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TRABAJO EN EQUIPO O TRABAJO INDIVIDAL

Equipo o grupo de trabajo

Formar un equipo no es tan sencillo como puede parecer. Lo que tiene


todo el aspecto de un equipo es posible que no sea más que un grupo de
trabajo. ¿Dónde está la diferencia? Un grupo de trabajo produce la suma
de los resultados de cada uno de sus miembros, mientras que un equipo,
si se forma de manera adecuada y si se encuentra una colaboración en
las tareas, obtiene un resultado mayor que la suma de los obtenidos
por cada uno de sus componentes.

Los equipos son capaces de conseguir excelentes resultados, pero en la


práctica las oportunidades de crearlos y sacarles partido se
desaprovechan. Uno de los motivos lo constituye el hecho de que a
muchas personas se las educa para que aspiren a obtener resultados
individuales. Por ejemplo, en el colegio las notas son individuales y
muchos no se encuentran a gusto si se les evalúa en equipo. Otra razón
es que hay un gran número de personas cuyas experiencias de trabajo
en equipo han sido insatisfactorias. Es posible que no hayan trabajado en
un equipo más que por ser parte de él, lo cual supone en definitiva una
pérdida de tiempo. Tampoco resulta satisfactorio el “trabajo en grupo” en
el que un individuo es el que manda.

Reunir a un grupo de personas no es suficiente para formar un buen


equipo. Es necesario que se cree de un modo apropiado y que se
encuentre la manera de trabajar conjuntamente si es que se desea
aumentar las posibilidades de éxito al poner en marcha la compañía.

Características de un equipo de dirección eficiente

- Aptitudes y valores complementarios


- Una visión compartida, deseo de conseguir un
objetivo común
- Como mínimo tres personas y, en contadas
ocasiones, más de seis
- Flexibilidad en el enfoque de los problemas
- Actuación unida de sus componentes,
especialmente en las situaciones difíciles
- Entereza frente a las adversidades, con
modificaciones y eliminación de obstáculos en el
segundo o tercer intento
A la hora de formar equipos deberemos de buscar la complementariedad.
Para evaluar a los posibles componentes elaboraremos una matriz y
situaremos en uno de los ejes las tareas que deberán llevarse a cabo, y
las aptitudes con las que se cuenta, en el otro (véase el cuadro). Esto no
sólo nos permitirá sacar el máximo partido de todos los talentos de los
que disponemos, sino que además nos servirá para descubrir cualquier
carencia. Hay que ser franco cuando realicemos esta valoración: admitir
que hay deficiencias no es algo de lo que haya que avergonzarse, sino
que supone un paso constructivo hacia el equipo ideal.

Nosotros definimos equipo como: “conjunto de tres o más personas, con


objetivos en común, roles definidos y una historia (entendida como la
sumatoria de tiempo, lugar y vínculos compartidos) que los identifica”.
Estas definiciones nos llevan a pensar en los grupos como
construcciones socio-históricas-culturales.

Vamos a analizar cada una de las partes de estas definiciones para poder
entenderla mejor:

• Conformación: un grupo comienza a formarse cuandose juntan tres


personas o más. Cuando se reúnen solo dos, el tipo de relaciones, de
vínculos que se establecen entre ellas es completamente diferente. En
este caso se puede hablar de dúos, o de parejas. Se necesitan más
integrantes para que puedan aparecer otro tipo de relaciones, conflictos y
de roles. Tampoco puede ser un número muy elevado de personas
(recuerde el término “conjunto restringido”) ya que de ser así no puede
haber un conocimiento real del otro, organización y la posibilidad de
establecer vínculos con todos los integrantes del grupo.

• Historia: aquí hablamos de la sumatoria de tiempo, lugar y vínculos,


lo cual exige también el compartir un mismo espacio. Para que un grupo
se construya, es necesario que sus miembros se encuentren en un
mismo tiempo y en un mismo lugar. Es la única manera de conocerse,
vincularse, establecer relaciones, determinar roles, cumplir objetivos,
trabajar los conflictos, cambiar, crecer, etc.
No es, ni da, lo mismo pertenecer a este o a otro determinado. La
historia es quien los diferencia entre sí y permite que sean lo que son.
Nos da a las personas el sentimiento de pertenencia, que es aquel que
nos aporta seguridad, y el sentimiento de que hay otras personas con las
que puedo compartir, discrepar y crecer.

• Objetivos en común: este es un punto fundamental en la


construcción y desarrollo de un grupo. Un grupo que no tiene objetivos
claros está condenado a la desaparición.
El objetivo es aquel que le da un sentido, lo mantiene unido, le da una
tarea, algo que es fundamental para sus miembros cumplir. Este objetivo
puede ser explícito o implícito. Puede estar determinado por una tarea
específica (la realización de un trabajo, hacer un curso de capacitación,
etc.) o ser un objetivo no tan específico, como por ejemplo en el caso de
un grupo de amigos, donde su gran objetivo es conservar la amistad y lo
hacen a través del cumplimiento de pequeños objetivos o metas.
Como el objetivo surge de acuerdo a las necesidades del grupo en
formación y se establece a través del desarrollo del mismo, cuando un
objetivo se cumple puede ser reemplazado por uno nuevo y el grupo así
continuar creciendo y desarrollándose desde otros aspectos. Si esto no
sucede y el grupo ya no tiene objetivos claros porque terminó su tarea y
no puede encontrar nuevos espacios y proyectos, el mismo llegará a su
disolución.

