbill en su obra “Cuadernos de Trabajo
de un Embajador: “Lo patético de estas actitudes prepotentes, es que creo que sus actores creían, por
ignorancia inexcusable, que la Historia del Servicio Diplomático se iniciaba con ellos. Una simple consulta a las
Memorias anuales de los Cancilleres del Perú, práctica que desgraciadamente ha desaparecido, les habría
proporcionado una clara visión de la intensa actividad económica y financiera que realizábamos desde hacia
mas de 50 años, junto con las tradicionales gestiones políticas y diplomáticas. Habrían podido leer los extensos
informes de los Jefes de Delegación, en los que pormenorizadamente destacaban los aciertos y los vacíos
propios de la naturaleza humana, y habrían percibido que sin ser meros “gerentes” los agentes diplomáticos
habían sabido cumplir con sus instrucciones en provecho del interés nacional. Pero no, era necesario
desmantelar una Institución mas, dentro del rosario de demoliciones institucionales que, sin una razón
explicable, manaban la estructura del Estado, dejándolo sometido al transitorio mandato de quien,
precisamente, debía tutelar lo que la República, mal o bien había edificado desde 1821. No olviden los señores
La política exterior del Fujimorato
mayores obstáculos en su propia naturaleza y estrategia. Esta, en lugar de buscar un apoyo amplio
dentro de la organización, se afirmó en el ejercicio jerárquico de la autoridad que el mismo Blacker
criticaba, así como en una concepción radical del cambio institucional que lo llevó a adoptar un estilo
unidireccional y patronal. Con ello se inició el proceso más notable de la etapa de transición131: la
transición y afinación ideológica de la política exterior.
No mucho tiempo después,132 Blacker anunció la suspensión temporal de los concursos de ingreso a
la Academia Diplomática del Perú (ADP) y dio a conocer el diagnóstico situacional y las bases de la
reorganización de la Cancillería, así como del perfil del nuevo diplomático peruano133. Fue en dicho
discurso que dejó en claro que la reforma que se planeaba tenía una concepción radical, voluntarista
y fundacional del cambio:
“He decidido cancelar la convocatoria al concurso de ingreso del próximo año, con el objeto
de marcar un rompimiento con lo que ha sido el pasado y hacerle entender, tanto al país
como al extranjero, que la Academia Diplomática (...) quiere cambiar de dirección, quiere
cambiar de contenido y quiere cambiar de forma de preparar a aquellos que nos van a
representar en el futuro” 134
73
A la vez, evidenció una concepción economicista del mundo:
“Debido a eso y debido a que implica también una concepción diferente del mundo, nosotros,
en el área de relaciones exteriores, tenemos que pensar cuál es el nuevo rol que nos compete
protagonistas de este atropello, que la primera misión que envió el Perú en pos del ansiado préstamos que
paliara la crisis fiscal al inicio de nuestra Independencia, la presidió e integró, el ex canciller García del Río; y que
durante estos últimos 174 años republicanos nuestro Servicio exterior ha participado en la casi totalidad de las
gestiones para nivelar la crónica y deficitaria estructura de nuestra balanza de pagos”.- De la Puente Radbill,
José. Cuadernos de trabajo de un Embajador: aportes para la historia del Servicio Diplomático del Perú y las
relaciones internacionales (1945-1997). Pontificia Universidad Católica del Perú e Instituto de Estudios
Internacionales (IDEI). 1997. Lima. p. 373. El autor es embajador en retiro del Servicio Diplomático Peruano, ex
Canciller y actual Director de la Academia Diplomática del Perú.
131
Del 28-7-1990 al 5-4-1992 y que corresponde las gestiones de Luis Marchand Stens (del 28-7-1990 al 6-1-
1991), Raúl Sánchez Sotomayor (del 7-1-1991 al 14-2-1991), Carlos Torres y Torres Lara (del 15-2-1991 al 6-11-
1991) y a Augusto Blacker Miller (del 7-11-1991 al 5-4-1992).
132
22 de noviembre de 1991.
133
Blacker Miller, Augusto. Discurso de clausura del Seminario sobre posibilidades de acción diplomática en la
Cuenca del Pacífico. Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1991. Lima.
134
Blacker Miller, Augusto. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
jugar (...) Ustedes van a ser los diplomáticos del siglo XXI del Perú; ustedes van a ser los
vendedores de esta nueva imagen, de estos nuevos productos, de estos nuevos servicios que
nuestro país quiere ofrecer al mundo; y a la vez, van a ser los canales de entrada de todas las
diferentes oportunidades de inversión que nosotros podemos ofrecer al mundo, que son
muchas” 135
“En la Cuenca del Pacífico tenemos ejemplos de pueblos que con el esfuerzo, con la disciplina
–que es algo que a nosotros nos falta en el país- y con el compromiso de cada uno por salir
adelante, han logrado ser los nuevos países industrializados, como se les llama, o los “tigres”
o los “leones del Asia”; son países que han creado mayor posibilidad de riqueza para todos
sus habitantes y esto es justamente lo que significa el reto del desarrollo”. 136
Más adelante, enalteció la eficacia comercial como valor público, simplificó el perfil del servicio
exterior profesional y redujo la profesión diplomática a términos exclusivamente comerciales,
mostrando con ello un serio desconocimiento de la complejidad de las relaciones internacionales137: 74
135
Blacker Miller, Augusto. Op. cit.
136
Blacker Miller, Augusto. Op. cit.
137
“Llegar a describir la Cancillería y el Servicio Diplomático como una empresa con sus respectivos gerentes y
en la que debe tomarse prioritariamente en cuenta la relación entre la inversión y el beneficio, es olvidar de
manera primitiva lo que es nuestra Institución, que como la Fuerza Armada, es tutelar de la República y que en
el momento en que ésta se resquebraje, comienza a derrumbarse el edificio de nuestra seguridad exterior”.- De
la Puente Radbill, José. Op. cit. P. 372.
La política exterior del Fujimorato
llegar a la excelencia en las actuaciones (...) A partir del próximo año, todos los puestos
exteriores de la Cancillería van a ser evaluados por una parte cualitativa (...) y por una parte
cuantitativa. El que más venda, es el que más rápido y mejor va a ser promocionado” 138
El libro “La propuesta inconclusa”139 de Augusto Blacker constituye también declaración de parte y es
testimonio valioso de esta etapa. En este documento, el ex Canciller diagnostica, formula estrategias
y evidencia la percepción que el régimen tenía del Servicio Diplomático a inicios de los 90.
“Por ello, mi primera pregunta al Presidente de la República no podía ser otra: ¿deseaba un
cambio profundo de nuestra visión del mundo, de nuestra acción internacional? ¿Quería que
nuestra política exterior acompañara realmente a las reformas que ya se estaban realizando
en el país? Si así era, sí tenía sentido que un empresario e ingeniero vinculado al mundo
económico, productivo y financiero, fuera el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú”.
Blacker, poseedor de una visión tecnócratica, un estilo anti-político y una percepción economicista
del mundo, asumió el despacho de Relaciones Exteriores sin tener la capacidad ni la voluntad para
entender las particularidades que diferenciaban la gestión privada de la gestión pública141. Partiendo
138
Blacker Miller, Augusto. Op. cit.
139
Blacker Miller, Augusto. La propuesta inconclusa. Lima. Consorcio La Moneda S.A. 1993.
140
Blacker Miller, Augusto. Op. cit. p. 27.
141
Mintzberg señala que los mitos populares que rodean las perspectivas de filosofía de la gestión de
orientación empresarial son, fundamentalmente, a) la creencia de que la política y la administración pueden
separarse; b) el mito de la medición; y c) el mito del directivo profesional; y los cinco modelos de organización
Julio Álvarez Sabogal
de esta confusión elemental, asumió el cargo de Canciller con una actitud de patrón o capataz antes
que de gerente142.
Al poco tiempo de asumir, inició una serie de reuniones de trabajo con los funcionarios diplomáticos
que ejercían los cargos más altos de Cancillería –Embajadores- en las cuales desarrollaba un estilo
agresivo y descarnado que evidenciaban que, para él, el adecuado manejo de la variable política al
interior de la organización que pudo haber facilitado la comunicación y la reforma misma era algo sin
importancia:
El Informe de la Comisión de Ética Institucional del Servicio Diplomático del Perú de la Asociación de
Funcionarios del Servicio Diplomático del Perú corrobora estos hechos:
76
“En las primeras acciones y contactos que provocó Blacker, al inicio de su gestión, había
ciertas sugerencias positivas. Quería modernizar, eso sí con un sentido de ingeniero mecánico
y premunido de un hacha, el Servicio Diplomático, que indudablemente necesitaba
modificaciones en sus estructuras. La ley del 78 que en su oportunidad pudo ser útil y
alentadora para el Servicio, necesitaba reajustes, pero no se trataba de demoler...” 145
de la autoridad de control del gobierno (superestructura) y las actividades de sus agencias (microestructura).-
Mintzberg, Henry. Op. cit.
142
Para él, los diplomáticos peruanos: “estaban totalmente divorciados del esfuerzo económico del país”; “el
142
mundo diplomático y económico parecían pertenecer a muy distintas y distantes galaxias” (...) el problema,
142
como lo identificaría posteriormente, era de sistemas, estructuras y línea de política exterior ; y (...) Relaciones
Exteriores no necesitaba un Canciller que presidiera el deterioro en que se encontraba el Ministerio. Necesitaba
un gerente con visión que institucionalizara el cambio que el país requería para su desarrollo”.- Blacker Miller,
Augusto. Op. cit. p. 30.
143
Blacker Miller, Augusto. Op. cit. p. 81.
144
Blacker Miller, Augusto. Op. cit. p. 28.
145
Informe de la Comisión de Ética Institucional del Servicio Diplomático del Perú de la Asociación del Servicio
Diplomático del Perú. p. 5.
La política exterior del Fujimorato
Estas afirmaciones de la Comisión de Ética Institucional son ilustradas por José de la Puente Radbill
en su libro “Cuadernos de Trabajo de un Embajador.”146 En esta obra, De la Puente Radbill narra
magistralmente varios incidentes que muestran el grado de agresividad y de conflicto que desarrolló
Blacker con la diplomacia profesional:
Los primeros días de enero de 1992, Augusto Blacker Miller presentó al Congreso Constituyente un
informe sobre los antecedentes que habían llevado al gobierno de Alberto Fujimori a reorganizar el
Ministerio de Relaciones Exteriores. Casi al mismo tiempo,147 un grupo de embajadores en retiro -
entre los que se hallaban dos ex-cancilleres que eran miembros de la Comisión Consultiva de
Relaciones Exteriores- dirigieron a Blacker un documento titulado “Reorganizaciones en Torre
Tagle”148. En esta misiva, los embajadores reflexionaban acerca de las medidas adoptadas,
destacaban la manera aislada cómo había empezado dicha reorganización:
“Ante los alcances y la presentación un tanto espectacular de ciertas medidas tomadas por el
actual Gobierno con respecto a la organización de la Cancillería peruana, la estructura y
funciones de la Academia Diplomática, el cierre de unas Embajadas, la apertura de otras y los
77
consiguientes regresos o desplazamientos de personal, con las reacciones encontradas a que
han dado lugar, los funcionarios del Servicio en situación de retiro que suscribimos el presente
documento nos sentimos requeridos por un deber ineludible de coherencia profesional y de
lealtad hacia el país, a emitir reflexiones muy claras y ponderadas sobre lo hecho y lo dicho en
torno a este asunto, con la esperanza de que sean útiles para contribuir al resguardo de una
institución como el Servicio Diplomático de la República, vinculada directamente, y de manera
inseparable, a la seguridad, el progreso y el bienestar de nuestro pueblo”.
“Si el señor Ministro de Relaciones Exteriores (...) nos hubiese convocado para conservar en
Torre Tagle sobre un tema tan trascendente como el de las reorganizaciones en el Servicio
habríamos acudido gustosos a ofrecerle toda la colaboración a nuestro alcance (...)
Desafortunadamente no ha sido así, y sólo una vez publicadas en la prensa algunas de las
146
De la Puente Radbill, José. Op. cit.
147
3 de enero de 1992.
148
De la Puente Radbill, José. Op. cit. pp. 362 y 363.
Julio Álvarez Sabogal
medidas previstas, nos ha enviado copias de la carta circular que dirigió el 23 de diciembre a
los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, con un resumen de su diagnóstico
sobre el contexto internacional, los requerimientos externos de nuestra política de desarrollo,
las estructuras programadas en Lima y en el exterior, y el anuncio de las modificaciones que
se ha propuesto introducir en el Reglamento de la Ley del Servicio Diplomático”.149
Tomar una posición de intransigencia y confrontación con la posición del actual Ministerio de
Relaciones Exteriores es no sólo poco usual, sino demostración de cierta falta de profesionalismo
si antes de ella no se ha efectuado el análisis y evaluación de la posición oficial. Su posición y la
de aquellos que han firmado el documento que ahora es de dominio público; afectan no sólo al 78
Ministerio sino, fundamentalmente, el alma mater de la cual ustedes mismos han salido.
Pienso que tal acción no se condice con su carácter y posiciones de diplomáticos de carrera y
ciertamente, me confirman en la necesidad de continuar reorganización del Servicio para que
éste, en el futuro, puede reflejar mejor los intereses del pueblo y de la nación que estamos
llamados a servir y no de grupos de interés que tanto daño han hecho al país en el pasado.-
Atentamente.- Augusto Blacker Miller, Ministro de Relaciones Exteriores” 150.
La respuesta del ex-canciller provocó la renuncia irrevocable del Embajador José de la Puente Radbill
como miembro de la Comisión Consultiva de Relaciones Exteriores:
“Lima, 16 de enero de 1992.- Señor Ing. Augusto Blacker Miller.- Ministro de Relaciones
Exteriores.- Ciudad.- Señor Ministro: La Comisión Consultiva de Relaciones Exteriores, como su
nombre lo indica, es el órgano de consulta y asesoramiento del Canciller de la República. Sus
149
De la Puente Radbill, José. Op. cit. pp. 367.
150
De la Puente Radbill, José. Op. cit. pp. 369 y 370.
La política exterior del Fujimorato
Si a ello se agrega el inaceptable maltrato que usted ha inferido a los Embajadores que
suscribimos un documento de reflexión y colaboración frente al proceso de reorganizaciones de
la Cancillería y de la Academia Diplomática, me veo en la obligación de renunciar, de manera
pública e irrevocable, a la Comisión Consultiva de Relaciones Exteriores, a la que fui
honrosamente designado por este Gobierno al inicio de su gestión.- Atentamente, Emb. José De
la Puente Radbill. Ex. Canciller de la República”.
Los hechos narrados por Blacker sugieren también que el tenaz antiestatismo de la clase empresarial
peruana representada por Blacker compartía con Alberto Fujimori y su entorno una intensa
animosidad hacia la diplomacia profesional:
79
“A los cuatro días de mi juramentación como Ministro de Relaciones Exteriores, concurrí a una
cena ofrecida por el Embajador Anthony Quainton, de los Estados Unidos (...) En su opinión,
151
era vox pópuli que los diplomáticos peruanos eran “unos ociosos” (...) El Presidente
Fujimori me hizo notar su disconformidad con la ineficacia de la política exterior del país en
los últimos años y la urgencia de una nueva visión. Dicha urgencia me fue reiterada en más de
una ocasión por Santiago Fujimori, Víctor Díaz Lau y Luis Silva Santisteban, miembros del
entonces entorno íntimo del Presidente de la República”.; 152
Primero tenemos la antipatía que, según el testimonio del ex Canciller Oscar de la Puente ante la
Comisión Especial de Alto Nivel para investigar sobre el cese de 117 funcionarios diplomáticos
151
Blacker Miller, Augusto. Op.cit. p.77.
152
Blacker Miller, Augusto. Op. cit. p. 30
Julio Álvarez Sabogal
dispuesto por la Resolución Suprema No. 453-92-RE, tenía Fujimori contra la diplomacia profesional.
Según el ex canciller:
Luego está también el traspié electoral de Alberto Fujimori en la Cancillería peruana durante la
segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 1990. Lo que ocurrió fue que dicho año se instaló
en la Cancillería una mesa de sufragio. Se instaló sin consultar con los funcionarios ni efectuar un
análisis elemental de cuáles podrían ser las consecuencias de esta medida. En dicha mesa votó el
propio ex presidente Alan García y una buena parte de los funcionarios diplomáticos que prestaban
funciones en Lima. El escrutinio, que fue de conocimiento público, arrojó una votación
abrumadoramente favorable a Mario Vargas Llosa.
Un tercer hecho fueron las opiniones críticas que provocaron entre los diplomáticos peruanos
algunos pasajes del discurso de Fujimori ante la Asamblea de Cancilleres de la OEA en Nassau, 80
Bahamas, en particular el fragmento sobre “la dictadura de la partidocracia” que decía:
“En conclusión, en el Perú, los partidos políticos monopolizan el proceso electoral, dominan el
proceso legislativo y penetran todas las organizaciones políticamente relevantes, a tal grado,
que violan el espíritu de la democracia, politizando la sociedad de acuerdo a sus
lineamientos”.
Raymundo Morales, miembro del equipo de gobierno, destacó este hecho en su libro “Del
aislamiento a la reinserción”:
“Esta parte de la estrategia levantó críticas de la propia delegación peruana. Por ejemplo, los
funcionarios diplomáticos peruanos presentes en la reunión dijeron que estas frases habían
causado reacción negativa de algunos cancilleres que formaban parte de partidos políticos en
153
Punto IV, 2 del Informe Final sobre el cese de 117 funcionarios diplomáticos dispuesto por la Resolución
Suprema No. 453-92-RE, elaborado por la Comisión Especial de Alto Nivel creada por la Resolución Ministerial
No. 172-2002-RE.
La política exterior del Fujimorato
sus países, sin comprender que este elemento era el que le había dado viabilidad política
interna a la propuesta”. 154
Es posible que estas opiniones resultaran intolerables para Fujimori y su entorno debido a que su
estrategia descansaba precisamente sobre el argumento de la “dictadura de la partidocracia”.
El desplazamiento de la diplomacia
Todo lo anterior se plasmó en una visible desconfianza de Fujimori hacia la diplomacia profesional
que condujo al desplazamiento de ésta por la diplomacia económica.
En efecto, el año 1992 se caracterizó por el crecimiento del papel del Ministro de Economía y
Finanzas (MEF) en el frente de política exterior. Éste –y no el Canciller- fue el encargado de mejorar
la imagen del Perú en el exterior con el objeto de conseguir la aprobación del Congreso
estadounidense para firmar un crédito financiero y obtener la restitución de la ayuda de Estados
Unidos que había sido bloqueada luego del golpe de Estado de abril de dicho año. 155 La incursión del
MEF en este ámbito, antes exclusiva de la diplomacia profesional, fue también consecuencia lógica
de la nueva visión gerencial basada en una visión economicista que se venía implantando en la
81
política exterior peruana.
Cuatro son las condiciones básicas que deciden la viabilidad de una política pública en un sistema
democrático.
154
Morales, Raymundo. Del aislamiento a la reinserción. Lima. Instituto de Economía de Libre Mercado. 1995.
p. 272.
155
Morales, Raymundo. Op. cit. p. 276.
Julio Álvarez Sabogal
el ámbito de las reglas formales y determinan la viabilidad técnica y la viabilidad política a corto y
mediano plazo. El consenso decide la viabilidad política a largo plazo y permite efectuar
transformaciones más substanciales como son las reglas informales y, en última instancia, la cultura
organizacional.
Si bien existía una propuesta formal, ésta tenía dos debilidades fundamentales: el alto grado de
ideologización o de apego a los postulados neoliberales, y la práctica indiscriminada de políticas
clientelistas al interior de la Cancillería que degradaban su calidad científica.
La falta de consenso, por su parte, fue el punto más débil de la propuesta en la medida de que la
búsqueda de éste requería la instrumentación de una estrategia democrática de negociación. Esto,
sin embargo, era una posibilidad que no contemplaba la estrategia de confrontación interna
desarrollada por Blacker Miller ni armonizaba con el objetivo real de la reforma que era la
subordinación de la diplomacia profesional. 82
La reforma de Blacker resultó ser el proyecto de modernización de una coalición dominante poco
devota de los acuerdos políticos. Se apoyó una fuerte tradición autoritaria al interior y exterior de la
diplomacia profesional que desembocaron en un fuerte dogmatismo. Fue llevada a cabo de manera
aislada del resto del sector público, tal como lo estuvieron las reformas de la administración
tributaria y aduanera. Se dio con relativa facilidad en el ámbito del funcionamiento interno de la
organización y del papel de la Alta Dirección y de los funcionarios directivos. Sin embargo, encontró
grandes obstáculos en el campo de la actuación de la organización en su entorno doméstico y
externo, debido a que el sistema legal vigente imponía serias dificultades al autoritarismo
descarnado con que había sido concebida la modernización de la Cancillería.
156
“El ámbito interno se encuentra determinado por diferentes factores: sociales, políticos y económicos. Pero
pocas cosas son más importantes para una entidad que su estructura constitucional básica, a menudo
instituida en un documento fundacional”. Hill, Christopher. The changing politics of Foreign Policy. Hampshire y
New York. Palgrave Macmilan. 2003. p. 230.
La política exterior del Fujimorato
Fue durante la gestión de Efraín Goldenberg que se aprobó la Constitución Política de 1993 y, con
ella, una serie de cambios en las orientaciones ideológicas de la política exterior peruana.
La dinámica de toda política exterior se explica, en una primera etapa, tanto por las orientaciones
ideológicas como por los principios incorporados en las competencias, facultades o funciones y los
procedimientos constitucionales. Esto determina que, para fines de nuestro estudio, debamos
clasificar las normas constitucionales en principios o preceptos y en normas operativas o de
funcionamiento. Las primeras expresan postulados ideológicos, percepciones y valores que se
consagran expresamente, mientras que las segundas contienen procedimientos que, contrariamente
a lo que se suele pensar, no son ideológicamente neutrales. Los procedimientos siempre incorporan
preceptos que orientan la política exterior, particularmente en su etapa de deliberación y definición.
En ese sentido, tanto la Constitución de 1993 como la de 1979 contienen preceptos que incorporan
principios ideológicos y valores que orientan la política exterior. La diferencia entre una y otra radica
en que, mientras la Carta Magna de 1979 los contiene de manera expresa tanto en el preámbulo
como en el articulado bajo la nomenclatura de “principios”, la Constitución de 1993 los contiene
tácitamente en forma de normas de funcionamiento157 u operativas que, como dije, son
ideológicamente neutrales sólo en apariencia. 83
Uno de los principios que aparecen en las normas operativas es, por ejemplo, la supremacía del
poder ejecutivo en la política exterior. Esta primacía se ha mantenido en todas las Constituciones,
aún en la de 1979. Esta, pese a que introdujo una serie de normas que favorecían el equilibrio de
poderes, mantuvo la predominancia del Ejecutivo y el control de la constitucionalidad a posteriori de
los tratados. Ello ha coincidido, casi siempre, con la predominancia de una cultura política favorable a
la concentración del poder en el Presidente de la República, tal como lo evidencian las palabras de
Carlos Roca Cáceres, entonces Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Comisión
157
No es adecuado, para nuestros fines, el enfoque analítico que divide los preceptos constitucionales de
política exterior en “Normas orientadoras” y “Normas de aplicación directa”. Esta perspectiva padece de
algunas serias limitaciones: a) Se basa en criterios legales o de técnica jurídica, en tanto la preocupación central
es la oportunidad de la aplicación del precepto constitucional, directa o diferida, inmediata o a través de un
desarrollo legislativo posterior; b) Concentra el análisis en las variables eficiencia y eficacia durante la etapa de
ejecución de la política exterior antes que en la fase de deliberación y definición; c) Soslaya la concepción de
democracia como escala concreta de valores considerados de rango superior cuyo respeto es la única forma de
legitimidad interna y externa; d) Presume el consenso e ignora que la Constitución es ante todo una norma
política, es decir, resultado de las aspiraciones e interacciones de grupos de coaliciones de interés; y e) Ignora,
por ende, el concepto de democracia como procedimiento o conjunto de reglas de juego que implica tanto la
aceptación de las reglas mismas como del resultado de su funcionamiento.
Julio Álvarez Sabogal
Nacional de Plan de Gobierno del APRA (CONAPLAN), señaló en la exposición realizada en el Centro
Peruano de Estudios Internacionales (CEPEI) el 2 de abril de 1985:
“El APRA se propone que el Jefe de Estado sea el principal conductor de la política exterior del
Perú, no sólo por que la Constitución lo faculta sino porque consideramos que la ejecución de
una Diplomacia Presidencial constituye el elemento más importante en la proyección de la
política internacional del Perú en los próximos años”. 158
El gobierno de Fujimori no sólo no tuvo una concepción diferente sobre este punto sino que además
se ocupó de acentuar la preeminencia del Presidente de la República y concentrar todo el poder
posible en manos del jefe de Estado.
Esta constatación, no obstante, no explica por sí sola la dinámica de la política exterior de los 90, es
decir, de un régimen que no respetó las instituciones democráticas ni las normas constitucionales,
pasó por alto principios y derechos fundamentales y los reinterpretó según su conveniencia. La
comprensión cabal de las transformaciones que se operaron en la política exterior peruana en los
años 90 requiere un análisis un poco más profundo de los fundamentos constitucionales vigentes en
dicha etapa y de sus diferencias con los de la Constitución de 1979.
84
4.1. La Constitución de 1979: la política como eje articulador de las relaciones Estado-
Sociedad
La Constitución de 1979 consagró un grupo de principios ideológicos y valores que actuaron como
lineamientos de política exterior y constituyeron el fundamento de la proyección del país en el
ámbito internacional. Estos fueron:
Creación de una sociedad justa, libre y culta, sin explotados ni explotadores, exenta de
toda discriminación por razones de sexo, raza, credo o condición social, donde la
economía esté al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía
(Preámbulo);
158
Exposición realizada en el Centro Peruano de Estudios Internacionales (CEPEI) el 2 de abril de 1985. En
Ferrero Costa, Eduardo y San Martín Caro. Alejandro –Editores- Perú: perspectivas de política exterior. Centro
Peruano de Estudios Internacionales. Lima. 1985.
La política exterior del Fujimorato
Eliminación de la explotación del hombre por el hombre y por el Estado (Art. 80);
85
Categoría constitucional de los preceptos contenidos en los tratados relativos a derechos
humanos (Art. 105);
Prevalencia de los tratados de integración con Estados latinoamericanos sobre los demás
tratados multilaterales celebrados entre las mismas partes (Art. 106).
Dicha Constitución estableció, asimismo, algunas normas de procedimientos de política exterior que
no eran neutrales, pues contenían la esencia misma del presidencialismo y una manera propia de
percibir el ejercicio democrático de la función pública, todo lo cual incidía en los procesos de
deliberación, definición y ejecución de la política exterior:
Facultad presidencial de dirigir la política general del gobierno (Art. 211, inc. 3).
Julio Álvarez Sabogal
Establecimiento del principio que obligaba a que todo tratado internacional sea
aprobado por el Congreso, antes de su ratificación por el Presidente de la República (Art.
102) o control posterior.
El régimen económico de la Constitución de 1979 se ubicó entre una economía liberal y una
economía mixta de planificación y social de mercado. De un lado, consagró algunos principios de un
modelo neoliberal primigenio y de otro, de una economía mixta de planificación y social de mercado
por la amplitud con que regulaba la intervención del Estado en la economía.159
En conclusión, en la Constitución de 1979, fue la política (el interés público y los derechos y deberes 86
fundamentales de la persona) el eje articulador de las relaciones Estado-sociedad.
4.2. La Constitución de 1993: la economía como nuevo eje articulador de las relaciones
Estado-Sociedad
Para el régimen fujimorista, la preferencia de los intereses de los sectores dominantes de la sociedad
peruana en desmedro del equilibrio de poderes, del respeto a los derechos humanos y del Estado de
derecho, era la fórmula para el desarrollo económico y social. A largo plazo, el fujimorismo
159
Acosta I., Vicente. La Constitución económica en el Perú y en el derecho comparado, Tesis (Dr.)-- Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Facultad Derecho y CC.PP. 2003. Dirección web:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/tesis/Human/Acosta_I_V/Acosta_I_V.htm
La política exterior del Fujimorato
proyectaba edificar un sistema político con un perfil de partido hegemónico o single-party dominance
160
y terminó por construir un régimen que ha sido calificado de maneras diferentes pero
aproximadas: democradura, movimientismo, neopopulismo, neopresidencialismo, democracia
delegativa y democracia plebiscitaria.
Henry Pease161 examina y sistematiza las caracterizaciones más importantes del régimen fujimorista
que se han hecho hasta ahora. Asimismo, las sintetiza con los elementos que aparecieron a partir de
la difusión del video Kouri-Montesinos y que mostraron, desde su punto de vista, el carácter mafioso
de la coalición gobernante. El cuadro que se presenta a continuación resume, sobre la base de la
sistematización hecha por Henry Pease, las caracterizaciones elaboradas por varios autores:
Cuadro: Características del régimen político fujimorista.
Autor Caracterización del régimen político
Sinesio López Régimen autoritario civil-militar
John Crabtree Gobierno cívico-militar
Julio Cotler Coalición civil-militar, Autoritarismo plebiscitario
Romeo Grompone Régimen autoritario sustentado en una camarilla, autoritarismo
fuertemente personalizado
87
Carlos Iván Degregori Régimen alrededor de la antipolítica, personalización del poder y
defensa cerrada de la actuación del Estado en los años de la
violencia. Régimen de camarilla, mafioso y autista.
Martín Tanaka Régimen basado en un liderazgo personalista, enfrentado al
orden institucional, autoritario, con un discurso antipolítico y
antipartidos
Henry Pease Régimen autoritario civil-militar
Efraín Gonzales de Olarte Autocracia manejada por una mafia cívico-militar disfrazada de
formas democráticas
160
“Hay dos formas en las que los partidos únicos pueden dominar la política interna. La primera es a través de
un enfoque socialista o comunista (…) La otra forma requiere que la estructura constitucional armonice con la
cultura política. Este es el tipo de sistema que es democrático en todo sentido, pero donde el mismo partido
domina el gobierno por décadas (…) La constitución permite el cambio, pero la gente, enraizada en una cultura
política corporativa que valora la continuidad, el consenso y la disciplina, reelige persistentemente el mismo
partido” (la traducción es mía). Hill, Christopher. The changing politics of Foreign Policy. Hampshire y New York.
Palgrave Macmilan. 2003. pp. 234-235.
161
Pease García, Henry. La autocracia fujimorista: del Estado intervencionista al Estado mafios. Lima. Fondo
Editorial 2003 de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Fondo de Cultura Económica. 2003. pp. 131-205.
Julio Álvarez Sabogal
Los principios ideológicos y valores que en la Carta Magna de 1979 constituían los fundamentos de la
proyección del país en el ámbito internacional fueron eliminados en la Constitución de 1993. El
preámbulo de la nueva constitución se limitó a una declaración retórica de 35 palabras en la que
insertó declaraciones religiosas, así como retórica nacionalista y populista con fines políticos. Así, se
invocó a “Dios Todopoderoso” como garante del éxito futuro del gobierno; se subrayó el hecho de
que dicha carta fundamental era resultado de un “mandato del pueblo peruano”, mandato, claro
88
está, supuesto, no especificado, identificado y que sólo conocían ellos; y se amparó de modo difuso
en “el sacrificio de todas las generaciones que nos han precedido en nuestra Patria”.
162
Parodi Trece, Carlos. Perú 1960-2000: políticas económicas y sociales en entornos cambiantes. Lima. Centro
de Investigación de la Universidad del Pacífico. 2003. p. 252-259
163
Haya de la Torre, Agustín. Dictadura y Democracia: la crisis del Estado Republicano, Lima. Fondo Editorial
del Foro Democrático. 2003. pp. 238-240
La política exterior del Fujimorato
ministros plenipotenciarios por el Senado. Y por si esto fuera poco, se eliminó el Senado o, mejor
dicho, la bicameralidad.
Los únicos principios de política exterior que mantuvo la Constitución de 1993 fueron aquellos que
resultaban funcionales al refuerzo del sistema presidencialista y aquellos que, por su alto nivel de
abstracción y aceptación en la comunidad democrática internacional, no era recomendable excluir,
es decir:
89
La Cuarta Disposición Final y Transitoria: “Las normas relativas a los derechos y a las
libertades que la Constitución reconoce se interpretan de conformidad con la
Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos
internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Perú”.
En suma, se diseñó un sistema constitucional que favoreció los rasgos menos democráticos de los
procesos de elaboración de políticas, a lo cual la política exterior no fue ajena. Al mismo tiempo, se
Julio Álvarez Sabogal
Todo ello ocasionó el desplazamiento de funciones del Poder Legislativo hacia el Poder Ejecutivo y
una creciente concentración de poder en éste que tuvo un peso decisivo en el proceso político
doméstico y en el desarrollo nacional164.
165
Pease García, Henry. Op. cit. pp. 240-258.
La política exterior del Fujimorato
pensiones. A la vez, se restringió el papel del Estado en la economía y se sentaron las bases para una
mayor restricción en el futuro.
Coincido con aquellos autores que señalan que el diseño constitucional de 1993 estableció la
plataforma para la consolidación del proceso de ajuste, estabilización y liberalización económica que
se había iniciado ya en 1990, así como para el tránsito de un Estado benefactor hacia uno autoritario
y asistencialista.
Con relación a la jerarquía de los tratados en general, la Constitución de 1993 otorgó el rango de ley a
los tratados sin distinguir entre aquellos aprobados por el parlamento mediante resolución legislativa
y aquellos ratificados por el Jefe de Estado vía decreto supremo o de manera automática, también
llamados tratados ejecutivos.
91
En lo que a las condiciones de incorporación de los tratados en el derecho nacional se refiere, se optó
por un sistema de aplicabilidad inmediata. Se estableció que la incorporación de tales tratados
(incluso los tratados ejecutivos) no requería la publicación de la nueva norma (salvo con fines de
difusión), tal como se exigía en el caso de las leyes internas, sino que bastaba su sola entrada en vigor
internacional. Esto fue corroborado y reglamentado tres años más tarde por la Ley 26647 publicada
el 28 de junio de 1996 166.
El control parlamentario sobre los tratados siguió un camino similar. Eliminó la obligatoriedad de
revisión constitucional previa de las cláusulas del tratado antes de su incorporación al derecho
interno, haciendo muy difícil el control constitucional a priori e imposible a posteriori.
166
.- Artículo 3 de la Ley 26647 sobre el perfeccionamiento nacional de los tratados celebrados por el Estado
Peruano: “Los Tratados celebrados y perfeccionados por el Estado Peruano entran en vigencia y se incorporan
al derecho nacional, en la fecha en que se cumplan las condiciones establecidas en los instrumentos
internacionales respectivos, de acuerdos al artículo precedente.// La incorporación de los tratados al derecho
nacional se sujeta a lo que establezcan los propios tratados sobre el particular”.
Julio Álvarez Sabogal
Bajo estas premisas, surgió un doble estándar en el tratamiento de los tratados de derechos
humanos y de los contratos-ley, un doble estándar que favorecía a estos últimos.
Desde entonces, diversos constitucionalistas y estudiosos del derecho internacional han ensayado
optimistas interpretaciones sobre el tema, según las cuales la 4ta Disposición Transitoria tácitamente
otorgaba jerarquía constitucional a los tratados de derechos humanos. Para estos, las normas
relativas a los derechos y a las libertades constitucionales se debían interpretar de conformidad con
la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre 92
las mismas materias ratificados por el Perú, que eran normas de rango constitucional y que estaban
inclusive sobre las normas de derecho interno. Siendo así, los tratados de derechos humanos tenían
carácter constitucional.
Sin embargo, a pesar de que esta interpretación no carecía de sentido, la práctica política del
gobierno fujimorista fue coherente con la idea contraria, esto es, que los tratados de derechos
humanos no tenían jerarquía constitucional. Ello quedó demostrado en julio de 1999 en el proceso
que condujo al retiro del Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
167
Esta situación de disminución jerárquica de los tratados de derechos humanos sólo sería corregida en el año
2003 cuando el Perú ratificó la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados.
168
Artículo 62 de la Constitución de 1993: “La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar
válidamente según las normas vigentes al tiempo del contrato. Los términos contractuales no pueden ser
modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase. Los conflictos derivados de la relación
contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial, según los mecanismos de protección previstos
en el contrato o contemplados en la ley. Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantías y otorgar
seguridades. No pueden ser modificados legislativamente, sin perjuicio de la protección a que se refiere el
párrafo precedente. Artículo 62 de la Constitución del Perú de 1993.
La política exterior del Fujimorato
En suma, estas fueron las modificaciones constitucionales169 que constituyeron los pilares de un
régimen al que hoy se acusa de haber puesto la voluntad coactiva del Estado a favor de un modelo
económico que estuvo por encima de los derechos humanos y que fue en detrimento del interés
social y de la soberanía nacional.170
El cambio institucional se dio también a través de la manipulación de ciertas normas legales referidas
a la naturaleza y funciones de la diplomacia profesional.
La Ley del Servicio Diplomático vigente desde 1978 hasta diciembre de 1992 (Ley 22150) concebía al
Servicio Diplomático como carrera pública; determinaba que sus miembros, jerarquizados, estaban
sujetos al régimen que establecía dicha Ley; y establecía que los funcionarios diplomáticos de carrera
169
El sistema de aplicabilidad inmediata que eximió de publicación incluso a los tratados ejecutivos, el rango de
ley de los tratados ejecutivos, la degradación de los tratados sobre derechos humanos a la categoría de simples 93
leyes y el otorgamiento de jerarquía constitucional a los contratos-ley.
170
“La situación de la baja recaudación tributaria en estos momentos resulta crítica y no se resolverá sólo con la
revisión de exoneraciones tributarias de tipo regional. El principal problema de la escasa recaudación de nuestro
país, es que las empresas más importantes no generan mayores ingresos, debido al congelamiento de ciertas
condiciones tributarias a las que se accedieron en muchos casos de manera irregular (...) Del total de contratos
de estabilidad jurídica cerca del 40% corresponden a empresas del sector minería y energía (...) De los 666
contratos de estabilidad suscritos con el gobierno anterior, 597 tienen estabilidad jurídica y 64 estabilidad
tributaria. Las 200 más grandes empresas del país, significan para el Estado pérdidas que bordean los 3 mil
millones de soles por impuestos al año que dejan de pagar al fisco, a cambio de compromisos de inversión, que
buena parte de estas empresas privatizadas no cumplen. ¿Los Convenios de Estabilidad Tributaria suscritos por
el Estado Peruano con empresas privadas fueron necesarios para atraer inversiones? ¿Es necesario revisar los
convenios en los casos en que pudiera haber irregularidades? ¿Los convenios de estabilidad son necesarios para
los inversionistas que buscan seguridad jurídica? ¿Los convenios de estabilidad tributaria no significan
exoneración? El Perú firmó 734 convenios de estabilidad tributaria con inversionistas y 257 con empresas
receptoras. De los acuerdos suscritos con empresas receptoras, 175 son convenios regionales. Los 82 restantes
son convenios modificatorios de los originales. En los 175 convenios originales participaron 164 empresas.
Según la SUNAT, el grueso de los S/. 1400 millones que perdería el estado a raíz de los convenios de estabilidad
tributaria firmados entre el Estado y diversas empresas privadas se concentra en cuatro empresas (tres del
sector eléctrico y una minera). Los convenios de estabilidad de estas cuatro empresas estarían significando una
pérdida para el Fisco de S/. 373 millones por impuesto a la renta (IR)”.- Lozano Reyes, Fausto. Reforma
tributaria global de segunda generación que acabe con los privilegios de los más poderosos. Trabajo que ocupó
el primer puesto en la IX Convención Nacional de Tributación, TRIBUTA 2003, que se desarrolló en
Chanchamayo. Julio-Agosto 2003.
Julio Álvarez Sabogal
Si bien se basaba en una estructura organizacional de naturaleza vertical, esta norma también
enfatizaba la calidad de cuerpo profesional especializado en clara referencia a una estructura de
coordinación horizontal basada parcialmente en la destreza y no sólo en procesos y niveles
jerárquicos. La disposición fue derogada por la Ley 26117 (1992) o Ley del Servicio Diplomático del
Perú (SDP) del fujimorismo. Esta definió a la diplomacia peruana como una carrera pública,
instituyendo que estaba sustentada en los principios de lealtad, disciplina y competencia profesional.
También estableció que sus los diplomáticos profesionales estaban jerarquizados y sujetos al régimen
que establecía dicho decreto ley.
La Ley 26117 acentuó los rasgos verticales de la cultura organizacional de la Cancillería peruana. Puso
énfasis en principios propios de instituciones fuertemente verticales -lealtad y disciplina- y reemplazó
la frase “cuerpo especializado de profesionales” por otra de mayor ambigüedad vinculada a
principios de eficiencia gerencial privada en un marco de alta jerarquización: “competencia
profesional”.
Esto, sin embargo, no significó en la práctica una disminución del autoritarismo organizacional
debido a que la concepción predominante que existía en las esferas de poder institucional era
sustancialmente autoritaria y voluntarista.
El viejo e inacabable debate acerca de si el funcionario diplomático debía ser leal al Estado o al
Gobierno fue ganado por este último. El funcionario diplomático dejó de ser considerado un
funcionario del Estado para convertirse en un empleado del gobierno de turno. Sujeto a
La política exterior del Fujimorato
La lealtad y obediencia al gobierno se convirtió en la premisa básica no escrita que fue reproducida -
tácita o expresamente- por los personajes que ocupaban los más altos cargos de la Cancillería y todos
los que, de alguna manera, se beneficiaban de la cultura institucional imperante. Se hablaba en voz
baja, se aseguraba que los teléfonos estaban intervenidos y se evitaba disentir. Se vivía con miedo.
La Ley 22150 establecía que éstas eran elaborar la política exterior del Perú y ejecutarla; representar
al Estado en el extranjero; defender internacionalmente los derechos y los intereses del Estado;
conducir las negociaciones internacionales del Estado; fomentar las relaciones de amistad y
cooperación del Perú con los demás Estados; recabar la información sobre el frente Externo que sea
de interés para el país; y proteger los derechos de los nacionales en el exterior.
Como se puede notar, de todas ellas, la que destaca es aquella referida a la elaboración y ejecución
de la política exterior. Esta permitía concentrar el proceso de elaboración de políticas en las
95
interacciones dinámicas propias de la diplomacia profesional. Al mismo tiempo, ubicaba al cuerpo
especializado de profesionales en el centro de coordinación del proceso de definición, formulación y
puesta en práctica de la política exterior; facilitaba la desconcentración de estas funciones; y
favorecía, por ende, el fortalecimiento de la diplomacia profesional. Este hecho, si bien no era
totalmente determinante en la calidad democrática de la política exterior, sí lo era en términos de
profesionalismo en tanto sentaba las bases formales de una desconcentración al interior del
Ejecutivo y apostaba por la especialización y las destrezas.
En el Decreto Ley 26117 (artículo 2), sin embargo, las funciones del SDP se reducían a representar al
Estado ante la comunidad internacional y promover activamente los intereses económicos del país
en el exterior.
171
Ponce de Vivanco, Eduardo. El diplomático en el mundo de hoy. Revista de la Academia Diplomática del Perú
“Política internacional-La carrera diplomática y sus desafíos”, Abril-junio 1997. p. 48.
Julio Álvarez Sabogal
Como complemento a esta simple definición de funciones, el artículo 3 de dicho decreto ley
estableció que el Presidente de la República dirigiría las relaciones internacionales del país y que el
Ministro de Relaciones Exteriores conduciría la acción del Servicio Diplomático de conformidad con
las disposiciones legales y reglamentarias correspondientes, así como con las directivas que
impartiría el Presidente de la República. El Ministerio de Relaciones Exteriores fue reducido a cumplir
el papel de agencia de ejecución de las decisiones y órdenes de Alberto Fujimori, reforzando aún más
el hiperpresidencialismo.
Posteriormente, el Decreto Ley 26117 fue reemplazado por el Decreto Legislativo 894 (1996). La
nueva ley estableció que las funciones del Servicio Diplomático Peruanas serían solamente:
“Cumplir las directivas que emanen del Presidente de la República y del Ministro de
Relaciones Exteriores para la ejecución de la política exterior; conducir o participar en
las negociaciones internacionales que determine el Ministro de Relaciones Exteriores; y
realizar promoción comercial, proponer convenios, atraer inversiones, apoyar a delegaciones
y exposiciones de carácter económico, con miras al desarrollo y crecimiento económico del
Perú”.
172
Mintzberg define la estructura como la suma total de las formas en que un trabajo es dividido entre
diferentes tareas y luego es lograda la coordinación entre esas tareas. Mintzberg, Henry. Diseño de
Organizaciones Eficientes, Ateneo, Buenos Aires.
173
Una descripción de éstas se muestra en el numeral 12.4. al final del capítulo.
La política exterior del Fujimorato
174
Mintzberg, Henry. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
Las dos leyes orgánicas anteriores al Decreto Ley 26112 (Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones
Exteriores vigente en los 90) se fundaron en algunas premisas básicas que no se repitieron en aquella
y que correspondían a cuatro áreas de la estructura organizacional sensibles a los cambios. La
primera premisa fue el predominio del Poder Ejecutivo en la política exterior pero con delegación de
facultades (formulación, conducción y evaluación) del Presidente al Ministerio de Relaciones
Exteriores; la segunda consistió en una concepción integral de la política exterior que hacía confluir
los ámbitos de ésta según los niveles de tratamiento alcanzaban los niveles más altos de decisión;
luego estaba el respeto de la Academia Diplomática como único órgano de formación profesional, la
indivisibilidad de la administración y la política175 y, finalmente, la importancia de la investigación
académica y el perfeccionamiento profesional.
Con el fin de establecer un patrón comparativo adecuado, nos remontaremos hasta fines de la
década de los 60 para observar la evolución de la estructura orgánica tal como fue concebida en las
normas vigentes entre 1969 y 1992.
La Ley 17520, Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones Exteriores (vigente desde 1969 hasta junio
de 1981), establecía que a esta entidad le correspondía: 98
En cuanto a la estructura orgánica, establecía tres niveles de responsabilidad y coordinación: una Alta
Dirección centralizada en el Ministro y Viceministro y cuyo fin era asegurar la coherencia de la
política exterior y evitar el tratamiento sectorial de los asuntos políticos y económicos; tres órganos
ejecutivos, la Subsecretaría de Política Exterior, la Subsecretaría de Asuntos Económicos e Integración
y la Dirección General de Migraciones; y un centro de estudios, la Academia Diplomática, como
órgano encargado de la formación de los futuros diplomáticos y del perfeccionamiento profesional y
la especialización técnica de los funcionarios diplomáticos.
175
Mintzberg subraya que uno de los mitos populares que rodean las perspectivas de filosofía de la gestión de
orientación empresarial es la creencia de que la política y la administración pueden separarse.
La política exterior del Fujimorato
El diseño del 2do gobierno de Acción Popular: el Decreto Legislativo 113 (1981)
La Ley Orgánica aprobada en 1981, el Decreto Legislativo 113, aún cuando conservó intactas muchas
de las facultades del Ministerio de Relaciones Exteriores para formular, conducir y evaluar la política
exterior, se alineó con la tendencia que enfatizó el re-alineamiento del Perú con Estados Unidos a
través de la política económica dando roles de protagonista a los miembros más prominentes del
belaundismo vinculados a los sectores empresariales y financieros estadounidenses. En ese sentido,
la mencionada ley dispuso que:
Sin embargo, posteriormente, la Ley 23706 (1983), modificatoria de la anterior, reforzó, dentro del
Poder Ejecutivo, la figura del Presidente de la República en los procesos de toma de decisiones en
materia de política exterior:
99
“... corresponde al Ministerio de Relaciones Exteriores, de conformidad con la política general
del Estado, aplicar las directivas trazadas por el Presidente de la República (...) formular
sugestiones, analizar las acciones ejecutadas y evaluarlas”.
Con el fin de evitar el tratamiento de la política exterior por compartimientos estancos, la Ley 23706
optó por un diseño básico que incluía una Alta Dirección integrada por el Ministro, el Viceministro y
la Asesoría de la Alta Dirección; y tres órganos de línea –la Dirección General de Asuntos Bilaterales,
la Dirección General de Asuntos Multilaterales y la Dirección General de Soberanía y Dirección de
Asuntos Consulares. También se conservó el papel de la Academia Diplomática como órgano de
formación profesional.
Posteriormente, el Decreto Legislativo 113 amplió las funciones de la Academia Diplomática del Perú
señalando que ésta era la encargada de la formación profesional de los aspirantes al Servicio
Diplomático de la República y del constante perfeccionamiento de los funcionarios diplomáticos.
Finalmente, se creó el Instituto Peruano de Relaciones Internacionales (IPRI), que actuó por algunos
pocos años como centro de investigación de asuntos internacionales, así como de organización y
dirección de cursos de altos estudios que eran de interés para la política exterior. Financiado por el
Julio Álvarez Sabogal
Estado, este instituto tuvo en su partida de nacimiento misma la semilla de su desaparición: era un
centro de investigación académica del sector público y se hallaba sujeto, por lo tanto, a los cambios
del régimen político.
El régimen aprista modificó en dos ocasiones (1985 y 1988) la estructura orgánica de la Cancillería
aunque, substancialmente, conservó el criterio de tratamiento integral de la política exterior. Los
cambios más importantes se dieron con respecto en los órganos de línea, apareciendo una nueva
preocupación, los asuntos económicos.
De este modo, en la fase final del gobierno aprista, el Ministerio de Relaciones Exteriores tenía una
estructura que involucraba, al igual que en el gobierno anterior, una Alta Dirección y cuatro tipos de
órganos: de línea (Subsecretaría de Política Bilateral, Subsecretaria de Política Bilateral, Subsecretaría
de Asuntos Económicos, Cooperación e Integración, Subsecretaría de Política Especial –que incluía
Soberanía- y Dirección General de Relaciones Culturales Internacionales); de apoyo (Dirección de
Asuntos Consulares, entre otros); de formación profesional (Academia Diplomática) y de
investigación científica (Instituto Peruano de Relaciones Internacionales).
100
5.3. El diseño organizacional hiper-presidencialista (1990-2000): el Decreto Ley 26112
(1992)
Por otra parte, con el objeto de uniformar la nomenclatura que se utilizaba en todos los otros
Ministerios, los órganos de línea dejaron la denominación Subsecretarías y se convirtieron en
Direcciones Generales. Estas fueron la Dirección General de Asuntos Bilaterales; la Dirección General
de Asuntos Multilaterales; la Dirección General de Organizaciones Regionales; y la Dirección General
La política exterior del Fujimorato
Luego de dos años de gobierno y consumado el golpe de Estado, el régimen aprobó el Decreto Ley
26112, el cual sí ocasionó cambios radicales.
Primero, yendo mucho más allá del principio de predominio del Ejecutivo, acentuó el papel del
Presidente de la República y desplazó a la diplomacia profesional, reduciéndola al papel de simple
ejecutora de decisiones tomadas en el ámbito del Jefe de Estado. Luego, mantuvo un mecanismo de
coordinación combinado pero intensificando a la vez el presidencialismo y la coordinación vertical
unidireccional desde las esferas más altas del poder. Esto puede verse en la redacción del artículo 2
de dicha ley:
“El Presidente la República conduce las relaciones internacionales del Perú. El Ministerio de
Relaciones Exteriores es el órgano responsable de ejecutar las directivas que para ese fin dicta
101
el Jefe del Estado, de coordinar con las demás reparticiones públicas y entidades privadas en
lo pertinente a la vinculación exterior y constituir el único registro centralizado y formal de las
obligaciones internacionales del Estado” (Artículo 2 del Decreto Ley 26112).”
176
“¿Quién es Fujimori? ¿Aceptaría mi enfoque? Esa era obviamente una pregunta que debía hacerme. Que ya
se la había hecho todo el país. Mi percepción era que el Presidente Fujimori era: (...) un hombre al que le
gustaba manejar el poder a través de compartimientos estancos”. Blacker Miller, Augusto. Op. cit. p 29.
Julio Álvarez Sabogal
Culturales Internacionales). La Dirección de Asuntos Consulares, entre otros, fue considerada órgano
de apoyo.
Posteriormente, esta Ley sufrió dos modificatorias. La primera, mediante decreto supremo 07-96/RE,
que reestableció la Dirección General de Asuntos Multilaterales con el objetivo de “asegurar una
perspectiva integral y consistente del tratamiento de los diversos asuntos que son tratados en el seno
de los organismos internacionales gubernamentales”. La segunda, mediante decreto supremo 33-
96/RE, norma con la que se retornó a una estructura orgánica basada en el principio de tratamiento
integral de la política exterior y la indivisibilidad de la política y la administración. Se estableció una
Alta Dirección compuesta por el Ministro, Viceministro, Gabinete del Ministro y Gabinete de
Coordinación; cuatro órganos de línea (Dirección General de Política Bilateral, Dirección General de
Política Multilateral; Dirección General de Asuntos Económicos Internacionales y Dirección General
de Asuntos Consulares) y un órgano de formación profesional (la Academia Diplomática). El Instituto
de Política y Economía Internacional (IPEI) que en la práctica nunca funcionó, terminó por 102
El Servicio Diplomático Peruano (SDP) era, en 1990, la única carrera pública civil institucionalizada
que funcionaba bajo criterios formales de racionalidad, estabilidad, permanencia y predictibilidad. A
ella se podía ingresar sólo a través de un órgano de formación especializado que era la Academia
Diplomática del Perú (ADP).
La política exterior del Fujimorato
Hasta 1992, la carrera de un funcionario diplomático se desenvolvía según un plan de carrera que
estaba sujeto a procesos anuales de evaluación institucionalizados, en base a los cuales se llevaba a
cabo los procesos de ascensos o promociones. Existían reglas que regulaban las asignaciones de
puestos y nombramientos al exterior. Así, por ejemplo, el nombramiento de embajadores, inclusive
los políticos, estaba sujeto a la aprobación previa y control posterior por parte del Senado. El
funcionario diplomático promedio era un servidor del Estado con un alto nivel de educación formal y
estaba entrenado para trabajar organizadamente y respetar los parámetros institucionales. Por
último, existía una política transparente de remuneraciones, estabilidad laboral, un sistema de
perfeccionamiento periódico y una institución de reciente creación (el Instituto Peruano de
Relaciones Internacionales-IPRI) dedicada a la investigación académica en la especialidad.
Si bien el SDP no era perfecto y tenía muchos defectos que compartía con otras instituciones
públicas, el recién inaugurado gobierno fujimorista tenía en él y en sus funcionarios un modelo inicial
de servicio civil y una experiencia acumulada que resultaba útil en cualquier proceso de
modernización de la carrera pública y fortalecimiento de la capacidad de gestión de los organismos
estatales e implementación de sistemas transparentes de remuneración, evaluación y promoción de
recursos humanos.
103
Los objetivos del régimen, sin embargo, no eran precisamente la mejora de la diplomacia profesional,
sino su sometimiento. Por este motivo, la introducción del enfoque neoliberal y gerencial177 vino
acompañada de una fractura institucional, la violación masiva de derechos de los funcionarios, el
escarnio público178, la consagración del voluntarismo y la inseguridad profesional.
Una de las primeras medidas gubernamentales posteriores al Golpe de Estado de abril de 1992, fue la
destitución ilegal de 117 funcionarios diplomáticos, cuyo objetivo fue el quebrantamiento de la
institucionalidad, al igual que se hizo en las Fuerzas Armadas, donde una gran parte de los oficiales
más destacados fueron dados de baja.179
177
Que, como ya hemos visto, se produjo durante la gestión de Augusto Blacker Miller.
178
Poco tiempo después de la destitución de 117 funcionarios diplomáticos, Alberto Fujimori declaró ante la
prensa que el cese masivo se había realizado debido a que se trataba de ladrones y homosexuales.
179
“El gobierno de Alberto Fujimori cerrando el Congreso, inició entonces el control de las instituciones en el
Perú tales como el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y el Servicio Diplomático de la República. En este último
caso, se inscribe el cese de casi el treinta por ciento del mismo con miras a lograr la sumisión de los restantes a
Julio Álvarez Sabogal
Oscar de la Puente Raygada (abril 1992-agosto 1993), jugó un papel decisivo en esta acción como
Ministro de Relaciones Exteriores. Su gestión se ocupó de iniciar el sometimiento institucional de la
Cancillería a los intereses particulares de la coalición dominante y, asimismo, el proceso de
consolidación ideológica en la política exterior.
La destitución masiva, según la Comisión de Ética Institucional presidida por el embajador José de la
Puente Radbill, había sido ya intentada durante la gestión del Augusto Blacker Miller un año antes y
para ello se había llevado a cabo una reunión en el Hotel El Pueblo. En el mismo sentido, el Informe
Final de la Comisión Especial de Alto Nivel del Ministerio de Relaciones Exteriores, citando al
Embajador Luis Solari Tudela, señala que dicho funcionario expresó que si bien, durante dicha
reunión, lo único tratado había sido el tema de la reestructuración del Ministerio, también había
podido percibir que se planificaba una reducción del SDP:
“… ya se sabía que algo flotaba sobre el agua, cada Ministro que venía, venía con esa
instrucción pero después no sucedía nada hasta que vino Oscar de la Puente Rasgada.”180
La idea, sin embargo, no prosperó en esa ocasión por la oposición de algunos funcionarios
diplomáticos que lograron disuadir a Blacker181 quien, además, confirmó esto en su libro:
104
“Hacia fines de 1991, la estabilidad laboral de los funcionarios diplomáticos, garantizada por
la Ley del Servicio, me impedía pasar al retiro a ningún miembro de éste. Así, cuando asumí el
cargo se me informó que el Poder Judicial había repuesto en sus cargos a funcionarios que
anteriores administraciones habían pretendido retirar del Servicio. Todo ello, obviamente, era
parte del caldo de cultivo que existía para que malos funcionarios se opusieran al cambio que
se planteaba”182.
través de la cooptación de un grupo de funcionarios de alto nivel que bajo el pretexto de debida obediencia
cometieron actos contra la Constitución y las leyes de la República. De esta forma se puso igualmente en riesgo
la seguridad nacional que, como en el caso de las denominadas Convenciones de Lima, requerían de la
participación de profesionales con alta capacidad formativa y ética”..- Párrafo tercero del Preámbulo del
Informe Final sobre el cese de 117 funcionarios diplomáticos dispuesto por la Resolución Suprema No. 453-92-
RE, elaborado por la Comisión Especial de Alto Nivel creada por la Resolución Ministerial No. 172-2002-RE.
180
Punto IV, 1 del Informe Final sobre el cese de 117 funcionarios diplomáticos dispuesto por la Resolución
Suprema No. 453-92-RE, elaborado por la Comisión Especial de Alto Nivel creada por la Resolución Ministerial
No. 172-2002-RE.
181
Informe de la Comisión de Ética Institucional del Servicio Diplomático del Perú de la Asociación del Servicio
Diplomático del Perú. Página 6 y 7.
182
Blacker Miller, Augusto. Op. cit. p.106
La política exterior del Fujimorato
“... el Poder Ejecutivo dictó tres dispositivos legales y una fe de erratas que cambiarían la
historia de la diplomacia peruana. Estas disposiciones fueron el Decreto Ley No. 25889,183 de
27 de noviembre de 1992; el Decreto Ley No. 26117, Ley del Servicio Diplomático de la
República, de 28 de diciembre de 1992; la Resolución Suprema No. 453, de 29 de diciembre de
1992; y la fe de erratas publicada en El Peruano el mismo 29 de diciembre de 1992. Estas
disposiciones dieron lugar a que alrededor del treinta por ciento (117 funcionarios) del
Servicio Diplomático fueran separados del mismo”.184
La lista de "cesados" estuvo encabezada por el ex Canciller Luis Marchand Stens que fue seguido,
entre otros, por el Embajador Allan Wagner Tizón, el Embajador Carlos Higueras y el Embajador Luis
Machiavello Amorós, quien era Presidente de la Asociación de Funcionarios Diplomáticos del Perú
(AFSDP).185 De esta manera, el gobierno de Alberto Fujimori dispuso el retiro del servicio activo de
aquellos funcionarios que le eran incómodos; estableció nuevos criterios y límites de edad para el 105
pase al retiro; otorgó al Presidente de la República la facultad de pasar anualmente al retiro, sin
expresión de causa, hasta a 10 funcionarios diplomáticos por cada categoría; y derogó el reglamento
de la ley del SDP que nunca fue reemplazado por otro. Posteriormente, en la Constitución de 1993 se
derogó la facultad del Parlamento de aprobar en última instancia a los embajadores.
183
El Decreto Ley No. 25889 declaró en reorganización el Servicio Diplomático de la República.
184
Párrafo segundo del Preámbulo del Informe Final sobre el cese de 117 funcionarios diplomáticos dispuesto
por la Resolución Suprema No. 453-92-RE, elaborado por la Comisión Especial de Alto Nivel creada por la
Resolución Ministerial No. 172-2002-RE.
185
La AFSDP es una entidad civil de derecho privado que organizaba a los diplomáticos de carrera. Esta, en
teoría, tenía como uno de sus fines la defensa de los derechos de aproximadamente 500 miembros con que
contaba el cuerpo de profesionales diplomáticos en ese momento.
Julio Álvarez Sabogal
voluntarismo como regla, tanto en lo referente a los cuadros de rotación anual como a los procesos
de evaluación y ascensos.
Tanto la Ley 22150 como la 26117 disponían que el Ministerio de Relaciones Exteriores debía
establecer el Cuadro de Rotación Anual y el Plan de Carrera del Servicio Diplomático. La diferencia
entre un ay otra radicaba en los plazos de duración de los nombramientos y la inexistencia de normas
reglamentarias de la Ley del SDP.
La Ley 22150 establecía que, salvo los Jefes de Misión, los funcionarios debían prestar servicios en
periodos alternados de seis (6) años en el exterior y de (3) en la Cancillería. La Ley 26117 modificó
dichos plazos estipulando que los períodos serían de cuatro (4) años en el exterior y dos (2) en la
Cancillería. En ambos casos, dichos términos podían ser ampliados o reducidos por razones
justificadas. Esta justificación, sin embargo, siguiendo una arraigada tradición autoritaria (cultura del
secreto), se limitaba a señalar que tal o cual ampliación o reducción se realizaba por “razones del
servicio” y punto.
106
Lo cierto es que, mientras que la Ley 22150 limitaba estos recortes o extensiones de plazo a un año,
la Ley 26117 no establecía límites y, en la práctica, algunos funcionarios fueron beneficiados con
extensiones de uno, dos y hasta tres años de permanencia adicional en el exterior, rompiendo con
ello el trato igualitario y equitativo que se debía dar sin distinción a todos los funcionarios
diplomáticos.
6.4. El Reglamento
La Ley 22150 contaba, como era justo y lógico, con un reglamento. Este detallaba un plan de carrera
que incluía estudios académicos, práctica y experiencia profesional en Cancillería y en el exterior y
servicios en diferentes áreas geográficas. Estas disposiciones, de una u otra manera, sentaban las
bases formales de una carrera diplomática fundada en el mérito y distribución equitativa de destinos
y oportunidades, aun cuando muchas veces sólo representaran los paradigmas de la carrera y
debiera coexistir con una realidad menos ideal, mostrando así la tensión entre tendencias más
institucionales y otras más voluntaristas.
La política exterior del Fujimorato
Al ser derogada la Ley 22150 y su reglamento, y ponerse en vigencia Ley 26117 (la cual carecía de
reglamento), el régimen liberó de ataduras a las tendencias voluntaristas. A partir de entonces, la
gerencia, irónicamente denominada “de desarrollo de recursos humanos” basó su actuación en un
reglamento no escrito o de facto que, en la práctica, permitió a las altas esferas del poder subordinar
a la diplomacia profesional y administrar el Ministerio de Relaciones Exteriores de manera
autoritaria, arbitraria y clientelista.
Los procesos de promoción anuales de los funcionarios diplomáticos fueron otra herramienta con
que el régimen contó para mantener la estabilidad que el proyecto político autoritario requería. La
carencia de un reglamento perjudicó la carrera diplomática en muchos aspectos pero, especialmente,
en aquellos relacionados a los procesos de evaluación y promociones anuales. Falta de transparencia
y alta discrecionalidad por parte del Ministro, del Viceministro y de la Comisión de Personal, fueron
los elementos que decidían las promociones, tal como lo reconoció el propio Ministerio de
Relaciones Exteriores del Perú en enero del año 2002:
“Ha concluido el proceso de ascensos ordinarios correspondiente al año 2001. Este proceso se
107
ha efectuado en el marco del Decreto Supremo No. 095-2001-RE, dictado el 8 de diciembre,
que estableció normas de transparencia y criterios objetivos para el proceso de promoción de
los funcionarios del Servicio Diplomático (...) El objetivo de las modificaciones normativas fue
llevar la promoción de los funcionarios diplomáticos exclusivamente en los méritos
profesionales y con procedimientos absolutamente transparentes. Por primera vez participan
con voz y votos representantes de la sociedad civil así como representantes
democráticamente elegidos por los propios funcionarios diplomáticos.
Se deja atrás, así, el reglamento del régimen autoritario que eliminó la naturaleza
institucional de los ascensos del Servicio Diplomático y otorgaba al Ministro de Relaciones
Exteriores y al Viceministro la facultad discrecional de decidir las promociones de los
funcionarios diplomáticos, independientemente de los resultados de las evaluaciones
efectuadas por las juntas evaluadoras (artículo 21 del Decreto Supremo Nº 040-97-RE).
El actual gobierno democrático ha corregido esta anómala situación a través del Decreto
Supremo Nº 095-2001-RE al otorgar a la Comisión de Personal del Ministerio de Relaciones
Exteriores la facultad autónoma de evaluar a los funcionarios diplomáticos aptos para el
Julio Álvarez Sabogal
El Informe de Ética Institucional del SDP también hace referencia a la manera cómo esta práctica se
empezó a producir desde los primeros años del Régimen:
Estas irregularidades fueron oficialmente corroboradas por la Ley 28091. Esta norma reconoce
expresamente que, en el proceso de ascensos del año 1992 que concluyó con la Resolución Suprema
249-RE, de 29 de Julio de 1992, (publicada el 12 de Agosto de 1992), se excluyó arbitrariamente a
diplomáticos que habían ocupado los primeros puestos en los cuadros de méritos, con el fin de
promover a funcionarios que estaban muy por debajo de sus puestos o promedio de notas. En el
proceso de ascensos del año 1996 (también lo reconoce la Ley 28091), que concluyó con la
Resolución Suprema 528-RE del 4 de Diciembre de 1995, nuevamente se excluyó arbitrariamente a
diplomáticos que habían ocupado los primeros puestos en el cuadro de méritos.
186
Nota de prensa 02-02 del Ministerio de Relaciones Exteriores del 4 de enero de 2002, titulada
“Transparencia en el proceso de ascensos ordinario del año 2001”. El Reglamento de la Ley del SDP que fue
derogado por el régimen fujimorista en 1992 establecía, por el contrario, un sistema más justo: un peso
ponderado de 3 para las evaluaciones indirectas (nota de la comisión calificadora) y de 7 para las evaluaciones
directas (nota final de concepto).
187
Informe de la Comisión de Ética Institucional del Servicio Diplomático del Perú de la Asociación del Servicio
Diplomático del Perú. p. 4.
La política exterior del Fujimorato
Primero, los evaluadores primarios (directo e indirecto) debían efectuar una calificación motivada de
los funcionarios.
Segundo, pese a que la calificación constituía (y constituye) un acto administrativo y las normas
legales exigían (y exigen), bajo sanción de nulidad del acto jurídico, una motivación por escrito clara y
expresa, el funcionario no tenía el derecho de impugnar las calificaciones y, la mayoría de veces, ni
siquiera de conocer tales justificaciones. Se trataba de la aplicación de la arbitraria ley del secreto en
su más alta expresión. Por este motivo, los calificadores podían emitir impunemente opiniones
totalmente subjetivas y sin sustento alguno.
Dada alta sensibilidad del tema de las evaluaciones y ascensos para los funcionarios del SDP, ésta fue,
en la práctica, una de las pocas áreas en las que unas pocas corrientes institucionalistas ofrecieron
resistencia y procuraron equilibrar el omnímodo poder presidencial.
188
“Caja negra”. Jerga política. Se dice del mecanismo, comisión o comité o consejo en el cual los actores que
toman decisiones no tienen o sienten que no tienen la obligación de motivar dichas decisiones, bien porque la
ley no los obliga expresamente o porque sólo lo hace difusamente. Se sabe qué es lo que entra y qué es lo que
sale, pero no se conoce cómo ni por qué sale o cómo sale.
Julio Álvarez Sabogal
Algunos funcionarios diplomáticos, como Jorge Castañeda Méndez189, mientras ejerció el cargo de
Director General de Desarrollo de Recursos Humanos, buscaron introducir reglas de juego más
transparentes, equilibradas y exigentes que dieran procesos de evaluación y ascensos más justos.
Ejemplo de ello fueron el reconocimiento del derecho de los evaluados a conocer los nombres de los
evaluadores directos y solicitar su inhibición por razones justificadas, la auto evaluación, la
evaluación horizontal cruzada entre funcionarios del mismo rango, la justificación conceptual, la no
confidencialidad de éstas para los evaluados y la introducción de elementos de transparencia
mediante la publicación de los resultados de las evaluaciones finales de Cancillería antes de su envío
a Palacio de Gobierno en donde debían recibir la aprobación final.
Los resultados de estos esfuerzos, sin embargo, sólo fueron relativamente exitosos. Las medidas no
podían resolver los nudos críticos que eran los operadores políticos al interior de Cancillería, el
entorno presidencial y el propio jefe de Estado que tuvieron, desde el principio, intervención decisiva
en las listas finales de ascensos.
189
Embajador de carrera del Servicio Diplomático del Perú.
190
Embajador de carrera del Servicio Diplomático del Perú.
191
Llosa Larraburre, Eduardo. El fortalecimiento del Servicio Diplomático y la formación profesional del
diplomático peruano. Tesis para optar el título de Abogado en la Pontificia Universidad Católica del Perú. 1997.
p. 102.
La política exterior del Fujimorato
El Decreto Ley 26117 introdujo varias disposiciones que modificaron las causales de retiro a corto y
largo plazo y abrió un amplio abanico de posibilidades para actos arbitrarios.
En primer lugar, estableció una escala de edades límite para cada categoría con el fin de que los
funcionarios diplomáticos pasaran al retiro al cumplirlas. Luego, eliminó la categoría de Tercer
Secretario de Cancillería y redujo considerablemente los períodos de permanencia en cada categoría,
con lo cual se provocó el cese inmediato de 34 funcionarios y de otros posteriormente. Finalmente,
se estableció el pase al retiro por “renovación de cuadros” que permitía pasar a la situación de retiro
anualmente, previo informe de una Comisión especial del Ministerio de Relaciones Exteriores, hasta
111
diez funcionarios en cada una de las categorías comprendidas entre Embajador a Primer Secretario,
inclusive, es decir, hasta 50 funcionarios cada año, sin expresión de causa.
Estas disposiciones se repitieron en el Decreto Legislativo 894 de 1996 y con ellas se consolidó el
voluntarismo y la amenaza del despido como norma de control. Llosa Larraburre escribió al respecto
que las “invitaciones al retiro” crearon un ambiente de inseguridad laboral y personal, haciendo éstas
estuvieran sujetas al subjetivismo de una o varias personas sin que propio trabajador pudiera
conocer los motivos de su cese al no existir mecanismos que permitiesen la transparencia y la
defensa legal. Concluyó señalando que la renovación de cuadros en el fondo conllevaba una
arbitrariedad pues permitía a las autoridades designar, sin objetividad ni fundamento sólido que lo
avalase, a los funcionarios que debían retirarse del Servicio.194
192
Llosa Larraburre, Eduardo. Op. cit. p. 412.
193
Llosa Larraburre, Eduardo. Op. cit. p. 413.
194
Llosa Larraburre, Eduardo. Op. cit. p. 416.
Julio Álvarez Sabogal
Un número mayoritario de los funcionarios diplomáticos entrevistados considera que, a partir de ese
momento, el artículo 18 del D.L. 26117 y el manejo de los ascensos y las salidas y tiempo de
permanencia en el exterior se convirtieron en mecanismos de control político sobre la diplomacia
profesional.
El 29 de diciembre de 1992 fueron cesados 177 funcionarios195,- casi el 25% del Servicio Diplomático-
, en aplicación de la causal de excedencia creada, límite de edad y límite de permanencia en la
categoría creadas por otra ley promulgada posteriormente196.
