Bien dicen por ah que somos polvo de estrellas.

Esto alude a nuestra configuracin csmica y a nuestra pertenencia a un todo ms grande. Algo de cierto debe tener cuando contemplamos nuestra vida humana como un paso en realidad corto por la aventura de ser humanos. Lo enriquecedor de esta visin es que dejamos de observar el rbol para ver el bosque. Si nos podemos ubicar dentro de una inteligencia suprema entonces nos sentimos parte de ella y nuestra existencia, que a veces consideramos hueca, sin sentido o sin amor, se convierte en pieza fundamental de un mecanismo que por alguna razn consider que ramos suficientemente valiosos para estar aqu. Cuando abordamos esta visin tambin es posible que abramos el canal de la compasin en nuestro corazn, pues si esta inteligencia suprema o divinidad cre a quienes tenemos al lado, enfrente, alrededor y a este mundo lleno de maravillas, qu es nuestra perspectiva tan pequea para juzgar y encerrarnos en una bveda donde no podemos amar sin condiciones? Comparado con la expansin que otorga el contemplarnos como parte de un mismo ser, esto es un desperdicio de nuestra preciosa vida con sus preciosos momentos. Por qu no entregarnos completamente a la vida vivida desde el amor de esta visin? Pues adems, paralelamente a sabernos parte de un todo ms grande, nos recuerda que nuestra autoimportancia sale sobrando, y por mucho. Imaginemos que un grano de arena se sintiera ms importante que los otros, y que por eso quisiera un lugar especial y aislado, no sera en lo ms mnimo parte de una majestuosa playa! Pero sin cada uno, sta no podra ser. As somos todos en este vasto ocano de posibilidades infinitas a travs de cada uno de los seres de esta Tierra. Sin unos no seramos los otros y viceversa. Somos tan pequeos como polvo de estrellas pero tan magnificentes como la existencia. Somos como un grano de arena pero tan gigantes como para haber sido dotados de la oportunidad de dejar una inconfundible huella con la tinta de nuestro amor en los corazones de los dems.