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Índice de Capítulos
Introducción
1 Nuestra historia
2 Los primeros mensajes
3 La experiencia de la transición
4 Continúan los primeros mensajes
5 El retiro de un Maestro
6 El elixir mágico
7 Encuentro con los Maestros
8 Karma y reencarnación: lecciones de vidas pasadas
9 El darma
10 Resolver la psicología personal
11 Escoge la vida, no la muerte
12 Trabajar con los niños y jóvenes
13 Condiciones sociales en el planeta Tierra
14 El estado del planeta a medida que nos acercamos al año 2000
15 Creación de comunidades espirituales
16 Convertirse en alquimista
17 La justicia Divina
18 Trabajar con el plano astral
19 El sendero espiritual
20 Enseñanzas sobre el sendero
Conclusión
Otros títulos
¿Cómo es el cielo?
Un alma de un ser que acaba de fallecer nos cuenta desde el cielo sus
impresionantes experiencias en el otro lado.
Este autor invisible explica cual es el verdadero propósito de la vida y nos
recomienda que obtengamos el máximo provecho de nuestra estancia en la Tierra.
El retiro etérico está formado por ciudades celestiales que no sufren de limitaciones
de tiempo ni de espacio como ocurre en la Tierra.
Los que residimos en el reino etérico, tenemos que llevar a cabo ciertas tareas, con
frecuencia a favor del planeta Tierra o de otros sistemas donde hay vida. Asistimos
a clases y tenemos lecciones que aprender. Disponemos de música, bibliotecas,
salas de reuniones, lugares de oración y otras cosas. El reino etérico bulle de
actividad…
Cuanto más tiempo paso en el retiro de Saint Germain, más difícil me resulta
expresar con palabras su increíble talla espiritual. La preocupación que tiene por su
rebaño rebasa con mucho cuanto uno pueda imaginar sobre la compasión o el amor
de padre.
Este libro completara la tarea que se me encomendó por orden y con el permiso de
los maestros ascendidos.
Introducción
Abarca los recuerdos del momento más triste de mi vida: cuando el que fue mi
esposo durante cincuenta años inesperadamente hizo su transición a un reino más
elevado. En un principio, pensaba que estaba soportando bien el doloroso proceso,
pero cuando empecé a revivir los días y las horas anteriores a su muerte mientras
preparaba la redacción de la primera parte del libro, no pude impedir que me
abrumara una gran tristeza. Las lágrimas manaban de mis ojos al revivir los
recuerdos que, aún hoy día, me resultan difíciles de revisar. Sin embargo, me siento
agradecida por la oportunidad de poder compartir estos mensajes con todos
cuantos lean este libro.
Resulto muy emocionante recibir estas comunicaciones: algo así como cuando un
pariente viaja a rincones exóticos del planeta y esperas con ansia recibir sus
postales y cartas para conocer los detalles del viaje. No obstante, en este caso, al
tratarse de una comunicación de dos direcciones, más bien se parecería a una serie
de llamadas telefónicas de larga distancia, o a llevar un audífono en el oído a través
del cual te llegan instrucciones personales que nadie más puede oír.
Durante el tiempo que transcurrió, a nuestra familia se le permitió hacer una serie
de preguntas, algunas de las cuales fueron respondidas por mi esposo y otras no,
alegando que no se le permitía comentarlas. En ocasiones, la respuesta fue en
forma de silencio. Con frecuencia, empezaba diciéndonos: “Hoy me gustaría
hablaros del capullo de la rosa”, seguido de una extensa explicación acerca de la
apertura y expansión de nuestro corazón al que comparaba con una rosa, o de
alguna otra exposición sobre un tema igualmente profundo.
(1) Los retiros etéricos son ciudades de luz que existen en la dimensión superior de la
materia, llamada plano etérico. Éste “se experimenta a través de los sentidos del alma en
una dimensión y una conciencia más allá de la conciencia física”. Saint Germain: Alquimia1.
Formulas para la autotransformación, recopilado por Mark L. Prophet y Elizabeth Clare
Prophet (próxima publicación de PORCIA EDICIONES, S.L.).
Mensajes desde el retiro de Saint Germain constituye una paulatina revelación de estos
mensajes. Empezaron inmediatamente después del fallecimiento de mi esposo en abril de
1995 y continuaron hasta abril de 1998. En un principio Summit University Press los publicó
en una serie de tres libritos titulada A special dispensation (Una dispensación especial).
Durante aquellos tres años se divulgó un gran caudal de conocimientos espirituales para
nuestro asombro, y digo esto porque, si bien mi esposo había sido un hombre religioso y con
un gran amor a Dios, también era practico y poco dado a especulaciones, es decir, nadie de
quien se pudieran esperar enseñanzas avanzadas una vez abandonado este plano. Durante
su vida en la Tierra había tenido un maravilloso sentido del humor y solía bromear acerca de
nuestras ideas y creencias que consideraba muy poco espirituales.
Rara vez se concede un permiso de este tipo a un alma no ascendida, porque hasta
que no está totalmente ascendida, es muy fácil que el error se deslice en sus
comunicaciones. La mayoría de los “mensajes” de los que normalmente se oye
hablar proceden del plano astral (o inferior) o de niveles más bajos de los mundos
celestiales. Las escrituras nos alertan contra esta clase de comunicación porque
suele proceder de un nivel aún no perfeccionado donde todavía habita el error. Una
vez que un alma ha ascendido, su conciencia, si bien sigue siendo individual,
participa plenamente de la conciencia de Dios y se comunica desde tal nivel.
Es probable que nuestra familia nunca llegue a conocer el motivo de dicho permiso
o dispensación hasta que nosotros mismos no hayamos llegado a planos superiores.
Pero, a partir de lo poco que se nos ha dicho, creemos que un motivo para sus
receptores desde este lado puede ser que siempre hemos orado por el
discernimiento del alma y nunca hemos estado involucrados en ningún nivel de
comunicación paranormal o astral. Asimismo, nuestras almas siempre han estado
unidas por un lazo muy fuerte.
Imagino, que desde el punto de los maestros ascendidos, valió la pena arriesgarse.
Debían confiar en que alguien que hacía tan poco que había estado entre nosotros
podría explicar con mayor facilidad a la gente la verdad acerca de la situación
desesperada que vive el planeta.
Si bien este tipo de comunicaciones resultan emocionantes y los amigos piensan, a
menudo, que constituye una experiencia maravillosa y que, gracias a ella, yo no
debería sentirme tan sola, he de confesar que, como cualquier esposa, hecho
mucho de menos a mi marido. Mientras se vive en el plano físico nada puede
sustituir la presencia física de un ser amado. Todos los que han perdido a un ser
querido lo saben.
Nuestra historia
La primavera asomaba por debajo de la espesa capa blanca de un invierno
en las Montañas Rocosas el día en que llevamos a toda prisa a mi esposo al
hospital, distante de nuestra casa dos horas y media en auto. Aquella
mañana íbamos a ver a su medico, una visita muy esperada porque el
doctor había estado dos semanas fuera de la ciudad y andábamos algo
preocupados por la salud de mi marido.
Aquello ocurrió en viernes, el día más favorable desde que había ingresado
en el hospital. El mismo día por la noche, no obstante, empezó a tener
muchos escalofríos y fiebre, a partir de lo cual fue de mal en peor. Me
sorprendió aquel cambio cuando todo parecía ir tan bien y hasta me
pregunté si no le habría atacado una nueva infección contraída en el mismo
hospital. Llamé por teléfono a nuestra hija, que llegó en avión al día
siguiente. Me pase toda la noche en la habitación del hospital con la
esperanza de serle de alguna ayuda, mientras su cuerpo, ora hervía de
fiebre, ora se estremecía por los escalofríos. Por primera vez empezó a
preocuparse y a preguntarse si lo superaría. Los médicos, por su parte, se
afanaban por encontrar el antibiótico adecuado para aquella nueva
infección.
El sábado por la noche pareció mejorar un poco. Nos animó saber que los
temblores y la fiebre habían aminorado. Alrededor de la medianoche
volvimos al motel con la esperanza de poder descansar bien. Mi hija se
durmió a los pocos minutos, pero yo sentí que a pesar de mi cansancio,
debía rezar antes unas oraciones silenciosas de curación por mi marido.
Estuve rezando unas dos horas. Mientras oraba, empecé a notar una
sensación ardiente en el centro del pecho que poco a poco fue invadiendo
todo mi organismo hasta sentir como si todo mi cuerpo ardiera en llamas.
Me aterroricé hasta el extremo de pensar si no ardería como en los casos de
combustión espontánea sobre los que había leído algo. Pero, al mismo
tiempo, me eché a reír por haber tenido semejante pensamiento.
A las dos horas nos despertó el teléfono y nos dijeron que los pulmones de
mi esposo empezaban a no responder y que lo trasladaban a la unidad de
cuidados intensivos. Nos vestimos y corrimos al hospital.
Aquella actitud tan típica de mi esposo nos hizo llorar pero también reír.
Había sido un hombre siempre pendiente de la hora. Nuestra hija solía
referirse a él como “mi padre, el reloj”. Aquel día quería asegurarse de que
acabaríamos a tiempo para comer y recoger a los familiares en el
aeropuerto.
Tal confirmación fue muy importante para mí porque resulta muy fácil
descartar cualquier visión espiritual y considerarla producto de la
imaginación. Desde entonces le he vuelto a ver en su apariencia, tenue por
lo general, cuando asisto a un servicio, aunque con el mismo aspecto de
cuando contaba treinta años.
Tan pronto hubimos sellado la vida de mi esposo con los tres servicios,
empezamos a oírle de nuevo. Durante su enfermedad, habíamos abrigado
tantas esperanzas de que viviría y nos quedamos tan desconcertados
cuando murió, que mandamos hacerle una autopsia. Murió a causa de un
ataque séptico, lo que se llama envenenamiento de la sangre. Le
preguntamos si hubiera sido distinto de haberle llevado a otro hospital, y la
respuesta fue: «No. Independientemente del hospital al que me hubierais
llevado, aquél era el momento final de mi vida. No creo que hubiera podido
vivir por más tiempo, salvo por intercesión divina».
2
Los primeros mensajes
Mi esposo nos dijo que cuando llegó al otro lado, le sorprendió ver la
actividad que reinaba en el lugar. Se estaba orientando a una serie de almas
a fin de mostrarles lo que habían y no habían logrado en la vida que
acababa de terminar. Se les decía que se alinearan a la derecha o a la
izquierda según estuvieran destinadas a ascender o a reencarnar. A mi
marido no lo mandaron a ninguno de ambos lados, sino que lo situaron en el
medio. En aquel momento no comprendimos el significado de ello, pero lo
supimos más tarde.
También nos comentó cómo se organizaba la vida en el cielo:
Aquí las cosas están muy ordenadas. Existe planificación. Hay equipos trabajando
intensamente, dedicados a dar apoyo a diferentes evoluciones en numerosos
sistemas de mundos. Es mucho más hermoso y reina más paz de lo que podáis
imaginar y, sin embargo, existe una gran actividad. Yo no hago más que aprender y
aprender. Lo que recibo equivale en proporción a la punta de un iceberg terrestre.
No empezamos teniendo acceso a todo cuanto nos es posible alcanzar: para ello
hace falta la mente crística.
Deseo hacer hincapié en la gran importancia del servicio: ayudar a los demás. ¡El
servicio que surge del corazón equivale a dinero en el cielo! Estoy muy agradecido
por cada oportunidad que tuve de ayudar a alguien, ha constituido uno de los
motivos de que me hayan permitido estudiar en este retiro.
Haber servido a la vida ayuda enormemente. El servicio transforma al que sirve. Un
servicio basado en motivos puros es como luz. La Tierra necesita más almas
dispuestas a servir, y menos, a juzgar. La gente ha de buscar ocasiones para servir
y no para ser servido.
Cuando estaba encarnado, ya sabía que la Tierra corría un importante peligro, pero
no me daba cuenta de lo mal que se estaban poniendo las cosas. Es como si la
Tierra se hubiera convertido en materia de estudio de ingenieros espirituales.
Trabajan a los niveles más internos para asegurar los cimientos del edificio que se
tambalea. No creo que podáis evitar totalmente el cataclismo, pero aún tenéis
tiempo para cambiar los peores presagios.
A la gente le resulta difícil comprender el nivel de sacrificio que se necesita para
poder evitar lo peor. La gente se cansa. Vacilan sobre el camino que han de tomar.
Prefieren oír noticias agradables.
Basta con estudiar el estado de este planeta para advertir lo precisos que han sido
y son los maestros ascendidos. Existe aún una gran oportunidad si la gente accede
a sacrificarse.
La vida se creó con el fin de vivirla para Dios. ¿Recordáis que en el sector
inmobiliario decimos que las tres cosas más importantes son «situación, situación y
situación»? Pues bien, nosotros deberíamos pensar que son «Dios, Dios y Dios».
Hemos de preguntarnos en todo momento: « ¿Es ésta la voluntad de Dios? ¿Lo
aprobaría Dios? ¿Honraré a Dios con esta acción?».
Si lo hiciéramos, la vida sería mucho más sencilla, menos penosa y más llena de
paz. Hemos perdido nuestro centro que es Dios. Si no volvemos a él, las
consecuencias serán desastrosas.
Era natural que mi esposo hubiera puesto el ejemplo del sector inmobiliario.
Después de retirarse del ejército, había ejercido durante veinte años una
provechosa carrera en dicho sector.
¡Las comidas son espectaculares! Bebemos muchos jugos que son como la esencia
más pura de cualquier vegetal o fruta que podáis imaginar. Todo lo que consumimos
parece ligero, no es pesado ni denso.
Tomamos las comidas habituales y en ocasiones celebramos banquetes. La mayor
parte de los alimentos son completamente distintos de lo que solíamos consumir en
la Tierra ¡y diez veces mejores! No se le da gran importancia al comer, pero forma
parte del ritual de este retiro y parece que se disfruta de ello.
El templo corporal
Acabaremos este capítulo con la primera enseñanza más larga que nos dio
mi esposo. Trata sobre el cuidado de nuestros cuerpos —él los llama
«nuestros templos sagrados»— como base para una vida espiritual
equilibrada:
Hoy quiero hablaros acerca del templo sagrado. Al cuerpo hay que tratarlo como a
un templo. Requiere atención a la alimentación, ejercicio físico, ejercicios
espirituales, higiene general y buena apariencia.
Imaginad que trabajáis para un maestro ascendido. ¿Cómo os presentaríais a diario
en el trabajo? En realidad, Dios debería ser vuestro primer jefe, en cuyo caso seguro
que miraríais a vuestro jefe terrenal con mayor equilibrio.
La alimentación afecta al estado de salud de todo vuestro cuerpo. Para gozar de
una alimentación sana se precisan conocimientos sobre nutrición y armonía con las
propias necesidades. La dieta macrobiótica, por ejemplo, es excelente, pero
requiere una adaptación sustancial de cada persona, ya que Occidente es distinto
de Oriente hasta un punto que muchos pasan por alto.
El ejercicio físico aporta energía a vuestras células. Es como un estímulo. No es
complacencia, sino una necesidad que vuestro cuerpo sostenga el máximo de luz.
Veinte minutos al día pueden ser suficientes, pero no hay que olvidarse.
Cuando algo es sagrado, lo tratamos con atención y respeto. Lo honramos y
estamos satisfechos de que se halle entre nosotros. Así debería ser con nuestros
templos. Alojan al espíritu vivo. Si no los cuidamos, empeorarán de verdad.
