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PARABOLA DEL BUEN SAMARITANO

Un maestro de la Ley, que quera ponerlo a prueba, se levant y le dijo: Maestro, qu debo hacer para conseguir la vida eterna? Jess le dijo: Qu est escrito en la Escritura? Qu lees en ella? 27 El hombre contest: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amars a tu prjimo como a ti mismo. 28 Jess le dijo: Excelente respuesta! Haz eso y vivirs. 29 El otro, que quera justificar su pregunta, replic: Y quin es mi prjimo? 30 Jess empez a decir: Bajaba un hombre por el camino de Jerusaln a Jeric y cay en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejndolo medio muerto. 31 Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vio, dio un rodeo y sigui. 32 Lo mismo hizo un levita que lleg a ese lugar: lo vio, dio un rodeo y pas de largo. Un samaritano tambin pas por aquel camino y lo vio, pero ste se compadeci de l. Se acerc, cur sus heridas con aceite y vino y se las vend; despus lo mont sobre el animal que traa, lo condujo a una posada y se encarg de cuidarlo. 35 Al da siguiente sac dos monedas y se las dio al posadero dicindole: Cudalo, y si gastas ms, yo te lo pagar a mi vuelta. 36 Jess entonces le pregunt: Segn tu parecer, cul de estos tres se hizo el prjimo del hombre que cay en manos de los salteadores? El maestro de la Ley contest: El que se mostr compasivo con l. Y Jess le dijo: Vete y haz t lo mismo.

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