Ambas normas perjudicaban los derechos adquiridos de los funcionarios y contravenían los derechos
de estabilidad laboral, retroactividad de la ley y carácter irrenunciable de sus derechos reconocidos
por la Constitución y la ley.
En julio de 1994, durante la gestión de Efraín Goldenberg, el gobierno abrió la posibilidad de iniciar
un proceso de reincorporaciones y dictó el decreto supremo 23-94/RE, mediante el cual autorizó al
112
Ministro de Relaciones Exteriores a llevar a cabo un proceso de evaluación de los casos de los
funcionarios diplomáticos que habían sido cesados con la resolución suprema Nº 453-92-RE en razón
de lo establecido por el Decreto Ley Nº 25589.
Esta norma, sin embargo, dispuso también que en ella no se encontraban comprendidos los
funcionarios cesados al amparo de lo establecido por la Ley Nº 26117, con lo cual se excluía
definitivamente a treinta y cinco (35) funcionarios.
195
Con la Resolución Suprema No. 453/RE, de 27 de Diciembre de 1992, publicada el día 29 de Diciembre de
1992.
196
La Ley No. 26117 fue publicada el 29 de Diciembre de 1992.
La política exterior del Fujimorato
el problema porque con ella se mantenía temporalmente apartado al funcionario, quien cual no
gozaba del derecho a tener un puesto ni a percibir un sueldo.
La coyuntura reinante a mediados de 1994 sugiere que los motivos que condujeron al régimen a
instaurar un proceso de reincorporaciones fueron la presión interna, los problemas de credibilidad
externa, el riesgo de que se activarán los mecanismos del sistema interamericano de protección de
los derechos humanos en contra de las posiciones del gobierno y los supuestos beneficios que éste
pensaba obtener.
La presión interna se había venido dando en el marco de la negociación política por la que había
optado la AFSDP. Esta fue efectuada por embajadores y personalidades que, de alguna manera,
tuvieron la capacidad de influir en la opinión pública en vísperas del inicio de la campaña electoral de
1995.
Los problemas de credibilidad externa del gobierno fujimorista en la opinión pública internacional
aparecieron debido a la alta exposición y alcance que tenían los hechos y noticias relativos a un
copamiento político de la diplomacia profesional, así como debido al hecho de que, sólo siete meses
antes, el régimen hubiese ingresado, al menos en teoría, en un proceso de democratización con la
113
aprobación por referéndum y entrada en vigencia de la Constitución de 1993. Existía también el
riesgo que significaba el hecho de que un número considerable de funcionarios denunciara al
gobierno por violación de sus derechos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) y que, con ello, se activará el sistema interamericano de protección de los derechos humanos.
De hecho, la Corte Suprema de Justicia estaba a punto de declarar fundadas varias acciones de
amparo iniciadas en 1992 y ordenar la reposición de distintos funcionarios.
Mientras ello ocurría, varios de los funcionarios destituidos que habían presentado demandas de
nulidad o acciones de amparo en defensa de sus derechos conculcados, empezaban a obtener fallos
judiciales favorables. Dichas sentencias ordenaban al Ministerio de Relaciones Exteriores reponer las
Julio Álvarez Sabogal
cosas al estado anterior a la agresión. Sin embargo, ejerciendo abusivamente su ius imperium, la
administración de Cancillería se negó a acatarlos dilatando su ejecución, ejecutando parcialmente
algunos, informando maliciosamente al juez que ya había ejecutado otros o, simplemente, ignorando
otros tantos.
Así por ejemplo, en enero 1995, luego de que la Corte Suprema de Justicia declarara fundadas las
primeras acciones de amparo, el régimen hizo todo lo posible para reinterpretar caprichosamente la
ejecución de las ejecutorias supremas que ordenaban la reposición de los funcionarios demandantes
al estado anterior a la violación de sus derechos y, por ende, el reconocimiento de todos los
derechos, beneficios y prerrogativas que dejaron de percibir durante el tiempo que estuvieron fuera
del Servicio. Basándose en informes de grandes estudios jurídicos, especialmente contratados, se
reinterpretaba las ejecutorias supremas en el sentido de que éstas no ordenaban “reponer” sino
“retomar” y que, por lo tanto, los funcionarios cesados no tenían derecho a que se les reconociera ni
el tiempo de servicios, ni la línea de carrera ni lo que habían dejado de percibir durante varios años.
pasados al retiro aplicándoles las Leyes 26117 y 894, fuera de un debido proceso y sin derecho de
defensa.197
En los hechos, actuando bajo órdenes de Palacio de Gobierno, la Secretaría General de Relaciones
Exteriores buscaba eludir el cumplimiento de lo resuelto por la Corte Suprema a través de diversas
argucias legales. Algunos de los documentos que prueban esta conducta son las Resoluciones
Supremas 123, 124 y 131 (Casos Yvan Solari Calvo, Roberto Vizcardo García y Oswaldo Bravo Daneri),
publicadas el 06 y 07 de Marzo de 2001; las Sentencias del Tribunal Constitucional y de la Corte
Suprema en los casos de los funcionarios Gustavo Gutierrez Pizarro, Carlos Alberto Yrigoyen Forno,
Oscar Aurelio Pinto Basurco Rittler, Oscar Barrenechea Núñez del Arco, Miguel Córdova Cuba, José
Augusto Tenorio Benavides y Mario Lovon Ruiz Caro; y la Carta del Defensor del Pueblo, No. DP-487-
197
Así, por ejemplo, el funcionario diplomático Alejandro Beoutis Candahuana, inmediatamente después de ser
reincorporado, fue pasado al retiro por limite edad mediante la aplicación retroactiva de la Ley 26820 que
redujo los límites de edad o para el pase al retiro en las diferentes categorías diplomáticas: “Lima, 5 de
setiembre de 1996.- Señor Director: Soy uno de los ciento diecisiete funcionarios diplomáticos de carrera que
fuimos cesados ilegal y arbitrariamente el 29 de diciembre de 1992. Al igual que otros de mis colegas interpuse
una Acción de Amparo contra el Supremo Gobierno-ministerio de Relaciones Exteriores, la que fue declarada
fundada por la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia con fecha 10 de octubre del año 115
pasado. La Ejecutoria Suprema establece "reponer al actor en el cargo que venía desempeñándose antes de la
violación de su derecho constitucional, con reconocimiento de sus derechos, beneficios y prerrogativas que le
corresponden en el servicio activo". Sin embargo, hasta el momento las autoridades actuales del ministerio de
Relaciones Exteriores no sólo han eludido dar cumplimiento a lo resuelto por la máxima instancia del Poder
Judicial, a pesar de los mandatos reiterados del Vigésimo Segundo Juzgado especializado en lo Civil de Lima,
sino que además se han violado reiteradamente mis derechos adquiridos, reconocidos por la antes mencionada
Ejecutoria Suprema conforme al D.L. 22150. Aplicando retroactivamente el D.L. 26117 me han pasado al retiro
mediante la antijurídica RM 0094-RE-96 del 31 de enero del presente año, firmada por el actual canciller
Francisco Tudela, con lo cual se pretende desconocer mi derecho a permanecer en la situación de actividad
hasta el límite de edad de 40 años que me corresponde en mi categoría, e impedir que participe en el proceso de
ascensos del presente año. De esta manera se niega mi derecho a hacer carrera pública y a la continuidad y
permanencia en situación de actividad en el Servicio Diplomático. No es éste el único caso de incumplimiento de
mandatos judiciales por parte de las actuales autoridades del ministerio de Relaciones Exteriores. Con fecha 19
de marzo de este año los ministros Mario Lovón Ruiz-Caro, Eduardo Carrillo Hernández, el consejero Aurelio
Pinto-Bazurco Rittler, el primer secretario Gustavo Gutiérrez Pizarro y el suscrito nos dirigimos al ministro
Tudela en su calidad de titular del sector, solicitándole se sirva revisar la situación jurídica originada por el
desconocimiento de los mandatos judiciales de las Ejecutorias Supremas que ordenan nuestra reposición en el
Servicio Diplomático, sin haber obtenido respuesta alguna hasta la fecha.- Alejandro J. Beoutis Candahuana, LE
07038824”.- Comentarios de Caretas: “Se sindica a Luis Silva Santistevan -allegado a Vladimiro Montesinos y
desde 1993 embajador del Perú en Alemania- como el responsable directo de la redacción de la Ley del Servicio
Diplomático que diezmó el ministerio de Relaciones Exteriores así como de la elaboración de la lista de los 117
diplomáticos que fueron retirados del servicio. Muchos de los cesados que han obtenido sentencia favorable en
la Corte Suprema no pueden regresar al servicio debido a los draconianos límites de pase al retiro que impone
dicha ley”..- Nos escriben y contestamos. Revista Caretas, No, 1431.
Julio Álvarez Sabogal
97, del 23 de Junio de 1997 (referida a los funcionarios Mario Lovon Ruiz Caro y Alejandro Beoutis
Candahuana), que se pronunció sobre estas arbitrariedades.
El presupuesto es, al fin de cuentas, la cuantificación de la estrategia y, por ello, no estaría completa
esta parte del estudio sin un análisis, aunque sea breve, de la participación del sector Relaciones
Exteriores en el presupuesto nacional y las prioridades otorgadas en materia de asignaciones
ordinarias y extraordinarias para las Misiones en el exterior.
Para ello, dentro del período 1990-1999, analizaré la participación del sector relaciones exteriores en
el presupuesto nacional; la variación de las asignaciones mensuales ordinarias de las embajadas
políticas de 1990 al 2000 en relación con los nombramientos de embajadores políticos y coyunturas
bilaterales; y la variación de las asignaciones extraordinarias de las embajadas políticas entre 1994 y
116
1999 en relación con los nombramientos de embajadores políticos y coyunturas bilaterales y las
coyunturas criticas.
También es posible ver que, con excepción del período 1991-1992, los porcentajes de participación
más altos corresponden a los años en que se dieron crisis políticas que cuestionaron la supervivencia
política del régimen. En el período 1991-1992, durante el proceso de reinserción financiera, la
participación fue de 1.69% y 1.12%. Entre 1992 y 1993, en la etapa de aislamiento político
internacional a consecuencia del Golpe de Estado de abril de 1992, dicho porcentaje se mantuvo en
1.12%. Luego, éste se elevó a 0.92% en 1999, año en que se planteó el retiro del Perú de la
La política exterior del Fujimorato
117
Julio Álvarez Sabogal
118
7.2. Los presupuestos de las misiones del servicio exterior
Entre octubre de 1989 y diciembre de 1993, entre 15 y 16 embajadas (22 % del total) recibían el 47 %
de los recursos financieros ordinarios, lo que hacía que, en promedio, cada una de éstas misiones
recibiera el 2.93 % de los recursos. Asimismo, 50 de ellas (78 % de total) recibían apenas el 53 % de
dichos recursos. En promedio, cada una de éstas misiones recibía el 1.06 % de los recursos. Esta
distribución, además de reflejar una baja diversificación de la política exterior peruana, mostraba
también un alto grado de concentración de medios en las relaciones bilaterales con Estados Unidos,
así como países de Europa Occidental y fronterizos.
Sin embargo, a partir de 1994, la distribución del presupuesto de funcionamiento de las embajadas y
representaciones peruanas en el exterior empezó a experimentar algunos cambios.
198
En intis
199
En intis
La política exterior del Fujimorato
La distribución de los recursos financieros se fue haciendo un poco más diferenciada como
consecuencia del proceso de diversificación de las relaciones bilaterales impuesto por el fin del
conflicto ideológico Este-Oeste, el proceso de globalización, la inserción del Perú en el sistema
económico mundial y su aproximación a los países del Asia y la Cuenca del Pacífico, aunque
conservando en lo esencial la estructura de distribución previa. Así, en el período 1995-2000, del
total de misiones diplomáticas, 34 embajadas (48 % del total) recibían el 70% de los recursos
financieros, correspondiendo a cada una de ellas el 2.05 % de los recursos. Las otras 30 misiones (52
% del total) recibían el 30 % de los recursos. En promedio, cada una de éstas misiones recibía el 1.00
% de los recursos. Esta evolución puede ser vista en detalle en el numeral 12.6 al final de este
párrafo:
Cuadro: Evolucion de la distribución de los recursos financieros entre las misiones diplomáticas
Año Número y presupuesto mensual Número y presupuesto Monto total del presupuesto
ordinario acumulado de embajadas mensual ordinario mensual ordinario de
con montos superiores a US$ 20,000 acumulado de embajadas embajadas peruanas
con montos inferiores a US$
20,000
Octubre 1989 Quince (15) Cincuenta y uno (51) US$ 1’010,789
US$ 479,610 US$ 531.179
(47 %) (53 %) 119
Diciembre 1990 Catorce (14) Cuarenta y tres (43) US$ 914,576
US$ 450,254 US$ 464,322
(49 %) (51 %)
Diciembre 1991 Catorce (14) Cuarenta (40) US$ 890,641
US$ 440,878 US$ 449,812
(49 %) (51 %)
Diciembre 1992 Dieciseis (16) Cuarenta y cuatro (44) US$ 1’039,443
US$ 518,909 US$ 520,534
(49.92%) (50.08 %)
Diciembre 1993 Dieciséis (16) Cuarenta y cuatro (44) US$ 1’011,046
US$ 499,716 US$ 511,330
(49.42 %) (50.58 %)
Diciembre 1996 Treinta y dos (32) Treinta y dos (32) US$ 1’419,700
US$ 1’001,300 US$ 418,400
(70.52 %) (29.47 %)
Diciembre 1997 Treinta y tres (33) Treinta y dos (32) US$ 1’456,500
US$ 1’046,050 US$ 410,450
(71.81 %) (28.18 %)
Diciembre 1998 Treinta y cuatro (34) Treinta (30) US$ 1’517,000
US$ 1’095,100 US$ 421,900
(72.18 %) (27.82 %)
Diciembre 1999 Treinta y siete (37) Veintisiete (27) US$ 1’595,250
US$ 1’217,300 US$ 377,950
(76.30 %) (23.70 %)
Enero 2000 Cuarenta (40) Veinticuatro (24) US$ 1’629,950
US$ 1’297,700 US$ 332,250
(79.61 %) (20.39 %)
Setiembre 2000 Treinta y tres (33) Treinta y dos (32) US$ 1’532,650
US$ 1’068,200 US$ 464,450
(69.70 %) (30.30 %)
120
7.3. Los embajadores políticos y los presupuestos de funcionamiento de las misiones
Para efectuar este análisis se ha tenido en cuenta los presupuestos para las Misiones en el exterior
precisa tener en cuenta el número y procedencia de los embajadores políticos, la importancia de las
misiones diplomáticas ocupadas por dichos embajadores políticos y el monto y evolución de las
asignaciones ordinarias y extraordinarias de las misiones diplomáticas ocupadas por tales
embajadores políticos.
Antes de que entrara en vigencia el Decreto Ley 26117 (1992), la ley limitaba el número de
embajadores políticos al décimo (Decreto Ley 22150 de 1978) y 20 % (Decreto Legislativo 67 de 1981)
del total de embajadores acreditados en el exterior. Estas restricciones al ejercicio de poder, sin
embargo, fueron eliminadas por el Decreto Ley 26117 (1992) y el Decreto Legislativo 894 (1996).
La política exterior del Fujimorato
Esta constatación cuantitativa adquiere más trascendencia si se toma en cuenta que el gobierno se
preocupó de que los embajadores políticos fueran acreditados ante los gobiernos de países cuyas
relaciones bilaterales con el Perú revestían mayor importancia: Japón, Francia, España, Alemania, etc.
Esto es, en aquellos países donde era indispensable promover las percepciones, intereses,
planteamientos, proyectos y políticas de la coalición en el poder, con excepción de Estados Unidos y
países vecinos donde el gobierno prefirió confiar la gestión a diplomáticos profesionales que no
cuestionaban sus actos. Otras embajadas políticas, especialmente durante el segundo lustro, fueron
entregadas para efectuar pagos de lealtades políticas. Un cuadro en detalle sobre quienes ocuparon
embajadas políticas en la década de los 90, puede verse a continuación:
Cuadro: Embajadores politicos 1990-2000
Tiempo de duraciòn en Trayectoria política en el fujimorismo y otros cargos
País Embajador Político el cargo desempeñados entre 1990-2000
Alemania Luis Silva Santisteban 7 años y 7 meses En 1990, Silva Santisteban dejó la cátedra universitaria (era
García Seminario 17.04.1993 - coordinador de la maestría de relaciones exteriores en la
121
27.11.2000 Universidad Católica) para embarcarse en el proyecto Fujimori.
Fue secretario general del Consejo de Ministros en los años
iniciales del fujimorismo. Y luego encargado del consulado del
Perú en Hong Kong. Asesor de Fujimori y operador político
vinculado desde el comienzo del fujimorismo con Vladimiro
Montesinos.. Fue uno de los embajadores políticos que coparon
las legaciones peruanas en Europa, luego del cese ilegal de 117
diplomáticos en diciembre de 1992. En Cancillería es recordado
como uno de los ejecutores de aquel cese masivo. (La República,
8 de noviembre de 2005) Forma parte de la lista de personajes
estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas:
http://www.caretas.com.pe/2001/1653/articulos/lista.phtml)
Costa Rica Alberto Varillas 5 años y 11 meses Ex Ministro de Educación. Juramentó pocos días después (8 de
Montenegro 16.08.1994 - mayo) de la perpetración del Golpe de Estado del 5 de abril de
Julio Álvarez Sabogal
Cuba Belisario De Las No Asumió Ex Ministro de Agricultura. Forma parte de la lista de personajes
Casas Piedra estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
Cuba Guillermo 9 meses Embajador de carrera en situación de retiro.
Fernández-Cornejo 02.10.1995 -
Cortez 01.07.1996
Cuba Jaime Sobero Taira 2 años y 7 meses Ex Ministro de Pesquería. Forma parte de la lista de personajes
09.09.1996 - estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
30.04.1999
Cuba Vicealmirante AP (R) 1 año 6 meses Ex Ministro de Transportes y Comunicaciones. Ex Embajador del
Juan Castilla Meza 01.06.1999 - Perú en Venezuela. Forma parte de la lista de personajes
27.11.2000 estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
EE. UU. Roberto Mac Lean 1 año y 1 mes Renunció en los días posteriores al golpe de Estado del 5 de abril
Ugarteche 06.03.1991 - de 1992.
22.04.1992
España Fernando Vega Santa 1 año y 3 meses Ex Ministro de Justicia (1991-1995). Participó en la supuesta
Gadea 22.04.1996 - reforma del Poder Judicial y del ministerio público. Firmó el
15.07.1997 decreto de urgencia 4194 de fecha de 21 de julio de 94, que
122
exceptuaba al Ministerio de la Presidencia de la licitación pública,
y autorizaba la compra de motocicletas por diez millones de
dólares. (Agencia Perú:
http://www.agenciaperu.com/investigacion/2002/jul/vega.htm#
3). Forma parte de la lista de personajes estrechamente
vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
España Jorge Eduardo 1 año y 25 días Renunció poco tiempo después del golpe de Estado del 5 de abril
Toledo Gonzales 05.06.1991 - de 1992.
30.06.1992
Francia/UN Maria Luisa Federicci 4 años y 7 meses Ex Ministra de la Presidencia (1994-1995). Forma parte de la lista
ESCO Soto 22.04.1996 - de personajes estrechamente vinculados a Fuijimori y
27.11.2000 Montesinos (Caretas).
Gran Arturo García García 1 año y 3 meses Embajador de carrera en situación de retiro.
Bretaña 01.11.1992 -
27.02.1995
Honduras Carlos Hermoza 6 meses Ex Ministro de Justicia. Presidente del Consejo Nacional de la
Moya 10.09.1997 - Magistratura.
26.03.1998
Honduras Víctor Yamamoto 2 años y 5 meses Ex Ministro de Salud. Forma parte de la lista de personajes
Miyakawa 15.06.1998 - estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
La política exterior del Fujimorato
27.11.2000
Italia Ana Maria Deustua 4 años y 8 meses Ex Viceministra de Asuntos Económicos Internacionales del
Caravedo 16.07.1995 - Ministerio de Relaciones Exteriores. Se abstuvo, bajo órdenes de
27.11.2000 Fujimori, de firmar el Estatuto de la Corte Penal Internacional.
Pese a ello, continuó 2 años más en el cargo de embajadora.
Italia/F.A.O Enrique Roberto Ross 2 años y 10 meses Ex Ministro de Agricultura. Forma parte de la lista de personajes
. Link 10.09.1992 - estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
26.07.1995
Japón Victor Aritomi Cinto 9 años y 8 meses Esposo de Rosa Fujimori, hermana de Alberto Fujimori. Vinculado
28.03.1991 - junto con su cónyuge a los malos manejos de las donaciones las
27.11.2000 donaciones que se hicieron al Perú entre 1991 y 2000 a través de
las ONG Apenkai y Aken. Forma parte de la lista de personajes
estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
Marruecos Gral. Div. EP (R) 2 años y 10 meses Ex Ministro de Defensa. Forma parte de la lista de personajes
Tomas Castillo Meza 14.01.1998 - estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
27.11.2000
México Alberto Cazorla 4 años y 3 meses Ex Representante ante la Comisión para la Acreditación de
Talleri 02.04.1991 - Facultades o Escuelas de Medicina Humana (CAFME) del Consejo
123
01.07.1995 Nacional para la Autorización de Funcionamiento de
Universidades (CONAFU).
México Gral. Div. EP ® Víctor 1 año y 7 meses Ex Ministro de Defensa. Forma parte de la lista de personajes
Malca Villanueva 05.03.1996 - estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
15.10.1997
O.N.U. Francisco Tudela Van 1 año Ex Ministro de Relaciones Exteriores. Es considerado uno de los
Breugel-Douglas 01.03.1999 - ideólogos del fujimorismo.
22.02.2000
Panamá Alfredo Ross 6 años y 6 meses Ex Ministro de Transportes. Forma parte de la lista de personajes
Antezana 19.05.1994 - estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
27.11.2000
Rep.Checa Gral. Div. EP Adolfo 2 años y 9 meses Ex Ministro del Interior. Forma parte de la lista de personajes
Julio Álvarez Sabogal
Santa Sede Augusto Antonioli 1 año y 8 meses Ex Ministro de Justicia. Forma parte de la lista de personajes
Vásquez 01.12.1995 - estrechamente vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
30.08.1997
Uruguay Guillermo Del Solar 2 años y 5 meses Ex Embajador del Perú en Bélgica
Rojas 30.06.1995 -
30.11.1997
Uruguay Manuel D'ornellas No Asumió Fue designado por Fujimori en 1999 para ocupar el puesto de
Suárez Embajador del Perú en Uruguay. Falleció poco tiempo antes de
asumir.
Venezuela Gral. Div. EP Julio 2 meses Ex Jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y Ex Ministro de
Salazar Monroe 15.08.2000 - Defensa. Considerado como uno de los responsables de la
15.10.2000 matanza de Barrios Altos. Su nombramiento produjo la reacción
de organizaciones defensoras de derechos humanos de todas
124
partes del mundo que ejercieron cabildeo ante el gobierno de
Venezuela demandando el rechazo de su designación y hasta su
detención y juzgamiento en dicho país. El nombramiento fue tan
cuestionado que Salazar Monroe sólo permaneció en dicho cargo
dos meses. Forma parte de la lista de personajes estrechamente
vinculados a Fuijimori y Montesinos (Caretas).
Como se sabe, la política exterior fujimorista se concentró a lo largo de la década, entre otras, en las
siguientes prioridades: la reinserción del Perú en el sistema financiero internacional; la expansión del
comercio exterior en el sistema global; la apertura de relaciones con los países de la Cuenca del
Pacífico, particularmente con Japón, China y los del Sudeste Asiático; la difusión de la real naturaleza
de los grupos terroristas y tipificación de los actos terroristas como violaciones de derechos humanos
o crímenes contra la paz y la seguridad de la humanidad; la difusión del carácter circunstancial de los
excesos cometidos por las FFAA y “mejora” de la deteriorada “imagen” del Perú en el exterior; la
La política exterior del Fujimorato
obtención de la impunidad de ciertos personajes del Régimen por las violaciones de derechos
humanos; y la eliminación de fuentes de inestabilidad en las relaciones con los países limítrofes.
Sin embargo, el establecimiento de estas prioridades, diferentes a las de gobierno aprista, no varió
mucho el listado de países con los que el Perú privilegiaba sus relaciones bilaterales. De hecho, el
examen de la evolución de los montos de los recursos financieros ordinarios asignados a las misiones
diplomáticas de 1989 a 2000200, permite constatar que los países y organismos internacionales que
fueron los principales interlocutores y espacios de negociación multilateral durante el gobierno
aprista, lo fueron también –con la solitaria excepción de la Organización Civil de Aviación
Internacional u OACI- durante el fujimorismo, esto es, Estados Unidos, Japón, Alemania, España,
Francia, Gran Bretaña, Italia, Bélgica, Suecia, Suiza, Holanda, Canadá y países limítrofes como Brasil,
Argentina y Chile. Todos estos países participaron además en los grupos de apoyo al Perú en el
proceso de reinserción financiera y, a fines de la década, fueron quienes, junto con sus respectivas
sociedades civiles, denunciaron la autocracia y corrupción fujimorista.
200
El análisis tuvo como hilo conductor un criterio cuantitativo: fueron consideradas importantes las embajadas
cuyas asignaciones mensuales superaban los US$ 20,000.
Julio Álvarez Sabogal
El gobierno aprista clausuró, en enero de 1990, las embajadas en Trinidad y Tobago, Kuwait, Jamaica
y Kenia, decisión que siguió simplemente un criterio de austeridad. En diciembre de 1990, el nuevo
gobierno, aún sobre la base de la misma lógica, cerró las embajadas en Zimbabwe, Nueva Zelanda,
Finlandia y las representaciones permanentes ante UNESCO y la Convención de las Naciones Unidas
contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, también llamada ONU-Tráfico
Estupefacientes.
126
Período 1991 y 1992
Entre marzo y junio de 1991, el régimen fujimorista nombró sus primeros cuatro embajadores
políticos: Roberto Mac Lean Ugarteche, Víctor Aritomi Cinto, Alberto Cazorla Talleri y Jorge Toledo
Gonzales.
Mc Lean y Cazorla renunciaron poco tiempo después del golpe de Estado de abril de 1992, mientras
que Víctor Aritomi y Jorge Toledo apoyaron al gobierno incondicionalmente. Toledo hasta julio de
1995 y Aritomi, cuñado de Alberto Fujimori, hasta la caída del régimen.
En esta fase, la crisis económica en que se encontraba el país y el contrapeso institucional que ejercía
el Poder Legislativo basado en la Constitución de 1979 –el cual exigía la aprobación de los
embajadores por parte del Senado-, impedían al gobierno actuar libremente para hacerse del control
total de los recursos de política exterior. Pero todo ello cambiaría a partir del golpe de Estado de abril
de 1992. Con posterioridad al golpe, el gobierno nombró embajadores políticos en cinco misiones
diplomáticas: Israel, República Checa, Bélgica, Italia y Gran Bretaña, que se sumaron a las de México y
127
Japón.
Fecha de
Fecha de inicio de término de
País Embajador Político funciones funciones
Bélgica Guillermo Del Solar Rojas 02.06.1992 29.06.1995
Italia/F.A.O. Enrique Roberto Ross Link 10.09.1992 26.07.1995
Israel Gen.Div. Ep (R) Jorge Celso Torres Aciego 14.09.1992 26.07.1995
Rep.Checa Gral. Div. Ep Adolfo Alvarado Fournier 18.10.1992 26.07.1995
Gran
Bretaña Arturo Garcia García 01.11.1992 27.02.1995
Este mismo año, la todavía alta participación del sector relaciones exteriores en el presupuesto
nacional (1.12 %) permitió al gobierno reforzar financieramente las misiones diplomáticas, en
particular, las que correspondían a los países más importantes para las relaciones bilaterales y que,
Julio Álvarez Sabogal
progresivamente, venían siendo ocupadas por personajes leales al régimen. Dichos incrementos
financieros se daban, como regla general, dentro de una política de fortalecimiento que abarcaba a
casi la totalidad del servicio exterior, pero no a todos por igual.
Período 1993
Período 1994
Entre mayo y noviembre de 1994, tres nuevos embajadores políticos fueron nombrados en Panamá,
Costa Rica y la Organización de Estados Americanos (OEA):
Fecha de inicio de Fecha de término de
País Embajador Político funciones funciones
Panamá Alfredo Ross Antezana 19.05.1994 27.11.2000
Costa Rica Alberto Varillas Montenegro 16.08.1994 21.07.2000
O.E.A. Beatriz Ramacciotti Regazzoli 16.11.1994 27.11.2000
La política exterior del Fujimorato
La existencia de un control cada vez más fuerte de los recursos de política exterior permitió el uso
voluntarista de los mismos, lo cual se tradujo en aumentos de presupuesto para las misiones
diplomáticas en las que eran nombrados nuevos embajadores políticos. Tal fue el caso de las
embajadas en Costa Rica y Panamá en junio y setiembre de 1994. Estas, poco tiempo después de la
designación de Alberto Varillas Montenegro y Alfredo Ross Antezana, fueron favorecidas con
aumentos presupuestales del 30 % y 10 %, respectivamente. Mientras tanto, la tendencia a
concentrar los recursos financieros en las embajadas y representaciones más importantes y aquellas
ocupadas por embajadores políticos continuó en 1995.
Los gastos en que había incurrido el régimen en su política asistencialista y de propaganda a favor de
la reelección de Alberto Fujimori y el denominado “recalentamiento” de la economía peruana
129
ocasionaron que la participación de relaciones exteriores en el presupuesto nacional fuera la más
baja de la década, 0.71%. Pese a ello, el gobierno insistió en su política de pago de favores políticos a
favor de personalidades que le habían sido leales entregando a estos la jefatura del mayor número
posible de misiones diplomáticas y otorgando, en algunos casos, incrementos de asignaciones
ordinarias.
Entre todos estos casos, destaca el de Uruguay. No mucho tiempo antes de que Guillermo del Solar
Rojas asumiera el cargo, la asignación ordinaria de gastos de esta embajada había aumentado de US$
Julio Álvarez Sabogal
19,000 a US$ 20,5000 en el marco de un política de modificación de partidas financieras del exterior
que, además, había determinado la reducción de las asignaciones de algunas otras embajadas
importantes pero que, para su mal, no contaban con embajadores políticos (por ejemplo, Chile).
Coincidentemente, sólo un mes después del inicio de funciones de Del Solar, la Embajada en Uruguay
fue favorecida con un aumento de su presupuesto mensual de US$ 6,500 mensuales (de 20,500 a
US$ 27,000).
Las circunstancias objetivas sugieren que este incremento pudo deberse a que la asignación de US$
20,000 resultaba insuficiente en un país que tenía un alto nivel del costo de vida. Este incremento, sin
embargo, no hubiera llamado la atención sino hubiera sido por el hecho de que en julio y setiembre
de 1995, los aumentos se concentraron en las embajadas ante países desarrollados (Estados Unidos,
Canadá y varios países de Europa occidental) y Corea, sin que Uruguay junto con Bolivia, fueran
considerados. La presencia de un embajador político permitió a la misión diplomática obtener
incrementos y asignaciones extraordinarias que bajo la jefatura de un funcionario diplomático de
carrera no hubiera logrado. Esta línea de disposición y acción se repetiría en los años siguientes en
otras misiones.
Período 1996
130
Pese a que la coyuntura económica presagiaba un año austero para relaciones exteriores, el
presupuesto del sector experimentó un pequeño incremento que se explica por los gastos que
demandó el manejo del diferendo con Ecuador en materia coordinaciones y consultas con los países
garantes y Ecuador mismo. Esta coyuntura no explica sin embargo, que las misiones diplomáticas en
Venezuela, México, Nicaragua, España, Francia y UNESCO se sumaran al grupo de embajadas
políticas:
Fecha de
inicio de Fecha de término
País Embajador Político funciones de funciones
Vicealmirante AP en retiro, Juan Castilla
Venezuela Meza 01.03.1996 16.03.1999
Gral.Div. EP en retiro, Víctor Malca
México Villanueva 05.03.1996 15.10.1997
Nicaragua Vicealmirante AP en retiro, Alfredo Arnaiz 19.04.1996 16.10.2000
La política exterior del Fujimorato
Ambrossiani
España Fernando Vega Santa Gadea 22.04.1996 15.07.1997
Francia/UNESCO Maria Luisa Federicci Soto 22.04.1996 27.11.2000
Cuba Jaime Sobero Taira 09.09.1996 30.04.1999
Período 1997
Fuera de estos casos, 1997 fue un año austero y el fortalecimiento financiero de las misiones se
concentró en cuatro embajadas de importancia: Chile, Canadá, España y Estados Unidos.
En setiembre de 1997, Carlos Hermoza Moya, ex Ministro de Justicia del régimen, fue designado
131
como embajador político en Honduras:
Período 1998
El deterioro progresivo de la situación política y de derechos humanos en el país hizo sentir sus
efectos sobre la política exterior peruana a partir de 1998. La imagen político-democrática del país
ingresó en un proceso de franco deterioro y la política exterior en su fase de confrontación, y el
régimen reaccionó fortaleciendo las representaciones peruanas ante las Naciones Unidas en Nueva
York, los organismos internacionales con sede en Ginebra y la OEA, así como la embajada en los
Julio Álvarez Sabogal
Estados Unidos, país que había empezado a cuestionar las prácticas antidemocráticas del gobierno
fujimorista.
Paralelamente, dos nuevos personajes del régimen fueron designados como embajadores políticos
en Marruecos y Honduras:
Fecha de inicio de
País Embajador Político funciones Fecha de término de funciones
Gral. Div. EP en retiro Tomas
Marruecos Castillo Meza 14.01.1998 27.11.2000
Honduras Víctor Yamamoto Miyakawa 15.06.1998 27.11.2000
Período 1999-2000
El gobierno designó en este período nuevos embajadores políticos en Cuba, Venezuela y ante las
Naciones Unidas con sede en Nueva Cork. Los favorecidos fueron tres personajes que antes ya habían
mostrado su lealtad al régimen y que estaban profundamente comprometidos con la ilegal re-reelección 132
de Alberto Fujimori y sus planes de perpetuarse en el poder: Francisco Tudela Van Breugel-Douglas, Juan
Castilla Meza y Julio Salazar Monroe:
En este período, otro hecho que llama particularmente la atención es la evolución del presupuesto de
Representación del Perú ante la Oficina de las Naciones Unidas con sede en Nueva Cork, luego de la
designación de Francisco Tudela como jefe de ésta. O que ocurrió fue que, sólo dos meses después
de que Tudela asumiese el mencionado cargo diplomático (marzo de 1999), dicha Representación fue
favorecida con un aumento de asignación mensual de US$ 11,500. Este dinero extra, se sabe, fue
utilizado para reparar la residencia del jefe de misión (Francisco Tudela), específicamente, para pagar
los trabajos de equipamiento, renovación y reparación, así como para pagar la habilitación de las
nuevas oficinas de la misión (sistemas informáticos, redes, equipamiento mínimo, mobiliario,
reparaciones, etc.). No obstante, existen también serios indicios, tal como lo han difundido los
medios de comunicación, que sugieren que estos recursos fueron parcialmente utilizados para pagar
abogados y tal vez lobbies como ocurrió en 1999 luego de la decisión del régimen de retirarse de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La política en el manejo de las asignaciones extraordinarias seguiría la misma lógica explicada en las
133
líneas anteriores. Esto es, los recursos financieros se concentraban en las misiones ante los países
ante los cuales era necesario promover las posiciones del régimen para garantizar la supervivencia
política o en aquellos donde lo exigieran otras coyunturas de política exterior, como fue el caso de los
países garantes del Protocolo de Rio de Janeiro (Brasil, Argentina, Estados Unidos, Chile y Colombia)
en ocasión del conflicto y negociaciones con Ecuador entre 1995 y 1998.
Finalmente, existe evidencia difundida por la prensa que sugiere que los recursos financieros
destinados a promover los intereses particulares del régimen y que aquellos que se asignaban a
través de las partidas oficiales de las embajadas eran solamente una parte pequeña de los mismos.
cursos de perfeccionamiento profesional para funcionarios diplomáticos, así como de contenido del
discurso político en las actividades extracurriculares.
Estas transformaciones no ocurrieron en una o dos gestiones ministeriales sino que dieron a lo largo
de la década. Fue iniciada por Augusto Blacker Miller y continuada por los cancilleres posteriores, sin
excepción. Así, de las cinco áreas señaladas, las transformaciones en las dos primeras se produjeron
durante las gestiones de Augusto Blacker Miller y Oscar de la Puente Raygada; mientras que en las
tres restantes, a lo largo de las gestiones de los ex cancilleres Blacker Miller, Oscar de la Puente,
Francisco Tudela, Eduardo Ferrero y Fernando De Trazegnies.
Hasta 1991, el Reglamento Orgánico de la Academia Diplomática del Perú establecía que ésta se
hallaba conformada201 por órganos rectores (la Dirección y el Consejo Superior); órganos ejecutivos
(Dirección Adjunta, Departamento de Estudios y Departamento de Evaluación); y órganos asesores (el
Consejo Académico).
El Consejo Superior tenía por finalidad resolver aquellos asuntos trascendentes referidos a la orientación
de las actividades y funcionamiento de la Academia y estaba integrado por el Secretario General, los
134
Sub-Secretarios de Política Bilateral, de Administración, de Política Multilateral, de Política Especial y
de Asuntos Económicos; el Director de la Academia Diplomática; el Director del Instituto Peruano de
Relaciones Internacionales y un Embajador en situación de retiro, que era designado por Resolución
Ministerial.
El Consejo Académico, por su parte, tenía por función asesorar a la Dirección en todos los aspectos
relativos al régimen académico y estaba integrado por el Director de la Academia, quien lo presidía, el
Director Adjunto, el Jefe de Estudios, los profesores titulares y el alumno delegado de cada año de
estudios, es decir, tres alumnos.
El 22 de enero de 1992, el decreto supremo No. 001/RE suprimió el Consejo Superior y el Consejo
Académico, estableciendo que, a partir de entonces, la nueva estructura orgánica de la Academia
Diplomática sería la siguiente: Dirección, Dirección Adjunta, Sub-Dirección de Estudios, Sub-Dirección de
Planes y Programas, y Sub-Dirección de Investigación y Publicaciones.
201
Organos de Apoyo: el Departamento de Contabilidad, la Biblioteca y la Unidad de Impresiones y Publicaciones.
La política exterior del Fujimorato
Un mes más tarde, otro decreto supremo, el No. 006-92/RE (24 de febrero de 1992) sugería que el
Consejo Superior continuaba funcionando, pues, dicha norma modificaba la composición202 y otras
disposiciones referidas a dicho Consejo. Sin embargo, no se ha encontrado evidencia que demuestre
que dicho órgano funcionó. En todo caso, lo que sí es evidente es que fue realmente suprimido a
partir del 29 de diciembre de 1992 y nunca más volvió a funcionar.
El Consejo Académico, por su parte, fue reemplazado por un comité asesor integrado por dos
funcionarios nombrados por el Canciller de turno y por los miembros de la planta orgánica. Este, sin
embargo, no funcionaba de manera permanente sino sólo cada vez que era necesario tomar
decisiones sobre asuntos específicos como nombramiento de profesores y plan de estudios.
En principio, el Decreto Ley 26112 de diciembre de 1992, Ley Orgánica del Ministerio de Relaciones
135
Exteriores, mantuvo a la ADP en la estructura organizacional del Ministerio. Sin embargo, una ley
posterior, el Decreto Ley 26117, dejó abierta la posibilidad de prescindir de la Academia Diplomática
del Perú como órgano encargado de la formación profesional de los funcionarios diplomáticos. Esta
ley dispuso que:
“Art. 5.- El ingreso al Servicio Diplomático está reservado a los peruanos de nacimiento con
grado académico y/o título profesional; que hayan resultado ganadores del concurso público
de méritos convocado periódicamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores”
No se equivocaron quienes, en su momento, expresaron sus temores y críticas acerca de las reales
intenciones del régimen, tal como lo menciona Eduardo Llosa:
202
El Consejo Superior estaría constituido por siete miembros: cuatro natos y tres designados. Son miembros
natos , el Secretario General y Vice-Ministro de Relaciones Exteriores, quien lo presidirá, el Director General de
Asuntos Bilaterales, el Director de la Academia Diplomática. Son miembros designados, los Embajadores del
Servicio Diplomático del Perú, en Situación de Actividad o de Retiro, que sean nombrados por Resolución
Ministerial.
Julio Álvarez Sabogal
“... entre el D.L. 26117 y el D.L. 26112, hay una contradicción acerca del ingreso al Servicio
Diplomático. En el caso del primero el ingreso queda abierto a “concurso público”, es decir
que puede ingresar cualquier profesional que haya ganado el concurso” 203
Frente a un conflicto de leyes como éste, la doctrina jurídica ha sido siempre clara y contundente:
prevalece la norma específica y más reciente y el Decreto Ley 26117 reunía ambas características.
Hay que recordar además que esto ocurría en un contexto político poco democrático y de
caprichosas y sorpresivas “interpretaciones auténticas” de un poder legislativo con mayoría
oficialista, así como el de una Ley del Servicio Diplomático (D.L. 26117) que nunca tuvo un
reglamento. En suma, no se conocían las bases y condiciones para participar en dicho concurso y
éstas podían ser establecidas arbitrariamente.
Lo anterior está corroborado en el Informe de la Comisión de Ética Institucional del SDP. En este
documento se hace referencia al ejercicio intelectual de simulación que se realizó durante la gestión
de Blacker Miller, en el cual desaparecía la Academia como órgano de ingreso al Servicio y era
reemplazada por una Facultad de la Universidad Católica y se suprimía a más del 40 % de los
diplomáticos en actividad.204
El intento de desplazar la Academia Diplomática del Perú (ADP) como órgano de ingreso al Servicio 136
Diplomático y luego los cambios en la modalidad de ingreso a ambas instituciones, tuvieron como
objetivo instaurar un nuevo perfil diplomático que se esperaba fuera más técnico, más promotor y
menos “politizado”.
Este proyecto correspondió a la etapa de reestructuración neoliberal y coincidió con la supresión del
concurso de admisión e ingreso a dicho centro de estudios. Afortunadamente, nunca se llevó a la
práctica. En enero de 1994 se reabrió el concurso regular de admisión e ingreso y, en diciembre de
1996, el Decreto Legislativo 894 dispuso que:
203
Llosa Larraburre, Eduardo. Op. cit p. 170.
204
Informe de la Comisión de Ética Institucional del Servicio Diplomático del Perú de la Asociación del Servicio
Diplomático del Perú. p. 7.
La política exterior del Fujimorato
Diplomática con el título profesional que, a nombre de la Nación, les otorga el Presidente
de la República”
Como regla general, el ingreso a la ADP y luego al Servicio Diplomático se ha dado siempre en función
del mérito y mediante régimen de concurso. Los aspirantes a diplomáticos han debido siempre
aprobar exigentes exámenes de ingreso (médico, idiomas, psicológico, conocimientos y concepto) a
ésta y luego hasta varios semestres en los que se debía estudiar entre ocho y diez materias,
incluyendo los de perfeccionamiento en los idiomas inglés y francés.
Por otra parte, la ADP ha sido siempre la única vía de ingreso al Servicio Diplomático. Hasta 1992, la
postulación a la Academia Diplomática estuvo legalmente reservada para quienes hubieran
completado 120 créditos de formación superior y provinieran de facultades compatibles con la
carrera de relaciones internacionales como Derecho, Economía, Sociología, Historia y, en general,
Ciencias Sociales y Humanas. Los estudios duraban tres años, al cabo de los cuales los aspirantes que
concluían con éxito sus estudios egresaban como licenciados en relaciones internacionales e
ingresaban al Servicio Diplomático.
137
En diciembre de 1991, en el discurso que pronunció en la ceremonia de clausura del año lectivo,
Blacker Miller informó que, con el objeto de facilitar el proceso de reforma de la Academia
Diplomática, se había dispuesto la reestructuración curricular de la ADP y, por ende, la suspensión del
proceso de admisión correspondiente al año lectivo de 1992:
Días más tarde, en el mismo mes, el Decreto Ley 26117 estableció que la Academia Diplomática
continuaría con la realización del ciclo profesional vigente hasta su terminación y con el
otorgamiento del título de Licenciado en Relaciones Internacionales a sus actuales alumnos, pero
Julio Álvarez Sabogal
El receso de los procesos de admisión, sin embargo, se mantuvo hasta 1993, inclusive.
Sólo dos años después, el régimen convocó nuevamente al concurso público de admisión,
estableciendo que, a partir de entonces, la ADP sólo recibiría bachilleres egresados de las siguientes
carreras: Derecho, Ciencia Política, Economía, Sociología, Historia, Antropología, Ciencias de la
Comunicación, Administración de Empresas, Relaciones Internacionales e Ingeniería. Casi cuatro años
205
más tarde, la carrera diplomática quedó abierta a los egresados de todas las carreras
universitarias.206
A mediados de marzo Caretas207 y La República208 publicaron sendas notas acerca una inusitada
decisión del Ministerio de Relaciones Exteriores. El psicoanalista César Rodríguez Rabanal quien era
miembro activo de la asociación civil Foro Democrático que, en la segunda mitad de 1996 había
iniciado una campaña cívica nacional para lograr adhesiones y solicitar la realización de
un referéndum que desaprobase la Ley Nº 26657 del 23 de agosto de 1996, también
138
llamada "Ley de interpretación auténtica", la cual posibilitaba la reelección de Alberto
Fujimori para un tercer período de gobierno.209
205
Decreto supremo No. 045-97/RE del 15 de diciembre de 1997.
206
No obstante, han sido siempre los profesionales de ciencias sociales, jurídicas y económicas quienes se han
sentido mayormente atraídos por la carrera diplomática.
207
Mar de Fondo. Edición No. 1456 del 13 de marzo de 1997. Revista Caretas.
208
La República, 15 de marzo de 1997.
209
Esta Ley, “reformaba” la Constitución y posibilitaba la reelección de Alberto Fujimori para un tercer período
de gobierno, razón por la cual dio origen a un serio cuestionamiento de distintos sectores, situación que quedó
zanjada a favor del régimen con una ley ad-hoc promovida por la mayoría oficialista: la Ley Nº 26670, del 11 de
octubre de 1996, que modificó la Ley de Participación y Control Ciudadanos eliminando el supuesto de
referéndum para la desaprobación de leyes y disponiendo que las iniciativas en curso requerían una iniciativa
legislativa previa que debía ser desaprobada por el Congreso, pero debiendo obtener el voto a favor de por lo
menos 48 congresistas.
La política exterior del Fujimorato
“El viernes 7 de marzo, cinco días antes de las entrevistas sicológicas a los postulantes a la
Academia Diplomática, el sicoanalista César Rodríguez Rabanal, recibió un oficio del director
adjunto de la misma indicándole que por decisión de la Superioridad será el Departamento
Siquiátrico del Hospital Militar Central la entidad que realizará dicha prueba.
Esto no había ocurrido ni durante los pasados regímenes militares en la historia de una
institución que, dicho sea de paso, ha conocido disparates y dislates.
Como quiera que Rodríguez Rabanal, junto con su colega el sicólogo Luis Herrera, recibieron
este encargo el año pasado y trabajaron con un equipo académico interdisciplinario, por
superioridad ha de entenderse a alguien que no estuvo en el asunto el año pasado.
Da la casualidad que el único flamante e interino funcionario de alto nivel es el ministro Jorge
González Izquierdo, por lo que cabe preguntarse acerca de qué nueva visión tiene el titular
accesitario sobre la evaluación sicológica de los futuros diplomáticos.
El pedido para que Herrera y Rodríguez Rabanal se hicieran cargo de los test sicológicos
provino de la planta docente encabezada por Estuardo Marrou, director de la Academia y ex
rector de la Universidad del Pacífico. Rodríguez dio en el clavo al considerar que no bastaba
139
indagar por la personalidad, sino que es preciso también apreciar potenciales creativos,
destrezas cognitivas y conductas de sociabilidad. Solicitó junto con Herrera, participar
también en el examen de concepto y allí, junto con un representante del Canciller Francisco
Tudela y dos experimentados embajadores, se logró obtener una visión más clara del
postulante y una ajustada calificación.
Puede que ahora el criterio sea más bien verticalista, disciplinario y -en una cierta medida-
con la cuadratura propia de la actividad militar. Torre Tagle no gusta, se sabe, al actual
régimen. Es larga la sucesión de encontronazos y metidas de pata que han mellado y afectado
a la diplomacia nacional, con una tradición inmejorable y que, por lo demás, lleva una
continuidad que supera las contingencias -y los estilos- de los gobiernos.
Por todo ello, sería conveniente que el titular interino de la Cancillería explique las razones de
su decisión toda vez que en el oficio mencionado se reconoce que la experiencia del año
pasado fue positiva.
Julio Álvarez Sabogal
Podría ser que la Superioridad haya considerado que Rodríguez Rabanal es un visible dirigente
de Foro Democrático, institución que ha tenido y tiene una posición crítica frente al acontecer
político. Pero eso es desvirtuar su solidez y seriedad profesional. El ha sido, junto con Max
Hernández y Saúl Peña, asesor sicológico de Torre Tagle en 1984 , repitió la experiencia años
después, ha dirigido eventos de dinámica grupal con la totalidad de los alumnos de la
Academia Diplomática y es, finalmente, fundador del Foro Permanente de Relaciones
Internacionales (FOPRI), debido a su interés por los temas de política internacional.
Este atropello -no hay otra calificación para una medida que desconoce lo avanzado en
términos académicos para optimizar el ingreso a la Academia- es una brillante ocasión para
aplicar un test a la Superioridad. Así sabríamos a ciencia cierta qué inciertos criterios se ponen
en juego en algunas esferas de Torre Tagle”.210
“... por razones funcionales y no políticas y de ninguna manera agravia la autonomía de ese
centro de enseñanza (...) la militancia política no tiene ninguna influencia”.
140
El citado diario incluyó comentarios de dos prestigiosos Embajadores en retiro, quedando en claro de
todo ello que la autonomía académica y administrativa de la Academia Diplomática del Perú sólo
existía en el papel.
Es posible identificar hasta cinco fases en la reestructuración de los planes de estudio y de los
seminarios y conferencias extracurriculares de la ADP, así como de los cursos de perfeccionamiento
profesional para funcionarios diplomáticos.
Estas fases de cambio, sin embargo, antes que a una orientación académica definida estuvieron
ligadas al modelo económico y político, aunque variaban también de acuerdo a la coyuntura de
política exterior y a las necesidades de supervivencia del régimen.
210
Mar de Fondo. Edición No. 1456 del 13 de marzo de 1997. Revista Caretas.
La política exterior del Fujimorato
Esto lo confirma hasta cierto punto Eduardo Llosa en su tesis “El fortalecimiento del Servicio
Diplomático y la formación profesional del diplomático peruano”, cuando dice:
Hasta 1985, los planes de estudio de la ADP y los ciclos de perfeccionamiento mostraban el
predominio claro de las materias con contenido político, jurídico, histórico y sociológico, lo cual
obedecía a la existencia de un escenario internacional cuyo eje de articulación se encontraba en
mutación de lo político a lo económico.
No obstante, la ADP había experimentado cambios progresivos a partir de 1986 en esta área, lo cual
mostraba la consolidación progresiva de la economía como materia de importancia. Las contenidos
curriculares de 1990 y 1991 reflejaron los cambios que ya se venían operando institucionalmente en
141
Cancillería. La importancia que se otorgaba a la economía era, sin embargo, equilibrada con cursos,
seminarios y conferencias que abordaban los problemas políticos más graves del país y que
mostraban la sensibilidad de la diplomacia profesional con respecto a la crisis institucional y de
violencia política interna que vivía el país: micro y macro economía; realidad económica nacional;
problemática de la deuda externa; comercio internacional; mercadeo internacional; moneda y
finanzas; gestión económica; negociaciones económicas internacionales; Cuenca del Pacífico; medio
ambiente; informática para la gestión pública; violencia y democracia; problemática del narcotráfico;
problemática del terrorismo; rol del Estado; derechos humanos y regionalización.212
Estas innovaciones, a diferencia de lo que ocurriría tiempo después (entre 1992 y 1995) tenían una
motivación académica y pragmática. Buscaban promover la adaptación a los nuevos retos globales
sobre la base del estudio integral de la problemática nacional y el respeto a la diplomacia profesional.
211
Llosa Larraburre, Eduardo. Op. cit. p. 419.
212
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1990-1991.
Julio Álvarez Sabogal
No tenían por objeto desplazar el eje del diseño curricular de lo político a lo económico ni tampoco
incorporar las nuevas asignaturas de manera aislada sino de modo integrado al resto de las
actividades curriculares y extracurriculares, y a partir de la comprensión del sistema político y la crisis
institucional.
El objetivo primordial era preparar a los funcionarios diplomáticos para desenvolverse en el nuevo
escenario global que giraba ya alrededor de un eje articulador económico, pero sobre la base de un
enfoque de relaciones internacionales y del conocimiento cabal de la problemática política nacional
caracterizada por la crisis económica y la violencia política interna severa.
El discurso del Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador Luis Marchand Stens, el 27 de diciembre
de 1990 en la clausura del año lectivo de la ADP corrobora lo que aquí sostengo:
“Pero no basta que el diplomático tenga una formación académica. Es necesario que tenga
una conciencia y una sensibilidad nacional muy aguda (...) que, finalmente, tenga un
manejo de las variables internas que le permita las relaciones internacionales desde el Perú.
Buscamos formar diplomáticos que hagan una síntesis de los factores universales que
informan a las ciencias sociales y a las relaciones internacionales como disciplina científica,
pero que a la vez tengan una lectura peruana de ello (...) la política exterior sin la política 142
interior carece de sentido. Y ello por una razón simple. El objetivo real y concreto de la
diplomacia peruana debe ser contribuir a crear una economía dinámica y vigorosa, que nos
hará más soberanos (...) A desterrar por siempre la violencia como medio de expresión
política y hacer del diálogo y el ejercicio de los derechos humanos individuales civiles,
políticos, económicos y sociales el instrumento legítimo que permita una articulación
funcional entre el Estado y la Sociedad Civil” 213
A partir de 1989, se elevaron los niveles de exigencia académica mediante el recurso de establecer la
obligación de elaborar y sustentar una tesis de investigación para la graduación e ingreso al Servicio
Diplomático de los aspirantes.
213
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1990, p. 79.
214
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1980-1992.
La política exterior del Fujimorato
Entre 1992 y 1993, los programas de estudios de la ADP ya mostraban una clara predominancia de las
materias económicas: relaciones económicas internacionales; moneda y finanzas; cooperación
internacional; promoción comercial, administración y comportamiento; negociación económica
internacional; economía política y relaciones internacionales; y política económica internacional del
Perú.
Los cursos de perfeccionamiento profesional experimentaron cambios incluso más profundos. Los
temas sobre economía y comercio internacional abarcaban la mitad del tiempo de duración de
dichos cursos: Negociación internacional, 20 %; Política bilateral, 10 %; Política multilateral, 10 %; y
Problemática nacional (terrorismo, narcotráfico, partidos políticos y opinión pública), 10 %.215
215
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1992 y 1993.
216
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1994 y 1995.
217
No será sino hasta el año 2003 que la ADP introducirá una asignatura de gerencia pública.
Julio Álvarez Sabogal
Los seminarios y conferencias organizados por la ADP, sin embargo, sólo siguieron parcialmente esta
lógica evolutiva, pus los temas abarcaron ámbitos diversos: asuntos económicos, políticos bilaterales
y multilaterales, defensa, consulares, etc.
En 1995, el tema de los derechos humanos desaparece en los cursos de perfeccionamiento y de los
seminarios y conferencias extracurriculares, siendo introducidas en su lugar las materias de defensa,
soberanía y asuntos limítrofes.219
En 1996, los derechos humanos tampoco aparecen como tema de interés en los cursos de
perfeccionamiento y de los seminarios y conferencias extracurriculares. En esta etapa, fueron las
cuestiones de defensa, soberanía y asuntos limítrofes las materias que predominaron.220
144
El eje del diseño curricular empezó a adquirir una naturaleza más integral amplia y enfocada en los
aspectos prácticos y ejecutivos de la gestión diplomática y, hasta cierto punto, la reestructuración de
los planes de estudio parece haberse definido con mayor autonomía institucional y académica que en
el período anterior. El Director de la ADP, Estuardo Marrou Loayza, intentó, con éxito parcial,
mantener separadas la vida académica de la ADP de la del régimen político. Ello allanó el camino para
la participación de algunas personalidades institucionalistas que, como Allan Wagner,221 cooperaron
con el proceso de reestructuración que permitió el paso de un sistema de licenciatura a uno de
postgrado.222
218
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1994.
219
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1995-1996
220
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1995-1996
221
Discurso sobre la reseña institucional en 1994 y Clase magistral “Nuestra carrera” en 1997 en la misma
ADP.
222
Estuardo Marrou Loayza trabajó como Director de la ADP entre los años 1993 y 2000, ad-honorem. Fue
condecorado en enero de 2001 en una ceremonia presidida por el Embajador Javier Pérez de Cuellar quien
agradeció “... el trabajo cumplido por usted durante los casi ocho años que estuvo al frente de la Academia
La política exterior del Fujimorato
Se fue moderando la predominancia de las asignaturas económicas y se dio mayor cantidad de horas
lectivas a materias como relaciones internacionales; desarrollo; integración; fronteras; derecho
internacional; prensa; y temas consulares y asistencia de connacionales en el exterior.
Al mismo tiempo, se insertaron varios cursos novedosos, entre los cuales destacó uno, Antropología
cultural,223 cuyo objetivo era:
Este curso, que fue dictado entre 1996 y 1999, puede dividirse en dos etapas:
En la segunda etapa (1998-1999), la asignatura adopta un enfoque claramente geopolítico y concluye 145
con el estudio de “Oswald Spengler y la decadencia de occidente; Fukuyama y El Fin de la Historia;
mundialismo, globalización, postmodernidad, el Nuevo Orden Mundial; Samuel P. Huntington y el
Choque de Civilizaciones; John Naisbitt y la paradoja global; las nuevas tendencias: Jenõ Szûcs y el
centroeuropeísmo, Servia, Croacia y el secreto de los Balcanes, Panajotis Kondylis y la política
planetaria tras la guerra fría" el Alexander Duguin y la nueva geopolítica rusa. Paneslavismo,
eurasismo, atlantismo y neoatlantismo, afronacionalismo; e Ignacio Ramonet y la geopolítica del
caos.
No hemos encontrado evidencia que pruebe una relación directa entre la apertura del curso
Antropología Cultural con el discurso político que en 1999 esgrimiría el régimen para justificar su
agresiva política exterior contra los sistemas internacionales de protección de derechos humanos,
Diplomática del Perú, período durante el cual se logró mantener a nuestra alma mater como una de las
escuelas más importantes de América Latina y como única vía de ingreso a nuestra carrera”. No obstante, como
se verá, más adelante, Estuardo Marrou formó parte de una de las misiones especiales enviadas por el
presidente Alberto Fujmori a los países americanos para justificar el ilegal retiro del Perú de competencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.
223
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1996-2000
Julio Álvarez Sabogal
pero sí hemos constatado que el contenido que tuvo esta asignatura en 1999 coincidió
conceptualmente con varios hechos significativos: primero, la corriente mundial que daba
importancia a la “diferencia” y a los grupos subalternos; segundo, el aumento de las criticas y el
deterioro de la imagen del gobierno peruano a raíz del incremento de las denuncias por violaciones
de derechos humanos; medidas antidemocráticas; tercero, la definición y ejecución de una política
exterior que apelaba a la soberanía nacional, el respeto a las diferencias, el relativismo cultural y las
“diferentes maneras” de vivir la democracia; y, por último, el intento de una nueva reestructuración
curricular en la ADP sobre la base de un enfoque geopolítico cultural.
Los cursos de perfeccionamiento experimentaron una evolución similar desde 1996 en adelante.
Además de los temas económicos, éstos se concentraron en cuestiones de fronteras, temas
culturales, imagen exterior, soberanía e integración.
No obstante, entre 1997 y 1999, se incluyeron sendas conferencias sobre derechos humanos:
“Soberanía nacional y derechos humanos”, “Los derechos humanos en el contexto internacional” y
“Política exterior del Perú: derechos humanos”, tal vez para maquillar la pésima imagen que el
régimen venía adquiriendo conforme crecía su desprestigio moral y político.
Entre 1996 y el 2000, salvo por el curso Antropología cultural que desapareció del plan de estudios 146
después de 1999, no se registraron cambios sustanciales. El año 2000, sin embargo, se suprimió el
curso de perfeccionamiento profesional para funcionarios diplomáticos.
La naturaleza autoritaria y corrupta del régimen se había hecho evidente tanto al interior del país
como en el ámbito internacional. La política exterior fujimorista apelaba al respeto a las diferencias
culturales, las “diferentes maneras” de vivir la democracia y la soberanía nacional. El régimen, a
través de De Trazegnies, había comunicado el retiro del Perú de la competencia contenciosa de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos; y con ello demostraba hallarse ya en la fase político-
confrontacional de su política exterior. Enfrentaba el rechazo y aislamiento político internacional, así
como graves acusaciones de fraude electoral y las primeras evidencias de la existencia de una red de
corrupción que involucraba a gobernantes, funcionarios públicos de todo nivel, políticos oficialistas y
opositores, empresarios, dueños de medios de comunicación, periodistas y miembros de las Fuerzas
Armadas.
La política exterior del Fujimorato
“Por consiguiente, el mundo del mañana muy probablemente estará configurado, como
señala Huntington,225 por seis o siete grandes culturas que deberán aprender a compartir el
mundo en paz, sin fricciones y sin intentos de colonización cultural de una a otras (...) En este
sentido, es indispensable la formación en una suerte de “geopolítica cultural” sin la cual será
muy difícil entender los procesos mundiales”. 226
224
27 de octubre de 2000
225
Huntington sostiene la existencia de ocho civilizaciones: islámica, china, japonesa, hindú, ortodoxa, budista,
africana y latinoamericana.
226
Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 2000, pp. 53-65.
Julio Álvarez Sabogal
Por ello, la necesidad de control de los regímenes autoritarios conlleva siempre altos grados de
intervención política en los procesos de gestión de los centros y se presentan como reorganizaciones,
reformas o mejoras de la calidad sin evidenciar la intención de control y manipulación.
En 1985, los gobiernos de Acción popular y del Partido Aprista Peruano habían permitido la creación
y funcionamiento del Instituto Peruano de Relaciones Internacionales (IPRI). Este tuvo como tarea
ofrecer a los miembros del Servicio Diplomático un centro investigación y proyección académica. El
IPRI, sin embargo, en tanto centro público de investigación, era altamente dependiente del sistema
148
político y este rasgo fue el que, precisamente, lo hizo vulnerable a las medidas de austeridad y de
control del régimen.
En diciembre de 1992, el Decreto Ley 26117 transformó el IPRI en el Instituto de Política y Economía
Internacional (IPEI). El cambio de nomenclatura evidenciaba ya la tendencia ideológica de la reforma
que empezaría a experimentar el Ministerio de Relaciones Exteriores. El IPEI, sin embargo, nunca
realmente funcionó debido al poco interés que tenía el régimen en mantener un centro de
investigación académica que requería autonomía y libertad académica.
A ello se sumaron los cambios efectuados en el contexto político, económico y legal de los 90 que
ocasionaron un descenso en la capacidad de financiamiento del IPRI o IPEI.227 Esta caída financiera no
227
El estudio realizado por Luis Sanz Menéndez y Laura Cruz Castro sobre el proceso de adaptación organizativa
de los centros públicos españoles, muestra cómo los cambios del entorno económico, político y legal de los 90
determinaron un descenso relativo de la financiación directa, la búsqueda de financiamiento competitiva
pública o privada como respuesta a los problemas y la necesidad de que las agendas de investigación se
alineasen con las necesidades sociales y económicas, nos da algunas pautas. Sanz Menéndez, Luis y Cruz
Castro, Laura. Autonomía y adaptación organizativa: los centros de investigación ante los cambios del entorno.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Unidad de Políticas Comparadas, SPRITTE (Spanish Policy
Research in Innovation & Technology, Training & Education). España. 2001. Dirección web:
http://www.iesam.csic.es/doctrab2/dt-0113.PDF. Consulta: 7 de Febrero de 2005.
La política exterior del Fujimorato
pudo ser cubierta por un financiamiento competitivo que le permitiera mantener su autonomía. Ello,
además, no hubiera sido permitido por la nueva administración pues el IPEI, en su condición de
órgano dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores228, formaba parte de una institución que
el régimen deseaba controlar y subordinar.229
En 1996, el gobierno fujimorista optó por el camino más fácil: el Decreto Legislativo 894 no consideró
necesario contar con un centro público de investigación y el IPRI, o IPEI, dejó de existir.
En enero del 2000, el Director de la Academia Diplomática del Perú, Licenciado Estuardo Marrou
Loayza, aprobó la Directiva No. 0001/2000-ADP, cuyo objeto era establecer reglas sobre los
fundamentos legales, naturaleza, tutoría y sustentación de los trabajos de investigación o tesis que,
de manera obligatoria, debían elaborar y sustentar los alumnos que terminaban el segundo año de
estudios del ciclo de formación profesional de la ADP, para obtener la Maestría en Diplomacia.
“El graduando debe demostrar en la elaboración de los trabajos de investigación un alto 149
espíritu crítico, capacidad de elaboración, lógica argumentativa y, obviamente, conocimiento
fundado del tema que se trata”. 230
Esta norma -que en principio hacía pensar que los alumnos podían abordar sin sesgos los temas
elegidos para investigar-, se contradecía con un grupo de criterios establecidos en el artículo 2.8 de la
misma directiva, los cual mostraban la imposición de un enfoque diferente sobre este tema:
228
“... la capacidad para desarrollar estrategias basadas en la obtención de financiación competitiva, tanto
pública como privada, exige un cambio de contexto y un abandono relativo de las funciones de prestación de
servicios a los Ministerios como contrapartida de los ingresos presupuestarios regulares”. Sanz Menéndez, Luis
y Cruz Castro, Laura. Op. cit. p 64.
229
“Así pues, las autoridades ministeriales deben aprobar, permitir y promover el grado de autonomía de su
propio centro (...) nuestro argumento predice que cuanto menor es la autonomía de los centros del sistema
político, menores los incentivos que la Dirección de éstos tendrá para adaptarse a las nuevas presiones
ambientales y buscar financiación fuera de la administración pública”. Sanz Menéndez, Luis y Cruz Castro,
Laura. Op. cit. p 56.
230
Directiva No. 0001/2000-ADP, art. 2.5.
Julio Álvarez Sabogal
Tal como se advierte, esta disposición contenía tres criterios que mostraban un sesgo metodológico
con consecuencias poco beneficiosas para la calidad científica de los trabajos de investigación.
“... el graduando no debe perder de vista (...) la perspectiva del interés del Estado”
“... incluso cuando se trate de temas que por su naturaleza son de carácter jurídico, 150
humanitario...”
La frase “... el graduando no debe perder de vista el criterio básicamente político, la perspectiva del
interés del Estado, incluso cuando se trate de temas que por su naturaleza son de carácter jurídico,
humanitario...” tenía una vinculación estrecha con la coyuntura de política exterior que, desde julio
del año 1999, estaba definida por el retiro del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
y las denuncias de irregularidades en el proceso electoral que facilitaron la re-reelección de Alberto
Fujimori.
El artículo 2.8 de la Directiva No. 0001/2000-ADP identificaba así el interés del gobierno con el interés
del Estado y subordinaba éste a aquel.
231
Directiva No. 0001/2000-ADP, art. 2.8.
La política exterior del Fujimorato
Profundizaba la brecha existente entre el Estado y la ciudadanía y armonizaba muy bien con la lógica
de la política exterior fujimorista en su etapa político-confrontacional.
La citada norma, si bien sólo existió formalmente a partir del 18 de enero del 2000, constituyó una
regla informal de autocensura que se aplicó durante toda la década y perjudicó la calidad científica
de varios de los trabajos elaborados por los alumnos de la ADP. Con ella, simplemente, se formalizó
la autocensura y la elusión de temas que resultasen controvertidos y contradijesen la agenda real del
régimen en materia de democracia y derechos humanos. Los trabajos más afectados fueron aquellos
cuyo análisis comprendía temas de política institucional e interna como sistemas organizacionales,
opinión pública y aspectos constitucionales de la política exterior.
En diciembre de 1987, el IPRI, en cooperación con la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP),
creó la Maestría en Relaciones Internacionales con mención en Gestión Pública Internacional232,
abierta a los funcionarios directivos de todos los sectores del Estado. Este fue uno de los logros más
importantes del IPRI. La finalidad fue mejorar la formación académica de los funcionarios de la
administración pública involucrados en la formulación y ejecución de políticas públicas con incidencia
151
en el campo exterior.
El contenido de los programas curriculares mostraba con claridad el cambio que se venía operando
en la Cancillería en la etapa previa al fujimorismo. Así, por ejemplo, entre los cursos de economía
internacional que se dictaron estuvieron los de Fundamentos teóricos de una economía abierta y
desarrollo; Estadística aplicada; Historia de la economía internacional; Comercio y finanzas; y
Negociaciones”.
Ello era complementado con cursos integrados en dos grupos curriculares que fueron Análisis y
categorías jurídicas; y Relaciones internacionales.
Lamentablemente, la Maestría sólo pudo funcionar dos años. En 1990, el IPRI entró en una crisis de
financiación de la cual no sobrevivió. Primero, debió soportar la crisis económica institucional que
vivía el Perú; y luego, el PNUD, que financiaba la totalidad del proyecto de Maestría, retiró su apoyo
económico recomendando que ésta fuera incorporada de modo estable a la PUCP.
232
Convenio IPRI-INP-PNUD, Proyecto No. PER/87/031/A//01/99.
Julio Álvarez Sabogal
Esta reforma, concebida y dictada de manera centralizada, no consideró, sin embargo, que el artículo
22 de la Ley Universitaria, Ley 23733, señalaba textualmente que sólo las universidades otorgan los
grados académicos de Bachiller, Maestro y Doctor, y sumergió a la ADP en la informalidad. En efecto,
al no observar un grado mínimo de coordinación intersectorial en el propio ámbito del Estado
(Cancillería-Ministerio de Educación), ni mucho menos en el de las organizaciones de la sociedad civil
(Asamblea Nacional de Rectores) competentes en los temas de Educación, los grados de Maestría
otorgados por la ADP no fueron reconocidos sino hasta junio de 2005, Aún hoy, 2007, la ADP no
podido resolver las dificultades formales que acarreó dicha norma, concebida de manera vertical,
arbitraria y aislada de su contexto político, social e institucional.234
Por su naturaleza y fines -defensa de los derechos de los asociados-, la AFSDP puede ser considerada
como una organización autónoma de la sociedad civil.
233
Decreto supremo No. 001/RE del 21 de enero de 1994,
234
El año 2002, Luis Gonzales Posada presentó en el Congreso un proyecto una ley que busca modificar el
artículo 22 de la Ley Universitaria, Ley 23733, facultando a la Academia Diplomática del Perú a otorgar el grado
académico de Maestría en Diplomacia. Este, sin embargo, recién fue aprobado el año 2006 y su
implementación aún no ha sido terminada.
La política exterior del Fujimorato
Sin embargo, hasta 1992, los fines reales de la AFSDP habían sido fundamentalmente de apoyo a los
funcionarios diplomáticos en trámites y gestiones administrativos ante otras entidades públicas,
especialmente aduanas, así como la administración de programas de apoyo económico mutuo. No
era concebida como entidad gremial. Adolecía de falta de autonomía y las relaciones entre los
asociados que, teóricamente, se suponían igualitarias, recreaban las nomenclaturas, grados,
preeminencias y relaciones jerárquicas propias de la cultura institucional de la diplomacia peruana.
“Por su dimensión colectiva, la sociedad civil parece escapar a los peligros del individualismo e
incitar a la solidaridad. Por su dimensión civil, evoca la emancipación de la tutela estatal, pero
también los valores más afectivos, tales como la intimidad, la familiaridad, etcétera. Se
explica así la reactivación reciente de la pareja sociedad civil – Estado”. 235 153
En suma -intentando despojar la noción de todo elemento conflictivo e ideológico-, es posible decir
que unos de los rasgos principales de las organizaciones de la sociedad civil son la autonomía y la
emancipación de la tutela estatal, aseveración que nos hace colocar sobre la mesa de debate la
siguiente pregunta: ¿Es la AFSDP autónoma y se halla emancipada de la tutela estatal?