• Roles: un rol es el “papel” que jugamos dentro de un grupo. Es un


modelo de conducta que nos ubica, nos vincula de determinada manera
con los demás de acuerdo a las expectativas propias y ajenas.
Marcan la manera en la que vamos a interactuar en este grupo
determinado, la manera de relacionarnos.
Cuando los grupos comienzan a funcionar, cada integrante del mismo va
a desempeñar un rol, estructurándose así un sistema de roles. Estos
roles son los que favorecen y permiten alcanzar los objetivos. Hay dos
tipos de roles: los impuestos (no son elegidos por los integrantes del
grupo y preceden a la aparición del mismo; tienen status social, como
por ejemplo un líder, un maestro, etc.) y los naturales (son los que
están determinados por la personalidad de cada uno y las necesidades
del grupo).
Para que un grupo funcione como tal le tengo que poder aportar mi
propia imagen, personalidad, creencias, ideología, no dejar de ser yo.
Pero a la vez, el grupo también me aporta sus propias creencias,
ideologías, imagen y personalidad. De esta manera, ambas partes,
persona y grupo, se retroalimentan y, en el mejor de los casos, sin
perder cada uno su propio espacio y personalidad. Es importante que
esto suceda para que ambos puedan crecer.
El grupo es donde se muestra el itinerario afectivo de las personas, ya
que primero se ingresa a un grupo, nos vinculamos, crecemos y cuando
nos sentimos y somos parte del mismo surgen los itinerarios participativo
(no puedo participar en ningún lugar del cual no me sienta parte) y luego
el formativo.

Etapas en el Desarrollo de un Grupo

Por todo lo dicho anteriormente, es que ahora podemos decir que, como
refiere Schutz en “los puercoespines de Shopenhauer”, hay tres
momentos fundamentales en el desarrollo de un grupo: inclusión,
control y afecto. La inclusión está relacionada con la pertenencia al
grupo. El control tiene que ver con el manejo del poder. Y el afecto es
aquel que pone en juego las distancias afectivas, en relación a estar
cerca o lejos de. Las personas, en un primer momento, deciden si desean
estar en el grupo o no, luego van a descubrir qué lugar de influencia van
a ocupar (rol) y, finalmente, decidir cómo va a ser su grado de
compromiso afectivo.

Fase de inclusión: veo si mi lugar está dentro o fuera del grupo. ¿Me
prestan atención? ¿Soy ignorado? ¿Cuánto puedo dar a este grupo? ¿Soy
importante aquí? ¿Se darán cuenta de quién soy? ¿Podré ser yo? ¿Qué
podré hacer aquí? ¿Hasta dónde me dejarán hacer? ¿Seré identificable
entre todos? ¿Quién piensa como yo? ¿Con quién puedo estar? Todas
estas preguntas y muchas más surgen en este primer momento en el
cual la persona, de acuerdo a cómo se sienta y al lugar que se va
pudiendo abrir y de la manera en que encuentra la respuesta a estos
interrogantes determinará si se queda o no en este grupo aún en
formación.
Este es el momento en que se ve quién piensa como yo, quién es
diferente y desde dónde, cómo es cada uno en relación a los otros. El
permitir este intercambio “superfluo” es fundamental, es una función en
sí misma. Los grupos a los cuales este tiempo no les es permitido, van a
recurrir a otras maneras de hacerlo; ya que la información que cada una
de las personas recauda así es imprescindible para saber cómo se va a
mover dentro del grupo. Al finalizar esta etapa aparece el sentimiento de
estar todos juntos en un grupo.
Fase de control: esta es una segunda etapa en la cual ya decidí que
quiero pertenecer a este grupo pero ahora viene un momento
sumamente complejo en el cual el coordinador tiene que estar muy
atento y acompañando la situación. Ahora surge el tema del control, y
cuando decimos control nos estamos refiriendo a estos tres aspectos:

• La toma de decisiones
• El compartir responsabilidades
• La distribución del poder

Aquí surge la competencia y la conducta típica del grupo es la lucha por


el liderazgo (nos referimos a los líderes naturales que hay dentro de un
grupo). La ansiedad que se pone en juego en cada uno está relacionada
con qué nivel de influencia y de responsabilidad va a tener en relación a
los otros.
No significa que todos los integrantes del grupo quieran ser líderes, sino
que cada uno va a buscar el nivel de poder y dependencia que lo haga
sentir cómodo con el lugar que quiere y pueda tener. Es el momento en
el cual se establecen los roles grupales.

Fase del afecto: una vez que se determinaron los lugares de cada uno
en el grupo, aparece cierta calma y entonces ahora las personas se
centran en el afecto. Hay una sensación de bienestar general, un sentir
positivo. Hay cierta idealización del grupo.
También hay hostilidad pero es dirigida a cierta persona en particular, no
al grupo. Además surgen los celos. La ansiedad que aparece en este
momento está relacionada con no gustar a los demás, el no sentirse
cerca de los otros, en no impactar lo suficiente.
Lo complejo de los grupos reside en que las personas puedan recibir y
cambiar pero sin perder su individualidad.

Etapas del Proceso Grupal

Hasta aquí hablamos de las etapas que atraviesan las personas dentro de
un grupo. Ahora es el momento de trabajar las etapas que recorre un
grupo en sí mismo para poder llegar a conformarse en este grupo.
El grupo, al igual que cada uno de nosotros, atraviesa un proceso de
crecimiento y maduración para poder convertirse en un verdadero
grupo, en un equipo y no en un mero conjunto de personas. Para su
construcción se pasa de un estado de idealización total y el surgimiento
de los conflictos (crisis), hasta llegar al equilibrio, en donde los conflictos
se convierten en una especie de fuerza creadora, impulsan la tarea y el
crecimiento grupal. Los procesos interiores pueden ser atendidos y los
procesos exteriores pueden ser regulados y asimilados. Se puede decir
que a partir de este momento el grupo es “adulto”, continuando la
comparación con el ser humano.
Antes de describir las etapas hay un pequeño punto que aclarar. Aunque
por costumbre todos llamamos grupo a un conjunto de tres o más
personas que están juntos en un determinado momento o situación, es
importante saber que en ese momento no son un grupo, son solo un
conjunto de personas. Para que realmente se los pueda llamar grupo
sus integrantes deben construir su historia y objetivos cumpliendo y
viviendo las etapas que vamos a desarrollar a continuación.