Deberíamos vivir mucho más tiempo y con mayor salud de los que gozamos
actualmente. Mi cuerpo sencillamente dijo basta. Ya no pude luchar más. Me había
sido muy útil pero ahora me doy cuenta de que hice muchas cosas que lo
perjudicaron más de lo que lo beneficiaron.
No debí haber fumado, ni bebido café o alcohol, y debí haber consumido muchas
menos grasas. Era de constitución fuerte, lo cual es una bendición añadida a la hora
de recorrer el sendero, pero hice un mal uso de mis energías debido a mi psicología
no resuelta. En muchas ocasiones perdí la paciencia y me dejé caer en estados de
estrés por exceso de trabajo, preocupándome más de la cuenta o reaccionando de
forma alterada.
Una manera de honrar el sagrado templo corporal es re-conducir lo que no está
alineado. Es como la princesa y el guisante: no se puede cerrar la puerta a la
psicología propia y pensar que se vive de acuerdo con la ley. Es como tapar un
volcán: tarde o temprano entrará en erupción y causará más daños que si se le
hubiera dejado libre.
Los ejercicios espirituales son la fuerza conductora que impulsa la luz a través del
cuerpo. Alimentan a las células. Otorgan santidad cuando el organismo está
preparado para ella. Deben ser auténticos, motivados por causas puras, deseados,
no impuestos. Deben ser una constante en la vida de una persona.
La atención a la higiene y a la apariencia es simplemente respetar el vehículo que
se nos ha dado. El dicho «la limpieza acompaña a la santidad»* es cierto. Cuando se
elige ser limpio y cuidar la apariencia, uno se inclina por lo correcto. Sin embargo,
cuando estos aspectos controlan vuestro tiempo o vuestros pensamientos, no estáis
en equilibrio.
La luz otorga a la persona más belleza que cualquier otra cosa que pueda
comprarse. No obstante, es lícito tener una buena apariencia y representar a Dios
dondequiera que uno vaya. La limpieza impide que los espíritus terrenales se os
adhieran y agoten vuestra luz y vuestra fortaleza.
3
La experiencia de la transición
Llevábamos algún tiempo esperando que mi esposo nos contara algo más
de su transición, pero no nos decía nada. Por tanto, decidimos preguntarle
acerca de ello y ¡qué bonita historia oímos!
El reino espiritual es mucho más magnífico pero también mucho más complejo de
lo que nunca hubiera imaginado. Efectivamente el cielo existe, pero cuenta con
muchas capas, niveles u octavas. No toda la gente va al mismo lugar.
Si pensáis en la justicia divina, ¿cómo podría haber un solo cielo o un solo infierno
cuando son tantos los tipos de almas que hay en la Tierra? ¿Acaso no conocemos al
menos una persona que irradie una percepción espiritual mucho más intensa que la
mayoría?
El cielo consta de distintos niveles eterices con diferentes retiros eterices, los
cuales están regidos por ángeles o huestes ascendidas.
Dentro de lo que llamamos «infierno» hay un gran número de niveles del plano
astral, incluyendo el mismo infierno.
A medida que desciende el nivel de vibración, se intensifica la severidad que se
impone en dicho nivel, así como la obstinación que poseen las almas allí enviadas.
En el plano etérico, por otro lado, a medida que asciende el nivel de vibración, se
intensifican la luz y la pureza espiritual de las almas que habitan en este plano.
En primer lugar, me llevaron a un retiro del nivel etérico que también era un centro
de orientación para las almas recién llegadas. El amor y las atenciones tan
perfectos que me dedicaron eran absolutamente pasmosos. Pensad en la
experiencia espiritual más elevada y profunda que jamás hayáis tenido. Lo que allí
experimenté, con toda probabilidad la supera.
Me administraron baños de luz con la llama violeta. Así consiguieron elevar mi
vibración y dotar de mayor integridad todo mi ser.
Preguntamos a mi esposo acerca de estos baños. Dijo que los preparan los
maestros alquimistas para proporcionar al violeta la exacta cantidad de
color azul o rosado que cada alma necesita. Los maestros ascendidos
enseñan que el violeta constituye la longitud de onda de la luz divina que
transmuta la energía turbia y contaminada y la convierte en luz
transparente. (Véanse los capítulos 4 y 6.) El azul es el color de la voluntad
de Dios, y el rosado, el de Su amor. Por tanto, la parte azul del violeta
contendría una mayor proporción del aspecto de la voluntad de Dios,
mientras que el rosado, del amor de Dios.
Todo el mundo se presenta con la más hermosa de sus apariencias, más altos y
más jóvenes de lo que éramos algunos de nosotros cuando dejamos la Tierra a edad
avanzada.
Al parecer —en el cielo por lo menos— la apariencia es el producto de la
conciencia.
Análisis de la vida
Se dice que a los ángeles les cuesta mucho trabajo unir almas destinadas a
estar juntas en sus encarnaciones terrenales o incluso a relacionarse
durante un corto período. Cuando han nacido en la misma región no resulta
una tarea tan difícil, pero cuando encarnan en distintos lugares del país o
del mundo, debe resultar todo un desafío. Mi esposo creció en la región de
los Grandes Lagos de Estados Unidos y yo vivía en la costa oeste.
***El ritual de la recuperación del alma está auspiciada por los maestros ascendidos y se
realiza cuatro veces al año. Para más información, llamar al nº de teléfono 1-800-2455445
(desde dentro de los EE.UU.) o al 406-8489500 (desde fuera de los EE.UU.).
Las posibilidades de llegar a conocernos parecían más bien escasas, pero
llegó la Segunda Guerra Mundial y hubo mucha gente, en especial hombres,
que fueron trasladados por todo el país. Después de numerosos destinos, mi
marido aterrizó en una población de California donde había un instituto de
enseñanza secundaria al que asistía una de mis amigas. Decidió que la
escuela podía ser un buen sitio para conocer chicas simpáticas. Así que, en
compañía de otros soldados, se personó en la escuela y un profesor de arte
les presentó a unas cuantas estudiantes. Una de ellas era mi amiga, que
empezó a salir con uno de los soldados, al que invitó al rancho de sus
padres a pasar un fin de semana, pero el muchacho, que era tímido, no
quería ir a menos que le acompañara un amigo: mi futuro marido. Así fue
como los ángeles cumplieron su misión a pesar de mi resistencia a acudir a
una cita a ciegas para ayudar a mi amiga.
4
Continúan los primeros mensajes
Las semanas se sucedían y nuestro asombro crecía al paso que mi esposo
nos iba transfiriendo cada vez más material. Finalmente, le preguntamos si
se proponía escribir un libro. Ésta fue su respuesta:
A medida que los días pasaban, se hacía más evidente que se estaba
gestando un libro. A los seis meses del fallecimiento de mi esposo, se
imprimió el primer librito en inglés. Rápidamente se tradujo al español y
luego al portugués y a otras lenguas. Durante los siguientes dos años y
medio le siguieron dos libritos más y el alma que había negado que fuera
escritor no tardó en hablar de «mi primer libro» y, más tarde, de «mi tercer
libro».
No has de dar ningún diezmo a la Iglesia católica. Puedes hacer lo que quieras con
el dinero a condición de que seas juiciosa y prudente en tus decisiones. Debes
recordar que en muchas vidas fui católico e incluso ahora, mirando a la Iglesia
católica, no puedo afirmar que se equivoca en todo, pero, de la misma manera,
tampoco puedo afirmar que la tuya está totalmente en lo cierto. Cada una debe
aprender algo de la otra.
La Iglesia católica alberga algunas almas muy sinceras: La Madre Teresa* no es la
única santa en la Tierra. Sin embargo, también abriga mucha corrupción y oculta
ciertas verdades a la gente.
Las misas perpetuas son buenas cuando las llevan a cabo almas de luz para ayudar
a las personas que se hallan en transición. Para una Iglesia carente de servicios
dedicados a ayudar a las almas a ascender, estas misas son de gran auxilio para
esas almas. Pero yo no las necesito porque ahora comprendo una enseñanza más
elevada y me he beneficiado grandemente de los decretos que se me han dedicado.
Recordad que en el cielo no hay denominaciones. Aunque no son necesariamente
perjudiciales, cuando son fuente de odio y de división pierden el acceso a las
bendiciones de Dios.
No, nunca. Pero sí fui cardenal tres veces y obispo otras tres.
Los decretos
Aquí resulta mucho más difícil. Podemos verlo todo, pero dependemos de
determinadas situaciones que nos permitan poner solución a las cosas. Cuando
estás encarnado, dispones de oportunidades constantes para cambiar, para escoger
un sendero más elevado u orientar tu psicología. Y sin embargo, muchos
permanecen ciegos a sus malos hábitos como me ocurrió a mí.
En este lado, hemos de orar pidiendo oportunidades para servir que nos permitan
trascender dichos hábitos. Algunas nos llegan a este retiro a través de otros, pero a
menudo, nuestro progreso depende de la oportunidad de serviros a todos. Por tanto,
necesitamos vuestras plegarias porque algunos de los que están aquí no tienen otro
remedio que reencarnar.
Ningunas enseñanzas poseen más respuestas prácticas para la vida diaria que las
impartidas por los maestros ascendidos. Los retiros están regidos por un claro
sentido práctico. Y si bien sobrepasan todo aquello que nos es conocido, son
eficientes y prácticos, lo cual, como podéis suponer, es algo que me encanta.
Sonreímos ante el comentario que nos hizo porque mi marido había sido
una persona sumamente práctica.
El trabajo
Hemos hablado del trabajo. He aprendido mucho acerca de los efectos beneficiosos
del trabajo duro. Los maestros nos enseñan a percibir la gran importancia del
esfuerzo por alcanzar la excelencia en todo cuanto llevemos a cabo, ya sea una
brazada al nadar, una llamada telefónica o construir una casa.
Si la vida existe para glorificar a Dios, cuanto más nos esforcemos por alcanzar la
excelencia, más probabilidades tendremos de ser una unidad con la mente divina.
Nunca hemos vivido una época en que la gente haya sido menos consciente de esta
ley. Nos hemos convertido en una sociedad regida por la comodidad, la
conveniencia, el engaño y el acoso.
El problema no es el fracaso, sino el no esforzarse en llegar al máximo, actitud que
abre la conciencia a aceptar valores y patrones para la vida cotidiana cada vez más
bajos, produciéndose así un declive general.
La música moderna y las drogas han desempeñado un papel crucial en tanta
mediocridad. Decretad para la sanación de la industria de la música. Sin el uso de
los decretos, ningún discurso ni informe fruto de investigaciones lograrán causar
impacto sobre dicha industria.
¡Aprendo tanto en un solo día! En la Tierra me costaría un mes lo que aquí aprendo
en un día. Es magnífico. A la par soy consciente en todo momento de las tareas que
hay que hacer.
Al pasar los días sin oír de él, le preguntamos si sabía lo que hacíamos y
dónde estaba el retiro en el que se hallaba. Respondió:
Soy consciente de la mayoría de las cosas que hacéis. Pero al mismo tiempo, soy
estudiante en un retiro y ahora empiezo a encargarme de ciertas tareas a fin de
ayudar en unos proyectos específicos que nuestro retiro se ha comprometido a
llevar a cabo.
Me hallo en un retiro situado en el plano etérico encima del continente
norteamericano.
Una manera muy sencilla de invocar la llama violeta es recitar este mantra
cierto número de veces mientras se visualizan llamas espirituales con un
matiz violeta alrededor del cuerpo:
** Véase Elizabeth Clare Prophet: La Llama Violeta para sanar cuerpo, mente y alma (México
D.F.: Alamari, 2000).
5
El retiro de un Maestro
Después de muchas vidas sirviendo a la humanidad, Saint Germain ascendió el 1
de mayo de 1684 y empezó una inusual sucesión de interacciones con la gente de
la Tierra. Los Señores del Karma le concedieron una dispensación especial para
reaparecer de vez en cuando en un cuerpo físico*. Así empezó una serie de
extraordinarios encuentros con cortesanos del siglo XVIII**, con revolucionarios
americanos*** y con buscadores espirituales**** de los siglos XIX y XX. Todo ello
tuvo lugar a lo largo de los últimos 300 años. La historia relata que conoció a la
condesa de Georgy en Francia en 1710 y cuando ésta le vio nuevamente en 1767 él
no había envejecido ni un ápice. Madame Adhemar, que le conoció en 1760,
también comprobó en 1789 que no había envejecido. En el siglo XVIII, mucha gente
quiso seguirle sólo para descubrir que, tan pronto salía por una puerta o daba la
vuelta a la esquina, simplemente desaparecía. Su misión en aquellos años fue
aliviar los dolores de parto de la incipiente democracia, tanto en Europa como en
América. Más adelante, ayudó a establecer la República americana, intentó impedir
la violencia de la Revolución francesa e inspiró en los masones la mística visión de
un gobierno ideal compuesto por unos estados unidos pero soberanos*****.
** Véase Isabel Cooper Oakley: Le Comte de Saint Germain [El Conde de Saint Germain]
(Londres: Teosophical Publishing House, 1927).
*** Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.
**** Ibid.
***** Oakley: Le Comte de Saint Germain [El Conde de Saint Germain].
****** Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.
Muchas de las paredes de nuestro retiro están hechas de finas capas de piedras
preciosas. Las paredes de nuestra sala principal de reuniones son de amatista. Su
belleza es indescriptible y el efecto de la luz reflejada en estas paredes es
magnífico. Varias habitaciones e imágenes son de color violeta en reconocimiento a
nuestra misión consistente en compartir y representar la llama violeta. También hay
otras áreas de colores distintos. Normalmente son iridiscentes y trascienden los
matices que solemos ver en la Tierra.
Cada uno tiene su propia habitación cuyo color viene determinado por sus
necesidades espirituales. Si necesitamos desarrollarnos en un rayo específico, suele
reflejarse a menudo en el color de la habitación que tenemos asignada.
El retiro está organizado con una eficacia, una fluidez y una armonía casi
desconocidas en la Tierra. Aquí abajo se pasa tanto tiempo ocupado en la
satisfacción del ego y de los deseos, que apenas se presta atención a la
organización y a la solución y plan divinos. Si la gente se soltara y permitiera a Dios
ser el hacedor en todos los aspectos de su vida, la era dorada sería una realidad.
Aquí se nos permite trabajar a nuestro propio ritmo. Por ello la gente parece
avanzar a ritmos distintos, pero todos informamos a los directores espirituales que
nos ayudan en nuestros progresos.
Yo estoy resuelto a transmutar lo máximo posible a fin de alcanzar el próximo nivel
de logro. Algunos de los otros alumnos no ascendidos no parecen tan deseosos de
avanzar. Quizá suene extraño, pero este retiro contiene mucho más de lo que nunca
se ha visto en la Tierra, tanto que para algunos resulta abrumador. Cada alma es
única, tanto en sus logros como en los hábitos que ha de vencer.
Hasta llegar a la ascensión, no hay garantías de quedarse en un nivel etérico
específico a menos que continúes trascendiéndote. Una persona llega a un cierto
peldaño de la escalera porque se ha ganado dicho nivel, pero mantenerse, ascender
o descender, depende de él. Cuanta más maestría pueda alcanzarse aquí, más fácil
será progresar si hay que reencarnar.
Cuando una persona hace la transición, en el caso de que se le permita acceder al
nivel etérico, hay cuatro posibilidades para su evolución en curso. Depende de su
logro y del tipo de karma que tenga. La primera es que tenga necesariamente que
reencarnar. En este caso, la plegaria ha de centrarse en que nazca en una familia
de gran luz y comprensión espiritual.