Este debate, aparentemente “teórico”, en realidad, no lo es. De hecho, no sólo es actual sino
extremadamente importante si tenemos en cuenta la historia reciente y sus consecuencias hasta la
fecha.
Debemos dejar en claro desde ahora que, como regla general y de manera individual, hubo gestos de
solidaridad de los miembros de la AFSDP hacia sus colegas destituidos a lo cual se añadió el apoyo
235
Rangeon, François. Profesor de l'Université d'Amiens y del Centre Universitaire de Recherches
Administratives et Politiques de Picardie (CURAPP). Glosario de los conceptos utilizados por Dominique Wolton.
Dirección Web : http://www.wolton.cnrs.fr/glossaire/esp_sociedad_civil.htm
Julio Álvarez Sabogal
económico que les brindaron de manera asociada236, no sin que existiera un debate previo en donde
no todos estuvieron de acuerdo con dicho apoyo. Pero estas acciones de solidaridad individual y el
comunicado aprobado el 13 de enero de 1993 fueron todo lo que pudo hacer la AFSDP que nunca
llegó a funcionar como una organización gremial de defensa de sus asociados. ¿Cómo podría haberlo
hecho si no tenía autonomía?
Por su, la AFSDP es una organización privada –civil- voluntaria en la que prevalece la lógica
democrática en sus dos dimensiones, representación y participación y, por ende, los funcionarios del
Servicio Diplomático se asocian por el simple hecho de tener una profesión común,
independientemente de sus grados en el escalafón. En este ámbito, los directivos (no autoridades)
son elegidos democráticamente, las decisiones son adoptadas democráticamente; y se da un
ejercicio permanente de deliberación.
Frente a circunstancias en las que los roles de autoridad y de representante de la AFSDP confluyen en
una sola persona, la autonomía sólo es posible bajo cuatro condiciones ideales que no se dieron en
los 90, como son: que exista un régimen político democrático; que las autoridades de Relaciones
Exteriores crean en la bondad de la participación como elemento inherente de la democracia; que las
236
Entre 1993 y 1998, algunos funcionarios cesados recibieron de la AFSDP una asignación económica mensual
que les permitió sobrevivir.
237
Tal fue el caso del Embajador Jorge Valdez Carrillo, quien entre julio de 1995 y diciembre de 1999 reunió en
su persona los tres cargos.
La política exterior del Fujimorato
autoridades de Relaciones Exteriores tengan la capacidad de separar sus roles como autoridad de sus
roles como representantes de una asociación civil; y que los asociados desarrollen entre sí relaciones
realmente igualitarias y que no pretendan recrear en el ámbito de la AFSDP las nomenclaturas,
grados, preeminencias y relaciones jerárquicas propias de la cultura organizacional del SDP. De no ser
así, el enorme poder que adquiere el presidente de la AFSDP resulta ser, al mismo tiempo, su más
grande debilidad, porque termina por debilitar la institución e incapacitarla para tener una reacción
importante frente a un gobierno que desee subordinar a la diplomacia profesional.
El 7 de enero de 1993, la AFSDP, bajo la agenda “Examen de la situación del Servicio Diplomático, a
raíz de la expedición de los Decretos Leyes 26112 y 26117 y la Resolución Suprema No. 453-92”, se
reunió en asamblea general extraordinaria y se declaró en sesión permanente.
En la primera sesión (el mismo 7 de enero), se informó que un grupo de tres embajadores senior
(Julio Ego-Aguirre Álvarez, Alfonso Arias Schreiber y Jorge Morelli Pando) habían solicitado una
audiencia con el presidente Alberto Fujimori y se aprobó postergar el tratamiento del tema hasta el
momento que se conocieran los resultados de las gestiones emprendida por los mencionados
155
embajadores.
El 13 de enero, la agenda, además del tema inicial, incluyó sendas mociones de censura en contra del
Embajador Roberto Villarán Koechlin y de expulsión en contra del Embajador Gabriel García Pike.
En dicha sesión se informó que el presidente Alberto Fujimori, luego escuchar “atentamente” a la
delegación de embajadores, había ofrecido estudiar los dispositivos relacionados con el Servicio
Diplomático e informar “oportunamente por intermedio del señor Ministro” sobre el resultado.
Asimismo, se denegó la moción que proponía solicitar la presencia del Embajador Roberto Villarán
Koechlin en la siguiente sesión “a fin de informar a los asociados lo relativo a su participación y la de
otros funcionarios de la Cancillería en la elaboración de los D.L. 26112 y 26117 y de la R.S. 453-RE-
92”. Por último, se postergó la votación sobre la moción de expulsión del Emb. Gabriel García Pike y
se decidió que el Consejo de Honor de la AFSDP investigara y emitiera un informe sobre el particular.
En esta sesión también se designó a un grupo de asociados con grado de embajador para que
prepararan “un comunicado dando a conocer a la opinión pública la posición de la Asociación sobre
Julio Álvarez Sabogal
la situación creada a raíz de la dación de los D.L. 26112 y 26117 y de la R.S. 453-RE-92”. El texto de
dicho comunicado, que luego fue publicado, fue el siguiente:
(1) “La AFSDP (…) Manifiesta su profunda preocupación por la aplicación de dichos
decretos leyes y por la citada resolución suprema, en la medida que sus alcances
quiebran la institucionalidad y profesionalidad de un servicio que tiene un carácter
permanentemente ajeno a toda actividad política partidaria por pertenecer al
Sistema de Defensa Nacional y constituir una institución tutelar de la nación”;
(2) “Insiste en la necesidad de que la ADP mantenga su carácter de única vía para el
ingreso del Servicio Diplomático”;
(3) “Por estas razones, ha resuelto formar una comisión integrada tanto por miembros en
actividad como en retiro, para que presenten a la asamblea un informe que contenga
las apreciaciones que le merecen los decretos leyes mencionados”;
(6) “Transmite a los colegas que han sido incluidos en la R.S. 453-92-RE, la plena
solidaridad de todos los asociados”;
(7) “En este sentido, la asamblea ha decidido hacer un estudio jurídico de la situación
planteada por la resolución suprema mencionada, de modo que pueda servir de base
a la defensa de los asociados afectados; y
(2) “Solicitar al señor Canciller que se conforme una Comisión de tres embajadores en
retiro para estudiar el caso de los funcionarios cesados por R.S. 0453”.
(3) “Aprobar la moción presentada por el Emb. Gabriel García Pike para suspender el
tratamiento de la moción sobre la pérdida de su calidad de asociado a fin de
permitirle ejercer el derecho de defensa. En tal sentido, se acordó convocar una
asamblea general extraordinaria en un plazo máximo de 45 días calendario a partir
de la fecha, a fin de tratar el tema con la asistencia del Emb. Gabriel García Pike”; y
(4) Aprobar la moción presentada “... para invitar al señor embajador Roberto Villarán ex
Secretario General de Relaciones Exteriores, a fin que informe a la próxima asamblea
general extraordinaria, que será convocada en un plazo máximo de 45 días sobre su
participación y la de otros funcionarios en la elaboración de los D.L. 26112 y 26117 y
de la R.S. 453-RE-92”.
El 26 de julio de 1993, en la asamblea general extraordinaria que se convocó para tratar la situación
del Emb. Gabriel García Pike y del Emb. Roberto Villarán Koechlin, se decidió:
157
(1) “Censurar la actitud del Emb. Gabriel García Pike por no haber asumido una conducta
consecuente con los principios que animan las relaciones entre los miembros del
Servicio Diplomático de la República”; y
(2) “Censurar por infraterna e inconsecuente la actuación del Emb. Roberto Villarán
Koechlin en su calidad entonces de Jefe del Servicio Diplomático”
El 26 de julio fue la última vez que la asamblea general de la AFSDP se ocupó del tema y con ello se
frustró la última posibilidad de acción colectiva por parte de los miembros del SDP.
Frente a la agresión de un gobierno que contaba con todo el aparato estatal y una idea clara de lo
que deseaba con respecto a la diplomacia profesional, la AFSDP no tuvo la fortaleza institucional
suficiente para actuar de manera tal que pudiera equilibrar o contrarrestar siquiera en parte el
abuso.
Varios funcionarios entrevistados señalaron que hizo falta contratar una asesoría legal que orientase
y permitiese, por lo menos, uniformizar los criterios de defensa judicial de los asociados y diseñar una
Julio Álvarez Sabogal
estrategia frente a la opinión pública nacional e internacional. Pero no existió esa una unidad de
criterios.
De un lado estaban aquellos que consideraban que la solución al problema tenía que abordarse
desde una perspectiva política a través de las instancias de diálogo que algunos embajadores con
gran prestigio habían establecido con la Presidencia de la República. Para este grupo, entre otras
razones, no fue fácil desprenderse del temor que ocasionaba la posibilidad de ser objeto de
aplicación del artículo 18 del D.L. 26117 que había establecido el pase al retiro por “renovación de
cuadros” de hasta diez funcionarios en cada una de las categorías comprendidas entre Embajador a
Primer Secretario, inclusive, es decir, hasta 50 funcionarios cada año.
Un factor cultural oculto que abonó a favor de esta posición fueron las tradiciones preburocrática y
burocrática, ambas de corte autoritario, heredadas de la etapa oligárquica de la República y de
aquella recientemente incorporada con el reformismo militar de los 70. Para un buen número de
funcionarios diplomáticos resultó difícil concebir otra salida que no fuera la de la resignación ante a
los hechos consumados y el abuso del poder238.
Del otro lado estaban aquellos que sostenían que, dadas las características del régimen, no era viable
una solución política. Para estos, los D.L. 26112 y 26117 y la R.S. 453-RE-92 habían establecido ya las 158
reglas del juego y los límites de éxito de las negociaciones. Había que utilizar, por lo tanto, todas las
herramientas políticas y jurídicas posibles, incluyendo denuncias contra el Estado ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos.
Al final se impuso el primer criterio y la AFSDP decidió adoptar un enfoque de negociación política en
profundas condiciones de desigualdad con un gobierno que iría concentrando cada vez más poder.
238
Un estudio de Ezequiel Reficco sobre el caso de Argentina entre 1983 y 1995 es particularmente ilustrativo
sobre la influencia de la cultura política en la política exterior. Reffico sostiene que el estado de la opinión
pública fue funcional a la política exterior menemista y que hay elementos para pensar que no se trató de un
fenómeno coyuntural sino que marcó una tendencia. Esto lleva al autor a afirmar inclusive que el cambio en las
percepciones y valores alcanzó una profundidad suficiente como para modificar aspectos significativos de la
cultura política argentina y alterar las bases del consenso social sobre el que se construía la política exterior,
tanto en el ámbito de la opinión pública como de la dirigencia política. Reffico subraya que “la cultura política
constituyó un condicionante mayúsculo de la inserción externa de la democracia argentina” y que “difícilmente
Menem hubiese podido implementar su política exterior”, al igual que Alfonsín. Ambos, señala Reffico,
hubiesen encontrado enormes obstáculos y resistencias internas y externas para implementar sus proyectos
originales de política exterior. Reficco, Ezequiel. Política exterior y cultura política: el caso de la democracia
argentina (1983-1995). http://www.cidob.org/Castellano/Publicaciones/Afers/reficco.html (Consulta: 6 de
marzo de 2004).
La política exterior del Fujimorato
Como consecuencia, un grupo de los funcionarios destituidos interpuso acciones judiciales. Estas
fueron planteadas en distintos momentos y no obedecieron a criterios uniformes. Los que
reaccionaron con mayor rapidez y firmeza plantearon acciones de amparo, otros iniciaron acciones
de nulidad de acto jurídico y otros no pudieron superar la instancia administrativa y permanecieron
atados a dicho ámbito que era manejado con criterios arbitrarios.
En 1999, la AFSDP auspició y financió la versión en castellano del libro de Ronald Bruce St John 239 “La
Política Exterior del Perú”. La publicación del libro tuvo un costo superior a los US$ 30,000. La
financiación fue aprobada en sesión del Consejo Directivo que presidía el entonces Viceministro y
Secretario General Jorge Valdez Carrillo y los libros fueron vendidos a las misiones diplomáticas y
consulares y a los funcionarios que eran asociados de dicha institución y, por ende, dueños del dinero
que había servido para financiar la publicación. Con esto no solamente se aseguró un mercado
cautivo sino que los asociados pagaron doble, es decir, financiaron el costo de publicación y después
compraron el libro a precio de venta al por menor.
Esta fue una práctica común en los predios de Cancillería desde 1997. Las misiones diplomáticas y
159
consulares y, en especial, los funcionarios en el exterior, eran sutilmente exhortados y apremiados a
adquirir diversos libros, algunas de las cuales no fueron publicados sino hasta muchos años después.
En todo caso, además de estos detalles financieros, lo que llama la atención en la obra de Bruce es
este autor omite evaluar en sus conclusiones cuatro aspectos centrales de la agenda exterior peruana
en los 90, los cuales fueron democracia, derechos humanos, el peso de la política exterior sobre la
democracia y derechos humanos en el proceso político doméstico y en el desarrollo nacional, y la
pérdida de autonomía en la definición de la política económica y social.
En el capítulo Doce de su libro,240 Bruce señala que el golpe cívico-militar del 5 de abril de 1992 fue
una “supresión de la democracia” y “un golpe severo a la credibilidad del régimen de Fujimori”.
Indicó que la “reestructuración” del régimen político socavó los contrapesos institucionales para la
protección de los derechos humanos”; e inserta un resumen descriptivo muy breve del informe anual
239
Bruce St John, Ronald. La Política Exterior del Perú. Lima. Asociación de Funcionarios del Servicio
Diplomático del Perú. 1999.
240
Bruce St John, Ronald. Op. cit. p. 214.
Julio Álvarez Sabogal
Varias páginas más adelante, sin embargo, Bruce se equivoca cuando llega a la conclusión de que
nunca antes en la historia del Perú, nuestra política exterior había tenido tanto éxito:
“Con los principales objetivos de la política exterior inamovibles a través de los años 90, en
este período, el gobierno peruano gozó de mayor éxito en adelantar sus políticas externas
más que en cualquier otro período de tiempo en la segunda mitad del siglo XX”. 243
Las aseveraciones de Bruce no sólo ignoraron las violaciones de derechos humanos, el progresivo
deterioro de la imagen del país y el aislamiento político, piedras angulares de la política exterior
fujimorista. Al emitir tal juicio, Bruce se resignó a destacar únicamente la eficiencia y los temas de
alto consenso nacional poco vinculados a la naturaleza del régimen político como la reinserción
financiera, temas de fronteras, asuntos limítrofes y algunos aspectos de las relaciones bilaterales con
los EEUU como drogas y cooperación. Más aún, Bruce subrayó que el gobierno de Fujimori había 160
reestructurado la deuda externa en términos muy favorables:
“... y restauró el escenario para la búsqueda de una política de desarrollo nacional más
autónoma”. 244
¿Más autónoma? ¿A qué se refirió Bruce con la expresión “una política de desarrollo nacional más
autónoma? Es sumamente difícil entender que quiso decir con “autónoma”, en especial cuando la
inserción del Perú –y de cualquier otro país- a la comunidad internacional en el marco del proceso de
globalización significó la cesión de cuotas importantes de dicha autonomía a cambio de los beneficios
de dicho proceso globalizador. La Constitución de 1993 había dejado atado de manos al un gobierno
frente a convenios de exoneración tributaria que resultaron nocivos en muchos casos para el país y la
241
Bruce St John, Ronald. Op. cit. p. 215.
242
Bruce St John, Ronald. Op. cit. p. 215.
243
Bruce St John, Ronald. Op. cit. p. 227.
244
Bruce St John, Ronald. Op. cit. p. 227.
La política exterior del Fujimorato
población, tal cual fue el caso de monopolio otorgado a la Telefónica, los que tuvieron que pudieron
ser progresivamente resueltos durante el gobierno posterior y sólo por fuertes presiones desde el
Congreso mismo, ¿cómo pudo Bruce ignorar este hecho en 1999? Resulta difícil pues entender a qué
autonomía se refiere Bruce, sobre todo si a fines de los 90 ya resultaba claro que el modelo neo-
liberal, piedra angular de filosofía globalista del régimen, había reducido al mínimo la autonomía
nacional en la definición de políticas económicas y había empezado a conducir al Perú a la
confrontación con la comunidad democrática internacional y al aislamiento político.
CONCLUSIONES
La cultura organizacional tuvo estrecha relación con los intereses y percepciones de los actores clave
de la coalición dominante y dicha filosofía excluyentemente globalista. Las estructuras de
161
coordinación, la política de recursos humanos, de investigación científica y de formación profesional
encarnaron no sólo el autoritarismo sino también el fortalecimiento de la eficacia y la eficiencia
gerenciales propias de la empresa privada, dándoles calidad de “valor público”, el voluntarismo, el
clientelismo y pago de lealtades y favores políticos. Ello queda claro cuando se examina, por ejemplo,
la política exterior peruana hacia los países desarrollados, países del sudeste asiático y de la Cuenca
del Pacífico; el cierre y apertura de misiones diplomáticas; los nombramientos de embajadores
políticos y la estructura de distribución de asignaciones presupuestales para las misiones
diplomáticas.
Julio Álvarez Sabogal
Cuadro: Medidas legales adoptadas por el gobierno fujimorista y cambios en la política exterior
peruana
Normas Gestión y Estructura Recursos humanos Presupuesto Formación e
cultura organizacional investigación
institucional científica
Constitución Fundamentos y Acentuación del
1993 bases predominio del
ideológicas de Presidente en la
la política política exterior.
exterior: del
eje político al
eje económico.
Acentuación
del predominio
del Poder
Ejecutivo en la
política
exterior.
Ley Orgánica Mecanismos de Transformación
del Ministerio coordinación del Instituto
de RREE (DL mecánicos y Peruano de
26112) verticales. Relaciones
Divisibilidad de la Internacionales
administración y la (IPRI) en Instituto
política Peruano de
Economía
Internacional
(IPEI)
Ley del Naturaleza y Abuso de las causales de Intento de
Servicio funciones del retiro. La amenaza y el miedo desaparecer la
Diplomático Servicio como regla y mecanismo de ADP como 163
(DL 26117) Diplomático control institucional. órgano de
Ausencia de normas formación
reglamentarias para el cuadro diplomática
de rotaciones y plan de
carrera. Consagración de
voluntarismo y la inseguridad.
D. Legislativo Mecanismos de Desaparición del
894 coordinación IPEI. Fin de la
mecánicos y labor de
verticales. investigación
Indivisibilidad de la científica
administración y la
política
Decretos Fractura institucional: cese Asignaciones Desaparición del
supremos y masivo de funcionarios. ordinarias y Consejo Superior
normas de Aplicación de filtros a las extraordinarias y del Consejo
inferior reincorporaciones de para las Académico de la
jerarquía funcionarios ordenadas por la misiones Academia
Corte Suprema. diplomáticas. Diplomática.
Aplicación de reglas Desaparición de
informales arbitrarias para los la Maestría en
procesos de evaluación y Relaciones
ascensos. Discrecionalidad en Internacionales
el nombramiento de
embajadores
Resoluciones Reformas
directorales curriculares
Julio Álvarez Sabogal
CAPÍTULO IV
ETAPA DE TRANSICIÓN
El Perú se hallaba en medio de una grave crisis institucional, la misma que se generalizó hacia fines de julio
de 1990, coincidiendo con la conclusión del gobierno aprista en medio de duras críticas gracias a la
aplicación de una errada política económica. 245
1.1. Violencia socio-política, crisis del Estado, relaciones cívico-militares y polarización ideológica
La situación política, económica y social, cada vez más dramáticas y críticas, socavaban el respeto por las
reglas básicas del proceso democrático y de los derechos humanos. En efecto, los altos niveles de violencia
terrorista y de Estado y la consiguiente secuela de genocidio, narcotráfico, destrucción de infraestructuras
164
básicas, desborde social y crisis hiper-inflacionaria ocasionada por una política exterior basada en una
filosofía autonomista que pretendía abarcar todos los ámbitos de la acción exterior y un populismo poco
responsable habían debilitado progresivamente al Estado y al sistema político democrático. Este sistema,
basado en un esquema de democracia representativa, empezó a mostrar serias fisuras en su composición.
Señales de esto fueron el progresivo debilitamiento del Estado, crisis de legitimidad en la representación
política y en los sistemas electorales, crisis de identidad al interior de partidos y movimientos políticos y el
surgimiento de independientes fuera del sistema. La guerra contra el terrorismo, principal preocupación de
las Fuerzas Armadas246, se había transformado en la raíz de fuertes tensiones entre éstas y las instituciones
de la democracia representativa (Parlamento, Tribunal Constitucional, Poder Judicial, Ministerio Público,
Contraloría, partidos políticos, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil, etc.), las mismas que debían
ejercer las funciones de intermediación política y de control burocrático, político y social.
245
Existe abundante literatura al respecto. Podemos señalar: Gonzales de Olarte, Efraín. Una economía bajo violencia:
Perú 1980-1990, Instituto de Estudios Peruanos, Documento de Trabajo No. 41, Lima. 1991; y Parodi Trece, Carlos.
Perú 1960-2000: políticas económicas y sociales en entornos cambiantes. Lima. Centro de Investigación de la
Universidad del Pacífico. 2003.
246
“A las ya tradicionales dificultades en la relación civil-militar en el Perú, se añadieron otras tres que cobraron
particular importancia para los institutos castrenses en la década de 1980: la subversión armada, el narcotráfico y las
repercusiones de la crisis económica en su presupuesto”.- Rospigliosi, Fernando. Las Fuerzas Armadas y el 5 de abril:
La percepción de la amenaza subversiva como una motivación golpista. Lima. Instituto de Estudios Peruanos. 1996.
La política exterior del Fujimorato
Al mismo tiempo, una fuerte polarización ideológica animaba el debate interno. De un lado se hallaba la
extrema izquierda, representada por dos movimientos terroristas que actuaban en un escenario
internacional marcado por el derrumbe del proyecto socialista. Así, no tenían ya la capacidad de hacer
efectiva la solidaridad ideológica basada en las asociaciones internacionales de los partidos a los que
pertenecían como se había hecho en el pasado. Del otro lado se encontraba la extrema derecha con un
discurso neoliberal, en un contexto internacional en el cual predominaba esta corriente247 suscribiendo los
postulados del Consenso de Washington.
De esta manera, mientras la dramática situación de conflicto al interior del país definía las urgencias y
prioridades de la política interna, la presión de los grupos financieros internacionales, la crisis de la deuda
externa, el aislamiento financiero internacional, las crecientes denuncias por violaciones de derechos
humanos y la poca comprensión de la comunidad internacional respecto a la naturaleza de las acciones
terroristas hacían lo propio con las relaciones exteriores del Perú.
Las denuncias por violaciones de derechos humanos no se iniciaron durante el gobierno de Fujimori. Las
constantes violaciones de derechos humanos por parte de agentes del Estado peruano habían llamado la
165
atención ya durante la década de 1980 de los gobiernos de los países europeos, de los Estados Unidos y de
las organizaciones internacionales de derechos humanos con llegada a las esferas de poder y opinión
pública norteamericanas y europeas. Los gobiernos de Fernando Belaúnde y Alan García fueron objetos de
numerosas denuncias por los excesos cometidos en la lucha antisubversiva248, siendo totalmente incapaces
de responder con claridad y fundamento a las denuncias hechas por dichas transgresiones. Estas denuncias,
en particular las efectuadas por las organizaciones de derechos humanos, fueron percibidas por las elites
que se harían más tarde del poder como estorbos a la política antisubersiva. Al respecto, el Informe de la
Comisión de la Verdad señala:
... los líderes políticos conservadores veían a los derechos humanos como un obstáculo
para librar una lucha exitosa contra la subversión. Defensores de derechos humanos
eran catalogados como directa o indirectamente partidarios de la insurgencia – ya sea
247
En ésta, la centralidad que antes tenía el Estado en la política fue sustituida por el mercado.
248
“... en ciertos lugares y momentos del conflicto la actuación de los miembros de las FFAA no sólo involucró algunos
excesos individuales de oficiales o personal de tropa, sino también prácticas generalizadas y sistemáticas de
violaciones de derechos humanos”.- Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003.
Conclusión No. 4, numeral 55.
Julio Álvarez Sabogal
como el brazo legal de la subversión o como “tontos útiles”. Los políticos insistían en
que sólo los insurgentes cometían abusos a los derechos humanos, negando cualquier
responsabilidad del Estado. Cuando se presentaban denuncias de violaciones a los
derechos humanos, éstas eran declaradas falsas como medida de rutina por parte de
autoridades del gobierno, sin investigación significativa alguna249.
Así, esta singular polarización de posiciones fue determinante para que las violaciones de derechos
humanos cometidas por grupos terroristas no siempre merecieran la misma atención que la que recibían
las realizadas por las fuerzas armadas y policiales, tal como lo señala el citado Informe:
... en los primeros años del conflicto, los organismos peruanos de defensores de derechos
humanos centraron su crítica fundamentalmente en el Estado (...) Sin embargo, a
mediados de la década de 1980, los organismos que conformaron la CNDDHH zanjaron con
las organizaciones de fachada de los grupos subversivos250.
Esta coalición tuvo como antecedentes a dos proyectos de distinto tenor. El primero fue el modelo
económico neoliberal basado en el modelo del Consenso de Washington, presentado antes y durante el
proceso electoral de 1990 por Mario Vargas Llosa como candidato del movimiento de derecha Frente
Democrático (FREDEMO). El segundo fue el modelo político autoritario que se inició retomando el Plan
Verde. Como bien ha señalado Aníbal Quijano, el Plan Verde fue un fallido golpe de Estado concebido en
249
Youngers, Coletta y Peacock, Susan C., traducción de Enrique Bossio. La Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos del Perú: Un Estudio de Caso de Construcción de una Coalición, Oficina en Washington para Asuntos
Latinoamericanos (WOLA). 2002.
250
Comisión de la Verdad y Reconciliación. op. cit. Conclusión No. 6, numeral 146.
251
Al asumir el mando en 1985, Alan García había anunciado que el Perú solo pagaría el equivalente al 10% de las
exportaciones por concepto de deuda externa, hecho que fue el inicio de un proceso que desembocó en el
aislamiento del mercado financiero internacional.
La política exterior del Fujimorato
1988 por un grupo de militares descontentos con el gobierno aprista, para quienes el Perú debía seguir los
procesos políticos de países como Chile, Alemania, Japón y Corea del Sur:
El primer proyecto fue concebido por tecnócratas civiles ligados al capital internacional, los mismos que
concentraron sus críticas en el colectivismo y estatismo, aceptando el funcionamiento de una democracia
representativa con un mandato claro para el Ejecutivo. El segundo proyecto nació con una clara lógica
castrense, desconfiando de los partidos políticos tradicionales y de las instituciones “caducas”,
subordinando todas las instituciones democráticas a un Ejecutivo fuertemente centralizado253. No
obstante, ambos modelos coincidieron en la necesidad de un ajuste económico neoliberal drástico,
acompañado de un gobierno fuerte que restableciera el orden interno. Alberto Fujimori, quien no contaba
con una estructura ideológica ni partidaria que le brindara los cuadros necesarios para gobernar debido a
su fortuita llegada al poder, encontró en estos proyectos las bases ideológicas de lo que sería su gobierno.
Incluso, algunos autores van más allá sosteniendo que, dada la reputación de continuismo aprista que
había obtenido Fujimori durante la campaña electoral, la aprobación del proyecto neoliberal fue el único
camino posible para la viabilidad de su gobierno. En todo caso, por razones ideológicas o prácticas, lo
252
Quijano, Aníbal. El fujimorismo, la OEA y el Perú, ALAI, América Latina en Movimiento. 2000. Dirección web:
http://alainet.org/active/show_text.php3?key=872. Consulta: 7 de Febrero de 2005.
253
Wiener A., Raul. Bandido Fujimori. Lima. WWW Editores. 2001. pp. 31, 32 y 33.
Julio Álvarez Sabogal
notorio es que ambos proyectos estuvieron estrechamente relacionados antes de la llegada de Alberto
Fujimori y antes que la coalición dominante asumiera la conducción del país. El gobierno que se inició en
los 90 adoptó entonces como propias las críticas y propuestas de ambos modelos, empleando una ideología
ad-hoc para un régimen político que empezaría a explotar al máximo los rasgos y defectos estructurales
más destacados del sistema político peruano, esto es, el presidencialismo, el autoritarismo254, la
concentración de poder, la centralización, el clientelismo, el caudillismo, la corrupción, la poca o nula
participación ciudadana y la histórica separación entre Estado y Sociedad.
Así, el escenario para la aplicación de políticas económicas neoliberales quedó definido, siendo propicio
para el surgimiento del autoritarismo asistencialista.255
Entre las muchas y difíciles tareas que debía afrontar el recién elegido presidente estaba la de definir la
nueva visión de la política exterior peruana de manera tal que armonizara con la ideología de las elites que
le prestaban su apoyo, pero al mismo tiempo, que armonizara también con la tradición de una diplomacia
profesional fuerte que, como se ha visto en el capítulo 3, no era de la confianza de Alberto Fujimori. Por
esto, la definición de la agenda exterior se caracterizó desde sus inicios por una progresiva desconfianza del
presidente Fujimori hacia los funcionarios de relaciones exteriores y por el progresivo desplazamiento de la 168
diplomacia profesional; la cual mostraba una creciente incapacidad de interlocución con las esferas más
altas del poder. Los diplomáticos profesionales debieron realizar grandes esfuerzos para desarrollar canales
de comunicación con el presidente Fujimori quien, dada su condición de outsider, había llegado al poder sin
tener un equipo de gobierno, ni asesores conocidos que actuaran como interlocutores válidos. Sin
embargo, conforme el gobierno se comprometía cada vez más con el proyecto económico y político, más
difícil se volvió para la diplomacia profesional encontrar espacios de diálogo que no fueran filtrados por los
cancilleres políticos y que permitieran una transmisión fidedigna de los puntos de vista institucionales.
Para los actores de la coalición fujimorista, las tareas más importantes de la gestión externa debían
concentrarse en obtener ayuda económica en general, fomentando el desarrollo y el crecimiento
económico del país, lograr acuerdos comerciales con otros países y captar inversiones y cooperaciones
extranjeras. La democracia, el respeto al derecho internacional y el cumplimiento de las obligaciones
254
Haya de la Torre, Agustín. Dictadura y Democracia: la crisis del Estado Republicano, Lima. Fondo Editorial del Foro
Democrático. 2003
255
Existe amplio consenso al respecto así como al hecho de que el gobierno fujimorista no respetó siquiera las reglas
de juego preestablecidas en la Constitución de 1993, profundizando así el divorcio entre la propuesta legal y la
realidad.
La política exterior del Fujimorato
internacionales del Estado en materia de derechos humanos fueron desde el principio tareas subsidiarias y
de menor importancia. No obstante, el proceso de afinación de la ideología neoliberal con la política
exterior sólo se inició llegadas las postrimerías de esta fase de transición, pues a su inicio el régimen
todavía no había desarrollado sistemáticamente sus rasgos autoritarios y el debate político era
constantemente promovido por diversos sectores de la opinión pública. Pese a ello, y conforme se iba
consolidando en el poder, el gobierno de Fujimori fue desarrollando una serie de acciones y signos políticos
autoritarios, y a la vez, de buen comportamiento económico; teniendo todo esto una fuerte incidencia en la
imagen externa del país.
El régimen se propuso corregir los desequilibrios en el plano económico interno efectuando múltiples
ajustes, buscando crear una imagen económica que hiciera viable la reinserción del Perú en la comunidad
financiera internacional. Así también buscó definir el interés nacional en términos económicos. Siguiendo la
lógica anterior, en el plano económico externo, el gobierno se trazó como objetivos prioritarios una
aproximación a Occidente (en particular hacia los Estados Unidos), Asia y la Cuenca del Pacífico. Se
propuso también lograr la reinserción del Perú en la comunidad financiera internacional y su adaptación del
Perú al sistema económico global. Es decir, buscó la reinserción del país en los circuitos de comercio y de
crédito internacional como únicos caminos hacia el desarrollo, sembrando las semillas de lo que tiempo
después brotaría como una visión globalista exclusiva y excluyente de la política exterior peruana. 169
Las tareas prioritarias en el ámbito político interno adoptaron un estilo autoritario, mientras que aquellas
que afectaban el ámbito externo buscaron despertar la comprensión de la comunidad internacional con
relación a la naturaleza genocida del fenómeno de terrorista; buscando también mejorar la deteriorada
imagen política del país. Ambas, a la vez, buscaban garantizar la impunidad de los socios políticos, los
mismos que estaban siendo cuestionados por violaciones de derechos humanos y actos de corrupción.
Luis Marchand Stens, embajador de carrera, asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores en un
contexto externo bastante complejo y difícil para el Perú. Durante su corta gestión256 se elaboraron los
fundamentos teóricos de la nueva visión y percepción ideológica de la política exterior peruana sobre el
escenario internacional. Se desarrollaron también los detalles iniciales de las líneas de acción de la política
externa, particularmente en términos económicos, sobre la base del perfil inicial establecido por Alberto
Fujimori el 28 de julio de 1990 al asumir el mando.
256
Del 28 de julio de 1990 al 7 de enero de 1991.
Julio Álvarez Sabogal
Las líneas fundamentales de la política exterior del gobierno de Alberto Fujimori fueron definidas en el
discurso oficial que pronunciara el mandatario durante la cena ofrecida a los jefes de Estado y de Gobierno
en ocasión de la transmisión de mando presidencial257. Incorporando el respeto a los derechos humanos
como paradigma de organización social, el discurso suscribió la tesis del fin de la historia, esto es, la
creencia que el cese del conflicto ideológico Este-Oeste había ocasionado el fin de las ideologías que lo
sustentaban:
Esta tendencia sería confirmada y desarrollada posteriormente en el discurso del Embajador Luis Marchand
Stens dado durante el 3er Forum Internacional “El Perú y la Cuenca del Pacífico: la década del 90, Era de
realizaciones empresariales”:
...las ideologías dogmáticas son cuestionadas por los propios pueblos (...) la única
170
ideología de consenso universal es la de los derechos humanos259.
Por otro lado, tal como bien lo ha señalado César de las Casas Díaz, también fueron incorporados al
discurso oficial el paradigma económico neoliberal y la gestión externa a través de la expresa intención del
gobierno de realinear al Perú con un modelo neoliberal extremo y con el objetivo primordial de ofrecer una
imagen de cambio de política interna y externa; recuperando la credibilidad de las instituciones financieras
internacionales:
Durante los años 1990-1991, el interés principal del Perú en materia financiera era
conseguir en el mediano plazo su reinserción en el sistema financiero internacional (...) Sin
embargo, debe señalarse que este interés principal (...) habría estado orientado por un
interés político: recuperar la confianza de las instituciones financieras multilaterales hacia
257
El 28 de julio de 1990.
258
Fujimori, Alberto. Discurso del presidente Alberto Fujimori en ocasión de la cena a Jefes de Estado y de Gobierno en
ocasión de la transmisión de mando presidencial el 28 de julio de 1990.
259
Marchand Stens, Luis. Discurso del Embajador Luis Marchand Stens en el 3er Forum Internacional “El Perú y la
Cuenca del Pacífico: la década del 90, era de realizaciones empresariales”. 20 de setiembre de 1990.
La política exterior del Fujimorato
el Perú (...) Es por ello que, durante esos primeros meses, el interés principal para el Perú
fue consolidar su imagen de cambio de política tanto al interior como al exterior del país, y
recuperar la credibilidad del FMI y las demás instituciones financieras260.
El discurso oficial empezó a sugerir ya desde esta etapa temprana el enfoque que aparecería luego
recurrentemente en el discurso oficial, un enfoque en el cual el tema de los derechos humanos fue tomado
sólo como un componente subalterno de otros temas considerados más importantes, como fueron la
seguridad nacional y el proyecto económico interno:
Este enfoque se definió el 8 de agosto de 1990, en el mensaje que dio el Ministro de Economía y Finanzas,
Juan Carlos Hurtado Miller, anunciando la aplicación del plan de ajuste y estabilización conocido como
“Fujishock”. Fue a partir de entonces que la política exterior peruana incorporó la exaltación del paradigma
democrático neoliberal a su batería de postulados básicos.
171
3.2. La agenda oficial de política exterior y las políticas públicas prioritarias
De esta manera y formalmente, la agenda oficial de política exterior262 al iniciarse el gobierno de Alberto
Fujimori, recogió las tendencias internacionales de la época en materia económica y dejó misteriosos vacíos
en materia de democracia y derechos humanos. En ella, se asumió el tema de la reinserción financiera
como una política de normalización de los vínculos de cooperación del Perú con el sistema financiero
internacional. Se declaró la importancia del papel del sector privado el motor y agente principal de la
integración, concertación y cooperación latinoamericana, en particular en los ámbitos del Pacto Andino, la
Asociación Latinoamericana de Integración, el Sistema Económico Latinoamericano (SELA), la Organización
Latinoamericana de Energía y las relaciones bilaterales. Se planteó también una política de promoción de
amistad y acercamiento con los países desarrollados, los países de la Cuenca del Pacífico y los de Europa del
260
De las Casas Díaz, César. Negociando la reinserción financiera del Perú: una aproximación desde la teoría del
análisis de la negociación. Política Internacional, Lima. Revista Academia de la Diplomática del Perú, No.40. 1995.
261
Fujimori, Alberto. Discurso del presidente Alberto Fujimori en ocasión de la cena a Jefes de Estado y de Gobierno en
ocasión de la transmisión de mando presidencial el 28 de julio de 1990.
262
Marchand Stens, Luis. Discurso del Embajador Luis Marchand Stens en el 3er Fórum Internacional “El Perú y la
Cuenca del Pacífico: la década del 90, era de realizaciones empresariales”. 20 de setiembre de 1990.
Julio Álvarez Sabogal
Este como una política orientada a la promoción e incremento de las relaciones económicas y financieras
con los países industrializados y los nuevos espacios económicos. Se implantó como objetivo entonces la
máxima captación de la cooperación internacional proveniente de los países industrializados, de los países
en desarrollo, de los organismos internacionales y de las organizaciones no gubernamentales. Ligado a todo
esto, lógicamente, fue de suma importancia la expansión del comercio exterior en el sistema global,
surgiendo una política integral de promoción del comercio exterior con la finalidad de incrementar y
diversificar los mercados de exportación, crear corrientes de comercio estables y aprovechar con eficiencia
las oportunidades ofrecidas por los mercados externos. Se trazó también el desarrollo de una diplomacia
multilateral con base en el respeto de las normas de derecho internacional para el desarrollo y de los
principios del No Alineamiento, curiosamente, en una etapa en la que el movimiento NOAL empezaba a
perder su vigencia e influencia. No obstante, esto se tradujo en una política de participación activa y
dinámica en la diplomacia multilateral, especialmente en el sistema de las Naciones Unidas, los organismos
internacionales con sede en Ginebra, la OEA y otros foros internacionales. Se destacó también la necesidad
de establecer una política de seguridad colectiva regional que invocara la vigencia del derecho
internacional y de los principios de no-intervención, no-ingerencia en asuntos internos de los Estados y
solidaridad latinoamericana. Se mencionó la importancia de una política de promoción en un entorno de
paz y cooperación con los países limítrofes, propiciando el máximo aprovechamiento de la
complementación y cooperación económica, el entendimiento político, el fomento de medidas de 172
confianza y la introducción de criterios de eficiencia en la gestión de proyectos de integración fronteriza. En
dicha agenda fue agregada también la promoción y defensa de los derechos humanos como
esclarecimiento y defensa de la situación de los derechos humanos en el Perú, lo jamás se cumplió en la
práctica. Finalmente, se heredó de la gestión anterior la perspectiva de política exterior en materia de
pacificación y lucha contra la subversión y el narcotráfico, fortalecida tanto en este período como en los
anteriores por los pronunciamientos oficiales obtenidos de organizaciones internacionales. Estos últimos
lineamientos servirían a los intereses del régimen en los años siguientes para exorcizar las repetidas crisis
políticas con la amenaza del retorno del terrorismo, así como para estimular una opinión pública contraria
a una supuesta incomprensión de la comunidad internacional y el “imperialismo cultural humanista” de los
países desarrollados. Sin embargo, la situación de los derechos humanos en el ámbito interno, a la luz de
los hechos, no mejoraría. Por el contrario, los rasgos de los proyectos político y económico empezarían
progresivamente a definir el perfil real de la política exterior peruana junto con los objetivos reales y las
prioridades concretas de la agenda exterior de los años 90.
El programa de ajuste estructural263 fue el primer acto importante en materia de política exterior del
fujimorismo y tuvo aparentemente como único objetivo acabar con los problemas económicos. En su
dimensión interna, estos problemas económicos significaban hiperinflación y pobreza creciente como
consecuencias de la crisis de la deuda externa y de la aplicación de una política económica populista. En su
dimensión externa, se tradujo en un aislamiento financiero internacional y la consiguiente reducción el flujo
de préstamos e inversiones, como resultados de la gran acumulación de atrasos en el pago de la deuda
externa. Se trató entonces de poner fin a la hiperinflación y recuperar la credibilidad del Perú mediante el
fiel cumplimiento de los compromisos financieros internacionales, convirtiéndolo, por consiguiente, en un
país elegible para recibir créditos.
Sin embargo, la elaboración y aplicación de esta política de reinserción fue privativa de un grupo de
empresarios y tecnócratas de la coalición dominante vinculados al capital transnacional y a los organismos
financieros internacionales. Además, no estuvo sujeta a ningún debate y el programa de ajuste estructural
fue sin lugar a dudas el primer acto importante de política exterior del fujimorismo, en la medida en que
éste tuvo como única misión crear una “imagen económica” favorable del Perú ante la comunidad
financiera internacional que nos permitiera obtener la reinserción264 con independencia de las secuelas
humanas internas. Convertido en una declaración de principios que definió una estrategia deductiva de
negociación con los organismos financieros internacionales y con los países y bancos acreedores, el 173
programa de ajuste se redujo a un trabajo coordinado de implementación de detalles sobre la base de
principios previamente establecidos265.
Durante el resto de 1990 y buena parte del año siguiente, las principales medidas del nuevo gobierno se
concentraron en el plano económico; continuando con el ajuste para lograr la estabilización económica,
iniciando la liberalización de la economía y la reforma estructural del aparato estatal e intentando
conseguir la reinserción del país en el sistema financiero internacional. Dentro de esa línea de acción, el
Primer Grupo de Apoyo al Perú se formó en setiembre de 1991. Esto tuvo como objetivo aportar recursos
en el período 1991-1992 a fin de equilibrar la balanza de pagos, la misma que incluía flujos de
regularización del pago de la deuda externa. Fue así como el país fue logrando progresivamente su
reinserción. Para ello, debió cumplir primero con los compromisos que tenía atrasados con el FMI y el
Banco Mundial, así como sanear sus deudas a través de mecanismos de acumulación de derechos con el
263
Iniciado el 8 de agosto de 1990
264
De las Casas Díaz, César. Op. cit. p. 73.
265
“Principios generales o la fórmula que gobiernan los problemas susceptibles de solución”. De las Casas Díaz, César.
op. cit pp. 83 y 84.
Julio Álvarez Sabogal
aporte de los países que integraron el Segundo Grupo de Apoyo (período 1993-1994) bajo el liderazgo de
los Estados Unidos y Japón. El Perú fue normalizando entonces sus relaciones financieras con el Banco
Interamericano de Desarrollo y con el Banco Mundial, concertando con ellos nuevos flujos de créditos.
Tiempo antes, y congruentemente con la política de reinserción financiera, en julio de 1991266, el gobierno
peruano había abierto embajadas en Malasia, Indonesia, Singapur, Tailandia y Finlandia; así como
consulados generales en Auckland, Nueva Zelanda y una oficina comercial en Taipei. Finalmente, en marzo
de 1993, el Perú recuperó sus derechos ante la comunidad financiera internacional y el FMI, recobrando
con ello la calidad de “país elegible” para recibir créditos internacionales.
Otra de las consecuencias inmediatas de la aplicación del modelo neoliberal fue el fortalecimiento de la
diplomacia económica y presidencial.
Alberto Fujimori, siendo candidato recientemente electo y antes de asumir la Presidencia en julio de 1990,
inició un periplo internacional para obtener apoyo de los países desarrollados al programa económico de
ajuste estructural y la política de reinserción financiera. Los acuerdos y resultados de esta gira se dieron a
conocer recién cuando el Ministro de Economía y Finanzas, Juan Carlos Hurtado Miller, anunció el
Programa de Ajuste Estructural o Fujishock267 . Así, tanto la diplomacia presidencial como la económica, 174
asumieron como nuevo campo de acción al proyecto económico neoliberal. Estos dos tipos de diplomacia
trabajaban en áreas de alta prioridad, como la búsqueda de coincidencias en política económica con las
potencias, los programas de ayuda y cooperación y la deuda externa. Desplazaron a la diplomacia
profesional y estuvieron a cargo del Jefe de Estado y los tecnócratas que manejaban la economía y
diseñaban las políticas sociales.
Pocos meses antes de que Alberto Fujimori asumiera la Presidencia de la República, la diplomacia
profesional peruana había logrado268, por primera vez, que una organización internacional (las Naciones
Unidas) reconociera que los gobiernos no eran los únicos responsables de las violaciones de derechos
humanos, especialmente en América Latina. La Comisión de Derechos Humanos había aprobado una
resolución propuesta por el gobierno peruano que identificaba a narcotraficantes y a grupos guerrilleros
266
Decreto Supremo No. 013-91-RE del 8 de julio de 1991.
267
El 8 de agosto de 1990.
268
En marzo de 1990.
La política exterior del Fujimorato
como co-responsables de la violencia que sufrían países como el Perú y Colombia. Tiempo después269, se
obtuvo un nuevo logro en la 20ma Asamblea General de la OEA. En este foro se aprobó una resolución que
reafirmaba la condena de la mencionada organización a las actividades y crímenes terroristas,
recomendando a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que hiciera referencia a las acciones de
los grupos armados irregulares. El régimen fujimorista aprovechó estos logros y aprobó el marco jurídico
penal en el cual los miembros de las fuerzas armadas y policiales desarrollarían la lucha antiterrorista. A
partir de entonces, los actos ilícitos penales cometidos por militares y policías pasaron a ser tipificados
como delitos de función que debían ser juzgados en el fuero militar, sustrayéndolos así de la competencia y
del control civil, tal como lo registró la Comisión de la Verdad y Reconciliación:
Diversas denuncias empezaron a ocasionar una seria preocupación por el incumplimiento del régimen con
respecto a sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. Entre otras, una de las más
graves fue la motivada por el descubrimiento de la fosa común de Chillccahuico y de un cementerio
269
El 7 de junio de 1990.
270
El Comercio, 7.12.90 en Comisión de la Verdad y Reconciliación. op. cit., Tomo III. Primera parte: el proceso, los
hechos, las víctimas. Sección segunda: Los actores del conflicto
Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.3.4.2 El despliegue de la estrategia contrasubversiva y de la
impunidad.
Julio Álvarez Sabogal
clandestino aparentemente usado por grupos de la Policía Nacional, así como el hallazgo de 18 personas
asesinadas en Chumbivilcas. Asimismo, numerosas denuncias de desaparecidos llegaron a la Fiscalía de la
Nación entre agosto y noviembre de 1990. De ese modo, hasta esa fecha, se habían registrado 4,800 casos
de denuncias por desapariciones.
Raúl Sánchez Sotomayor ocupó el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores entre el 7 de enero de 1991 y
el 15 de febrero 1991 y Carlos Torres y Torres Lara entre el 15 de febrero 1991 y 6 de noviembre 1991.
Ambos provenían de grupos que representaban fuertes intereses sectoriales y políticos asociados a la
coalición dominante, a diferencia de Luis Marchand Stens, diplomático profesional que se caracterizó por
una fuerte identificación con la institución.
Raúl Sánchez Sotomayor era Vicealmirante de la Armada Peruana, vinculado al sector exportador
pesquero271. Carlos Torres y Torres Lara era un abogado especializado en cooperativismo y profesor
176
universitario. Ocupó, además, cargos de suma importancia dentro de las dos administraciones de Alberto
Fujimori. Fue Ministro de Trabajo, Presidente del Consejo de Ministros, Canciller y Vicepresidente del
Congreso Constituyente Democrático. Fue también uno de los autores de la Constitución de 1993 y
presidente de la Comisión de Constitución.
Los discursos de ambos ex -cancilleres coincidieron en varios aspectos. Por un lado, ambos sostenían
principios generales económicos que buscaban impulsar el proceso de reinserción financiera, la expansión
del comercio exterior y la cooperación internacional. Por otro lado, ambos identificaban los valores del
mercado con los de la democracia, subordinando los valores democráticos y el respeto a los derechos
humanos al proyecto económico. Así, en un evento oficial, Raúl Sánchez Sotomayor hizo la siguiente alusión
a cómo la reinserción financiera era el objetivo fundamental, dejando en claro la relegación de los derechos
humanos a un marco de actuación:
271
En la fecha que se escribió este capítulo, se encontraba vinculado al directorio de la Sociedad Nacional de
Pesquería y presidente de la Corporación Pesquera Inca. Sitio web: http://www.fis.com/snp/armadores1.htm y
http://www.snp.org.pe/quie_directiva.asp. Fecha de consulta: 3 de marzo de 2005.
La política exterior del Fujimorato
Casi un mes después, Carlos Torres y Torres Lara declaraba de manera similar, acuñando inclusive el
término “economía democrática”:
Pero así como venimos hablando (...) de reinserción externa, tenemos que
comenzar a hablar de reinserción interna. La reinsertación interna es pagar
otra deuda, la deuda social (...) significa unir el Estado al pueblo, darle mayor
participación a la población en las decisiones que toma el Estado, pero
sobretodo permitir que esa población ingrese a un campo de economía
democrática (...) reanimar nuestra economía es reanimar (...) la democracia
económica que se expresa en miles, decenas de miles de pequeñas y medianas
empresas (...) que hacen el tejido de una democracia social y económica (...)
pero repito, esto sólo se puede si desde el Estado, concretamente la
diplomacia, logra transmitir las necesidades de esa población productiva hacia
el exterior273. 177
Sobre el tema de los derechos humanos y su subordinación al proyecto económico, Carlos Torres y Torres
Lara también refirió lo siguiente:
272
Sánchez Sotomayor, Raúl. Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores Raúl Sánchez Sotomayor en la ceremonia
de saludo del cuerpo diplomático. 22 de enero de 1991.
273
Torres y Torres Lara, Carlos. Discurso del Dr. Carlos Torres y Torres Lara al asumir el cargo de Ministro de
Relaciones Exteriores. 18 de febrero de 1991.
Julio Álvarez Sabogal
Posteriormente, haría una afirmación que mostró claramente como los derechos humanos eran sólo el
objetivo instrumental de otro objetivo mayor y considerado más importante, el económico:
Ya era claro en esta fase del régimen que la agenda real y prioridades de la política exterior obedecían a
una lógica diferente a aquella que se declaraba formalmente en los lineamientos generales que
supuestamente guiaban la acción externa.
En el ámbito político, la pacificación y estabilización política y social del país estuvo vinculada a la
implementación del proyecto político autoritario y a la obtención de impunidad para ciertos agentes del
Estado acusados de violaciones de derechos humanos. La mejora de la “imagen” política del país, la
recuperación de la confianza de los inversionistas extranjeros y la condena internacional a las acciones y
movimientos terroristas, antes que la búsqueda del respeto a los derechos humanos, tuvieron como
objetivo instrumental lograr que el régimen político demostrase que cumplía con ciertos requisitos
democráticos, más formales que sustanciales, considerados indispensables por los países desarrollados
para la obtención de créditos, cooperación e inversiones extranjeras. Se lograba asimismo apoyo de la
comunidad internacional en la lucha por la pacificación y estabilización política y social.
274
Torres y Torres Lara, Carlos. Discurso del Dr. Carlos Torres y Torres Lara, Presidente del Consejo de Ministros y
Ministro de Relaciones Exteriores en la Asamblea del Instituto Peruano de Administración de Empresas (IPAE). 16 de
julio de 1991.
275
Torres y Torres Lara, Carlos. Discurso del Dr. Carlos Torres y Torres Lara, Presidente del Consejo de Ministros y
Ministro de Relaciones Exteriores en la Asamblea del Instituto Peruano de Administración de Empresas (IPAE). 16 de
julio de 1991.
La política exterior del Fujimorato
Debido a que era de vital importancia continuar con el ajuste para lograr la estabilización económica, así
como conseguir la reinserción del país en el sistema financiero internacional e iniciar la liberalización de la
economía y la reforma estructural del aparato estatal, las principales medidas del nuevo gobierno276 se
concentraron en el plano económico. Dentro de estas líneas de acción, el gobierno publicó en marzo de
1991 varios decretos supremos que contenían las primeras catorce medidas de reforma del Estado
peruano, las que contenían importantes disposiciones sobre comercio exterior, venta de acciones de
empresas públicas, rebaja de los aranceles y eliminación práctica de la estabilidad laboral. Paralelamente, la
creación de embajadas peruanas en el Sudeste Asiático, así como el establecimiento de un consulado
general en Nueva Zelanda y de una oficina comercial en Taipei, sirvieron de apoyo la reinserción financiera
internacional y la expansión del comercio exterior mediante la apertura de nuevos mercados en un área del
mundo que había demostrado un enorme dinamismo económico.
4.4. Primera ofensiva autoritaria: los ataques a las organizaciones de derechos humanos y el “mensaje” a
la CIDH
Pasaría solo poco más de un año para que el régimen se decidiera a sentar las bases fácticas de una
179
atrevida política exterior que combinaba el embaucamiento de la opinión pública y la confrontación con la
comunidad democrática internacional. Primero, a través de un documento público en el cual se
especificaban las bases de una acción multipartidaria, el régimen dio a conocer su propuesta para la
pacificación nacional en junio de 1991. En él señaló que, para obtener la ansiada paz, era importante
observar las normas constitucionales y respetar escrupulosamente los derechos humanos. Expresó también
que reconocía la necesidad de reorganizar la acción estatal y social hacia alternativas que no se basaran
exclusiva o prioritariamente en la confrontación militar y en la represión penal. Como era de esperarse, la
propuesta fue bien recibida por la opinión pública y para mostrar la aplicación concreta de esta estrategia,
el 15 de agosto del mismo año los jefes militares de todo el país se reunieron con los representantes de los
organismos de derechos humanos con el fin de coordinar acciones para evitar que la situación de violencia
se agravara en el territorio nacional. La realidad, sin embargo, no tardaría en empezar a demostrar que la
propuesta del gobierno para la pacificación nacional había sido sólo un engaño.
Sólo dos meses después277, casi paralelamente a la visita que realizara Fujimori a los Estados Unidos con el
fin de dar testimonio de la buena disposición de su gobierno en el cumplimiento de los criterios de la ayuda
276
Durante 1990 y 1991.
277
En octubre de 1991.
Julio Álvarez Sabogal
Para cerrar con broche de oro esta ofensiva autoritaria, un mes más tarde280 y dos días después de finalizar
la visita de una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la misma que
realizaba una misión de observación in loco e investigaba los casos de violación de los derechos humanos, se
perpetró el caso de violación de derechos humanos más trascendente de este período: la matanza de
Barrios Altos. En este incidente, quince personas -incluido un niño de 8 años - fueron asesinadas a sangre
fría por un escuadrón de aniquilamiento de las fuerzas armadas. El hecho se produjo tres meses antes de
concluir la gestión de Carlos Torres y Torres Lara y para muchos, constituyó en realidad un mensaje enviado
por el régimen a la CIDH, advirtiéndole de esta manera que esas prácticas continuarían, al margen de lo que
ese organismo pudiera hacer y decir.
La realidad mostraba que la situación de los derechos humanos en el Perú se encontraría entre las más
preocupantes del continente americano. No en vano del total de denuncias recibidas por la CIDH, cerca del
50% correspondían al Perú. Frente a esta suma, el gobierno de los Estados Unidos, cumpliendo con la
International Narcotics Control Act de 1990, había empezado desde 1991 a condicionar la ayuda 180
internacional dada la gobierno peruano para la lucha contra las drogas y la subversión a la existencia de
progresos reales en materia de derechos humanos, dejando sin efecto un paquete de 10 millones de
dólares destinados al equipamiento de tres batallones del Ejército en el Alto Huallaga. Esta decisión, señaló
la administración norteamericana, se debió a la imposibilidad de asegurar en el Perú el respeto a los
derechos humanos. A fines de ese mismo año, un Informe de Amnistía Internacional expedido en julio
causó la suspensión total de la ayuda militar norteamericana al Perú.
4.5. Exitos de la política antiterrorista en el escenario internacional: la condena contra las acciones y
grupos terroristas.
278
Comisión de la Verdad y Reconciliación. op. cit. Tomo III. Primera parte: el proceso, los hechos, las víctimas.
Sección segunda: Los actores del conflicto
Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.3.4.3 La presión internacional por los derechos humanos.
279
Comisión de la Verdad y Reconciliación. op. cit.
280
El 3 de noviembre de 1991.
La política exterior del Fujimorato
Mientras la naturaleza autoritaria del régimen se iba desnudando, las señales de la comunidad
internacional mostraban irónicamente un creciente aumento en el grado de comprensión de la situación
política peruana. En efecto, el gobierno peruano continuó obteniendo éxitos en el ámbito externo, esta vez
en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En este foro se aprobó una resolución
reiterando su profunda preocupación ante el efecto adverso que tenían en el goce de los derechos
humanos los persistentes actos de violencia perpetrados por narcotraficantes y principalmente por grupos
armados, sembrando terror en la población.281 Dicha resolución alentaba al mismo tiempo a las
organizaciones no gubernamentales (ONGs) a tener presentes dichos efectos negativos. Con esto, se ponía
en manos del Estado las herramientas necesarias para dar una salida democrática al problema de la
violencia.
Sin embargo, alentado por estos éxitos, el gobierno no modificó su posición de rechazo a la vigilancia
internacional sobre la conducta de los actores del Estado. Por ello, no fue de su agrado que los Relatores
Especiales sobre Tortura y Ejecuciones Sumarias de las Naciones Unidas se ocuparan ampliamente del caso
peruano en sus informes en 1991 y hasta realizaran una visita oficial a nuestro país en octubre de ese
mismo año. Tampoco fue de su agrado que Amnistía Internacional realizara una campaña mundial sobre la
situación de los derechos humanos en el Perú y que la Federación Internacional de Derechos Humanos
concluyera en su informe que sobre el gobierno peruano recaía una parte importante de responsabilidad 181
en la degradación de la situación de los derechos humanos en el país. Pero lo que causó la furia del régimen
fueron la carta que Americas Watch dirigiera a Sendero Luminoso282 y el Informe que Amnistía
Internacional emitiera en julio de ese mismo año sobre la situación de los derechos humanos en el Perú. El
gobierno declaró que era inadmisible el silencio que supuestamente se guardaba frente a las violaciones de
derechos humanos cometidas por el terrorismo, señalando como inaceptable que ciertas ONGs pusieran al
mismo nivel a grupos terroristas y a gobiernos democráticos. Señaló también como inadmisible “que se
diga que desde que se inició el fenómeno terrorista en el Perú las fuerzas de seguridad hayan desaparecido
o ejecutado extrajudicialmente a miles de personas en las zonas de emergencia”283. Por último, destacó lo
positivo que resultaba que los grupos terroristas no fueran considerados más como “grupos políticos de
oposición” por considerar que ello conducía a la desinformación pública.
281
Los posteriores asesinatos de una religiosa australiana, tres ingenieros japoneses, dos sacerdotes polacos y un
sacerdote italiano en manos de las filas terroristas corroboraron esta decisión, motivando pronunciamientos de
rechazo y condena por parte del gobierno.
282
El 30 de octubre de 1991
283
Rectificaciones del Perú al Informe de Amnistía Internacional. 21 de noviembre de 1991.
Julio Álvarez Sabogal
CONCLUSIONES
Así, más allá de la agenda oficial y de la retórica humanista y economicista que inundaba los discursos
políticos, quedaron definidos los fundamentos de la agenda exterior real del gobierno de Alberto Fujimori. 182
Con esto se dio paso a una nueva etapa en la que el gobierno empezaría no sólo a cosechar los éxitos
económicos que se convertirían en sus credenciales más importantes ante la comunidad internacional, sino
también a mostrar con mucho menos escrúpulos su naturaleza autoritaria y, por ende, a tener que
ocuparse de defender y justificar su proyecto político en los foros internacionales.
La política exterior del Fujimorato
CAPÍTULO V
La etapa ideológica-neoliberal estuvo marcada por éxitos en la aplicación de las políticas de estabilización,
reforma económica y pacificación del país. Estos logros se consolidaron como las credenciales más
significativas del gobierno de Alberto Fujimori ante la comunidad internacional, dándose la incorporación
de postulados neoliberales ortodoxos y dogmáticos en la política exterior con más fuerza aún que en la
etapa anterior. El hecho más resaltante en el ámbito político fue el llamado “autogolpe” del 5 de abril de
1992. Este acontecimiento condujo a la gestión externa a ocuparse activamente de la defensa y
justificación de la fractura democrática, así como del proceso de retorno a una democracia frágil y tutelada.
Superado el aislamiento político que acarreó la ruptura democrática del golpe de abril de 1992, la temática
de los derechos humanos empezó a disiparse hasta desaparecer y dar lugar a una disertación casi
exclusivamente económica. El problema de las violaciones de los derechos humanos fue asumido como una
dificultad ya superada luego de la derrota del terrorismo y de la aprobación de resoluciones de condena a
las acciones subversivas emitidas por los principales organismos internacionales. El régimen incorporó así 183
las “evidencias” de su respeto a la democracia en el discurso oficial. Sin embargo, esto no guardó
coherencia alguna con la realidad que mostraban las denuncias por violaciones de derechos humanos, los
ataques contra la institucionalidad democrática y el sistemático proceso de corrupción de las fuerzas
armadas en relación con el tráfico ilícito de drogas.
En el ámbito de las relaciones institucionales, los vínculos entre la Cancillería y el presidente Fujimori
ingresaron en un franco proceso de deterioro, lo que hizo muy difícil la interlocución de los diplomáticos de
carrera con las altas esferas de poder. La comunicación se vio cada vez más obstaculizada por el creciente
poder de los asesores presidenciales. Estos asesores, siendo poseedores de modelos personales o
sectoriales, disputaron competencias con el Ministerio de Relaciones Exteriores desde la etapa de
transición; desplazando a la diplomacia profesional con el apoyo circunstancial de algunos sectores de la
Cancillería peruana.
Luego de la debacle electoral del Frente Democrático (FREDEMO), fueron muchos los empresarios de
tendencia ideológica neoliberal reclutados de las filas de este partido por el recién inaugurado gobierno de
Alberto Fujimori para dar sostén al régimen político de su partido Cambio 90284 y ocupar altos cargos en la
nueva administración. Uno de estos empresarios fue Augusto Blacker Miller, fundador del Instituto La
Moneda y miembro de la List of libertarian and free market organizations285.
Blacker Miller ocupó el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores del 6 noviembre de1991 al 24 de abril de
1992, iniciándose bajo su gestión la modernización del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la base de
postulados ideológicos neoliberales dogmáticos, una noción economicista del mundo y un concepto
gerencial del cambio institucional. Este proceso de modernización se fundamentó en una concepción
vertical y fundacional de la reorganización de la cancillería peruana, basada en un perfil organizacional
comercial y tecnocrático del Servicio Diplomático. Tuvo como pilares principales a la exaltación de la 184
eficiencia gerencial y la eficacia comercial como valor público, el desconocimiento de las particularidades
de la gestión pública internacional y la admiración por el paradigma asiático de desarrollo económico sin
conexión con las coyunturas del escenario internacional, ni con los procesos políticos autoritarios que
sustentaron dichos modelos.
Así, la exposición dada por Blacker Miller en 1992287 ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en
Ginebra, contenía ya en esta temprana fase del régimen, los elementos fundamentales de la doctrina de
284
Nombre del partido político que fundó Alberto Fujimori y con el cual fue elegido Presidente en 1990.
285
Fundó del Instituto La Moneda, entidad privada miembro de la List of libertarian and free market organizations.
Fuente: Beyond Government by Harry Reid: List of libertarian and free market oriented organizations from the Atlas
Foundation, May 1994. Dirección web: http://members.atlantic.net/~dwatney/reid/reid55.htm. Fecha de consulta: 3
de marzo de 2005. Estas organizaciones son todas ideológicamente cercanas al National Libertarian Party (LP) de los
Estados Unidos (ver http://www.lp.org/), tercera fuerza electoral en ese país. Fundada en 1971, el LP aboga por la
reducción del tamaño y costo del Estado, así como por la eliminación de las leyes que controlan la economía y las
preferencias personales de los individuos.
286
Fujimori, Alberto. Discurso del Presidente Alberto Fujimori en la ceremonia de clausura del año lectivo de la
Academia Diplomática del Perú el 27 de diciembre de 1991.
287
El 17 de febrero de 1992.
La política exterior del Fujimorato
política exterior que sería desarrollada posteriormente y con mayor precisión por Francisco Tudela,
Eduardo Ferrero y Fernando de Trazegnies. Entre estos elementos, Blacker Miller resaltó la importancia y el
relativismo de las diferencias culturales en materia de derechos humanos:
... queremos hacer un llamado a la conciencia de los pueblos para que la lucha por
los derechos humanos incluya también la irrenunciable demanda para que no se les
utilice con fines políticos o ideológicos, ni se haga un uso selectivo de ellos (...) el
gobierno otorga la mayor importancia a las ONGs (...) sin embargo, es
185
indispensable que las propias ONGs, para mantener la credibilidad del sistema y la
suya propia, ejerzan criterios de objetividad e imparcialidad. A ello decididamente
no contribuye la generalización abusiva de hechos aislados, la atribución infundada
de responsabilidades, y la omisión injustificada de informaciones en que algunas de
estas organizaciones han caído en el pasado 289.
Por último, también hizo referencia al imperialismo cultural de los países desarrollados:
288
Blacker Miller, Augusto. Exposición del Canciller Augusto Blacker Miller el 17 de febrero de 1992 ante la Comisión
de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
289
Blacker Miller, Augusto. op. cit.
290
Blacker Miller, Augusto. op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
Asimismo, apenas iniciada la década, el régimen asumía plena y públicamente el paradigma democrático
neoliberal y la identificación del fin del conflicto ideológico Este-Oeste con los fines de las ideologías
dogmáticas a través del discurso de Blacker Miller:
El discurso de Blacker Miller complementaba de alguna manera lo expuesto meses antes por Alberto
Fujimori, durante su exposición ante el Consejo Permanente de la OEA, cuando se refirió al carácter
circunstancial de las violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas armadas y policiales,
sentando las bases de lo que más tarde se materializaría en actos de encubrimiento e impunidad como las
leyes de la Cantuta y Barrios Altos:
La organización no gubernamental Perú Shien No kai (APENKAI) fue fundada en 1990 por Augusto
Miyagusuko, Absalón Vásquez, Rodolfo Matsuda Matsomura y los hermanos Fujimori con el fin de
administrar las crecientes donaciones japonesas. Esta organización, que recibió de donaciones extranjeras
aproximadamente US$ 20’191,685 dólares americanos y S/. 43’509,403 nuevos soles de la Casa Militar de
Palacio de Gobierno, fue cuestionada por la esposa del presidente, Susana Higuchi. La señora Higuchi
denunció a su cuñada, Rosa Fujimori, poco tiempo antes del golpe de Estado por comercializar la ropa
donada por el Japón a través de la empresa Apenkai, la misma que estaba destinada a la población con
menores recursos. La denuncia fue archivada poco después del golpe y la señora Higuchi fue encerrada y
291
Blacker Miller, Augusto. Discurso del Canciller Augusto Blacker Miller, en la clausura del III Ciclo de Política Exterior
para periodistas nacionales. Memoria de la Academia Diplomática del Perú, 1992.
292
Fujimori, Alberto. Discurso del presidente Alberto Fujimori ante el Consejo Permanente de la OEA el 18 de
setiembre de 1991. Al decir “... sin comprometer a instituciones”, se refería claramente a las fuerzas armadas.
La política exterior del Fujimorato
aislada en Palacio de Gobierno. Todo esto condujo, finalmente, a la separación y posterior divorcio de la
pareja presidencial en un proceso judicial civil que se inició con la demanda de Alberto Fujimori por causal
de injuria grave. Fujimori solicitó la custodia legal de sus dos hijos menores (Kenyi y Sachi Fujimori), para lo
cual presentó como pruebas documentos que contenían en realidad los esfuerzos moralizadores de su
esposa: algunos cartuchos de video, varios legajos de documentos y fotocopias de publicaciones,
declaraciones de amistades, allegados y altos funcionarios.
Años después,293 la jueza anticorrupción del Quinto Juzgado Penal de Lima, Antonia Saquicuray, abriría
proceso contra las hermanas Juana Fujimori de Kagami y Rosa Fujimori de Aritomi por los delitos de
peculado agravado y asociación ilícita para delinquir; ocurridos estos durante el gobierno de su hermano,
Alberto Fujimori. Pese a ser notificadas a los Estados Unidos y Japón vía la Cancillería, ninguna se presentó
a declarar y fueron declaradas reas contumaces el 27 de febrero de 2005. 294
En la actualidad, se sabe que Apenkai manejó 41 cuentas bancarias en el Perú abiertas para el depósito de
las donaciones en efectivo. Asimismo, diversos reportajes han subrayado la existencia de información que
demuestra que una porción de dicho dinero habría sido depositada en Gran Cayman. Lamentablemente, no
se cuenta con un registro de su repatriación al Perú.
187
1.3. Segunda ofensiva autoritaria: el golpe de Estado de abril de 1992.
Abiertos enfrentamientos entre el poder ejecutivo y legislativo marcaron el inicio del año 1992. El
embajador Javier Pérez de Cuellar, a su regresó al país luego de dos períodos como Secretario General de
las Naciones Unidas295, hizo declaraciones sobre la situación de los derechos humanos en el Perú; criticando
al gobierno por el abandono de los programas de emergencia social. Hernando de Soto, principal asesor de
Alberto Fujimori en temas de narcotráfico, renunció a su cargo mediante una carta en la cual criticaba el
programa económico; mencionando también en ella las denuncias sobre corrupción y violación de
derechos humanos. Al mismo tiempo, en Washington D.C., Bernard Aronson, Secretario de Estado Adjunto
para Asuntos Interamericanos de los Estados Unidos, declaraba que “la falta de ayuda internacional para el
gobierno peruano podría facilitar a los rebeldes del PCP-SL la toma del poder”296.
293
El 26 de marzo de 2004.
294
La República, 28 de febrero de 2005.
295
Enero de 1992.
296
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe Final. Anexo 1. Cronología 1978-2000. Tomo IX. 2003.
Julio Álvarez Sabogal
Según Manuel Dammert Ego Aguirre297, el golpe de abril de 1992 y la formación de un gobierno de
reconstrucción nacional tuvieron como objetivo central facilitar al “narcopoder” el manejo del Estado:
Este “siniestro camino”, sostiene Dammert, fue construido por un grupo de normas que buscaron conferir
al gobierno el control del tráfico ilícito de estupefacientes mediante la militarización del Estado: 188
297
Dammert Ego Aguirre, Manuel. El Estado mafioso: Fujimori-Montesinos, el poder imagocrático en las sociedades
globalizadas. Lima. Ediciones El Virrey. 2001.
298
Dammert Ego Aguirre, Manuel. op. cit. p. 283.
299
Dammert Ego Aguirre, Manuel. op. cit. p. 285.
La política exterior del Fujimorato
En esta coyuntura surgió la oportunidad de develar lo simplemente retórica que había sido la política de
democracia y derechos humanos, la misma que había tenido un espacio importante en el discurso oficial
durante la gestión de Blacker Miller. Su elocuencia humanista fue desenmascarada por el apoyo
incondicional que el mencionado Canciller dio a la ruptura democrática, defendiendo y justificando
posteriormente el golpe de Estado300.
Como era de esperarse, el golpe de Estado ocasionó una reacción mundial adversa gracias a la pérdida de
asidero político que ya padecían las dictaduras militares en el escenario internacional para 1992:
Entonces sobrevino el golpe del 5 de abril de 1992. Para Fujimori y para el Perú fue una
hecatombe política y económica. Créditos ya otorgados por el Banco Interamericano de
Desarrollo se postergaron por dos años. El repudio al régimen peruano fue universal. La
reacción de la OEA fue fulminante. Estaba obligada a serlo en virtud de la Resolución
1080, aprobada en sesión plenaria del 5 de junio de 1991 realizada en Santiago de Chile.