Las cuatro etapas del proceso de desarrollo grupal

1) Etapa de autocentralización: hay un primer momento en el cual los


miembros se sienten inseguros, no hay un objetivo del todo claro, cada
uno duda de compartir sus actividades, criterios, creencias. Hay temor de
arriesgarse, desconfianza. Cada uno, durante esta etapa, evalúa y piensa
permanentemente si es necesario, si vale la pena formar parte,
integrarse a este grupo. No hay que olvidarse que el desconocimiento del
otro es total. Hay temor a mostrar las ideas propias y también a que el
grupo me imponga las suyas, me fagocite y así perder la propia
identidad.

2) Etapa de frustración y conflicto: en este momento por lo general


aún no se ha determinado la autoridad de este grupo en particular (el
líder natural, del cual hablaremos más adelante cuando expliquemos los
roles). Puede llegar a haber conflictos entre miembros que quieran
ocupar este lugar y que expresan diferentes expectativas y necesidades
de este grupo en formación. Es muy importante trabajar estos conflictos
rápidamente y resolverlos para que todos los miembros del grupo puedan
sentirse más seguros y comenzar así el desarrollo grupal. Si los conflictos
y el desconocimiento de los demás miembros del grupo perduran, se
dificulta coordinar los mecanismos de acción adecuados, lo que provoca
que se desvíen o se pierdan los objetivos que en un primer momento
acercaron a las personas a este grupo y los comenzaron a unir.

3) Etapa de consolidación y armonía (idealización): los miembros


del grupo ya se conocen entre sí y están trabajando juntos, lo cual
favorece aún más la integración. Se promueve el diálogo, el intercambio,
lo que permite que el grupo llegue a un acuerdo en cuanto a su propio
comportamiento. Se establecen las reglas, se organiza el trabajo. Aquí
aparecen los roles ya delimitados anteriormente.
Están quienes proponen acciones concretas y quiénes proponen métodos
de reflexión. El grupo ya está naciendo.
4) Etapa de autoafirmación individual y grupal: va a pasar bastante
tiempo antes de que los miembros del grupo se vuelvan objetivos y
autocríticos. El acento está ahora puesto en la solución de los problemas
y en la regulación de los procesos grupales. Esta es una etapa de
evaluaciones, ya sea tanto del trabajo a realizar, como del
comportamiento del grupo (en general y el de cada persona en
particular). Esta es la etapa que Pichón Rivière llama grupo operativo.
Es el momento en que el grupo puede centrarse en la tarea a realizar. No
se juzgan las personas sino cómo fue realizada la tarea.

Para que un grupo pueda llegar a construirse como tal y atravesar estas
etapas es muy importante que el coordinador establezca un clima, una
atmósfera libre de amenazas, en la cual los integrantes puedan sentirse
libres de manifestar sus opiniones ya sean respecto de la tarea como de
su sentir en el grupo. Así, cada miembro irá encontrando el espacio y el
momento para explorar sus propios sentimientos y deseos y realizar los
cambios personales necesarios para que éste grupo continúe (adaptación
al grupo), como así también aportará de sí y le dará su propia impronta
para que éste crezca.

Algo muy importante a tener en cuenta es que en los grupos hay


permanentes crisis. Las hay más pequeñas y mayores, pero a todas hay
que darles su espacio y trabajarlas para poder resolverlas y que así el
grupo pueda continuar. La primera gran crisis es la que surge en la etapa
dos y en la cual si ésta no se resuelve el grupo llega a su fin. Las crisis
más pequeñas no necesariamente conducen hacia el final del grupo, pero
si no se les da el espacio para que aparezcan, hablarlas y resolverlas, la
sumatoria de estas pequeñas crisis sí desembocará en el final del grupo
porque se generará un malestar permanente entre los miembros del
mismo; que se centrarán en esta dificultad emocional, más que poder
focalizarse en la tarea que los une, llegando a molestarse, fastidiarse y
querer irse.

Los roles grupales

Ya hablamos acerca de lo que es un grupo y de las etapas que atraviesan


las personas y los grupos para llegar a conformarse como tales. Ahora
vamos a trabajar los roles que aparecen dentro de ellos y la importancia
dentro del grupo.
Ahora, ¿qué es un rol?, un rol es “la conducta que va a tener la persona
de acuerdo a la posición que ocupa en el grupo, a las expectativas,
posibilidades y necesidades propias y de los otros”. O sea que el rol es el
papel que toda persona va a jugar en un determinado espacio grupal.
Los roles no son lugares impuestos (como lo puede ser el profesor que da
una clase), sino que son lugares asumidos por uno (de acuerdo a mis
necesidades y personalidad) y también son adjudicados (de acuerdo al
lugar que el grupo le da en función de sus propias necesidades y
posibilidades). Si alguna de estos dos procesos no se da, entonces ese
rol no lo tomará esa persona sino otra, o no se definirá.

Cuando el grupo comienza a funcionar, a medida que las personas se van


conociendo, cada una de ellas comienza a ocupar un determinado rol,
generándose así un sistema de roles. Cada uno puede jugar varios
roles en función de las necesidades del equipo y, también, en función de
la evolución de los individuos. Cada miembro del equipo tiene unos roles
que le resultan más familiares (por sus características personales y por la
experiencia anterior). A éstos se les llama “roles naturales”. Pero también
tiene la posibilidad de aprender a asumir otros roles. Aquí radica la ayuda
que ofrece el equipo a los individuos para ir progresando en el desarrollo
de sus habilidades. Normalmente, toda persona tiene algunos límites en
el aprendizaje de los roles y tiene descartados algunos comportamientos.
A éstos se les llama “roles evitados”.