La segunda es que exista la posibilidad de que tenga que reencarnar, pero
mediante un extraordinario esfuerzo de servicio y transmutación, se le pueda
permitir quedarse en los retiros etéricos y convertirse en un candidato a la
ascensión.
La tercera es que no tenga que reencarnar y sea un claro candidato a la ascensión,
incluso aunque tenga que pasar un cierto tiempo antes de que ésta tenga lugar. La
última posibilidad y la más deseada es que ascienda y jamás deba volver a
reencarnar *******.
Yo me hallo en la segunda categoría y no sabré durante algún tiempo si continuaré
aquí o si volveré a la Tierra. Es evidente que tengo la firme intención de convertirme
en un candidato a la ascensión. Asimismo, deseo con todas mis fuerzas que todos
vosotros lleguéis aquí, ya sea en la tercera o en la cuarta categoría.
*******Para más información acerca de la ascensión, véase Booth: The Path to Your
Ascensión
[ El Sendero hacia la Ascensión}.
¡La luz de Dios nunca falla!
Debéis saber que la luz de Dios nunca falla. Cuando se dirige a una situación o
circunstancia, siempre produce un resultado. Lo importante es la dirección y la
pureza de los decretos u oraciones que dirigen esta luz. Si pudierais verla, lo cual
ocurre en algunos casos, veríais cómo es emitida y ajustada de acuerdo con la
voluntad de Dios.
¿La cuestión? En cierto modo, gran parte de lo que ocurre es matemático. El karma
se examina y se sopesa, algunas veces a escala individual, y otras, a escala
nacional o planetaria. La luz puede contribuir a aminorar o aliviar una situación,
pero no la cambia por entero porque la corriente de vida debe trabajar a través del
karma en concreto a fin de aprender una lección importante. De lo contrario, se
permitiría que la luz invirtiera completamente esa situación.
Mi muerte fue un buen ejemplo. Por una parte, todos los decretos y oraciones
dados por mis familiares y amigos no me mantuvieron con vida, pero lograron que
mi transición, tal como os la he descrito, resultara muy fácil. Comprendía con toda
claridad todo cuanto se me presentaba gracias a los decretos realizados en mi
auxilio. Asimismo también se me ahorró alargar mi estado de salud durante más
tiempo del que ya se había prolongado.
En otras ocasiones, por ejemplo, alguien puede sufrir un accidente y ocurre que el
individuo perfecto aparece para ayudarle, o incluso salvarle. Todo ello gracias a la
luz de Dios, que nunca falla a la hora de llevar a cabo lo que la ley permite, dadas
las circunstancias kármicas de la situación en particular.
Lo más triste es ver a algunas personas que creen que Dios las ha abandonado.
Dios nunca abandona a nadie, sino que muchos le abandonan a Él debido a la
amargura y al dolor. Pretenden que Dios esté a su lado en cada decisión equivocada
que toman y, sin embargo, cuando su karma se cumple, le culpan a El.
Se nos ha dado la oportunidad de crear nuestra propia hoja con el debe y el haber.
El problema es que las deudas vencen y hay que saldarlas. Cada buena acción que
hacemos nos ayuda y nos proporciona misericordia, pero no puede borrar toda la
deuda. Como comprobaréis si leéis las vidas de los santos, ni siquiera a ellos se les
ahorraron pruebas muy duras y sufrimiento. Hay que reconocer que algunas de
ellas se debieron a su voluntad de llevar el karma planetario, de forma que el
planeta pudiera salvarse y, de este modo, avanzar hacia adelante. Sin embargo,
hasta que no equilibraron su karma personal tuvieron que seguir enfrentándose con
situaciones conflictivas. La lección reside en la luz, la fe y la comprensión con la
cual han triunfado sobre las dificultades.
Examinaos en lo profundo de vuestra alma y preguntaos: ¿Culpo de algo a Dios?
¿Qué necesito para librarme de ello? Cuanto más os unáis a la luz, más
comprenderéis que nunca falla.
6
El elixir mágico
* Para una mejor comprensión de la alquimia, véase Saint Germain On Alchemy [Saint
Germain: Alquimia].
La misericordia
La misericordia es una cualidad de la llama violeta. Es el aspecto del rayo rosa de
esta llama. Es una cualidad divina a la que cada cual debería aspirar. Observo que
la gente ora constantemente pidiendo misericordia, pero se muestra muy poco
proclive a concedérsela al prójimo.
Todos cometemos errores y la misericordia constituye un ungüento de bienvenida.
¿Recordáis la historia de Jean Valjean en Los Miserables? El obispo le concede la
misericordia de no denunciarlo cuando este ladrón le roba la cubertería de plata y,
en lugar de ello, regala a Jean los candelabros también de plata. Este acto de
misericordia conmueve en lo más íntimo a Jean Valjean. A partir de entonces,
decide vivir con honor y generosidad durante el resto de su vida.
No paséis por alto los Jean Valjean con los que podáis tropezaras en la vida. La
misericordia cambia por igual al que da y al que recibe. No es un acto de lástima o
permisión, sino de transformación.
Orad a Kwan Yin, la maestra oriental de la misericordia, la tutora de vuestra alma
en la llama de la misericordia porque ella es la auténtica maestra de este sagrado
atributo.
Suele ocurrir que las verdades espirituales que se les muestra a las personas
tienen aspectos que, en mayor o menor grado, les son familiares. Un budista no ve
a Cristo durante una experiencia cercana a la muerte ni los cristianos ven a Buda.
Dios tiende a revelar una cierta cantidad de verdades a la vez.
Ahora me doy cuenta de la escasa proporción de lo que se nos revela y de qué
poco entiende de la verdad la mayoría de la gente. Se ha permitido a los maestros
ascendidos compartir el grado más elevado de conocimientos espirituales y de la
verdad, de entre todas las enseñanzas que conviven hoy día en este planeta. Pero
incluso aquéllos se hallan limitados ya que las personas deben hacer méritos y
estar preparadas para aprender las verdades que se les muestran. Las enseñanzas
que Jesús conoció pudieron haber llenado al mundo, pero, al parecer, no pudieron
darse en su totalidad durante la dispensación de Piscis.
En general, hay un principio espiritual que dice que el alumno debe estar
preparado antes de recibir ciertas enseñanzas o conocimientos. Yo soy un buen
ejemplo de ello. Me fue revelada la llama violeta, pero sólo ahora la entiendo de
verdad. Mi mente humana no estaba preparada para asumirlo ya que se hallaba
fuera de contexto en relación con mis conocimientos espirituales. Para mí se trataba
únicamente de un hermoso color y, al apreciar sólo una pequeña porción de lo que
representaba, no comprendía en su pleno significado la importancia de esa llama.
Si pudierais entrevistar a varios buscadores espirituales del mundo, descubriríais
que muchos de ellos han visto la llama violeta aunque no hayan comprendido
plenamente lo que representa.
Se me han mostrado muchas cosas de las que no se me permite hablar. La gente
suele pensar que le gustaría saber más y muchos buscan experiencias espirituales.
En realidad, no importa el sendero elegido si es legítimo a los ojos de Dios. El
principio más importante es interiorizar la enseñanza.
Recordad que algunas civilizaciones que recibieron una parte de verdad mayor que
nosotros, cayeron. Por ello, los maestros dirigen su atención hacia el corazón y la
psicología, junto con otros ejercicios espirituales y rituales. No hacen hincapié en los
siddhis (poderes paranormales) o incluso en los milagros visibles, porque éstos no
aseguraron en el pasado el crecimiento espiritual de las personas.
Si la gente cumple con su destino espiritual, entraremos en un ciclo en el que un
mayor número de personas mostrarán los dones del Espíritu Santo, lo cual se
permitirá cuando el planeta se halle en el punto de mayor peligro y llegue el
momento crítico en que deberán tomar la decisión definitiva: el sendero de Dios o el
de las riquezas.
Ahora he comprendido que a lo largo de los siglos un pequeño grupo de adeptos
procedentes de senderos espirituales distintos ha recibido y ha comprendido
verdades espirituales trascendentales. Sin embargo, estas verdades tenían que
ganarse por mérito propio y no darse a la gente en general.
Como alma recién llegada al reino etérico, yo no dejaba de preguntar: « ¿Por qué
no comunicáis a la gente algunas de estas verdades?» Quería que mi propia Iglesia
se apercibiera de numerosos aspectos que estaba pasando por alto. Pero, como
todo aquí, existe una geometría, una fórmula espiritual. El nivel, antes de ser
concedido, debe ganarse. Dios no revela la verdad indiscriminadamente y, sin
embargo, se halla a disposición de todos los que la buscan con corazón puro.
El perdón
El decreto que mi esposo recita para la llama violeta del perdón es como
sigue:
Sobre la compensación
*** En la versión original en inglés se utiliza como epígrafe la palabra «retribución», la cual
se relaciona especialmente con el significado al que se refiere la autora en este párrafo, cosa
que no ocurre en español, idioma en el que se ha traducido por «compensación» al ser más
acorde con el sentido real en el contexto de las explicaciones. [N. de E.]
Hoy día, en el mundo en que vivimos, las personas han compartimentado a Dios en
el ámbito de su vida. Muchos tratan el tema de la religión casi como si fuera un
pasatiempo para cuando les conviene o como un deporte que practican en horas
determinadas. Para otros, Dios sólo es alguien al que se invoca en momentos de
crisis agudas.
Dios es la pura energía de la vida. Dios está en todo. Cuando eliminamos a Dios de
nuestra vida y del planeta, el único resultado posible es la decadencia. Dios nunca
ha estado destinado a ser un cajón más de una amplia cómoda de opciones. Él está
destinado a ser la base y el marco de todo. Hemos perdido nuestra reverencia por la
vida en los demás y en el medio ambiente.
El propósito inicial era que el séptimo día fuera consagrado como un día de
recreación divina. Su objetivo era recordarnos nuestro origen divino y concedernos
fe y fortaleza para pasar el resto de la semana. Se instituyó para ser un día
dedicado a reunir a la comunidad espiritual y a la familia. Hoy día, por razones de
conveniencia, muchos establecimientos están abiertos el séptimo día. El
materialismo reina sobre la espiritualidad. El precio que se paga es enorme.
Cuando lleguéis a este lado, veréis las cosas tal cual son y os preguntaréis por qué
no presentasteis más desafíos cuando estabais en la Tierra.
La pregunta principal que las huestes ascendidas formulan es: « ¿Qué hará falta
para que la gente despierte?»
7
Encuentro con los Maestros
¿Qué nos puedes decir acerca de las enseñanzas de Jesús?
Los estudiantes de los maestros ascendidos han recibido las enseñanzas más
profundas sobre el cristianismo desde que Cristo estuvo encarnado.
El mundo cristiano aún no ha comprendido por entero la dispensación de Jesús y el
verdadero propósito de su misión. Él anhela que se dé a los portadores de luz la
verdad en su totalidad. Sin embargo, sabe que, en muchos casos, sus enseñanzas
han sufrido tantos cambios que la gente no sería capaz de reconocer la verdad y
hasta llegaría a defender lo que han expuesto los lobos con piel de oveja.
Jesús está atónito ante la multitud de denominaciones que actualmente existen,
cada una explicando o interpretando de una manera diferente las enseñanzas que
él impartió. Siente profunda tristeza por hallarse tan aislado en las mentes de sus
seguidores. No le parece lógico que la gente acepte una imagen del cielo que
implique en su mayor parte a Dios, a Jesús y al Espíritu Santo. Lo que desea es que
los cristianos entiendan que no es él, sino el Cristo al que encarnó quien en realidad
constituye la puerta abierta al cielo.
Su misión fue magnífica: demostrar a la humanidad su verdadera identidad en
Dios. Tenía que ser el que mostrara el camino y su mensaje fue: «Tened entre
vosotros los mismos sentimientos que Cristo». (Fil. 2:5)
Pero la gente lo oye y no lo comprende. Hemos de convertirnos en el Cristo. Ello no
significa de ningún modo que hayamos venido con el nivel de logro espiritual de
Jesús, ni con su misión, ni en su lugar ante Dios; significa que existe un propósito en
la vida mucho más elevado de lo que la mayoría de la gente comprende.
Asimismo, ello implica la gran responsabilidad que tenemos por nuestras acciones,
así como la limpieza de nuestros templos a todos los niveles: espiritual, emocional,
mental y físico. Significa que, a pesar de que quizá pequemos, nuestra verdadera
identidad se halla en Dios y no como «un pecador». La mayoría de las personas se
identifican en tal medida con su yo humano, que se han separado totalmente de su
identidad espiritual.
Sí, he visto a Jesús. Es todo lo que nadie en la Tierra pueda imaginar y más que
eso. Trabaja de manera infatigable a favor de este planeta. Incluso habló conmigo
por ser yo alguien que había estado recientemente encarnado y me preguntó lo que
pensaba de las limitaciones y malentendidos acerca de sus enseñanzas.
Le conmueve cada devoto sincero, pero le entristece enormemente que se haya
negado la verdad a esas almas. Asimismo, es cierto que se halla presente cuando
dos o más se reúnen en su nombre. A medida que nos acercamos al final del ciclo
de los dos mil años que hace que caminó sobre la Tierra, está resuelto a que la
gente goce de la oportunidad de conocer la totalidad de sus enseñanzas.
A pesar de ello, no quiero dejar de mencionar a los cristianos que han interiorizado
sus enseñanzas y viven imitando a Cristo, así como a los que hablan por don del
Espíritu Santo y poseen numerosos dones concedidos por éste. Son almas que viven
con un fervor y un gozo espirituales propios de Dios. Sin embargo, hay que
reconocer que ello no es cierto en la mayoría de los casos.
Algunos cristianos van cambiando de Iglesia en busca del ministro o pastor
adecuado. Sus almas sienten que hay algo más, pero no han encontrado lo que
buscan.
Se entiende que el ministro es el maestro espiritual de su rebaño. Se trata de un
llamado de Dios. Pero si el ministro es un recipiente vacío o con carencias
espirituales, no puede transmitir los frutos de la enseñanza a la congregación y Dios
no puede utilizar un vehículo tal para inspirar o transformar a las almas. Así,
muchas almas sinceras se quedan hambrientas y tratan de hallar satisfacción en la
consideración de los hombres mientras permanecen en el seno de la comunidad
eclesial.
No es esto lo que Jesús desea para su rebaño. Hay momentos en que literalmente
llora cuando contempla a la Iglesia en su totalidad. También se aflige por los que
abrazan otras religiones. En muchísimos casos, la luz que debería estar presente y
ser tangible en la casa de Dios —sea ésta templo, mezquita, sinagoga o iglesia— se
ha oscurecido. Los maestros intentan por todos los medios despertar a los hijos e
hijas de Dios antes de que sea demasiado tarde.
El Sagrado Corazón
Jesús fue el Mesías. Nos trajo el mensaje de salvación para nuestras almas, un
mensaje que ha sido amañado y cambiado por muchas manos en el transcurso de
los siglos. No debería sorprenderos, incluso mientras hablo, que numerosos eruditos
estén sacando a la luz nuevas versiones de la Biblia.
Nuestra mayor pérdida ha sido la enseñanza de Jesús sobre la reencarnación, es
decir, hacernos comprender que el verdadero objetivo de la vida es convertirnos en
uno con el Yo Superior, o el Yo Crístico, y que a la mayoría de las almas les cuesta
varias vidas lograrlo. La teoría de la reencarnación ¿contradice realmente las
enseñanzas de Cristo? En ese caso, ¿cómo habrían podido preguntarle sus
discípulos si un hombre nacido ciego, lo era por sus pecados o por los de sus padres
(Juan 9:2), si no hubieran comprendido la ley del karma y de la reencarnación?