La Resolución instruye al Secretario General de la OEA para que solicite "la convocación
inmediata del Consejo Permanente en caso de que se produzcan hechos que ocasionen
189
una interrupción abrupta o irregular del proceso político institucional democrático o del
legítimo ejercicio del poder por un gobierno democráticamente electo "para examinar la
situación y convocar una reunión ad hoc de ministros de relaciones exteriores o una
Asamblea General extraordinaria”, todo ello en un plazo de diez días301.
El régimen buscó entonces resolver esta crisis con una buena "asesoría de imagen internacional".
300
El 10 de julio de 2004, la Fiscalía de la Nación formalizó, ante la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema,
denuncia contra Alberto Fujimori y varios de sus ex ministros, entre otros Augusto Blacker Miller y Oscar de la Puente
Raygada, por el delito contra los poderes del Estado y el orden constitucional en la modalidad de rebelión.
301
Caretas. Artículo “Corrupción: el tema central de la XXVII Asamblea General de la OEA”. Edición No. 1467 del 29 de
mayo de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
Esta reacción, sin embargo, no fue suficientemente enérgica y no pudo evitar que el gobierno ejecutara una
táctica de hechos consumados sustentada en el prestigio que le daban el buen comportamiento del
gobierno frente a la comunidad financiera mundial y la estabilidad política en la región mediante el apoyo
302
de los militares, así como en la indiferencia de los organismos financieros mundiales y en el soporte de
una opinión pública reducida al clientelismo y una esfera pública debilitada y fragmentada. Finalmente, el
18 de mayo, en el 22do Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA, en la Reunión Ad-
Hoc de Cancilleres, Alberto Fujimori se comprometió a la elaboración de un cronograma de retorno a la
institucionalización democrática que contemplaba la elección de un Congreso Constituyente y, en éste, la
aprobación de una nueva Constitución.
Una comisión ad hoc llegó a Lima el 21 de abril de ese mismo año, efectuándose una serie de entrevistas
con representantes de las distintas fuerzas políticas. Casi en simultáneo, el Departamento de Estado de los
Estados Unidos comunicó que continuaba considerando a Alberto Fujimori como Presidente del Perú,
informando también que su gobierno mantendría en suspenso el apoyo económico y la asistencia militar
para la lucha contra el narcotráfico en el Perú mientras no se restableciera completamente la democracia
constitucional. El parlamento disuelto por Fujimori, que se había reunido clandestinamente y que había
proclamado Presidente Constitucional al Primer Vicepresidente de la República, Máximo San Román, luego
de este comunicado se quedó sin sustento.
190
Así, a partir del episodio del 5 de abril de 1992, el gobierno de Alberto Fujimori se pudo dedicar a la
edificación de una estructura de poder sin contrapesos institucionales reales ni equilibrio por parte de los
otros poderes del Estado. La política exterior, por su lado, fue condenada a cumplir un papel reactivo y
concentrado en una labor de maquillaje que consistía en la mejora de la “imagen político-democrática”
internacional del país sin sustento en el ámbito interno.
302
“La complacencia inicial de Washington hacia el gobierno de Fujimori puede explicarse por el cambio que
representó en materia de política económica (en la dirección prescrita por los organismos financieros multilaterales y
apartándose de la posición de Alan García en el tema de la deuda externa), así como por el asedio al que sometía al
Estado peruano la violencia subversiva. Más adelante se añadirían factores como la cooperación, virtualmente
incondicional, en materia de lucha contra el narcotráfico y los resultados que ésta tuvo entre 1995 y 1998, cuando las
hectáreas cultivadas con hoja de coca se redujeron en un tercio en Perú y Bolivia (aunque se incrementaron en una
proporción más o menos similar en Colombia). Por lo demás, hacia fines de esa década el gobierno de Fujimori se
esmeró en cultivar una imagen según la cual el Perú constituía un bastión de estabilidad en una región andina surcada
por múltiples convulsiones políticas (protestas sociales y golpes de Estado en el Ecuador, guerra civil en Colombia, el
ascenso de Chávez en Venezuela). Más aún, apelando a especiosos argumentos geopolíticos, voceros del régimen
llegaron a sostener que, de no mediar la función que el Perú ejercía como dique de contención, la inestabilidad
política en la región andina se hubiese extendido hacia el Cono Sur de Sudamérica. Kahatt, Farid (2001) Perú: los
factores internacionales y la transición democrática. Palestra Electoral. Dirección web:
http://palestra.pucp.edu.pe/palelec/index.php3?file=procesopol/farid.htm (Consulta: 15 de junio de 2005).
La política exterior del Fujimorato
Oscar de la Puente Raygada asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores el 24 de abril de 1992,
culminando su gestión el 28 de agosto de 1993. Al asumir el puesto era un prestigioso abogado vinculado al
sector pesquero exportador. Además de Canciller, De la Puente Raygada fue también Ministro de Vivienda
y Construcción, Ministro de Educación y Primer Ministro en los 90303. En la época en que este libro estaba
siendo escrito, se encontraba vinculado al Directorio de la empresa Armadores y Congeladores del Pacífico
S.A. y del Comité de empresas congeladoras de la Sociedad Nacional de Pesquería. Su gestión se concentró
en la defensa y justificación del golpe de Estado y en el proceso del supuesto retorno a la institucionalidad
democrática, el mismo que se llevaría a cabo sobre la base de cuatro tipificaciones ideológicas que
proyectaban con claridad las características del régimen304: implantación de un modelo económico
neoliberal entendido como “modernización” del Perú y sostenido por el proceso de reinserción financiera
internacional, eliminación o neutralización de los partidos políticos, supresión del debate interno y
erradicación del terrorismo. Estas ideas fueron afianzadas y desarrolladas por Alberto Fujimori en discursos
posteriores, dejando visibles los elementos de aquello que el régimen llamaba una “verdadera
democracia”:
No tengo duda de que la causa primera de esta situación, en mi país, ha sido el 191
sistema político imperante, un sistema político ambivalente (...)¿Se puede llamar
democracia, y defender este sistema, sabiendo que se basa en el permanente
equilibrio de las élites y las cúpulas que siempre han ocupado, en diferentes
instancias y niveles, todo espacio de poder? (...) ¿es acaso aventurado decir que el
sistema es caduco y que debe recomponerse el concepto de verdadera democracia y,
en consecuencia, rediseñarse el sistema político imperante305?
303
Fuente: Páginas web de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP): http://www.fis.com/snp/main.htm, y de la
Cámara de Comercio de Lima: http://www.camaralima.org.pe/empresa.asp?cod=20160272784&id=17.02. Fecha de
consulta: 3 de Marzo de 2005.
304
De la Puente Raygada, Oscar. Intervención del Ministro de Relaciones Exteriores Oscar de la Puente Raygada, en el
Seminario organizado por el Centro Peruano de Estudios Internacionales sobre el proceso de retorno a la
institucionalidad democrática: contexto internacional y situación interna, el 9 de julio de 1992.
305
Fujimori, Alberto. Discurso del presidente Alberto Fujimori en la III Cumbre Iberoamericana en Bahía, Brasil, el 15
de julio de 1993.
Julio Álvarez Sabogal
largos procesos de adaptación interna en términos estructurales y funcionales, por lo que el debate interno
fue visto como pérdida de tiempo. Por último, se garantizaba que el cese de la violencia terrorista
significaría gobernabilidad y cimentación de una democracia en paz. Dicha “verdadera democracia” resultó
ser una aproximación vertical, autoritaria, fundacional y unidireccional a los problemas del Perú:
Irónicamente, sólo tres días después de este discurso, se produjeron las desapariciones forzadas y los
asesinatos de nueve estudiantes y un profesor307 de la Universidad de La Cantuta308. Pese a ello, el tema
del respeto a los derechos humanos no dejó de ser cínicamente incorporado en el discurso oficial, aunque
esta vez con un enfoque técnico, de publicidad y de legitimación política más evidente. Para el Fujimorato,
las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos habían politizado el tema hasta el punto de
serles imposible “desarrollar una labor objetiva y cabal y lograr un adecuado nivel de coordinación”309,
impidiéndoles ver “la responsable gestión” del gobierno, el mismo que se atribuía el mérito de haber
logrado que las denuncias sobre violaciones de derechos humanos demostraran una positiva y consistente
tendencia a disminuir.
192
2.2. Acción legitimadora de la política exterior: la justificación del golpe de Estado de abril de 1992
Después del autogolpe del 5 de abril de 1992, la OEA intentó aplicar la Resolución 1080, instrumento que
había sido aprobado en setiembre de 1991 para promover y consolidar la democracia representativa. Sin
embargo, y valiéndose de las ambigüedades que contenía dicha resolución, Fujimori logró obtener una
serie de decisiones posteriores que terminarían legitimando del golpe de 1992. Coincidimos con Manuel
Rodríguez Cuadros en que dicha resolución empleaba un lenguaje ambiguo y general, que no establecía los
referentes de estándares internacionales que permitiesen orientar las decisiones de la OEA en materia de
306
Fujimori, Alberto. op. cit.
307
El 18 de julio de 1992.
308
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Fujimori extraditable, diez años de corrupción y violación de los
derechos humanos. Violaciones a derechos humanos. Desaparición forzada. Dirección web:
http://www.fujimoriextraditable.com.pe/espanhol/cantuta.htm. 2004.
309
De la Puente Raygada, Oscar. Discurso del Canciller Oscar de la Puente Raygada con motivo de la inauguración del
Seminario “Democracia y Derechos Humanos en el Perú de los 90: los nuevos retos” el 11 de agosto de 1993.
La política exterior del Fujimorato
Así, la gestión de Oscar de la Puente Raygada comenzaría a verse completamente desacreditada gracias a
su cerrada defensa de la irrupción democrática, y meses más tarde, a su actuación en la ruptura
institucional del Servicio Diplomático en diciembre de 1992; tal como ocurriera con la gestión de su
antecesor.
Paralelamente, el régimen desarrolló una agresiva política contra la CIDH y el sistema interamericano de
protección de derechos humanos, intentando por todos los medios obstruir y opacar su actividad;
193
desacreditándolos.
En octubre de 1992, Fujimori anunció que el Perú denunciaría la Convención Americana de Derechos
Humanos para poder incorporar en la legislación peruana la pena de muerte para el delito de terrorismo.
Luego, propuso se efectuara un referéndum para la aprobación de la pena de muerte. Este referéndum
debía darse el mismo día y durante el mismo proceso de las elecciones para Congreso Constituyente.
Afortunadamente, se retractó de dicha propuesta. Sin embargo, años más tarde, en 1999, intentaría
sustraerse de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos312.
310
Caretas. Entrevista a Embajador Manuel Rodríguez Cuadros “No es una paella, es un menú”. Edición No. 1740, 26
de setiembre del 2002.
311
Caretas. Entrevista a Emb. Manuel Rodríguez Cuadros “No es una paella, es un menú”. Edición No. 1740, 26 de
setiembre del 2002.
312
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Fujimori extraditable, diez años de corrupción y violación de los
derechos humanos. La violación sistemática de los derechos humanos 1992. Dirección web:
http://www.fujimoriextraditable.com.pe/espanhol/1992.htm. 2004.
Julio Álvarez Sabogal
El panorama externo en materia económica empezó a mejorar a partir de 1993. Fujimori anunció la
obtención de recursos suficientes para lograr la inserción del Perú en la comunidad financiera internacional
al formarse el segundo Grupo de Apoyo, recuperando nuestro país la condición de país elegible para
futuros créditos avalados por el Fondo Monetario Internacional. En efecto, el país venía logrando
progresivamente su reinserción desde 1991 gracias al otorgamiento de nuevos créditos y donaciones no
reembolsables. Finalmente, en marzo de 1993, recuperó sus derechos ante el FMI y la comunidad
financiera internacional; logrando la calidad de “país elegible” para recibir créditos internacionales. El Perú
normalizó entonces sus relaciones financieras con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco
Mundial, concretando con ellos nuevos flujos de créditos. Con este fin, debía cumplir con los compromisos
que tenía atrasados con el FMI y con el Banco Mundial, así como también sanear sus deudas a través de 194
mecanismos de acumulación de derechos y gracias al aporte de los países integrantes del Segundo Grupo
de Apoyo313 bajo el liderazgo de Japón y los Estados Unidos.
Unos pocos días antes de la II Cumbre Iberoamericana314 ocurrió la desaparición y posterior asesinato de
nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional La Cantuta315. Dada la gravedad del caso,
Alberto Fujimori optó por practicar la política de “la silla vacía”, no asistiendo a la citada Cumbre.
Irónicamente, la Declaración de Madrid reafirmó el compromiso de la comunidad iberoamericana con la
democracia representativa, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales. La verdad
empezaría a revelarse nueve meses después316, cuando el congresista Henry Pease García informara al
313
Período 1993-1994.
314
Que se realizó en Madrid los días 23 y 24 de julio de 1992.
315
El 18 de julio de 1992.
316
El 2 de abril de 1993.
La política exterior del Fujimorato
Pleno del Congreso sobre la existencia de un documento elaborado por una organización presuntamente
militar denominada COMACA (Comandantes, Mayores y Capitanes). Esta organización afirmaba que el
profesor y los nueve alumnos de La Cantuta habían sido asesinados por un comando de oficiales y
subalternos del Ejército, con conocimiento de altos mandos del Ejército y del Comando Conjunto, así como
del Jefe del Servicio de Inteligencia Nacional. Semanas más tarde317, el General Nicolás Hermoza Ríos
expuso los descargos de las fuerzas armadas ante los miembros de la Comisión de Derechos Humanos del
Congreso y al día siguiente, inexplicablemente, el General Hermoza Ríos, dirigió un desfile de tanques y
tropas por las calles de Lima en una actitud de desafío y de intimidación contra los sectores de oposición
política del poder legislativo. Al mes siguiente, la versión revelada por el congresista Pease García sobre la
existencia de un destacamento paramilitar responsable del crimen de La Cantuta, fue apoyada por el tercer
hombre en la línea de mando en el Ejército Peruano, el General EP en retiro Rodolfo Robles Espinoza318. El
General Robles Espinoza, en una carta pública difundida por su esposa319, acusaba a un “destacamento
especial” del Servicio de Inteligencia del Ejército por los crímenes de La Cantuta. En su denuncia, el General
Robles involucraba al entonces Comandante General del Ejército y Presidente del Comando Conjunto de las
Fuerzas Armadas, General EP Nicolás Hermoza Ríos, y al asesor Vladimiro Montesinos. Dada la magnitud de
sus declaraciones, el General Robles pidió asilo a una embajada extranjera antes de hacer públicas sus
declaraciones, auto exiliándose en Argentina:
195
A fines del mes de abril de 1993, el país se vio sacudido por la denuncia del
general Rodolfo Robles, el Jefe del Estado Mayor, que daba cuenta de la
existencia al interior del ejército peruano de un grupo operativo especializado
en acciones encubiertas que era el responsable de diversos casos de
desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. Esta denuncia no hacía sino
confirmar lo que venían señalando diversas publicaciones de grupos
clandestino de oficiales al interior del ejército. Según estas diversas fuentes
este grupo era responsable al menos de los siguientes hechos: a) El secuestro y
desaparición de nueve estudiantes y un profesor en la Universidad Nacional de
Educación - La Cantuta el 18 de julio de 1992. b) El asesinato de 16 personas,
incluyendo un niño de 5 años de edad, en el jirón Huanta, Barrios Altos (Lima)
317
El 20 de abril de 1993.
318
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe Final. Tomo VII. 2. Los casos investigados por la CVR. 2.22. Las
ejecuciones extrajudiciales de universitarios de La Cantuta. 1992.
319
El 6 de mayo de 1993.
Julio Álvarez Sabogal
Dichas acusaciones fueron desmentidas por el Ministro de Defensa, General EP Víctor Malca Villanueva, a
través de un comunicado oficial emitido por el Comando Conjunto, reafirmando así Fujimori su confianza
en las fuerzas armadas. El Consejo Supremo de Justicia Militar procedió entonces a abrir instrucción en
196
contra del General Robles bajo las acusaciones de insubordinación, desobediencia, ultraje a las fuerzas
armadas y otros delitos militares; dándole de baja como medida disciplinaria. Sin embargo, al año siguiente,
el Relator Especial sobre Ejecuciones Sumarias o Extrajudiciales de las Naciones Unidas, Bacre Waly Ndiaye,
quien visitó el Perú en 1993, confirmó los hechos denunciados por el General Robles con relación a la
existencia de escuadrones de la muerte:
320
Federación Internacional de los Derechos Humanos. Exposición presentada por escrito a la Comisión de Derechos
Humanos en su 50º período de sesiones, Tema 12 del programa provisional. E/CN.4/1994/NGO/12 (3 de febrero de
1994), Cuestión de la violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales en cualquier parte del mundo,
y en particular en los países y territorios coloniales y dependientes.
La política exterior del Fujimorato
2.7. Éxitos de la política antiterrorista en el escenario internacional: la condena contra las acciones y
grupos terroristas
321
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe Anual. Fuente:
http://www.cidh.oas.org/annualrep/2001sp/Peru10247b.htm. 2001. Fecha de consulta: 20 de agosto de 2004.
Julio Álvarez Sabogal
Llamó por ello mi atención lo que aconteció en la bienvenida que el presidente norteamericano Bill Clinton
dio al embajador Ricardo Luna Mendoza, diplomático de carrera, durante su presentación de credenciales
como nuevo Embajador del Perú en Washington D.C. en 1993322. Clinton destacó en su discurso la carencia
de autonomía del Congreso Constituyente Democrático y la falta de respeto del régimen fujimorista hacia
los derechos humanos323. Indicó también, que si bien el Perú había dado dos pasos importantes en el
camino hacia la democracia, aún restaba que el Ejecutivo diese completa autonomía al Poder Legislativo.
Recalcó, además, que su país continuaba recibiendo preocupantes informes procedentes del área de
derechos humanos que, de ser ciertos, debían ser corregidos de manera inmediata; pues si el Perú no daba
señales de progresos en su situación con respecto a los derechos humanos, todos sus logros electorales
habrían sido en vano. Finalmente, añadió que la primera prueba de una real democracia era el respeto del
gobierno por los derechos humanos de sus ciudadanos.
Un recibimiento de este tipo constituía una censura directa y sin hipocresías al régimen, casi una ofensa, un
maltrato, en la eventualidad de que los hechos materia de la acusación fueses falsos, caso en el que
hubiese motivado una respuesta de igual calibre, lo cual, sin embargo, no ocurrió. La Cancillería peruana
recogió el acto oficial de presentación de credenciales en una nota de prensa que fue publicada al día
siguiente y que excluía, como era de esperarse, las declaraciones del presidente norteamericano arriba
citadas.
198
En enero de 1993, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó su gran preocupación por las
repetidas ocasiones en las que se atentaba contra la libertad de prensa en Guatemala, México y el Perú. El
Departamento de Estado de los Estados Unidos, por su parte, entregó al Presidente Fujimori una solicitud
que lo exhortaba a garantizar la libertad de prensa, absteniéndose de restringir o intimidar a los medios de
comunicación.
Americas Watch, Amnistía Internacional y la prensa de los Estados Unidos denunciaron la precariedad del
respeto hacia los derechos humanos en el Perú324. Como resultado de dichas denuncias, el gobierno de los
Estados Unidos suspendió transitoriamente el apoyo que brindaba al Perú en su proceso de reinserción al
322
El 14 de abril de 1993.
323
Clinton, Bill. Palabras del presidente de los EEUU de América, Willian Jefferson Clinton, en ocasión de la
presentación de cartas credenciales del Embajador del Perú en Washington, Emb. Ricardo Luna Mendoza, el 14 de
abril de 1993.
324
Febrero de 1993.
La política exterior del Fujimorato
sistema financiero internacional; exigiendo se resolvieran varios asuntos vinculados, la mayoría de ellos,
con denuncias por violación de derechos humanos.
La cancillería peruana se vio obligada tiempo después a emitir un pronunciamiento oficial de rechazo al
comunicado de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, el mismo que denunciaba un
“terrorismo de Estado instigado por el Presidente Fujimori con sus medidas que militarizan al país”. Más
adelante, el Ministerio de Relaciones Exteriores emitió nuevamente comunicados oficiales aclaratorios y de
rechazo a los informes elaborados por Americas Watch bajos los títulos “Derechos humanos en el Perú, un
año después del golpe de Fujimori” y “Human Rights Watch”, sobre la situación carcelaria en el Perú. En el
comunicado de rectificación al informe de “Human Rights Watch”, el régimen dejó en evidencia tres
elementos ideológicos trascendentes. El primero de estos principios consistió en otorgar y priorizar un
enfoque militar en la política de pacificación, soslayando la orientación de derechos humanos. El segundo
se erigió como la desvalorización de la sociedad civil en su función de interlocutora en materia de derechos
humanos y como el desconocimiento del carácter universal del sistema jurídico internacional de protección
de los derechos humanos. El tercero fue, a diferencia de la estrategia de negociación deductiva que se
había empleado en el proceso de reinserción financiera, en la cual se partió de una declaración de
principios convalidados por el incorrectamente llamado Consenso de Washington, la consagración de una
estrategia de negociación inductiva en materia de derechos humanos que partía del rechazo a cualquier 199
aceptación de los principios universales de derechos humanos. Estos elementos se constituirían en los años
siguientes como los principios fundamentales de la estrategia del régimen.
Para abril de 1993, la imagen internacional del Perú parecía estar experimentando una mejora. Los
miembros del Grupo de Río aprobaron la reincorporación del Perú a su seno. Asimismo, en los dos meses
siguientes, el Perú fue readmitido en el Parlamento Latinoamericano, mientras que la CIDH, Amnistía
Internacional y el Asesor Principal para la Planificación de Políticas del Departamento de Estado de los
Estados Unidos coincidían en que se habían producido mejoras en el campo de los derechos humanos. No
obstante, a pocos días del relevo de Oscar de la Puente Raygada, The New York Times publicó un artículo
calificando al sistema democrático peruano como restrictivo, sugiriendo al gobierno estadounidense
endurecer su posición. La editorial mereció una carta aclaratoria por parte de la embajada peruana en
Washington D.C. Esto hecho resultó ser particularmente importante, ya que los Estados Unidos habían
garantizado en 1993 su participación en el segundo grupo de apoyo conducente a la reinserción del Perú en
la comunidad financiera internacional, condicionando su respaldo a los avances del gobierno peruano en
materia de derechos humanos y democracia. Esto se evidenció en marzo de dicho año, cuando en un
informe el Departamento de Estado aseguró que el principal violador de los derechos humanos en el Perú
era el grupo terrorista Sendero Luminoso; y en menor medida, las fuerzas de seguridad nacional. Al mes
Julio Álvarez Sabogal
siguiente, el presidente Fujimori recibió una carta enviada por miembros del Senado de los Estados Unidos,
solicitando se llevara ante la justicia a los miembros de las fuerzas de seguridad responsables de los citados
crímenes.
Efraín Goldenberg Schreiber asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores el 28 de agosto de 1993.
Empresario privado, fue también Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Economía Finanzas.
Diez años después, Goldenberg y otros ocho ex -ministros fueron seriamente cuestionados por el Poder
Legislativo, que encontró evidencias y responsabilidades suficientes para denunciarlos por enriquecimiento
ilícito, peculado y asociación ilícita para delinquir.325
3.1. Estabilización, reforma económica y pacificación del país: las credenciales más significativas del
régimen.
Es a partir de 1993 que la política de estabilización, la reforma económica neoliberal y la pacificación del
país se convirtió en la credencial más significativa del régimen. Los éxitos alcanzados con estas políticas se
reflejaron fuertemente en el contenido del discurso oficial. Esto se demuestra en los discursos oficiales de
varios representantes y autoridades del gobierno. Por ejemplo, las palabras de Efraín Goldenberg, dadas
200
en ocasión de la inauguración del XI Simposio Internacional Anual sobre “Retos de la política exterior
peruana en el nuevo escenario internacional” evidencian lo arriba dicho:
325
El 13 de marzo del 2003, el pleno del Congreso acordó por unanimidad acusar constitucionalmente a Alberto
Fujimori y a ocho de sus ministros de Economía, Interior y Defensa, entre ellos a Efraín Goldenberg Schreiber, por los
delitos de enriquecimiento ilícito, peculado y asociación ilícita para delinquir al haberse comprobado que formaron
parte de la mafia que desde febrero de 1992 hasta setiembre del 2000 desvió fondos públicos por un total de 500
millones de soles a favor del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Diario Oficial El Peruano. Lima, jueves 13 de marzo
de 2003.
La política exterior del Fujimorato
Durante su gestión en la Cancillería, Goldenberg empleó un discurso economicista más puro aún que los
anteriores. En él, la temática humanista de desvaneció para dar lugar a una disertación casi exclusivamente
económica, desapareciendo el tema de los derechos humanos de la lista de las principales líneas de acción
de la política exterior peruana:
La privatización de las empresas públicas que se realizó entre 1992 y 1996, junto con el programa de ajuste
y estabilización (PAE), fueron los procesos más importantes en materia de política exterior del gobierno de
Alberto Fujimori en el frente económico. El proceso se dio en cuatro etapas:
… una primera de saneamiento financiero así como de reingeniería de las empresas públicas
durante 1990-91; una intensiva que comprende el período 1992-1996, la más dinámica y en la que
se efectuaron las más importantes transacciones; una tercera, que cubre el período 1997-2001,
caracterizada por una significativa reducción en el ritmo de las privatizaciones a pesar de la
instrumentación de normas legales destinadas a acelerarlas a través del mecanismo de
concesiones. La cuarta etapa presenta un estado de situación de las circunstancias, características y
326
Goldenberg, Efraín. Discurso “El proceso de reinserción del Perú en el mundo” del Canciller Efrain Goldenberg
Schreiber durante la mesa redonda con el gobierno peruano promovida por la revista The Economist” el 12 de mayo
de 1994.
327
Goldenberg, Efraín. Palabras del Ministro de Relaciones Exteriores Efrain Goldenberg Schreiber, en ocasión de la
inauguración del XI Simposio Internacional Anual sobre “Retos de la política exterior peruana en el nuevo escenario
internacional” organizado por el CEPEI. 29 de noviembre de 1993.
Julio Álvarez Sabogal
ejes centrales del debate que presenta el proceso de privatización que impulsa actualmente el
gobierno peruano. 328
No fue, sin embargo, una política sometida a debate público ni mucho menos. Al igual que ocurrió con el
PAE, no se dio ningún debate en torno a esta política, no hubo transparencia ni consensos sociales
mínimos. Fueron subastadas a “precio de ganga” empresas públicas rentables, yacimientos mineros y
petroleros y activos. Los monopolios públicos fueron convertidos en monopolios privados (el caso de
Telefónica). Contrariamente a lo que era recomendable, la privatización se realizó para hacer caja y cubrir
déficit fiscales crónicos. Muchos de los ingresos fueron gastados en la compra de armamentos usados y
hasta inservibles:
Según la exposición del ex titular de Economía y Finanzas, Sr. Joy Way, con la información oficial a
fines del trimestre indicado, de los recursos producto de la privatización estarían disponibles
solamente US$ 1496 millones. Ello significaría que se han utilizado US$ 7061 millones de los
ingresos obtenidos por la privatización, equivalente al 82,5% del total. De manera desagregada, los
egresos se explican por los gastos en la compra de armas de cuestionada efectividad, muchas de
ellas de “segunda mano” por un valor de US$ 1500 millones. A ello se deben sumar los puntuales
pagos de deuda externa que han significado capitales equivalentes a US$ 2008 millones así como lo
202
destinado al gasto social en la lucha contra la pobreza por un valor de US$ 1575 millones. 329
Además de resolver la crisis financiera y de gestión por la que atravesaban las empresas públicas, tuvo por
finalidad nutrir de fondos al gobierno para resolver las dificultades económicas que impedían dar
cumplimiento al servicio de la deuda externa y crear una “imagen económica” favorable del Perú ante la
comunidad financiera internacional. Para lograr todo ello el proceso requería señales claras, permanentes e
inequívocas, es decir, la instrumentación sin obstáculos de normas legales que acelerasen el mecanismo de
adjudicaciones y fue con ese fin que el régimen se ocupó de que fuesen aprobadas las leyes necesarias para
lograrlo. Para ello, contó con dos herramientas: la Constitución de 1993 y los convenios de exoneración
tributaria.
328
Ruiz Caro, Ariela. El proceso de privatizaciones en el Perú durante el período 1991-2002. Santiago de Chile. Instituto
Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social – ILPES. 2002. Pag. 7.
329
Manco Zaconetti, Jorge Eusebio. Privatización cuestionada y los costos de la reinserción: una historia negra: Belco,
Petromar, Petrotech. En Privatizaciòn e hidrocarburos: mito y realidad. Perú 1991-2002. Dirección web:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/Bibvirtual/libros/csociales/Privatizacion/cap_7.htm. Fecha de consulta: 13 de Febrero de
2007.
La política exterior del Fujimorato
La Constitución de 1993.
El art. 62 de la Constitución de 1993, en el marco del proyecto neoliberal, estableció que cualquier
modificación del contrato-ley, aun cuando sea legitima y constitucionalmente justificada, constituiría una
violación de la libertad de contratar que consagra el artículo 62 de la Constitución de 1993330. En efecto,
con ello no sólo se brindó garantías y seguridades a los Contratos-ley que firmase el Estado, sino que se
equiparó la estabilidad de los contratos-ley con el art. 62 de la Constitución, otorgándoles rango superior al
de una ley ordinaria e instituyendo, tácitamente, que la resolución de tales contratos-ley, aún aprobada por
el Congreso, constituiría una violación de la Constitución. Paralelamente, en la misma carta magna se
eliminaba el precepto que expresamente consagraba la categoría constitucional de los preceptos
contenidos en los tratados relativos a derechos humanos, reduciendo la jerarquía de estos a la de las leyes
ordinarias o comunes. Estas dos modificaciones constitucionales constituyeron los pilares constitucionales
–económico y político- del régimen en materia de política exterior.
Esta política dejó al Perú inevitablemente encadenado a compromisos comerciales y financieros privados
lesivos. Peor aún, privó a los futuros gobiernos de la posibilidad de modificarlos sin violar su propia carta
constitucional y ocasionar el deterioro de la imagen internacional del Perú como país respetuoso de los
acuerdos. El hecho de que dos tercios del stock de inversión extranjera de los años 90 se originase
directamente como consecuencia del proceso de privatización, nos da una idea clara del tipo de
encadenamiento de la soberanía, la economía y la acción exterior:
Las publicaciones oficiales y los estudios académicos que hacen referencia al impacto de las
privatizaciones en el Perú, coinciden en señalar que uno de los efectos más notables de este
330
“La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar válidamente según las normas vigentes al tiempo
del contrato. Los términos contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase.
Los conflictos derivados de la relación contractual sólo se solucionan en la vía arbitral o en la judicial, según los
mecanismos de protección previstos en el contrato o contemplados en la ley. Mediante contratos-ley, el Estado puede
establecer garantías y otorgar seguridades. No pueden ser modificados legislativamente, sin perjuicio de la protección
a que se refiere el párrafo precedente”. Artículo 62 de la Constitución del Perú de 1993.
Julio Álvarez Sabogal
proceso ha consistido en haber actuado como un decisivo catalizador de la inversión privada que
sustentó el crecimiento económico de la década de los noventa. En efecto, se estima que dos
tercios del stock de inversión extranjera se originó de un modo directo como consecuencia del
331
proceso de privatización.
En suma, existe consenso acerca de que los resultados del proceso de privatización fujimorista no alcanzó
los objetivos económico-sociales deseados, debido a que la misma fue concebida y medida desde su inicio
como recaudación. Otorgó ingresos al Estado peruano por aproximadamente US$ 9,000 millones, de los
cuales sólo quedaban algo más de US$ 500 millones en el año 2001. Hoy, quince años después de iniciado el
proceso, las privatizaciones se encuentran seriamente cuestionadas por falta de transparencia y por actos
irregulares en los procesos de venta de las empresas públicas:
3.3. Desaparición de la temática de los derechos humanos del discurso político 204
Pese a que diversos actores internacionales333 expresaban su preocupación por el problema de los
derechos humanos en el Perú, el régimen lo concebía como algo ya superado gracias a la derrota de la
subversión, a la aprobación de resoluciones de condena a las acciones terroristas en los principales
organismos internacionales, al control de la hiperinflación y a la reinserción financiera internacional.
Esto fue especialmente evidente en el discurso del ex Viceministro de Política Internacional y Secretario
General de Relaciones Exteriores, Emb. Eduardo Ponce Vivanco334, durante el XII Simposio Internacional
331
Ruiz Caro, Ariela. Op. Cit. p. 9.
332
Ruiz Caro, Ariela. Op. Cit. p. 9.
333
Sub Comisión de Derechos Humanos, órgano del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, del Comité de
los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, el Congreso Norteamericano, el Gobierno de España y la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
334
Ponce Vivanco, Eduardo. Discurso de inauguración a cargo del Viceministro de Política Internacional y Secretario
General de Relaciones Exteriores, Embajador Eduardo Ponce Vivanco. Centro Peruano de Estudios Internacionales, en
Ferrero Costa, Eduardo. Hacia una agenda nacional de política exterior. Compilador. Lima. Centro Peruano de
Estudios Internacionales. 1995.
La política exterior del Fujimorato
Anual “Hacia una agenda Nacional de Política Exterior”, llevado a cabo en noviembre de 1994. En esta
ocasión, el tema de los derechos humanos fue omitido, no sólo de la lista de líneas de acción de la política
exterior peruana, sino también del discurso en su totalidad. Durante ese mismo simposio, organizado por
el CEPEI, los señores Alfonso de los Heros y Víctor Joy Way realizaron breves y tajantes evaluaciones de los
éxitos de la política de derechos humanos del régimen fujimorista, destacando el carácter “aislado” de las
violaciones de estos derechos por parte de los agentes del Estado. Así, Alfonso de los Heros señaló:
335
Ferrero Costa, Eduardo. Hacia una agenda nacional de política exterior. Compilador. Lima. Centro Peruano de
Estudios Internacionales. 1995. Panel sobre nuevas orientaciones en las relaciones del Perú con Estados Unidos.
Intervención de Alfonso de los Heros. Centro Peruano de Estudios Internacionales.
336
Ferrero Costa, Eduardo. op. cit. Panel sobre política exterior peruana. Intervención de Victor Joy Way, Cambio 90-
Nueva Mayoría. Centro Peruano de Estudios Internacionales.
337
Agustín Haya de la Torre por Izquierda Unida; Lourdes Flores Nano por el Partido Popular Cristiano; Guido Penano
Allison por Unión por el Perú; Alejandro Toledo por Coordinadora Democrática-País Posible; Juan Luis Avendaño por
Movimiento Cívico Obras y Mercedes Cabanillas por el Partido Aprista Peruano.
Julio Álvarez Sabogal
Algunos voceros del actual gobierno e inclusive el Jefe de Estado se han referido, en
ocasiones, de una manera despectiva a los derechos humanos, o a las ONGs que los
defienden y a posiciones en esta materia de los organismos internacionales. Pero se
han tratado de expresiones ligeras, dichas para consumo interno y posiblemente,
neutralizar las exigencias de auditorios recalcitrantes. Las mismas autoridades que
internamente relativizan los derechos humanos se han presentado reiteradamente
ante los principales foros internacionales par dar garantías que en el Perú se
respetan los derechos humanos (...) ¿por qué este doble standard? La respuesta es
sencilla; el gobierno peruano, el gobierno al igual que todos los gobiernos, no puede
presentarse ante la comunidad internacional sosteniendo que no le interesan los
derechos humanos (...) Oficialmente, el discurso es que no hay violación de los
derechos humanos; la realidad dice que sí, aunque han disminuido. La reciente
reunión de Comité contra la Tortura, realizada en la segunda semana de noviembre
en Ginebra, es la prueba de lo aquí expuesto...338
Los expositores se ocuparon solamente del problema del Servicio Diplomático, reclamando su re -
institucionalización. Pese a tener la oportunidad de evidenciar el problema de las violaciones de derechos
humanos en un foro de discusión pública, la oposición parecía no entender el estrecho vínculo entre
206
política interna y exterior. Eduardo Ferrero Costa, a la sazón futuro Canciller del gobierno de Fujimori,
ignoró convenientemente también este punto, limitándose a hacer una exposición genérica y conceptual
de la democracia y de los derechos humanos en las relaciones peruano-estadounidenses. Curiosamente,
veinticinco días antes, el 21 de octubre de 1994, la Salad de Guerra del Consejo Supremo de Justicia Militar
había emitido una resolución en el caso de La Cantuta disponiendo el sobreseimiento del proceso bajo el
argumento de que se había acreditado el delito, pero no la responsabilidad de los procesados. Esta
resolución fue confirmada por la Sala Revisora del Consejo Supremo de Justicia Militar una semana
después. Sin embargo, nada de esto pareció conmover al futuro Canciller ni a los disertantes del
mencionado simposio. Un día antes del relevo de Efraín Goldenberg, la revista Caretas, en su edición del 27
de julio de 1995, publicó un artículo de reflexión sobre la política exterior llamado “Agenda exterior” que,
igual que en los casos anteriores, tampoco abordó el problema de los derechos humanos y limitó su
preocupación a la reestructuración de la Cancillería peruana:
338
Ferrero Costa, Eduardo. Hacia una agenda nacional de política exterior. Compilador. Lima. Centro Peruano de
Estudios Internacionales. 1995. El Perú frente a los temas globales: derechos humanos y democracia. Enrique Bernales
Ballesteros. Centro Peruano de Estudios Internacionales.
La política exterior del Fujimorato
¿Tenemos una política exterior y nos ha ido bien con ella? -Esta pregunta de sentido
común encierra, sin embargo, muchas cuestiones complejas. El primer gobierno de
Alberto Fujimori no se ha caracterizado por tener mucha simpatía hacia Torre Tagle.
Esto ha impedido que se formulen juicios muy positivos acerca de nuestra política
externa. En la Cancillería se considera que el trabajo de desmontaje de la vieja
estructura ya ha culminado y que ahora toca, en el segundo período, contar con un
organismo dinámico y moderno capaz de reinsertar al Perú en el escenario mundial
con una imagen distinta. Sin embargo, diversos observadores reconocen que el Perú no
ha logrado institucionalizar su política exterior. Con ello quieren decir que la reducción
de Torre Tagle ha traído más debilidades a un instrumento vertebral que, por diversos
conceptos, estaba conociendo la pendiente de no saberse ubicar convenientemente en
un mundo transformado. El ejemplo más a la mano es el pasado conflicto con Ecuador
de los primeros meses de 1995, que explotó sorpresivamente en las manos del régimen
y en el que salieron a relucir una serie de deficiencias en el frente externo339.
Todas estas personalidades y medios de prensa parecían haber sucumbido a la propaganda política del
régimen, la misma que desde el segundo semestre de 1994, había empezado a hacer uso y abuso de los
recursos del Estado; dirigiéndolos hacia la campaña electoral enfocada en la reelección de Fujimori y dando 207
una forma más definida a su política clientelista y asistencialista a través de la inauguración de obras
públicas y el reparto de víveres para los más pobres a cambio de votos. Sin embargo, la realidad no
coincidía con el contenido del discurso oficial, ni tampoco con la frágil prioridad que los mismos partidos
políticos de oposición daban al problema; si no que por el contrario, destacaba la ambigüedad del discurso
oficial sobre la defensa de los derechos humanos. Al mismo tiempo, la actuación internacional en la lucha
contra el narcotráfico mostraba serias contradicciones con la actitud permisiva del gobierno fujimorista
frente al proceso de corrupción sistemático y generalizado al interior de las fuerzas armadas, asociadas con
el tráfico ilícito de drogas; pese a que los altos niveles de corrupción en instituciones del Estado y su
respectiva vinculación con el narcotráfico empezaron a hacerse evidentes ya desde 1994, al igual que la
decidida actuación del régimen a favor de la impunidad. Tal fue el caso del narcotraficante Demetrio
Chávez Peñaherrera. Éste, luego de declarar que había entregado dinero a los militares a cambio de que le
permitieran la salida de vuelos con droga, fue derivado al fuero militar y sancionado con la pena de cadena
perpetua.
339
Caretas. Artículo “Agenda Exterior”. Edición No. 1343 del 27 de julio de 1995.
Julio Álvarez Sabogal
Mientras todo esto ocurría, se dieron tres nuevos casos de violación de derechos humanos de
trascendencia pública340. El primero de ellos fue el indebido proceso en el enjuiciamiento a los militares que
participaron en el intento de contragolpe liderado por el General Enrique Salinas Sedó en 1992341 y que
tuvo como objetivo restablecer el proceso democrático. El segundo fue el exilio del General Rodolfo Robles,
militar que denunció a los responsables del secuestro y asesinato de los estudiantes y el profesor de La
Cantuta. El último fue una de las “leyes sorpresa” del Congreso, la misma que alteró el proceso judicial de
contienda de competencia a favor del fuero militar en los casos La Cantuta, Barrios Altos, entre otros.
3.4. Quinta ofensiva autoritaria: la moción de condena contra la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos (CNDDHH)
Los resultados iniciales de la investigación realizada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos
(CNDDHH) con respecto a las denuncias hechas por los pobladores de Leoncio Prado (Huánuco) sobre la
“actuación de las fuerzas armadas en los últimos reductos del PCP-SL” durante la Operación Aries en abril
de 1994, provocó una nueva ofensiva autoritaria. Ésta mostró al desnudo y en la práctica, la agresiva
política que en poco tiempo el mismo presidente Fujimori consagraría con respecto a las organizaciones
defensoras de derechos humanos.
La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos había investigado el desarrollo de la Operación Aries e 208
insistido en la realización de una investigación exhaustiva:
340
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Fujimori extraditable, diez años de corrupción y violación de los
derechos humanos. La violación sistemática de los derechos humanos 1993. 2004. Dirección web:
http://www.fujimoriextraditable.com.pe/espanhol/1993.htm
341
El 13 de noviembre de 1992.
La política exterior del Fujimorato
zona de conflicto.342
Frente a ello, la mayoría oficialista del Congreso Constituyente Democrático (CCD) aprobó en abril de 1994
una moción de condena en contra de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) por haber
divulgado “versiones negativas” sobre la conducta de las Fuerzas Armadas. Así, se acordó:
342
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe Final. Tomo V. Capítulo 2. Historias representativas de la
violencia. 2.12. La estrategia de pacificación en la margen izquierda del río Huallaga. p. 410.
343
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe Final. Tomo V. Capítulo 2. Historias representativas de la
violencia. 2.12. La estrategia de pacificación en la margen izquierda del río Huallaga. pp.407, 408 y 409.
Julio Álvarez Sabogal
210
A causa de todo lo anterior, la Comisión de Juristas Internacionales, presidida por Robert Goldman, no tuvo
más opción que publicar un informe en el cual se criticaba la situación de los derechos humanos y el papel
de las autoridades de justicia peruanas.
Después de un rediseño ad hoc de la Cancillería peruana, que involucró el abuso de poder, el despido ilegal
y el escarnio público en contra de 117 diplomáticos profesionales, el gobierno fujimorista inició en julio de
1994 el proceso de reincorporación de los funcionarios que habían sido cesados injustamente en diciembre
de 1992. El nombramiento de Efraín Goldenberg como Ministro de Relaciones Exteriores, la presión
interna, los problemas de credibilidad externa debido a la alta visibilidad internacional de la diplomacia
peruana, el riesgo de que se activarán los mecanismos más enérgicos del sistema interamericano de
protección de los derechos humanos y los supuestos beneficios políticos para el régimen propiciaron una
apertura gradual de canales de comunicación entre la diplomacia profesional y el presidente Alberto
Fujimori, lo que facilitó el mencionado proceso de reincorporación. Sin embargo, este proceso no fue todo
344
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe Final. Tomo V. Capítulo 2. Historias representativas de la
violencia. 2.12. La estrategia de pacificación en la margen izquierda del río Huallaga. p. 410.
La política exterior del Fujimorato
lo que se esperaba, pues, por el contrario, en la práctica terminó siendo manipulado políticamente dentro
de Palacio de Gobierno como dentro de la Cancillería.
Tiempo después, en enero de 1995, se inició la lucha entre tropas ecuatorianas y peruanas en la región
fronteriza localizada alrededor de la cuenca del Río Cenepa, lo que daría a la diplomacia profesional la
oportunidad de mostrar su utilidad. Algunos sectores de las fuerzas armadas peruanas, gracias a las
enormes dificultades que habían tenido para desalojar a las tropas ecuatorianas de sus posiciones en la
zona de la Cordillera del Cóndor, pensaron en la aplicación de una estrategia bélica más amplia y
contundente. Sin embargo, y pese a la situación, no contaron con el apoyo de Palacio de Gobierno. Esta
posición de Palacio de Gobierno se fundamentó en el impacto nocivo que dicha empresa hubiese podido
ocasionar en el modelo neoliberal-asistencialista, el mismo que estaba basado en el otorgamiento de
dádivas clientelistas a grandes masas de población empobrecida. Este modelo ya había empezado a dar las
primeras señales de agotamiento y el régimen requería de esos recursos para financiar la campaña
electoral de re-reelección de Alberto Fujimori. Dado lo difícil de la situación, la Cancillería peruana buscó
una alternativa y propuso a Fujimori una negociación diplomática orientada hacia un acuerdo de paz,
búsqueda de soluciones e inicio de un proceso de paz y reconciliación duradera entre ambas naciones. Esta
se perfilaba como la ruta más larga, pero menos costosa desde el punto de vista de pérdida de vidas
humanas, recursos económicos y materiales. Luego de un mes de combates esporádicos345, Ecuador y Perú 211
firmaron un acuerdo de cese el fuego en Brasilia, bajo el auspicio de los cuatro Estados garantes del
Protocolo de Río de Janeiro de 1942: Argentina, Brasil, Chile y los Estados Unidos. Un segundo acuerdo de
cese el fuego y separación de fuerzas se firmó en Uruguay a fines de febrero de 1995. Esta labor
concentraría la mayor parte del esfuerzo de Cancillería por los siguientes tres años.
Estos sucesos condujeron a dos situaciones nuevas en el ámbito de las relaciones entre la diplomacia
profesional y la coalición dominante, las que, sin embargo, no alteraron los rasgos sustanciales del proyecto
fujimorista con respecto a la diplomacia profesional. Fujimori reconoció la importancia del rol que jugaba la
diplomacia profesional, y sobretodo, lo útil que había sido en cuanto a evitar una debacle económica, y
posiblemente política, que hubiera provocado la crisis financiera del sudeste asiático de 1997 sobre una
economía peruana post-bélica empobrecida. La diplomacia profesional incrementó su prestigio en el
ámbito presidencial y recuperó parcialmente su participación en la mejora de la imagen político-
democrática. Esto, empero, se dio sólo en el ámbito externo de implementación y únicamente hasta marzo
de 1999, año en el cual se inició el proceso para el retiro del Perú de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. A partir de entonces, la esfera doméstica y el diseño sustancial de la política en materia de
345
El 17 de febrero de 1995.
Julio Álvarez Sabogal
derechos humanos y condicionalidad democrática volvieron a ser privativos de los asesores presidenciales
enclavados en otros sectores de la administración.
El rol que jugaban las Fuerzas Armadas en cuanto a la represión del terrorismo y lucha contra el
narcotráfico se vio reforzado en diciembre de 1994 durante las celebraciones por la conmemoración del
170 aniversario del Ejército. Alberto Fujimori y el Presidente del Comando Conjunto, General EP Nicolás
Hermoza Ríos, respaldaron tajantemente a las fuerzas del orden. Hermoza aprovechó para criticar
duramente a las organizaciones de derechos humanos, sosteniendo que éstas, al mantener silencio frente
a estos crímenes, alentaban a los grupos subversivos. Las declaraciones de Hermoza generaron la protesta 212
inmediata de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Pese a ello, el 13 de diciembre del mismo
año, Fujimori ratificó al General Hermoza como jefe del Comando Conjunto. De este modo, el régimen
preparaba el inicio de un proceso destinado a exonerar de sanción alguna a los responsables de violaciones
de derechos humanos.
Así, poco tiempo después del triunfo electoral de Alberto Fujimori en abril de 1995, el gobierno inició una
serie de acciones de persecución política que tuvieron como propósito la institucionalización de la
impunidad y la aplicación de sanciones para quienes se atrevieran a disentir. Primero, en ese mismo mes
fue detenido el General en retiro Walter Ledesma346, acusado de "ultraje a la nación" por el delito de haber
concedido una entrevista sobre el tema del conflicto con el Ecuador a la revista Caretas, conflicto que había
culminado recientemente. Luego, se abrió proceso contra el General en retiro Carlos Mauricio, candidato al
Congreso por el partido Unión por el Perú (UPP). El General Mauricio había estado muy cerca del candidato
de la oposición, Javier Pérez de Cuellar, durante la campaña electoral. Pero todo esto fue sólo el inicio de
una corriente autoritaria, la misma que encontró un mayor impulso en el atentando terrorista perpetrado
346
El 20 abril de 1995.
La política exterior del Fujimorato
contra el Hotel María Angola un mes después347. Este hecho fue aprovechado por el gobierno con fines
psicosociales. Así, el régimen inició de inmediato348 el proceso de “institucionalización de la impunidad”. Las
medidas antidemocráticas que se adoptaron luego de la reelección de Fujimori fueron diversas, pero de
entre ellas destacaron las Leyes 26479 y 26492, llamadas Ley de Amnistía y Ley de Barrios Altos, tal como lo
registró la revista Caretas:
347
El 24 de mayo de 1995.
348
El 14 de junio de 1995.
349
Caretas. Artículo “A la Prepo”. Edición No. 1370. 6 de julio de 1995.
Julio Álvarez Sabogal
Estas leyes otorgaban una amnistía general a todos aquellos miembros de las fuerzas de seguridad y a
todos aquellos civiles que se encontrasen denunciados, investigados, encausados, procesados o
condenados por violaciones de derechos humanos acaecidas entre mayo de 1980 y el 15 de junio de 1995.
La condena por parte de los defensores nacionales e internacionales de los derechos humanos, gobiernos y
organismos intergubernamentales no se hizo esperar, así como tampoco se hizo esperar la reacción del
régimen. Éste organizó rápidamente otro de sus operativos psicosociales con el objetivo de acabar con las
protestas, las que ya contaban con el 87% de respaldo popular y con el apoyo unánime de la comunidad
democrática internacional. Dicho operativo consistió en un supuesto atentado contra la vivienda del
congresista oficialista Víctor Joy Way350. Según versión del Sistema de Inteligencia Nacional (SIN), dicho
atentando tuvo como autor al grupo terrorista Sendero Luminoso.
Un nuevo informe especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre el Perú 351 se dio a
conocer en marzo de 1993. En él se realizaban serios cuestionamientos al marco jurídico impuesto por el
gobierno peruano, debido a su incompatibilidad con los pactos internacionales suscritos y ratificados por el
Perú. De igual manera, el Comité contra la Tortura de la ONU cuestionó la política de prevención, 214
investigación y sanción de actos graves de tortura que venía aplicando el gobierno de Fujimori. En octubre
el gobierno publicó el reglamento del Consejo Nacional de Derechos Humanos, precisando los objetivos,
organización, atribuciones y funciones de sus miembros. Acto seguido, el presidente Fujimori presentó a la
asamblea ordinaria de las Naciones Unidas una carta de Abimael Guzmán Reinoso, en la cual el líder
senderista solicitaba iniciar conversaciones con el gobierno para llegar a un acuerdo de paz. En noviembre,
la cancillería peruana se vio en la necesidad de emitir un comunicado oficial aclaratorio y de rechazo al
informe elaborado por la ONG Americas Watch bajo el título “Perú: anatomía de un encubrimiento, las
desapariciones de la Cantuta”. La comunidad internacional escuchó entonces al régimen decir que el citado
informe adolecía de graves inexactitudes y que gran parte de su contenido repetía la desinformación de la
prensa sensacionalista, cuya difusión en el exterior confundía a la opinión pública y obstaculizaba el
esfuerzo de pacificación en el que estaba empeñado el Perú352. La nueva Constitución Política del Perú
350
En los primeros días del mes de julio de 1995.
351
El informe también hacía referencia a la situación en Haití.
352
Rectificaciones al informe de Americas Watch bajo el título “Perú: anatomía de un encubrimiento, las
desapariciones de la Cantuta. 2 de noviembre de 1993.
La política exterior del Fujimorato
entró en vigencia el 1 de enero de 1994, quedando consagrados con ella los nuevos fundamentos de
política exterior peruana.
En el mismo mes, el sub-secretario para Asuntos Interamericanos del gobierno estadounidense, Alexander
Watson, quien se hallaba en el Perú cumpliendo una visita oficial, anunció que el gobierno de los Estados
Unidos continuaría defendiendo los derechos humanos en el Perú y que intentaría descongelar la ayuda
financiera prometida de 100 millones de dólares. Irónicamente, la detención, tortura y muerte del
economista Víctor Raúl Espinoza Tasso fue conocida mientras transcurría la visita de Watson. Espinoza fue
detenido en la puerta de Palacio de Gobierno y golpeado con un fusil por personal de seguridad, siendo
luego intervenido por varios policías y trasladado hacia la comisaría de Monserrate, perteneciente al
Cercado de Lima. En aquella ocasión, la 13a. Sala Penal de la Corte Superior de Lima encontró
responsabilidad penal en 16 policías353.
CONCLUSIONES
La política exterior peruana asimiló profundamente los dogmas ideológicos neoliberales en esta fase. La
política de estabilización, la reforma económica neoliberal y la pacificación del país se consolidaron como
las credenciales más significativas del gobierno fujimorista, el que percibía el problema de las violaciones a
los derechos humanos como un asunto que había sido superado con la derrota de la subversión terrorista y
la aprobación en los principales organismos internacionales de resoluciones de condena a las acciones
terroristas. Sin lugar a dudas, este hecho fue un hito importante y definió la tendencia autoritaria que
adoptaría la modernización de la Cancillería peruana y la forma de conducción de la política exterior con
respecto a la condicionalidad democrática y el respeto a los derechos humanos.
353
La República, 7 de julio del 2000.
Julio Álvarez Sabogal
El gobierno, que concentró sus esfuerzos en mejorar la comprensión de la comunidad internacional con
respecto a la naturaleza genocida del fenómeno terrorista, difundía la idea del carácter eventual o
circunstancial de los excesos de las fuerzas armadas en la lucha antiterrorista y buscaba allanar el camino a
la impunidad de los agentes del Estado que habían incurrido en actos violatorios de derechos humanos.
Con el paso del tiempo, esta política demostró dar buenos frutos cuando la temática de los derechos
humanos se desvaneció de la agenda exterior y dio lugar a la disertación casi exclusivamente económica.
En suma, el control de la hiperinflación, la derrota del terrorismo, el referéndum de 1993 que puso en
vigencia el diseño constitucional fujimorista y la victoria electoral de Fujimori en 1995, ocasionaron el
enfriamiento del frente político en el escenario internacional y el crecimiento del prestigio del régimen en
el manejo de la política económica ante la comunidad financiera internacional. Esto sería aprovechado por
el Régimen para ejecutar una nueva ofensiva autoritaria mediante acciones de persecución política y
adopción de medidas que dieron rienda suelta a un proceso de institucionalización de la impunidad.
216
La política exterior del Fujimorato
CAPÍTULO VI
Fueron tres los hechos que, conjugados, abrieron el periodo de la llamada etapa política-confrontacional: el
inicio de la gestión de Francisco Tudela Van Breugel en la Cancillería peruana, el conflicto del Alto Cenepa y
la reelección de Alberto Fujimori. Coincidentemente, el gobierno, premunido ya una carta constitucional
ad-hoc, puso en marcha de tres procesos que definirían la política exterior fujimorista en esos años: la
definición de una agenda concentrada en el problema fronterizo y en la sustentación de una posición
relativista en materia de democracia y derechos humanos; la construcción de un discurso y un estilo
político-confrontacionales basados en la afirmación de un discurso nacionalista en política interna y
pacifista y conciliador en política exterior; y, por último, la elaboración de una doctrina fundada en la
geopolítica cultural, la soberanía, la desvalorización de la sociedad civil, la diversidad y el relativismo
cultural.
217
1. El período de Francisco Tudela Van Breugel
Francisco Tudela Van Breugel asumió el cargo de Canciller el 18 de julio de 1995, culminando su gestión casi
dos años después354. Abogado de profesión, miembro e investigador principal del Instituto de Estudios
Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú-IDEI, entidad de la cual fue director, Tudela,
además de Canciller de Fujimori, fue su primer vicepresidente, coautor de la Constitución de 1993 como
miembro del Congreso Constituyente Democrático, congresista, presidente de la Comisión de Relaciones
Exteriores del Congreso y representante del régimen ante la Organización de las Naciones Unidas con sede
en la ciudad de Nueva York.
Su trayectoria previa incluía estudios en la Universidad de Navarra, regentada por el Opus Dei, de donde
procederían sus excelentes relaciones con altos oficiales de las fuerzas armadas, tal como lo señala un
reportaje de Caretas:
Desde allí provendrían sus buenas relaciones con los militares, especialmente
con la Marina de Guerra. Hasta hoy, uno de sus grandes amigos es Raúl
354
El 16 de julio de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
En una entrevista a Alejandro Tudela Chopitea (primo del ex canciller), éste señala:
355
Revista Caretas. Tudela y la insurgencia. Edición No, 1600 del 30 de diciembre de 1999.
La política exterior del Fujimorato
Su gestión dio inicio a lo que Carlos Iván Degregori acertadamente ha llamado la “diplomacia de los
ilustres”. Señala este autor que “la diplomacia de los ilustres” fue un estilo de conducción de la política
exterior que respondió a la necesidad de mejorar la deteriorada imagen internacional del régimen y
disminuir el aislamiento político. Se fundamentó en el prestigio señorial, intelectual y académico de dos
Ministros de Relaciones Exteriores, Francisco Tudela y Fernando de Trazegnies. Estos Ministros, señala
Degregori, fueron los únicos que elaboraron un discurso ideológico que diera sustento a las posiciones del
régimen fujimorista en temas controversiales como las violaciones de derechos humanos, la ley de
amnistía, la destitución de los vocales del Tribunal Constitucional, el retiro de la nacionalidad de Baruch
Ivcher y el retiro del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.357
Durante su labor ministerial destacaron algunos hechos relacionados a la política interna peruana que vale
la pena mencionar, tales como la disminución de la violencia terrorista, la reelección de Alberto Fujimori,
aunque también el aumento progresivo y sistemático de prácticas autoritarias y violatorias de derechos
humanos por parte de agentes del Estado peruano. 219
Frente a esto, las fuertes reacciones de diversos países, organizaciones del sistema internacional de
derechos humanos y organizaciones no gubernamentales internacionales no se hicieron esperar, agitando
el frente externo y protestando, por ejemplo, contra la infame Ley de Amnistía. Entre las ONGs estuvieron
Amnesty International, Human Rights Wacht, Washington Office on Latin America (WOLA), Praxis, Action
des Chrétiens pour l'Abolition de la Torture (ACAT), la Comisión Internacional de Juristas (CIJ),
Informationsstelle Perú (Alemania), el Comité de Solidaridad con el Pueblo Peruano (COSPUP), el Comité
Peruano Pro Derechos Humanos de Gran Bretaña y otros.
Dos años después de haber asumido,358 Tudela renunció al cargo de Canciller aduciendo motivos
personales. No obstante, en setiembre de dicho año, declaró que su renuncia estuvo relacionada a su
desacuerdo con la forma como el gobierno llevaba el caso Ivcher. Esto no pasó de ser, sin embargo, más
356
Revista Caretas. De Tudela a Tudela. Edición No, 1620 del 26 de mayo del 2000.
357
Degregori, Carlos Iván. La década de la antipolítica: auge y huida de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos,
Instituto de Estudios Peruanos. Lima, 2001.
358
14 de julio de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
que un acto de distracción. Tiempo después, Tudela fue designado representante permanente del Perú
ante la Oficina de las Naciones Unidas con sede en Nueva York, tribuna desde la cual defendió con gran
entusiasmo al régimen autoritario, manteniéndose en dicho cargo durante la crisis política que ocasionó el
retiro del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y durante el fraude electoral del año
2000.
Francisco Tudela se identificó con la afirmación de un mensaje nacionalista en política interna y pacifista,
conciliador y concentrado en la temática de fronteras en cuanto a política exterior. Asimismo, dedicó sus
esfuerzos a una reflexión político-filosófica que sirviese de sustento a un discurso ideológico que
respaldase la posición internacional del régimen autoritario frente a los evidentes retrocesos del proceso
democrático y justificase la falta de cumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado en materia
de derechos humanos. Por ende, su discurso político se basó en la soberanía nacional, el relativismo
cultural y el respeto a las diferencias, teniendo como blanco la “injerencia extranjera”359, todas éstas aristas
ideológicas que se vieron consolidadas durante el proceso electoral del 2000.
Los elementos ideológicos de la doctrina que desarrolló Tudela, la misma que respaldó y reforzó el
autoritarismo y la política exterior sui géneris en derechos humanos, fueron expuestos con suma claridad 220
en su discurso ante el 50mo.Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 26 de
setiembre de 1995. Estos mismos elementos ideológicos los podemos encontrar en su ensayo “Libertad,
globalización y políticas nacionales”. 360
Discurso ante el 50mo. Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 26
de setiembre de 1995
El paradigma que impulsé este discurso fue la certidumbre de que los esfuerzos del Perú para refundar un
“orden económico sano y vital” y restablecer las vinculaciones internacionales podían fracasar si no se
contaba con la “colaboración del sistema internacional”. En este universo, la expresión “orden económico
sano y vital” debía entenderse como “neoliberal” y “colaboración del sistema internacional” como “no
intentar imponer estándares mínimos democráticos y de respeto a los derechos humanos”.
359
Degregori, Carlos Iván. Op. cit. p. 312.
360
Tudela, Francisco. Libertad, globalización y políticas nacionales, Fondo Editorial del Congreso. Conferencia del ciclo
de conferencias “El Perú en los albores del siglo XXI”. Lima 2000.
La política exterior del Fujimorato
En él se puede advertir una clara ambigüedad en la posición del régimen en cuanto al poder, según se
tratase del ámbito interno, o del ámbito internacional. Como consecuencia de esta ambigüedad, aquello
que era válido en lo doméstico, no lo era en lo externo y viceversa.
En el ámbito externo, se partía de la premisa de que este escenario se encontraba definido por las
relaciones de poder en el sistema internacional y que por ende, debían existir valores o puntos de
referencia objetivos (léase estándares) que evitasen que las naciones más poderosas impusiesen
“interpretaciones unilaterales o excluyentes de los principios vigentes para la convivencia civilizada”.
Cualquier pensamiento que refutase la idea de que estos valores no existían, era considerado como
desvergonzado. Como consecuencia, los valores del sistema internacional vinculados a la soberanía y
relaciones entre los Estados eran absolutos y no estaban subordinados a las “relaciones de fuerza entre las
naciones”. Claro está que la experiencia demostró que dichas “relaciones de fuerza”, provenían para el
gobierno fujimorista de los intentos de las organizaciones internacionales, de ONGs y de otros países por
lograr el respeto a las reglas del juego democrático y los derechos humanos en el país. A ello hay que añadir
el hecho de que el discurso de Tudela mencionase “naciones” y no “Estados”. Con esto se pretendía
mostrar que los ataques a los valores del sistema internacional provenían no sólo de los Estados, sino
también de la sociedad civil de cada país.
221
En el ámbito interno, se consideraba que las relaciones de poder entre el Estado y los grupos de interés
dominantes, los individuos, grupos de presión y el resto de la sociedad, por el contrario, se hallaban
determinadas por un relativismo cultural y normativo inmutable y amoral. Se partía de la premisa de que el
fortalecimiento de los principios de seguridad y el desarrollo de las naciones descansaban en el respeto de
las formas sociales e intelectuales peculiares de cada cultura, enmarcadas por una concepción universal
basada en el respeto de las libertades individuales. En virtud de ello, el propósito de la política exterior
debía ser contrarrestar los intentos de imponer modelos únicos que prejuzgaban y discriminaban las
distintas formas culturales del mundo. Debía también buscar la unidad en la multiplicidad y no aceptar las
condiciones impulsadas por grupos ajenos a la representación democrática de los pueblos; es decir, las
ONGs y ONGIs defensoras de derechos humanos, cuyos efectos eran considerados nocivos para la cultura
peruana.
y de las relaciones Estado-Sociedad, se convertían en “las formas sociales e intelectuales peculiares de cada
cultura” amenazadas por los “modelos” únicos”, es decir, por los valores humanistas y democráticos.
Tudela planteó en este ensayo una concepción exclusivamente “tecnológica y cultural” de la globalización.
Sostuvo que la praxis democrática del ciudadano contemporáneo global contradecía la libertad individual y
para demostrarlo, partía de dos tesis fundamentales: que la anarquía es el factor central del sistema
internacional y que la globalización es un fenómeno únicamente tecnológico y cultural.
Según Tudela, la globalización, vista como fenómeno tecnológico, conlleva al fortalecimiento del Estado en
el ámbito interno, a través de la fiscalización y control del ciudadano, perjudicando el ejercicio de la libertad
individual (entendida como ausencia de constricción o impedimento) y, al mismo tiempo, alimentando la
anarquía política del sistema internacional que es posible observar en la “disminución de la soberanía de la
libertad de acción de los Estados” en el ámbito externo.
Como fenómeno cultural, la globalización estimula, para Tudela, el desarrollo de conexiones al interior de la
222
estructura del mundo de las organizaciones no gubernamentales, especialmente de aquellas estructuras
que trabajan en la protección y promoción de los derechos humanos. Esto, señala, había definido la
aparición de una ortodoxia humanitaria, identificada con el concepto de “lo políticamente correcto” de la
tradición política norteamericana; concepto que Tudela cuestionó profundamente.
Anthony Giddens ha criticado este tipo de reduccionismo362, muy parecido a aquel que considera a la
globalización como un fenómeno casi exclusivamente económico. La globalización, sostiene Giddens, es de
naturaleza política y económica, además de tecnológica y cultural. Si bien se ha visto influida por cambios
en los sistemas de comunicación de los años setenta, la globalización no es un solo proceso, sino una serie
compleja de ellos, los cuales operan de manera contradictoria. En el mismo sentido, Ulrich Beck ha
subrayado la existencia de una pluridimensionalidad de la globalización y “...una afinidad entre las distintas
lógicas de las globalizaciones ecológica, cultural, económica, política y social que no son reducibles –ni
361
Tudela, Francisco. Op. cit.
362
Giddens, Anthony. Un mundo desbocado: el efecto de la globalización en nuestras vidas. Madrid. Editorial Taurus.
1999. p. 23.
La política exterior del Fujimorato
explicables- las unas a las otras, sino que deben resolverse y entenderse a la vez en sí mismas y en mutua
interdependencia”.363
Tudela sostuvo también la tesis de que el Estado, en el ámbito interno, era más fuerte que nunca. Según el
ex - Canciller, esto era fácil de ver en el grado fiscalización y control que se ejercían sobre el ciudadano
gracias a la tecnología. Por esta razón, la globalización en el pensamiento de Tudela, se convierta en una
amenaza para la libertad individual; al mismo tiempo que alimentaba la anarquía política del sistema
internacional y disminuía la “soberanía en la libertad de acción de los Estados”.
Entendida así, la tesis de “el Estado más fuerte que nunca” terminaba por restringir el impacto de la
globalización sobre el Estado al ámbito de la seguridad y control, ignorando sus otros roles. Además,
desconocía totalmente la existencia de gobiernos carentes de crecientes recursos financieros, de autoridad,
223
de marcos institucionales y de capacidades y con escasa o nula presencia en diversas partes de sus
territorios. Por último, en lo que al Perú y Latinoamérica se refiere, ignoraba el proceso de cuestionamiento
y reforma del Estado asistencial y el de superación del viejo modelo de desarrollo y modelo de
gobernabilidad que correspondió a dicho Estado en su versión latinoamericana.
Lo cierto es que, en el universo conceptual de Tudela, se ignoraron varios de los aspectos más sustanciales
de la globalización, como son la quiebra del Estado asistencial, la pérdida de autonomía del Estado y su
consecuente debilitamiento tanto en el ámbito interno como externo y el hecho de que el Estado no es más
el escenario exclusivo y excluyente en el que se toman las decisiones políticas.
o Autonomía y soberanía
En el ensayo “Libertad, globalización y políticas nacionales”, Tudela confundió soberanía con autonomía.
Evitó utilizar el término autonomía, en tanto ello podría haber significado el derrumbamiento del edificio
conceptual construido sobre la base de sus tesis fundamentales. En su lugar, prefirió utilizar “soberanía”.
Sostuvo, entonces, que sólo la disminución de la libertad de acción internacional de los Estados que él
363
Beck, Ulrich. ¿Qué es la globalización?: falacias del globalismo y respuestas a la globalización. Paidos, Barcelona.
1998. p. 31.
Julio Álvarez Sabogal
En sentido estricto, soberanía constituye una cualidad o propiedad esencialmente constitutiva del Estado
con relación a su orden interno y es un concepto ligado al principio de poder territorial y autoridad
legalmente constituida. Asimismo, es la manifestación que distingue y caracteriza al poder estatal, por la
cual se afirma su superioridad jurídica sobre cualquier otro poder, sin aceptar limitación ni subordinación
que cercene sus facultades ni su independencia dentro de su territorio y posesiones. La autonomía, por su
lado, es el criterio de medida de la soberanía, pues califica la mayor o menor independencia de acción del
Estado tanto en el orden interno como en el orden internacional.
Tras una subida de impuestos no se esconde una autoridad cualquiera, sino el mismísimo
principio de autoridad del Estado nacional. La soberanía en materia fiscal está ligada al
concepto de control de las actividades económicas en el interior de un territorio
concreto, premisa que, considerando las verdaderas posibilidades de comercio
existentes a nivel global, resulta cada vez más ficticia. Las empresas pueden producir en
un país, pagar impuestos en otro y exigir gastos estatales en forma de creación de 224
estructuras en un tercer país.
Por eso, es difícil entender cómo Tudela puede determinar que la libertad de acción en el espacio
internacional puede medirse a través de la soberanía. En realidad, una de las consecuencias visibles de la
globalización y de la drástica reducción del Estado es que éste último pierde autonomía, tanto en el orden
interno como en el externo, en los que su amplitud de acción se encuentra limitada gracias a las relaciones
de dependencia y al orden global y al hecho de que, cada vez más, las decisiones se toman fuera del ámbito
de la política interna e inclusive por actores no estatales.
Según Tudela, la anarquía era el factor más característico del sistema internacional actual, y era producto
del ejercicio del poder estatal globalizado que se basaba en el concepto de “el Estado es más fuerte que
nunca”. Pero, atención, que para el ex Canciller este fortalecimiento sólo se daba en los ámbitos
tecnológicos, fiscales, policiales y migratorios, no en el de la soberanía, pues en este caso se transformaba
364
Beck, Ulrich. Op. cit. p. 19
La política exterior del Fujimorato
en disminución de la libertad de acción internacional de los Estados, en particular cuando concernía a los
derechos humanos. Y esto era, claro está, un amenaza.
De este modo, las aristas del debate del siglo XXI iban a ser, para Tudela, la libertad individual y la praxis
política de los grupos de opinión política que actuaban fuera de la esfera estatal, pero dentro de la sociedad
civil. Tales grupos de opinión política (ONGs y ONGIs), según su hipótesis, habían ocasionado una serie de
distorsiones democráticas, pues buscaban modificar las opiniones sociales existentes, pero sin reflejar
necesariamente el consenso de la sociedad. Ejercían una enorme influencia en los ciudadanos, sin asumir
responsabilidad política ante ellos y contaban con los medios para actuar como representantes de la
ciudadanía, sin haber sido elegidos por nadie. Por último, y lo más serio, es que habían arrebatado al
Estado “el arma política por excelencia de las democracias liberales de occidente contra el socialismo
marxista”: los derechos humanos. En suma, para Tudela, las estructuras de estos grupos de opinión política
formaban la democracia no representativa internacional y constituían el fenómeno corporativo más típico
del sistema internacional anárquico actual. Dichos grupos, sostenía el ex Canciller, debilitaban la
democracia representativa contemporánea y minaban la “legitimidad real y exclusiva de los representantes
elegidos para proteger y representar los derechos de la sociedad”.