Una persona no puede asumir un rol sin el reconocimiento del equipo


porque, finalmente, el reconocimiento del equipo es el que da al individuo
la satisfacción de ser útil en el equipo para unas determinadas funciones.
Se pueden comparar con la división del trabajo en la sociedad. Los roles
determinan formas de relacionarnos con los otros miembros del grupo.
Existen varias clasificaciones dependiendo del punto desde donde se
mire. Una clasificación básica de los tipos de roles que hay en un grupo
sería la siguiente:

Líder: es aquel que “conduce” al grupo, lo estimula y alienta, colabora


para que se pueda cumplir la tarea. Ayuda al grupo a crecer. Los demás
integrantes le adjudican el rol y lo siguen, tienen confianza en él.

Chivo expiatorio: es aquel que se presenta como el que carga con


todas las frustraciones del grupo. “Expía” las culpas grupales. Las
personas que ocupan este rol actúan como aquellas que no pueden
realizar la tarea, que el grupo rechaza. Es el “tonto” del grupo. Que
alguna persona ocupe este rol no significa que la persona sea realmente
así. Lo que sucede es que en un grupo (especialmente cuando aún no
está maduro y no puede hacerse cargo de las cosas que aún no logra) se
necesita de alguien que sea el responsable de aquellas cosas que no se
pueden alcanzar o satisfacer. Es fundamental que el coordinador
reconozca a quien ocupa este lugar y ayude a moverlo de allí devolviendo
a su vez las dificultades al grupo para poder hablarlas, trabajarlas y
resolverlas.

Boicoteador: como su nombre lo indica, es aquel que “boicotea” el


trabajo y crecimiento grupal. También es llamado líder negativo. Su
conducta es la de alguien que, ya sea manifiesta o solapadamente,
perturba la comunicación entre los integrantes del grupo y hacia el
coordinador. Se niega a realizar determinadas acciones que el grupo
precisa, no aporta ideas, etc. No favorece el crecimiento grupal. Puede o
no, de acuerdo a la personalidad que tenga, ser sumamente aceptado
por los integrantes del grupo o que en parte sea ignorado o rechazado.
Aquí también es importante que el coordinador reconozca lo más pronto
posible a quien ocupe este rol para moverlo de allí y poder ayudarlo a
ocupar otro lugar en el cual pueda ser aceptado, y a la vez favorecer el
crecimiento grupal.

Portavoz: es aquella persona que, sin ser líder ni tener desde la actitud
un papel sobresaliente en el grupo, manifiesta el malestar grupal. Es
aquel que dice, directa o indirectamente, lo que le ocurre al grupo. Hay
quienes lo hacen frente a todos (en una evaluación por ejemplo) o
quienes lo hacen a través de comentarios. No lo hace con el fin de
boicotear, simplemente “cuenta” lo que ve, “muestra” el malestar grupal.
El coordinador, al reconocer quien ocupa este rol, puede descubrir y
analizar así al grupo para ayudarlo en el proceso de maduración y el
cumplimiento de la tarea.

Los roles en un grupo son importantes porque, como dijimos


anteriormente, son los que determinan quiénes y cómo llevarán a cabo la
tarea. Es esencial que el coordinador favorezca desde el comienzo la
construcción del sistema de roles para ayudar a que el grupo se consolide
y pueda realizar la tarea.
Este es el primer paso, pero luego tendrá que identificar rápidamente a
quiénes ocupan los roles y ayudar a que los mismos vayan rotando para
que no se estereotipen, favoreciendo así el desarrollo de los miembros
del grupo en particular y el crecimiento grupal en general.
Los roles son muy marcados especialmente cuando el grupo se está
formando, ya que ayudan a ubicarse, a organizarse, a darle forma a esta
nueva estructura.

En un grupo maduro, los roles tienden a desdibujarse un poco y rotan


más seguido ya que los miembros tienden a focalizarse más en la tarea
que en el vínculo con los demás, porque este ya está asegurado.
Antes de terminar con este tema, hay que hacer otra pequeña diferencia
más. Hay que establecer las diferencias entre rol, función y equipo de
trabajo.
Ya hablamos acerca de que el rol es el papel que ocupa la persona en un
grupo y que tiene que ver con lo emocional, está relacionado con la
personalidad de ese miembro del grupo.
Una función es aquella que alguien va a cumplir, es impuesta.
Generalmente está determinada por el grupo en relación a la
organización y al cumplimiento de determinado objetivo / proyecto /
tarea dentro de una institución.
Para cumplirla se necesita además cierta preparación que me capacite
para poder llevar a cabo esta determinada función. O sea que una
función delimita un perfil requerido.

El equipo de trabajo se organiza en función de un proyecto concreto


(que tiene objetivos y tareas específicas para llevarse a cabo en un
período de tiempo limitado) y se materializa en la distribución de
funciones. Se establece quién va a realizar cada cosa y esa función es
momentánea, se termina cuando el trabajo a realizar está terminado.
Juntarse para conformar un equipo de trabajo no tiene que ver con lo
emocional sino con el objetivo de llevar adelante una tarea específica.

Una buena distribución de los roles en el equipo favorece:


· La conciencia de complementariedad entre los miembros del
equipo.
· La superación de las rivalidades internas en el equipo.
· La participación de todos los miembros en la formación de un
equipo competitivo.
· El desarrollo de las habilidades de las personas.
· La motivación de los miembros del equipo.