Muchos cristianos comprenden mal las enseñanzas de Jesús y consideran una
blasfemia decir que cada uno de nosotros puede convertirse en el Cristo. Lo que no
perciben es que para ello se precisa una dedicación espiritual que pocos buscan o
saben buscar.
No estamos diciendo que el yo humano posea la unidad con el Cristo. Alcanzar la
cristeidad es una elección que hacemos cada día, a menudo cada siglo, que el alma
hace para purificar y fundirse con la luz de Cristo. Ello exige sacrificio, entrega y
disciplina; caridad, sabiduría y humildad. Exige todo cuanto ejemplificó Cristo. La
cristeidad individual no es la deificación de lo humano, sino el reconocimiento de lo
divino en nuestro interior.
Cuando pensáis en la justicia divina, ¿tiene sentido que sólo dispongamos de una
oportunidad, de una vida, para aceptar a Cristo e ir al cielo o bien ser condenados a
ir al infierno? Fijaos en las aparentes desigualdades con que los seres humanos
nacen: algunos son ricos, otros pobres; algunos reciben amor y dulzura y otros,
abusos o indiferencia; hay quien disfruta de salud mientras otros sufren
enfermedades. Y la lista continúa.
De igual forma, algunos nacen cristianos, mientras otros son hindúes, budistas,
musulmanes, judíos, zoroastrianos, etc. ¿Resulta lógico que Dios haya instituido un
sistema mediante el cual sólo los cristianos puedan ir al cielo?
En mi más reciente encarnación visité en cierta ocasión unos pueblos aislados en el
confín de la frontera turca con Rusia. Había gente cuyas familias habían sido
musulmanas durante siglos y los misioneros cristianos jamás llegaron a aquellos
lugares. ¿Significa ello que la gente que vivía allí merecía un lugar de inferior
categoría en la casa de Dios?
La verdad es que cuando estas almas cruzan el umbral de la vida, reciben la
oportunidad de conocer al Yo Crístico y de aceptarlo. Un alma justa aceptará
siempre al Cristo. Y así se cumplen las palabras de Jesús: «Yo soy el camino, la
verdad y la vida; nadie va al Padre sino por mí.» (Juan 14:6). El Cristo es la puerta
abierta y el camino hacia Dios.
Jesús nos dijo que le hubieran salvado legiones de ángeles de haber elegido
invocarlas. Sin embargo, hasta hace muy poco, muchos ignoraban o apenas daban
importancia al reino angélico. Asimismo, la Madre María se ha aparecido a
numerosas almas como intercesora entre ellos y Jesús y, no obstante, pocos salvo
los católicos comprenden su papel.
La Biblia habla de una anterior venida de Elías (Mateo 17:12). ¿Dónde estaba antes
de volver? *
En verdad, en el cielo hay santos que son las huestes ascendidas. Se han unido con
el Cristo y reverencian a Jesús por la extraordinaria misión que llevó a cabo.
Si encontráis difícil creer que la gente haya manipulado las enseñanzas de Jesús,
investigad un poco la historia. ¿Por qué creéis que el libro del Apocalipsis incluye la
admonición según la cual quien añada o quite algo de ese libro será privado del
árbol de la Vida?: porque se precisaba que una enseñanza permaneciera pura.
Fijaos en lo diferente que es respecto al resto de la Biblia y en la simbología. Pocos
han sabido cómo interpretarla y muchos ignoran ese libro. Sin embargo, contiene
muchas de las claves de la era en la que vivimos.
También hallamos que, a la muerte de los santos, tanto orientales como
occidentales, hay discusiones entre sus discípulos acerca del verdadero significado
de sus enseñanzas. En ocasiones, hasta han nacido dos o más órdenes o sectas de
lo que era la enseñanza única de un santo o de un gurú, dando lugar a nuevas
interpretaciones de las enseñanzas del maestro.
Asimismo, en la Tierra hay libros aún por descubrir. Otros han sido hallados, pero
no se han traducido, y otros, que se conocen, se mantienen apartados del
conocimiento público. Todos ellos corroborarían lo que acabo de deciros y lo que la
mensajera os ha enseñado. **
¿Por qué la gente cree que se minusvalora el papel de Jesús si aceptamos como
herencia divina la elección de convertirnos en Cristo? Jesús sigue siendo el ejemplo.
Vino para compartir el camino de su cristeidad con nosotros. Le hemos negado el
cumplimiento de su enseñanza y, al hacerlo, hemos protegido de muchas maneras
nuestro yo inferior. Reconocer sus verdaderas enseñanzas significaría para este
planeta una revolución de luz, dirección espiritual y propósito.
** Véase Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet: Las enseñanzas perdidas de Jesús, 1-4.
Hoy día, multitud de iglesias se esfuerzan en hacer que el ser humano se sienta
cómodo. Pero no se trata de entretenimiento y comodidad humanas. Lo que importa
siempre ha sido la luz. Cuando la gente encuentra a las Madres Teresa de este
mundo, sabe que se halla en presencia de un amor incondicional y de una extrema
humildad, y sienten la luz y la irradiación de su presencia.
La Madre Teresa cumple con la fórmula de la luz porque sirve al Cristo que hay en
todos. Puede que no comprenda todo cuanto he compartido con vosotros, pero
entiende el principio de ver a Cristo en todos los seres con los que se encuentra. Al
hacerlo, mantiene el concepto inmaculado de la verdadera identidad divina de cada
cual.
Quisiera deciros algo más acerca del papel de Jesús en la salvación de este
planeta. ¿Os dais cuenta de la importancia de este ciclo de 2.000 años? Durante
siglos ha estado al lado de los portadores de luz, esperando que algún día
despertáramos a la verdad de sus enseñanzas. Hasta ahora ha mantenido el
equilibrio a favor nuestro, pero ya no se le permite seguir haciéndolo de la misma
manera.
Dios es un padre generoso. Pero llega un momento en que, o bien hemos de
levantarnos y reflejar todo cuanto se nos ha dado, o bien hemos de caer en la
desidia de no ver o vivir en la verdad. Nuestras cargas se hacen cada vez mayores Y
más difíciles de soportar. Todas las respuestas se hallan en las enseñanzas de
Cristo, pero debemos convertirnos en ellas.
Jesús continuaría llevando de buena gana nuestras cargas, pero ya no resulta lícito.
Dios no lo permitirá. Sólo serviría para que nosotros continuáramos igual. Ha
llegado la hora de que la gente despierte, de que crezca espiritualmente. Se nos ha
dado todo cuanto necesitamos, queda ahora en nuestras manos el trabajo duro.
Cuando vuestra carga sea ligera, podréis cumplir con vuestro destino. Se lo
debemos a Jesús y no podemos fallarle.
El Buda Gautama
Mark Prophet
Hay mucho que decir acerca de Mark Prophet, ahora llamado maestro ascendido
Lanello. Ciertamente posee un corazón magnánimo y en el reino etérico se le
conoce por esta cualidad, un atributo que todos haríamos bien en alcanzar. Cada
persona puede preguntarse: « ¿Cómo es de magnánimo mi corazón?».
He podido hablar con él en varias ocasiones ya que le ha interesado sobremanera
esta dispensación y la oportunidad que se me ha dado de compartir algo de lo que
he aprendido. Estoy impresionado por su sabiduría y humildad, y su humor me
divierte.
Me dijo que pocas personas se dan cuenta de lo desafiante y rigurosa que fue la
preparación de su esposa y complemento divino, Elizabeth, para desempeñar el
papel de mensajera. Ve cómo algunas personas abandonan el sendero o
permanecen en él con el corazón herido o lleno de ira a causa de disciplina o
exigencias mucho más simples que las que ella sobrellevó. Mencionó que uno de
sus mayores retos fue no contener ni suavizar ninguna de las pruebas que ella
necesitaba recibir a fin de cumplir con su destino espiritual.
Desea que sepáis que su llama gemela, su alma gemela, se ha visto ahora en un
papel similar. Ella percibe lo que necesita un alma para progresar, pero la verdadera
esencia de la prueba para el alma consiste en no percibir por qué necesita lo que
está recibiendo. Es la prueba de fuego. Pueden ser pruebas breves o durar años. La
lección reside en mantenerse en el sendero con fe y seguir hacia adelante dando
servicio y amor.
Os recomiendo el estudio de la última encarnación de Lanello de la que aprenderéis
mucho acerca de la fe, la sujeción a la voluntad de Dios, el vencimiento de
cualquier obstáculo y también sobre la alegría.
No sólo le he visto sino que he tenido el privilegio de mantener largas charlas con
él. Como ya sabéis, es maestro de psicología. Ha dado varias conferencias a los que
aún podemos hacer la ascensión sin ser todavía candidatos a ella.
La pureza del amor que desarrolló siendo san Francisco y su capacidad para
soportar los estigmas le proporcionaron un gran control sobre el cuerpo emocional.
De entre nuestros cuerpos inferiores, el emocional es el que a la gente le cuesta
más dominar. Con maestría, san Francisco consiguió controlar el plexo solar y
obtuvo la presencia de la paz de Cristo.
Creo que lo más duro de estar en este lado es contemplar las numerosas maneras
en que el propio karma y el falso sentido de la realidad ciegan a la gente. Muchas
personas realizan actividades que no valdrán para bien ni para mal en el reino
etérico. Digo esto con total conocimiento de mi reciente permanencia en la Tierra y
mi propensión a algunas de esas actividades e ilusiones. De ahí que, cuando
seleccionéis vuestras actividades, os preguntéis: ¿Jesús habría ocupado sus horas
de este modo?
Siento un deseo profundo de salvar a cada portador de luz que pueda y de
ayudarle a percibir lo que yo mismo no advertí en su momento. Y sin embargo, sólo
estoy autorizado a compartir ciertas verdades. El resto, o han de adquirirse por
propio mérito o en estos momentos no pueden revelarse.
Orad para que se os muestre lo que os impide ver y comprender la mayor cantidad
posible de enseñanzas de los maestros ascendidos.
Si os detenéis a considerarlo, hay numerosas pistas y claves en mucho de lo que
he compartido con vosotros. Muchas de las enseñanzas más profundas son muy
sencillas y, sin embargo, nos exigen el total desafío de todo cuanto hay de irreal en
nuestro interior. Gran parte de aquello a lo que habéis de aspirar se halla contenido
en la oración de san Francisco que yo llevé en mi cartera hasta el momento de mi
fallecimiento.
Esta oración puede interpretarse según dos niveles. El primero es que si os
convertís en todo cuanto contiene la plegaria, llegaréis a ser un antídoto de todo lo
que vaya en contra de la vida eterna. Vuestra presencia será similar a un auténtico
rayo de luz sanadora ante quienquiera con que os tropecéis. En sus interacciones
con vosotros, experimentará paz, amor, perdón, fe, esperanza, luz y alegría.
Anhelará conocer la fuente de esta luz y vosotros podréis guiar a su alma.
El segundo nivel según el cual podéis estudiar la oración es muy personal. Consiste
en estudiar cada línea, examinando con toda franqueza vuestra posición en relación
con los atributos que vayáis mencionando y, sobre todo, aquello en vuestro interior
que ejemplifica mal lo citado.
Yo conocí a san Francisco. Su vida y su oración eran una sola cosa. La paz sanadora
de su presencia produjo una marca indeleble en mi alma, que he llevado durante
siglos.
8
Karma y reencarnación:
lecciones de vidas pasadas
Equilibrar el karma
¿Os habéis fijado en cuántas veces los maestros os han aconsejado equilibrar el
karma mientras estáis encarnados, en lugar de esperar a que lleguéis al otro lado?
No puedo dejar de insistir en la importancia que tiene para vosotros interiorizar este
mensaje. Mientras estáis encarnados, las oportunidades de transmutar el karma
literalmente no cesan. Una y otra vez se os coloca en situaciones y junto a personas
con las que necesitáis estar. Cuando se han completado determinados ciclos, soléis
trasladaros a otro grupo, trabajo o vecindario.
No fue mera casualidad que yo eligiera un trabajo que me permitiera vivir en
diferentes lugares del país y del mundo. En cada una de las áreas donde viví tenía
karma reciente y antiguo. Muchas de las situaciones, como aquéllas en las cuales
un jefe o un colaborador pudieran parecer menos competentes que yo, tenían una
correlación directa con lo que yo necesitaba aprender. He pasado muchas vidas en
puestos directivos, por lo que he tenido la tendencia a tomar el poder y a
mostrarme dominante sin dejar que los demás contribuyeran hasta donde su
capacidad les permitiera llegar. Era amable pero, sin darme cuenta, limitaba el
crecimiento de los demás. Necesitaba una encarnación en la cual pudiera dirigir con
total efectividad, pero donde no fuera ni el jefe supremo ni el encargado de tomar
decisiones. Necesitaba experimentar el hecho de tener una solución clara o una
idea excelente sin gozar del poder de llevarla a cabo, a menos que mi superior me
diera la oportunidad de hacerlo o compartiera mi punto de vista. Las decisiones que
tomé en el transcurso de los años de rechazar lo que aparentemente eran
excelentes oportunidades de trabajo, en realidad resultó ser un acierto con relación
a lo que por encima de todo necesitaba aprender y transmutar.
Abandoné esta vida sin rencores ni resentimientos y por ello me siento sumamente
agradecido. Se es mucho más libre cuando uno no se apega a una situación
particular o a una persona debido a una falta de resolución o de armonía.
Aquí, en el plano etérico, uno puede trabajar muchas cosas, pero no todas. Algunas
requieren la reencarnación; otras, un servicio tremendo y muchos decretos. Se trata
de un interesante contraste. Aquí se nos pide mucho más que en la Tierra; se ve
claramente lo que hay que hacer, mientras que cuando se está encarnado, la visión
suele ser turbia y confusa. Puede que veáis como una carga lo que es una
oportunidad cósmica, y así dejéis de realizar los pasos necesarios o aprender las
lecciones que os proporciona esa situación determinada. En este lado pagáis, por
decirlo de algún modo, el no haber aprovechado la oportunidad, y seguís teniendo
pendiente superar o trasmutar el karma de la situación. En este lado pueden
recrearse algunas cosas, pero otras no. El precio de ello es la reencarnación.
Desde los planos etéricos observamos numerosas situaciones en las que la gente
se enoja o alberga resentimiento ante algunas de las circunstancias de su vida.
Nunca se detienen a considerar que su auténtica salvación reside en superar con
amor lo que la vida les ha puesto delante.
Puedo deciros que era absolutamente necesario que pasara un tiempo en Turquía.
A causa de una encarnación anterior, debía mucho a ese país. Era muy importante
que hiciera un excelente trabajo y estableciera buenas relaciones con los turcos.
Muchos siglos atrás, yo había servido allí. Como general que había sido, se me
había mostrado un gran aprecio, pero después de considerar todos los aspectos,
puedo afirmar que más de una vez había defraudado a mi país.
Había prestado servicio como militar en varias ocasiones y había ocupado
numerosos cargos de alto rango, pero sin desempeñarlos con la mayor dignidad a
causa del alcohol, el poder y las mujeres. Por tanto, era fundamental que ocupara
un puesto más humilde y lo desempeñara con integridad y honor.
Esto no significa que no hubiera realizado un buen trabajo en otras vidas. Pero la
letra de la ley es precisa. Poseía unos desgraciados hábitos que tenía que vencer.