De este modo, Francisco Tudela ignoraba adrede y por completo el proceso evolutivo de los derechos 225
humanos de primera a tercera a generación y dividía el pastel del debate en dos grandes tajadas que a fines
de los años 90 ya carecían de sentido: democracias occidentales versus socialistas marxistas o comunistas.
o La ortodoxia humanitaria
Tudela sostenía también la existencia de una fuerte ligazón entre las ONGs defensoras de los derechos
humanos y lo “políticamente correcto”, una ideología que, según él, estigmatizaba cualquier juicio que
contradijese lo que los “dueños” del consenso hubiesen declarado políticamente correcto o incorrecto.
Ambas se caracterizaban por su ortodoxia ideológica.
Las ONGs defensoras de los derechos humanos eran, como consecuencia, un retroceso histórico, en tanto
tenían pretensiones ideológicas monistas y enarbolaban una ortodoxia humanitaria (los derechos
humanos) que conducía a la pérdida de la libertad con que la autocracia fujimorista venía actuando en el
país.
Julio Álvarez Sabogal
De esta manera, Tudela denominaba “ortodoxia humanitaria” a la acción de la sociedad civil a favor de los
derechos humanos e ignoraba el hecho de que dicha sociedad civil es el elemento fundamental y más
legítimo de la democracia y que es en ella donde el ser humano aprende y practica los hábitos
democráticos. Olvidaba también que la sociedad civil es parte integrante del proceso democrático y no de
otro tipo de “democracia no representativa internacional”. Para él, las ONGs y la doctrina de
universalización de los derechos humanos era en realidad una ideología falsa contradictoria y despótica que
imponía una concepción coyuntural del mundo y negaba la libertad de pensar y disentir.
En suma, esta tesis transmitía con claridad las ideas de cómo la sociedad civil representaba un ataque
contra el sistema político; al mismo tiempo que contenía un profundo rechazo a compartir el poder y, peor
aún, una fuerte tendencia a identificar el poder con la verdad; dando como resultado autoritarismo.
Desde 1995, el gobierno peruano desarrolló una política de activa participación en congresos, foros,
comisiones, reuniones, conferencias, etc., sobre política social, derechos humanos y lucha contra la
pobreza. La finalidad de estas iniciativas no era precisamente el fortalecimiento de la democracia, ni la
mejora de la situación de pobreza o de los derechos humanos al interior del país. El propósito era menos
filantrópico y tuvo más que ver con la necesidad del régimen de desorientar la opinión pública y mejorar su 226
“imagen” política en el exterior sin modificar su interior. Paradójicamente, se buscaba atraer inversiones
extranjeras y recursos de la cooperación internacional para financiar la política asistencialista y clientelista
del fujimorismo, a la vez que se intentaba conseguir impunidad por las violaciones de derechos humanos.
Este conjunto de hechos dio comienzo a la fase política-confrontacional del régimen, caracterizada por el
despliegue sistemático de prácticas autoritarias y violatorias de derechos humanos por parte del Estado, el
deterioro profundo de la situación política interna y la decadencia de la imagen exterior del país en materia
de democracia y derechos humanos que intentó ser resuelta con un discurso fundado en la geopolítica, la
soberanía, la desvalorización de la sociedad civil, la diversidad y el relativismo cultural; es decir, todo un
discurso político-filosófico que respaldó la política de derechos humanos en el momento culminante: el
retiro de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
1.3. Acción legitimadora de la política exterior: la defensa de las leyes de Amnistía y de Barrios Altos
Tudela inauguró su gestión con una férrea defensa de las leyes de Amnistía y de Barrios Altos.
La política exterior del Fujimorato
En 1995365, en respuesta a una comunicación conjunta de los Relatores especiales de las Naciones Unidas
sobre temas de derechos humanos,366 en la que declaraban que dichas leyes favorecían la impunidad y eran
contrarias al espíritu de los instrumentos de derechos humanos, incluida la Declaración de Viena, Tudela
sostuvo con una carta su defensa de la primera ley de amnistía.
Para él, dicha ley era “parte del proceso de pacificación” y complemento “de la ley de arrepentimiento, que
benefició a más de cinco mil terroristas condenados y sentenciados y que comprendía tanto la reducción de
penas como la excarcelación.”367 Dicha norma, por lo tanto, no solamente no violaba los acuerdos
internacionales de derechos humanos sino que además era absolutamente constitucional:
... no sólo no contradice los tratados (internacionales de derechos humanos) (...) sino
que éstos no prohíben expresamente la aplicación de los artículos 102º y 139º de la
Constitución del Perú.368
Si bien existen numerosos casos que podrían ejemplificar a la perfección la política de recompensas y
castigo que practicó el régimen, he elegido estos dos casos por el hecho de que ocurrieron
227
simultáneamente en un momento de crisis.
Los castigos
En enero de 1996, el general Jaime Ríos Araico fue condenado por un tribunal militar a un año de prisión y
10,000 nuevos soles de reparación civil, sobre la base de la acusación del fiscal coronel Raúl Talledo; el
mismo que acusó al general Jaime Salinas Sedó y que actuó en el caso La Cantuta. Si bien se le acusó de
haber permitido acciones dolosas en la base de Uchiza, “al aprobar el apoyo de víveres y en dinero
procedente del narcotráfico", se afirmó que los motivos reales habían sido otros: la protesta de Ríos Araico
365
21 de agosto de 1995.
366
Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias; sobre la tortura, y sobre la independencia e imparcialidad del
poder judicial, los jurados y los asesores y la independencia de los abogados y del presidente del Grupo de Trabajo de
las Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias,
367
Amnistía Internacional. Perú: los expertos de la ONU condenan las leyes de amnistía. 1996. Dirección web:
http://www.nadir.org/nadir/initiativ/mrta/impun2-e.htm. Consulta: 7 de febrero de 2005.
368
Amnistía Internacional. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
por el maltrato que había recibido el General Jaime Salinas Sedó y su negativa a firmar un manifiesto
contra el general Rodolfo Robles en mayo de 1993.
En ese mismo mes, el general Robles publicó un libro en el que daba a conocer documentos y testimonios
que demostraban cómo las actividades delictivas del Grupo Colina tenían que ver tanto con la lucha
antisubversiva como con los ajustes de cuentas que se daban dentro del Ejército.
Meses después369, tras unas declaraciones en las que atribuyó la responsabilidad de un atentado con
explosivos contra un canal de televisión a miembros de los servicios de seguridad del Ejército Peruano, el
general Robles fue arrestado violentamente y llevado a las instalaciones militares de Real Felipe, en el
Callao. Amnistía Internacional declaró al general Robles preso de conciencia y pidió públicamente su
liberación inmediata e incondicional. Afortunadamente, el General quedó en libertad el 7 de diciembre, en
aplicación de una ley de amnistía aprobada por el Congreso dos días antes, junto con 11 de los 25 oficiales
implicados en la tentativa golpista de 1992370. A estas alturas del gobierno, el general Robles se había
convertido ya en un personaje demasiado visible e importante cómo para ser silenciado por la fuerza.
Las recompensas
La otra cara de la moneda la constituyó el tratamiento al General Howard Rodríguez Málaga. Este se había
228
hecho conocido en 1993 cuando, siendo jefe de la 1era. Región Militar, leyó un comunicado de respaldo al
general Nicolás de Bari Hermoza; mientras se investigaba el caso de las desapariciones de La Cantuta. Por si
fuera poco, este personaje se encontraba cuestionado por la violación de derechos humanos en Ayacucho
hacia 1989, año durante el cual fue jefe político- militar en esta zona y en el cual ocurrieron desapariciones
forzadas y ejecuciones extrajudiciales.
Rodríguez Málaga fue designado como agregado militar en la Embajada del Perú en Washington en la
misma época durante la cual el gobierno de Fujimori arreglaba cuentas con Ríos Araico y Rodolfo Robles.
1.5. Uso de los recursos de defensa y de política exterior para el tráfico ilícito de drogas
En mayo de 1996371, en el ala No. 2 del Grupo Aéreo No. 8, un grupo de miembros de las fuerzas armadas
fue sorprendido in fraganti en la comisión de un acto delictivo que, de haber sido descubierto en el
369
26 de noviembre de 1996.
370
13 de noviembre de 1992.
371
11 de mayo de 1996
La política exterior del Fujimorato
exterior, hubiera comprometido gravemente la imagen y las relaciones exteriores del Perú: 160 kilos de
clorhidrato de cocaína habían sido embarcados en el avión presidencial.
El plan de vuelo de dicha aeronave, cuyo destino era Europa, había sido diseñado por la Dirección de
Operaciones de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) con el fin de llevar seis motores de aviones Sukhoi para ser
repotenciados, así como para adquirir repuestos.
Este hecho, así como la posterior reacción de la Fiscalía de la Nación y de la FAP que exculparon a priori a
casi todos los oficiales implicados y limitaron la responsabilidad a algunos suboficiales, dieron claras señales
sobre la manera cómo la corrupción venía operando y utilizando los recursos del Estado para delinquir:
Cuando faltaban siete días para que concluya la investigación preliminar del Ministerio
Público con la DINANDRO en torno al caso del avión de la FAP detectado con un
cargamento de droga, la Fiscal de la Nación, Blanca Nélida Colán, cambió
repentinamente a la Fiscal Ad hoc María del Pilar Castillo Soltero, nombrada el 11 de
mayo. En su reemplazo ha sido nombrada Fabiola Yanet Peña Tavera, fiscal titular de la
Vigésimo Séptima Fiscalía Provincial de Lima.
229
Hasta el martes 21 los oficiales no habían rendido su manifestación. Ni siquiera están
con orden de detención. Acuden a sus centros de labores y duermen en sus domicilios.
La FAP, a través de fuentes vinculadas a la Comandancia General, hizo saber que los
oficiales que iban a viajar en el DC-8 "son inocentes" puesto que no se encargan del
mantenimiento de la nave. Al llegar al destino son los técnicos los que se ocupan del
equipaje, del control, de cargar gasolina y otras labores, se afirma.
Entre los oficiales que la propia FAP ha puesto a disposición de la DINANDRO está el
edecán del presidente Alberto Fujimori, el comandante FAP Luis Escarcena Ishikawa. La
pregunta que ha quedado flotando en el ambiente es ¿por qué un edecán del
Presidente que trabaja a tiempo completo vuela a Moscú? Fuentes vinculadas a la FAP
dicen que Escarcena necesita completar las horas de vuelo necesarias para el ascenso.
Escarcena es edecán desde diciembre de 1993.
Julio Álvarez Sabogal
Tiempo después,373 120 kilos de clorhidrato de cocaína que se encontraban camuflados en el barco de la
marina peruana “Matarani” fueron confiscados en el puerto de Vancouver, Canadá. Semanas más tarde374,
fueron encontrados 62 kilos de clorhidrato de cocaína en el acorazado “Ilo”.
1.6. Uso de los recursos de la política exterior para espiar a políticos de la oposición y promover la ilegal
re-reelección de Alberto Fujimori
En setiembre de 1996 ocurrió un hecho que dejó en evidencia la manera cómo el gobierno fujimorista venía
desde algún tiempo atrás realizando acciones ilegales de seguimiento y espionaje a personajes políticos de
la oposición; utilizando para ello los recursos destinados a la gestión externa del Estado:
El martes 17 la bancada aprista presentó una moción ante la mesa directiva del Congreso
solicitando la presencia del presidente del Consejo de Ministros, Alberto Pandolfi, y del
ministro de Defensa, Tomás Castillo Meza, para que informen al pleno sobre las razones
de la presencia del agregado militar en Washington, EE.UU., general (r) Luis Salazar
230
Monroe, en el XX Congreso Mundial de la Internacional Socialista llevado a cabo la
semana pasada en Nueva York (CARETAS 1431).
Como se sabe durante dicha reunión el hermano del jefe nominal del SIN fue hallado
revisando la documentación de los delegados apristas asistentes al evento, Gerardo
Morris y Aurelio Pastor Valdivieso, miembros del CEN375 de ese partido. Estos se
encontraban fuera de sus ubicaciones reunidos con otras delegaciones aprovechando un
intermedio de la sesión que presidía el dominicano Francisco Peña Gómez. Al volver a sus
lugares confundieron al diligente Salazar con un miembro de la delegación filipina que,
pensaron, había confundido su asiento. Cuando le preguntaron al intruso a quién
representaba, éste respondió que a la delegación peruana. Al insistir en su excusa
decidieron llamar a los miembros de seguridad para averiguar la identidad del
372
Revista Caretas.Mar de Fondo. Edición No. 1415 del 23 de mayo de 1996.
373
3 de julio de 1996.
374
11 de julio de 1996.
375
Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Aprista Peruano.
La política exterior del Fujimorato
desconocido.
No obstante su dedicación, el general (r) Salazar no actuó con la precaución que cabría
esperar del hermano del titular del SIN: sobre el pecho llevaba un carné de color rojo que
lo identificaba como representante peruano ante NN.UU. Así el ilustre intruso llegó a ser
fotografiado por uno de los asistentes.
Hasta ahora no existe explicación oficial sobre las tareas que cumplía en Nueva York el
agregado militar peruano en Washington. En cambio circulan versiones según las cuales
por esos días el asesor del SIN, Vladimiro Montesinos, también habría viajado a Nueva
York y/o Washington, vía Buenos Aires, acompañado de dos hombres y una mujer. A esta
coincidencia se suma la presunción de que Alan García, vicepresidente de la
Internacional Socialista, asistiría a la cita. 376
Mientras esto sucedía en Nueva York, Alberto Fujimori, siguiendo la estrategia de desviar el foco de
231
atención hacia temas poco controvertidos -derechos humanos de tercera generación–, anunciaba en
Alemania la creación del Ministerio de Promoción de la Mujer y Desarrollo Humano (PROMUDEH), cuya
función sería promover las organizaciones de las mujeres y a la mujer en general y su postulación por
tercera vez a la Presidencia de la República.
La crisis de los rehenes, ocasionada por la toma de la residencia del embajador japonés por parte de un
comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), liderado por Néstor Cerpa Cartolini, se
desató a fines de 1996377. Casi tres meses después378 y luego de interminables negociaciones que
mantuvieron al Perú como foco de atención de la opinión pública internacional, Alberto Fujimori, viendo
una oportunidad inmejorable para hacer una demostración de la eficacia de su diplomacia presidencial,
realizó dos publicitadas visitas a República Dominicana y a Cuba con el fin de indagar sobre las posibilidades
376
Revista Caretas. Mar de Fondo. Edición No. 1432 del 19 de setiembre de 1996.
377
16 de diciembre de 1996.
378
Marzo de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
de que estos países aceptaran asilar a los subversivos en el caso de que la solución a la crisis condujera a
una eventual salida del Perú:
“Los pasos sorpresivos del Presidente Alberto Fujimori en la esfera externa para lograr
países que acepten como asilados a los hombres del MRTA suscitan preocupación y
desconcierto en la opinión pública y al mismo tiempo producen desplantes coléricos por
parte de Néstor Cerpa Cartolini. El viaje a Cuba, con todo, marca un hito y ayuda a Cuba
en la búsqueda de imagen y de aceptación mundial.
Finalmente, luego de cuatro meses380, se llevó a cabo la operación de rescate de los rehenes de la
residencia del embajador japonés denominada "Chavín de Huántar", cuyo éxito fue inmediatamente
aprovechado por el ex - presidente Fujimori para, contradiciendo los principios elementales del derecho 232
humanitario y la compasión, dar una muestra cruel y grotesca de su supuesta eficacia en el manejo
gubernamental. Inmediatamente después de terminada la operación “Chavín de Huántar”, Alberto Fujimori
acudió a la residencia del embajador japonés donde, vistiendo un chaleco antibalas, y caminó triunfante
entre los cadáveres de los terroristas. Estas imágenes fueron filmadas y transmitidas en vivo a todo el
mundo. Pese a ello, la operación fortaleció a Fujimori, ayudándolo a superar una etapa de inestabilidad
política vinculada a la ética pública, la agenda de fortalecimiento democrático y el modelo económico.
Inmediatamente después del fin de la crisis de los rehenes -la misma noche del martes, durante el pleno del
Congreso- la mayoría fujimorista aprobó el proyecto de ley que buscaba regular el ejercicio del derecho de
rectificación que inauguró una nueva etapa de amenazas contra la libertad de prensa:
379
Revista Caretas. Nuestro Chino en La Habana, Edición No. 1455 del 6 de marzo de 1997.
380
22 de abril de 1997.
La política exterior del Fujimorato
Minutos antes de medianoche del martes 22, cuando parecía que culminaba la sesión
extraordinaria convocada para tratar el tema del rescate de los rehenes de la residencia
del embajador del Japón, inesperadamente se propuso debatir el proyecto de Ley
regulador del ejercicio del derecho de rectificación. El proyecto había sido presentado
por la mayoría el jueves 17, luego de la derogatoria del cuestionado segundo párrafo del
artículo 317 del Código de Procedimientos Penales, que restringía la libertad de prensa y
fue motivo de creciente preocupación (CARETAS 1455, 1458, 1459 y 1460), fue
modificado el lunes 21 en la Comisión de Justicia. Sin embargo, nadie esperaba que fuera
votado en la sesión extraordinaria. Fue el congresista Rafael Rey, quien introdujo el tema
a debate. Al anunciar que viajaría a EE.UU. por tres semanas, Rey se lamentó de no
poder asistir a la votación de la mencionada ley. Solícitamente, la Mesa Directiva puso a
consideración del pleno una moción para que debatiera o no el proyecto de Ley. La
mayoría lo aprobó. Ante las encendidas protestas de la oposición, Rey pidió que se
retirara la moción. Pero ya era tarde. Lourdes Flores y Carlos Chipoco pidieron que el
tema pase primero por la Comisión de Constitución, pues se trata de un tema de orden
estrictamente constitucional. Chipoco agregó que no se había escuchado la opinión del
Consejo de la Prensa Peruana, y propuso la creación de un tribunal arbitral que viera los
233
casos de rectificación. Ninguna de las razones fue atendida y, nuevamente entre gallos y
medianoche, se aprobó la Ley. 381
La Ley reguladora del derecho de rectificación, Ley 26847, fue promulgada a fines de julio de 1997.
1.9. Sexta ofensiva autoritaria: los casos Baruch Ivcher y Tribunal Constitucional
Varios hechos consecutivos, entre mayo y junio de 1997, marcaron lo que fue la sexta ofensiva autoritaria
del régimen.
Primero, en el marco de la sesión final de la VI Reunión Anual del International Freedom of Expression
Exchange (IFEX)382, las organizaciones no gubernamentales Pen Internacional, Reporteros sin Fronteras, el
Instituto Prensa y Sociedad y 22 organizaciones más, se pronunciaron a favor de la libertad de los
381
Revista Caretas. Mar de fondo. Edición No. 1462 del 25 de abril de 1997.
382
Organizada por el Instituto Prensa y Sociedad del Perú (IPYS) y realizada en Lima durante la segunda mitad de mayo
de 1997, con el objetivo de diseñar las estrategias mundiales de la defensa de la libertad de prensa y expresión
durante 1997 y 1998.
Julio Álvarez Sabogal
periodistas Ernesto Llosa Giraldo y Hermes Rivera Guerrero, cuyos casos estaban siendo revisados por la
Comisión ad hoc para la recomendación de indultos.
Este pedido, sin embargo, no tuvo los efectos deseados pues, casi simultáneamente383 y en actitud de
desafío, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas difundió el Comunicado Oficial N 002-97 CCFFAA, en
el cual se destacaba la condición de ciudadano peruano nacionalizado del principal accionista de Frecuencia
Latina (medio de prensa de oposición), Baruch Ivcher Bronstein. En dicho comunicado también se le acusaba
de haber usado al canal de televisión Frecuencia Latina para desprestigiar a las Fuerzas Armadas,
desnaturalizando situaciones, tergiversando hechos y difundiendo comentarios malintencionados.
Pocos días después,384 la mayoría fujimorista del Congreso decidió destituir a los magistrados del Tribunal
Constitucional Manuel Aguirre Roca, Guillermo Rey Terry y Delia Revoredo Marsano de Mur, en represalia
por haber votado a favor de la sentencia que declaró “inaplicable la Ley de Interpretación Auténtica” o Ley
26657 que “interpretaba auténticamente” que el Presidente Fujimori había sido “elegido” –y no reelegido-
en 1995 y que, en consecuencia, podía postular a la reelección inmediata, autorizada en el año 2000.385
Menos de dos meses después fue publicada la Resolución Directoral No. 117-97-IN-050100000000, mediante
la cual el gobierno dejaba sin efecto legal el título de nacionalidad peruana de Baruch Ivcher. Esta disposición
señalaba que la medida era adoptada: 234
Lo cierto es que Frecuencia Latina había ocasionado la ira del gobierno al haber publicado un reportaje en el
cual mostraba que una ex agente del SIN, Leonor La Rosa, había sido torturada por miembros del Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN). Si bien cuatro miembros del SIN fueron inicialmente condenados por un
Tribunal Militar a ocho años de prisión como autores de los hechos descritos, en una instancia superior se
revocó la sentencia en relación a dos de los agentes y se les absolvió. Este caso se sumó al de Mariella
Barreto, cuyos restos fueron encontrados descuartizados en abril de 1997.
383
23 de mayo de 1997.
384
28 de mayo de 1997.
385
El caso de los magistrados destituidos ilegalmente, luego de agotadas las instancias internas, fue llevado a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Comisión IDH) y, posteriormente, en 1999, a la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (Corte IDH), cuya sentencia ordenó la reincorporación de los magistrados.
La política exterior del Fujimorato
Con esta norma se dejó expedito el camino para despojar a Ivcher del canal de televisión Frecuencia Latina
y “expropiarlo” a favor de los accionistas minoritarios, los hermanos Samuel y Mendel Winter, quienes
pusieron la línea editorial del medio a servicio del régimen.
Todo ello condujo a que el Defensor del Pueblo, Jorge Santistevan, declarase386 que en el Perú existía "una
suerte de amedrentamiento" contra la prensa y expresó su preocupación por el enfrentamiento que se
venía produciendo entre algunas instituciones del Estado y diversos medios de comunicación.
Pese a todo, el estilo diplomático confrontacional sólo empezó a ser evidente durante la XXVII Asamblea
General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en junio de 1997.387 Esta asamblea fue, para los
actores internos, mucho más que un simple evento internacional. Para el gobierno de Fujimori era una
oportunidad inmejorable para demostrar a la opinión pública, nacional y mundial, que su régimen político
era plenamente aceptado por la comunidad democrática internacional y que presentaba una situación
interna tranquila y estable. Para la oposición era la ocasión de mostrar al mundo la precaria salud de la
democracia peruana.
235
La verdad era que, pese a todos los esfuerzos del gobierno, el país se hallaba en medio de una situación
política interna muy inestable, creada por la destitución de los magistrados del Tribunal Constitucional, las
denuncias de persecución a periodistas, la muerte de Mariella Barreto, el comunicado de prensa del
Comando Conjunto de las FFAA contra Baruch Ivcher, la denuncia de tortura de Leonor La Rosa y 150
denuncias más por violación de derechos humanos ante la CIDH; entre otros hechos.
El Perú llegó a este evento internacional con antecedentes poco favorables para el sistema interamericano
de protección de derechos humanos. Así, por ejemplo, en abril de 1997 se había desatado ya una primera
amenaza de crisis entre el régimen y la OEA, producida por el contenido del Informe Anual de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH) y la reacción que éste causó en las esferas de
gobierno:
“La sección sobre Perú contenida en el capítulo IV del Informe Anual de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH) ha puesto de vuelta y media al
gobierno y a la embajadora del Perú en la OEA, Beatriz Ramacciotti, quien habría llegado
386
13 de junio de 1997.
387
Del 2 al 6 de junio de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
a amenazar con retirar el ofrecimiento para que la Asamblea General del organismo se
realice en el país. La CIDH debe presentar su informe anual a la Asamblea General, la cual
este año se llevará a cabo en Lima del domingo 1 al miércoles 4 de junio. Dicho informe
incluye las principales actividades de la Comisión y da cuenta de la situación de los
derechos humanos en diversos países. Así se aprobó en la sesión de marzo de la CIDH y
debía ser enviado para su consideración por los cuerpos políticos de la OEA. Pero salió
con retraso, fue retenido y luego devuelto a la CIDH sin que se sepan las razones de tan
insólito proceder. Finalmente fue entregado al secretario general de la OEA, César
Gaviria, el viernes 11 y éste lo habría remitido el jueves 14 al presidente del Consejo
Permanente para su distribución. Este, el órgano político de mayor jerarquía, refiere el
Informe a la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos (presidida por la embajadora
Ramacciotti). Es en esa instancia donde los países pueden presentar sus observaciones. El
Perú ha criticado duramente el procedimiento seguido por la CIDH, pues no habría sido
entregado con el tiempo necesario para realizar las observaciones correspondientes
antes de la aprobación definitiva. Y lo mismo habría ocurrido con los informes
correspondientes a Colombia, Cuba y Guatemala. La próxima semana el Consejo
Permanente o su Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos examinarían el Informe que,
por el momento, permanece celosamente en reserva”. 388 236
Antes de la Asamblea, la posición peruana era ya tan insostenible, que la orden clara y contundente
proveniente de Palacio de Gobierno fue evitar a toda costa la difusión del Informe Anual de la CIDH, aun
cuando para ello se tuviera que recurrir a acciones vedadas sin precedentes en la práctica diplomática
peruana:
“El asunto había ya saltado en Washington, primero, buscando que el informe anual de la
CIDH (que incluía los casos Perú, Guatemala y Colombia) no fuera repartido antes de la cita
de Lima, con el pretexto de que el Perú no tuvo ocasión para ejercer una defensa cabal. La
embajadora Ramacciotti logró detener el documento, apelando a una acción inédita y
creando una tensión jurídica también sui generis. Algunos países miembros se opusieron a
tales triquiñuelas. Un rol protagónico en la cuestión la tuvo la embajadora argentina Alicia
Martínez, quien cuestionó la labor de la Presidencia. La respuesta no se hizo esperar. En
Lima, la Cancillería convocó al embajador argentino para pedirle explicaciones. Actitud
insólita. Finalmente, el documento se repartió y entonces los ojos pusieron mayor atención a
lo que se decía sobre el Perú. Y es que la política del ocultamiento a la fuerza, quizá sólo
388
Revista Caretas. Mar de fondo, Edición No. 1461 del 17 de abril de 1997.
La política exterior del Fujimorato
rinda frutos en esta comarca, pero resulta inusual y hasta escandalosa en los fogueados
ámbitos de la diplomacia interamericana.” 389
La asamblea misma, cuyo foco de atención fue la corrupción política, fue escenario también de las pugnas
políticas derivadas del autoritarismo fujimorista y, claro está, del estilo confrontacional que el gobierno
venía adoptando en el área diplomática:
“Minutos antes de las cinco de la tarde del martes 3, en el lobby del Hotel Oro Verde se
produjo una turbamulta. Los congresistas de la oposición Lourdes Flores, Carlos Chipoco,
Anel Townsend y Jorge Del Castillo ingresaban para entrevistarse con los miembros de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Ya en el hemiciclo, Alberto Fujimori reconoció, durante su discurso inaugural, que aún subsistían casos de
corrupción en el Perú, pero puso más énfasis en culpar -aunque sin hacer mayores precisiones- a ciertos
medios de comunicación y a algunos periodistas de colaborar con acciones ilegales391, aludiendo
directamente a las denuncias derivadas del control de la prensa en general y el comportamiento de la
389
Revista Caretas. ¿Qué hacen estos acá? Edición No. 1468 del 5 de junio de 1997.
390
Revista Caretas. ¿Qué hacen estos acá? Edición No. 1468 del 5 de junio de 1997.
391
Diario "El Comercio" 02/06/97
Julio Álvarez Sabogal
prensa amarilla en particular. Lo censurable de estas declaraciones fueron las graves generalizaciones que
hizo Fujimori y el hecho de que éstas coincidieran con una campaña que acababa de iniciar el gobierno con
el comunicado del Comando Conjunto de las FFAA sobre Baruch Ivcher; seguido de montajes publicados en
ciertas revistas claramente contratadas por el régimen. El ojo de la tormenta en esos días era Ivcher, el
presidente de Frecuencia Latina, cuyo canal había cambiado de una línea oficialista a una posición
independiente y crítica, en virtud de la cual realizaba y difundía reportajes de investigación que no eran de
agrado del gobierno, a través del programa “Contrapunto”. Uno de tales reportajes había revelado los
ingresos millonarios declarados por el asesor “ad honorem” Vladimiro Montesinos, jefe de facto del SIN.392
Asimismo, en los debates de la Comisión Jurídica de la XXVII Asamblea General de la OEA, a diferencia de los
delegados de Guatemala y Colombia, quienes expresaron que sus gobiernos harían más esfuerzos para
corregir los errores y salir de los informes anuales de la CIDH, la delegación peruana expresó su
inconformidad declarando que "el informe nos ha causado sorpresa y desaliento", que "éste carecía de una
perspectiva integral" y que el enfoque era "desactualizado" porque correspondía más a una "metodología
de evaluación dada a las dictaduras".393
Más adelante, mientras se discutían las recomendaciones para la elaboración, consulta, circulación y
difusión del informe anual, Beatriz Ramacciotti protagonizó otro hecho que fue registrado por la prensa:
238
“Dijo: "Llamar la atención" a la Comisión sobre el asunto de la entrega previa de los informes
(es decir, las consultas a los países mencionados en éste). Lo cual equivalía a señalar que se
le criticaba por no haberlo hecho antes. El sentido de la frase era "llamar a la atención
(invocar) de la Comisión el trámite de consulta a seguir".
Por eso la embajadora argentina Zelmira Ragazzoli reaccionó de inmediato: "No se asuste,
Sra. Presidenta, pero creo que el proyecto de resolución debería pasar a una comisión de
redacción y estilo". Quien se dirigía a Beatriz Ramacciotti no sólo era su paisana sino también
su prima hermana.” 394
392
Esto, sumado a la destitución de los magistrados del Tribunal Constitucional, ocasionó el 5 de junio una
multitudinaria marcha de protesta de obreros, empleados, profesionales, universitarios y jubilados.
393
Revista Caretas. ¿Qué hacen estos acá? Edición No. 1468 del 5 de junio de 1997.
394
Revista Caretas. ¿Qué hacen estos acá? Edición No. 1468 del 5 de junio de 1997.
La política exterior del Fujimorato
Estados miembros los informes nacionales sobre la situación de los derechos humanos, después de haber
recibido los descargos del país objeto del informe. No obstante, dicho acuerdo no pasaría de ser una
victoria circunstancial y exclusivamente procedimental. La CIDH, en una conferencia de prensa y un
comunicado que emitió luego de finalizada la asamblea, destacó la importancia del Tribunal Constitucional
para la protección de los derechos humanos y expresó que esperaba que su funcionamiento regular se
reiniciara lo antes posible. Como respuesta, días después,395 la mayoría fujimorista del Congreso aprobó
una moción de rechazo a las críticas de la CIDH.
El conflicto del Alto Cenepa con Ecuador, a principios de 1995, había evidenciado las limitadas capacidades
bélicas del Perú. Ello obligó al gobierno a diseñar una estrategia defensiva y ofensiva que incluía la
adquisición de un sistema integral de alta tecnología y que, por lo tanto, convertía el tema de la defensa del
territorio y la soberanía en una exigencia prioritaria de la agenda exterior. La atención de este tema recayó,
como era lógico, en manos de la cúpula cívico-militar que gobernaba el país, la cual, sin embargo,
aprovechó la coyuntura para obtener ganancias ilícitas en provecho propio, tal como bien lo describe
Orlando Paredes en Odisea y Perspectiva de la Fuerza Armada en Perú:
239
“En este conflicto es cuando renace la figura del General Nicolás de Bari Hermoza, militar
considerado como uno de los hombres más poderosos del Perú durante el gobierno de
Fujimori, quien llega a comandar el Ejercito el 16 de diciembre de 1991, en reemplazo del
General Pedro Villanueva Valdivia, luego de firmar las resoluciones supremas en donde se
daba de baja a los Generales de División José Pastor Vives, Luis Palomino Rodríguez y Jaime
Salinas Sedo.
Su primera "guerra" a enfrentar será la intentona golpista de Salinas Sedó, quien sin poseer
el mando de tropas, intentara escenificar un golpe con el apoyo de los efectivos de la
Segunda Región Militar. Rebelión que no se hará efectivo por la traición del Coronel Jorge
Noblecilla Merino, quien trabajaba en oficinas cercanas a las de Hermoza.
Pero no solo cómplice de malos manejos en la Fuerza Armada, sino también acusados de
complicidad y colaboración con las mafias del narcotráfico del "Vaticano", quienes lo
acusan de recibir cupos de las "firmas" cuando se desempeñaba como Presidente del
Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en complicidad con el ex Jefe Político Militar
395
11 de junio de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
del Huallaga, General Eduardo Bellido Mora y el entonces Jefe de Estado Mayor
Operativo Coronel Roberto Chiabra León ...
...el Perú se va encontrar en la necesidad de realizar la compra de armas entre las cuales
se encuentran los aviones MIG-29 (...) se sabe que participaron Vladimiro Montesinos, el
General Malca Villanueva, el General Hermoza Ríos y por supuesto el presidente Alberto
Fujimori, quien será el principal promotor de la compra de Bielorrusia de los cuestionados
MIG-29, igual numero de Sukhoi y de otros caza bombarderos MIG-29SE adquiridos a la
Federación Rusa, violando el reglamento de la Fuerza Aérea.
Lo cierto es que se sobrevaluó dichas armas, ya que "de acuerdo a la oferta presentada
por Ucrania, cada MIG-29 debidamente equipado costaba 8 millones 477 mil 777 dólares,
contra los 15 millones 5777 mil 554 que oficialmente costo uno en Bielorrusia. Pese a las
consideraciones técnicas y financieras se descarto la oferta de plano y se eligió a
Bielorrusia. Perú hubiera ahorrado 37 millones 167 mil 580 dólares.” 396
“Existen pruebas de que los encargados de manejar estos recursos se han enriquecido
ilícitamente, como lo demuestran las cuentas bancarias descubiertas a personal militar y
civil ligado con estas operaciones de adquisición de armas. Están las cuentas bancarias
encontradas en Suiza de Vladimiro Montesinos –jefe de facto del SIN y cogobernante- por
más de US$ 70 millones; del ex general EP Hermoza Ríos por US$ 20 millones; del ex
Ministro Víctor Malca por US$ 14 millones, y del ex Ministro Joy Way por millones de
dólares. Están ahí, como muchos testigos del drama nacional, las evidencias de
enriquecimiento ilícito de muchos altos de esos años cruciales. Mucho personajes de la
mafia están en prisión, y se han entregado a la justicia proveedores privados de
396
Paredes, Orlando L. Odisea y Perspectiva de la Fuerza Armada en Perú. Ensayo para la comprensión de las
Relaciones Civiles-Militares. Revista "Quehacer" DESCO. Lima 2001. Dirección web:
http://www.monografias.com/trabajos11/odiseay/odiseay.shtml#FUJI. Fecha de consulta: 4 de julio de 2005.
397
Despacho noticioso. Reuters. Congreso peruano investiga comprar de armas en guerra con Ecuador. Lima, 28 de
junio de 2005.
La política exterior del Fujimorato
equipamiento militar que están confesando sus delitos, cometidos en asociación con los
funcionarios encargados de los manejos en la adquisición de armas.” 398
El discurso que diera en marzo de 1996 en Ginebra, el entonces Ministro de Justicia, Carlos Hermoza Moya,
durante su presentación ante el 52 período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU,
llamó la atención de la opinión pública interna. La revista Caretas recogió sus declaraciones con respecto a
la política del gobierno fujimorista en materia de justicia:
... el ministro de Justicia Carlos Hermoza Moya sostuvo gruesas inexactitudes para
justificar la política del gobierno en esa materia. Una muestra: "el reciente asesinato
cometido por SL de la valiente dirigente popular Pascuala Rosado, ha motivado que el
Congreso de la República considere conveniente prorrogar la vigencia de la normatividad
relativa a los jueces sin rostro". La verdad es que el Congreso prorrogó la vigencia de los
jueces sin rostro en octubre de 1995 y Pascuala fue asesinada en marzo de 1996.
Defendiendo la ley de amnistía o impunidad en favor de los asesinos de La Cantuta, dijo
que se había promulgado una Ley de Arrepentimiento otorgando beneficios "a más de
241
5,000 terroristas condenados o sentenciados por nuestros tribunales". Lo cierto es que la
inmensa mayoría de esos 5,000 no eran arrepentidos, sino campesinos liberados de SL, y
jamás fueron juzgados o sentenciados. 399
Mientras esto ocurría en Ginebra, en Lima se realizaba casi en simultáneo la Primera Conferencia
Interamericana Especializada sobre Terrorismo, en la cual se emitieron dos importantes documentos: “La
Declaración de Lima” y el “Plan de Acción de Lima”. En estos documentos se formularon categóricos
pronunciamientos y se diseñaron medidas destinadas para prevenir, combatir y eliminar el terrorismo en la
región. También se acordó tipificar el acto terrorista como “delito común grave”.
Todo ello hizo que los esfuerzos del régimen por ocultar el aislamiento que se venía engendrando
resultaran inútiles, tal como lo muestra el anecdótico e ilustrativo documento de ayuda que la OEA
distribuyó entre sus miembros con ocasión de su XXVII Asamblea General, realizada en Lima, en junio de
1997, y sobre el cual hizo referencia Caretas:
398
Dammert Ego Aguirre, Manuel. El Estado mafioso: Fujimori-Montesinos, el poder imagocrático en las sociedades
globalizadas. Ediciones El Virrey. Lima 2001. p. 198.
399
Revista Caretas. Mar de fondo, Edición No. 1409 del 11 de abril de 1996.
Julio Álvarez Sabogal
“Como para prepararlos para el inverosímil escenario que encontrarán al llegar al país, la
OEA ha distribuido entre los miembros de su "staff" que nos visitarán en los próximos
días, una lista de "recomendaciones para viajar" que, por momentos, parece más bien las
instrucciones de un juego de mesa que bien podría llamarse "Tres días en una República
Bananera". A los previsibles consejos de evitar las calles solitarias, sólo tomar taxis que
pertenezcan a compañías formales y cuidarse de las astucias de los vendedores
callejeros, la organización añade otras singulares sugerencias que dan una idea de la
imagen que actualmente proyecta el Perú en materia de seguridad.
En cuanto al hotel donde uno se hospeda, por ejemplo, recomienda poner siempre la
señal de "no molestar" en la puerta de la habitación "para dar la impresión de que está
ocupada mientras usted está afuera". También invita a considerar la posibilidad de dejar
la luz o la televisión encendidas, y advierte que no se debe abrir la puerta al personal de
servicio sin antes verificar con recepción, ni aceptar paquetes extraños para sacar del
país. La verdad es que un hotel que merezca semejantes precauciones podría ofrecerse
como sede para un congreso de espías, más que como alojamiento de embajadores.
Pero la más inquietante de las recomendaciones que la OEA hace a sus miembros antes
de visitar la Ciudad de los Reyes es la de poner al día "todos sus documentos
importantes", incluyendo el testamento, un preparativo que generalmente se reserva
para viajes definitivos.” 400
En agosto de 1995, los relatores especiales sobre la independencia de los jueces y abogados, sobre
ejecuciones extrajudiciales y sobre la tortura; así como el Presidente del Grupo de Trabajo sobre
Desapariciones Forzosas de las Naciones Unidas, hicieron llegar una carta pública al canciller peruano
expresando lo siguiente:
400
“Turismo De Riesgo: lo que la OEA sugiere a sus miembros antes de viajar al Perú” Edición No. 1467 del 29 de mayo
de 1997, Revista Caretas.
La política exterior del Fujimorato
La citada carta no sólo fue apoyada también por el Presidente de la Subcomisión de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas, sino que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), el Comité para la Protección de
Periodistas con sede en Nueva York y muchas otras instituciones, hicieron públicas estas denuncias, por
considerar que el periodismo en el Perú venía siendo amenazado gravemente por las constantes
violaciones a la libertad de prensa,
En 1996, el Comité del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU planteó serias
observaciones, sugerencias y recomendaciones al gobierno peruano para rectificar la situación de los
derechos humanos en el país. Entre estas recomendaciones destacaron la revocación de las leyes de
amnistía, modificación de la legislación antiterrorista y establecimiento de un sistema eficaz de
indemnización a las víctimas de violaciones de los derechos humanos. Al mismo tiempo, el Relator Especial
de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre independencia de jueces y abogados 243
visitó el Perú e hizo un severo cuestionamiento al sistema de los "tribunales sin rostro" y al proceso de
reforma en la administración de justicia.
En julio del mismo año, el Parlamento Europeo adoptó una Resolución sobre el Perú, expresando su
preocupación sobre la situación peruana, solicitando al gobierno la adopción de ciertas medidas y
señalando que, a partir de entonces, cualquier cooperación futura con el Perú estaría vinculada a una
mejora de la situación de los derechos humanos. En agosto de ese mismo año, representantes de diversas
ONGs internacionales con status consultivo hicieron referencia a la situación de los derechos humanos en el
Perú ante la Sub-Comisión de Prevención de Discriminaciones y Protección de Minorías de Naciones
Unidas.
En mayo de 1997, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales revisó el primer informe del
gobierno peruano, expresó su preocupación sobre varios aspectos y señaló ciertas recomendaciones con
respecto a la situación de los derechos humanos. En enero de ese año, el Relator Especial contra la Tortura
401
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Informe Anual 1995. Informe sobre la situación de los derechos
humanos en el Perú. Dirección web: http://www.dhperu.org/download/Infanual/Informe%20Anual%201995.pdf.
Consulta: 8 de febrero de 2005.
Julio Álvarez Sabogal
de Naciones Unidas había manifestado ya su preocupación por las denuncias sobre torturas en el Perú en el
informe anual que presentara a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. A su vez, la CIDH en
su Informe Anual de 1996, dado en mayo de 1997, señalaba que la legislación terrorista debía "alinearse
con la Convención Americana" y recomendaba que "se modifique los artículos 140E y 173E de la
Constitución peruana, a fin de hacerla compatible con los artículos 4E, 7E y 8E de la Convención Americana
de Derechos Humanos".
Se dieron a conocer también en 1997 los informes del Representante del Secretario General de Naciones
Unidas sobre Desplazados402, del Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas
sobre la tortura403, del Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre
ejecuciones extrajudiciales sumarias o arbitrarias404 y del Grupo de Trabajo de la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas. Esta comisión acordó finalmente que el Grupo de Trabajo sobre
Detención Arbitraria visitara el Perú.
A todo esto se sumaron, entre 1998 y 1999, los pronunciamientos de la Sociedad Interamericana de Prensa,
el Comité de Protección de los Periodistas, Freedom House, el Relator para la libertad de prensa de la CIDH,
entre otros, denunciando rotundamente el deterioro de la situación de la libertad de prensa en el Perú
(iinseguridad jurídica, ausencia de independencia del Poder Judicial, amenazas y campaña de desprestigio y
persecución contra la prensa crítica al gobierno). Finalmente, dos casos de violaciones de derechos 244
La designación de Eduardo Ferrero Costa como Ministro de Relaciones Exteriores el 17 de julio de 1997
despertó algunas esperanzas, pero lamentablemente fue una más de las tácticas que utilizó el régimen para
mejorar la cada vez peor imagen político-democrática del gobierno de Fujimori.
402
Condenaba las violaciones de los derechos humanos y expresaba sus recomendaciones sobre la legislación
antiterrorista en cuanto violaban las normas internacionales, entre ellas las normas de amnistía.
403
Comunicó al gobierno peruano que se continuaba recibiendo información sobre el uso reiterado de la tortura por la
Fuerzas de seguridad peruana y observó la utilización sistemática del Estado de emergencia en extensas zonas del país
en las que las FFAA ejercían el control militar y político.
404
Expresa su opinión sobre la situación de violación de los derechos humanos en el Perú y las implicancias de la Ley
de Amnistía, sobre todo de impunidad.
La política exterior del Fujimorato
Tan pronto Ferrero Costa asumió el cargo de Canciller, se vio forzado a lidiar con las repercusiones
internacionales ocasionadas por la intervención ilegal del Tribunal Constitucional y de la prensa, el
agravamiento de la situación de los derechos humanos y el deterioro de la imagen exterior del país. Sus
credenciales profesionales y académicas, en especial su impecable trayectoria como académico
identificado con el derecho y los valores democráticos, hacían de él un excelente candidato para la
Cancillería. Hasta entonces, Ferrero Costa había sido vicepresidente y miembro del Comité de las Naciones
Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial, CERD (desde 1998), así como presidente de la
Comisión Peruana para la Cuenca del Pacífico, PERUPEC (1991-1994), miembro del Consejo Directivo del
Programa Conjunto sobre las Relaciones Internacionales para América Latina, RIAL (1986-1990), miembro
de la Comisión Consultiva del Ministerio de Relaciones Exteriores (1986-1992) y presidente ejecutivo y
miembro del Centro Peruano de Estudios Internacionales, CEPEI, desde 1983.
o 1er Postulado
La agenda de política exterior fue dividida en dos grandes grupos: “Temas” y “Problemas”.
Los “Temas” se referían a cuestiones globales que debían ser abordadas “de manera positiva”; esto es,
como conceptos y no como problemas. En este grupo, paradójicamente, se encontraban aquellos temas
que en esencia eran problemas para el régimen, es decir, los derechos humanos, la democracia y la
búsqueda de un nuevo orden basado en el derecho internacional.
Por el contrario, los “Problemas” se referían a temas globales negativos, como narcotráfico, terrorismo,
corrupción y amenazas contra la salud mundial.405
o 2do postulado
405
Ferrero Costa, Eduardo. Discursos del Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Eduardo Ferrero Costa, ante el
Congreso de la República el 3 de setiembre de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
Los “temas” eran abordados por materias o por sectores y con claro enfoque de realismo político que
permitía relativizar culturalmente los serios problemas y cuestionamientos que el régimen venía
enfrentando en torno a los derechos humanos y democracia; y que enaltecía el Estado como actor
internacional principal y casi exclusivo en el nuevo orden internacional.
o 3er postulado
Los “problemas” estaban diseñados para que el régimen pudiese obtener réditos en forma de cooperación.
Es necesario señalar que esta clasificación de “temas” y “problemas” no fue casual, ni obedeció solamente
a una preferencia técnica carente de motivación política. Por el contrario, se buscó intencionalmente que
los cuestionamientos en materia de derechos humanos y democracia en el Perú fuesen eliminados de la
agenda de la comunidad internacional.
o 4to postulado
La aproximación al tema de los derechos humanos no se haría más desde el ángulo de la represión o
respeto de a los derechos civiles y políticos. El enfoque se concentraría en ofrecer aportes para promover
los derechos del niño, la mujer, poblaciones indígenas, desplazados internos, entre otros, desviando con
246
ello la atención mundial de los reales problemas del Perú como eran el retroceso del proceso democrático y
la violación sistemática de los derechos humanos. Estos necesitaban ser soslayados o ignorados pero, en
ningún caso, ser abordados como problemas, pues esto hubiera forzado al régimen a explicitar las
relaciones causales de tales problemas. Ello hubiera terminado por cuestionar las bases autoritarias y
corruptas del gobierno.
o 5to postulado
Se destacó la importancia de las diferencias culturales en el debate sobre los derechos humanos; el cual,
para la política exterior fujimorista, debía comprender dos aspectos en los que, lo más importante, era que
se respetasen las particularidades políticas nacionales:
406
Ferrero Costa, Eduardo. Op. cit.
La política exterior del Fujimorato
o 6to postulado
Se fortaleció la dimensión legalista, conceptual y declarativa de los derechos humanos, consagrando una
política exterior totalmente retórica y plagada de frases suntuosas que parecían referirse a una realidad
distinta a la peruana en donde campeaba la corrupción y el autoritarismo crecientes:
407
Ferrero Costa, Eduardo. Intervención del Dr. Eduardo Ferrero Costa, Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, en
el debate general de la 52ª Asamblea General de las Naciones Unidas.
408
Ferrero Costa, Eduardo. Op. cit.
409
Ferrero Costa, Eduardo. Exposición del Dr. Eduardo Ferrero Costa, Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, ante
el 53 período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Julio Álvarez Sabogal
Durante la tercera semana de julio de 1997, la SIP, previo acuerdo con el gobierno, envió una misión
especial encabezada por el Presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Danilo Arbilla,
para dialogar con el presidente Fujimori. Los temas de fondo eran dos. Primero, la declaración que había
efectuado la SIP semanas antes acerca de que la publicidad gubernamental peruana contra los periodistas y
medios de prensa constituía "un acto de claro carácter totalitario y un abuso de poder", la misma que fue
difundida por algunos canales de televisión nacional. Segundo, la crítica contra la decisión del gobierno
peruano de despojar de la ciudadanía peruana al empresario periodístico nacionalizado Baruch Ivcher, en
represalia por denunciar el abuso de poder por parte de ciertos sectores castrenses.
Pese a que el diálogo con el presidente Fujimori había sido previamente acordado y que éste, con el
objetivo de tranquilizar a la opinión pública internacional, había hecho referencias a la total subordinación
militar respecto al mandato civil y el “irrestricto” respeto a la libertad de prensa y los derechos humanos, el
mandatario peruano se negó a recibir a la misión especial de la SIP.
En líneas generales, dicha misión concluyó que se podía inferir la existencia de libertad de informar y opinar
en el Perú, lo que daba lugar a cierta riqueza informativa, pero subrayó que no obstante lo anterior, se
evidenciaban "barreras" que impedían hablar de una absoluta libertad de prensa; tanto en el acceso a la
información, como en la discriminación informativa por parte de algunas autoridades.
248
2.3.Conflicto con la Cruz Roja Internacional
Cuando, en enero de 1997, la crisis de los rehenes en la residencia del embajador de Japón se encontraba
en uno de sus puntos más críticos, la Cruz Roja Internacional (CICR) suspendió su asistencia a los 73 rehenes
secuestrados, por considerar que el gobierno no garantizaba el seguimiento de las reglas de seguridad en la
zona. Varios miembros del régimen habían criticado duramente la forma en la que los representantes de la
CICR venían afrontando la crisis, en particular porque estos cuestionaban las decisiones que tomaban los
miembros de las Fuerzas Armadas. En respuesta a estas críticas, la CICR suspendió su asistencia y defendió
enérgicamente la neutralidad con la que sus representantes en Lima habían actuado.
Medio año después, Cornelio Sommaruga, representante de la CICR, en una entrevista que sostuvo con el
presidente Fujimori para reanudar las visitas a las prisiones peruanas, recibiría de éste un lapidario "tan
pronto sea posible" como única respuesta. El representante de la CICR concluiría su visita indicando que
estaba "descorazonado" y subrayando que, si bien no tenía que existir cordialidad, sí había al menos nivel
suficiente de confianza como para no romper el diálogo. Pero no ocurrió tal como él se lo imaginó, pues el
gobierno venía entrando ya en una fase de profunda confrontación que lo llevaba a hacer desplantes
públicos a las organizaciones de la sociedad civil internacional.
La política exterior del Fujimorato
Más tarde,410 el delegado de la CICR, Armin Kobel, se vería en la necesidad de sostener una reunión en
privado con el Canciller Eduardo Ferrero, en vista de que el gobierno insistía en impedir la visita regular de
representantes del CICR a las cárceles.411 La CICR sólo reanudaría las visitas a las cárceles del país a
mediados de enero de 1998.
La crisis política e institucional que había desatado el régimen fujimorista afectó también el desarrollo de la
VIII Conferencia Internacional Anticorrupción, en Lima en setiembre de 1997.412 Esta fue, en opinión de
Caretas, “la primera referencia palpable de que algo estaba andando mal en el Perú.” 413
Primero, Blanca Nélida Colán, Presidenta de la Comisión Ejecutiva del Ministerio Público y de la
Conferencia, dejó estupefacto al público asistente cuando sostuvo que el Perú era "medianamente
corrupto":
Sostuvo que el Perú era "medianamente corrupto", confesión que puede considerarse
singularmente valiente dado que se la consideraba una vocera oficial y que el gobierno se
había enorgullecido que Lima fuera la sede de la cita, tomando esta decisión como una
muestra de reconocimiento a la labor moralizadora llevada a cabo por la actual
administración.
El discurso oficial no cabe duda que ha impactado en los asistentes, que consideran que
el Perú ha logrado superar una etapa de franca inmoralidad pública por parte de los
gobiernos precedentes.
410
19 de setiembre de 1997.
411
Revista Caretas. Mar de Fondo. Ediciones No. 1479 y 1484 del 21 de agosto y 25 de setiembre de 2004.
412
Segunda semana de setiembre de 1997.
413
Revista Caretas. “Anticorrupción: cruzada ética remueve cimientos nacionales”, Edición No. 1482, del 11 de
setiembre de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
En general, ponentes de diversos puntos del planeta han señalado que para los gobiernos
no es tarea fácil combatir la corrupción, aún cuando exista una voluntad política en tal
sentido.” 414
Colán ejercía entonces la presidencia de una comisión ejecutiva que había sido creada con la única finalidad
de restar atribuciones efectivas al Fiscal de la Nación, lo que fue denunciado públicamente en el mismo
evento por el propio Miguel Aljovín, quien era en ese momento el titular de cargo. Aljovín dejó en evidencia
la manera en la que el régimen venía construyendo el edificio autocrático al revelar que, en nombre de una
reforma y a favor de una Comisión Ejecutiva, se le habían recortado atribuciones constitucionales a su
cargo, convirtiéndolo en una "figura decorativa":
“Un primer requisito en el que concordaron los ponentes -empezando por César Gaviria,
Secretario General de la OEA y luego seguido por profesores e investigadores
norteamericanos y europeos- es que la administración institucional de un país tiene que
ser particularmente respetuosa de la independencia de poderes. Y que al mismo tiempo
debe existir permeabilidad para aceptar la influencia de la sociedad civil como contrapeso
del poder oficial.
Preguntado al respecto, Gherardo Colombo, uno de los magistrados milaneses del equipo 250
de "Mani Pulite", reconoció que "hubiera sido imposible arribar a cualquier resultado si la
magistratura no hubiera sido independiente del poder político. Esa es la condición básica de
cualquier empresa anticorrupción".
En este punto, más de un oficialista local se sintió tocado, sabiendo que las paladinas frases
de Blanca Nélida Colán eran tan sólo retóricas: en el Perú no existe interferencia de otros
poderes en relación con la labor de los fiscales y del Ministerio Público. A las pocas horas,
en pleno recinto de la Asamblea, se recibiría un mentís definitivo respecto a estas fantasías
morigeradotas.
Es verdad que una reunión de tal envergadura no iba a concentrarse en modo alguno en el
caso del Perú (...) Pero una expresión tan rotunda como la del Fiscal de la Nación, Miguel
Aljovín, que relató cómo se le habían recortado sus atribuciones constitucionales,
convirtiéndolo en una "figura decorativa", en nombre de una reforma que sujetaba al
Ministerio Público al designio del Poder Ejecutivo, atrajo la atención de los asistentes. Era la
414
Revista Caretas. “Anticorrupción: cruzada ética remueve cimientos nacionales”, Edición No. 1482, del 11 de
setiembre de 1997.
La política exterior del Fujimorato
primera referencia palpable de que algo estaba andando mal en el Perú, pese a los
empeños en los talleres y plenarias de personalidades dispares como Miguel Velit, Marcos
Ibazeta, Beatriz Ramacciotti, coincidentes en el común propósito de ponderar las galas
democráticas del Perú de hoy.” 415
Del mismo modo, la ponencia del Defensor del Pueblo en la Comisión de Constitución, Jorge Santisteban,
también abordó un tema que puso en duda las publicitadas galas democráticas del régimen, al referirse a la
forma cómo la mayoría oficialista del Congreso evadía su obligación de publicar sus declaraciones juradas,
tal como lo exigía la Constitución para todos los funcionarios y asesores públicos del gobierno, en aras de la
ética y transparencia en el ejercicio de la función pública:
415
Revista Caretas. “Anticorrupción: cruzada ética remueve cimientos nacionales”, Edición No. 1482, del 11 de
setiembre de 1997.
416
Revista Caretas. “Anticorrupción: cruzada ética remueve cimientos nacionales”, Edición No. 1482, del 11 de
setiembre de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
Este estado de la situación determinó que dos meses más tarde, en simultáneo a la VIII Conferencia
Internacional Anticorrupción, el Canciller Eduardo Ferrero realizara una visita oficial a los Estados Unidos,417
cuya agenda tenía a la alicaída imagen externa del Perú como uno de sus puntos relevantes:
“Un buen augurio, para algunos, ha sido la reunión de varios embajadores en el exterior.
Ricardo Luna vino de Washington, Beatriz Ramaccioti de la OEA, Fernando Guillén de
Nueva York, María Luisa Federici de París. El tema era la imagen externa, pues no podía
dejar de aceptarse que había una contradicción entre lo que hacía Promperú o Prompex -
los famosos "Roadshow"- y la valoración política de los últimos sucesos por parte de la
opinión pública en los países desarrollados.
Una consecuencia inmediata es el programado viaje a los Estados Unidos del Canciller
Eduardo Ferrero, principios de setiembre, cuya importancia no sólo se centra en la esfera
del Ejecutivo y el Departamento de Estado sino también ante la prensa y el poderoso
Congreso, donde ya ha habido expresiones de desacuerdo con el caso Ivcher. Tiene también
la delicada empresa de esclarecer el asunto de las armas y explicar si, en efecto, bullen en
el Perú ánimos belicistas por parte de una facción de halcones que urgen por un desquite de
los acontecimientos del Cenepa en 1995.” 418
252
Como era de esperarse, las reuniones que sostuvo Ferrero revelaron que la situación política en el Perú era
una de las mayores inquietudes de las autoridades y prensa estadounidenses:
“Ferrero, quien expuso ante el Congreso el miércoles 3 sobre las líneas de acción que
seguirá su gestión, llegó a Washington el domingo 7 por la noche en visita de tres días. El
lunes 8 se reunió con el editor adjunto de The Washington Post, Stephen Rosenfeld y la
editora de la página diplomática, Nora Boustany, con quienes trató, entre otros, temas
relacionados con la política antidrogas de Perú y EE.UU. Al día siguiente Ferrero se
entrevistó con el zar antidrogas, Barry Mc Caffrey, el subsecretario de Estado para Asuntos
Políticos, Thomas Pickering, y el secretario de Estado adjunto para Asuntos
Interamericanos, Jeffrey Davidow. Y posteriormente hizo lo propio con el consejero y
enviado especial para las Américas del presidente Bill Clinton, Thomas Mc Larthy y el
417
Entre el 7 y 10 de setiembre de 1997.
418
Revista Caretas. “Sobre halcones y palomas”. Edición No. 1479, del 21 de agosto de 1997.
La política exterior del Fujimorato
Uno de los objetivos principales de la visita fue aligerar la carga que significaba el creciente deterioro de la
imagen político-democrática externa del país a raíz del caso de despojo de la nacionalidad de Baruch Ivcher
y de la expropiación de su canal de televisión a favor de los hermanos Winter:
“Las entrevistas de Ferrero habrían estado rodeadas de un “buen clima”, dijeron fuentes
estadounidenses, aunque señalaron que los representantes del Departamento de Estado
tenían muchas inquietudes respecto de la situación política.
Una de ellas fue el caso del empresario de televisión Baruch Ivcher, quien se encuentra en
Miami, luego de que una resolución directoral del Ministerio del Interior dejó “sin efecto” su
nacionalidad peruana.
Ferrero habría explicado la decisión del gobierno de que sea el Poder Judicial quien resuelva
esta situación (...)
Hasta donde se sabe, son quince los temas de la relación bilateral Perú y Estados Unidos, de 253
los cuales, los más “sensibles” son los que tienen que ver con la democracia y los derechos
humanos.”420
Como consecuencia de una audaz acción que pretendía limpiar la imagen del asesor Vladimiro Montesinos
y del régimen, ocurrió una breve, pero reveladora crisis en mayo de 1998. Ésta, de acuerdo a los analistas
políticos y activistas de derechos humanos, dejó en evidencia el desprestigio del citado asesor y el hecho de
que venía siendo fuertemente cuestionado en los Estados Unidos como interlocutor en la lucha contra las
drogas.
En dicha época, el General Barry McCaffrey, Director de la Oficina para el Control de Drogas de la Casa
Blanca, realizó una visita a Lima para asistir a una reunión en la que, sin su conocimiento y fuera de la
agenda previamente coordinada, Montesinos hizo una breve presentación. Esta situación fue aprovechada
419
Revista Caretas. “Sobre halcones y palomas”. Edición No. 1479, del 21 de agosto de 1997.
420
La República. 10 de setiembre de 1997.
Julio Álvarez Sabogal
por una televisora local que, actuando bajo claras órdenes del gobierno, emitió un video de tal encuentro.
En él, se pudo oír el discurso de Montesinos y apreciar cuando éste estrechaba las manos de algunos
funcionarios norteamericanos. Se pretendía demostrar así las supuestas “buenas relaciones” de
Montesinos con McCaffrey y la aceptación del jefe de facto del SIN por parte del gobierno de los Estados
Unidos. De esta manera se pretendía que la autoridad moral y profesional de Barry Mc Caffrey impregnara
de una aureola de honestidad y democracia a la figura de Vladimiro Montesinos.
Esta maniobra, percibida como una emboscada diplomática, provocó que McCaffrey convocara a una
conferencia421 con el fin exclusivo de denunciar dicha emboscada y rechazar lo sugerido por las imágenes
propaladas por el canal de televisión a servicio del régimen. En ella hizo las siguientes declaraciones:
“He escuchado con gran inquietud las acusaciones en contra del señor Montesinos en la
prensa peruana, en el Congreso de ese país y por los grupos de derechos humanos tanto del
Perú como del exterior, y debo admitir que comparto la preocupación sobre estos temas. A
nivel personal me siento ofendido por sus intentos de rehabilitar su imagen frente a la
población peruana utilizando mis visitas al Perú para ser visto públicamente. Creo que sería
mucho más útil para la cooperación Perú-Estados Unidos si él permitiera ser examinado por
la prensa internacional y las asociaciones de derechos humanos, de forma tal que así la
población peruana podrá hacer una evaluación de él. Yo personalmente no pretendo darle 254
Con esta acción, el gobierno de los Estados Unidos puso una saludable distancia entre la desprestigiada
imagen de Vladimiro Montesinos y su política exterior de lucha contra las drogas.
La reacción de Alberto Fujimori no se hizo esperar. Cinco días después, el presidente peruano pidió al
General Barry McCaffrey que respetara la libertad de prensa en el Perú. A la vez, hizo una cerrada defensa
de la labor de Vladimiro Montesinos como asesor del Servicio Nacional de Inteligencia (SIN).
421
El 15 de mayo de 1998.
422
Cronología Andina. 15 de mayo de 1998. Dirección web: http://www.cajpe.org.pe/CID.htm
423
Argumentum ad verecundiam es aquel que se funda en la superioridad de hombres cuyo saber en unos aspectos les
concede, o supone que les concede, autoridad suficiente para formular juicios y llegar a conclusiones en otros
aspectos. Se incurre en esta falacia cuando usamos la autoridad, en este caso autoridad moral, de alguien en la
materia que estamos debatiendo para dar validez deductiva a lo que queremos demostrar.
La política exterior del Fujimorato
En junio de 1998, Alberto Fujimori designó en el cargo de Presidente del Consejo de Ministros al jurista
Javier Valle Riestra, político de oposición y defensor de los derechos humanos y de la institucionalidad
democrática; el mismo que había expresado en repetidas oportunidades su oposición a los planes "re-
reeleccionistas" de Fujimori. Curiosamente, también había sido abogado de los hermanos Mendel y Samuel
Winter en la disputa judicial contra Baruch Ivcher, la misma que terminó despojando a éste último de la
administración del canal 2 -Frecuencia Latina- y entregándosela a los hermanos Winter,424 como parte de la
política de enmudecimiento de la prensa independiente que se dio en los 90.
Al igual que en el caso de Ferrero Costa, el objetivo principal de su nombramiento fue, entre otros,
proyectar una falsa imagen de respeto a los derechos humanos, especialmente dentro del círculo de los
organismos internacionales.
Al iniciar su gestión, Valle Riestra declaró que su presencia en el gabinete se debía a que el Perú tenía
problemas internacionales importantes y se manifestó, una vez más, contrario a la reelección presidencial.
Expresó que su persona serviría como punto de controversia y que había aceptado el cargo para colaborar
con el Perú y con la patria, defendiendo el Estado de Derecho. Durante el tiempo que permaneció en el
cargo, Valle Riestra enfatizó los temas referidos al respeto y la aplicación estricta del hábeas corpus y la
acción de amparo, así como la promoción y acentuación de la irrestricta defensa de los derechos humanos 255
y el respeto a los tratados internacionales sobre la materia.
Las contradicciones con las prácticas autoritarias del régimen, sin embargo, no tardaron mucho en
aparecer. La Presidencia del Consejo de Ministros sufrió en junio de ese año un severo recorte de
funciones. El Decreto de Urgencia 024-98 transfirió varios organismos descentralizados al Ministerio de
Economía y Finanzas. Un mes después,425 el Presidente de la Comisión de Constitución del Congreso,
Enrique Chirinos Soto, expresó su escepticismo ante la posibilidad de que el oficialismo aceptara derogar la
Ley de Interpretación Auténtica, ley que permitía la reelección de Fujimori. Sostuvo además que el Perú no
debía acatar las resoluciones de los tribunales internacionales, tales como la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
Javier Valle Riestra tuvo que elegir entonces entre alinearse, o dimitir, y renunció al cargo el 5 de agosto de
1998.
424
Revista Caretas. Mar de Fondo, Edición No. 1520 del 11 de junio de 1998.
425
En julio de 1998.
Julio Álvarez Sabogal
La estrategia del régimen, no obstante, no fue un total fracaso, pues se logró "limpiar" parcialmente la
imagen del gobierno con el prestigio de Valle Riestra, quien le había otorgado una pincelada de respeto a
las instituciones democráticas y a los derechos humanos. En una entrevista concedida días después a un
semanario, el jurista intentaría justificar su participación:
2.8.Falacia de causa falsa427 o diplomacia cosmética: los supuestos avances en materia de derechos
humanos
La designación de Javier Valle Riestra como Primer Ministro fue sólo una muestra superficial del tipo de
acción exterior que se venía diseñando, la misma que durante la gestión de Eduardo Ferrero elevó la
diplomacia cosmética al nivel de lineamientos de política exterior.
426
Revista Caretas. “Lo que no había dicho Javicho”. Entrevista a Javier Valle Riestra, Edición No. 1529 del 13 agosto
de 1998.
427
La falacia de causa falsa consiste en tomar por condición suficiente de un acontecimiento, algo que no lo es.
La política exterior del Fujimorato
Para lograr maquillar la imagen del régimen, el gobierno se atribuía con gran denuedo una serie de éxitos
en materia de derechos humanos que eran enarbolados como pruebas de lo respetuoso que era el régimen
de los derechos humanos y la democracia en el ámbito interno.
Entre dichos “éxitos”, se destacaban la elección del Perú como miembro de la Comisión de Derechos
Humanos para el período 1998-2000, su permanencia como miembro de dicha Comisión por doce años
consecutivos (1985-1996), la realización de la Reunión de Ministros de Justicia en Lima, la invitación al
Presidente de CIDH, la participación del Perú en diversos e importantes foros de derechos humanos (el 54
Período de Sesiones de la Comisión de Derechos Humanos y el 38 Período ordinario de sesiones de la
Asamblea General de la OEA) y la obtención por parte del Perú de las presidencias de los grupos de trabajo
sobre la “Declaración de los derechos de las poblaciones indígenas” e “Implementación del derecho al
desarrollo”.
Estos “éxitos”, sin embargo, no contaban con un sustento real en el ámbito de la política interna, en donde
el gobierno dominaba la prensa y las instituciones democráticas y de control, de las que sólo se veía el
cascarón. Dichos logros fueron solamente una serie de hechos internacionales, resultado de una acción
exterior oficial eficiente cuyo objetivo era dar contenido material a un discurso oficial vacío que tenía
urgencia de mostrar ciertos laureles que fortalecieran y mejoraran la legitimidad y la imagen externa del
régimen.
Por ello, la misma CIDH y la OEA, al mismo tiempo que destacaban la existencia de mejoras en algunos
aspectos, también denunciaban los ataques contra la libertad de expresión, el mantenimiento de estados
de emergencia, la legislación antiterrorista que facilitaba las violaciones de los derechos humanos en el
Perú, la existencia de condiciones carcelarias deplorables y los casos de tortura perpetradas por agentes
del Estado.
428
El 21 de mayo de 1998 en su Informe Anual.
Julio Álvarez Sabogal
Eduardo Ferrero renunció señalando que lo hacía "por discrepancias" que tenía con respecto a las
negociaciones que se venían dando en torno a la solución de la crisis en la frontera con Ecuador, pero
consideró que, en esos momentos, no era oportuno revelar los detalles de esas diferencias.
Posteriormente, aclaró que había renunciado porque no estaba de acuerdo con la donación a Ecuador de
un terreno en Tiwinza, como táctica para lograr la firma de los convenios con este país, y que bastaba con la
concesión de los centros de Comercio y Navegación: “Mi posición era negociar bajo el marco del tratado de
Río de Janeiro y no entregar Tiwinza, como finalmente se dio.”429
La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos emitió en abril de 1997 un manifiesto que dijo
públicamente lo que desde hacía un tiempo ya se venía hablando: que la tortura era considerada como una
práctica común en el Perú. Entre otros, una serie de hechos confirmarían esta afirmación.
Primero, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió sentencia en los casos de María Elena
Loayza Tamayo y Ernesto Rafael Castillo Páez.430 Dicho tribunal condenó al Estado peruano a indemnizar y
poner en libertad a Loayza Tamayo, quien estaba "privada de su libertad en forma ilegal" desde febrero de
1993. Según la resolución, el Estado peruano estaba obligado a pagar "una justa indemnización" a Loayza 258
Tamayo y a sus familiares, así como a resarcirles los gastos en que habían incurrido en sus gestiones ante
las autoridades peruanas con motivo de este proceso.
Como primera reacción, el entonces Ministro de Justicia, Alfredo Quispe Correa, anunció que el gobierno
acataría la sentencia emitida por la Corte de San José liberando a Loayza Tamayo pero, contradiciéndose,
anunció que solicitaría una interpretación de la sentencia en un plazo de 90 días. Poco tiempo después, en
abierta rebeldía frente al fallo de la Corte, la Sala Superior de “jueces sin rostro” del Poder Judicial, rechazó
a mediados de octubre una acción de hábeas corpus interpuesta a favor de Loayza Tamayo, quien sólo fue
liberada a fines de octubre de 1997.
429
“Ferrero Costa: jamás cometí actos de corrupción”. Actualidad. 21 de febrero del 2001. Dirección web:
http://www.peru.com/noticias/AutoNoticias/DetalleNoticia3385.asp. Fecha de consulta: 10 de Enero de 2006.
430
Setiembre de 1997
La política exterior del Fujimorato
Dos meses más tarde,431 la Corte condenó al Estado peruano por la detención y desaparición forzada del
estudiante Ernesto Rafael Castillo Páez, ocurrida en octubre de 1990. Días después,432 la CIDH concluyó que
el Estado peruano había violado los derechos a la vida, a la libertad de expresión y al respeto a la integridad
de un corresponsal de la revista Caretas, Hugo Bustios Saavedra, y del corresponsal en Huanta del periódico
limeño Actualidad, Eduardo Rojas Arce.
Esta avalancha de fallos obligó a Fujimori a admitir más tarde433 la existencia de errores en la concepción de
la legislación antiterrorista, así como de excesos e injusticias cometidos por la Policía Nacional, el Ministerio
Público, el Poder Judicial y las Fuerzas Armadas contra cientos de ciudadanos que habían sido injustamente
acusados y sentenciados por el delito de terrorismo.
Ese mismo mes, la CIDH declaró admisible el caso de Leonor La Rosa, luego de desestimar la petición del
gobierno peruano en la cual afirmaba que los demandantes no habían agotado los recursos internos y que
existía una decisión pendiente de la Sala Revisora del manipulable Consejo Supremo de Justicia Militar con
respecto a un recurso de apelación interpuesto contra las sentencias dictadas por la Sala de Guerra del
Consejo Supremo de Justicia Militar. Leonor La Rosa, agente del Servicio de Inteligencia del Ejército
Peruano (SIE), había sido presuntamente secuestrada y torturada por miembros de dicho cuerpo en los
sótanos del cuartel general del Ejército. 259
Apenas iniciado el año 1998,434 la CIDH también acordó denunciar al gobierno peruano ante la Corte de San
José por no acatar una acción de hábeas corpus que concedía la libertad a Gustavo Adolfo Cesti Hurtado,
detenido en el penal militar de Simón Bolívar. Un poco después,435 solicitó al gobierno peruano que le
remitiese, en un plazo no mayor de 60 días, un informe completo respecto a la denuncia formulada por los
congresistas Javier Diez Canseco y Gustavo Mohme Llona sobre los reportajes televisivos que los implicaban
en una supuesta campaña de desprestigio en contra de las Fuerzas Armadas.