Un modelo más completo de tipos de roles es el de Belbin. Los roles de


Belbin distingue tres tipos de roles de equipo:

- ROLES MENTALES: CEREBRO, MONITOR-EVALUADOR y ESPECIALISTA.


- ROLES SOCIALES: INVESTIGADOR DE RECURSOS, COORDINADOR y
COHESIONADOR.
- ROLES DE ACCIÓN: IMPULSOR, IMPLEMENTADOR y FINALIZADOR.

Para comprender los roles de Belbin es necesario situarlos en un plano


donde se representen las dimensiones del grado de orientación de las
personas hacia el desempeño de tareas (roles de acción), hacia el mundo
de las ideas (roles mentales) o hacia las relaciones con las personas
(roles sociales).
Así existen unos roles extremos, como el Cerebro (Ideas+++), el
Finalizador (Tareas+++) y el Cohesionador (Personas+++), y los otros
roles se sitúan en posiciones intermedias.
Vamos a hacer una descripción detallada de cada rol:

CEREBRO (Ideas +++)


Los individuos que desarrollan este Rol son individuales, heterodoxos,
distantes. Son innovadores e inventores y pueden ser muy creativos.
Generalmente prefieren actuar por sí mismos, a distancia de los otros
miembros del Equipo, usando su imaginación y a menudo trabajan de un
modo poco convencional. Tienden a ser introvertidos y reaccionan
fuertemente a la crítica y a la alabanza. Sus ideas pueden ser a menudo
radicales y suelen carecer de orientación práctica.
Son independientes, inteligentes y originales y pueden tener dificultades,
ya que se comunican con los demás en una longitud de onda diferente.
Su principal función en el grupo es generar nuevas propuestas y resolver
problemas complejos. Se necesitan en los estadios iniciales de un
proyecto o cuando el proyecto está fallando. Pueden ser creadores de
empresas o lanzadores de nuevos servicios o productos.
Demasiados en una organización, pueden ser contraproducentes porque
tienden a pasar el tiempo defendiendo sus propias ideas y entrando en
conflictos con otros.
PUNTOS FUERTES: Ingeniosos, imaginativos.
PUNTOS DÉBILES: Están en las nubes, inclinados a despreciar los
aspectos concretos

MONITOR EVALUADOR (Ideas ++ Tareas +)


Sobrios, prudentes, fríos. Son serios, poco entusiastas. Son lentos para
decidir. Prefieren pensar las cosas generalmente con una gran dosis de
pensamiento crítico. Los buenos Monitores-Evaluadores tienen gran
capacidad para hacer ponderaciones teniendo en cuenta todas las
variedades. Suelen dar muy buenos consejos.
Se sienten cómodos analizando los problemas. Evalúan las ideas y
sugerencias. Son muy buenos analizando los pros y contras. Para los de
fuera parecen secos, aburridos e incluso excesivamente críticos. Algunas
personas se extrañan de que se conviertan en directivos. Sin embargo,
muchos Monitores-Evaluadores son clave en puestos de planificación y
estrategia y obtienen buenos resultados en puestos de alto nivel donde
un número relativamente pequeño de decisiones generan grandes
resultados.
PUNTOS FUERTES: Tienen mucho juicio y discreción. Son pensadores
machacones.
PUNTOS DÉBILES: Les falta inspiración o habilidad para motivar a otros.

ESPECIALISTA (Ideas + Tareas +)


Profesionales, dedicados. Son individuos entregados a su trabajo que se
enorgullecen de tener y desarrollar habilidades técnicas y conocimientos
especializados. Sus prioridades son mantener niveles profesionales y
progresos en su propia actividad. Mientras que muestran gran orgullo en
su propio trabajo, generalmente, muestran falta de interés por el trabajo
de otros e incluso por las personas mismas. Eventualmente, el
especialista se convierte en el experto por su compromiso, decisión y
aptitudes.
PUNTOS FUERTES: Proporcionan conocimientos o habilidades técnicas en
situaciones difíciles.
PUNTOS DÉBILES: Contribuyen sólo en un espacio limitado.

COHESIONADOR (Personas +++)


Orientados socialmente, sensibles. Son los miembros que más apoyan a
los compañeros de Equipo. Son sociables y se preocupan por los otros.
Tienen una gran capacidad para adaptarse a diferentes situaciones y
personas. Son muy diplomáticos. Buenos oyentes y generalmente muy
aceptados por el grupo. Funcionan peor bajo presión o situaciones que
implican confrontación.
El Rol del Cohesionador es prevenir problemas interpersonales dentro de
un Equipo y permitir a cada uno contribuir eficazmente. Puesto que no le
gustan las fricciones, intentará evitarlas. Las habilidades diplomáticas de
un Cohesionador se convierten puntos fuertes, especialmente con un Rol
directivo en que puedan aparecer conflictos. Los Cohesionadores
directivos no son vistos como una amenaza por nadie. Es más, pueden
ser vistos como los preferidos para mandar. Tienen un efecto lubricante
en los Equipos. Su moral es alta y las personas parecen cooperar mejor
cuando ellos están presentes.
PUNTOS FUERTES: Tienen habilidad para responder a las personas.
También ante situaciones de alto contenido social y para promover el
espíritu de Equipo.
PUNTOS DÉBILES: Son indecisos en momentos de crisis.