Era absolutamente necesario que fueras mi compañera en esta vida, porque sin ti
hubiera podido fracasar de nuevo. Mi deseo de ayudar a los demás, que de verdad
era sincero y había permanecido en mi interior durante algún tiempo, me ha
ayudado a equilibrar gran parte de lo que no he hecho correctamente.
Lo que a la gente le cuesta comprender es que en este período ha llegado la hora
de saldar la mayor parte del karma. La gente tiene hábitos negativos que en
ocasiones arrastra durante varias vidas. En algunos casos, una antigua aunque
grave violación de la ley se presenta de repente, y hay que equilibrarla. Este tipo de
carga es la más pesada de llevar porque no parece haber una razón lógica para la
gravedad de la situación que se presenta.
Nada ocurre porque sí. El sistema de justicia divina es elegante. En verdad, no hay
injusticia en el cielo. Si se concediera a la gente la oportunidad de ver cuántas
veces los ángeles y los maestros ascendidos han intentado mediar a su favor para
paliar un sufrimiento que habría sido peor, se arrodillarían dando las gracias a Dios.
Si me fuera concedido dar algún consejo, éste sería que orarais para que se os
mostrasen vuestros puntos vulnerables y, así, poder trabajarlos por medio de
decretos y terapia psicológica.
Un año después de que mi esposo nos hubiera hablado por primera vez de
Turquía, le pedimos de nuevo que nos contara algo de sus vidas pasadas y
una vez más sacó a colación la encarnación que tuvo allí:
¿Puedes decirnos algo más acerca del alma que contribuyó a ese
karma en Turquía? ¿Estuviste con él en otras vidas? ¿Sigue
encamado?
Hay almas a las que sigues encontrando, en ocasiones por buen karma y, en otras,
a causa de karma negativo no resuelto.
Hay individuos con los que te cruzas sólo en una vida, otros que pueden compartir
contigo una parte de dos vidas distintas, y luego hay los que te encuentras vida tras
vida.
Por lo que yo sé, este individuo había estado conmigo en Turquía en varias
ocasiones antes del encuentro que he descrito. Después de aquello, tuvimos una
última encarnación conjunta. Yo pude pasar la prueba y dejó de ser una figura
presente en mis vidas subsiguientes. Sigue reencarnado y, hasta el día de hoy, no
ha doblado la rodilla. Es un personaje importante de Oriente Medio.
La última vez que lo encontré, fue de nuevo en una encarnación en la que fuimos
militares. Éramos oficiales de igual rango. A veces resultaba un individuo
encantador y sociable. Por un lado su personalidad me atraía, pero, por otro, su
presencia me provocaba una especie de mal presentimiento. No estaba seguro
acerca del origen de esos sentimientos, pero sí me hicieron ser más precavido. A
medida que los meses pasaban, nos fuimos encontrando uno al lado del otro en
diversas ocasiones. Descubrí que engañaba a nuestro comandante y que era un
experto en esas artes. Recibía sobornos y pasaba información en clave a nuestros
enemigos, pero yo no disponía de pruebas tangibles para presentarlas al
comandante. Aunque sabía que se trataba de mi palabra contra la suya, le desafié e
informé de cuanto sabía al comandante. Aunque éste no era un alma mala, no
aceptó la verdad de lo que le dije. Me asignaron otro destino y aquel individuo
permaneció en su sitio. Yo había pasado la prueba, el que la había fallado era el
comandante. Éste es un ejemplo de cómo terminan algunos ciclos del karma y de
cómo empiezan otros.
Este caso trae consigo numerosas lecciones. La corrupción puede ser diestra ya
que muestra diferentes caras: puede vestirse con los ropajes de la aparente
amistad y del encanto más atrayente, es experta en acariciar los egos de los demás
y una artista de la manipulación. Orad para que los corruptos sean
desenmascarados y posen desnudos al lado de sus malvadas acciones. Orad para
que nunca resultéis engañados ni os hagáis vulnerables a las necesidades del ego.
Ella y yo hemos vivido en el mismo período en varias ocasiones. De las que tengo
mayor conocimiento, tuvieron que ver con la Iglesia católica y con el sector militar.
Fui su primer confesor en la vida en que fue Catalina de Siena. También fui un
hermano de la orden de san Francisco cuando ella estaba encarnada en Clara. Fui
soldado de rango destacado en una ocasión en la que ella pertenecía a la nobleza.
En todas estas vidas, le presté mi apoyo aunque no adquirí el nivel espiritual que
debí haber alcanzado dada la santidad de mis compañeros.
Podía comprender que una mujer alcanzara la santidad siendo monja o desde una
posición de poder en una monarquía, ya que he vivido muchas vidas en el seno de
la Iglesia católica y en el sector militar de numerosas naciones gobernadas por la
monarquía, pero no podía aceptar que una mujer fuera un líder espiritual. La
mayoría de mis vidas más recientes las he pasado en el seno de la Iglesia católica,
que se caracteriza por su sentido patriarcal, y ello me impidió ser capaz de
reconocer a Elizabeth Prophet como cabeza espiritual de una iglesia.
Sin embargo, a pesar de mi ceguera exterior, con frecuencia di apoyo y ayudé a su
Iglesia porque creía firmemente en la libertad de religión. Ahora me doy cuenta de
que a menudo se me llevaba de noche a estudiar a los retiros. Por ello los
mensajeros de Dios siempre han prevenido contra la costumbre de juzgar a los
demás. Nadie puede juzgar a qué parte del sendero ha llegado otra persona
basándose en las apariencias externas.
9
El Darma
El darma es un concepto hindú que se refiere por igual a la ley cósmica y al
deber de ajustarse a esa ley o a la propia naturaleza de cada uno como
manifestación de dicha ley *. Mi esposo utilizaba este término para describir
el proyecto de vida para cada persona, con el que cada una nace.
Al someterse a la crucifixión, Jesús cumplió con las horas más duras de su sendero
en la Tierra, pero de su sacrificio y obediencia al plan que Dios tenía para él nació el
cristianismo. Todos debemos reflexionar sobre nuestra buena voluntad para realizar
el plan divino. Es fácil ser un seguidor de un sendero verdadero cuando el camino
es cómodo y no nos pide demasiado. Pero ¿estamos dispuestos a soportar los
momentos difíciles? ¿Sacrificaremos de buena gana lo que más nos importa a fin de
permanecer fieles al plan divino?
Cada vida tiene sus momentos decisivos. Sólo vosotros sabéis cómo habéis
respondido cuando Dios ha llamado. Muchos desean saber cuál es su darma, pero
no todos se hallan dispuestos a los sacrificios necesarios para llevarlo a cabo.
Por otro lado existe el karma. Nunca nos libramos de él. Podemos transmutarlo y
recibir dispensaciones, pero de una forma u otra, hay que resolverlo. Posponer lo
inevitable sólo prolonga nuestro propio sendero y brinda más oportunidades para
acumular más karma.
La vida no consiste en no cometer errores, sino en tener la firme voluntad de
enfrentarse con ellos y corregirlos.
Nadie se queda nunca «atascado» en algún sitio por orden de Dios. La gente posee
libre albedrío. Una parte del deseo de Dios es que actúen y lo hagan con fe. Muchos
esperan que El lo haga todo, pero la prueba de la fe es reconocer lo que Dios nos
sugiere y actuar en el sentido de Su indicación.
Llegado un cierto punto en el sendero, Dios deja de mimarnos. Se nos exhorta a
que vistamos el manto de hijo o hija de Dios, pero este manto tiene su precio y se
gana respondiendo a las indicaciones internas del Señor. No podemos pedir guía
divina y no responder o actuar de acuerdo con ella.
A algunos el cambio les resulta muy difícil. En cierto modo, yo fui uno de ellos. Fui
capaz de recorrer el mundo y cambiar de escenario con cierta facilidad, pero
siempre deseé que mi vida diaria obedeciera a la rutina que me era familiar. En
varias ocasiones, preferí la seguridad de una profesión conocida que aceptar el
riesgo de las nuevas oportunidades que se me ofrecían.
Hubo momentos en que reaccioné negativamente a las enseñanzas de los
maestros porque no coincidían con el modo en que los demás pensaban o hablaban
al tratar temas espirituales. Ahora veo que establecí falsas fronteras en mi vida y
también la forma en que limité a Dios.
La clave reside en no ser impulsivo ni cambiar sólo por el placer de cambiar, sino
en comulgar con Dios y escuchar la clara incitación o indicación cuando se produce.
La fe exige decisiones difíciles y, en ocasiones, hace la vida muy incómoda. La fe se
puede equiparar con la intrepidez.
Sí, Dios es práctico. Para un alma, el camino puede consistir en aceptar el riesgo;
para otra, en asegurar el puesto de trabajo. La respuesta siempre se halla en el
corazón del alma de quien acepta la necesidad de orar y ayunar, y de seguir el
consejo de Dios.
Mayormente, somos nosotros quienes creamos nuestras propias prisiones y
limitaciones. Estamos cegados por lo que sabemos y por lo que deseamos ver.
Algunos somos demasiado impulsivos y otros demasiado temerosos. En su nivel,
cada persona conoce su posición y lo que revelan sus propios hábitos.
No os sintáis decepcionados cuando parezca que Dios no responde. Puede ser que
seáis vosotros los que no respondéis a Sus señales y a Sus claras respuestas.
Hay un concepto que deseo compartir: la función espiritual que cada persona
desempeña para Dios. Aquí nos referiremos al «cargo espiritual».
Dondequiera que hayáis escogido vivir, lo más importante es conservar vuestro
cargo espiritual. Dicho cargo es como una lámpara provista de una cierta potencia
en vatios que, por tanto, ilumina un determinado espacio. Dios cuenta con vuestra
luz garantizada para ayudar a que contribuya más a fondo en Su obra y para
mantener el equilibrio del planeta. No impórtalo que un individuo persiga en lo
relativo a profesión o estudios, su primer llamado debe dirigirse a dicho cargo. A
diferencia de la lámpara, a medida que os trascendéis espiritualmente, la potencia
en vatios de vuestra luz nunca debería bajar de aquélla con la que os habéis
comprometido.
Los desafíos son muchos. En primer lugar, las personas deben comprender y creer
en que están desempeñando un cargo espiritual. Deben poseer el logro y la
discriminación necesarios para entender lo que el cambio significa y lo que no
significa. Necesitan ser sabios a la manera del mundo. Veo gente que pierde su
anclaje espiritual y sucumbe a las sutiles y no tan sutiles maneras con las que el
mundo puede hacer desaparecer la luz.
Orad para que se os muestre vuestro cargo espiritual y con qué servicio vuestra
cuenta Dios para que hagáis a diario. Si este concepto no os atrae, mirad en vuestro
interior para averiguar lo que realmente buscáis o quizá de qué huís. Recordad el
antiguo precepto: «A quien se le dio mucho, se le reclamará mucho» (Lucas 12:48).
La luz ha de honrarse y compartirse a fin de que la obra de Dios pueda manifestarse
en este planeta.
Si en una habitación la luz se apaga, se va oscureciendo y en algunos casos queda
a oscuras. Así ocurre con el planeta y con el cargo que desempeñáis.
Que vuestra luz enseñe el camino con brillo y bondad.
10
Resolver la psicología personal
La psicología personal y la expansión del corazón
El calendario de la Tierra y el del cielo son muy diferentes. Las almas vienen para
un cierto tiempo y para un propósito, y luego, se las llevan. En ocasiones, lo que a
la conciencia humana le parece una tragedia es, en un sentido divino, el
cumplimiento de la fórmula kármica para un alma determinada.
De la vida de Diana pueden extraerse numerosas lecciones. No fue una santa, pero
sin duda fue una portadora de luz en las circunstancias más desafiantes. Cometió
muchos errores y creyó en la mentira de que era indigna. Pero su alma reconoció
varias verdades importantes y no se desvió de ellas. Comprendió el poder del amor
y de la compasión dados libremente y sin juzgar. No dio de manera superficial
cuando más le dolía sino desde el interior del corazón, y lo hizo en un terreno que
otros habrían temido pisar. No lo hizo para obtener aprobación ni para llamar la
atención, sino porque en su alma sabía que así debía ser y que, de alguna manera,
ello era digno ante los ojos de Dios. Lo que muchos no saben es que ella daba
constantemente incluso cuando los fiases de los fotógrafos no estaban allí y, desde
el punto de vista externo, nada la beneficiaba.
Algunos han preguntado con arrogancia: « ¿Por qué tanta atención hacia ella
cuando hay almas sencillas y desconocidas que hacen mucho más?». En primer
lugar, ¿cómo pueden saber el alcance de lo que hizo y a expensas de qué sacrificios
personales? ¿Quién puede saber algo así de otras personas? En segundo lugar, no
comprenden la noción de «cargo» en este planeta. Nadie es más importante que
otro, aunque algunos nacen con cierta categoría social o con cierto cargo, y otros lo
obtienen a través del matrimonio o de sus propias obras. Sea cual sea el medio, el
cargo constituye su campo de pruebas.
Cuando se ostenta poder y reconocimiento, surge la oportunidad de ennoblecer los
asuntos de Dios o de ignorarlos, o incluso de calumniarlos. Lo que hacen puede
repercutir en millones de personas. Recordad la analogía de Jesús según la cual es
más difícil que un rico entre en el reino de los cielos que el que un camello entre por
el ojo de una aguja (Mt. 1:24). Diana, a través de sus obras auténticamente buenas
y la dedicación a sus propios hijos, hizo un muy buen uso de una parte de su cargo.
No me juzguéis equivocadamente. Hubo esferas en las que Diana no utilizó el
discernimiento y en las que no comprendió las más elevadas verdades. En sus
relaciones con los hombres y en el mundo de la diversión era especialmente
vulnerable, así como en aprender a entender sus propias emociones. Libró una gran
batalla interna que muchos no conocerán jamás y se enfrentó con fuerzas externas
sobre las que sólo se revelará todo a su debido tiempo.
La prensa se ha convertido en algo difícil de manejar y su poder ha crecido hasta
un punto que el hombre corriente no puede ni imaginar. Recibimos la verdad de
forma sesgada y, a menudo, la corrupción y la intriga obtienen mayor relevancia
que la bondad. Es cierto, además, que algunas personas sufren el acecho de la
prensa, pero no hay que culpar únicamente a los paparazzi. Tal vez la muerte de
Diana ayude, aunque sea de manera leve, a desafiar a la corrupción de estos
medios y empiece a equilibrar la balanza. No me refiero a las numerosas almas que
trabajan en los medios de comunicación que son honradas y que muestran buen
criterio a la hora de fijar límites en lo concerniente al acceso a la vida privada de la
gente. Me estoy refiriendo a los que dirigen el negocio y a los que mueven los hilos
del poder en la prensa. Saben quiénes son y, como todo en esta vida, nadie
escapa al ojo omnividente de Dios. En estos momentos (septiembre de 1997), la
princesa Diana aún descansa de su súbita e inesperada transición **. Durante
algunos meses y antes de dar los pasos siguientes, necesitará una curación
espiritual.
** La princesa Diana falleció el 31 de agosto de 1997. [N. de E.]
*** El rayo rubí es la esencia concentrada de amor divino que puede producir un profundo
cambio en nuestra vida y en el mundo.
La negligencia
La constancia
Lo que más me preocupa son los altibajos en las tareas que emprenden muchos
estudiantes. Una semana la dedican a la meditación, la oración, el estudio y a
afrontar su psicología y, a la semana siguiente, se rinden a las exigencias de la vida
diaria, dejando escapar los anteriores compromisos.
