Está en la página 1de 1

Josu Vzquez Saldaa 1A

Anatoma de un paisaje

Hundido en una contemporaneidad que abruma con un bombardeo visual que no pretende discriminar informacin, el cuerpo se convierte en el urinario de nuestras miradas, baando su totalidad de ideas estereotipadas y convenciones vulgares carentes de contenido, exhibiendo una moral bizarra y generando miedo al mal gusto, miedo a lo inmoral, miedo a las imperfecciones pero exponindolas. En este mirar apabullante, el objeto que ahora somos pierde sentido en su totalidad, sin generar emociones por lo que vemos, sino deponiendo nuestra mirada sobre l, evocando nuestras fantasas o sexualidad otrora, convirtindose en un accesorio que consumimos sin aproximarnos, sin analizarlo, sin vestirlo ni desnudarlo, sin tocar. Propongo una serie de detalles que construyen la anatoma de un paisaje. No pretendo generar paisajes a partir del cuerpo humano, sino hacer un viaje sobre los detalles del paisaje contundente que es el cuerpo en s. Dejar en la piel nuestra mirada, no como desechndola, sino calmando eventualmente nuestro apetito visual y seduciendo las emociones que nos dejen reconocer desde su mnima imperfeccin hasta la venturosa plenitud de nuestra generosa sexualidad. El cuerpo puede ser objeto de consumo y herramienta de persuasin, pero podemos dignificarle, viendo entre sus poros y arrugas, la ortografa que construye el discurso inserto en la anatoma de un paisaje.

También podría gustarte