INVESTIGADOR DE RECURSOS (Personas ++ Ideas +)


Son extrovertidos, entusiastas, curiosos, comunicativos. Son buenos
comunicadores dentro y fuera de la organización. Son negociadores
naturales, dados a explorar nuevas oportunidades y desarrollar
contactos. Aunque no sean necesarias, aportan gran cantidad de ideas
originales. Son rápidos para captar las ideas e otros y adaptarlas. Son
hábiles para averiguar lo que está disponible y lo que puede hacerse.
Generalmente tienen una buena aceptación debido a su naturaleza
extrovertida. Tienen una personalidad relajada con un fuerte sentido de
la observación y una predisposición a ver las posibilidades de algo nuevo.
Sin embargo, a menos que se les estimule, su entusiasmo rápidamente
desvanece.
Son rápidos para iniciar y explorar oportunidades, tienen habilidad para
pensar sobre la marcha y aprovechar la información de otros. Son los
mejores para iniciar contactos externos, para hallar recursos fuera del
grupo y llevar cualquier tipo de negociación en la que puedan estar
implicados.
PUNTOS FUERTES: Capacidad para encontrar gente útil y localizar ideas y
oportunidades. Son una gran fuente de vitalidad.
PUNTOS DÉBILES: Tienden a perder interés una vez que ha pasado el
fervor inicial.

COORDINADOR (Personas + Tareas + Ideas +)


Controlados, tranquilos y seguros. El rasgo que distingue a los
coordinadores es su habilidad para hacer que otros trabajen en dirección
hacia metas compartidas.
Maduros, confiados, delegan fácilmente. En las relaciones interpersonales
son rápidos para descubrir talentos individuales y utilizarlos para lograr
los objetivos del grupo. Los coordinadores no son necesariamente los
miembros más inteligentes de un Equipo, sin embargo tienen una
perspectiva amplia y generalmente se les respeta.
Son hábiles para hacerse cargo de un Equipo, cuyos miembros tengan
diversidad de habilidades y características personales. Su rendimiento es
mayor cuando tratan con colegas de rango parecido. Su lema podría ser
“consulta con control” y generalmente creen manejar los problemas con
tranquilidad. Los Coordinadores tienden a enfrentarse con los Impulsores
debido a sus diferentes estilos de gestión.
PUNTOS FUERTES: Agradecen a todos las posibles aportaciones, sin
perder de vista su objetivo.
PUNTOS DÉBILES: No tienen pretensiones intelectuales. Tal vez deleguen
“demasiado” en la opinión de otros.

FINALIZADOR (Tareas +++)


Laboriosos, ordenados, conscientes, ansiosos. Tienen una gran capacidad
para continuar y prestar gran atención al detalle. Raramente comienzan
lo que no pueden terminar. Están motivados por cierta ansiedad interna,
aunque aparentemente pueden parecer imperturbables. Son
introvertidos, no necesitan estímulo externo o incentivos. Al Finalizador le
disgusta el despiste. Son reacios a delegar. Prefieren realizar todas las
tareas ellos mismos.
Son valiosos donde las tareas demandan mucha concentración y gran
exactitud. Aportan un sentido de urgencia al Equipo y son buenos
cumpliendo los programas, en el plazo comprometido. En dirección
sobresalen por los altos estándares a los que aspiran y por su
preocupación por la precisión y atención al detalle.
PUNTOS FUERTES: Tienen capacidad para cumplir sus promesas y
trabajan con altos niveles de exigencia.
PUNTOS DÉBILES: Tienen gran tendencia a preocuparse por las
pequeñas cosas. Son intransigentes para pasar por alto detalles.

IMPULSOR (Tareas ++ Personas ++ )


Dinámicos, extrovertidos. Son personas muy motivadas, con mucha
energía y gran necesidad de logro. Son agresivas, con gran empuje. Les
gustan los desafíos, conducir y empujar a otros a la acción y ganar. Si
aparecen los obstáculos, los soslayarán, pero pueden ser tercos y
responder de forma primaria a desilusiones o frustraciones.
Los Impulsores son manipuladores y, a veces, provocan la confrontación.
Generalmente son buenos directivos porque generan acción y se crecen
ante la presión. Son buenos resaltando la labor de Equipo y son muy
útiles en grupos donde las complicaciones políticas ralentizan los asuntos.
Se crecen con los problemas y progresan sin tenerlos en cuenta. Les
gusta hacer los cambios necesarios y no les importa tomar decisiones
impopulares. Intentan imponer algún modelo de actuación en los grupos
de trabajo. Son probablemente los miembros más eficientes de un
Equipo al garantizar realizaciones concretas.
PUNTOS FUERTES: Tienen empuje para desafiar la inercia, la ineficacia o
la complacencia.
PUNTOS DÉBILES: Son propensos a la provocación e impaciencia. Tienen
tendencia a descalificar a los otros.

IMPLEMENTADOR (Tareas ++ Personas + )


Conservadores, sumisos, predecibles. Están bien organizados, disfrutan
con lo reglado, con lo rutinario. Tienen un sentido común práctico y
autodisciplina. Apoyan el trabajo duro y abordan problemas de manera
sistemática. En su sentido más amplio mantienen una gran lealtad a la
organización. Suelen estar poco preocupados por sus asuntos. Sin
embargo, los Implementadores pueden tener dificultad al tratar
situaciones nuevas.
Son útiles por su confianza y capacidad práctica. Tienen éxito porque
tienen un sentido de lo que es útil y práctico. Se dice que muchos
directivos sólo hacen bien los trabajos que les gusta hacer y dejan
aquellas tareas que consideran desagradables. En contraste, un
Implementador hará lo que necesite hacer. Los buenos Implementadores
llegan a puestos de alta dirección gracias a sus habilidades de sistema y
a su eficacia a la hora de abordar todo tipo de tareas.
PUNTOS FUERTES: Habilidad para organizar, sentido común práctico,
trabajo duro y autodisciplina.
PUNTOS DÉBILES: Falta de flexibilidad. Resistencia a ideas no
contrastadas.