Los maestros quieren constancia. Es mejor prometer menos y ser firmes y
constantes, que en un momento dado de exuberancia espiritual prometer el oro y el
moro, para luego incumplir lo que se ha prometido.
Cada día constituye un nuevo comienzo. No os encerréis en determinados
sentimientos de culpa por el pasado. Expiadlos y seguid adelante. Ese
planteamiento acorde con los altibajos os hace vulnerables, mientras que la
constancia facilita el compromiso, se refuerzan los hábitos positivos y se hace
posible el crecimiento.
Examinad vuestros días. ¿Cómo de constantes sois en vuestro servicio a Dios y en
vuestra práctica espiritual? Buscad maneras de crecer ajustadas a la realidad divina
y comprometeos de una vez para siempre. Hacer más de lo que uno se proponía no
es ningún problema. Es la dejación constante en el cumplimiento de lo que se había
prometido lo que hace que los maestros se pregunten en qué medida pueden
confiar en vosotros. A la postre, se trata de una cuestión de respeto a la palabra
dada.
Cuando estaba encarnado era muy consciente de que mi promesa de hacer una
novena, por ejemplo, era un compromiso que mi alma había adquirido con Dios,
como un contrato que hubiera firmado y cuyo cumplimiento estuviera fuera de toda
discusión. No quisiera daros la impresión de que hice centenares de estas
promesas, porque no fue así. Pero cuando hice alguna, siempre la cumplí.
Todos pasamos por ciclos que exigen más o menos de nosotros mismos. Por tanto,
estableced un compromiso mínimo que, ocurra lo que ocurra, podáis cumplir, y os
daréis cuenta de que os ayudará a soportar el más duro de los ciclos.
La Presencia YO SOY
Creo que los portadores de luz no avanzan por carecer de una verdadera
comprensión de la Presencia YO SOY, de la chispa del Espíritu, del Dios interior. Dios
os ha dado una parte de Su ser, la cual constituye vuestra verdadera identidad y lo
único que os pide a cambio es ¡que lo deseéis por encima de todo y reclaméis
vuestra unidad con ella!
Si en cada situación con que os encontréis, llamáis a la Presencia YO SOY diciendo
algo como: «Presencia YO SOY, entra delante de mí a esta habitación y habla a
través de mí» o «Poderosa Presencia YO SOY, estoy en una situación de peligro.
Hazte cargo de ella. Nada me perturbará», en tal caso, veréis como vuestra vida
cambiará.
Se trata de una situación muy compleja. Recordad que Gandhi fue encarcelado por
sus convicciones, del mismo modo que lo fueron muchos combatientes que
defendían la verdad y la libertad.
Cuando se encarcela a un inocente y no es su karma lo que le lleva a experimentar
una situación como ésta, nos encontramos ante el caso típico de un alma que se ha
prestado de forma voluntaria como instrumento para que se juzgue un sistema
corrupto o un grupo de individuos con un pasado de corrupción y fraude en el
transcurso de varias vidas. Se trata de un sacrificio que el individuo realiza para
provocar el advenimiento de un sistema justo o para el juicio espiritual de aquéllos
que se han comprometido, a sabiendas, a dañar a otros.
Aunque el encarcelado no sea portador de un karma que implique tal situación, lo
cierto es que, si el individuo en cuestión es capaz de pasar la prueba que tan severo
trato le comporta, se transmuta una cantidad enorme de karma. Por ello, a lo largo
del tiempo, ha habido prisioneros religiosos y políticos resurgiendo con una
profundidad espiritual y un resplandor que no tenían cuando ingresaron en prisión.
Dios recompensa a los que aguantan y honran Su nombre cuando sufren
persecución.
La persecución forma parte del sendero espiritual. Se aparece bajo muchas formas
y en muy distintos niveles de intensidad. La severidad de un encarcelamiento
erróneo es muy intensa. Pero como establece la Biblia, «bienaventurados son los
perseguidos por causa de la justicia», que grande será su recompensa (Mt. 5:10).
Como ya sabéis, Richard Wurmbrand **** pasó por esta experiencia durante los
numerosos años en que sufrió prisión y tortura.
Desde el punto de vista humano, nos da la sensación de que, con una experiencia
tal, se desperdicia la vida de una persona, pero desde una perspectiva espiritual,
puede ser uno de los logros más importantes alcanzados en varias vidas.
Muchas veces nos castigamos internamente una y otra vez, y es por una
equivocación que consideramos tan grave que creemos que nunca nos podrán
perdonar. Así, jamás nos perdonamos a nosotros mismos y decidimos que Dios
tampoco es capaz de hacerlo. La ironía es que los actos de los que nos
arrepentimos de verdad se nos han perdonado mucho antes de que nosotros nos
perdonáramos, aunque ello no tiene nada que ver con la compensación kármica que
se nos pueda pedir en ésta o en otra vida.
De lo que la gente raramente se da cuenta, que espiritualmente es mucho más
grave, es de ciertas pautas y hábitos como los de la ira, el chismorreo y las
palabrotas, el egoísmo y la irritabilidad, de los cuales muchos jamás se arrepienten.
Esos hábitos arrojan energía a otros y limitan a la gente y a su crecimiento
espiritual, mucho más que cualquier acto que el alma expíe.
Ello constituyó una sorpresa para mí al llegar aquí. Yo pensaba lo contrario, de
modo que tuve que ponerme cara a cara frente a diversos hábitos de mi carácter
que no eran ni admirables ni mucho menos ventajosos.
Orad para que se os muestren esos hábitos, con frecuencia antiguos y procedentes
de vidas pasadas, que os impiden avanzar. A continuación, rezad para que se os
libere de ellos.
**** Richard Wurmbrand fue un ministro evangélico rumano encarcelado durante catorce
años y torturado severamente por defender al pueblo rumano de la situación de esclavitud
impuesta por la invasión rusa.
Su problema empezó en la infancia. Su madre reconoció esos hábitos, pero afanada
en criar tantos hijos seguidos, no disciplinó o desafió de forma acertada esas pautas
de comportamiento. Aunque era muy amorosa con sus hijos y un ejemplo de fe
cristiana, no proporcionó la firmeza psicológica y propia de un progenitor que el
alma de su hija necesitaba. El padre no se dio cuenta hasta que ella fue mucho
mayor, y lo que hizo entonces fue evitarla aislándose de ella hasta que se hiciera
más accesible. Nunca intentó desafiar esos hábitos desde el nivel del Cristo. En
definitiva, los más cercanos a ella no la ayudaron a enfrentarse consigo misma en
una etapa en la que hubiera sido mucho más fácil cambiar esas pautas.
Es importante señalar la responsabilidad de los padres tanto si miman demasiado
como si descuidan a sus hijos. Han de orar para ser unos buenos tutores de esas
almas. Un hijo puede requerir un trato educativo distinto que otro. Cada uno posee
una psicología única formada a partir de experiencias pasadas que ahora es
amoldada por la vida presente. Los primeros años del hijo brindan la oportunidad de
facilitar una temprana solución de esos hábitos que intentarán gobernar su vida a
menos que se les ponga freno y se les desafíe. Ocuparse de lo único y especial que
hay en cada alma que se nos ha confiado exige amor profundo y mucha paciencia.
Pero os aseguro que conseguirlo es como tener oro en una cuenta corriente
celestial. Es evidente que el niño posee libre albedrío, pero la claridad de los
mensajes, así como las pautas y disciplina que enseñan los padres durante los doce
primeros años, le ayudan durante el resto de su vida.
Recordad que el alma de la que estoy hablando no era mala, sino que permitió que
su morador reinara sobre su Yo Superior. En su vida laboral y en otras áreas llevó a
cabo diversas acciones positivas, lo que le reportó algo de buen karma. Oraba, pero
con frecuencia sus oraciones nacían del propio temor, y por todo ello no fue capaz
de entender en su totalidad la prueba para la cual había encarnado. En mi opinión,
ésta es la gran tragedia de su vida.
No cerréis los ojos a vuestros hábitos negativos. Identificadlos y liberaos de ellos. Al
morador le encanta la auto-justificación y la ceguera espiritual propia. Al Yo
Superior, en cambio, le encanta enfrentarse con todo cuanto libere al alma del
morador. ¿Cuál de los dos dirige vuestra vida?
Por lo que a mí respecta, tengo mi propia parte de responsabilidad en la situación
que he relatado. Cuando miro hacia atrás en mi vida, hallo varias personas a las que
debiera haber hablado más en cuanto se refiere a paz y amor por sus almas. No lo
hice, y dos de ellos en particular han tenido que enfrentarse con un karma
importante. No me culpo de sus actos, pero nunca sabré en qué habría contribuido
o ayudado un consejo acertado, y por lo menos, sabría que habría actuado a favor
del Yo Superior y no del yo humano.
Es muy fácil caer en la trampa de preferir mantener tranquilo al morador de
alguien, en lugar de procurar que alcance el Yo Superior. Pensad en vuestras propias
relaciones. ¿Hay alguien en vuestra vida cuyo morador hayáis alimentado,
evitándole así la lucha al alma?
Con respecto al alma de la que he estado hablando, el afán de controlar todo el
correo que recibía, incluso la propaganda y cualquier objeto que llegara a sus
manos, como cajas y envases de plástico, se convirtió en una obsesión. No se
desprendía de nada por temor a necesitarlo alguna vez. No dejaba que nadie
controlara las cosas. Dejó de tener cualquier apariencia de una vida normal a
medida que correo, papeles y otros artículos fueron invadiendo su casa. Saboteaba
cualquier tipo de ayuda que se le ofreciera. De joven, era capaz de mantener un
orden y un control meticulosos, pero de mayor, cuando la salud empezó a fallarle,
optó por preferir el control al orden. La suya era una obsesión alimentada por el
miedo. Sospechaba de todos y era incapaz de ver nada de bueno aunque lo tuviera
enfrente.
La ira
El hecho de despejar toda ira del ser es vital para la curación, la victoria espiritual y
la libertad individual. La ira es como un parásito que vive de una persona y agota su
fuente de luz. Puede estar enterrada en lo profundo de la psique o descansar en la
superficie. De uno u otro modo, la persona es vulnerable. Los casos más difíciles
son aquéllos en los que la ira se desató antes de la vida presente. Algunos
individuos la arrastran durante siglos y, con frecuencia, se dirige contra Dios, al que
muchos culpan por las circunstancias de su vida. Algunos no han sabido defender
su fe en un momento crítico y, sin embargo, siguen haciendo responsable a Dios en
lugar de a sí mismos.
Normalmente, tras la ira se esconden el miedo y el odio. Nos hemos convertido en
un planeta donde tales atributos prosperan. Gran parte de ello podría evitarse si la
gente comprendiera los principios de la responsabilidad individual y de una
auténtica fe, y si desearan cultivar la compasión amorosa en sus corazones.
Para libraros de esta energía insidiosa, debéis orar a fin de que se os muestre
cualquier manifestación de ira que haya en vuestra alma o psique desde la primera
encarnación. Debéis pedir que se os muestre el mejor método a fin de libraros de
ella. Normalmente, consistirá en una combinación de terapia, trabajo espiritual y un
deseo sincero de curarse. La ira no puede pasarse por alto porque, si no os ocupáis
de ella, os dominará a vosotros y a todos aquéllos que son importantes en vuestra
vida.
No importa a cuántos servicios asistáis o cuántas oraciones hagáis. Si salís de los
momentos de devoción sólo para perder lo que habéis ganado en la oración
abandonándoos a arrebatos de ira, no estaréis progresando espiritualmente. La ira
no quiere que la toquen. Le gusta controlar a la persona. Debéis luchar contra esta
fuerza o barrera y empezar a desenmarañar sus orígenes en vuestro interior. Incluso
aunque creas que son los demás quienes provocan tu ira, sigues siendo tú el
enojado y debes disipar esa energía. Si te tiene dominado, deberías explorar el
motivo que te hace permanecer a su lado ¿Qué la está alimentando? ¿Qué oculta?
Cualquier poder que aparente tener la ira, está vacío y es ilusorio. Puede utilizarse
para manipular a personas y situaciones, pero al final sois vosotros los manipulados
al crearos, como consecuencia, más karma. La ira puede bloquear el crecimiento de
vuestro corazón y su capacidad de amar. También puede afectar a vuestro corazón
físico. En numerosas ocasiones, los maestros ascendidos han mencionado la ira
como un grave peligro que impide el progreso. Es absolutamente necesario que os
enfrentéis con cualquier vestigio de ira que pueda permanecer en vuestro interior y
liberaros de semejante esclavitud.
El dominio de la mente
Un ejercicio útil sería hacer una parada al final del día al menos durante una
semana y evaluar a qué habéis dedicado el tiempo y la energía.
Veréis cómo surgen pautas y hábitos; mas si sois sinceros con vosotros mismos,
seréis capaces de programar un mejor empleo del tiempo.
Recordad que cuando la gente está despistada, se hace más difícil que perciba y
luche contra las fuerzas del mal que trabajan sin descanso para destruir todo lo que
es santo, puro y de Dios. Son fuerzas a las que hay que combatir, y hay que limpiar
el planeta de todo lo que vaya contra la vida y contra la luz.
Sí. Creo que la mayoría de la gente sabe que es bueno dar las gracias a los demás
y que es agradable que se te agradezca algo que has hecho o que eres. Lo que se
pasa por alto o quizá no se comprende lo bastante es el absoluto y verdadero poder
de la gratitud.
El agradecimiento, en su expresión más elevada, es una puerta abierta a Dios. El
corazón agradecido dalas gracias a Dios por todo lo que Él ha puesto en su camino
—lo bueno y lo malo— porque comprende que todo ello representa una oportunidad
para glorificar a Dios y crecer espiritualmente.
No basta con la reciprocidad. Reflexionad en las siguientes preguntas: ¿Cómo sería
si viviera en un estado de perpetua gratitud? y ¿qué es lo que soy incapaz de
agradecer?
Si pasáis por una situación muy difícil pero sois capaces de agradecer con
sinceridad a Dios la oportunidad de crecer, de luchar o de experimentar el dolor,
cualquiera que sea el caso, con toda probabilidad podréis atravesar o salir de la
situación mucho más rápido que si os sumís en un estado de amargura o de lástima
de vosotros mismos, o si cuestionáis los motivos de Dios.
La ceguera espiritual es lo que os mantiene apartados de la gratitud. Cuanto más
se comprenda el principio del karma y del sistema de justicia divina, más se será
capaz de abrazar el camino de la gratitud.
La ingratitud puede provocar un estado de amargura que impida a un alma con un
sustancial logro espiritual el avance en el sendero. Si el alma muere en tal estado,
este cáncer, al que ha permitido que infecte su cuerpo y su espíritu, la debilitará y
arrastrará indefectiblemente hacia abajo.
***** En los EE.UU., se trata de un día muy señalado que se celebra el cuarto jueves del mes
de noviembre. [N. de E.]
11
Escoge la vida, no la muerte
La máxima ingratitud
El relato de un aborto
Nuestro retiro cuenta con unas amplias pantallas como las del cine, utilizadas para
informarnos de los acontecimientos que tienen lugar en el universo e impartirnos
las lecciones que necesitamos para avanzar. Hoy nos han enseñado los registros
kármicos de una pareja de solteros que han decidido abortar al hijo que han
concebido.