En febrero, el congresista Carlos Chipoco presentó una denuncia formal ante la CIDH por la violación de los
derechos humanos del ex -ministro de Industria, Guido Pennano, en el proceso que se le seguía por
431
En noviembre de 1997.
432
21 de noviembre de 1997.
433
3 de diciembre de 1997.
434
10 de enero de 1998.
435
30 de enero de 1998.
Julio Álvarez Sabogal
supuesta defraudación tributaria. Ese mismo mes, el gobierno fue denunciado ante la Corte de San José por
violar los derechos económicos y sociales de más de 200 pensionistas y trabajadores que habían recurrido
inútilmente al Poder Judicial en busca de una solución a sus problemas. La denuncia fue planteada por la
Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) y el Programa de Derechos Humanos del Centro de Asesoría
Laboral (CEDAL), en representación de 100 pensionistas de la Superintendencia de Banca y Seguros, y de
125 ex -trabajadores de la Empresa D'Onofrio S.A.
Poco después,436 la CIDH admitió a trámite la denuncia presentada por el ex -presidente del directorio de
Frecuencia Latina, Baruch Ivcher, contra el Estado peruano. Sólo seis meses antes,437 el Poder Judicial había
ratificado el retiro de la nacionalidad peruana al empresario Baruch Ivcher, ordenado el retiro de la
propiedad de la televisora al citado empresario y entregado la administración del mismo a los accionistas
minoritarios, Samuel y Mendel Winter.
Asimismo, en ocasión de la VII Cumbre Iberoamericana llevada a cabo en la isla de Margarita, Venezuela, la
cadena de noticias CNN entrevistó a Fujimori, concentrando sus preguntas en el tema de la libertad de
prensa e insistiendo sobre el caso Ivcher y Frecuencia Latina. En dicha entrevista hizo también alusión a las
declaraciones y amenazas de Martha Chávez, las mismas que pretendían ocultar la inacción fiscalizadora
frente al espionaje telefónico ejercitado contra hombres de prensa y políticos opositores. 438
260
439
En abril, congresistas de la oposición presentaron ante la CIDH una denuncia contra el Estado peruano
por vulnerar el derecho al debido proceso y a la participación política y, finalmente, en mayo, la CIDH
admitió formalmente la denuncia presentada contra el Estado peruano por la destitución de los tres
magistrados del Tribunal Constitucional. 440
El representante del Grupo de Trabajo de la ONU sobre Detenciones Arbitrarias, Roberto Garretón, y el
francés Louis Joinet, señalaron en febrero de 1998,441 que habían detectado algunos casos de detenciones
436
10 de marzo de 1998.
437
15 de setiembre de 1997.
438
Revista Caretas. “Sorbiendo Margarita”, Edición No. 1491, del 13 de noviembre de 1997.
439
4 de abril de 1998.
440
12 de mayo de 1998.
441
El 3 de febrero de 1998.
La política exterior del Fujimorato
injustas en nuestro país. Garretón y Joinet ofrecieron estas declaraciones luego de realizar una visita al
Perú442 que tuvo como objetivo llevar a cabo una verificación de la situación carcelaria en nuestro país. Sin
embargo, prefirieron abstenerse de hacer mayores comentarios hasta la emisión del informe final.
Luego, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU
hizo público su informe a inicios de 1999. En él concluyó que en el Perú, la prioridad legítimamente
asignada a la lucha contra el terrorismo por el gobierno, había originado graves violaciones de los derechos
humanos debido a que los métodos empleados habían ocasionado un gran número de detenciones
arbitrarias. Señaló también que la justicia militar no cumplía con las exigencias que la Observación General
Nº 13 del Comité de Derechos Humanos que prescribía ciertas reglas para el resguardo de un justo proceso
de derecho. Indicó además, que la falta de independencia de jueces y fiscales, especialmente los del fuero
militar, junto con las alteraciones a las reglas del debido proceso y la descripción inapropiada de las
conductas reprimidas, habían dado lugar a un gran número de "presos inocentes".443
En marzo,444 el citado grupo de trabajo reiteró que las leyes de amnistía dictadas en el Perú durante 1995
habían generado "impunidad absoluta" a favor de los autores de desapariciones y otras graves violaciones
de los derechos humanos, creando una atmósfera favorable para la repetición de estos actos. En mayo, el
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), otorgó la condición de refugiada 261
política a la ex -agente de inteligencia Leonor La Rosa. Así también se extendió dicha condición a su esposo,
suegra e hijos.
Finalmente, el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas sugirió al gobierno peruano, en mayo de
1998, fortalecer el Estado de Derecho, derogar leyes que atentaban contra la independencia del Poder
Judicial y asegurar el derecho a reparación de las personas que sufrían violación a los derechos humanos.
2.12. Deterioro creciente de la imagen política del régimen ante la opinión pública
internacional
En 1997, durante la gestión de Ferrero, Human Rights Watch/Americas emitió un Informe especial sobre el
Perú denominado "Tortura y persecución política en el Perú", en el cual denunció que existían graves
violaciones contra los derechos humanos. Acotó también que los medios de comunicación independientes
442
Entre el 26 de enero y el 6 de febrero de 1998.
443
Durán, Rubén. La ONU y las detenciones arbitrarias en el Perú. IDEELE. Lima. Dirección web:
http://www.idl.org.pe/idlrev/revistas/118/pag56.htm. Fecha de consulta: 7 de febrero de 2006.
444
El 17 de marzo de 1998.
Julio Álvarez Sabogal
seguían siendo víctimas de una serie de represalias por parte del gobierno. Dedicó, además, un capítulo
entero a la situación peruana en su Informe Anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo.
En setiembre,445 el Defensor del Pueblo, Dr. Jorge Santistevan de Noriega, en el marco del Tercer Congreso
de la Federación Iberoamericana de Ombudsman, anunció que los defensores del pueblo iberoamericanos
estaban evaluando la posibilidad de presentar una solicitud a fin de tener presencia en las Naciones Unidas
y en la OEA, y estar en capacidad de proteger los derechos de los ciudadanos ante los excesos que pudiesen
ser cometidos por los gobiernos. Estas declaraciones, dada la creciente cantidad de denuncias, provocó que
el gobierno fujimorista calificara las conclusiones del citado Congreso como declaraciones con fines
políticos y predispuestas especialmente contra las instituciones peruanas.
Por su lado, Delia Revoredo, decana del Colegio de Abogados de Lima y magistrada destituida del Tribunal
Constitucional por el régimen fujimorista, destacó en las declaraciones que hiciera durante la Conferencia
de las Américas, en setiembre de 1998, la peligrosa situación de inseguridad jurídica que imperaba en el
Perú y los efectos perjudiciales que ello tenía en los inversionistas extranjeros. Subrayó también que, pese
a se proyectaba una apariencia de legalidad hacia el exterior y ante la opinión pública internacional, en
realidad en el Perú no existía seguridad jurídica, ni respeto a la Constitución, ni autonomía de las
instituciones democráticas del país.
262
446
A lo largo de 1998, Population Research Institute y Concerned Women for America, Param
Cumaraswamy, Amnistía Internacional, Washington Office on Latin America (Wola), la Federación
Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Federación Iberoamericana de Ombudsman (FIO), el
Defensor del Pueblo de España, el Grupo Iberoamericano de la Unión Internacional de Magistrados y
muchas otras organizaciones de derechos humanos, denunciaron diversas prácticas violatorias de derechos
humanos, tales como las campañas de esterilización forzada, los tribunales militares sin rostro, la falta de
independencia del Poder Judicial, las desapariciones, espionaje, torturas y asesinatos extrajudiciales
impunes, el desvío de casos de violaciones de derechos humanos cometidos por miembros de las Fuerzas
Armadas del fuero civil al militar, las excesivas facultades de los tribunales militares peruanos y la falta de
independencia de los magistrados del Poder Judicial y del Ministerio Público que permitían la impunidad y
la imposibilidad de un auténtico estado de derecho.
Por último, tampoco pasaron inadvertidas para la opinión pública internacional la presión y la persuasión a
través de la intimidación, agresiones y amenazas contra los opositores políticos, como las amenazas de
445
8 de setiembre de 1988.
446
Entre febrero y octubre de 1998.
La política exterior del Fujimorato
muerte en contra de los periodistas César Hildebrandt, José Arrieta, Luis Iberico, el parlamentario Javier
Diez Canseco, el presidente de Aprodeh, Francisco Soberón y la secretaria ejecutiva de la Coordinadora
Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), Sofía Macher.
CONCLUSIONES
La situación de los derechos humanos, que en la gestión anterior había sido borrada de la agenda política y
exterior, volvió a ocupar un lugar en ella gracias a las crecientes críticas de la comunidad internacional
contra las prácticas autoritarias del gobierno. Ante la imposibilidad de negar tales prácticas, el régimen se
defendió argumentando el carácter eventual o circunstancial de los excesos de las Fuerzas Armadas en la
lucha antiterrorista, allanando así el camino hacia la impunidad y adoptando un estilo diplomático que se
263
haría cada vez más confrontacional. La férrea defensa de las leyes de amnistía con la que Francisco Tudela
inauguró su gestión fue una señal inequívoca de ello.
La acción exterior estuvo plagada, por lo tanto, de prácticas de engaño y distracción de la opinión pública
internacional, así como de discursos arbitrarios cuyos propósitos eran maquillar la “imagen política-
democrática” del régimen en el exterior. Se trataba entonces de demostrar que el gobierno era aceptado
por la comunidad internacional con el fin de atraer inversiones extranjeras y recursos de la cooperación
internacional que permitieran financiar la política asistencialista y clientelista del fujimorismo.
Eduardo Ferrero Costa, pese a estar ligado gracias a su trayectoria con el mundo académico y democrático,
no tuvo una actuación diferente a la de cualquier otro canciller del fujimorismo. Su gestión no sólo no dio la
nota disonante, ni puso obstáculo alguno para la consolidación de la doctrina de política exterior del
autoritarismo; sino que, aún más, colaboró para que ésta adquiriese una elaboración intelectual más
sofisticada.
Julio Álvarez Sabogal
CAPÍTULO VII
Coincidimos con Juan Miguel Bákula cuando señala que el período comprendido entre 1995 y el año 2000
se caracterizó por la acentuación progresiva del carácter continuista del régimen autoritario y el desarrollo
de una serie de acontecimientos externos e internos que promovieron el debilitamiento de las posiciones
diplomáticas del régimen. Dicho de otra manera, la política exterior seguida por el gobierno fujimorista
llegó a su más alto grado de elaboración ideológica y conflicto entre los años 1998 y 2000, proyectando un
estilo diplomático confrontacional, desafiante e intolerante.
En esta etapa se definieron la posición internacional y la agenda formal del Perú frente a sus obligaciones
internacionales en materia de derechos humanos y se consolidó la ideología globalista excluyente que
sostuvo al régimen. Con ello, la forma de conducción de la política exterior peruana proyectó los niveles
más altos de desafío y conflicto con la comunidad internacional, a la vez que cosechaba éxitos en el ámbito
económico.
264
Esta fase está estrechamente ligada al período durante el cual fue Canciller Fernando de Trazegnies
Granda, cuya gestión se inició el 11 de octubre de 1998 y se extendió hasta el 11 de noviembre de 2000.
“Recuerdo que cuando hace algunos años leí el admirable libro El país de las
colinas de arena (...) Nada sabía entonces del autor -Fernando de Trazegnies-,
pero luego averigüé que era un prestigioso profesor de Derecho de la Universidad
Católica, que tenía a su cargo la cátedra de Filosofía del Derecho y que era autor
447
Filosofía del Derecho, Historia del Derecho Peruano, Informática Jurídica y Metodología de la Investigación Jurídica.
Sus campos principales de estudio eran la Teoría Jurídica, el Derecho Civil, Filosofía del Derecho, el Pluralismo Legal y
la Historia Jurídica.
La política exterior del Fujimorato
de otros libros (alguno de los cuales he leído con interés y placer). Enseguida me
enteré de un dato más bien curioso: de Trazegnies poseía varios blasones que lo
emparentaban con la nobleza europea; el hecho no dejó de asombrarme pues
hasta ese momento yo creía que la nobleza en el Perú era una capa social
extinguida y, si no me equivoco, un noble debe ser monárquico por naturaleza y
debe pleitesía a su rey. Se me dirá (y estaré de acuerdo) que estas cuestiones
heráldicas no son más que boberías coloniales, pero el conjunto de todas estas
circunstancias hicieron para mí más encomiable esa suerte de humanismo
democrático que anima las páginas de El país de las colinas de arena. Pero, de
pronto, Fernando de Trazegnies se convierte en una figura pública al ser
nombrado por Fujimori, después de la liquidación del Tribunal Constitucional,
ministro de Relaciones Exteriores, y esto ya no me pareció encomiable. No me
referiré aquí al rol protagónico que desempeñó en el asunto del Tratado de Paz
con el Ecuador: aunque controvertible -como lo es para mí-, su gestión puede de
alguna manera explicarse. En cambio, resultan injustificables y merecen el legítimo
repudio otras actuaciones del ministro de Trazegnies en apoyo del fujimorismo”.448
Sin embargo, su gestión coincidió también con el deterioro paulatino de la situación política en el Perú y la
consecuente imposibilidad de responder al creciente número de denuncias hechas por las violaciones de
derechos humanos. Claras señales de esto fueron el abandono del discurso seudo-democrático y la
orientación de la estrategia hacia otros frentes de ataque, tales como los sistemas internacionales de
protección de derechos humanos. En ese sentido, los esfuerzos de legitimación política fueron dirigidos
hacia la opinión pública interna, hacia el Congreso estadounidense a través de lobbies y hacia el voto de la
mayoría de los países miembros de la OEA, cuya neutralidad era deseada por el régimen.
448
Gutiérrez, Miguel. De marginales, heterodoxos, bufones de la corte y otros, frente al poder. Revista Quehacer,
Desco, Edición No. 125, Julio-Agosto 2000.
Julio Álvarez Sabogal
El discurso oficial del gobierno de Alberto Fujimori reiteraba una y otra vez la existencia de libertad de
prensa en el país. A las denuncias hechas por los organismos internacionales de derechos humanos y de
gremios periodísticos, el oficialismo respondía sosteniendo que los informes en contra de su gobierno se
debían a razones políticas, negando que el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) estuviera persiguiendo a
los periodistas. En la misma línea, Beatriz Ramacciotti, representante del Perú ante la OEA, calificaba de
prematura y contraproducente la publicación de los "informes de admisibilidad" contenidos en el Informe
Anual de la CIDH; indicando que lo único que con ello se lograba era limitar la posibilidad de una solución
amistosa de los casos que se hallaban en trámite en dicha Comisión.
La carencia de escrúpulos para definir una agenda formal que se aproximara a la agenda real fue tal vez uno
de los aspectos más relevantes de este período. El gobierno, junto con la legitimidad externa que
cotidianamente iba perdiendo con sus prácticas antidemocráticas, buscó abiertamente la impunidad de
quienes se hallaban involucrados en las violaciones de derechos humanos.
Primero, dentro de los aspectos generales de esta agenda formal, se pretendió dar una justificación
doctrinaria humanista enfatizando la aceptación del principio de los derechos humanos como un conjunto
universal, indivisible, interdependiente e interrelacionado de derechos. Luego, se señaló que esta 266
aceptación debía darse desde una aproximación no discriminatoria y balanceada desde una óptica de
protección, promoción y prevención ligada íntimamente al concepto de desarrollo humano sostenible y el
equilibrio entre los derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales. Hasta aquí
todo era retórica filosófica.
La parte sustancial de la agenda empezaba en realidad cuando se tocaba el tema específico de las
obligaciones internacionales del Estado en materia de derechos humanos. La aproximación a este tema, se
dijo, se daría mediante el llamado enfoque de “diálogo constructivo y de respeto a los principios de
soberanía e integridad nacionales, imparcialidad y no-selectividad”, el mismo que debía tomar en cuenta
“las particularidades de cada Estado”. Una vez más aparecía esta frase que, era ya sabido, albergaba en su
seno el creciente autoritarismo y corrupción en que se había hundido el régimen.
Consecuentemente, se criticó a las organizaciones internacionales que, desde el punto de vista del régimen,
enfatizaban los derechos civiles y políticos en detrimento de la soberanía estatal y de los derechos
económicos, sociales y culturales, promoviendo “enfoques inquisitivos” y pretendiendo la “vinculación de
flujos de cooperación con el cumplimiento de estándares en el tema de los derechos humanos desde una
perspectiva exclusivamente política”.
La política exterior del Fujimorato
Para implementar esta visión y obtener dividendos políticos, se planeó una activa participación del Perú en
los foros internacionales de derechos humanos sobre temas no prioritarios en la agenda exterior, como sí
lo eran democracia y derechos humanos. Así, se enfatizaron temas legítimos, pero que tenían poca relación
con los problemas que exigían prontas soluciones para el país, tal como lo reclamaban la sociedad civil, las
organizaciones defensoras de derechos humanos, los gobiernos democráticos de países extranjeros, los
organismos internacionales y la comunidad democrática internacional en general.
La agenda formal adoptó entonces un cariz retórico, orientándose hacia la lucha contra la pobreza, el
desarrollo de ciertos derechos inherentes al desarrollo humano y otros temas válidos, pero que sólo eran
empleados para distraer la atención, como el progreso de la condición de la mujer y la protección de los
grupos más vulnerables (niños, ancianos y discapacitados), el respaldo de la identidad cultural, el respeto a
las tradiciones, la protección de las poblaciones indígenas, etc. Es decir, conocedores de la importancia que
tenían los sistemas de protección de derechos humanos de las Naciones Unidas y del sistema
interamericano, el régimen orientó la política exterior hacia el fortalecimiento de un alto perfil del Perú en
los foros multilaterales de derechos humanos en aquellas áreas en las que su actuación no se encontraba
cuestionada y en las que podía obtener fáciles consensos.
Por ultimo, se creó la Comisión Especial de Alto Nivel, integrada principalmente por miembros cercanos a la
cúpula de poder. Curiosamente, la función de esta comisión fue “instruir” a la diplomacia profesional y a
otros órganos competentes del Estado en la toma de decisiones relacionadas a los procesos seguidos
contra el Perú ante los mecanismos internacionales de protección de derechos humanos. Esta comisión
funcionó en el ámbito del sector Justicia y provocó un mayor desplazamiento institucional de la diplomacia
profesional.
El concepto sobre el cual el régimen buscó definir y organizar las relaciones exteriores del Perú fue el de
geopolítica cultural. A través del discurso de Fernando De Trazegnies y de los anteriores cancilleres, la
posición internacional del Perú apeló al respeto de las diferencias y al relativismo cultural, o al
reconocimiento de las diferencias culturales y a la tolerancia para exigir que se “respeten
Julio Álvarez Sabogal
democráticamente las diferentes maneras que los países tienen para vivir la democracia”449; recurriéndose
también al respeto de la soberanía nacional, al principio de no-intervención y al conflicto entre el ejercicio
de la soberanía y la defensa de los derechos humanos.
Para De Trazegnies, las relaciones internacionales giraban alrededor de las diferencias entre culturas,
destacando que sólo con la libre participación de éstas se hacía posible que los países desarrollasen
vínculos sin imposiciones, ni prejuicios. Reafirmó la importancia del respeto a las diferencias culturales
sobre la convivencia democrática, pretendiendo con ello desacreditar la evolución de los principios
democráticos en el Perú y el mundo mediante el recurso de un juego de inferencias dialécticas que
conducían a una paradoja que solamente él podía ver.
Según De Trazegnies, el mundo sufría de “excesiva democracia” y eso sólo podía traer como consecuencia
su propia destrucción. Invocaba así la necesidad de forjar un nuevo orden internacional con la participación
de cada una de las grandes culturas que conformaban la humanidad, destacando que ese nuevo orden
debía ser edificado “sin imposiciones ni prejuicios”450, en clara referencia a los principios democráticos y de
derechos humanos universales.
En la construcción del nuevo orden internacional imaginado por De Trazegnies, sólo tenía derecho a
participar el Estado como actor internacional principal y exclusivo: 268
“Es por ello que debemos renovar nuestro compromiso con estas normas del derecho
internacional público, restituyéndoles la funcionalidad que les corresponde. Solamente
así podremos conseguir que los valores democráticos que se imponen en la sociedad
contemporánea tengan proyección y vigencia en un sistema internacional cuyos rasgos
emergentes conducen hacia la configuración de nuevas formas de exclusión (...) En
este sentido, adquiere enorme significación el respeto irrestricto del ordenamiento
jurídico internacional por cuanto constituye la única base que puede iluminar el
camino común reduciendo la arbitrariedad y subjetividad. Esta es además la mejor vía
y el más efectivo mecanismo para la protección de los derechos humanos y de la
449
Degregori, Carlos Iván. La década de la antipolítica: auge y huida de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. Lima.
Instituto de Estudios Peruanos. 2001. p. 312.
450
De Trazegnies Granda, Fernando. Discurso pronunciado en el 55to. Período de Sesiones de la Asamblea General de
las Naciones Unidas en el año 2000.
La política exterior del Fujimorato
libertad humana en toda su dimensión, lo cual sin duda son exigencias de las que
ningún miembro de la Comunidad Internacional puede exonerarse.”451
“...Quizá el más complejo de todos estos desafíos, la más difícil de todas las
coincidentiae opposítorum que nos exige el S. XXI es construir un sistema internacional
basado en una auténtica democracia. Y con ello quiero significar una democracia que no
consista en la imposición de una forma política hecha a imagen y semejanza de un
sistema particular que es promovido como modelo, una democracia que no se encuentre
construida sobre la base de un mero checking list de instituciones tomadas de una
experiencia democrática en particular y convertidas en pautas universales obligatorias
(...) Toda idea de cruzada, aun en nombre de la democracia, resulta antidemocrática. Y
casi me atrevería a decir que todo principio de organización social que pretenda 269
imponerse universalmente tiene una base antidemocrática. De esta manera,
paradójicamente, el entusiasmo misionero por la democracia termina afectando la
naturaleza misma de la democracia”.452
En clara referencia a los Estados Unidos, país que ya había manifestado su malestar por las prácticas
autoritarias del gobierno fujimorista, De Trazegnies recogió los planteamientos de su antecesor, Francisco
Tudela, emprendiéndola contra el concepto de lo “políticamente correcto” e identificándolo con lo que él
llamó la “vocación imperial” de las potencias.
451
De Trazegnies Granda, Fernando. Discurso pronunciado en el 55to. Período de Sesiones de la Asamblea General de
las Naciones Unidas en el año 2000.
452
De Trazegnies Granda, Fernando. op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
“El Perú reitera enfáticamente que el orden internacional que debe orientar la conducta
de los distintos actores internacionales en el siglo que empezará el próximo 1 de Enero
debe sostenerse en los principios esenciales de la Carta de Naciones Unidas; los cuales,
contrariamente a ciertas opiniones a nuestro juicio equivocadas, no solamente no han
perdido vigencia, sino que son cada vez más relevantes para la convivencia pacífica, la
seguridad colectiva y la posibilidad efectiva de desarrollo de todos los grupos concretos
que forman parte de ese elemento abstracto que llamamos humanidad. Destaco
específicamente, señor Presidente, los derechos relativos a la soberanía de los Estados, a
la no intervención en los asuntos internos y a la igualdad jurídica de los Estados. Estos
principios básicos, consagrados en San Francisco, han permitido el desarrollo de
efectivos mecanismos de auto-control y de estabilización del sistema internacional.453
Para el ex-canciller de Fujimori, el aporte del Perú al proceso de construcción de una sociedad universal
basada en el respeto a los derechos humanos debía buscar el fortalecimiento de la “soberanía y la
identidad cultural del pueblo peruano”. Desde su punto de vista, esa sociedad universal, tal como pretendía
ser construida, implicaba el menosprecio de las diferencias culturales. Así, para él, el pensamiento
“auténticamente democrático” que las incorporase a dicho proceso, debía abogar por el respeto a ultranza
de la soberanía estatal y de las diferencias culturales que comprendían “las características propias que le
270
vienen desde tiempos ancestrales”.454 Infortunadamente, este sutil y erudito discurso sólo pretendía
ocultar las prácticas corruptas y autoritarias que se estaban dando en la experiencia política concreta de los
años 90. En el particular tipo de democracia propuesta por el ex -canciller, los primeros y directos
beneficiarios de ella no serían “los pueblos”, como él solía decir, sino los actores civiles y militares de la
coalición dominante que estaban siendo cuestionados por la comunidad democrática internacional.
Las “costumbres propias”, cuyo respeto se pedía, eran la compra de líneas editoriales, el sometimiento de
las instituciones democráticas, la búsqueda de impunidad para miembros de comandos de aniquilamiento,
violadores de derechos humanos y torturadores, las leyes sorpresa y la permanencia indefinida de Alberto
Fujimori, Vladimiro Montesinos y la cúpula civil-militar en el poder, entre otras cosas.
Una aproximación positivista al tema de los derechos humanos y su estrecha vinculación con el concepto
de democracia en el mundo actual tenía, para De Trazegnies, una condición sine qua non y ésta era la
superioridad del derecho nacional sobre el derecho internacional:
453
De Trazegnies Granda, Fernando. op. cit.
454
De Trazegnies Granda, Fernando. op. cit.
La política exterior del Fujimorato
“El derecho internacional no puede estar por encima de las normas y jurisdicción
nacional.”455
Para él, hacer lo contrario se convertía en un burdo romanticismo o un intento por legislar con el corazón y
no con la razón:
En su afán por desacreditar a la reacción de la comunidad internacional contra los atropellos del
autoritarismo fujimorista, sostuvo que no había que olvidar que los derechos humanos eran una creación
de Occidente y que a ellos se contraponía a una "voluntad popular" cuyo sentido sólo él y otros miembros
del régimen tenían la facultad de conocer e interpretar. La divulgación de estas ideas coincidió con la crisis
internacional que ocasionó el arresto y extradición del ex-dictador Augusto Pinochet. Irónicamente, este
hecho ocurrió cuando se conmemoraba y celebraba el 50 Aniversario de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos. Todo ello encendió el debate en torno a la justicia extraterritorial, a la evolución de los
derechos humanos, a la soberanía estatal y al papel de la CIDH; tal como lo relató Caretas en su reportaje
“DDHH: 50 años que pesan” 457.
271
Alberto Fujimori, definiendo su posición y previniendo futuros desenlaces, sostuvo que en el asunto que
involucraba al general chileno, estaba de por medio la soberanía de cada Estado. Alberto Pandolfi, Marino
Costa Bauer, Alfredo Quispe Correa y Fernando de Trazegnies entraron también en el debate, el mismo que
ya tenía alcance mundial. Quispe Correa llamó "montoneros y marxistas" a los miembros de la CIDH y
subrayó “la falta de independencia de los organismos de derechos humanos”. Estas ideas serían expuestas
nuevamente en diciembre de 1999, en ocasión de la ceremonia de graduación de los alumnos de la
Academia Diplomática del Perú. En este discurso, De Trazegnies sostuvo que la globalización no consistía en
la “uniformización” el pensamiento, ni siquiera a nombre de la libertad y la democracia. Para él, pensar lo
contrario era imperialismo cultural y la búsqueda de la homogenización del mundo –paradójicamente- en
nombre de la libertad y la democracia, adquiría igualmente una connotación cultural imperialista. La
aplicación universal de estas ideas, que él llamó “monoteísta” (es decir, lo políticamente correcto) podía
455
De Trazegnies Granda, Fernando. Exposición en evento asociado a las conmemoraciones por el 50º aniversario de
la Declaración Universal de Derechos Humanos y organizado por la Universidad del Pacífico de Lima, la Coordinadora
Nacional de Derechos Humanos, el Grupo Propuesta Ciudadana y el Consejo de la Prensa Peruana. XLV Reunión
Intercampus "Democracia y Derechos Humanos. Lima, 9 de diciembre de 1998.
456
De Trazegnies Granda, Fernando. op. cit.
457
Caretas. Artículo “DDHH: 50 años que pesan”. Edición No. 1547, Año 1998.
Julio Álvarez Sabogal
conducir de la democracia hacia una "guerra santa” política. Por lo tanto, rechazaba la globalización como
“uniformización” del pensamiento, incluso si se hacía en nombre de la libertad y la democracia. Una vez
más, insistió en que “la articulación respetuosa de las diferencias es una expresión de la libertad” y que “la
458
actuación política no aspira a catequizar, censurar ni sancionar” , todo esto en clara alusión a las
sanciones que se venían incubando en el escenario internacional en contra del gobierno autoritario que él
representaba.
Siguiendo una orden de Palacio de Gobierno, en octubre de 1998, la embajadora del Perú en Italia, Ana
María Deustua Caravedo, frustró la firma del Estatuto de la Corte Penal Internacional a la que se había
comprometido el Perú tiempo atrás.
Tiempo antes había trascendido que el Perú daría su apoyo para que la Corte Penal Internacional se
convirtiese en un tribunal de amplio espectro y tuviese jurisdicción tanto inherente y automática, como
concurrente. El compromiso para firmar dicho instrumento fue anunciado por Carlos Hermoza Moya,
presidente de la delegación peruana, durante la Conferencia de Plenipotenciarios en Roma para la creación
de la Corte Penal Internacional (CPI), por el canciller Eduardo Ferrero Costa antes de su renuncia y por el
presidente Fujimori mediante la firma de una resolución suprema publicada en El Peruano el 31 de 272
setiembre de 1998. Llegado el momento de ejecutar dicho compromiso, la orden que vino de las esferas
más altas del poder fue en sentido contrario. La sección Mar de Fondo de la Revista Caretas recogió este
hecho:
"No firme". Esa fue la orden que recibió desde Lima la embajadora de Perú en Italia, Ana
María Deustua, entre el 3 y el 6 de octubre pasado. La embajadora iba a estampar su
rúbrica como señal de buena voluntad del gobierno peruano para la creación de la Corte
Penal Internacional. Esto había quedado definido con la resolución firmada por el
entonces canciller Eduardo Ferrero Costa y el presidente Fujimori publicada en El
Peruano el 1 de octubre. Sólo se trataba del compromiso de no obstaculizar su creación.
Para tener partida de nacimiento la CPI necesita que por lo menos 60 Parlamentos
ratifiquen el compromiso. Pero el 2 de octubre renunció Ferrero, y la Cancillería quedó
acéfala por varios días. Entonces alguien de muy alto nivel, un ministro al parecer, llamó
a Roma para detener la suscripción. Hasta ese momento, sólo 33 países habían firmado.
458
De Trazegnies Granda, Fernando. Discurso en la ceremonia de graduación de los alumnos de la Academia
Diplomática del Perú. 22 de diciembre de 1999.
La política exterior del Fujimorato
Alguien en el Perú tiene toda la intención de no permitir que el país se sume a los
esfuerzos por globalizar la justicia. Ello, pese a que se ha dicho que los efectos de esta
justicia no serán retroactivos. El titular de Justicia, Alfredo Quispe Correa, ha afirmado
que el tema "está en evaluación" y que aún hay tiempo hasta el 2,000. Por su parte, De
Trazegnies ha dicho, sotto voce, que promoverá la firma”.459
Días después,460 el ministro de Justicia, Alfredo Quispe Correa, cumpliendo diligentemente su papel de
defensor del fujimorismo, afirmó que el gobierno peruano tenía hasta el año 2000 para decidir si se adhería
o no a la Corte Penal Internacional, pues antes debía evaluarse si existían o no conflictos entre el Estatuto
de dicho tribunal y las leyes peruanas.
El Perú, junto con Vietnam y Rusia, fueron admitidos como nuevos miembros al Foro de Cooperación 273
Económica Asia – Pacífico o APEC (Asia Pacific Economic Cooperation) en la reunión de realizaron el 24 y 25
de noviembre de 1997 en Vancouver, Canadá, los países miembros este Foro. El ingreso de nuestro país a
este exclusivo foro que agrupaba hasta ese momento sólo a las economías más grandes y dinámicas del
mundo, significó un gran logro para el Perú a la vez que un gran desafío y su ingreso se debió al hecho de
que nuestro país cumpliera una serie de requisitos para pertenecer al Foro APEC, los que fueron:
b.- Crecientes relaciones comerciales con la región Asia - Pacífico. El Perú también
desde 1990 ha incrementado sus relaciones comerciales con los países del Asia -
Pacífico. Especialmente nuestro comercio con los países asiáticos se ha
incrementado, al punto que este año 1997 China será nuestro segundo mayor
mercado de exportación, desplazando a Japón de este puesto.
459
Caretas. Mar de Fondo. Edición No. 1543 del 19 de noviembre de 1998.
460
13 de noviembre de 1998.
Julio Álvarez Sabogal
c.- Crecientes relaciones diplomáticas y políticas. En este punto, el Perú desde 1990
ha mostrado una agresiva política de apertura diplomática y política hacia la región
Asia - Pacífico. Las visitas del presidente Fujimori a los países de la región, las visitas
de dignatarios de esa región a nuestro país; la apertura de Embajadas y Consulados
del Perú en esos países, la apertura de Embajadas y Consulados de esos países en el
nuestro, es una muestra de ello.
d.- Apoyo unánime de los países del APEC para el ingreso. Perú contó con el fuerte
apoyo de Japón y demás países del APEC. Perú además participaba ya en varios
Grupos de Trabajo de APEC sin ser miembro, como en el Grupo de Pesquería,
Turismo, Minerales, y Energía. “ 461
Este logro fue innegablemente facilitado por la política de reinserción del Perú en el sistema económico y
financiero internacional, la estabilización de nuestra economía y las reformas estructurales realizadas en
la década de los noventa por el régimen a través de las comisiones tripartitas que estuvieron
conformadas por representantes del gobierno, empresarios y académicos. Y es útil para mostrar cómo la
política exterior puede alcanzar éxitos importantes si en su elaboración se efectúa de manera
desconcentrada y conjunta. Pero, por otro lado, es útil también para mostrar cómo el régimen, a la par
que profundizaba su filosofía globalista y cosechaba éxitos en el ámbito económico multilateral,
implementaba cada vez con más ímpetu en el ámbito político, una visión de política exterior de 274
confrontación que lo llevaría al aislamiento político, tal como veremos en las páginas siguientes.
El Perú comenzó a participar como miembro pleno de APEC en noviembre de 1998, durante la Décima
Reunión Ministerial celebrada en Kuala Lumpur, Malasia.
La visita que realizaron los miembros de la CIDH al Perú en noviembre de 1998 para llevar a cabo
evaluaciones en materia de respeto a la institucionalidad democrática no fue bienvenida por el régimen.
Éste no pudo ocultar su desagrado y no dudó en dar a los integrantes de la entidad hemisférica una ligera
muestra de autoritarismo con el fin de establecer las reglas a las que debía sujetarse en el futuro ésta y
461
Aquino Rodriguez, Carlos. El ingreso de Perú a APEC. Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Revista de la
Facultad de Ciencias Económicas. 1998.
462
Este tipo de falacia implica un argumento que no se preocupa por realizar razones adecuadas en contra de una
opinión contraria, sino que pretende refutar tal opinión censurando a las personas que la sostienen.
La política exterior del Fujimorato
cualquier misión que llegase al Perú a inspeccionar el estado de respeto de los derechos humanos y la
democracia, tal como lo relató el reportaje de la Revista Caretas “Contacto directo” en noviembre de 1998:
“Una hora después de conversar de los casos de Baruch Ivcher, y en especial de las
amenazas del Comando 5 de Abril al congresista y director de La República, Gustavo
Mohme, pasaron a una salita donde los esperaban los presidentes de las comisiones de
Justicia, Defensa, Abuso de Autoridad y Derechos Humanos: Oscar Medelius, Martha
Chávez, Daniel Espichán y Dennis Vargas. Con excepción de este último, son
considerados por algún sector de la prensa como los más cercanos al Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN) que se han encargado de desvirtuar investigaciones como el
del chuponeo telefónico y han ideado leyes que vulneran la autonomía del sistema
judicial.
La reunión, programada sólo por una hora, se extendió a dos. Fue una cita cordial, pero
por momentos tensa. A decir de Dennis Vargas, el más duro e inquisitivo fue el chileno
Claudio Grossmann, decano de la Facultad de Derecho de American University de
Washington. Un miembro de la comisión comentó "ya sabíamos que Martha era la más
dura.” 275
A las doce del día, el congresista Manuel Lajo quiso ingresar a la reunión. Llevaba una
nota para Grossmann, que decía "Por si acaso, la sesión está siendo grabada". Lajo es ex
compañero de Grossmann en la Universidad de Chile. Era cierto. Joseph Obregón,
director de grabaciones del Congreso, había enviado a un empleado a cumplir esa
función. Cuando las Comisiones de trabajo del Congreso se reúnen, los empleados de
grabaciones están presentes. En este caso la grabación era a ocultas en una sala
contigua. Enterados los miembros de la comisión, alcanzaron a decir "no nos extraña"463.
Algunos representantes del gobierno tampoco vacilaron en su intento de excluir a la prensa independiente
de las actividades de la CIDH, aunque sin mayor suerte en su empeño:
463
Caretas. Artículo “Contacto directo”. Edición No. 1542 del 12 de noviembre de 1998.
464
A Ayacucho.
Julio Álvarez Sabogal
Grossmann, Elio Bicudo, Jorge Taiana y Alvarez sí se embarcaron con Fujimori. Pero
también subieron al avión la embajadora del Perú ante la OEA, Beatriz Ramacciotti; el
ministro de Justicia, Alfredo Quispe Correa; y el jefe del Instituto Nacional Penitenciario,
Juan Nakandakari. Los periodistas que habían ido ese día a Palacio de Gobierno a cubrir
la visita de la Comisión también comenzaron a embarcarse. Pero cuando los reporteros
de La República y CARETAS quisieron integrarse al grupo, les dijeron: "no, ustedes no". Se
armó el bolondrón. Entonces, a alguien se le ocurrió decir: "vamos a denunciar esta
discriminación ante la Comisión", y santo remedio, todos subieron al avión”.465
La visita tampoco agradó al Obispo de Ayacucho, Juan Luis Cipriani, quien haciendo de solítico portavoz
oficioso del régimen, cuestionó repetidamente la labor de los miembros de la CIDH y pretendió dictar la
agenda de la Comisión:
“Me parece que somos un país civilizado y moderno, y por tanto espero que la Comisión no
venga a plantear fantasías sino a verificar que realmente en el Perú hay libertad y
respeto", había afirmado ante los periodistas a la entrada del penal de Yanamilla,
Ayacucho, monseñor Juan Luis Cipriani, Obispo de esa jurisdicción. Una agresión que no
era del gobierno, pero que parecía serlo.
276
En Ayacucho, el Presidente y los miembros de la Comisión se dirigieron al penal de
Yanamilla. Pero Grossmann y Taiana ingresaron solos al penal. Afuera los esperaron el
Presidente y sus funcionarios. Fue en ese momento que monseñor Cipriani lanzó su
exabrupto. En realidad, los periodistas buscaron las declaraciones del Jefe del Estado, pero
éste le cedió gentilmente el turno a Cipriani. No contento con decir que esperaba que la
comisión no plantease "fantasías", Cipriani se extendió en comentarios, llegando a
descartar la existencia del "Comando 5 de abril". Este es el nombre con que se
autodenominaron quienes llamaron a amenazar a los miembros de la Comisión en
Washington.
Más lejos llegó en sus declaraciones sobre el papel de la prensa: "...no dejemos que dos o
tres medios de comunicación vengan a decir que el país no tiene derechos humanos",
exclamó.466
465
Caretas. op. cit.
466
Caretas. op. cit.
La política exterior del Fujimorato
Así, Claudio Grossmann, miembro de la CIDH, hizo algunos comentarios a Víctor Joy Way en relación a las
declaraciones de monseñor Cipriani, dejando en claro al gobierno fujimorista su conocimiento sobre el
papel que estaba jugando el Obispo:
“Hay un obispo que está dando declaraciones sobre la visita, ¿no?", fue el primer
comentario que hizo Claudio Grossmann, miembro de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) al presidente del Congreso, Víctor Joy Way. Este se amoscó y
sólo atinó a esbozar una sonrisa. Era el martes a las diez de la mañana en las oficinas de la
presidencia del Parlamento. Acompañaban a Grossmann, Robert Goldman, vicepresidente
del organismo, y Alvaro Tirado. También era de la partida Santiago Cantón, relator para la
libertad de expresión de la OEA467.
La Sociedad Interamericana de Prensa fue víctima, por segunda vez, de los desplantes de Alberto Fujimori,
cuando una misión de alto nivel de esta organización (SIP) visitó el Perú en febrero de 1999468 con el
objetivo de evaluar el estado de la libertad de expresión en nuestro país. Esta visita se realizó en
cumplimiento de un acuerdo adoptado en la 54 Asamblea General de la SIP, celebrada en noviembre del
277
año anterior en Punta del Este, y tras el informe que presentara Alejandro Miró Quesada Cisneros,
vicepresidente de la SIP en el Perú, sobre la situación de la libertad de expresión en nuestro país.
El problema para el gobierno se presentó de este modo: tiempo antes de la visita, la SIP había aprobado
dos resoluciones acerca del caso peruano. En la primera resolución se acordó solicitar al Presidente
Fujimori la investigación y sanción a los responsables de las amenazas contra periodistas independientes.
En la segunda, se convino instarlo a terminar la incautación del Canal 2, Frecuencia Latina, y con ello la
flagrante conculcación de la libertad de expresión que esto conllevaba, así como el cese de la persecución
contra Baruch Ivcher y su familia.
A las primeras entrevistas acudieron Gustavo Mohme Seminario, del diario La República; Alejandro Miró
Quesada, de El Comercio; Jaime de Althaus, de Expreso; Enrique Escardó, de Gente y María Ofelia Cerro
Moral, de La Industria. Pero la visita de la delegación a Palacio de Gobierno, programada para el jueves 18
de febrero de 1999, nunca se llevó a cabo por falta de voluntad del presidente Fujimori. Dos días después,
467
Caretas. op. cit.
468
Alrededor del 17 de febrero de 1999.
Julio Álvarez Sabogal
Jorge Fascetto, Presidente de la SIP, informó que, pese haberse conversado con una serie de importantes
funcionarios del gobierno y escuchado la posición de los actuales propietarios de Frecuencia Latina, no
había podido dialogar con Alberto Fujimori; aún cuando dicha reunión había sido "una de las razones
principales de nuestra visita". Esta historia la recogió también la sección Mar de Fondo de la Revista
Caretas:
Los desplantes, sin embargo, no terminarían allí. El gobierno había consolidado ya su estilo diplomático de
confrontación en marzo de 1999, mes en el cual se inició el proceso político que desembocaría en julio del
mismo año en el retiro del Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos. De allí que no fuese novedad alguna que Fujimori se negara en ese mismo mes a conceder
entrevista alguna a la misión especial de verificación de la FIDH, la cual llegó al Perú para comprobar los
avances en institucionalidad democrática y derechos humanos. Antonio Doñate, delegado de la FIDH,
indicó que habían sostenido entrevistas con el Defensor del Pueblo y el Fiscal de la Nación, pero tal como
sucediera con la misión especial de la SIP, no habían sido recibidos por el Presidente de la República para
dialogar sobre el Estado de Derecho, la independencia del Poder Judicial y los derechos humanos en el
Perú.
El pecado de la FIDH fue dar a conocer en marzo de 1999 un informe emitido sobre la situación poco
favorable que presentaba el Perú, informe que presentó ante la Asamblea General de las Naciones Unidas,
469
Caretas. Mar de Fondo. Edición No. 1556 del 23 de febrero de 1999.
La política exterior del Fujimorato
reunida a finales de ese mismo mes en Ginebra. Estos antecedentes convirtieron a la FIDH en una
organización poco grata para el régimen.
Varios casos que se encontraban bajo la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
desde inicios de 1999 se hallaban pendientes, situación que incomodaba al gobierno fujimorista. Por ello, el
8 de julio de ese mismo año, después de un oscuro proceso de componendas y pactos secretos, la mayoría
oficialista del Congreso aprobó el retiro del Perú del reconocimiento de la competencia contenciosa de la
Corte. La decisión fue informada al día siguiente de manera oficial a la Secretaría General de la OEA por el
Ministro de Relaciones Exteriores, Fernando de Trazegnies. Con esta acción se buscaba privar a los
ciudadanos peruanos de su legítimo derecho de acceder a una instancia supranacional, que gracias a un
Ministerio Público y un Poder Judicial sometidos al gobierno autoritario, se había convertido en una
herramienta indispensable.
La protesta de la Comunidad internacional no se hizo esperar. La acción fue condenada por el Congreso y
por la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, por la Comunidad Europea, por los Parlamentos de
Argentina y de España y por la Sub-Comisión de Promoción y Protección de Derechos Humanos de las
279
Naciones Unidas. La Corte Interamericana declaró inadmisible la solicitud del gobierno peruano y éste, el
30 de setiembre de 1999, reaccionó anunciando que la decisión de la Corte de declarar inadmisible el retiro
peruano de ese tribunal hemisférico, no tenía relevancia y que su gobierno se daría como "no notificado"
en los casos de Baruch Ivcher y el Tribunal Constitucional.
Al mismo tiempo, el gobierno de Alberto Fujimori iniciaba una serie de operaciones estratégicas para
neutralizar a los gobiernos de los países miembros de la OEA y al gobierno de los Estados Unidos. Para
noviembre era ya de conocimiento público el ingente gasto de recursos financieros del Estado destinados al
envío de misiones diplomáticas ad hoc a casi todos los países del continente americano, así como la
contratación millonaria de empresas de lobbies por parte del régimen. Dos días después, el presidente del
Consejo de Ministros y titular de Justicia, Alberto Bustamante, explicó que uno de los objetivos de la
contratación de las empresas de lobbies era lograr un mayor acercamiento al Congreso de los Estados
Unidos para conseguir un incremento de los recursos destinados a la lucha contra el narcotráfico que nos
otorgaba ese país. Siendo evidente la utilización de recursos estatales con fines político-partidarios, el
mismo Fujimori declaró que el lobby de las empresas contratadas por el gobierno peruano ascendería a 30
mil dólares. Sin embargo, la prensa descubrió más tarde que los borradores alcanzados por las empresas
Shepardson Stern Kaminsky y Patton Boggs demostraban que estas compañías cobrarían 880 mil dólares en
conjunto; es decir, un promedio de 73 mil dólares mensuales.
Julio Álvarez Sabogal
Nuevos hechos, esta vez en el ámbito mismo de las relaciones bilaterales con dos países de suma
importancia para el Perú, mostrarían cómo el gobierno autoritario iba ingresando en la vorágine del
aislamiento.
La Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos aprobó el 4 de octubre de 1999 la
resolución 57, relativa a las "interferencias con la libertad de prensa y la independencia de las instituciones
judiciales y electorales en el Perú" a propósito del caso Baruch Ivcher y la destitución de los magistrados del
Tribunal Constitucional. Esta resolución dispuso que los Estados Unidos promovieran una investigación
independiente a través de la CIDH sobre las amenazas a la libertad de prensa y a la independencia judicial
en el Perú.
Un mes después, el Senado de los Estados Unidos aprobó la Resolución No. 209. Con esta resolución
expresaba su seria preocupación por la erosión de la independencia de los poderes judiciales y electorales
del gobierno peruano y la descarada intimidación contra los periodistas en el Perú. Señalaba, además, que
los esfuerzos por socavar el orden constitucional del país para beneficio personal o político, no
concordaban con el "standard" de la democracia representativa en el hemisferio occidental. Dicha
resolución subrayó que el gobierno de los Estados Unidos apoyaba el esfuerzo de la CIDH por informar 280
sobre el patrón de las amenazas a la democracia, la libertad de prensa y la independencia judicial por parte
del Gobierno del Perú y expresó que el abuso sistemático contra el Estado de Derecho y las amenazas a la
democracia en el Perú podían minar tanto la confianza de los inversionistas extranjeros en el país, como la
solvencia crediticia del mismo. Alberto Fujimori respondió señalando que el Senado estadounidense no
podía intervenir en los asuntos internos del Perú. Destacó que entre 1980 y 1993, cuando la democracia
había estado en peligro, "no hubo un solo pronunciamiento de ningún congreso (extranjero) ni de ningún
organismo internacional” y que, por lo tanto, la resolución 209 no sería un escollo para que su gobierno
continuara buscando “la consolidación de la democracia” y el mejoramiento de la economía nacional.
Meses más tarde, en febrero del 2000, otro pronunciamiento en torno a la realidad peruana, esta vez
proveniente del Departamento de Estado de los Estados Unidos, llevó a Alberto Fujimori a efectuar
declaraciones controversiales, las mismas que terminaron dañando las relaciones del Perú con Colombia.
Fujimori arremetió contra dicho pronunciamiento, expresando que le parecía extraño que el gobierno
norteamericano criticara al Perú mientras entregaba al mismo tiempo 1,600 millones de dólares a
Colombia; país que afrontaba violencia a causa del narcotráfico y la guerrilla, violándose los derechos
humanos con muertes a diario:
La política exterior del Fujimorato
“El presidente Fujimori afirmó que el informe anual del Departamento de Estado de EEUU
sobre la situación del Perú adolece de "miopía, astigmatismo, daltonismo y hasta un poco
de ceguera". Se preguntó cómo EEUU otorga una ayuda de US$ 1,600 millones a Colombia
"donde se viola los derechos humanos con muertes a diario" y donde el narcotráfico
"campea por muchos sitios". De otro lado, anotó que no habrá una respuesta directa de la
Cancillería porque el Departamento de Estado conoce la posición del gobierno peruano y,
además se ha explicado ampliamente el proceso de pacificación y la lucha contra el
narcotráfico. "Tenemos que ser muy objetivos, ciertamente no somos una democracia
perfecta todavía, pero estamos en este proceso que toma algunos años", aseveró”.470
El embajador de los Estados Unidos en el Perú respondió veinticuatro horas después, refiriendo que los
conflictos relativos a la presunta violación de derechos humanos excedían los parámetros de la justicia
interna de cada país:
“John Hamilton embajador de EEUU en Perú, señaló que el informe del Departamento de Estado de
su país no constituye ninguna injerencia en el desarrollo político del Perú. Comentó, además, que el
tema de derechos humanos dejó de ser un asunto exclusivo de los países desde que la comunidad
internacional adoptó criterios comunes sobre el mismo.”471 281
Sin embargo, las reacciones ocasionadas por las expresiones del presidente Fujimori sobre la ayuda de los
Estados Unidos a Colombia no quedaron allí. El gobierno de Colombia presentó una nota de protesta el 31
de marzo por las declaraciones del presidente Alberto Fujimori y las relaciones entre los dos países
ingresaron en un período de serio deterioro.
470
Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH). NotiAprodeh. Resumen diario de noticias. Sitio web:
http://www.aprodeh.org.pe/noti-apr/2000/29FEB2000.htm. Fecha de consulta: 20 de febrero de 2006.
471
Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH). Noti Aprodeh. Resumen diario de noticias. Martes 29 de febrero
del 2000. Sitio web: http://www.aprodeh.org.pe/noti-apr/2000/29FEB2000.htm
472
Tlahui. “HRW: Fujimori es el gobernante más autoritario de América Latina”. Información enviada a Mario Rojas,
Director de Tlahui. Perú, 11 de diciembre de 1999. Sitio web: http://www.tlahui.com/politic/politi99/politi8/pe8-
17.htm.
Julio Álvarez Sabogal
13. La democracia bajo tutela internacional: las misiones de observación electoral del año 2000.
En vista del evidente deterioro que sufría la situación política interna, la comunidad internacional envió
diferentes misiones de observación electoral 474 para garantizar la transparencia del proceso electoral, las
mismas que efectuaron serios cuestionamientos relacionados al proceso del año 2000. En opinión de éstas,
el citado proceso electoral no cumplía con los estándares internacionales que correspondían a un proceso
democrático. Entre los principales hechos que motivaron dichos cuestionamientos se encontraban la "Ley
de la Interpretación Auténtica", la destitución de tres magistrados del Tribunal Constitucional, la
falsificación de firmas denunciada conjuntamente por la Defensoría del Pueblo y el diario El Comercio en
febrero del 2000, las irregularidades del proceso electoral475, el hostigamiento a los candidatos opositores,
la utilización de recursos del Estado, la inseguridad en los padrones electorales, la falta de transparencia del
473
Tlahui. op. cit
474
La Misión de Observación Electoral de la OEA, la Misión Carter y el Instituto Nacional Democrático,
475
En los siete meses anteriores al proceso electoral del 2000, fueron recibidas 415 denuncias acerca de la ilegal e
ilegítima participación de servidores públicos en actos de propaganda con uso de recursos del Estado, en favor de re-
reelección de Alberto Fujimori.
La política exterior del Fujimorato
proceso electoral y la manipulación del voto. La más importante de entre dichas misiones fue la Comisión
de la OEA, presidida por el ex -canciller de Guatemala, Eduardo Stein; la cual presentó su informe ante la
Asamblea General de la OEA realizada en Windsor, Canadá, en junio del 2000:
“El Consejo Permanente de la OEA, acordó elevar a la XXX Asamblea General a celebrarse
a partir del próximo 4 de junio, en Windsor, Canadá, el debate sobre la situación originada
en las elecciones peruanas del pasado 28 de mayo. El Consejo había sido convocado de
emergencia con el objeto de escuchar el informe del ex canciller guatemalteco Eduardo
Stein, sobre la Misión de Observación Electoral (MOE) al Perú, que éste presidió.
Stein reiteró ante los delegados, que "de acuerdo a los estándares internacionales, el
proceso electoral peruano estuvo lejos de ser considerado como libre y justo”.
Luego tomó la palabra la representante permanente del Perú ante la OEA, la jefa de
Misión, Beatriz Ramacciotti, quien tildó a Stein de "actor político" en el proceso electoral
peruano y añadió que el ex canciller "se había excedido largamente" en su labor como
observador, sugiriendo inclusive que había estado interfiriendo en los asuntos internos del
Perú.
283
La oposición democrática al régimen fujimorista no consiguió la inmediata suspensión del Perú en la OEA a
causa de la sistemática trasgresión del Estado de Derecho. Sin embargo, el organismo interamericano sí
aprobó la resolución 1753, disponiendo el envío de una misión al Perú a fin de facilitar un espacio de
diálogo entre el Gobierno y otros sectores de la comunidad política. El problema peruano, como lo señaló
Farid Kahhat, adquirió alcance continental:
476
Cronología Andina. Sitio web: http://www.cajpe.org.pe/cronolog/junpe4.htm
Julio Álvarez Sabogal
14. Diplomacia del desprestigio o la falacia ad hominen478: las campañas de desprestigio contra las
misiones de observación electoral y los líderes extranjeros
En efecto, ésa como otras misiones internacionales, están integradas por intachables
personalidades latinoamericanas.
477
Kahatt, Farid. Perú: los factores internacionales y la transición democrática. Palestra Electoral. Lima, 2001.
Dirección web: http://palestra.pucp.edu.pe/palelec/index.php3?file=procesopol/farid.htm. Consulta: 15 de junio de
2005.
478
Este tipo de falacia implica un argumento que no se preocupa por realizar razones adecuadas en contra de una
opinión contraria, sino que pretende refutar tal opinión censurando a las personas que la sostienen.
La política exterior del Fujimorato
Y, por último, está fuera de duda que las misiones de observación están fuertemente
respaldadas tanto en los EE.UU. como en Europa. El mecanismo es obvio y sólo el
gobierno peruano finge no darse cuenta: las misiones dicen las cosas claras, sin
comprometer directamente a un Estado, y luego los gobiernos se pronuncian, en
lenguaje diplomático, respaldando las conclusiones de las misiones.
A diez días de las elecciones prácticamente todos los gobiernos de los países
desarrollados -con la solitaria excepción del Japón-, se han pronunciado criticando el
proceso peruano y advirtiendo los peligros del mismo. Los gobiernos latinoamericanos
tampoco ocultan su preocupación, a juzgar por las reuniones que han sostenido los
embajadores acreditados en Lima con Eduardo Stein, jefe de la Misión de la OEA”.479
La situación no cambió para la segunda vuelta electoral, sino todo lo contrario, empeoró. El fujimorismo, a
través de los programas informativos de Frecuencia Latina, finalmente sometida al régimen, aseguró
285
suficientes elogios al gobierno y el descrédito de los líderes de oposición, de la misión electoral e incluso de
los líderes de países extranjeros que habían criticado o expresado su preocupación por los métodos del
régimen. Así lo recogió el diario Clarín de Buenos Aires:
479
Caretas. Artículo “En busca del voto perdido”. Edición No. 1612 del 30 de marzo de 2000.
Julio Álvarez Sabogal
480
El Clarín. “Perú: campaña de la TV oficialista contra Toledo”. Buenos Aires, Argentina. 17 de abril de 2000.
481
La conferencia fue iniciativa de Polonia, Chile y los Estados Unidos, países que invitaron como organizadores a la
India, República Checa, Corea y Mali.
482
26 y 27 de junio de 2000.
La política exterior del Fujimorato
reuniones. En este evento estuvieron presentes el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan; la
Secretaria de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright; la Ministra de Relaciones Exteriores de
Chile, María Soledad Alvear; el politólogo Francis Fukuyama; el ex Presidente de Argentina, Raúl Alfonsín; el
Presidente de Transparencia Internacional, Peter Eigan; el Profesor Wei Jingsheng, del Centro de Estudios
de los Derechos Humanos de la Universidad de Columbia, entre otras personalidades del sector público y
privado.
Mientras tanto, en el Perú se vivían las secuelas del fraudulento proceso electoral del año 2000 y se
esperaba la visita de una comisión de alto nivel de la Organización de Estados Americanos, encabezada por
su Secretario General, César Gaviria y el ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, Lloyd Axworthy. Esta
comisión tenía como objetivo buscar maneras de fortalecer la democracia en Perú. Toda esta situación
tendría repercusiones importantes en el contexto y en los eventos mismos de Varsovia, dando claras
muestras del nivel de aislamiento político internacional en el cual se había sumido el Perú.
Las muestras de desagrado dirigidas hacia el régimen fujimorista se darían de varias formas. Primero,
Alejandro Toledo, candidato opositor al régimen, fue invitado a pronunciar uno de los discursos principales
en la sesión plenaria inaugural del foro no gubernamental, haciéndolo en los siguientes términos:
287
“Estaríamos muy honrados si usted aceptara compartir con nosotros sus ideas sobre la
democracia y sobre cómo la comunidad internacional puede cooperar en respuesta a la
situación actual en el Perú para asegurar la prevalencia de la democracia y el respeto por los
derechos humanos. Los otros discursos que precederán al suyo los pronunciarán el financista
y filántropo George Soros, del Instituto por una Sociedad Abierta, y el ex Primer Ministro de
Francia Michel Rocard.”483
Luego, la Cancillería peruana recibió información en la cual se aseguraba que los países promotores
consideraban que, dada la situación política interna del Perú y habiendo sido invitado, debía considerar
seriamente su participación en la Conferencia Ministerial484.
483
Revista Caretas, Edición No. 1624, 22 de junio de 2000.
484
En Lima circuló la versión de que el Gobierno, enterado del viaje de Alejandro Toledo a Varsovia, intentó
tardíamente acreditar al Canciller Fernando de Trazegnies al encuentro ministerial, pero que la embajada de Polonia
en Lima comunicó diplomáticamente a Torre Tagle que ya era imposible hacerlo.-Revista Caretas, op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
El régimen fujimorista tomó este hecho como una “maniobra” de Polonia ante la radicalización de las
exigencias norteamericanas, influenciada también por la participación de Alejandro Toledo en el foro no
gubernamental y la detención de Baruch Ivcher en Varsovia.
El principal riesgo al que se exponía el régimen era a la individualización del caso peruano a través de una
declaración previa al inicio de la Conferencia por parte de los países auspiciadores, en la cual había
trascendido que se haría un llamado al Perú a respetar los compromisos que se asumieran en la declaración
final de la misma.
El aislamiento político del Perú no era más un asunto de mera retórica diplomática. Los países
organizadores le habían dicho al gobierno de Fujimori que no reunía las condiciones necesarias para
participar en una conferencia sobre democracia. En términos diplomáticos, la frase “considerar seriamente
su participación” significa en realidad “le sugerimos que de ninguna manera participe” y, según el tono de
voz del interlocutor, puede significar “su gobierno no es bienvenido”. El aislamiento del autócrata y su
gobierno era un hecho.
Un hecho más desnudaría las maniobras autoritarias y la sucesión de mentiras e intrigas en las que se había
288
embarcado el régimen. El sábado 24 de junio del 2000, la policía polaca detuvo en el Aeropuerto
internacional de Varsovia a Baruch Ivcher485, ex- propietario del canal de televisión Frecuencia Latina-Canal
2, en cumplimiento de una solicitud internacional de arresto que el gobierno peruano había extendido a la
INTERPOL tiempo atrás. Ivcher había llegado a Varsovia para participar en el primer Foro Mundial por la
Democracia promovido por Freedom House y Stefan Batory. Antes de ser detenido, se había reunido con el
entonces candidato opositor, Alejandro Toledo. La delegación de Toledo rápidamente informó sobre el
arresto y pidió la liberación de Ivcher. Las intensas gestiones de la comunidad internacional lograron que
Ivcher fuera puesto en libertad tras cinco horas de detención. El gobierno peruano se apresuró en calificar
la historia de la detención de Ivcher como una "maniobra publicitaria" de la oposición, liderada por Toledo.
El Presidente del Consejo de Ministros, Alberto Bustamante, indicó que había recibido un fax directamente
de la INTERPOL, en el cual se le comunicaba la inexistencia de una solicitud de detención contra Baruch
Ivcher. Pero la Embajada de Polonia en Lima se encargó de desmentir públicamente a Bustamante,
485
Como hemos visto en las páginas precedentes, Baruch Ivcher, inmigrante israelí nacionalizado peruano, fue
despojado de su ciudadanía en 1997 y, por ende, de su derecho a poseer un canal de televisión, luego de que
Frecuencia Latina-Canal 2 transmitiera una serie de reportajes comprometedores sobre corrupción en el gobierno de
Fujimori. En 1999, el caso Ivcher se estaba ventilando en la Corte Interamericana de Derechos Humanos junto con
otras denuncias y su inminente resolución en contra del Estado peruano condujo al gobierno de Fujimori a solicitar el
retiro del Perú la competencia contenciosa de la Corte.
La política exterior del Fujimorato
17. Repercusiones de la corrupción en la seguridad regional: el tráfico ilegal de armas para las FARC y
el fin del bastión de estabilidad
La arbitrariedad e impunidad con que operaban los actores del régimen deterioró no sólo la imagen
político-democrática del país, sino que terminó por abrir nuevos frentes externos en el campo de la
seguridad regional y en el de las relaciones bilaterales con los países vecinos. Tal fue el caso del tráfico
ilegal de armas para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El papel de bastión de
estabilidad que había asumido el gobierno de Fujimori a lo largo de la década de los 90 y que le había
granjeado la mirada tolerante de la potencia norteamericana, finalmente se desgastó. La coyuntura mostró
al desnudo la serie de embustes y confabulaciones en las que se hallaba envuelto el régimen desde hacia
buen tiempo. Fujimori había decidido practicar una política de operativos psico-sociales a escala
continental en el área de influencia política de los Estados Unidos y en un área de prioridad de la política 289
exterior de este país, como son defensa y seguridad. Y más grave aún, lo había hecho sin su venia.
Investigaciones posteriores revelaron que Alberto Fujimori había retardado este anuncio, a fin de que éste
coincidiera con el inicio del diálogo con la oposición promovido por la OEA a favor de la democratización y
en contra suya, a fin de que le fuera posible obtener réditos en el plano político internacional. La estrategia,
486
Cronología Andina. Junio 2000. Sitio Web: http://www.cajpe.org.pe/CID.htm
Julio Álvarez Sabogal
sin embargo, no dio los frutos esperados gracias a varios acontecimientos posteriores que pusieron en
evidencia el engaño.
Colombia protestó señalando que esa red había sido descubierta un año atrás, lo cual obligó al presidente
Fujimori a presentar al presidente colombiano, Andrés Pastrana, un informe durante la Cumbre de Río.
Pastrana consideró insuficiente la información dada por Fujimori. Poco después, Jordania aseguró a
Colombia, con documentos en mano, que los fusiles fueron vendidos legítimamente al Estado peruano,
involucrando al General Gustavo Olivera en el negocio. La coartada de Fujimori se vio más debilitada aún
cuando los Estados Unidos, que por esos días promocionaba su Plan Colombia (plan de ayuda financiera a
ese país para combatir el narcotráfico y eventualmente la guerrilla), apoyó la tesis jordana. Al mismo
tiempo y a partir de este hecho, Washington mostró un cambio de actitud frente al régimen487 y las
relaciones bilaterales del Perú con Colombia entraron a un nuevo período de deterioro, tal como lo registró
Caretas:
“El martes 5 (de setiembre) el Presidente de Colombia, Andrés Pastrana, volvió a poner el
dedo sobre la llaga señalando que el caso del tráfico de armas para las FARC aún sigue sin
aclararse. "La verdad es que tenemos dudas sobre las explicaciones del Perú". Fuentes de la
cancillería confirmaron a CARETAS en Brasilia la versión según la cual, semanas atrás, la
embajadora de Colombia en el Perú, María Cristina Zuleta de Patiño, habría tenido un 290
altisonante cruce de palabras con el canciller Fernando de Trazegnies en Lima. El motivo: las
declaraciones de Alberto Fujimori sobre el tráfico de armas hacia la guerrilla de las FARC.
Zuleta le habría dicho a De Trazegnies que Colombia, durante los diez años de conflicto
interno en el Perú, nunca declaró en contra de ningún acto del Gobierno. Además añadió que
durante la Asamblea de la OEA en Windsor, Canadá, su país mantuvo adrede un perfil bajo
respecto al tema de la institucionalidad en el Perú. No obstante el incidente, Fujimori anunció
que tenía una bomba sobre el tráfico de armas. Es decir, continuaba con su estilo provocador.
Durante la inauguración de la cumbre, Fujimori fue inquirido por los periodistas sobre la
reunión que previamente había sostenido con Pastrana. Fujimori dirigió entonces la vista a
Cardoso y, tras mirarse a los ojos, pasó delante de la gente de prensa sin abrir la boca. Esa
noche, al término de la cena de bienvenida en el Hotel Naum, CARETAS conversó con el
487
“Pero si hubiese que aislar un hecho decisivo para explicar el cambio de actitud del gobierno norteamericano en su
conjunto frente al régimen de Fujimori, éste sin duda sería el caso del tráfico de armas a las guerrillas de las FARC. Éste
se descubre cuando el gobierno norteamericano se hallaba inmerso en el proceso de aprobación del denominado
"Plan Colombia", el cual contiene precisamente una dimensión contrainsurgente que apenas se pretende soslayar. A
partir de ese momento el régimen que otrora fuera considerado un "bastión de estabilidad" regional pasa a ser
percibido en forma unánime como una fuente de inestabilidad política más allá de sus propias fronteras” Kahhat,
Farid. op. cit.
La política exterior del Fujimorato
Otras investigaciones determinaron a posteriori que Vladimiro Montesinos fue el cabecilla del negocio de
tráfico ilícito de armas para las FARC.
La prensa peruana logró establecer que la empresa que encubría el negocio, de propiedad de los hermanos
Luis Frank y José Luis Aybar Cancho, había sido proveedora durante años del Ejército Peruano. El diario
limeño La República logró entrevistar en la ciudad de Los Ángeles al comerciante de armas Sarkis
Soghanalian, quien afirmó que los fusiles que terminaron en poder de las FARC, habían sido vendidos al
Gobierno peruano. En enero de 1999 y encontrándose Soghanalian en Lima, se había reunido dos veces con
oficiales militares peruanos en el cuartel general del Ejército y del Servicio de Inteligencia con este fin.
El pago de lealtades políticas que más escándalo causó en el ámbito internacional y que descalabró las
relaciones bilaterales con otro país de América del Sur, fue tal vez el nombramiento del General EP Julio
291
Salazar Monroe como Embajador del Perú en Venezuela. Este personaje era uno de los miembros más
desprestigiados del régimen y estaba por ende descalificado para asumir un cargo político-diplomático
como el de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario del Perú en la República de Venezuela. Fue Jefe del
Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) desde de enero de 1991 hasta agosto de 1998 y Ministro de Defensa
desde el 22 de agosto de 1998 hasta el 14 de abril de 1999. Era considerado como uno de los responsables
de la matanza de 16 personas en el caso Barrios Altos, pero no había podido ser juzgado gracias a las leyes
de amnistía promulgadas por el gobierno de Alberto Fujimori.489
Eran muchos y muy graves los casos de violaciones de derechos humanos cuya responsabilidad era
atribuida al SIN de Salazar Monroe por parte de la prensa, organismos de derechos humanos,
parlamentarios y ex militares: secuestro del empresario Samuel Dyer, torturas y maltratos a los líderes del
intento de golpe de Estado en noviembre de 1992, atentado con explosivos al domicilio del parlamentario
488
Caretas. Artículo “Cumbia de dudas”. Edición No. 1635 del 7 de setiembre del 2000.
489
La primera ley, la 26479 consagró la impunidad para los que violaron derechos humanos entre mayo de 1980 y
junio de 1995. La segunda, la 26492 prohibió la investigación de cualquier caso en el que estuvieran implicados
militares, policías o civiles al servicio del Estado.
Julio Álvarez Sabogal
Javier Diez Canseco, atentado con explosivos contra Global Televisión de Puno, asesinato de Mariela
Barreto, ex agente del servicio de Inteligencia del Ejército, torturas a ex agente del SIE Leonor La Rosa,
espionaje telefónico a 197 personas entre opositores políticos, periodistas, militares en actividad y retiro,
profesionales e inclusive congresistas del partido de gobierno, ataque contra del vehículo del congresista
Javier Diez Canseco en marzo de 1997, ataque con disparos de arma de fuego al ex ministro Gustavo
Saberbein, amedrentamiento a los periodistas Blanca Rosales, editora del diario La República, Jinés Flores
de la ciudad de Tacna y Luis Angeles del diario Ojo, así como los planes "Bermuda", "Narval" y "Pino", cuya
ejecución implicaba atentados contra periodistas, abogados, medios de comunicación y políticos de
oposición. 490
Al Grupo de aniquilamiento Colina, que actuaba bajo las órdenes del SIN, por su parte, se le atribuía el
asesinato del dirigente sindical Pedro Huillca Tecse por acción del mayor Santiago Martín Rivas, los técnicos
Juan Sosa, Yarlequé, Pedro Pretell Damaso y Nelson Carbajal García; el asesinato de agentes de inteligencia
Carlos Santa Cruz Ruiz (envenenado), Pedro Zavaleta Quispe y otro de apellido Barbarán en la ciudad de
Tarapoto realizado por el mayor Santiago Martín Rivas y los técnicos Juan Sosa, Sauni Pomaya y Caballero
Zegarra; el asesinato de dos soldados, dos tenientes y una empleada civil en locales del servicio de
inteligencia en el mes de diciembre de 1992; el asesinato del general de brigada EP Linares Dávila y la
empleada civil Maritza Castañeda a cargo del mayor Santiago Martín Rivas, los técnicos Pretell, Sosa, Julio
292
Ramírez, Nelson carvajal; asesinatos y secuestros de civiles con fines lucrativos; el asesinato de
indocumentados en lugares apartados; e irrupciones en pueblos y ataques a puestos policiales como
supuestos miembros de Sendero Luminoso. 491
Tan pronto se produjo el nombramiento, organizaciones defensoras de derechos humanos de todas partes
del mundo ejercieron cabildeo ante el gobierno de Venezuela demandando el rechazo la designación de
Salazar Monroe y hasta su detención y juzgamiento en dicho país. El nombramiento fue tan cuestionado
que Salazar Monroe sólo permaneció en dicho cargo por dos meses, del 15 de agosto al 15 de octubre del
2000.
“Los venezolanos han dejado trascender que debido al escándalo desatado en Perú, Venezuela se
encuentra revisando la situación del embajador peruano a quien hace poco concedió su aprobación.
490
ImediaPerú. Mientras busca refugio Montesinos se refugia en el Pentagonito. 22 de setiembre de 2000. Dirección
web: http://www.aprodeh.org.pe/democracia/democracia1/c_ie_25set2000.htm.