Muy pocas personas tienen solamente características de un Rol de


Equipo. Todos nos destacamos más en más de un Rol. Cada uno de
nosotros tiene Roles secundarios. Es también posible que las personas
cambien su conducta para adaptarse a situaciones distintas con sus Roles
Secundarios. Por ejemplo, si el Equipo necesita un Coordinador, alguien
podría asumir ese Rol. El hecho de que diferentes individuos puedan
representar diversos Roles significa que en grupos de 4 a 6 miembros
pueden darse la totalidad de Roles de Equipo. No es esencial que cada
Equipo tenga 9 miembros para que sea eficaz.

Puesto que hay 9 Roles de Equipo y cada uno puede ejercer Roles
preferentes y Roles secundarios, no es sorprendente que las personas
algunas veces sientan que los Roles se superponen.
Generalmente hay una pregunta de “¿Tengo este tipo de Rol o el otro?”
• ¿Cerebro o Investigador de recursos?
Estos dos Roles tienden a confundirse porque ambos son vistos como
“creativos”. En la práctica, la distinción entre los dos es importante. Los
Cerebros son más creativos cuando están solos y se mantienen al
margen. Los Investigadores de Recursos buscan y necesitan el estímulo
de los otros. Así se desenvuelven bajo muy diferentes condiciones. Los
Cerebros necesitan un jefe amable y comprensivo, una atmósfera liberal
y un ambiente no estructurado. Los Investigadores de Recursos trabajan
bien bajo presión.
• ¿Cerebro o Monitor-Evaluador?
Ambos son roles “pensantes”, pero piensan de manera bastante
diferente. Los Cerebros actúan a través de la inspiración e intuición
creativa y les gusta tener una visión intelectual. Los Monitores-
Evaluadores son mejores diagnosticando problemas, valorando
situaciones, escogiendo las mejores opciones y planeando el futuro. Los
Cerebros sintetizan mientras los Monitores-Evaluadores analizan.
• ¿Investigador de Recursos o Coordinador?
Ambos son buenos coordinando, pero trabajan de diferente forma. Los
Investigadores de Recursos buscan aventuras y éxito en el
descubrimiento de nuevos contactos. Los Coordinadores prefieren el
proceso de aunar los recursos del Equipo y están seguros de que
trabajan en armonía con los objetivos de la organización.
• ¿Coordinador o Impulsor?
Son roles fuertes de liderazgo pero tienden a adoptar estilos diferentes.
Los Coordinadores son habilidosos en obtener lo mejor de las persona y
utilizar su talento en la totalidad. Los Impulsores esperan ser seguidos y
llevan a los que trabajan con ellos al límite. Los Coordinadores y los
Impulsores tienden a enfrentarse cuando trabajan juntos en el mismo
nivel o estatus.
• ¿Implementador o Coordinador?
Ambos buscan y disfrutan con el acuerdo, sin embargo para el
Implementador la clave está en evitar fricciones y mantener las
relaciones de uno en uno. Los Coordinadores son mejores en manejar
grupos y reforzar el sentimiento de objetivo común. Los
Implementadores son hábiles trabajando con personas difíciles. Los
Coordinadores dirigiendo a personas difíciles.
• ¿Implementador o Finalizador?
Son considerados roles de acción pero sus métodos siguen líneas
diferentes. Los Implementadores son eficaces construyendo sistemas y
organizaciones y llevando a cabo los pasos prácticos para hacer que las
cosas salgan bien. Los Finalizadores están más preocupados con la
minuciosidad de cualquier acción emprendida. Ven el método menos
importante que el resultado. Los Finalizadotes se automotivan y,
generalmente, no necesitan incentivos adicionales para seguir adelante.
• ¿Finalizador o Especialista?
Ambos tienden a lograr altos niveles de calidad en su trabajo, pero los
Finalizadores lo ven en términos generales. Para los Especialistas, la
naturaleza del objetivo es importante en sí y la profesionalidad genera
sus propios estándares con los cuales todo lo demás se mide y valora.
Los Especialistas se sienten incómodos cuando dependen de una estrecha
supervisión de no-profesionales. Los Finalizadores, sin embargo, están
dispuestos a aceptar con mayor amplitud la autoridad y pueden llevar a
cabo todas sus responsabilidades con el mismo nivel de urgencia y
perfección.

Competencias poseídas y competencias desarrollables

Cubrir las deficiencias no es una tarea fácil. A la hora de seleccionar a


personas para la empresa deberé de tener amplitud de miras y no buscar
un “óptimo local” (el mejor candidato para el puesto) sino un “óptimo
global” (el mejor candidato para la organización).
Lo que se necesita es alguien que disponga de un buen acervo de
competencias requeridas para diferentes situaciones laborales propias de
la organización. Aparecen así exigencias del tipo "lo que esta empresa
necesita de su gente" que diferencian perfectamente el perfil de los
candidatos más allá de su capacidad técnica.

Competencias poseídas y competencias desarrollables; en los modelos de


gestión por competencias se establece una distinción entre las
competencias que los individuos poseen y son muy poco modificables,
frente a las que adquieren y se pueden desarrollar. Las primeras están
relacionadas con sus percepciones, sus valores y preferencias, sus
conductas y reacciones, su forma de relacionarse con los otros, sus
actitudes, etc. Algunos modelos de competencia suponen que existe poco
o ningún margen para modificar tales rasgos, o se tienen y coinciden con
lo que la empresa requiere o no se tienen.
Las segundas, las que se pueden desarrollar, son competencias técnicas y
de operación. Estas competencias representan conocimientos,
habilidades y destrezas aplicadas a la ocupación; del tipo: uso de
herramientas, lectura de instrumentos, capacidad de interpretar
información gráfica, manejo de software, etc.