En la pantalla vimos a la chica, una estudiante universitaria, y a su novio. Él
también va a la universidad, pero es dos años mayor que ella y nunca se ha
planteado otra alternativa que el aborto porque no quiere comprometer sus
estudios o su futura profesión con un niño al que tener que cuidar. Por ello, presiona
enormemente a la chica para que aborte. Lo que ella ignora es que ésta es la
segunda relación en la que el muchacho ha insistido para que se realice el aborto.
Se siente confusa y muy atormentada. Le gustaría contárselo a su familia pero teme
que la rechacen o se nieguen a seguir pagándole los estudios. No obstante, al optar
por no decir nada a sus padres, nunca sabrá lo que nosotros desde nuestra octava
vemos claramente: que ellos, a pesar de quizá sentir sorpresa y decepción, le
hubieran dado su apoyo para tener al niño y, más tarde, para decidir si criarlo o
darlo en adopción.
La chica se siente herida por la actitud de su novio, pero le ama. Y aunque cree que
la mujer tiene derecho a decidir en lo concerniente a los embarazos, no está
preparada para la sensación de vida que está creciendo en su interior. Con gran
tormento, accede a abortar, como quería su novio, y después cae en una depresión
como nunca ha experimentado hasta entonces.
El alma que ambos jóvenes hubieran podido patrocinar era un ser hermoso que
potencialmente hubiera podido encarnar por última vez, es decir, ascender al final
de esa próxima vida. Pero este niño necesita nacer en una familia con el padre que
lo concibió a fin de trabajar con él un karma muy difícil. Es la segunda vez que el
chico ha eliminado la oportunidad de reencarnación de esta alma, la cual se siente
frustrada a la vez que su karma con él se intensifica. Realmente no se sabe cuándo
dispondrá de una tercera oportunidad para encarnar.
También hemos presenciado escenas en las cuales había mujeres que insistían en
abortar contra los deseos de su novio o esposo. Hemos estudiado centenares de
casos y las razones que impulsan a la gente a abortar, así como el karma que se
deriva de tales decisiones. Los motivos encajan en un limitado número de
categorías. Muchos creen que no están preparados para asumir la responsabilidad
de ser padres y que tener un hijo alteraría de forma negativa sus planes; otros
temen o bien perder su reputación, o bien la reacción de sus familias; hay casados
que creen que no podrán mantener otro hijo; hay incluso quien cree que el planeta
está superpoblado y no quieren aportar uno más; y hay a quienes la familia cercana
obliga a abortar, o lo hacen por imposición de ciertos regímenes políticos.
Muchos, pero no todos, toman esta decisión con tristeza y después de reflexionar.
Pero en el fondo, la mayoría de estas decisiones se basan en sentimientos egoístas
y ególatras. En última instancia, son decisiones basadas en conveniencia y
reputación personales. Generalmente, se toman sin entendimiento de la
reencarnación y con muy poca fe en la abundancia divina y en la posibilidad de
hallar una solución a cualquier problema cuando se pide intercesión.
Hay que enseñar las leyes del karma a la gente y debería mostrársele la
importancia de cada alma que intenta encarnar ya que necesita un cuerpo en el
cual trabajar su karma. A su vez, el alma selecciona a la familia que le permitirá
cumplir con él de la mejor manera que sea posible. Cuando los que supuestamente
van a ser sus padres deciden abortar, el alma que abortan puede que haya de
esperar mucho tiempo antes de disponer de una nueva oportunidad con una familia
distinta, o, en una fecha posterior, de nacer en el seno de la misma. Sin embargo,
en tal caso, puede llegar con una carga adicional de resentimiento o conflictividad
como resultado directo del aborto.
El tema del aborto no debería convertirse en una confrontación liberal-
conservadora. Simplemente, debería considerarse como una verdad cósmica, que
todos deberían entender, consistente en el hecho de que la vida empieza en el
momento de la concepción y que, por tanto, no ha de destruirse. La superpoblación
es el menor de nuestros problemas y para resolverlo existen soluciones divinas.
Pero el odio, la avaricia, la lujuria, el orgullo, el prejuicio y la ingratitud, ciertamente
pueden destruirnos.
Sé que muchas almas se arrepienten profundamente de las decisiones que
tomaron con relación al aborto. Puedo aseguraros que Dios, en su infinita
misericordia, perdona y que Su justicia proporciona medios de expiación. Si habéis
abortado, no os condenéis ni os sintáis indignas. No os servirá para nada, ni a
vosotras ni a Dios. En lugar de ello, buscad maneras de servir y honrar la vida.
Orad a la Madre María para hallar formas de solucionar este dilema que subsiste en
nuestro planeta. Ella os aguarda con impaciencia.
12
Trabajar con niños y jóvenes
Ayudar a nuestros hijos a experimentar el reino de los cielos
Quiero hablaros del reino de los cielos. Su belleza es tal que merece cada sacrificio
y cada decisión correcta que se tome en aras de hacer lo «bueno» y lo «justo». No
podéis tomar el cielo por asalto, debéis ganaros un sitio allá. La falsa piedad no
significa nada en el cielo. En ocasiones, hablé sin pelos en la lengua y me mostré
irritable, pero nunca fui falso, ni conmigo ni con los demás.
Es sumamente importante ser quien uno es en el sentido más profundo, y ello sólo
es posible si se afronta la psicología propia y los hábitos y pautas que la
acompañan, y se alcanza el equilibrio adecuado en la vida espiritual. No podéis ser
uno con vuestro Yo Superior sin dar a los demás. Sólo cuando lo hagáis, podréis
empezar a descubrir quiénes sois. Esto forma parte de la incógnita aunque no de
toda, sino de parte de ella.
Una vida centrada en el yo inferior sólo puede progresar hasta allí, por ello es tan
importante facilitar oportunidades a los niños para que aprendan a servir a los
demás. Forma parte de la primera fase de desarrollo del corazón.
También es importante desarrollar un juicio correcto. Forma parte de la llama de la
sabiduría. Ayuda a los niños a lograrlo el brindarles la oportunidad de generar
hábitos fuertes, tanto del corazón como de la mente. Los de la mente implican
desarrollar afición hacia cualidades como la excelencia, la minuciosidad y la
persistencia. Un juicio o criterio sabio es el resultado de un buen carácter, el cual, a
su vez, ha de ser fomentado por los padres, la escuela, la sociedad y,
evidentemente, la iglesia. Los niños necesitan oportunidades para practicar lo que
han oído decir acerca del buen carácter y para ser de utilidad en las escuelas y
comunidades, así como en su propia casa.
La indulgencia con los niños nunca es provechosa, en cambio el respeto hacia ellos
les ayuda a crecer alineados con los principios de Dios. En el peor de los casos, la
indulgencia corrompe, al igual que un modelo de privación puede erosionar el
espíritu. El trato con nuestros hijos y con los demás niños forma parte de la manera
en que se nos prueba y se nos mide.
Debemos asumir y desarrollar el manto de persona adulta y parte de éste consiste
en ser un modelo para cualquier joven que llegue a nuestra vida. Cada vez que
dejamos de llevar ese manto, acumulamos más karma. No todo el mundo está
destinado a tener hijos o a llevar a cabo una labor sagrada que implique tratar con
ellos, pero todos deberían honrar al hijo y al potencial que Dios le ha concedido
para convertirse en el Cristo.
Estar aquí con Saint Germain sobrepasa todo cuanto hubiera podido imaginar. Me
gustaría que todo el mundo dispusiera de esta oportunidad, pero sólo puede darse a
través de una evaluación sincera de vuestra vida y de hacia dónde os dirigís. Debéis
llegar a desear lo «bueno» y a practicar las virtudes en la vida diaria con sinceridad
y alegría.
Los adolescentes son extremadamente críticos con los adultos que les rodean. No
se dejan engañar con palabras. Buscan adultos que no se dejen manipular, alegres,
equilibrados y con maestría. Al margen de cómo se comporten o lo que exijan, a
nivel del alma los adolescentes reconocen al progenitor «verdadero» o al adulto
justo.
La pregunta para los padres es: « ¿Qué ejemplo he dado a mi hijo?» El fanatismo o
la hipocresía de los padres influirán en gran medida en los hijos ya que éstos lo
notan todo y, con frecuencia, interiorizan mucho más de lo que nos pueda parecer.
Esto no significa que los padres deban vivir temerosos de cada acción que
emprendan. Como todos nosotros, los padres cometen errores, pero el mensaje
importante es ser lo más sincero posible con uno mismo.
Es lógico que un padre religioso que ama a su hijo desee que éste abrace su
religión. Los padres que no la descubrieron hasta que fueron adultos, creen que sus
hijos son afortunados por crecer en el seno de dicha creencia. Evidentemente ello
es cierto, pero para que la fórmula se complete, el padre o la madre han de
comprender el papel de un buen padre y respetar a los niños. Han de saber la mejor
manera de impartir una creencia religiosa a un niño.
Cada niño es único. Algunos llegan con una afinidad natural para la vía espiritual,
mientras que a otros los domina el mundo y les resulta difícil vivir en una familia
con fuertes creencias religiosas.
La irrealidad bombardea al mundo adolescente. Si los adolescentes reciben una
base sólida de realidad y equilibrio en sus primeros años, no la olvidarán. Queda
grabada en sus almas. Incluso si abandonan su iglesia durante una temporada, es
probable que vuelvan. Dadles la libertad de estudiar otras religiones. Dejad que
descubran que al final deberán ser ellos quienes elijan una iglesia ya que nadie más
podrá hacerlo por ellos.
Todos pasamos por la prueba del llamado del mundo. Algunos nos dejamos
engañar menos que otros y unos pocos poseen la visión divina en todo momento.
El gran problema no reside en los adolescentes, sino en el buen o mal desempeño
del rol de padres de que han sido testigos. Deben ver en ellos los frutos de la
religión y cómo se aplican en la vida diaria. Han de experimentar los lazos
familiares en un amplio contexto de la fe. Los padres que practican creencias
distintas deben hacer resaltar las similitudes existentes entre ellas.
¿Cual es el mejor enfoque para enseñar religión a los
adolescentes?
Los adolescentes necesitan saber que tienen libertad para elegir su sendero
espiritual. La tarea de los padres es establecer la base espiritual durante los
primeros años de vida del niño. Los hijos aprenden más religión de cómo los padres
viven que de lo que éstos dicen.
La religión no puede ser únicamente una cuestión de reglas sobre lo que hay que
hacer o de lo que se prohíbe. Debe contener alegría y sentido práctico, amor y
amabilidad, disciplina y responsabilidad. Es necesario que haya un espacio de
tiempo dedicado a la familia y a la diversión, que más tarde los niños recordarán.
También son importantes las celebraciones familiares y, en especial, el hecho de
sentir que se les escucha.
En el contexto de la familia, los niños aprenden a orar y a bendecir la mesa, y
también asisten a la iglesia y a la escuela dominical. El culto se convierte en una
parte importante de la vida familiar. Los niños crecen viendo que la fe constituye la
base de la vida de sus padres y experimentan de muchas maneras que orar ayuda a
la vida diaria de las personas, así como a la del planeta.
La adopción de niños
** China ha establecido la norma de un hijo por familia. Se obliga por la fuerza a abortar
criaturas concebidas por encima de este límite.
Puede que no sea necesario adoptar un niño, a menos que la voluntad de Dios lo
decrete. Más bien la gente debe estar abierta a patrocinarlo cuando sea posible
económicamente.
Si os estáis preguntando de qué manera podéis servir a la juventud, rezad una
novena (una serie de oraciones durante nueve días) a la Madre María o a alguno de
los otros maestros, pidiendo que os indiquen la dirección clara para vosotros,
vuestro cónyuge o la familia. No os lancéis a actuar de forma impulsiva; dejaos
guiar por la mano de Dios que nunca, nunca falla.
Nunca son bastantes las oraciones que se puedan dedicar al futuro de la juventud.
Hay que salvarla. Mucha gente joven se siente confusa, enojada o sin esperanza ni
valores claros. Eso no debería ser así. Hay que apelar a diario a los maestros
patrocinadores de la juventud y a cada uno de los maestros ascendidos y ángeles
que trabajan a favor de la juventud, mediante oraciones y decretos.
Imagino un grupo de gente que se comprometiera a orar y decretar cada día por
los santos inocentes durante un determinado período. La inocencia es hermosa a los
ojos de Dios. La pureza es el estilo de Dios, pero somos una civilización que expone
a nuestros jóvenes, a una edad temprana, a mucha impureza y corrupción.
Recordad que se juzga en parte a una civilización por el cuidado que dispensa a
jóvenes y ancianos, y más concretamente a sus almas y a los progresos que éstas
realizan en su camino hacia Dios. Es posible que haya una sociedad orientada a la
juventud en la que, sin embargo, no se preste ninguna atención al alma y a su
crecimiento.
Es un concepto erróneo el centrarse únicamente en la salud y el éxito de nuestra
propia familia y parientes. Si bien hemos de ser atentos, amorosos y honrosos en
nuestras relaciones con los más cercanos a nosotros, no podemos olvidar ni
descuidar nuestra responsabilidad hacia la vida misma y, en mayor medida, hacia el
mundo. Puede que tengamos karma e incluso darma con ellos, pero deberíamos
también buscar vías espirituales y físicas que contribuyan a solventar los problemas
del planeta.
Jesús no pudo hablar más claro en lo concerniente a los pequeños. Cuando la gente
se muestra insensible con la difícil situación de los niños, abre la puerta de su ser a
una cierta insensibilidad y ceguera espiritual. No podemos taparlo a fuerza de
afirmar que tal miseria es el karma de esas criaturas. Más bien son las personas las
que hacen karma mediante las distintas formas en que desatienden a sus
pequeños.
Los niños merecen oportunidad. Merecen conocer el amor humano y el cariño en
sus primeros años. Hay que hablarles de Dios, de la vía de la luz y del propósito
divino.
Los derechos humanos deberían empezar con el tratamiento adecuado de la
infancia en todas partes. Nada resiste la solución divina. Si todas las religiones se
unieran a propósito de este problema y oraran a horas determinadas o días
dedicados a este asunto, las soluciones no tardarían en aparecer.
Bandas
13
Condiciones sociales en el Planeta Tierra
Los medios de comunicación
Nos hemos convertido en una sociedad que suele proteger más aquello que resulta
pernicioso para la gente que lo que es mejor para el bien común. Tenemos tanto
miedo de que nos controlen o limiten de alguna manera, que desconfiamos de la
virtud o de lo que ésta pueda exigirnos. A veces protegemos al injusto antes que al
justo.
Los Estados Unidos se fundaron sobre la base de ciertos principios espirituales. Si
estos principios sufren erosión, la estructura se viene abajo.
La influencia de los medios de comunicación es mayor de lo que la mayoría de la
gente piensa. Todos aquéllos que forman parte de esta industria llevan sobre sí una
parte de responsabilidad por lo que no objetan. Poseen una gran maestría en
conducir hasta vosotros el nivel astral y es poco lo que os aporta una forma de vida
superior.
La generación actual sufre el bombardeo de la tecnología mediante aparatos de
vídeo, televisores, computadoras, walkmans y cedes. Gran parte de la tecnología
constituye un don de Dios, pero el uso que se ha hecho de ella ha caído en manos
del libre albedrío de una humanidad que la ha utilizado muy a menudo con fines
muy poco elevados.
Los niños están creciendo con un debilitamiento de sus fundas áuricas. Pensad en
la música, las películas y las obras de teatro que ven y preguntaos: « ¿Invitaría a
Jesús, a la Madre María, a Moisés o al Buda Gautama a oírlas o a verlas?»