491
ImediaPerú. Mientras busca refugio Montesinos se refugia en el Pentagonito. 22 de setiembre de 2000. Dirección
web: http://www.aprodeh.org.pe/democracia/democracia1/c_ie_25set2000.htm.
La política exterior del Fujimorato
Las acusaciones sobre violaciones de derechos humanos que pesan sobre el general Salazar Monroe
durante su jefatura en los servicios de inteligencia serían un punto determinante.
Rangel ha comentado que su gobierno no sabía que Salazar Monroe, quien asumió el cargo de Jefe
de Servicio de Inteligencia Nacional el 14 de enero de 1991, hizo una cerrada defensa del SIN y del
asesor Vladimiro Montesinos en los casos de Barrios Altos y La Cantuta ante la comisión
investigadora del Congreso.
Y que dijo, por ejemplo, que “Montesinos no había tenido ninguna participación en estos hechos y
que su presencia en el SIN respondía estrictamente a la asesoría y consultoría en asuntos de su
especialidad como abogado.
O que cuando fue preguntado sobre sus ingresos económicos, Salazar Monroe respondió que era un
trabajador ad honoren.” 492
Al caso del tráfico ilegal de armas para las FARC y el bochornoso nombramiento de Julio Salazar Monroe se
sumó la propalación del video Kouri-Montesinos que hizo ingresar al régimen en su crisis final. El gobierno 293
de Fujimori se embarcó frenéticamente en la búsqueda de un país que aceptase dar asilo a Vladimiro
Montesinos. Los gobiernos consultados habrían sido los de Venezuela, Argentina, Brasil y Panamá:
Una versión desde Cancillería refiere que el gobierno venezolano y propiamente su Canciller, José
Vicente Rangel, se negaron rotundamente a recibir a Montesinos. Es más, Rangel aprovechó la
ocasión para cuestionar la presencia del general Julio Salazar Monroe, ex jefe nominal del SIN
durante siete años, y actual embajador peruano en Venezuela.
(…)
El segundo país sugerido por el propio Montesinos habría sido Argentina. La consulta, según la
fuente, también se hizo, pero la respuesta fue rápida y negativa. La administración De la Rua no
492
ImediaPerú. Mientras busca refugio Montesinos se refugia en el Pentagonito. 22 de setiembre de 2000. Dirección
web: http://www.aprodeh.org.pe/democracia/democracia1/c_ie_25set2000.htm.
Julio Álvarez Sabogal
aceptaría a Montesinos en su país, las consideraciones parecen no ser únicamente de orden moral.
El escándalo por el tráfico de las armas para las FARC resulta muy sensible para un país que aun no
termina de resolver otro escándalo del contrabando de armas hacia el Ecuador, protagonizado por
sus propios funcionarios.
La tercera opción del asesor fue Brasil. Hasta el momento se sabe que el presidente Fernando
Enrique Cardoso está cavilando su respuesta. Un colaborador de imediaperu.com en Washington,
quien consultó con fuentes de la CIA y de la DEA, ha comentado que, finalmente, el país de la samba
podría convertirse en el refugio del asesor.
Por su parte la Agencia se comunicó con la embajada de Brasil en Lima, pero el encargado de
prensa, Francisco Noacello, afirmó que no tenía noticias sobre el particular. Añadió, sin embargo,
que para que una persona solicite asilo es necesario que su vida corra peligro.
Por otro lado, ha trascendido, que el general de brigada Jesús Ponce Castro, jefe de la Dirección de
Inteligencia del Ejército, se encontraba en Brasil asistiendo a una reunión de jefes de inteligencia de
América Latina cuando se difundió el video que desnudaba la corrupción de funcionarios en el Perú.
En ese nuevo contexto, Ponce Castro habría gestionado, a pedido del general Villanueva Ruesta,
asilo para Vladimiro Montesinos en Brasil. El domingo 17, luego del anuncio del presidente Fujimori, 294
Ponce Castro regresó al Perú.
La versión cobraría cuerpo si se tienen en cuenta las últimas conversaciones entre los presidentes de
Perú y Brasil. País que con anterioridad acogió a los dictadores paraguayos Alfredo Strossner y Lino
Oviedo.
Es indudable que las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de ambos países son óptimas, y
mucho de esto se debe a la diligente labor del embajador José Viegas Filho quien, el 23 de mayo de
2000 condecoró, a nombre del presidente Enrique Cardoso, con la Orden Nacional Cruzeiro Do Sul
en el grado de Gran Cruz, al Presidente del Consejo de Ministros, Alberto Bustamante, al Ministro
de la Presidencia, Edgardo Mosqueira, al Ministro de Economía, Efraín Goldenberg y al
vicepresidente del congreso, Ricardo Marcenaro, por su labor en la defensa de los derechos
humanos.
Posteriormente, el 6 de julio de 2000, Viegas Filho continuó con las condecoraciones. En esta
ocasión, otorgó la Orden Nacional del Cruzeiro do Sul en el grado de Gran Cruz, al Ministro del
Interior, general EP César Saucedo Sánchez, al Presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas y Comandante General del Ejército, José Villanueva Ruesta, al Comandante General de la
La política exterior del Fujimorato
Marina de Guerra, Antonio Ibárcena Amico, al Comandante General de la Fuerza Aérea, Elesván
Bello Vásquez y al Comandante General de la Policía Nacional del Perú, Fernando Dianderas Ottone.
Durante la ceremonia, el embajador resaltó la creciente cooperación entre las Fuerzas Armadas de
Brasil y Perú. Por su lado, Saucedo afirmó que la imposición constituía una fehaciente muestra de
afirmación de los excelentes vínculos de amistad y cooperación que unen a las instituciones
policiales de las dos naciones.
La fuente sostiene que la cúpula cívico militar, condecorada por José Viegas Filho, quien además, en
1998, fue garante en las negociaciones entre Perú y Ecuador, le estaría pidiendo un último favor a
tan solícito embajador.
Pero si Brasil no acepta, siempre queda Panamá. Fuentes bien informadas han comentado que el
gobierno panameño ya aceptó asilar a Vladimiro Montesinos. El Procurador General de ese país,
Jose´Antonio Sossa, quien maneja parte de las Fuerzas de Seguridad de esa nación, es un viejo
amigo del asesor presidencial. A Montesinos, sin embargo, no le seduce la idea. Mientras tanto,
habría dejado las instalaciones del SIN”.493
295
20. Fuga de Alberto Fujimori y fin de su gobierno
El fin del gobierno de Alberto Fujimori fue precedido por una secuencia de actos que involucraron la
mentira, el uso ilegal de los recursos del Estado con fines personales, la parálisis de la diplomacia
profesional y el abuso descarado de la inmunidad presidencial y de los privilegios que internacionalmente
le daba su condición de mandatario.
Pero Alberto Fujimori no tuvo una despedida formal. Anunció su renuncia a la Presidencia de la República
desde Tokio, el 19 de noviembre de 2000 y vía fax. Días antes, había llegado al Japón luego de un periplo de
varios días a través de varias ciudades del mundo: Acapulco, San Francisco, Manila, Bandar Seri Begawan,
Singapur y Kuala Lumpur.
El objetivo oficialmente declarado del viaje fue participar en la Cumbre del Foro de Cooperación Económica
Asia-Pacífico. En esos días Bandar Seri Begawan, Brunei, era la sede de la Cumbre del Foro de Cooperación
Económica Asia-Pacífico (APEC), evento que fue precedido y acompañado por otras actividades conexas de
índole académica y empresarial. Para esta ocasión, al igual que para otras de tan alto nivel, decenas de
493
ImediaPerú. Mientras busca refugio Montesinos se refugia en el Pentagonito. 22 de setiembre de 2000. Dirección
web: http://www.aprodeh.org.pe/democracia/democracia1/c_ie_25set2000.htm.
Julio Álvarez Sabogal
Los planes de Alberto Fujimori, sin embargo, nada tenían que ver con este evento. El propósito real era
simplemente darse a la fuga. Para lograrlo, hizo uso de todos los recursos logísticos y financieros asignados
al sector relaciones exteriores y a la presidencia, como el avión presidencial; al igual que las facilidades que
ingenuamente brindaban otras naciones a su representatividad e investidura presidencial, sin saber que
estaban siendo embaucados para facilitar la huída:
“El viaje mismo, desde sus inicios, había tenido una serie de vericuetos que lo asemejaban
más a una fuga mafiosa que a la gira de un estadista. El avión presidencial, por ejemplo,
hizo primero escala en Acapulco y luego en San Francisco. Luego, Fujimori tomó, el martes
14, un avión de Phillipines Airlines con dirección a Manila, ciudad a la que habría llegado a
las 2.50 del miércoles 15 (…) Fujimori llegó, finalmente, a Bandar Seri Begawan, la capital
de Brunei, el 15 de setiembre a la 1 y 30 de la tarde, una hora antes de que el sultán
Hassanal Bolkiah inaugurara la cumbre de la APEC, y se fue al día siguiente a las 7 de la 296
noche, sin esperar a que se clausurara el evento. Casi no participó en las reuniones, salvo
en una, a la que asistieron los presidentes invitados.
El día de su partida de Brunei el avión lo lleva a Kuala Lumpur, la capital de Malasia, país al
que, se dice, pidió asilo (aunque el primer ministro malayo Mahathir Mohamad lo
desmintió). Allí habría llegado a las 4 y 40 minutos, hora local, para permanecer durante 2
horas y 15 minutos y luego continuar al aeropuerto de Narita, en Tokio.”494
494
Caretas. Artículo “Mecida y Fuga”. Edición No.1646. 24 de noviembre de 2000.
La política exterior del Fujimorato
“En la capital nipona comienzan otros cubileteos extraños. La prensa informa que el
mandatario permanecerá allí sólo entre las 8 y las 16 horas locales. En Lima, la secretaría
de prensa de Palacio afirma que la parada se hace para gestionar unos créditos. En
Panamá, el canciller de ese país, Miguel Alemán, anuncia que Fujimori no irá a la Cumbre
Iberoamericana (17 y 18 de noviembre). El ex presidente, en efecto, se reunió con Hiroshi
Yasuda, presidente del Banco Japonés para la Cooperación Internacional, y con el director
de la Cancillería Japonesa para América Latina, Takahiko Horimura, pero ese mismo día
(viernes 17) desliza su posible renuncia. En declaraciones a France Press insiste, como en
setiembre, que "no quiere ser un factor de perturbación.” Dice además que podría
encabezar una lista parlamentaria para las elecciones del 2001, con lo cual los ánimos en
Lima se caldean. Las críticas aumentan cuando se informa que está alojado en una suite
del hotel New Otani de Tokio, que costaría 1,200 dólares diarios.”495
“En la madrugada del domingo 19, por fin cae el telón. Fujimori da la puntada final a este
periplo contradictorio, anunciando que dejaba el cargo. La última revelación, ya en el
esplendor de su desfachatez y cuando hasta en su carta de renuncia (dada a conocer el 20 297
de noviembre) insistía en haber actuado "sin cálculo político", fue que también tenía la
nacionalidad japonesa.”496
Dos días después, el 21 de noviembre, el Congreso peruano acordó no aceptar dicha renuncia, declarando
la vacancia de la Presidencia de la República por incapacidad moral. El Sr. Valentín Paniagua Corazao
asumió ese mismo día el cargo de Presidente del Congreso.
21. Situación del Perú ante el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos
El estado de desprestigio al cual había llegado el gobierno de Alberto Fujimori ante el sistema
interamericano de protección de derechos humanos se puso en manifiesto en tres hechos puntuales.
El primero de ellos fue la imperiosa necesidad que tuvo el gobierno peruano de designar una Comisión
Especial de Alto Nivel497 para que asumiera la defensa del Estado peruano ante diversos organismos
495
Caretas. op. cit.
496
Caretas. op. cit.
497
25 de febrero de 1999
Julio Álvarez Sabogal
internacionales de derechos humanos. Los diez casos que enfrentaba el régimen fujimorista ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) así lo precisaban. Esta comisión estuvo integrada
por Aníbal Quiroga, Edgardo Mosqueira, José Alberto Bustamante y Milagros Maraví.
El segundo de esos hechos se dio el 8 de junio de ese mismo año a través de un comunicado del Colegio de
Abogados de Lima dirigido a la opinión pública, mediante el cual se supo que el Perú era el país de América
que tenía más demandas admitidas en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Le seguían en la lista
Guatemala y Honduras.
El tercero fue que, de ocho referencias que se llevaban a cabo en la agenda del XLV Período Ordinario de
Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuatro giraban entorno al Perú: el retiro del
Perú de su competencia contenciosa y los casos de Durand y Ugarte, Luis Cantoral Benavides y Gustavo
Cesti Hurtado por violación de derechos humanos.
Entre diciembre y junio del 2000, el Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de
Estados Americanos (OEA), el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas para la Detención Arbitraria y la
Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos del Consejo Económico y Social de la
298
Organización de las Naciones Unidas manifestaron, a través de diversos informes, su inquietud por la
persecución y hostigamiento que venían padeciendo Baruch Ivcher y algunos integrantes de su familia.
Esto, señalaron, atentaba contra la libertad de expresión y los principios democráticos garantizados por la
Convención Americana.
Recalcaron que la situación de la justicia militar en el Perú era "especialmente grave" y no cumplía con las
exigencias formuladas para garantizar un proceso judicial regular. Por último, llamaron la atención sobre el
abierto desafío del gobierno peruano y el desconocimiento de las recomendaciones hechas por los órganos
regionales e internacionales de vigilancia de los tratados de Derechos Humanos.
La política exterior del Fujimorato
Durante esta etapa, Francisco Tudela, siendo representante permanente ante las Naciones Unidas con sede
en Nueva York, sustentó y defendió la posición jurídica del régimen ante la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
Entre octubre de 1998 y diciembre de 1999, Amnistía Internacional (AI), el Comité para la Protección de los
Periodistas (CPJ), el Consejo de la Prensa Peruana, la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), la
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, la Sociedad Interamericana de Prensa, el Comité de
Protección de Periodistas para América Latina (CPJ), la Comisión Andina de Juristas, el Comité de Protección
de Periodistas para América Latina (CPJ), Human Rights Watch, Reporteros sin fronteras, el Instituto Prensa
y Sociedad, (IPYS) y Washington Office for Latin America (WOLA) denunciaron las prácticas
antidemocráticas y violatorias de derechos humanos efectuadas por el gobierno peruano.
Entre dichas denuncias se enumeraron las sistemáticas campañas contra la prensa, acoso y amenaza de
periodistas y medios informativos a nivel nacional y a través de la vía telefónica, fax, interceptación de los
correos electrónicos e Internet. Debemos incluir también las sucesivas difamaciones, calumnias, amenazas,
agresiones físicas, acciones judiciales interpuestas contra algunos hombres de prensa, detención de
299
periodistas, propuestas legislativas que ponían en riesgo la libertad de expresión y el caso del empresario
de televisión Baruch Ivcher y hasta asesinatos de periodistas, como el caso de la periodista piurana Isabel
Chumpitaz.
También se denunció la falta de independencia del Poder Judicial, falta de garantías a los derechos
humanos, inseguridad jurídica, campañas de amedrentamiento contra jueces independientes como Elba
Greta Minaya Calle, la manipulación permanente del marco jurídico para garantizar la reelección del
presidente Alberto Fujimori a un tercer período de gobierno consecutivo y el poco respeto del régimen por
los procedimientos democráticos. Por último, se señaló lo inquietantemente riesgoso que podía ser si el
presidente Fujimori sentaba precedente en el mundo al obtener éxito silenciando periodistas mediante la
intimidación, seguimiento y espionaje. Así, se puso al descubierto el completo deterioro del Estado de
Derecho y de la institucionalidad democrática.
CONCLUSIONES
debilitaron profundamente las posiciones diplomáticas del régimen. Ello desembocó en una confrontación
abierta con las organizaciones internacionales y gubernamentales defensoras de derechos humanos, así
como con los gobiernos de países extranjeros, en particular con los Estados Unidos, Colombia y Venezuela.
El deterioro de las relaciones bilaterales con estos países dejaron en claro la manera cómo el autoritarismo
y la corrupción habían contaminado la agenda y la forma de conducción de la política exterior peruana,
haciendo peligrar la posición jurídica del país referida al respeto y cumplimiento de los tratados y la
estabilidad y armonía de las relaciones con los países limítrofes, así como la atmósfera de seguridad en la
región, lucha contra el narcotráfico y prevención contra el rebrote del terrorismo. El estilo diplomático
confrontacional, alimentado por el autoritarismo y la corrupción, se consolidó no sólo en las mentes de sus
creadores, sino en la estructura misma del Estado. Esto, paradójicamente, condujo a su propio fin.
300
La política exterior del Fujimorato
CAPÍTULO VIII
Este capítulo parte de la base de que el Estado no es un actor unitario y que no existe un consenso
nacional invariable en la toma de decisiones de política exterior. El análisis se concentra, entonces,
en:
De este modo, a partir de una perspectiva burocrática y utilizando las herramientas de análisis del
método del planeamiento estratégico situacional (PES)501 concebido por Carlos Matus,502 pretendo
498
El objeto de estudio es el proceso de toma de decisiones, en el que las fuentes de acceso al fenómeno 301
son las declaraciones públicas, comunicados oficiales, memorias de personajes relevantes, informaciones
infundidas por los medios de comunicación, testimonios orales de testigos directos, informes, documentos
públicos, normas y entrevistas.
499
El término “proceso de toma de decisiones” se refiere a la forma de elaborar la política exterior (cómo y
quiénes), en tanto éstas son “Las decisiones son el aspecto más visible y obvio de la política exterior (Korany,
1986: 39). Sin embargo, éstas son sólo parte de una totalidad mucho mayor que incluye pautas de
comportamiento, objetivos, intereses, estilos, percepciones e incluso no decisiones Lasagna, Marcelo.
Cambio institucional y política exterior: un modelo explicativo. Revista CIDOB D'afers Internacionals Nro. 32.
Barcelona. Centro de investigación, docencia, documentación y divulgación de Relaciones Internacionales y
Desarrollo. 1996. Dirección web: http://www.cidob.org/castellano/publicaciones/Afers/32lasagna.cfm.
Consulta: 7 de febrero de 2005.
500
Lasagna, Marcelo. Op. cit.
501
El enfoque PES está diseñado para servir a los dirigentes políticos tanto en el gobierno como en la
oposición y denominaremos “análisis estratégico situacional”o simplemente PES. Su tema son los problemas
públicos y es también aplicable a cualquier organismo cuyo centro de juego no es exclusivamente el
mercado, sino el juego político, económico y social. En el marco analítico del PES, el problema es la distancia
existente entre una situación dada y una situación deseada, considerada por alguien como óptima. De esta
manera el problema tiene tanto una dimensión objetiva (la situación dada) como una dimensión subjetiva
(el deseo del actor promotor de una política determinada). Asimismo, en la medida de que los problemas
son siempre problemas para alguien, no se debe perder de vista que la explicación de cada actor que
Julio Álvarez Sabogal
mostrar que el retiro del Perú de la competencia contenciosa de la Corte fue la exhibición más
clara de cómo funcionaban las estructuras y procesos de toma decisiones del gobierno fujimorista,
en materia de política exterior.503
participa en el juego se dará dentro del marco de la situación particular de cada uno de ellos (denominada
explicación situacional) y, por lo tanto, tenderá a ser diferente a las de los otros actores. En este sentido, el
análisis que se hace en este capítulo tomará como punto de partida la tanto la situación dada como el deseo
del actor que promovió el retiro del Perú de la competencia de la Corte y dio inicio a este proceso, es decir,
el gobierno de Alberto Fujimori.
502
Matus, Carlos. El método PES: entrevista con Matus. Editor: Franco Huertas. Caracas. Fondo Editorial
Altadir. 1994.
302
503
Los actores decisores tienen a su favor cuatro cartas vitales: i) poder de la iniciativa, ii) capacidad para
definir las amenazas externas, iii) control sobre la información y publicidad, iv) poder estatal de coerción.
Hill, Christopher. The changing politics of Foreign Policy. Palgrave Macmilan. Hampshire y New York. 2003.
p. 264.
504
En octubre de 1990, Ernesto Rafael Castillo Páez fue detenido por agentes de la Policía Nacional del Perú
y, desde dicha fecha, se desconoce su paradero. Según la Corte IDH, se violaron los artículos 7, 5, 4 y 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, todos en relación con el artículo 1.1 de la misma.
505
Los ciudadanos chilenos Jaime Francisco Castillo Petruzzi, María Concepción Pincheira Sáez, Lautaro
Enrique Mellado Saavedra y Alejandro Astorga Valdés fueron condenados a cadena perpetua por el delito de
traición a la patria, por parte de un Tribunal "sin rostro".
506
La demanda señaló que el Estado peruano había violado, en perjuicio de Luis Alberto Cantoral Benavides,
el derecho a la libertad seguida de retención y encarcelamiento arbitrarios, tratos crueles, inhumanos y
degradantes, violación a las garantías judiciales y doble enjuiciamiento con base en los mismos hechos. La
Corte Interamericana de Derechos Humanos (la Corte IDH) declaró fundada a demanda.
507
El 3 de noviembre de 1991, a escasos metros de la sede del Congreso Nacional, quince personas que se
hallaban en una fiesta fueron asesinadas a sangre fría por un escuadrón de la muerte. Entre las víctimas
había un niño de 8 años.
La política exterior del Fujimorato
El informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los derechos humanos en el Perú
de febrero de 1999 había sido bastante crítico y se avecinaba una tormenta política relacionada
con cuatro casos que se hallaban bajo la jurisdicción y competencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos: Loayza Tamayo, Castillo Petruzzi, Baruch Ivcher y Tribunal Constitucional.
El gobierno de Alberto Fuijimori, ya en su fase confrontacional, optó por desacatar las sentencias
emitidas por la Corte en los dos primeros casos, violando con ello el compromiso asumido por el
Estado peruano en el artículo 68, inciso 1) de la Convención Americana de Derechos Humanos que
establece que los estados partes en la Convención, se comprometen a cumplir la decisión de la
Corte, en todo caso que sean partes.
Conocida la sentencia del caso Castillo Petruzzi, el entonces Presidente Fujimori declaró que no
acataría lo ordenado por la Corte, y más adelante, el 1 de julio de 1999 su gobierno presentó al
Secretario General de la OEA un documento titulado “Resumen de la posición del Estado peruano
ante la OEA sobre las sentencias emitidas por la Corte en los casos Castillo Petruzzi y Loayza
Tamayo”, donde explicaba las razones políticas y jurídicas que lo llevaban a no acatar las
decisiones del Tribunal Interamericano.
En setiembre de 1997, la Corte emitió sentencia sobre su caso declarando que el Estado peruano
había violado, en su perjuicio los derechos a la libertad personal, la integridad personal y a las
508
La Corte IDH declaró que Gustavo Cesti Hurtado fue incluido, detenido, sentenciado y privado de su
libertad en un proceso, no obstante existir pronunciamiento definitivo en un proceso de hábeas corpus que
ordenaba que se le apartara del mismo y que no se atentara contra su libertad personal.
509
La Corte declaró que el Estado había violado varios derechos consagrados en la Convención Americana
sobre Derechos Humanos en perjuicio de Baruch Ivcher Bronstein: nacionalidad, garantías judiciales,
protección judicial, propiedad privada y libertad de expresión.
510
El caso se inició con la denuncia del Programa de Derechos Humanos del Centro de Asistencia Laboral del
Perú (CEDAL) y la Asociación Pro Derechos Humanos "APRODEH" por la violación, en perjuicio de Carlos
Torres Benvenuto, Javier Mujica Ruiz-Huidobro, Guillermo Alvarez Fernández, Reymer Bartra Vásquez y
Maximiliano Gamarra Ferreyra, de los derechos a la propiedad privada, a igualdad ante la ley y a protección
judicial consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, al incumplir el Estado peruano
sentencias judiciales de la Corte Suprema de Justicia.
Julio Álvarez Sabogal
En julio de 1997 la CIDH sometió ante la Corte el caso Castillo Petruzzi y otros contra el Estado
peruano. El 30 de mayo de 1999, la Corte emitió sentencia sobre el citado caso, resolviendo, entre
otras cuestiones, que el Estado peruano había violado, en perjuicio de Jaime Francisco Castillo
Petruzzi, María Concepción Pincheira Sáez, Lautaro Enrique Mellado Saavedra y Alejandro Astorga
Valdés, el derecho a la libertad personal reconocido en el artículo 7.5 de la Convención Americana,
en perjuicio de los referidos ciudadanos; el principio de legalidad reconocido en el artículo 9 de la
Convención Americana, en tanto las disposiciones peruanas sobre los delitos de traición a la patria
(Decreto Ley N° 25659) y terrorismo (Decreto Ley N° 25475) prevén tipos penales que contienen
conductas indeterminadas y confusas; el derecho a las garantías judiciales y a la protección judicial
304
reconocidos en los artículos 8° y 25° respectivamente de la Convención Americana; y el derecho a
la integridad personal reconocido en al artículo 5° de la Convención Americana.
Al mismo tiempo, la Corte declaró la invalidez del proceso seguido en contra de los ciudadanos
chilenos Jaime Francisco Sebastián Castillo Petruzzi, María Concepción Pincheira Sáez, Lautaro
Enrique Mellado Saavedra y Alejandro Luis Astorga Valdés, por ser incompatible con la Convención
Americana; ordenó que se les garantizara un nuevo juicio con la observancia de un debido proceso
legal; y dispuso que el Estado peruano debía adoptar las medidas apropiadas para reformar las
normas que habían sido declaradas violatorias de la Convención en la presente sentencia y
asegurar el goce de los derechos consagrados en la Convención Americana a todas las personas
que se encontraban bajo su jurisdicción.
Como hemos señalado antes, Baruch Ivcher había sido despojado arbitrariamente de su
ciudadanía peruana y, como consecuencia de ello, había sido suspendido de todos sus derechos
como accionista mayoritario y perdido el control administrativo del canal de televisión Frecuencia
Latina-Canal 2.
El gobierno fujimorista intentaba consolidar un régimen político que se basaba en cinco pilares
fundamentales:
Pilar del régimen político autoritario Descripción
Primer pilar: Estructuras de autoridad Democracia formal basada en un modelo de régimen
presidencialista y un Estado vertical, centralista y supresor
de derechos sociales y, progresivamente, de derechos
políticos.
Segundo pilar: Baja responsabilización Bajo grado de responsabilización horizontal (burocrático)
y vertical (social): ruptura de la autonomía de los órganos
constitucionales autónomos y subordinación de los
poderes del Estado.
Tercer pilar: Relaciones Estado- Baja grado de autonomía con respecto a las elites
Sociedad: las elites políticas y sociales políticas y sociales: cogobierno con la cúpula de las
Fuerzas Armadas y subordinación de la autoridad civil a la
autoridad militar.
Cuarto pilar: Relaciones Estado- Alto grado de autonomía con respecto a la opinión
Sociedad: la opinión pública y la pública que era permanentemente reforzada a tanto a
Julio Álvarez Sabogal
De estos cinco pilares, cuatro de ellos eran amenazados por las decisiones de la Corte de San José,
en la medida de que cuestionaban el diseño autoritario mismo:
Baruch Ivcher Admisión de la demanda de la CIDH Segundo y cuarto pilares: Control y represión
contra el Estado peruano de la prensa independiente y de oposición y
capacidad de manipulación de la opinión
pública
Todos estos desafíos, sin embargo, no tenían igual relevancia para el gobierno fujimorista.
Los fallos de la Corte en los casos de María Elena Loayza Tamayo y Jaime Castillo Petruzzi no
preocupaban tanto como las sentencias que se dictarían en los casos de Baruch Ivcher Bronstein y
La política exterior del Fujimorato
del Tribunal Constitucional. Del conjunto de problemas y retos que planteaban los cuatros casos
citados, estos dos últimos eran considerados decisivos, en virtud de su gravedad y grado de
amenaza para el proyecto autoritario.511
Cómo bien lo ha señalado Douglass Cassel, una vez aplastados los movimientos guerrilleros
Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, la mayor amenaza al régimen de
Fujimori no provenía del terrorismo sino de instituciones democráticas como una prensa libre y un
sistema judicial independiente.512
El control férreo de la prensa era una de las situaciones que para el régimen era vital mantener. La
popularidad del gobierno de Fujimori se basaba en el apoyo y la complacencia de los medios de
comunicación.
Este control, sin embargo, conforme el gobierno acentuaba sus prácticas autoritarias y corruptas,
fue desapareciendo y algunos periodistas independientes asumieron impactantes posiciones de
fiscalización a través de la elaboración y propalación de reportajes de denuncia del autoritarismo,
la corrupción y la violación de derechos humanos. Tal cual fue el caso del programa periodístico
511
“Pero ésa era precisamente la motivación política detrás de la pretensión del gobierno de Fujimori de
llevar a cabo un retiro unilateral de efecto inmediato: evitar el cumplimiento de las sentencias de la Corte
Interamericana en aquellos casos en que, a diferencia del caso de los terroristas chilenos, una amplia
mayoría de la opinión pública se oponía a las decisiones adoptadas por el gobierno (como el caso de los
magistrados del Tribunal Constitucional destituidos por el Congreso o el del empresario televisivo Baruch
Ivcher)”. Kahhat, Farid. Perú: los factores internacionales y la transición democrática. Palestra Electoral.
2001. Dirección web: http://palestra.pucp.edu.pe/palelec/index.php3?file=procesopol/farid.htm (Consulta:
15 de junio de 2005).
512
Cassel, Douglass. Afrontará el reto el Sistema Interamericano de Derechos Humanos: el Perú se retira de
la Corte de Derechos Humanos. Revista en línea Venezuela Analítica. 2000. Dirección web:
http://www.analitica.com/va/documentos/2449475.asp?frameactive=0
Julio Álvarez Sabogal
“Contrapunto” de Frecuencia Latina (cuyo accionista mayoritario y Director Ejecutivo era Baruch
Ivcher) que, en 1996 y 1997 había propalado varias denuncias en contra del gobierno de Alberto
Fujimori.513
Para el régimen también era trascendental controlar todas las instituciones oficiales capaces de
fiscalizar -poder judicial, contraloría, parlamento y tribunal constitucional.
La situación de conflicto estaba compuesta, entonces, por dos posiciones en conflicto que
constituían el núcleo del problema focal. De un lado, el régimen rechazaba la supervisión
internacional en materia de democracia y derechos humanos y consideraba que las mejoras en
308
estos ámbitos eran posibilidades “fuera de juego”, De otro, los futuros fallos de la Corte en los
casos Baruch Ivcher-Frecuencia Latina, y Tribunal Constitucional, constituían un grave peligro para
la solidez de los pilares fundamentales del gobierno.
513
“Contrapunto” propaló la denuncia de Demetrio Chávez Peñaherrera, alias ‘Vaticano’, respecto de
vínculos entre el narcotráfico y el gobierno de Fujimori; la denuncia de Leonor La Rosa, una ex agente del
servicio de inteligencia torturada, presuntamente por haber filtrado a la prensa informes sobre las
actividades que desarrollaban esos servicios contra periodistas opositores; la denuncia del asesinato y
descuartizamiento de otra agente del servicio de inteligencia, Mariela Barreto, hecho que también fue
propalado por el Canal 2; presentó una declaración jurada de ingresos de Vladimiro Montesinos por
US$80,000 mensuales, en contradicción con lo señalado por el propio presidente Fujimori en el sentido que
su asesor solo ganaba S/.2,000 (US$ 600 aproximadamente) al mes; y transmitió unas grabaciones que el SIN
había hecho a conversaciones telefónicas realizadas por políticos, congresistas y periodistas de oposición,
incluyendo a Javier Pérez de Cuellar, quien se enfrentara a Fujimori en las elecciones presidenciales de
1995.- Dossier Fujimori. Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
La política exterior del Fujimorato
El problema focal para el régimen era entonces la obligatoriedad del cumplimiento de las
sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los casos particulares de Baruch
Ivcher y el Tribunal Constitucional.
El poder ejecutivo
En el poder ejecutivo se concentraban los actores centrales de la coalición dominante que, desde
1990, tuvo en las Fuerzas Armadas el sustento político que requería a cambio de una mayor
operatividad y eficiencia en la guerra contra el terrorismo, al mismo tiempo que impunidad frente
a los excesos en dicho conflicto.
Julio Álvarez Sabogal
Como hemos visto en el tercer capítulo, desde 1992, el Ministerio de Relaciones Exteriores fue
objeto de un proceso de reforma que había distorsionado severamente la cultura organizacional:
valores institucionales, formación académica y perfil del aspirante y del funcionario del Servicio
Diplomático, diseño de la estructura organizacional y administración de los recursos humanos, etc.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, entidad ejecutora de decisiones que se tomaban de manera 310
absolutamente centralizada, fue el órgano encargado de la ejecución del retiro de la competencia
contenciosa de la Corte.
El poder judicial
El papel del poder judicial era asegurar a la coalición dominante y sus colaboradores la impunidad
de sus delitos (enriquecimiento ilícito, violación de derechos humanos, interceptación telefónica,
absolución a narcotraficantes, archivamiento de delitos tributarios, etc.), así como garantizar la
extorsión y expropiación en contra de aquellos que se opusieran a sus intereses, tal como ocurrió
en el caso de Baruch Ivcher y Frecuencia Latina.
“El sistema judicial no cumplió con su misión adecuadamente; ni para la condena eficiente
y dentro de la ley de las acciones de los grupos subversivos; ni para la cautela de los
La política exterior del Fujimorato
derechos de las personas detenidas, ni para poner coto a la impunidad en que actuaban los
agentes del Estado que cometían graves violaciones de los derechos humanos. En el primer
caso, el poder judicial se ganó la imagen de una "coladera" que liberaba a culpables y
condenaba a inocentes; en el segundo caso, sus agentes incumplieron el rol de garante de
los derechos de los detenidos, coadyuvando a la comisión de graves violaciones a los
derechos a la vida y la integridad física; por último, se abstuvieron de llevar a la justicia a
miembros de las fuerzas armadas acusados de graves delitos, fallando sistemáticamente
cada contienda de competencia a favor del fuero militar, donde las situaciones quedaban
en la impunidad.”514
El Ministerio Público
El Ministerio Público, órgano competente para investigar los delitos, tenía por finalidad garantizar
que no se realizaran investigaciones que afectaran los intereses del régimen.
514
Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003. Tomo III, Primera parte, Sección
Segunda: Los actores en conflicto. Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.6: La actuación del
sistema judicial durante el conflicto armado interno.
515
Ut supra
Julio Álvarez Sabogal
Cabe señalar, sin embargo, que en el caso específico del retiro del Perú de la competencia
contenciosa de la Corte, la Fiscalía de la Nación, que en ese momento se hallaba a cargo de Miguel
Aljovín Swayne, emitió un pronunciamiento de rechazo a la medida.
El poder legislativo
“El Congreso que funcionó entre 1995 y el 2000 estuvo más preocupado por los planes
reeleccionistas del gobernante que por esclarecer hechos graves de violación a los derechos
humanos. La constante en ese período fue rebatir y derrotar todo intento de formar
comisiones investigadoras. El Parlamento no legisló en la materia y prefirió dejar al
Ejecutivo la capacidad de legislar vía legislación delegada. En materia de control
parlamentario, el juego político no permitió que el congreso lograra desarrollar mayor
actividad contralora debido a la actitud sumisa de la mayoría fujimorista en el Congreso”
517
516
Ut supra
517
Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003. Tomo III, Primera parte, Sección
Segunda: Los actores en conflicto. Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.5: El poder legislativo.
La política exterior del Fujimorato
La prensa corrupta, canal privilegiado de comunicación política con las clases populares debido al
colapso de los partidos políticos y los gremios sindicales, cumplía el papel de mantener
desinformada a la opinión pública con respecto a los hechos que se quería legitimar, ocultar o
mantener impunes:
“Hoy se conocen los escandalosos casos de los dueños de medios televisivos y escritos (hoy
encarcelados o prófugos de la justicia), así como de algunos periodistas y comunicadores,
que aparecen en los denominados ‘vladivideos’ recibiendo indicaciones, prebendas y fajos
de billetes de manos del asesor de Fujimori, Vladimiro Montesinos. Los pagos fueron
hechos con recursos del Servicio de Inteligencia Nacional y los vídeos fueron hechos con
propósitos de extorsión. Los dueños de los canales llegaron al extremo de firmar convenios
comprometiendo la línea política de sus medios, en los que renunciaban a la venta de
espacio publicitario para propaganda electoral opositora al régimen. Se utilizó la señal
pública que el Estado confiere a los efectos de mantener desinformada a la población.”518
Con una prensa cooptada casi en su totalidad, un sistema de partidos colapsado, un sindicalismo
313
debilitado, una población despolitizada y un presidente que mantenía con las masas una relación
clientelista, directa y plebiscitaria, los niveles de control vertical fueron casi inexistentes. Toda esta
situación eran manipuladas inescrupulosamente por el régimen para convencer a la población
sobre la necesidad de reelegir indefinidamente a Fujimori sobre la base de la difusión de:
518
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Dossier Fujimori. Dirección web:
http://www.wola.org/andes/Peru/dossier_fuji.pdf
519
Cassel, Douglass. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
La opinión pública fue decisiva para la política exterior. Esta, sin embargo, se formaba en una
esfera pública debilitada y una sociedad civil desorganizada, despolitizada, fraccionada y
desinformada que agrupaba una masa de población empobrecida, ignorante y sometida a
prácticas clientelistas y asistencialistas. Bajo estas circunstancias, la opinión de esta población
contaba sí y sólo sí era favorable.
La Constitución de 1993 incluyó la creación de una Defensoría del Pueblo (DP) como respuesta a
una campaña de cabildeo realizada por la Comisión Andina de Juristas y otros grupos de derechos
humanos. Sin embargo, sería recién en 1996 que la DP entraría en funcionamiento debido a la
negativa del régimen en culminar su proceso de instalación. Este, finalmente, tuvo que ceder ante
la presión internacional e instalarla no sin antes aprobar una ley orgánica que excluía de las
funciones del Defensor la facultad de ingresar a los recintos de las Fuerzas Armadas.
El caso de Baruch Ivcher-Frecuencia Latina fue tratado en detalle en diversas secciones de dicho
Informe, en donde se refería la libertad de expresión, derecho a la nacionalidad, derecho al debido
proceso e inejecución de actos administrativos e incumplimiento de disposiciones legales.
La política exterior del Fujimorato
Posteriormente, en el Informe Anual de mayo de 1999, la Defensoría del Pueblo había fijado
posición también con respecto a la destitución de tres magistrados del Tribunal Constitucional en
la sección “Reflexiones finales del período-La institucionalidad democrática: una preocupación
constante de la Defensoría del Pueblo-Tribunal Constitucional: subsistencia de limitaciones”:
“En este contexto, uno de los aspectos que ha debilitado el ejercicio de las funciones
defensoriales es la destitución –cuestionada en su momento por la Defensoría del Pueblo–
de tres de los siete magistrados del Tribunal Constitucional, lo que ha traído como
consecuencia, la imposibilidad de interponer las acciones de inconstitucionalidad contra las
normas con rango de ley que violan la Constitución, pues en estos casos se requieren seis
votos para resolver. Ello ha impedido que diversas normas manifiestamente
inconstitucionales hayan podido ser cuestionadas ante dicha instancia de control, tal como
sucedió con los decretos legislativos sobre seguridad nacional, que motivaron un informe de
la Defensoría del Pueblo cuestionando su validez, pero que no pudieron ser impugnados pese
a afectar expresas normas constitucionales. En este caso, se elaboró y presentó un informe
al Congreso de la República solicitando su urgente modificación, lo que no ha sido acogido
por la Comisión de Constitución del Legislativo”.
315
Los partidos políticos de oposición
Luego del golpe cívico-militar de abril de 1992, los partidos políticos –colapsados y con poca
capacidad de movilización- tuvieron que recurrir a la comunidad internacional para abrir en el
escenario internacional los espacios de negociación que les eran negados por el régimen
autoritario dentro del país. Pero, fuera de estos casos, los partidos políticos, como regla general,
sólo concedieron a la política exterior una importancia secundaria con relación a la política
interior.
Sin embargo, pese a que, como regla general, los partidos políticos no tuvieron a la política
exterior como un tema de alta prioridad, si se manifestaron en contra de las medidas del régimen
en situaciones de crisis, como quiebras del sistema democrático o violaciones incuestionables de
derechos humanos.
Con respecto a la actuación de los organismos de derechos humanos a lo largo del conflicto
armado interno, el Informe Final de la CVR llegó a las siguientes conclusiones:520
En primer lugar, que la contribución de los movimientos defensores de derechos humanos para
atenuar las consecuencias de los aspectos más graves de la violencia de origen político y para
recuperar la democracia había sido esencial.
Luego, que el movimiento de derechos humanos, aún cuando surgió bajo parámetros jurídicos
tradicionales, que centraban su atención única o principalmente en el Estado, con el tiempo
amplió este enfoque jurídico comprendiendo en su visión crítica a Sendero Luminoso y el MRTA.
En tercer lugar, que la práctica del movimiento de derechos humanos nunca estuvo reñida con la
lealtad al estado de derecho y al orden constitucional democrático, puesto que la Coordinadora
Nacional de Derechos Humanos consistentemente condenó la violencia subversiva y los crímenes
cometidos por el PCP-SL y el MRTA.
Finalmente, que los aportes jurídicos de estas organizaciones afirmaron la nulidad de amnistías
generales para perpetradores de graves violaciones de los derechos humanos, así como el derecho
inalienable de las víctimas a la verdad, a la justicia y a reparaciones adecuadas.
316
La prensa independiente.
520
Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003. Tomo III, Primera parte, Sección
Segunda: Los actores en conflicto. Capítulo 3: Las organizaciones sociales. 3.1: El movimiento de derechos
humanos.
La política exterior del Fujimorato
El Estado se convirtió en el principal anunciante del país en los canales de televisión. Su inversión
superó largamente la de años anteriores e implicó un gasto superior a los 60 millones de dólares.
521
Asimismo, el 23 de marzo del 2000, Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció como sigue la
existencia de presiones sobre canales de televisión, específicamente el peligro de que el mayor
diario peruano –El Comercio- pasara a estar controlado por el gobierno, amenazas contra la
prensa escrita y el intento del poder político de controlar a la prensa con el objetivo de facilitar la
re-reelección de Fujimori:
“En mayo de 1999, Santiago Cantón, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la
OEA, había mostrado su preocupación por la existencia de un plan del Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN) contra la libertad de prensa. Al parecer, ese proyecto recibió el
317
nombre de "Plan Octavio" y se empezó a aplicar en 1996 para contrarrestar el presunto
"riesgo" que para la seguridad del país entrañaban las investigaciones de los periodistas
sobre los métodos del ejército. Los detalles del plan han sido publicados por la prensa y
coinciden con las informaciones recibidas por Reporteros sin Fronteras a lo largo de 1997 y
1998 en relación con las presiones ejercidas (escuchas telefónicas, amenazas de diligencias
judiciales o de muerte, etc.) sobre unos 15 periodistas especializados en investigaciones. En
junio de 1998, Alberto Fujimori se comprometió a realizar investigaciones sobre esos
hechos, pero los resultados de esas pesquisas nunca se han hecho públicos.” 523
521
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Op. cit.
522
Instituto de Defensa Legal. 830 razones que demuestran el fraude. 2000. Dirección web:
http://stucchi.tripod.com/politica/830.htm
523
Reporteros sin fronteras. Comunicado de prensa: RSF denuncia presiones sobre canales de televisión y el
peligro de que el mayor diario peruano pase a estar controlado por el gobierno. 23 de marzo de 2000.
Dirección web: http://www.rsf.org/rsf/esp/html/cplp/cp/230300.html
Julio Álvarez Sabogal
En ese mismo comunicado de prensa, RSF subrayó con relación al retiro del Perú de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos que:
“Los periodistas peruanos ya no pueden contar con los tribunales de justicia para defender
sus derechos contra esas violaciones de la libertad de prensa. En efecto, la independencia
del poder judicial ya no está garantizada desde 1992, año en que se instauró el sistema de
"jueces provisionales" controlado por el gobierno. En mayo de 1999, se desplazó a dos
jueces que aceptaron una denuncia presentada por siete periodistas conocidos por sus
investigaciones sobre el SIN. Además, el 9 de julio de 1999, el gobierno de Alberto Fujimori
decidió no reconocer en adelante la competencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, privando así a los nacionales peruanos de todo recurso ante una jurisdicción
internacional. Esta decisión, que la propia Corte ha calificado de "inadmisible", se ha
tomado cuando ese tribunal iba a examinar la denuncia presentada por Baruch Ivcher
contra el Estado peruano.”524
524
Reporteros sin fronteras. Op. cit.
525
Otro actor relevante en la fase terminal del régimen encabezado formalmente por Fujimori fue la
Organización de los Estados Americanos. Pese a ser éste un foro intergubernamental, cabría hacer una
distinción entre aquellas instancias que actuaron con autonomía respecto a los gobiernos que integran la
OEA y cuyas actividades involucraron a organizaciones no gubernamentales y aquéllas que respondieron a la
voluntad de los Estados Miembros. Entre las primeras se encuentran la Comisión y la Corte Interamericana
de Derechos Humanos y la Misión de Observación Electoral presidida por Eduardo Stein. Entre los segundos
se encuentran la Asamblea General (compuesta por los cancilleres de los países miembros) y la Secretaría
General, a cargo de César Gaviria. La injerencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en los
que solían considerarse “asuntos internos” del Estado Peruano fue el inicio de lo que sería la injerencia
creciente de la OEA en la transición política en el Perú. Kahhat, Farid. Perú: los factores internacionales y la
transición democrática. Palestra Electoral. 2001. Dirección web:
http://palestra.pucp.edu.pe/palelec/index.php3?file=procesopol/farid.htm (Consulta: 15 de junio de 2005).
La política exterior del Fujimorato
Este adversario, sin embargo, como bien ha señalado Douglass Cassel, era un contendor que se
hallaba fuera del ámbito de control del Régimen y al cual éste no podía intimidar.526
4. El retiro del Perú de la Corte: el medio para evitar el cumplimiento de los fallos
internacionales
Desde la estrecha perspectiva de los actores promotores, el cumplimiento obligatorio de los fallos
de la Corte de San José era el nudo crítico que, una vez resuelto, solucionaría los problemas del
régimen con la comunidad democrática internacional. Asumían, por lo tanto que dicha
obligatoriedad era una variable que estaba bajo su control total y que, de no estarlo, era siempre
susceptible de negociación.
Visto en perspectiva, los objetivos concretos de la agenda exterior real en materia de derechos 319
humanos en los 90 fueron en una primera etapa, la difusión de la real naturaleza de los grupos
terroristas y la tipificación de los actos terroristas como violaciones de derechos humanos o
crímenes contra la paz y la seguridad de la humanidad; y en una segunda fase, la difusión del
carácter circunstancial de los excesos cometidos por las FFAA , la “mejora” de la deteriorada
“imagen” del Perú en el exterior aunque sin modificar sus causas (la práctica autoritaria y
represiva y la corrupción); y, finalmente, la obtención de la impunidad de dos de los principales
actores de la coalición dominante (miembros de las Fuerzas Armadas y cúpula gubernamental) por
las violaciones de derechos humanos.
526
Cassel, Douglass. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
A estos, se añadió un tercer objetivo: la re-reelección de Alberto Fujimori. Se esperaba lograr ésta
sobre la base del control y subordinación de la prensa y de las instituciones facultadas para
fiscalizar. Los casos Baruch Ivcher y de Tribunal Constitucional tenían estrecha relación con esto.
A esta conclusión llegaron los diferentes actores de la coalición dominante luego de un proceso de
definición y descripción del problema en el que participaron solamente los actores de la coalición
dominante distribuidos tanto en el Ejecutivo como en el poder judicial y el legislativo.
5. El debate público
320
Como era de esperarse, la negativa del gobierno a aceptar el fallo de dicho tribunal en el caso
Castillo Petruzzi ocasionó un profundo malestar en los miembros de la Corte quienes iniciaron
gestiones ante los países miembros de la OEA, con el objeto de obtener el apoyo político para
lograr que se aprobara una condena en contra del Perú en los órganos legislativo y ejecutivo
(asamblea general y secretaría general) de dicho organismo.
La crisis que desató la negativa del régimen y la reacción de la Corte de San José dio origen a un
debate público, en los que participaron el jurista Javier Valle Riesta y un miembro de la diplomacia
profesional, Félix Calderón Urtecho
La política exterior del Fujimorato
El 6 de junio de 1999, poco tiempo después de la sentencia de la Corte de San José respecto al
caso Castillo Petruzzi, Félix Calderón Urtecho527 apoyó en la página editorial de Expreso la teoría
que sostenía la necesidad de mantener el reconocimiento condicionado de la competencia de la
Corte de San José como una manera de salvaguardar la soberanía del Estado peruano para
aquellos casos que atañen a la seguridad nacional. Por “reconocimiento condicionado”, Calderón
Urtecho entendía la facultad unilateral del régimen de decidir en qué casos obedecería los fallos
de la Corte y en qué casos no lo haría.
En síntesis, esta teoría se basó en los siguientes puntos: que el Perú, en tanto parte contratante
del Pacto de San José, había hecho en enero de 1981 un reconocimiento condicionado o limitado
de la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; que este reconocimiento
condicionado era perfectamente coherente con la tradición jurídica del Perú que hizo que
tampoco se aceptara de manera incondicional la competencia de la Corte Internacional de Justicia;
que el acto de aceptación o reconocimiento de la competencia, por ser de naturaleza unilateral,
no era irreversible; y que se debía mantener el reconocimiento condicionado de la competencia de
la Corte de San José como una manera de salvaguardar la soberanía del Estado peruano para
aquellos casos que atañen a la seguridad nacional.528
321
527
En ese momento, Félix Calderón Urtecho, internacionalista y miembro del Servicio Diplomático de la
República, ejercía el cargo de Cónsul General del Perú en Berlín. Sin embargo, él siempre subrayó el hecho
de que participaba en el debate en condición de ciudadano y no de funcionario diplomático.
528
Los términos exactos de la propuesta de Félix Calderón Urtecho pueden ser vistos en el artículo “Las
limitaciones constitucionales al Pacto de San José” publicado en el diario Expreso de fecha 6 de julio de
1999, así como en la carta aclaratoria publicada en el número 1651 de la revista Caretas que, a continuación
reproducimos: “Lima, 18 de diciembre del 2000. En `Ascensos a discreción' de CARETAS 1649 se hace
referencia a una supuesta tesis sostenida por el suscrito en el sentido de que el Perú habría adherido con
reservas al Pacto de San José. El redactor que hizo ese peregrino comentario leyó mal o estuvo mal
informado y me remito a los artículos que al respecto publiqué en el diario Expreso desde el 6 de junio de
1999. Si los revisa comprobará algo sustancialmente distinto. En suma, el Perú en tanto Parte Contratante
del Pacto de San José hizo en enero de 1981 un reconocimiento condicionado o limitado de la competencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, perfectamente coherente con la tradición jurídica del Perú
que hizo que tampoco se aceptara de manera incondicional la competencia de la Corte Internacional de
Justicia. También sostuve, y sigo sosteniendo, que ese acto de aceptación o reconocimiento, de la
competencia por ser de naturaleza unilateral, no es irreversible (citando como ejemplos los casos de
Colombia y Francia, aparte de los países miembros del fenecido Pacto de Varsovia). De allí que siga siendo
partidario, en mi condición de ciudadano, de mantener ese reconocimiento condicionado de la competencia
de la Corte de San José como una manera de salvaguardar la soberanía del Estado peruano para aquellos
casos que atañen a la seguridad nacional.- Dr. Félix C. Calderón Urtecho.- (calderoncordova@terra.com.pe).
Comentario de Caretas: La condicionalidad es el argumento que utilizó el gobierno de Fujimori para evitar
Julio Álvarez Sabogal
El gobierno fujimorista, cuya política exterior reactiva carecía de propuestas coherentes, encontró
en los argumentos de este académico las bases teóricas que le hacían falta para justificar el retiro
del Perú de la Corte.529
Meses más tarde, en octubre del mismo año, luego de que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos emitiera las sentencias que reafirmaban su competencia en los casos Baruch Ivcher y
Tribunal Consitucional, se reinició la polémica entre Félix Calderón Urtecho y Javier Valle Riestra
quien, desde el 13 de junio de 1999, había asumido la defensa pública de la competencia
contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a través de varios artículos
publicados en los diarios Expreso y La República. Este debate mostró el grado de polarización y de
discordancia al que había llegado la política exterior peruana a fines de los 90.
Los argumentos de Javier Valle Riestra pueden ser resumidos de esta manera:530
que la Comisión Interamericana de DD.HH. (CIDH) tomara conocimiento no sólo de los casos de los
terroristas chilenos sino del Tribunal Constitucional y del de Baruch Ivcher. La Corte no lo aceptó y procesó
los casos.- Revista Caretas. Con condiciones.- Nos escriben y contestamos. Edición No. 1651, 28 de diciembre
del 2000.
529
Félix Calderón Urtecho ha efectuado varias aclaraciones públicas en el sentido de que él jamás abogó por
el retiro del Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. A
continuación, reproducimos una de las cartas enviadas a Caretas: “Lima, 25 de enero de 2001.- Respecto a 322
`Indefinida sucesión' de CARETAS 1654 resulta inaceptable que se falsee un hecho al punto de atribuirme una
actitud que nunca asumí y, lo que es peor, se soslaye mi aclaración en CARETAS 1651. Mal puedo haber
abogado por el retiro del Perú de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos si fui yo quien puso en evidencia que el acto unilateral del Perú de reconocimiento de esa
competencia subordinó explícitamente ésta a la "condición de reciprocidad". Fue el canciller Dr. Arias Stella
el que suscribió el texto en la Secretaría General de la OEA el 21 de enero de 1981. Que no es tan disparatado
ser todavía cauteloso en esta fase de transición que vive el Derecho Internacional, se confirma con la posición
observada por México, cuya declaración del 16 de diciembre de 1998 dice, inter alia, lo siguiente: "Los
Estados Unidos Mexicanos reconocen como obligatoria de pleno derecho la competencia contenciosa de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre los casos relativos a la interpretación o aplicación de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, de conformidad con el artículo 62, 1, de la misma, con
excepción de los casos derivados de la aplicación del artículo 33 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos". Por último, dado por aceptada la reincorporación incondicional del Perú a la
competencia de la Corte de San José, es de lamentar que el Congreso de la República haya tomado esa
decisión con el tercio de sus integrantes (40 votos). Comentario de Caretas: Esta cuestión debió haber
seguido el procedimiento que se aplica a las leyes orgánicas, en tanto atañe directamente a la soberanía
nacional. Dr. Félix C. Calderón Urtecho. Reg. CAL N 6539.- Tres días después de la sentencia de la Corte de
San José respecto a los terroristas chilenos, el firmante planteó una teoría que le dio elementos al gobierno
fujimorista para cuestionar el acatamiento al sistema interamericano de justicia. "El Perú no reconoció
incondicionalmente la competencia de la Corte de San José" señaló en la página editorial de Expreso. El cree
que su interpretación es la correcta y CARETAS no. El firmante aspira a ser el próximo Defensor del Pueblo.
Revista Caretas. Nos escriben y contestamos. Edición No. 1655, 1 de febrero de 2001.
La política exterior del Fujimorato
Es inválida la tesis de que los jueces deben contemplar el contexto político antes de
fallar pues, en caso de conflicto entre la política y el derecho, el juez está vinculado
sólo al derecho;
El Estado debe obedecer la ley pues la soberanía del Hombre está por encima de la
soberanía del Estado;
Los artículos de Félix Calderón Urtecho, por su parte, fueron los siguientes:
La concepción de la “soberanía del Hombre” es una visión romántica del derecho, tal
como lo demuestra “... el doble estándar que observan los países desarrollados, 323
531
cuando se trata de derechos humanos y la conquista de mercados”;
530
Valle-Riestra, Javier. La Jurisdicción Supranacional: defensa de la competencia contenciosa de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Lima, 2000. pp. 74-100.
531
Calderón Urtecho, Félix. La CIDH y la simbiosis de las contradicciones. 1999. En Valle-Riestra, Javier. Op.
cit. p. 78.
532
Calderón Urtecho, Félix (1999) En Valle-Riestra, Javier. Op. cit. p.92.
Julio Álvarez Sabogal
El Dr. Rubio Correa fue valiente y claro en señalar que el reconocimiento que había hecho el Perú
de la competencia de la Corte le impedía renunciar a su competencia:
533
Calderón Urtecho, Félix (1999) En Valle-Riestra, Javier. Op. cit. p. 91
534
Calderón Urtecho, Félix (1999) En Valle-Riestra, Javier. Op. cit. p. 91.
535
Calderón Urtecho, Félix (1999) En Valle-Riestra, Javier. Op. cit. p. 93.
La política exterior del Fujimorato
“2. (…) " El Estado peruano acepta la competencia sobre todos los casos relativos a la
interpretación o aplicación de la Convención, lo que incluye, conforme ya se señaló
anteriormente, los casos presentados tanto por el Estado partes como por la CIDH.
García Revilla hizo suyo este informe y lo envió, sin modificaciones, a la Alta Dirección de la
Cancillería. Esta fue la manera cómo el Servicio Diplomático Peruano, pese al temor a las
represalias que hubiera podido causar una opinión contraria a la del régimen, hizo conocer al
entonces Canciller Fernando de Trazegnies cuál era la posición de la diplomacia profesional al
respecto.
536
Informe de Asesoría Jurídica (ASH-DHU) No. 003
Julio Álvarez Sabogal
El informe Rubio Correa fue acompañado de conversaciones en las cuales algunos funcionarios
diplomáticos hicieron de conocimiento del Ministro y Viceministro de turno la inconveniencia de
sustraerse a la competencia de la Corte en vista de las repercusiones negativas para el Perú que
ello acarrearía.
"... con relación a los alcances de haber aceptado la competencia de dicha Corte bajo tal
condición, así como la interpretación que da y ha dado la Cancillería peruana respecto al
concepto de reciprocidad. De igual modo, solicito se sirva proporcionar las opiniones
jurídicas que existan sobre el particular".
En las siguientes líneas, añadía una idea que denotaba cuál era la orientación del régimen sobre el
particular:
326
"Al respecto, cabe mencionar que recientemente destacados juristas han señalado que, la
declaración bajo condición de reciprocidad a la que alude el citado Pacto, respecto a la
competencia de la Corte IDH, se refiere a los Estados parte más no a la CIDH".
f. Las consecuencias del incumplimiento del fallo de la Corte en el caso Castillo Petruzzi
serían:
- La Corte recogería este hecho en su informe anual con lo que se daría una
dimensión político-regional al tema.
- EEUU: habría una reacción negativa en los diferentes estamentos en los que se genera
la política exterior, la misma que se vería reforzada en el supuesto de que el caso Lori
Berensoon tenga un resultado similar. 328
i. Recomendaciones:
- Intentar que la Corte limite los efectos negativos del fallo Castillo Petruzzi, de forma tal
que no sea extensible a otros eventuales peticionarios.
La política exterior del Fujimorato
329
Para el gobierno, los fallos de la Corte ponían en peligro los pilares fundamentales del régimen y, a
partir de este punto, con una decisión ya tomada, la tarea de los otros actores promotores
consistía únicamente en determinar cuál era el espacio de gobernabilidad537 del problema ,538 es
537
En el análisis estratégico situacional: “La gobernabilidad se analiza siempre en relación con el actor que va
a llevar a cabo la intervención. Cuanta más variable decisiva esté bajo su control, mayor será su libertad de
acción; por el contrario, si el campo de éstas es estrecho, se restringe su gobernabilidad respecto del
sistema en el que va a intervenir. Se puede entonces definir la gobernabilidad como la relación de peso
entre las variables que controla y no controla un actor con relación a su plan”.- Jefatura de Gabinete de
Ministros, Secretaría para la Modernización del Estado. Documentos conceptuales: Planificación Estratégica
Situacional. Página 36. Este documento sigue el desarrollo presentado por Sotelo Maciel, Aníbal Jorge en:
Análisis PROBES. Un método para el análisis situacional y la formulación de estrategias, ESTS-UNLP, La Plata,
1997.
538
Si bien no es posible reconstruir con exactitud las reflexiones de los promotores del retiro sobre sus
posibilidades de éxito, sí es factible acercarnos bastante a su lógica de su razonamiento a partir de los
antecedentes, objetivos y un examen de aquello que para ellos era negociable o no y que les condujo a
decidir cuál era la relación de peso entre las variables que controlaban y no controlaban con respecto al
plan.
Julio Álvarez Sabogal
decir, evaluar cuáles eran los factores domésticos y externos que favorecían o impedían la
ejecución del retiro del Perú de la Corte.
Para un actor democrático, el caso Baruch Ivcher-Frecuencia Latina y Tribunal Constitucional (TC)
hubieran sido tratados, en el peor de los casos, como factores con cierto margen de negociación.
Con el apoyo de las Fuerzas Armadas, Poder judicial, Contraloría, Ministro de Relaciones
Exteriores, Ministro de justicia y los miembros fujimoristas del mismo TC, el gobierno de Alberto
Fujimori estimaba que su espacio de gobernabilidad interna era amplio y favorable, pero no
suficiente para evitar cumplir con los fallos de la Corte, para lo cual hacía falta actuar en el
330
escenario internacional.
El espacio de gobernabilidad externa no era del todo antagónico para el régimen. Por el contrario,
mostraba algunos aspectos favorables al éxito de la política de retiro del Perú de la competencia
de la Corte. Esto era decididamente así tras el conflicto que habían tenido la CIDH con Trinidad y
Tobago y que había desembocado en la denuncia de la Convención Interamericana de Derechos
Humanos por parte de este país un año antes.
Con el antecedente de Trinidad y Tobago y el apoyo de los actores internos que formaban parte de
la coalición dominante, los actores del régimen decidieron dar el siguiente tratamiento a los
diferentes factores que se les presentaban:
Factor/Variable Calidad real del factor/variable Calidad del Frente de 331
factor/variable para ataque
el régimen posible
Obligación de Variable de control compartido Variable Sí
cumplir los fallos (aquellas sobre las que el proyecto puede instrumental, no
(sentencias) de la llegar a incidir, pero que no están bajo fundamental para
Corte exclusivo gobierno del actor) subsistencia
Negociable
Control y Variable instrumental Variable condición No
subordinación del (que está total o parcialmente bajo el Regla fundamental
539
Cassel, Douglass. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
En síntesis, las conclusiones que orientaron la fase de definición de los frentes de ataque del
proyecto de retiro del Perú de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, fueron divididas en
dos categorías, lo posible y lo imposible, definidas por los intereses políticos del régimen:
Lo imposible Lo posible
332
6. Los frentes de ataque de la estrategia del régimen
En el análisis estratégico situacional, un posible frente de ataque es una variable que, por su
posición en el modelo explicativo, constituye un nudo crítico, es decir, una situación que impide
alcanzar determinados objetivos y cuya alteración ocasionaría cambios en un número considerable
de problemas relevantes.540
En el caso del retiro del Perú de la Corte de San José, fueron varios los frentes de ataque.
La coalición dominante pensaba repetir la experiencia del golpe de Estado de abril de 1992 a
través del desarrollo de una agenda que cubriera todos los frentes de ataque posibles como eran:
540
Jefatura de Gabinete de Ministros, Secretaría para la Modernización del Estado. Documentos
conceptuales: Planificación Estratégica Situacional. p. 38. Este documento sigue el desarrollo presentado por
Sotelo Maciel, Aníbal Jorge en: Análisis PROBES. Un método para el análisis situacional y la formulación de
estrategias, ESTS-UNLP, La Plata, 1997.
La política exterior del Fujimorato
El rechazo internacional que acarrearía el retiro de la Corte sería contrarrestado por la victoria
electoral del año 2000 (la re-reelección de Alberto Fujimori), el pago de grandes sumas de dinero a
lobbies extranjeros que mejorarían la imagen exterior del régimen, y una activa política exterior
con un renovado enfoque de geopolítica cultural.541
Parte de esa estrategia fue, en 1999, la sorpresiva decisión del Consejo Supremo de Justicia Militar
(CSJM) resolviendo anular la sentencia de cadena perpetua de Lori Berenson542 y transfiriendo su
caso al fuero civil en donde se le abrió un nuevo juicio. Tanto la prensa pro-gobiernista como la
independiente interpretaron esta decisión como una jugada del gobierno de Fujimori para
congraciarse con los Estados Unidos, aun cuando ello significara un retroceso en su posición frente
541
Tal como lo anunció el 22 de diciembre de 1999, el entonces Canciller Fernando de Trazegnies en la
ceremonia de graduación de los alumnos de la Academia Diplomática del Perú, cuando expuso las bases
ideológicas de nueva política exterior peruana.
542
Berenson, ciudadana estadounidense de 30 años de edad, fue sentenciada en 1996 por un tribunal
militar de los llamados jueces sin rostro –quienes se cubrían con capuchas por temor a represalias– acusada
de haber tramado con líderes del rebelde Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) una toma del
Congreso peruano.
Julio Álvarez Sabogal
En tal sentido, el paso siguiente al análisis de gobernabilidad fue identificar cuáles eran los
recursos que el régimen controlaba; cuáles los recursos que eran controlados por otros actores; y
cómo jugarían esos actores respecto de los propósitos del gobierno fujimorista. Los resultados de
este ejercicio son mostrados en el cuadro 1 al final de este capítulo.
Definidos los frentes de ataque, el gobierno estuvo en condiciones de definir, sobre la base de la
explicación situacional que hemos detallado, la estrategia general que lo llevaría a alcanzar el
objetivo de sustraerse a la obligatoriedad de cumplir con los posibles fallos de la Corte
334
Interamericana de Derechos Humanos en los casos de Baruch Ivcher y el Tribunal Constitucional.
Dicha estrategia se daría tanto en el ámbito externo como interno y estuvo concebida para dar
viabilidad a corto, mediano y largo plazo543 a la política de retiro del Perú de la competencia de la
Corte, tal como se puede ver en el cuadro 2 al final del capítulo.
543
El análisis estratégico situacional establece que la implementación de la política pública deberá, de
acuerdo a este enfoque, tener en cuenta el aspecto de la viabilidad en tres etapas: Etapa de decisión o corto
plazo; Etapa de operación transitoria de una decisión o mediano plazo; y Etapa de operación estable de una
decisión o largo plazo y sostenibilidad de la política pública.
La política exterior del Fujimorato
El 11 de junio de 1999, la Sala Plena del Consejo Supremo de Justicia Militar declaró que la
sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 30 de mayo de 1999 en el caso
Castillo Petruzzi y otros, era de “imposible ejecución” debido a que la misma "carece de
imparcialidad y vulnera la Constitución Política del Estado…"
Por primera vez en la historia del país, un tribunal militar interpretaba la resolución de un tribunal
civil internacional señalando que ésta era inejecutable debido a que no contaba con un proceso
legalmente establecido que le permitiese dejar sin efecto su propio fallo y ordenar que se crearan
tribunales civiles para el nuevo juzgamiento. Descartada esta opción, todas las otras alternativas
eran igualmente imposibles de ejecutar: indemnizar “a los chilenos” y ponerlos en libertad. La
primera porque no contaban con recursos y la segunda porque era “una locura”.
El Poder Judicial
El 14 de junio de 1999, la Sala Penal de la Corte Suprema declaró que la sentencia de la Corte
335
Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Loayza Tamayo, era “inejecutable”, por “no
haberse agotado los recursos internos”. Esta resolución fue transmitida el 24 de junio de 1999 a la
Embajada del Perú en Costa Rica para su entrega formal a la Corte.
El Ministerio de Justicia
El 2 de julio de 1999, el Ministro de Justicia, Alberto Bustamante Romero, dirigió Oficio No. 328-
JUS /DM al Presidente del Consejo de Ministros Víctor Joy Way, exponiendo los fundamentos del
retiro inmediato de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Dichos fundamentos eran que la sentencia emitida por la Corte Interamericana en el caso Castillo
Petruzzi transgredía la Convención Americana y desconocía lo dispuesto en la Constitución y las
leyes penales que establecían la competencia de los tribunales militares en dichos casos.
Asimismo, que la referida sentencia establecía un grave precedente para el futuro, sobre todo con
relación otras denuncias similares pendientes de trámite. Se argumentaba también que esta
situación sería aprovechada por el terrorismo para crear un clima de inseguridad y agitación
generado por el inicio de un nuevo procedimiento público ante la justicia civil y, por último, se
subrayaba que, en virtud de las consideraciones anteriores, la única vía para evitar tal situación era
el retiro del reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte. 336
El Consejo de Ministros
El 5 de julio de 1999, el Consejo de Ministros acordó proceder al retiro del Perú de la competencia
contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Dieciseis ministros de Estado
participaron en dicho acuerdo.
En la misma fecha, el 5 de julio de 1999, Alberto Fujimori mediante Oficio No. 086-99-PR
comunicó al Presidente del Congreso de la República Ricardo Marcenaro que, con el voto
aprobatorio del Consejo de Ministros, se había decidido retirar el Reconocimiento de la
544
Texto del anteproyecto de denuncia constitucional que se presentó en junio del 2003 a la Comisión
Investigadora encargada de implementar las conclusiones y recomendaciones de las comisiones
investigadoras sobre los actos de corrupción 1990-2000 integrada por los congresistas Ernesto Herrera
Becerra, Javier Diez-Canseco Cisneros, Heriberto Benitez Rivas, Javier Velásquez Quesquén y Rafael Rey Rey.
Esta iniciativa no prosperó.
La política exterior del Fujimorato
El Poder Legislativo
La iniciativa del Consejo de Ministros llegó a las 23:55 horas del martes 6 de julio de 1999 y fue
derivada no a la Comisión de Relaciones Exteriores sino a la Comisión de Justicia del Congreso, la
que aprobó la propuesta el 7 de julio en horas de la mañana. A las 11:00 horas, el proyecto arribó
al Consejo Directivo el cual acordó debatirlo en el pleno del Congreso como tema único y
otorgando sólo 7 minutos de intervención a cada parlamentario.
El informe Rubio Correa del 9 de junio y la respuesta que envió la Cancillería el 22 de junio de 1999
al Congreso, habían establecido con claridad la posición del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Ello, sin embargo, tuvo sin cuidado al régimen pues la decisión ya había sido tomada en el ámbito
las estructuras paralelas de poder que lideraban el Servicio de Inteligencia Nacional y el Consejo
Supremo de Justicia Militar.
545
Tras 14 horas de debate, el retiro del reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte de San
José fue aprobado por 66 votos a favor y 33 en contra.
Julio Álvarez Sabogal
El 2 de junio de 1999, en el valle del Ene, se inició la persecución contra las columnas Jorge y Alipio
de Sendero Luminoso. A principios del mes de julio, “Jorge” y su segundo, “Saúl”, mueren en
enfrentamiento con el Ejército. El 13 de julio, Feliciano es visto en la Hacienda de Acopalca. Según
el presidente Fujimori, un coronel del SIN lo divisa a 300 metros y la zona de Vilcacoto es cercada.
El 14 de julio de 1999, a las 5:30 a.m. Oscar Ramírez Durand “Feliciano”, finalmente, fue capturado
en el poblado de Cochas, a bordo de un ómnibus interprovincial, a 4 Km. de Huancayo.546
La captura de Oscar Ramírez Durand, “Feliciano” fue, en realidad, un operativo psicosocial que
ejemplifica de manera clara la manipulación de los medios de prensa y de la información por parte
del gobierno en el ámbito de la lucha contrasubversiva con el objeto, en esta ocasión, de distraer
el apoyo de la opinión pública interna y externa a la decisión de retirar al Perú de la competencia
de la Corte:
338
“... para mediados de 1999 se empezó a difundir información sobre las acciones de las
huestes de Feliciano en la zona oriental de la sierra central, otorgándole mayor
importancia y grado de peligrosidad de la que realmente tenía Sendero en general para la
época. El contexto en el cual se desenvuelven estos hechos nos hace comprender la
importancia que tuvo la captura del disminuido Feliciano. En el ámbito interno, fue
demasiado evidente la intención propagandística de la realización de la misma, con miras a
las elecciones presidenciales del año 2000.
(...) En el ámbito internacional, el gobierno fujimorista pasaba uno de los momentos más
tensos de su segundo periodo. En febrero de 1999 el informe del Departamento de Estado
de EEUU sobre derechos humanos en el Perú fue muy crítico. Sorprendentemente, el
gobierno invirtió más dinero en Cancillería para que abogados y lobbys en EEUU defiendan
546
Revista Caretas. Edición No. 1576, del 15 de julio de 1999.