Como cualquier comunidad, las empresas crean sus propios modelos de


conducta, los cuales influyen en el comportamiento de la organización al
completo y de los individuos que la componen. El término que
normalmente se aplica a estas normas y valores es el de “cultura
corporativa”. Su origen se halla sobre todo en el equipo de dirección y en
el proyecto común de éste, que puede formularlos de una manera
explícita. Lo que realmente importa es que las personas los “vivan”. Unas
elegantes “pautas” con marco dorado, por sí solas, no servirán más que
para aliviar las conciencias. Pero, si conseguimos construir una cultura
corporativa que influya en el interior y en el exterior, veremos cómo ésta
es una ventaja muy competitiva. Los valores de una empresa atraen, a
largo plazo, a personal valioso. La cultura corporativa, en un sentido
amplio, puede incluir también cuestiones relativas a los sueldos y a los
sistemas de incentivos (como es el caso de las opciones sobre acciones o
de las bonificaciones en función de resultados).

Comunicación

Para terminar, vamos a hacer un pequeño apartado hablando de la


comunicación ya que es imprescindible para vincularse y favorecer el
crecimiento personal y grupal. Vamos a referirnos más a la comunicación
intra grupo, o sea dentro del grupo.
Hay dos grandes espacios de comunicación a los cuales el coordinador
debe siempre prestar atención para que ambos se produzcan. El primero
tiene que ver con la comunicación “superflua” entre los miembros del
grupo, ya que, como dijimos anteriormente, la misma favorece el
conocimiento entre ellos y la posibilidad de ubicarse, reconocerse allí
entre las diferentes personas. También ayuda a la instalación de normas
implícitas dentro del espacio grupal.
El otro espacio de comunicación importante a nivel grupal es el que tiene
que ver con el espacio de evaluación, en donde cada uno tiene la
posibilidad de manifestar cómo se siente a nivel personal y con el grupo
en general (ya sea desde lo afectivo vincular o desde la tarea a realizar,
aunque ambos aspectos siempre están fuertemente vinculados). Para
que este espacio se produzca el coordinador debe generar un clima de
confianza y respeto mutuo, en donde no se juzgue a las personas sino
que se evalúe la tarea realizada, no si la persona que la realizó es “buena
o mala”.
El coordinador tiene que plantear acciones específicas en función de crear
espacios formales e informales de comunicación.
Estos espacios de comunicación promueven el establecimiento de normas
explícitas de convivencia, de pautas de trabajo, favorecen el intercambio
de roles y la elaboración de las dificultades y crisis que irán surgiendo en
el proceso grupal. Siempre lo “no dicho” tiene más fuerza que lo que no
se puede explicitar.

Motivaciones

Las personas, para realizar una determinada actividad (o formar parte de


un grupo) necesitan una fuerza interna que la lleve a realizarla. Esto se
llama motivación.
La motivación es siempre interna, es algo que a mí (por mis necesidades,
ganas, etc.) me lleva a hacer algo. Es por esta razón que las
motivaciones no pueden ser juzgadas, son propias.
Vamos a diferenciar la motivación de las necesidades, las cuales tienen
que ver con algo más primario, básico (necesidad de descanso, alimento,
contacto) y funcionan más como impulso – acción. Necesito algo, lo
descubro y actúo. Se satisface periódicamente.
También encontramos las necesidades psicogénicas (o metanecesidades)
que son estrictamente humanas y que son la necesidad de pertenencia,
conocimiento, realización personal. Estas están más vinculadas con lo
que llamamos motivaciones. Son las que nos conducen a ellas. Son como
una especie de necesidades de más alto nivel.
Las necesidades y las motivaciones se complementan. La motivación es
un impulso que va de adentro hacia fuera, que nace interiormente. La
motivación es siempre interna. Descubramos y aprovechemos las
motivaciones de cada uno.

Las necesidades y las motivaciones se complementan. La motivación es


un impulso que va de adentro hacia fuera, que nace interiormente. La
motivación es siempre interna. Cabe aclarar que no es lo mismo
motivación que incentivación, ya que esta última es un estímulo que
realiza el exterior sobre la persona y que puede influir en sus
motivaciones.

Los incentivos o estímulos pueden ser positivos o negativos, recurrir al


palo o a la zanahoria. Por desgracia, las organizaciones utilizan más las
sanciones que la recompensa para modificar o mejorar el desempeño de
las personas. Para empeorar las cosas, utilizan más la acción correctiva
(corregir posteriormente) que la acción preventiva (evitar futuros
errores). Además hay que tener en cuenta que las recompensas también
castigan, es decir, que la recompensa tiene un efecto de castigo potencial
cuando no se obtiene.
Las recompensas pueden generar rupturas en las relaciones. Los planes
de incentivos tienen fuerte potencial para reducir el espíritu de equipo y
estimular a los individuos (o grupos) a buscar recompensas para si
mismos. Los sistemas de evaluación del desempeño que procuran
identificar los ganadores y los perdedores pueden agravar la situación.
Se debe dar prioridad a las recompensas grupales.

La remuneración por competencias surgió de la necesidad de diferenciar


empleados con diversas habilidades. Como loas organizaciones pasaron a
exigir a las personas más autonomía y responsabilidad, personas con
habilidades desiguales permanecieron en el mismo nivel jerárquico,
debido a la eliminación de niveles intermedios y cargos. El nuevo
concepto rescata las diferencias; las personas ganan por lo que saben y
por la colaboración en el éxito de la empresa. La remuneración por
competencias es una manera sutil de remunerar de acuerdo con la
contribución personal de cada empleado a la organización e incentivar la
participación y el involucramiento de las personas en la conducción de los
negocios de la empresa. Como afirma Claus Moller: ponga el personal en
primer lugar y este hará lo mismo con el cliente.

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