La política exterior del Fujimorato
547
Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003. Tomo III, Primera parte, Sección
Segunda: Los actores en conflicto. Capítulo 2: Los actores políticos e institucionales. 2.6: La década de los 90
y los dos gobiernos de Alberto Fujimori.
Julio Álvarez Sabogal
El depósito del instrumento de retiro del Perú sería sólo una acción más entre otras precedentes y
posteriores que formaban parte de una ofensiva diplomática ideológico-confrontacional.
Por ello, de inmediato, el gobierno de Fujimori empezó a trabajar en una estrategia de defensa de
su decisión:
“Una vez metido el tremendo autogol jurídico que significó el retiro de la competencia
contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Gobierno, con una
filosofía propia de Juan Carlos Oblitas, montó una estrategia para defender su ciego
despropósito. Los nuevos convocados a la cuestionada selección jurídica del régimen
fueron: César Luna Victoria, ministro de Industrias; Patricio Ricketts, Efraín Goldenberg, y
Jorge Morelli Salgado. T
340
También Francisco Tudela -nuestro embajador ante la ONU- Rafael Rey y Enrique Chirinos
Soto, quienes esta semana sostendrían en Washington D.C. sendas reuniones de alto nivel
para explicar la sui géneris posición del Gobierno. Renovación, ese pequeño grupo
parlamentario algo despintado en los últimos años, ha revivido a la luz de este engendro
jurídico del régimen, ya sea por convicción o por simple interés de no caer en la esterilidad
política.
8.1. La devolución de las demandas en los casos Baruch ivcher y Tribunal Constitucional
Las demandas en los casos de Baruch Ivcher y del Tribunal Constitucional fueron notificadas por la
Secretaría de la Corte al Estado Peruano el 10 de mayo y el 14 de julio de 1999, respectivamente.
En ambos casos, el gobierno fujimorista, a través del Embajador (político) en Costa Rica, procedió
a devolver las respectivas demandas a la sede de la Corte el 16 de julio de 1999. Los documentos
fueron entregados con sendas notas suscritas por el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú en
las que se daba cuenta de la Resolución Legislativa No. 27152 y del depósito del instrumento de
retiro de la competencia de la Corte en la Secretaría de este tribunal.
En ambas notas se desconocía la competencia de la Corte para conocer las demandas planteadas
por la CIDH contra el estado peruano, señalando que:
“...la notificación contenida en la nota (....) se refiere a un caso en el que esa Honorable
Corte ya no es competente para conocer de demandas interpuestas contra la República del
341
Perú, al amparo de la competencia contenciosa prevista en la Convención Americana de
Derechos Humanos".
Esta acción constituyó un desafío abierto al sistema interamericano de derechos humanos, frente
al cual los órganos políticos de la OEA (Secretario General César Gaviria y Asamblea General) no
tuvieron una respuesta a la altura de las circunstancias. El 16 de julio de 1999, el Secretario
General de la OEA, César Gaviria, expresó su punto de vista:
Luego, con relación a la decisión tomada por el Perú de retirar su aceptación de la jurisdicción de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, expresó:
548
Revista Caretas. El sostén del régimen. Edición 1576 del 15 de julio de 1999.
Julio Álvarez Sabogal
"Tengo el mayor respeto por la política del gobierno del Presidente Alberto Fujimori para
enfrentar el terrorismo sin concesiones. Esta ha sido sin duda una política eficaz que ha
contribuido de manera importante al fortalecimiento del Estado de derecho y la vigencia
de la ley en el Perú. Por la aplicación de esa política Perú tiene la inmensa satisfacción de
haber superado una de las más intensas olas de terrorismo que se hayan conocido en la
historia americana".
Finalmente, enfatizó que no le correspondía opinar sobre la sustancia o mérito de cualquier caso
frente a la Corte, ni sobre la decisión tomada por Perú y que esperaba que el Perú encontrara en el
futuro una manera de cumplir la sentencia de la Corte, sin menoscabar su política contra el
terrorismo. 549
De alguna manera, esta parálisis de los órganos políticos de la OEA corroboraban el análisis que los
promotores de la política de retiro habían efectuado en junio de 1999: que el espacio de
gobernabilidad externa se mostraba favorable a la política del retiro de la Corte tras el desafío que
había planteado Trinidad y Tobago un año antes al denunciar la Convención Americana de
Derechos Humanos, negarse a cumplir las medidas provisionales ordenadas por la Corte y
rehusarse a asistir a las audiencias convocadas por ésta sobre el cumplimiento de tales medidas,
sin que haber tenido que pagar precio político por ello. 342
Según Douglass Cassel,550 esta falta de respuesta de los órganos políticos de la OEA se debió a la
brecha altamente problemática que existe entre las facultades formales amplias y el apoyo
diplomático limitado a la que tiene que enfrentarse la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
8.2. El incidente entre la Cancillería y el Ministerio de Justicia: conflicto entre las estructuras
paralelas y las formales de decisión
549
(C-072/99) cf, julio 16, 1999: Declaración del Secretario General de la OEA.
550
Cassel, Douglass. Op. cit.
La política exterior del Fujimorato
Todo lo anterior alentó al régimen a continuar con su política confrontacional que, a pesar de su
onmpotencia, siempre terminaba encontrando en la diplomacia profesional un obstáculo.
Muestra de ello fue el incidente ocurrido durante la primera semana de setiembre de 1999, el cual
revelaría el funcionamiento de las estructuras de autoridad al interior del gobierno y las órdenes a
las que estaban sujetos los agentes peruanos (abogados defensores del Estado) ante la Corte.
Días antes, el procurador Mario Cavagnaro Basile, agente peruano para el caso CDH-11.337
(Cantoral Benavides), mediante oficio 0661-99-IN-1203 del 24-8-99, había devuelto la Nota CDH/
11.337-203 que le había sido enviada por la Oficina de Asuntos Legales el 12-8-99.
Este hecho obligó a la Cancillería a enviar al Ministerio de Justicia –a nivel de los titulares de
ambos despachos ministeriales el oficio RE (MIN-VSG-SME-LEG) 2-19-YY/04 del 6 de setiembre de
1999 (dirigido por Fernando de Trazgenies, Canciller, a Jorge Bustamante Romero, Ministro de
Justicia), haciendo hincapié sobre varios puntos importantes.
Primero, que el Perú seguía reconociendo la competencia contenciosa de la Corte en los casos
CDH-10.009 (Durand y Ugarte), CDH-10.078 (Neyra Alegría y otros), CDh-10.733 (Castillo Páez),
343
CDH-11.154 (Loayza Tamayo), CDH-11-319 (Castillo Petruzzi), CDH-11.337 (Cantoral Benavides) y
CDH-11.730 (Cesti Hurtado). Luego, que la devolución efectuada por el procurador Mario
Cavagnaro Basile estaría contraviniendo los términos del instrumento de declaración de retiro de
reconocimiento de competencia contenciosa de la Corte IDH del 8.7.99; y tercero, que la
inobservancia del Perú de las atribuciones que había reconocido de manera unilateral y soberana
en el instrumento de retiro de la competencia contenciosa de la Corte, generaría una imagen
contradictoria con las afirmaciones oficiales de ser un país respetuoso de las obligaciones
asumidas en virtud de acuerdos y tratados internacionales; transmitiría una señal negativa a los
Estados miembros del sistema interamericano de derechos humanos y podría precipitar un
pronunciamiento de la OEA, “situación a todas luces inconveniente”.
unanimidad declarar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos era competente para
conocer dichos casos y que el pretendido retiro de la declaración de reconocimiento de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por parte del Estado
peruano, era inadmisible.
En dichas misivas sostuvo que las "sentencias sobre competencia" sobre los casos Ivcher Bronstein
y Tribunal Constitucional no se encontraban procesalmente previstas en ninguno de los
344
instrumentos del sistema interamericano de DDHH y que el Perú se había retirado de la
competencia contenciosa de la Corte. Indicó que, en consecuencia, la Corte carecía de
competencia para emitir pronunciamiento alguno sobre la validez jurídica del gobierno peruano y
que el retiro era una decisión unilateral de libre voluntad del Estado peruano que no admitía
interpretación o calificación alguna. Concluyó finalmente que, por lo tanto, el Estado peruano no
se consideraba como notificado con las "sentencias sobre competencia" por cuanto no era parte
en los aludidos procesos.
Por su parte, el Ministro de Justicia efectuó una propuesta poco menos que descabellada,
exigiendo la remoción de los magistrados de la Corte de San José:
Baruch Ivcher, el Estado Peruano no se considera parte de esos procesos, por lo que no
responderá ninguna de esas dos demandas. Bustamante habló también del público
respaldo de la Corte Europea a la resolución de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos que cuestiona la posición peruana, indicando que oficialmente no hay ningún
pronunciamiento al respecto.” 551
Los cambios introducidos desde 1992, estrechamente sujetos a las necesidades e intereses del
régimen autoritario, dieron origen a la convivencia de distintos tipos de acción diplomática que
correspondían a las diferentes áreas de acción prioritarias y no prioritarias del régimen:
profesional, económico-pragmática, directa-presidencial, ad-hoc y diplomacia de los ilustres (ver
cuadro 4 al final del capítulo).
551
Cronología Andina. Octubre 1999. Dirección web: http://www.cajpe.org.pe/CID.htm
Julio Álvarez Sabogal
Habían sido previstas también sendas visitas a Panamá y Ecuador, pero no se ha encontrado
información que demuestre que se realizaron.
Sobre este aspecto particular de la estrategia del régimen, el 4 de diciembre de 1999, Susana
Villarán, del Instituto de Defensa Legal, informó a la prensa que:
552
Cronología Andina. Diciembre 1999. Dirección web: http://www.cajpe.org.pe/CID.htm
La política exterior del Fujimorato
declaraba que era competente para continuar con el conocimiento y tramitación de las respectivas
demandas y que el retiro del estado peruano de la Declaración de reconocimiento de la
competencia contenciosa de la Corte era inadmisible.
Con respecto al retiro unilateral y con efecto inmediato por parte del Estado del reconocimiento
de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana, expresó que un acto jurídico unilateral
efectuado en el contexto de las relaciones puramente interestatales (el mismo que se completaba
por sí mismo de forma autónoma) no podía ser equiparado con un acto jurídico unilateral
efectuado en el marco del derecho convencional como lo era la aceptación de una cláusula
facultativa de la jurisdicción obligatoria de un tribunal internacional.
En este último caso, el acto jurídico unilateral se encontraba determinado y condicionado por el
propio tratado, así como por su objeto y fin, lo que implicaba que cualquier desvinculación con sus
obligaciones debía ser efectuada en relación con el conjunto del tratado, salvo que éste lo
dispusiera de manera diferente, y no a través del retiro por partes o cláusulas. En todo caso, la
exigencia de buena fe parecía imponer que se debía aplicar el tratamiento previsto por el derecho
de los tratados, el mismo que requería de un plazo razonable para que el Estado procediera al
retiro o a la denuncia de un tratado.553 347
553
Texto del anteproyecto de denuncia constitucional que se presentó en junio del 2003 a la Comisión
Investigadora encargada de implementar las conclusiones y recomendaciones de las comisiones
investigadoras sobre los actos de corrupción 1990-2000 integrada por los congresistas Ernesto Herrera
Becerra, Javier Diez-Canseco Cisneros, Heriberto Benitez Rivas, Javier Velásquez Quesquén y Rafael Rey Rey.
Esta iniciativa no prosperó.
554
Texto del anteproyecto de denuncia constitucional que se presentó en junio del 2003 a la Comisión
Investigadora encargada de implementar las conclusiones y recomendaciones de las comisiones
investigadoras sobre los actos de corrupción 1990-2000 integrada por los congresistas Ernesto Herrera
Becerra, Javier Diez-Canseco Cisneros, Heriberto Benitez Rivas, Javier Velásquez Quesquén y Rafael Rey Rey.
Esta iniciativa no prosperó.
Julio Álvarez Sabogal
Según el texto del anteproyecto de denuncia constitucional que se presentó en junio del 2003 a la
Comisión Investigadora encargada de implementar las conclusiones y recomendaciones de las
comisiones investigadoras sobre los actos de corrupción 1990-2000, se transmitieron los
documentos siguientes: la Nota RE (GAB) N° 7-5-G/17-CDH de 29 de setiembre de 1999; el
comunicado de prensa "El Perú y la Corte Interamericana de Derechos Humanos" emitido por la
Cancillería con fecha 29 de setiembre de 1999; el comunicado de prensa emitido por. el Ministerio
de Justicia en relación al comunicado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 30 de
setiembre de 1999; el cable ONUPER Nueva York; y el cable SME-ASH-DHU MC (075) de 23 de
febrero de 2000. También se transmitió el facsimil múltiple dirigido a las embajadas peruanas ante
los países miembros de la OEA del 12 de julio de 1999.555
Tal como lo ha establecido la Comisión Especial de Alto Nivel (R.M. 0172-2002-RE) en su informe
sobre la Intervención de miembros del Servicio Diplomático en actos contrarios a la Constitución
Política, todos estos documentos estuvieron destinados a defender la posición del Estado Peruano
para su retiro de la competencia contenciosa de la Corte. Al respecto, se sabe que,
afortunadamente, varios misiones diplomáticas se abstuvieron de difundir estos documentos e,
inclusive, de realizar las gestiones que en ellos eran ordenadas.
8.7. El uso de los recursos del Estado en la contratación de lobbies millonarios 348
El gobierno invirtió una gran cantidad de dinero para que abogados y lobbies en Estados Unidos
defendieran al gobierno de Fujimori en temas de derechos humanos. De este modo se pensaba
contrarrestar los éxitos que venían logrando diferentes organizaciones de derechos humanos y
miembros de la oposición recurriendo a instancias internacionales para la solución de casos que el
régimen no estaba dispuesto a investigar y, menos aún, sancionar –entre ellos, el caso de la
destitución de tres magistrados del Tribunal Constitucional y el del retiro de la nacionalidad
peruana del empresario Ivcher.
555
Paralelamente, con el fin de mostrar una imagen conciliadora, el 6 de marzo del 2000, el gobierno
peruano suscribió un acuerdo (el primero) de solución amistosa ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) en el caso de Marina Machaca quien fue ultrajada por un médico en un hospital
público de Juliaca en Puno.
La política exterior del Fujimorato
En la misma fecha, el congresista Carlos Torres y Torres Lara indicó que el asesoramiento de los
lobbies permitiría que los créditos siguieran fluyendo hacia el Perú y que el gobierno peruano no
había contratado a dichas empresas especializadas en realizar lobbies para favorecer o mejorar la 349
imagen del presidente Fujimori, sino para salvaguardar los intereses económicos del país.
Ese mismo día, Alberto Fujimori precisó que la contratación de las dos empresas de asesoría
norteamericana costarían al país 810,000 mil dólares anuales e indicó que se trataba de estudios
jurídicos que servirían para complementar el trabajo que realizaba la embajada del Perú en
Estados Unidos.
El 2 de enero de 2003, el diario La República publicó una noticia según la cual una acción de
control efectuada a las gestiones de los ex ministros de Relaciones Exteriores Eduardo Ferrero
Costa y Fernando de Trazegnies Granda había detectado que más de US$ 600,000, de origen no
determinado en ese momento, habían sido utilizados por el régimen fujimorista en pagos de
asesoría o lobbies. De esa suma, US$ 451,343 habían sido utilizados para el pago de juristas
556
El Comercio, 16 de noviembre de 1999.
Julio Álvarez Sabogal
extranjeros por haber asesorado a la Cancillería peruana en el tema del conflicto con el Ecuador.
Mientras que 150 mil dólares se habían destinado a "promover los intereses" del gobierno de
Alberto Fujimori en los Estados Unidos, en los meses previos al proceso electoral del 2000. Dicha
acción de control dio origen a un informe que es considerado por algunos como la base de una
denuncia contra los ex cancilleres Eduardo Ferrero Costa y Fernando de Trazegnies. Al día
siguiente, 3 de enero, el Ministerio de Relaciones Exteriores, calificó de "inexacta" la denuncia
publicada en un diario local pero sólo en el extremo que señalaba que se había utilizado
irregularmente los fondos de la cuenta bancaria de Cancillería para efectuar tales transferencias al
extranjero durante los años 1998 y 2000.
La Defensoría del Pueblo se pronunció a través de su Informe No. 26 titulado "En defensa del
sistema interamericano de protección de los derechos humanos" y publicado en agosto de 1999.
En dicho informe concluyó, entre otros aspectos, que de acuerdo al ordenamiento vigente, las
sentencias dictadas por la Corte Interamericana debían acatarse más aún cuando el Estado
350
demandado había intervenido en el proceso, ofrecido pruebas, deducido excepciones preliminares
e incluso nombrado juez ad hoc. Añadió que ni jurídica ni éticamente se justificaba que, a través
de una figura que la Convención Americana no admitía, el Estado peruano retirara el
reconocimiento de la competencia contenciosa de la Corte interamericana. La sujeción del estado
peruano a esta competencia, subrayó la Defensoría, no afectaría los éxitos obtenidos en la lucha
contra el terrorismo ni permitiría la liberación de terroristas y, por lo tanto, la Corte
Interamericana podría seguir conociendo los casos en los cuales el Perú fuera demandado, en la
medida que el retiro unilateral no encontraba sustento en la Convención Americana.
Es necesario recordar que la Convención Americana tiene por objeto y fin la protección de
los derechos fundamentales de los seres humanos –como el Derecho a la Vida, la
prohibición de la tortura y de las detenciones arbitrarias o la libertad de prensa-,
independientemente de la nacionalidad , tanto frente a su propio Estado como frente a los
otros Estados contratantes que se someten a un orden legal dentro del cual, por le bien
común, asumen obligaciones, no en relación con otros Estados, sino frente alos individuos
bajo su jurisdicción.
557
2 de julio de 1999.
La política exterior del Fujimorato
- “Sobre la sentencia de la Corte con relación a los cuatro chilenos, el Estado peruano arguye
una supuesta contradicción entre dicha sentencia y los acuerdos adoptados por la
Organización de Estados Americanos en las conferencias especializadas sobre terrorismo.
Tal desacuerdo no existe, porque la sentencia de la Corte indica que los Estados "tienen el
derecho y el deber de garantizar su propia seguridad", pero "dentro de los límites y
conforme a los procedimientos que permiten preservar tanto la seguridad pública como los
derechos fundamentales de la persona humana". No puede justificarse matanzas, como las 353
de La Cantuta o Barrios Altos, para la lucha contra la subversión”.
- “El gobierno peruano también aduce que las medidas extraordinarias que se tomaron en la
lucha contra la subversión se han amparado en el artículo 27 de la Convención. Dicho
artículo 27 si bien permite suspender algunos derechos, no le otorga una carta en blanco,
sino que establece límites y entre ellos tenemos que sean "en la medida y por el tiempo
estrictamente limitados a las exigencias de la situación" y "siempre que tales disposiciones
no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone el derecho internacional.
Además, prohibe expresamente suspender el derecho a las garantías judiciales
indispensables”.
558
7 de julio de 1999.
559
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Dirección web:
http://www.cnddhh.org.pe/corte/cnddhh_18jun99.htm
Julio Álvarez Sabogal
Por su parte, los partidos políticos de oposición Acción Popular, Partido Aprista Peruano y Partido
Popular Cristiano; las agrupaciones políticas independientes Grupo Parlamentario Democracia en
Acción, Movimiento Democracia y Solidaridad – DEMOS, Movimiento Independiente Fuerza de
Integración Juntos con Orgullo – FIJO, Movimiento Independiente Perú Posible, Movimiento
Independiente Somos Perú, Movimiento Solidaridad Nacional y Unión por el Perú – UPP; las
agrupaciones de artistas; los colegios profesionales; empresas radiales; gremios y centrales de
trabajadores; oficinas de iglesias; algunos municipios; ONGs, colegios e institutos; organizaciones
de base; organizaciones campesinas e indígenas; organizaciones de derechos humanos;
organizaciones juveniles y organizaciones de mujeres,560 emitieron el siguiente pronunciamiento:
560
8 de julio de 1999.
La política exterior del Fujimorato
Convocamos a todos los ciudadanos a expresar su rechazo a esta arbitraria medida, que
anuncia un panorama que está en función de un objetivo político del gobierno de
mantenerse en el poder.- Lima, 8 de julio de 1999”. 561
Que los estados miembros de la OEA rechacen esta decisión que suprime la expectativa de los
ciudadanos de recurrir a un órgano internacional que garantiza que se respete los derechos
fundamentales. Y que no se admita la medida adoptada por el gobierno peruano por no estar
contemplada ni permitida por la Convención Americana de Derechos humanos no por la
Convención de Viena sobre tratados.
355
Que la Corte Interamericana de Derechos Humanos emita una opinión consultiva sobre la
validez del supuesto "retiro" del reconocimiento del la competencia contenciosa de la
561
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Dirección web
http://www.cnddhh.org.pe/corte/comu_ongs_nac.htm
562
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Dirección web:
http://www.cnddhh.org.pe/corte/pro_intern.htm
Julio Álvarez Sabogal
Corte, según las normas convencionales, adoptando una actitud firme que garantice
preservar los derechos humanos de los ciudadanos.
La decisión del Gobierno Peruano es una grave involución en el respeto de los derechos
humanos contradiciendo la tendencia en el sistema regional en la que nuevos gobiernos se
han adherido a la competencia de la Corte como es el caso de Haití, República Dominicana,
México y Brasil.- Lima, 13 de julio de 1999”
El 15 de julio, la Conferencia Episcopal del Perú calificó la decisión del retiro como “un paso atrás
en cuanto a las instancias jurídicas de protección y promoción de los DDHH" que dejaba
"desprotegidos" a los peruanos.
La movilización involucró a una enorme red de organizaciones de toda índole, tal como lo recogió
la Comisión de la Verdad y Reconciliación en su Informe:
“Una amplia red de grupos de derechos humanos se organizaba desde la base, sostenía la
defensa de los derechos humanos en los más diversos lugares del país y les daba impacto
nacional, hasta lograr articularse en la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, en
buena parte debido a los esfuerzos organizados a nivel local y regional. En todo esto
356
tuvieron participación muy importante las comunidades cristianas, y también el apoyo de
la Iglesia, que les daba legitimidad y facilitaba su labor. Por otra parte, la Iglesia, en sus
diversas oficinas de derechos humanos y las distintas vicarías de solidaridad, en contacto
con los grupos cristianos, también registraba los 252 hechos de violencia y se constituía así
en una fuente importante de información para aportar a la memoria colectiva.”.
(…)
derechos violados, "preocupa el desamparo (jurídico) en el que podrían quedar ellos" frente
al retiro del aspecto contencioso (G 14.7.99). El 14 de julio, el Consejo Permanente de la
Conferencia Episcopal Peruana hizo público un comunicado donde señala que el retiro de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es una
decisión extrema del gobierno que "significa un paso atrás en cuanto a las instancias
jurídicas de protección y promoción de los derechos humanos". El retiro ocasionará
también una mayor inseguridad jurídica para la sociedad, al quedar desprotegidos (los
ciudadanos) de la competencia de un tribunal internacional "que vele por el respeto a
todos sus derechos fundamentales", precisa el documento” . 563
“Hay que hacer aquí una grave excepción: la del entonces arzobispo de Ayacucho, Mons.
Juan Luis Cipriani, quien repetidamente se pronuncio en contra de la actividad de la
Coordinadora Nacional y a los organismos de defensa de los derechos humanos en
general.”564 357
En efecto,
“El 18 de julio, Mons. Cipriani declaró que la discusión sobre el retiro del Perú del mandato
contencioso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos “no es un tema de primera
prioridad para el desarrollo de la cultura de paz” (La República, 19.7.99)” 565.
563
Comisión de la Verdad y Reconciliación, Informe Final. Lima, Perú. 2003. Tomo III, Primera parte, Sección
Segunda: Los actores en conflicto. Capítulo 3: Los actores sociales. 3.3. La iglesia católica y la iglesia
evangélica.
564
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Op. cit.
565
Comisión de la Verdad y Reconciliación. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
La actitud de rechazo firme a la decisión del gobierno fujimorista por parte de la sociedad civil
contrastó con la complaciente posición del sector empresarial peruano representado por la
Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), cuyo presidente,
Roque Benavides, expresó en una entrevista el 10 de julio que, pese a que reconocía que la
decisión del gobierno peruano de apartarse de unilateralmente de la jurisdicción de la Corte IDH y
el proyecto de ley contra la candidatura al Congreso del ex presidente Alan García podrían tener
algún tipo de efecto sobre los empresarios que quieran hacer negocios con el Perú, él insistía en
que ello no tendría efecto en los inversionistas en la medida que estos que evaluaban también la 358
La CIDH advirtió sobre la restricción que sufriría la protección del sistema interamericano de
derechos humanos y sobre la inocuidad de la medida unilateral del gobierno peruano respecto de
sus obligaciones con la Convención Americana y con la Corte Interamericana.
566
9 de julio de 1999.
567
19 de julio de 1999.
La política exterior del Fujimorato
La Unión Europea, por su parte, lamentó la decisión del Congreso peruano e hizo notar la
restricción del derecho de los peruanos a acceder a un tribunal supranacional, así como el
retroceso que la medida cuestionada implicaba para el conocimiento y respeto de los derechos
humanos en la región. Asimismo, advirtió de los riesgos que esta medida implicaría para la
confianza de los inversionistas comerciales de la Unión Europea.
568
Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Perú-Corte Interamericana de Derechos Humanos. Dirección
web: http://www.sipiapa.org/espanol/pulications/corte.cfm
Julio Álvarez Sabogal
Los sondeos de opinión efectuados por Datum International y la Universidad de Lima mostraron
que, inversamente a la tendencia total de rechazo y condena que predominaba en las
organizaciones de la sociedad civil, los partidos y agrupaciones políticas de oposición y el entorno
internacional, hasta un 36% de la población peruana estaba de acuerdo con el retiro.
¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con el retiro del Perú de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos?
Flash
Julio 1999 Julio 1999
De acuerdo 34% 36%
En desacuerdo 59% 55%
No opina 8% 9%
Fuente: Datum International 569
De acuerdo 36%
360
En desacuerdo 49%
No opina 15%
La cifra de apoyo al retiro que arrojaron los sondeos de Apoyo Opinión y Mercado fue inclusive
mayor: 54 %.
569
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Dirección web:
http://www.cnddhh.org.pe/corte/sondeos.htm
570
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Dirección web:
http://www.cnddhh.org.pe/corte/sondeos.htm
La política exterior del Fujimorato
¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con la decisión del gobierno de retirarse de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos?
De acuerdo 54%
En desacuerdo 42%
No precisa 4%
Fuente: Apoyo Opinión y Mercado 571
Dichos sondeos también revelaron que un 47% de la población creía en la publicidad del régimen
acerca de que la decisión del retiro se había tomado para evitar que los terroristas condenados
por los jueces militares sin rostro fueran liberados. Asimismo, para un 52% de la población no
había relación alguna entre la decisión de retiro y los casos de Baruch Ivcher y el Tribunal
Constitucional.
¿Cuál cree que es el principal motivo por el que el Perú se está retirando de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos?
Para no tener que acatar lo que resuelva la Corte sobre el Tribunal Constitucional 13%
Para no tener que acatar lo que resuelva la Corte sobre los casos de terrorismo 47%
Para no tener que acatar lo que resuelva la Corte sobre al caso Baruch Ivcher 7% 361
Para no tener que acatar todo los casos señalados 28%
No precisa 5%
Fuente: Apoyo Opinión y Mercado
Finalmente, los sondeos muestran que, pese a ello, un 52 % de la población peruana tenía la
sensación de hallarse menos protegida luego del retiro de la Corte, lo cual arroja un 10-12% de
personas que estaban de acuerdo pese a tener conciencia de que se iban a sentir menos
protegidas en sus derechos
¿Cree usted que con el retiro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos los peruanos
estarán más protegidos, igual de protegidos o menos protegidos en cuando a derechos humanos?
571
Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Dirección web:
http://www.cnddhh.org.pe/corte/sondeos.htm
Julio Álvarez Sabogal
El 20 de marzo de 2003, el Embajador José Luis Pérez Sánchez-Cerro presentó ante la Comisión
Investigadora del Congreso de la República de los casos de corrupción de la década 1990-2000, un
informe sobre la trascendencia e implicancias que ocasionaron el retiro del Perú de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el mismo que
suscribimos y aquí reproducimos:
Deterioro de las relaciones del país con los órganos de protección de los derechos
humanos tanto en el ámbito universal como en el interamericano al desconocer un 362
tratado internacional sobre derechos humanos de los que el Perú es Estado parte.
Quiebre de la posición internacional del Perú de respeto a la obligación del pacta sunt
servanda referido a la obligación de los Estados de cumplir con los tratados de los
cuales son parte. El país se colocó en una posición internacional incómoda y de no ser
tomado seriamente cuando invocara el cumplimiento de los tratados a otros países
como por ejemplo el Ecuador.
Contradicción entre la tesis esgrimida por la dictadura de ser un país con gobierno
democrático y la política de suspender las garantías del ciudadano de acceder a una
instancia supranacional para la protección de los derechos humanos.
Riesgo de que el Perú, al ser llevado a la Asamblea General de la OEA, hubiere sido
pasible de sanciones internacionales.
Se disminuyó la capacidad de defensa del Estado que fue declarado en rebeldía para
efectos de los procesos seguidos en su contra.
CONCLUSIONES
La forma cómo se tomó la decisión del retiro del Perú de la competencia de la Corte no siguió,
como era lógico, un canal democrático pese a que fue aprobada en el Poder Legislativo. La
inferioridad numérica de la oposición no permitió detener la decisión en esa instancia y, en la
realidad, los actores con poder de decisión fueron aquellos que actuaban en las estructuras de
refuerzo o de poder paralelas como el SIN, las fuerzas armadas y el entorno del presidente
Fujimori. Los actores que operaron en las estructuras formales de decisiones, como la Cancillería
peruana, fueron en la práctica simples ejecutores de decisiones ya tomadas y fueron capaces de
expresar su discrepancia con la decisión de retirar al Perú de la competencia de la Corte.
El retiro del Perú de la Corte de San José no fue una decisión imprevista o inesperada. Por el
contrario, fue la lógica consecuencia de la política exterior de un gobierno autoritario y corrupto
que desarrolló, tanto en el discurso como en la práctica, una política exterior basada en una
filosofía globalista exclusiva y excluyente y una política interna violatoria de derechos humanos,
ocasionando la acumulación de denuncias ante el sistema interamericano de protección de los
derechos humanos y un saldo muy negativo en la opinión pública internacional.
La política exterior del Fujimorato
Las repercusiones de esta medida, que fueron múltiples, revistieron tal gravedad que
desencadenó un proceso cada vez más profundo de aislamiento político internacional que se
materializó, entre muchos hechos y acciones, en desprestigio, deterioro de las relaciones con los
países extranjeros y con las organizaciones defensoras de los derechos humanos, pérdida de
confianza entre los inversionistas, posición de país no elegible para la cooperación internacional,
pronunciamientos de rechazo de gobiernos y organizaciones internacionales y riesgo de que se
aplicara al Perú sanciones internacionales.
365
Julio Álvarez Sabogal
CONCLUSIONES
Los principales desafíos de la política exterior del Perú a inicios de los 90 fueron la situación de
aislamiento financiero internacional y la deslucida imagen política ocasionadas por una visión
autonomista, un contexto internacional poco favorable, la crisis económica hiper-inflacionaria, las
crecientes denuncias por violaciones de derechos humanos y la poca comprensión de la
comunidad democrática internacional respecto al fenómeno de la subversión terrorista.
La visión de la coalición dominante que, luego de ganar las elecciones de 1990, asumió tales
desafíos, tuvo como punto de partida una percepción del mundo que identificaba erróneamente el
fenómeno del fin del conflicto ideológico Este-Oeste con el fin de las ideologías dogmáticas y,
paradójicamente, con la victoria final de únicamente la ideología neoliberal, soslayando la
importancia capital de las otras dos aristas que marcaban el inicio de la época de la post-guerra
fría: la democracia política y la conciencia humanitaria.
La políticas públicas elaboradas a partir de esta visión guardaron, como era lógico, estrecha
relación con las percepciones e intereses de los actores clave de la coalición dominante y 366
Siendo así, la política exterior peruana de los años 90 –reflejo espontáneo de las políticas públicas
domésticas- fue definida de manera centralizada y en pequeños comités y fue el resultado no sólo
de la aplicación de los postulados ideológicos, valores y creencias de los actores claves de la
coalición dominante, sino también del alto grado de corrupción organizada que privilegió una
salida neoliberal extrema y en urgencia para el problema económico, una solución autoritaria para
el problema político y una escapatoria asistencialista frente al problema social, en donde dichos
actores se convirtieron en promotores y beneficiarios directos de las mismas.
La política exterior del Fujimorato
Desde el inicio, el respeto a los derechos humanos y los principios básicos de la democracia
política estuvo subordinado a dos proyectos sectoriales que dominaron la lista de prioridades de la
agenda exterior durante toda la década: la seguridad nacional para las FFAA y el proyecto
económico neoliberal para la clase empresarial. De este modo, la política exterior en materia de
de derechos humanos y condicionalidad democrática estuvo fuertemente influenciada por los
factores domésticos y proyectó en el campo externo las contradicciones internas del país.
Las políticas públicas prioritarias de la política exterior fujimorista se caracterizaron, por ende, por
tener en su base una filosofía globalista y excluyente e introducir elementos ideológicos
neoliberales extremos que sustentaron el proceso de ajuste económico en lo interno y el de
reinserción financiera en lo externo.
2. La cultura organizacional
Por esta razón, las estructuras de coordinación, la política de recursos humanos, de investigación
científica y de formación profesional fueron transformadas y terminaron por encarnar la filosofía
globalista, el autoritarismo, la eficacia y eficiencia gerencial propia de la empresa privada, el
voluntarismo, el clientelismo y el pago de lealtades y favores políticos. Ello queda claro cuando se
examina, por ejemplo, la política exterior peruana hacia los países desarrollados, países del
sudeste asiático y de la Cuenca del Pacífico; el cierre y apertura de misiones diplomáticas; los
Julio Álvarez Sabogal
La política exterior tendió a concentrarse en manos del presidente de la República, con el apoyo
administrativo del Ministerio de Relaciones Exteriores en calidad de simple agencia de ejecución.
El diseño hiper-presidencialista de la Constitución de 1993 provocó que la mayor parte del proceso
formal de toma de decisiones en política exterior (planificación, aprobación, ejecución y control de
la política exterior) se concentrara en el poder ejecutivo. El proceso formal de toma de decisiones
se sujetaba a un esquema constitucional en donde correspondió al poder ejecutivo (al presidente
de la República) el protagonismo y predominancia en la elaboración y ejecución de la política
exterior.
Si bien el primer ministro y el canciller cumplían formalmente un papel en este proceso, siempre
eran los actores de Palacio de Gobierno y los que actuaban dentro de las estructuras paralelas de
368
autoridad quienes dominaban el proceso y tomaban unilateralmente las decisiones. Las decisiones
se gestaban no sólo en el poder ejecutivo, sino en pequeños grupos de trabajo paralelos.
Otros actores, como los medios de comunicación, partidos políticos, sindicatos y organizaciones
sociales, no jugaron un papel siquiera importante en la elaboración y ejecución de la política
exterior, debido fundamentalmente a la crisis de legitimidad y de representación política, la
La política exterior del Fujimorato
desarticulación de las organizaciones sociales ocasionada por la crisis económica y las políticas
neoliberales, el debilitamiento de la esfera pública y el simple hecho de que la política exterior
nunca había estado entre las grandes preocupaciones de tales actores.
4. La etapa de transición
Desde el inicio, se identificó los valores del mercado con los de la democracia, concibiendo el
respeto a los derechos humanos como un objetivo instrumental subordinado al proyecto
neoliberal. El estilo diplomático, conforme el gobierno iba ocupando espacios, fue
transformándose en un estilo de carácter económico-ideológico, debiendo coexistir con una
práctica política autoritaria de rasgos confrontacionales. A la par que construía una nueva imagen
internacional del país, acorde con el gusto de la comunidad financiera internacional, el gobierno
de Fujimori introdujo en la política exterior una nueva escala de valores en la que la eficacia y la
eficiencia gerenciales privadas eran las únicas fuentes de legitimidad, desarrollándose también
369
una intensa diplomacia económica y directa-presidencial que monopolizó la acción exterior en
materia económico-financiera durante los siguientes diez años. Por último, a la vez que el proyecto
económico se afianzaba, el régimen ampliaba los alcances de su proyecto autoritario al escenario
internacional, mostrando sin turbarse que no cumpliría con sus obligaciones en materia de
derechos humanos, tal como ocurrió con el caso de la matanza de Barrios Altos.
Así, más allá de la agenda oficial y de la retórica humanista y economicista que inundaba los
discursos políticos, quedaron definidos los fundamentos de la agenda exterior real del gobierno de
Alberto Fujimori. Con esto se dio paso a una nueva etapa en la que el gobierno empezaría, no sólo
a cosechar los éxitos económicos que se convertirían en sus credenciales más importantes ante la
comunidad internacional, sino también a mostrar con mucho menos escrúpulos su naturaleza
autoritaria y, por ende, a tener que ocuparse de defender y justificar su proyecto político en los
foros internacionales.
Julio Álvarez Sabogal
La política exterior peruana asimiló profundamente los dogmas ideológicos neoliberales en esta
fase. La política de estabilización, la reforma económica neoliberal y la pacificación del país se
consolidaron como las credenciales más significativas del gobierno fujimorista, el que percibía el
problema de las violaciones a los derechos humanos como un asunto que había sido superado con
la derrota de la subversión terrorista y la aprobación en los principales organismos internacionales
de resoluciones de condena a las acciones terroristas. Sin lugar a dudas, este hecho fue un hito
importante y definió la tendencia autoritaria que adoptaría la modernización de la Cancillería
peruana y la forma de conducción de la política exterior con respecto a la condicionalidad
democrática y el respeto a los derechos humanos.
En suma, el control de la hiperinflación, la derrota del terrorismo, el referéndum de 1993 que puso
en vigencia el diseño constitucional fujimorista y la victoria electoral de Fujimori en 1995,
ocasionaron el enfriamiento del frente político en el escenario internacional y el crecimiento del
prestigio del régimen en el manejo de la política económica ante la comunidad financiera
internacional. Esto sería aprovechado por el Régimen para ejecutar una nueva ofensiva autoritaria
mediante acciones de persecución política y adopción de medidas que dieron rienda suelta a un
proceso de institucionalización de la impunidad.
discurso de Tudela transmitió con claridad la idea de que la sociedad civil representaba un ataque
contra el sistema político, debido a que ella debilitaba la democracia representativa
contemporánea en tanto minaba la “legitimidad real y exclusiva de los representantes elegidos
para proteger y representar los derechos de la sociedad”.
La situación de los derechos humanos, que en durante la gestión anterior había sido borrada de la
agenda política y exterior, volvió a ocupar un lugar en ella gracias a las crecientes críticas de la
comunidad internacional contra las prácticas autoritarias del gobierno. Ante la imposibilidad de
negar tales prácticas, el régimen se defendió argumentando el carácter eventual o circunstancial
de los excesos de las Fuerzas Armadas en la lucha antiterrorista, allanando así el camino hacia la
impunidad y adoptando un estilo diplomático que se haría cada vez más confrontacional. La férrea
defensa de las leyes de amnistía con la que Francisco Tudela inauguró su gestión fue una señal
inequívoca de ello.
La acción exterior estuvo plagada, por lo tanto, de prácticas de engaño y distracción de la opinión
pública internacional, así como de discursos arbitrarios cuyos propósitos eran maquillar la “imagen
política-democrática” del régimen en el exterior. Se trataba entonces de demostrar que el
gobierno era aceptado por la comunidad internacional con el fin de atraer inversiones extranjeras 371
y recursos de la cooperación internacional que permitieran financiar la política asistencialista y
clientelista del fujimorismo.
Eduardo Ferrero Costa, pese a estar ligado gracias a su trayectoria con el mundo académico y
democrático, no tuvo una actuación diferente a la de cualquier otro canciller del fujimorismo. Su
gestión no sólo no dio la nota disonante, ni puso obstáculo alguno para la consolidación de la
doctrina de política exterior del autoritarismo; sino que, aún más, colaboró para que ésta
adquiriese una elaboración intelectual más sofisticada.
373
Julio Álvarez Sabogal
CUADROS RESUMEN
Cuadro 1: Los frentes de ataque
Frente de Actor Situación en Recurso
ataque el juego
Competencia La Corte Interamericana Conflicto Rechazo a la solicitud de retiro de la competencia
de la Corte de DDHH contenciosa y persuasión a los gobiernos de los
países miembros de la OEA para que se condene
al Régimen
Legitimidad Consejo Supremo de Cooperación Resolución del Consejo Supremo de Justicia
legal de la Justicia Militar Militar
decisión Poder judicial Cooperación Resolución de la Corte Suprema de Justicia,
cumplimiento del fallo de la Corte sobre el caso
Lori Berenson y de otros fallos de la Corte
Ministerio de Justicia Cooperación Informe del Ministro de Justicia y misiones
diplomáticas especiales para garantizar la
neutralidad de los gobiernos de los países
miembros de la OEA
Presidencia del Consejo Cooperación Acuerdo del Consejo de Ministros
de Ministros
Ministerio de Relaciones Cooperación Informe del Canciller e implementación de
Exteriores política exterior con enfoque de geopolítica
cultural
Poder legislativo Cooperación Resolución legislativa y victoria electoral en el
2000
Condena de Asamblea General Neutral (no Resolución de condena, apoyo o neutralidad
los intervención)
organismos Secretaría General Neutral(no Declaraciones oficiales de condena, apoyo o
políticos de intervención) neutralidad
la OEA 374
Opinión Prensa amarilla y corrupta Cooperación Apoyo mediáticos a los operativos psicosociales,
pública publicación de encuestas de opinión y campañas
interna de apoyo al Régimen
Servicio de Inteligencia Cooperación Operativos psicosociales
Nacional (SIN)
Partidos políticos de Conflicto Campañas de difusión y protesta a través de la
oposición prensa independiente y movilización de la
comunidad democrática internacional.
Prensa independiente Conflicto Campañas de difusión y protesta y movilización de
la comunidad democrática internacional.
Opinión Gobiernos extranjeros Conflicto Suspensión de líneas de cooperación y
pública enfriamiento de relaciones bilaterales.
internacional Organizaciones Conflicto Protestas oficiales y suspensión de líneas de
internacionales (Unión cooperación
Europea-CIDH)
ONGs y ONGIs defensoras Conflicto Campañas de protesta y difusión ante gobiernos
de derechos humanos extranjeros para la aplicación de sanciones y
movilización de la comunidad democrática
internacional.
Misiones diplomáticas y Cooperación Misiones diplomáticas ad-hoc, lobbies oficiales
consulares peruanas ante los gobiernos extranjeros y apoyo a los
lobbies a cargo de agencias privadas extranjeras
La política exterior del Fujimorato
375
Julio Álvarez Sabogal
Cuadro 3: Tipos de acción diplomática según áreas de acción prioritarias y no prioritarias del régimen
Tipo de Ámbito Campo de actuación Tipo de relación con la Personajes
diplomacia temático diplomacia profesional protagonistas
Profesional Proyecto Medio ambiente, asuntos Actuaba bajo condiciones Diplomáticos
económico y limítrofes, asuntos de amenaza institucional profesionales
político. especiales, terrorismo y y en un contexto
Fronteras narcotráfico. organizacional
En condiciones de caracterizado por un alto
estabilidad: derechos grado de centralización,
humanos en foros jerarquía, rigidez y
internacionales y clientelismo.
escenarios donde el
régimen deseaba mostrar
una imagen democrática
del gobierno
En situaciones de crisis, el
gobierno prefería la
diplomacia económico-
pragmática o la ad-hoc.
Económico- Proyecto Áreas de alta prioridad Desplazó a la diplomacia Tecnócratas que
pragmática económico. como la búsqueda de profesional. manejaban la
coincidencias en política economía y
económica con las diseñaban las
potencias, los programas políticas sociales.
de ayuda y cooperación y
la deuda externa.
Empero, en 1992 y 1993,
A. Fujimori confió en el 377
Ministro de Economía la
responsabilidad de
mejorar la imagen exterior
del Perú.
Presidencial o Proyecto La democracia formal Desplazó a la diplomacia Alberto Fujimori
directa político y plebiscitaria y clientelista profesional.
económico. impuesta por el régimen.
Fronteras Era necesaria para
mantener altos márgenes
de aprobación interna.
Ad-Hoc Proyecto Negociaciones sobre Desplazó a la diplomacia Personajes leales al
político y asuntois limítrofes profesional. Régimen en calidad
económico. En 1999, serían los de embajadores
Fronteras enviados especiales y los especiales o
miembros de la Comisión representantes
Especial de Alto Nivel personales de
creada mediante R.S. 068- Alberto Fujimori.
99-RE, los encargados de
mejorar la imagen política
externa del Régimen.
Diplomacia de Proyecto Necesidad de mejorar la Actuó en el ámbito de la Personajes leales o
los Ilustres o político deteriorada imagen diplomacia profesional, utilizados por el
de la internacional del régimen aunque teniendo a ésta Régimen con
Julio Álvarez Sabogal
378
La política exterior del Fujimorato
572
Creada mediante R.S. 068-99-RE
Julio Álvarez Sabogal
CONCEPTOS CLAVES
573
Morlino, Leonardo. Cómo cambian los regímenes políticos. Madrid. Centro de Estudios Constitucionales.
1985.
La política exterior del Fujimorato
574
Sartori, Giovanni. Elementos de teoría política. Cap. 4 Democracia. Alianza Editorial. Madrid. 1987.
575
Schumpeter, Joseph. Capitalismo, Socialismo y Democracia. Harper. New York. 1947
Julio Álvarez Sabogal
576
Dahl, Robert A. La Poliarquía. Participación y oposición. Editorial Tecnos. Madrid. 1989
La política exterior del Fujimorato
577
Ciudad Política-Praxis y Ciencia Política. Democracia y régimen político: Dirección web:
http://www.ciudadpolitica.com/modules/wordbook/entry.php?entryID=89
Julio Álvarez Sabogal
ix. Las autoridades electas no deben estar sujetas a restricciones severas o vetos, ni ser
excluidas de ciertos ámbitos de decisión política por actores no electos.
x. Expectativa generalizada de que el proceso electoral y las libertades contextuales se
mantendrán en un futuro indefinido.
xi. Rendición de cuentas o responsabilización vertical (desarrollo y autonomía de la sociedad
civil).
xii. Rendición de cuentas o responsabilización horizontal (separación, independencia y
equilibrio efectivo de poderes).
De esta manera, las características del régimen político determinarán a quienes les está permitido
acceder a las principales posiciones de gobierno; las formas y canales de acceso al gobierno; las reglas
(formales e informales) que rigen el ejercicio del poder y el proceso de toma de decisiones; y una
dimensión conductual que remite al grado de aceptación de las reglas de procedimiento y la medida en
que las mismas logran estructurar y dar forma a la conducta política efectiva de los actores y ciudadanos
578
.
El concepto de democracia, por lo tanto, no se limita al de una forma determinada de gobierno que
favorece la participación del pueblo en la acción gubernativa por medio del sufragio y del control que
ejerce sobre lo actuado por el Estado, sino que incluye un conjunto de instituciones, reglas y
procedimientos que permiten el debate y favorecen la convivencia social y política. También es, por ende,384
un estilo de vida basado en el respeto a la dignidad humana, la libertad y los derechos humanos. 579
Como colofón, conviene transcribir la resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU
No. 2002/46 –“Nuevas medidas para promover y consolidar la democracia”, iniciativa
peruana que fue aprobada casi por unanimidad (sin votos en contra, sólo unas pocas
abstenciones). En esta se reafirma que la promoción de todos los derechos humanos, incluido el
derecho al desarrollo y la eliminación de la pobreza extrema, puede contribuir sustancialmente a la
promoción y consolidación de la democracia y que ésta constituye una responsabilidad común y
compartida de los Estados. Asimismo, se subraya que entre los elementos esenciales constitutivos de la
democracia figuran:
578
Ciudad Política-Praxis y Ciencia Política. Op. cit
579
Sensu contrario, el concepto de democracia que se utiliza en esta investigación no tiene relación alguna
con la cuestión de la eficacia y la eficiencia económica, así como tampoco con la existencia necesaria de
economías abiertas. Es un concepto fundamentalmente político.
La política exterior del Fujimorato
580
En suma, “... la democracia resulta ser indispensable para el ejercicio efectivo de las libertades
fundamentales y los derechos humanos, y es lógico que sea así, pues los valores y principios de libertad,
igualdad y justicia social son intrínsecos a esta forma de gobierno” Pérez Sánchez-Cerro, José
Luis.Democracia, gobernabilidad y nuevas formas de financiamiento. Lima. 2004.
581
Schmitter, Philippe C. y Karl, Terry Lynn. ¿Qué es democracia y qué no es democracia? En Grompone.
Romero y otros (comp.) Instituciones políticas y sociedad. Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Lima. 1995.
582
Schmitter, Philippe C. y Karl, Terry Lynn. Op. cit. p. 183.
583
Schmitter, Philippe C. y Karl, Terry Lynn. Op. cit. p. 184 y 185.
Julio Álvarez Sabogal
584
Schmitter, Philippe C. y Karl, Terry Lynn. Op. cit. 185.
585
O’Donnell, Guillermo. ¿Democracias Delegativas? Cuadernos del CLAEH, No. 61, Montevideo, Segunda
Serie, Año 17, 1992/1.
La política exterior del Fujimorato
- El que gana una elección presidencial está autorizado a gobernar el país como le parezca
conveniente;
- Después de la elección se espera que los electores/delegantes retornen a la condición de
espectadores pasivos;
- Son fuertemente mayoritarias e individualistas; y
- Significan para el presidente la ventaja de no tener prácticamente responsabilidad
horizontal.
Sobre el autoritarismo, O’Donnell señala que:586
- El autoritarismo es, primero y ante todo, garante y organizador de la dominación por parte
de la alta burguesía oligopólica y transnacionalizada.
- El dominio coercitivo está a cargo del estamento militar, cuya misión es restaurar el
"orden", aliado a una clase de tecnócratas cuya función es la "normalización de la
economía".
- Es un sistema de exclusión política de un sector popular previamente activo.
- Esta exclusión implica la supresión o de las instituciones de democracia política, entre
estas, los partidos políticos.
- Una concepción organicista, que ve a la nación como una sociedad enferma, contaminada
387
por múltiples enemigos internos.
- Es un sistema de exclusión económica del sector popular.
- Promueve un crecimiento de la transnacionalización de la estructura productiva.
- Por medio de sus instituciones se esfuerza por "despolitizar" las cuestiones sociales.
586
O"Donnell, Guillermo. El Nuevo Autoritarismo En América Latina. Fondo de cultura económica. Ciudad de
México. 1985
Julio Álvarez Sabogal
"Un comportamiento que se aparta de los deberes normales de la función pública debido a
que atiende a lo privado (familia, allegados) o ganancias pecuniarias o de estatus; o quebranta
las reglas en contra del ejercicio de ciertos tipos de influencia que atienden a lo privado. Esto
incluye comportamientos tales como el soborno (el uso de recompensas para pervertir el
juicio de una persona en posición de confianza); el nepotismo (el otorgamiento de patrocinio
por razones de relación atribuida en lugar de méritos); y la malversación de los fondos
públicos para usos privados" (Nye 1967, 966). 587
Gerald E. Caiden 588, por su parte, observa que mientras que los regímenes democráticos:
“... han desarrollado numerosos instrumentos tales como la promoción del interés público y
el servicio a la comunidad, la protección de las libertades civiles y los derechos humanos, el
gobierno representativo y responsable, el imperio de la ley, los organismos autónomos
(judicatura, auditoría, ombudsman, comisiones electorales, contraloría general, etc.) para
asegurar la rendición de cuentas, la actitud abierta e imparcial, la división del poder, la
libre competencia entre rivales, la subordinación de las fuerzas militares y policiales, la
promoción de la cultura cívica, el voluntariado y la participación ciudadana, el debido
proceso de la ley y las prácticas administrativas justas”;
la corrupción:
“... es todo lo contrario. La corrupción en todas sus formas corroe, socava y contradice 388
todos los elementos democráticos. Es la manifestación del ethos antidemocrático, ya que
expresa el egoísmo, el egocentrismo, el particularismo, los privilegios injustos, el
aprovechamiento de las debilidades y de las fallas, la utilización inescrupulosa de los
débiles, los explotables y los indefensos y toda clase de acciones cuestionables. Se trata de
beneficios no merecidos, no equitativos, injustos e inmorales derivados de posiciones de
confianza y de responsabilidad pública que son utilizadas para acciones mezquinas e
innobles, las cuales resultan ofensivas a cualquier noción de salvaguarda pública sobre la
cual se edifica la democracia”.
587
Nye, Joseph. en Caiden, Gerald E. La democracia y la corrupción. Artículo publicado en la revista del CLAD
Reforma y Democracia No. 8. (Mayo 1997), Caracas. 1987
588
Caiden, Gerald E. La democracia y la corrupción. Artículo publicado en la revista del CLAD Reforma y
Democracia No. 8. Caracas. 1987
La política exterior del Fujimorato
589
En relación el impacto de la corrupción en la democracia y desarrollo, Susan Rose-Ackerman ,
catedrática de la Universidad de Yale que investiga la corrupción en las sociedades en vías de
transición a la democracia y a la economía de mercado, señala que:
“La corrupción tiene efectos de orden primario y de orden secundario. Los de orden
primario son la ineficiencia y la ausencia de prácticas leales implícitas en el pago de
sobornos. Entre las ineficiencias se encuentran tanto los efectos de los sobornos en la
asignación de beneficios y costes públicos como los costes transaccionales de otorgar y
recibir pagos ilegales. Los efectos de orden secundario tienen que ver con el destino de los
ingresos por sobornos. La ilegalidad de los pagos puede limitar el modo en que los fondos
son usados y estimular su inversión fuera del país en empresas comerciales ilegales”
Finalmente, Caiden 590 subraya que la corrupción:
- Socava las decisiones políticas, conduce a un uso ineficiente de los recursos y beneficia a
los inescrupulosos a expensas de quienes acatan la ley.
- Implica la pérdida de la autoridad moral, debilita la eficiencia de las operaciones
gubernamentales, aumenta las oportunidades para el delito organizado, estimula los
abusos de fuerza de la policía, agrega cargas al contribuyente y tiene un impacto directo
sobre los pobres.
389
- Es algo que tiene un alto costo directo e indirecto para todos. Implica el desarrollo de
obras públicas que nadie requiere. Sugiere construcciones mal hechas que rápidamente se
tornan obsoletas y deben ser reconstruidas. Es dinero que se usa para financiar contratos
inflados o para reponer ingresos ya sustraídos. Se trata de edificios que son una amenaza
para la salud y seguridad del público.
- Permite la impunidad de los actos delictivos, de manera que la ley la compra el postor más
alto.
- Si no se controla, eventualmente resulta en una "debilidad del Estado" que incluye todo
tipo de indisciplina social, que obstaculiza la efectividad del gobierno y obstruye el
desarrollo nacional. Esto conduce a una sociedad en la cual muy poco funciona como
589
Rose-Ackerman, Susan. Democracia y alta corrupción. Artículo publicado en la dirección web:
http://www.unesco.org/issj/rics149/ackerman149.htm
590
Caiden, Gerald E. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
390
1.5. Ideología neoliberal
El concepto de ideología neoliberal que aquí se utiliza descansa en cuatro hipótesis centrales: 593
i. La libertad del hombre es debida a la protección de la propiedad y al ilimitado
aprovechamiento e igualmente ilimitado intercambio de los bienes producidos;
ii. Las condiciones del mercado son regulares, la economía es gobernada por la ley de Say y, por
ende, los estímulos del mercado inducen la actividad en todos los sectores y esto genera la
demanda que permite sostenerla. Así, la reducción de la intervención del Estado estimula la
eficiencia que redunda en mayor crecimiento.
591
Quin, Robin. Ideología. Edith Cowan University, Australia. Dirección web: http://
www.uned.es/ntedu/espanol/master/primero/modulos/teoria-de-la-representacion/ ideologia.htm. 1988.
592
Quin, Robin. Op. cit. 1988.
593
Pinzón, Felipe y Gaitán Fonseca Carolina. Síntesis del modelo propio. Monografías. Dirección web:
http://www.monografias.com/trabajos12/modprop/modprop.shtml
La política exterior del Fujimorato
iii. El dinero es neutral, ya que la economía tiende por sí sola al pleno empleo y a la utilización
máxima de los factores. Así, la organización institucional óptima es un banco central
autónomo que se orienta a reducir la inflación, proscribe la emisión y solo actúa sobre la tasa
de interés.
iv. El crecimiento económico a largo plazo está determinado por el cambio tecnológico. En
consecuencia, los esfuerzos para estimular el crecimiento deben orientarse a desregular el
sector financiero, y en general todos los mercados, creando condiciones favorables para la
transmisión y difusión de la tecnología mediante la inversión extranjera, las privatizaciones, la
libertad de importaciones y la presencia de multinacionales.
594
“..., corresponden al programa de acción de una autoridad pública o al resultado de la actividad de una
autoridad investida de poder público y de legitimidad gubernamental. Este concepto tuvo un largo
desarrollo en las ciencias políticas y administrativas. Se le cuestiona el rol preponderante del Estado y
excluyente de las autoridades políticas y administrativas”. Lahera Parada, Eugenio. Introducción a las
políticas públicas. Fondo de Cultura Económica (FCE). 2002
595
Lahera Parada, Eugenio. Op. cit
596
Lahera Parada, Eugenio. Op. cit
Julio Álvarez Sabogal
Curso de acción Están referidos a un objetivo público de manera democrática, en tanto las
y flujos de políticas públicas nos otorgan una idea de proceso y resultado y su concepto
información se asocia a la idea de flujo y dinámica. En este orden de ideas, la calidad de
la política pública puede verse afectada por una formulación sin definición
de posibilidades o sin diseño claro, acciones sin declaraciones, declaraciones
sin acción e incumplimiento sin reclamos viables. Por el contrario, se ve
favorecida con un mejor acceso a la información pública.
Actores y Una política pública de calidad debe dar mayores oportunidades para
participantes mejorar los servicios públicos y privilegiar la participación ciudadana y la
transparencia. La función objetivo de las políticas públicas es la
maximización de los bienes públicos, en la cual intervienen diversidad de
agentes y recursos. El sector público, por lo tanto, debe preocuparse por
generar externalidades y masa crítica, a través de la mayor posibilidad de
entrega de información. Esto incrementa la participación y mejora la
regulación, el control y la evaluación.
Orientaciones o Las políticas se plantean en función al uso de recursos y por ello existe una
contenidos, jerarquización de políticas que supone márgenes políticos y financieros de
instrumentos o acción. Esto es, se trata de satisfacer objetivos múltiples con recursos 392
mecanismos y escasos.
definiciones o
modificaciones
institucionales
herramientas que articula Estado y Sociedad, ellas son útiles para estudiar el conjunto de la
política, así como el avance de la discusión de la agenda y los programas. 597
En una sociedad con una tradición democrática arraigada, a los partidos políticos les corresponde
utilizar sus cuadros técnicos para el planteamiento de políticas públicas, mientras que a la
sociedad civil participar en el diseño de las mismas.
Por el contrario, en una sociedad con una tradición democrática débil (como la peruana), las
políticas públicas corren el riesgo de concentrarse en la distribución del poder entre agentes
políticos y sociales generando la tecnocracia o el populismo. 598
597
Lahera Parada, Eugenio. Op. cit
598
Lahera Parada, Eugenio. Op. cit
599
Easton, David en Hazleton, William. Los procesos de decisión y las políticas exteriores, en Manfred
Wilhelmy. (ed.): La formación de la política exterior. Los países desarrollados y América Latina, Grupo Editor
Latinoamericano, Buenos Aires, 15-35. 1987
Julio Álvarez Sabogal
comunidad política y estructuras de autoridad) varían notablemente y tienen una gran capacidad
para modificarla, redefinirla y alterarla a través de un proceso cíclico de continuidad y cambio.
Existe, por lo tanto, una relación de causalidad entre el cambio de régimen político y la política
exterior que, en tanto política pública, deriva de una interrelación compleja entre factores y
constreñimientos políticos internos, externos, formales y materiales en donde ambos y sus
interrelaciones tienen importancia fundamental.
Esta relación causal resulta particularmente obvia cuando se refiere a regímenes de naturaleza
muy diversa como fue el caso chileno, aunque no tanto en el caso peruano dadas las
características originales del régimen político 1990-2000 que reunió formas democrático-liberales
con una esencia autoritaria. En todo caso, más allá de las formas y dado el carácter colectivo de las
decisiones de política exterior, la interrogante que surge es si tales decisiones son resultado de un
proceso social y político que involucra deliberación, negociación, consenso y compromiso
democráticos entre los diversos actores o, por el contrario, responde a un proceso de toma de
decisiones con características autoritarias, centralizadas, rígidas, jerárquicas y clientelistas.
Esto último, además de proporcionarnos claves importantes sobre la esencia democrática o
autoritaria de la política exterior, nos da elementos valiosos para entender la diferencia entre la
política exterior como política de Estado y como política de Gobierno.
394
2.4. Política exterior de Estado y política exterior de gobierno
Las políticas públicas incluyen a las políticas de gobierno y de Estado.
Las políticas de Estado suelen identificarse con las políticas estables a largo plazo que son fruto de
acuerdos políticos. Estas evitan que ciertos aspectos del manejo de gobierno no sean
cuestionados sistemáticamente por las urgencias políticas coyunturales o los intereses electorales.
Estas, sin embargo: 600
- No son un fin en sí mismas, sino que deben entenderse como herramientas de diseño, que
contribuyan al desarrollo integral de la sociedad;
- No se pueden conformar en todas las áreas y en todos los aspectos de la vida pública pero
permiten una convivencia pacífica de los acuerdos estratégicos con los debates y discusiones
en áreas tácticas, de diseño y de implementación de las políticas públicas;
600
Bergara, Mario. Políticas de Estado y de Gobierno. Crónicas. Montevideo. Dirección web:
http://www.cronicas.com.uy/noticia_9846.html. 2004.
La política exterior del Fujimorato
601
Bergara, Mario. Op. cit.
602
Bottinelli A., Oscar. Política exterior e interior. Artículo publicado en el Diario El Observador de
Montevideo, Uruguay, el 28 de abril de 2002.
Julio Álvarez Sabogal
Por este motivo, en política exterior, al igual que en otros ámbitos de la gestión pública:
“... los países desarrollados tienen bien definidos sus lineamientos estratégicos, más allá de
la alternancia de los diversos partidos políticos en el gobierno (Estados Unidos, los países
de Europa Occidental, etc.). También las sociedades que han mostrado saltos cualitativos
lo han hecho a base de acuerdos políticos de largo plazo: Corea, Nueva Zelanda, Singapur,
Irlanda, Chile, etc.” 603
No obstante, también es un hecho que las políticas de Estado coexisten con las políticas de
gobierno y que la gestión pública exterior convive con aspectos institucionales estratégicos y
aspectos tácticos de diseño e implementación de las políticas públicas, como por ejemplo, la
política de endeudamiento externo y la política de comercio exterior. Esto no debe ocurrir, en
cambio, con la política de derechos humanos.
2.5. Política de derechos humanos
El término “política de derechos humanos”, “política sobre derechos humanos” y similares se
entiende como el cumplimiento, por parte del Estado peruano, de las obligaciones contenidas en
los acuerdos internacionales sobre derechos humanos, fundamentalmente:
- El deber de garantizar los derechos protegidos: La obligación fundamental de cada Estado
Parte en un tratado multilateral de protección de los derechos humanos es la de respetar
los derechos y libertades consagrados en él y garantizar su libre y pleno ejercicio a toda 396
persona sujeta a su jurisdicción;
- El deber de investigar e informar: el Estado debe identificar todas las fuentes posibles de
información sobre estos hechos y luego, como un primer paso, poner a disposición de los
familiares de las víctimas, la información que obra en expedientes, archivos oficiales o
dossiers que contengan, por ejemplo, listados de víctimas o agentes del Estado que hayan
participado en estos hechos y que permitan su pleno esclarecimiento 604 ; y
- El deber de sancionar a los autores y garantizar a las víctimas una reparación adecuada.
603
Bergara, Mario. Op. cit
604
Abregú, Martín, representante de CEJIL en Argentina, y Fernández Blanco, Carolina, abogada de
CEJIL/Sur, Dictamen sobre la obligación del estado argentino de cumplir los acuerdos internacionales de
derechos humanos, especialmente sobre la incompatibilidad de estos acuerdos con las leyes de "Obediencia
Debida" y "Punto Final". Dictamen del CEJIL, Buenos Aires, 22/12/1995.- Dirección web:
http://www.derechos.org/ddhh/cejil/acuerdo.html
La política exterior del Fujimorato
La política de derechos humanos, por lo tanto, debe ser una política de Estado. En otras palabras,
el respeto a los derechos humanos no puede condicionarse a las prioridades de cada gobierno y
los postulados que enarbolan el relativismo cultural radical y niegan la existencia de elementos
comunes y universales en la actual civilización humana, con lo que también rechazan los derechos
humanos mismos:
“Por el contrario, un relativismo cultural, normal, racional, equilibrado y moderno, basado
en la comprobación de la realidad de la existencia de particularidades y diversidades
históricas, religiosas y tradicionales, regionales y nacionales (es decir de diversidades
culturales en lo que se refiere a los derechos humanos, pero que al mismo tiempo se
integre con los elementos de universalidad y comunidad que necesariamente apareja el
reconocimiento de derechos y libertades a todos los seres humanos, sin exclusiones ni
discriminaciones) se halla en la base del necesario y justo balance de universalidad,
diversidad, homogeneidad y diferencia, que debe estar en el fundamento, equitativo y
realista, del reconocimiento, la promoción y la protección internacional de los derechos del
ser humano” 605
2.6. Agenda de política exterior
Nos referiremos como Agenda a los intereses, objetivos y estrategias de política exterior:
397
“... susceptibles de ser identificados y jerarquizados (Tomassini, 1989: 174). Los intereses se
refieren a los valores, materiales o inmateriales, que se trata de promover por medio de los
procesos políticos de la política exterior. En este sentido el concepto de objetivo está
contenido en el de interés. El objetivo o meta, por tanto, se refiere al fin inmediato,
mientras que el interés es el fin mediato que guía la selección de aquél (Wilhelmy, 1991:
179). Las estrategias son el conjunto de objetivos o metas e instrumentos seleccionados
entre un rango de posibilidades para promover determinados intereses o hacer frente a
determinados problemas -o amenazas- provenientes del exterior. La selección de estas
605
Gross Spiell, Héctor. Universalidad de los derechos humanos y diversidades culturales. United Nations
Educational, Scientifical and Cultural Organization. Dirección web:
http://www.unesco.org/issj/rics158/grosespiellspa.html
Julio Álvarez Sabogal
606
Lasagna, Marcelo. Cambio institucional y política exterior: un modelo explicativo. Revista CIDOB D'afers
Internacionals Nro. 32. Barcelona. Centro de investigación, docencia, documentación y divulgación de
Relaciones Internacionales y Desarrollo. 1996. Dirección web:
http://www.cidob.org/castellano/publicaciones/Afers/32lasagna.cfm. Consulta: 7 de febrero de 2005.
607
Brodsky, Patricio A. El uso político del eufemismo en la jerga política nazi: de la exclusión de la lengua al
exterminio de los sujetos. Dirección web: http://www.gratisweb.com/patriciobrodsky/08.htm
608
Lomba. Citado en Brodsky, Patricio A. (Sin fecha) El uso político del eufemismo en la jerga política nazi: de
la exclusión de la lengua al exterminio de los sujetos. Dirección web:
http://www.gratisweb.com/patriciobrodsky/08.htm
La política exterior del Fujimorato
igual manera, los usos que se le asignan al discurso demagógico varían a partir de esas
mismas circunstancias”. 609
El término discurso oficial se entenderá entonces como una política cuyo fin es convencer y crear
significados en un auditorio deseoso de justificaciones y, al mismo tiempo, agregar metas y
valores:
”... todo dentro de un esquema cerrado que recicla la discusión dentro de un circuito
valorativo mientras deja de lado toda posibilidad de estudiar los intereses concretos que
encadenan discurso con política definiendo por un lado qué debe hacerse y por otro lado
cómo debe presentarse a la opinión pública.” 610
Para los fines de este estudio, se han elegido como discursos, tanto los comunicados y las notas de
prensa emitidas por la Cancillería peruana en la década de los 90, como los diferentes
disertaciones, conferencias, palabras, exposiciones, charlas, artículos, argumentaciones,
declaraciones e inclusive gestiones personales de las autoridades que estuvieron en los niveles
más altos de las estructuras jerárquicas de autoridad (formales e informales): el ex presidente
Alberto Fujimori, los ex cancilleres y algunos ex vicencancilleres y ex embajadores políticos.
Esta lista incluye todo documento que contenga un discurso político que contenga una toma de
posición del gobierno fujimorista frente al cumplimiento de las obligaciones internacionales del
399
Estado peruano en materia de derechos humanos.
En suma, se explora los usos más recurrentes e importantes que se le dieron al discurso oficial de
política exterior peruana sobre derechos humanos y democracia en los 90, ubicándolo en el
escenario político doméstico, la cultura organizacional de la diplomacia profesional y las crisis y
dificultades que debió enfrentar el gobierno de Alberto Fujimori para lograr credibilidad y
legitimidad interna y externa.
609
Crespo, José Antonio. Los usos del discurso oficial en México. Estudios. Filosofía-Historia-Letras.
Hemeroteca Virtual ANUIES: http://www.hemerodigital.unam.mx/ANUIES. Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior:
http://www.anuies.mx. 1988
610
Emmerich, Norberto. Política exterior de Estados Unidos. Revista Iniciativa Socialista Dirección web:
http://www.inisoc.org/norbeu.htm. 2001
Julio Álvarez Sabogal
Entendemos como hecho político (de política exterior) a toda acción o conjunto sucesivo o
simultáneo de acciones de un gobierno que tienen consecuencias en la política exterior de un país.
También son hechos políticos las reacciones de otros actores involucrados que, igualmente, tienen
implicancias en la política exterior de un Estado. Dichas acciones y reacciones pueden ser
corresponder al ámbito de, valga la redundancia, la “acción exterior” de un país o al de la “acción
interna”.
La naturaleza de las relaciones que emergen de las obligaciones internacionales de un Estado en
materia de derechos humanos y democracia nos conducen a adoptar dicha definición, en la
medida de que el cumplimiento cabal de dichos compromisos se lleva a cabo, principalmente, en
el escenario político doméstico a través de “acciones internas” que tienen consecuencias políticas
y jurídicas que sobrepasan la tradicional división entre política interna y externa.
401
2.11. Estilo diplomático
El término “estilo diplomático”:
“... se refiere a la forma de la conducción de la política exterior (...) el modo específico en que
estos factores se entrelazan y la forma en que son impulsados por los responsables de la
política exterior constituye el estilo diplomático de un país. Los actores políticos en que se basa
el modelo interno dominante del régimen juegan un papel trascendental en la configuración
del estilo diplomático de un Estado. Éste, por un lado, está condicionado por aspectos del
régimen y, por otro, tiende a conservar una cierta tradición. Precisamente, en el estilo de
diplomacia se aprecia con claridad el dualismo entre continuidad y cambio que caracteriza a la
política exterior” 611
611
Lasagna, Marcelo. Op. cit.
Julio Álvarez Sabogal
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Julio Álvarez Sabogal
EL AUTOR
Álvarez Sabogal, Julio (1963-). Nació en Lima, Perú. Pasó los primeros dieciséis años de su vida en
Chimbote, Ancash. Abogado (Universidad de San Martín de Porres), Licenciado en Relaciones
Internacionales y Diplomático de carrera (Academia Diplomática del Perú) y Magíster en Ciencia
Política por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Consejero en el Servicio
Diplomático de la República del Perú. Ha escrito diversas monografías, ensayos y artículos sobre
política exterior, algunos de los cuales han sido publicados en la Revista Política Internacional de la
Academia Diplomática del Perú y revistas online de diversos países. Es editor-coautor del libro “Los
paradigmas de la función consular”. Ha trabajado en las embajadas peruanas en Bolivia e India. Ha
sido Coordinador de la Dirección General de Asuntos Jurídicos, Jefe de la Carpeta China e India en
el Ministerio de Relaciones Exteriores y Subdirector de Planes y Programas de la Academia
Diplomática del Perú. En la actualidad, se desempeña como Cónsul General Adscrito del Consulado
General del Perú en Atlanta.
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