Los niños necesitan distribuir el tiempo en diversas actividades: la naturaleza,
aprendiendo a desarrollar su creatividad en las artes y en trabajos manuales,
sirviendo al prójimo, compartiendo ocio y diversión en familia, rindiendo culto,
estudiando, haciendo ejercicio y leyendo.
Los medios de comunicación deberían ser una pequeña parte de su existencia, a
menos que se utilizaran de verdad como herramienta educativa o como
entretenimiento positivo a horas muy bien escogidas.
Los maestros esperan con ganas para poder inspirar ciertas películas y obras de
teatro. La gente lo acogería de buen grado y se acabaría con el mito de que lo que
emiten los medios de comunicación —violencia y sexo explícito— es lo que el
público quiere.
Necesitamos erigir las artes divinas y pedir el plan divino de los maestros
ascendidos para las artes y los medios de comunicación. Necesitamos gente de
todas las culturas que respondan al llamado y reclamen el manto de artista divino.
Recordad que Saint Germain, cuando estuvo encarnado en Francis Bacon, fue quien
escribió las obras de Shakespeare. No hay límite en lo que él podría transmitiros en
el género dramático si estuvierais preparados para su ayuda. Necesitamos obras
que ennoblezcan e inspiren, ya sea a través del drama, de la comedia o de
comedias musicales.
Hacen falta estudiantes expertos en tecnología que puedan asegurar que estos
inventos se utilizarán para el bien. Si no lo logramos, nuevamente asistiremos a una
era como la del hundimiento de la Atlántida.
Si tuvierais un atisbo, aunque leve, de lo que yo veo a diario, sabríais que nos
acercamos velozmente a la encrucijada, la «Y», del camino, con lo que desearíais
sacrificaros día y noche para impedir los peores pronósticos. Me pregunto a cada
momento: ¿Qué puedo decir para hacer que la gente despierte? ¿Qué palabras me
habrían llegado al alma cuando estaba allí?
Sé que si acudís al altar interno de vuestro corazón y pedís que se os muestre la
necesidad del momento, Dios os transmitirá la respuesta. No podéis depender de
los demás para llevarlo a cabo; no obstante, vuestro ejemplo puede ayudar a que
alguien más se una al llamado. Será preciso el mándala ** completo de los
portadores de luz para darle la vuelta a la situación en el planeta a fin de que pueda
cumplirse su destino divino.
*** En los últimos ciento cincuenta años ha habido cuatro dispensaciones de los maestros
ascendidos: 1) La Sociedad Teosófica a través de Helena P. Blavatsky; 2) La Sociedad Agni
Yoga a través de Nicholas y Helena Roerich; 3) El Movimiento YO SOY a través de Guy y Edna
Ballard y 4) The Summit Lighthouse y la Iglesia Universal y Triunfante a través de Mark L. y
Elizabeth Clare Prophet. (Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.}
14
El estado del planeta a medida que nos
acercamos al año 2000
Día de Año Nuevo de 1998
Por lo que yo mismo alcanzo a ver y por lo que se me ha mostrado, cabe afirmar
que será un año, por así decir, de las dos caras de la moneda. Traerá grandes
cambios y grandes victorias; en definitiva, es un año para ponerse a hacer que las
cosas funcionen. Pero también lo es para planificar y mantenerse alerta. Es un año
para buscar la armonía con Cristo y la gracia de la escucha. Será un año de
abundancia y de escasez, de alegría y de lamentos. En verdad podéis afirmar que
cada año tiene esas características, pero el año 1998 las presentará de forma
mucho más acusada.
Es posible que muchos de vosotros os halléis fatigados y algo dubitativos acerca de
cuál es vuestro sendero y hasta qué punto debéis preocuparos por el futuro de este
planeta. Si no sois capaces de leer las señales de los tiempos o estáis cansados de
oír hablar tanto de ellos, centraos en convertiros en lo máximo que podáis llegar a
ser. El sendero del decreto y de la oración es el destinado a los que creen en la
Presencia YO SOY, conocen la Presencia de Dios en su interior y creen en el fuego
del corazón. Es la vía para los que buscan la santidad con sincera humildad. Si no
sentís la preocupación por el planeta y no deseáis buscar la unión mística con Dios,
puede que éste no sea vuestro camino en 1998.
Puedo asegurar que las energías se están intensificando y, cuando esto ocurre, la
gente suele tener que pasar pruebas inauditas, como nunca antes había visto.
Cuando ello ocurre, quieren culpar al sendero en lugar de reconocer el devenir
natural de los ciclos espirituales. Muchas almas pueden alcanzar su cristeidad y
recibir los dones del Espíritu Santo. Cuanto más cerca os halléis de este estado, más
oscuros y densos serán vuestros días. La respuesta es amar siempre en mayor
medida, orar más, servir más y mantenerse aferrado a los cimientos espirituales
que sabéis son ciertos.
No permitáis que vuestros días os abrumen ni caigáis en estados de desequilibrio.
En cuanto perdéis el equilibrio, perdéis efectividad tanto en relación con vuestros
maestros como con vuestro propio progreso espiritual. En último término, la
espiritualidad debe ser práctica; en caso contrario, muchos perderán su asidero. Lo
que es práctico para una persona, puede no serlo para otra. Gran parte de lo que
ganéis espiritual-mente se reflejará en la forma en que tratáis a la gente a diario y
en vuestras actitudes hacia la vida y hacia Dios.
Cada llamado que dediquéis a Dios, cada decreto, cada oración hermosa y
centrada en el fuego, repercutirá a favor de la bondad y de Dios. Y cada repercusión
auténtica disminuye la severidad del retorno del karma. Por otra parte, este retorno
puede que no sea evitado totalmente, pero no dudéis del poder de cada buena
acción y de cada fíat y decreto que realicéis. Todo ello se basa en porcentajes, y el
del planeta disminuye cuando la gente buena hace lo mejor.
Sabéis cuánto podéis dar y seguir sintiéndoos alegres y victoriosos. Lo mejor es
empezar el año con una sincera evaluación acerca de dónde estáis y adonde os
queréis dirigir espiritualmente. Para hallar la verdadera respuesta practicad la
unidad con la Presencia de Dios. No hay sitio para el temor, la crítica, los celos o
cualquier otra perversión de la luz de Dios cuando camináis en la Presencia —la
Presencia YO SOY—, vuestra verdadera identidad con Dios.
Cuando hablo de «ponerse a hacer que las cosas funcionen», me refiero a un plan
espiritual para todo el año que implique cada aspecto de vuestra vida. No permitáis
que los sucesos determinen vuestro camino. Sed el capitán de vuestro propio barco.
Desde este lado, veo lo cerca que algunos os halláis de la victoria espiritual. Me
gustaría daros unos golpecitos en la espalda y deciros: «Seguid adelante con el
trabajo bien hecho. ¡Ya estáis cerca!»; lo cual, por supuesto, no está permitido.
Algunas veces, lo que parece ser un año de pruebas constantes, confusión y
reestructuración, puede convertirse en un año en el cual hayáis pasado todas las
pruebas. Se equivoca quien identifica el progreso espiritual con los días fáciles en
los cuales se cumple instantáneamente cada deseo y se nada en la abundancia. El
progreso espiritual adopta muchas apariencias y el sendero se hace a la medida de
cada alma.
Mucha gente tiene dificultades para discernir el significado de las profecías de los
maestros ascendidos. Algunos se dejan dominar por el miedo y esperan lo peor,
mientras que otros creen estar a salvo por ser «los elegidos». Ni lo uno ni lo otro es
acertado.
Durante años, los maestros ascendidos han estado alertando a los portadores de
luz con respecto a la necesidad del cambio mundial y los posibles cambios de la
Tierra que deberán tener lugar como resultado del mal uso que la humanidad ha
hecho de la energía. Han hablado de mitigación gracias a decretos y oraciones,
acciones correctas, corazones puros, el retorno al gobierno de Dios y a la educación
crística y la adhesión a la voluntad de Dios.
Se trata de una fórmula planetaria. Cuanta más gente viva para y por la luz y se
sacrifique por su preservación, menos cataclismos ocurrirán. Los maestros afirman
que, pase lo que pase, habrá un cierto grado de cataclismo y nadie, ni los
portadores de luz, escapará por completo a sus efectos. Las excepciones son
similares a lo que ocurrió en tiempos de Noé. Se le dio tiempo para prepararse,
podía escoger entre obedecer y creer, desobedecer y no creer, o creer pero sin
jamás reunir la energía necesaria para actuar. Así, cuando descendió el karma final,
no se libró de estar en medio del desastre. No obstante, se le dieron los medios
para sobrevivir mediante su preparación y habilidad para leer lo escrito en la pared.
Las respuestas siempre se hallan al alcance de los que saben ver y oír con corazón
sincero.
He mencionado varias veces que las huestes ascendidas no hablan ociosamente.
No se dedican al negocio del ocio y la diversión. Cada palabra que emiten viene
cargada de significado e importancia. Estudiadlas para obtener un atisbo del futuro.
En verdad, todavía podemos mitigar cierto nivel de karma, pero hemos de
tomarnos en serio la labor. De todos modos, hay otro nivel en el cual el brazo del
cielo ya ha descendido hasta un punto en el que han de llegar a ocurrir
determinados sucesos. Pero desde luego no hay que perder la esperanza. Aún
pueden suceder muchas cosas buenas. Sin embargo, escuchad, leed y estudiad los
mensajes más actuales de vuestros santos hermanos y hermanas que están en el
cielo.
Hay un tema del que anhelo hablaros pero que es arduo, largo y no
necesariamente agradable para la mente humana: la absoluta necesidad de invertir
las espirales de desintegración y decadencia del cuerpo planetario.
La Tierra, desde un punto de vista cósmico, se está muriendo y, sin embargo, ni
debe ocurrir ni ha llegado ya su hora. La Tierra es como un cuerpo que se debilita
rápidamente y necesita un trasplante de corazón. Utilizo la analogía del corazón
porque, en muchos aspectos, lo que hace falta en este planeta es pureza de
corazón. Las aguas están cada vez más contaminadas, las plagas se extienden sin
que la mayoría de las personas se percaten y los climas cambian mientras ios
elementales intentan desesperadamente mantener el equilibrio. Estos espíritus de
la naturaleza piden a gritos vuestra ayuda. No podrán seguir cargando con este
peso kármico más que un cierto tiempo antes del azote de desastres más
devastadores.
La Tierra no está en paz, en ningún ámbito, desde el planetario o medioambiental
hasta el individual. La armonía pura es uno de los artículos más escasos del planeta.
No quisiera ser agorero porque siempre queda la esperanza y las cosas pueden
cambiar, pero no veo la necesaria respuesta de los que deberían saber. Si no logro
que estas palabras lleguen al alma de la gente, sentiré que mi dispensación ha sido
un fracaso.
Es cuestión de prioridades. Hay que mantener el concepto inmaculado de la Tierra.
Deben predominar los pensamientos y acciones positivos. Debemos desafiar y
desenmascarar a las fuerzas del mal. Los que saben la verdad, deben honrarla y
practicarla. Vuestros hogares deben ser centros de luz, y vuestros corazones, faros
de luz. El Espíritu Santo ha de ser más importante que ninguna otra cosa que os
pueda ofrecer este planeta.
El viento del Señor sopla: fijaos en qué dirección. No os dirijáis ni a la derecha ni a
la izquierda, sino conservad siempre la armonía y el equilibrio por encima de todas
las cosas. Cada uno tiene que desempeñar un papel. No debéis temer a nada
mientras Dios sea vuestro guía. Deberéis temer cualquier cosa si negáis, posponéis
o abandonáis el camino que Dios establece para vosotros.
No perdáis el tiempo decidiendo qué es lo que los demás hacen bien o mal, más
bien vigilad atentos vuestro propio sendero. Ya sé que muchos desearían oírme
hablar de otros temas, pero prefiero comunicaros lo que me pesa más en el
corazón. De buena gana os contaría una bonita historia para entreteneros, pues esa
es mi forma de ser, y los reinos eterices rebosan de maravillas, belleza, humor y
relatos cósmicos sin fin; pero también contienen los registros de las civilizaciones
que no escucharon ni fueron capaces de ver la escritura en la pared. Ruego a Dios
para que no seamos una más añadida a la lista de dichos registros. La oportunidad
todavía está disponible por la misericordia y gracia de Dios, pero tampoco aquélla
puede prolongarse demasiado.
La llama violeta adquiere una importancia añadida al final de una era o milenio.
Ahora es el momento en que hay que lograr la máxima transmutación de todos los
registros del milenio presente y hacer borrón y cuenta nueva para empezar una
nueva vida en el próximo. Durante este período de retorno kármico sin precedentes,
es imposible hallar un ungüento más efectivo que la llama violeta.
Reza un principio cósmico que la llama violeta es la única ayuda posible en
situaciones críticas de confluencia de dos eras, como la que estamos
experimentando en la actualidad.
Habéis de saber que lo que alcanzáis a ver del escenario del mundo no es más que
la punta del iceberg. Con respecto a cuestiones en manos de los dirigentes políticos
mundiales, resulta que gran parte de lo que ocurre queda oculto a la vista del
público. No me refiero a los asuntos que tienen que ver con la protección de la
seguridad de las naciones, sino a las cuestionables alianzas, conspiraciones y
engaños que no deberían existir; y también a las en apariencia elocuentes pero en
realidad vacías palabras y promesas. Nunca como en la actualidad habíamos estado
más lejos de la llama del gobierno divino. Sin embargo, esta llama puede reavivarse
y la luz volver a guiar los destinos de los hombres.
El gobierno no es el lugar para los que buscan el poder individual por encima de
todo. Tampoco lo es para los egotistas o para los que presumen de integridad y, en
cambio, la denigran a cada esquina. El hecho de gobernar está destinado a los
capaces de regir sus cuatro cuerpos inferiores —el físico, el emocional, el mental y
el espiritual—, a los que comprenden y viven como dirigentes o líderes servidores, y
a los que tienen acceso al poder divino porque no ambicionan el de este mundo.
Deberíamos orar por el establecimiento del gobierno de Dios en cada nación,
ciudad y aldea del planeta y pedir que los portadores de luz de la próxima
generación no rehúsen tan noble vocación.
No puede rechazarse la moralidad ni justificarse la inmoralidad. Porque todo aquél
a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho (Lucas 12:48). Es una ley espiritual.
El manto del liderazgo lo otorga Dios y debe ser respetado y honrado por aquéllos
en cuyos hombros descansa. Asimismo, acompaña al manto la promesa de cumplir
con el deber. El placer personal y la satisfacción humana son secundarios al cargo.
Dios no nos pide que jamás seamos débiles o que nunca cometamos errores, sino
que aprendamos de éstos.
Todos los líderes o dirigentes necesitan de nuestras oraciones, tanto si son de la luz
como si caminan por la vía del engaño o de los arreglos consistentes en términos
medios. A éstos les dominan energías como la crítica, la condenación, el chismorreo
y el desafío. Pedid protección, guía y sostenimiento de los que sirven a la luz. Orad
por el desenmascaramiento y el destronamiento de los que prefieren al mal, y que
ello se produzca con el menor daño posible a los ciudadanos y al país.
Llegará el día en que la gente anhelará que un alma de luz los dirija. Esperemos
que esos futuros líderes estén disponibles y accedan a serlo.
Una advertencia
La acción es la clave
No debéis dar por hecho que la era dorada vaya a venir. Sólo ocurrirá mediante la
comprensión y el compromiso por parte de los portadores de luz de cumplir con el
destino al cual han sido llamados.
Se han retirado o reducido muchas otras dispensaciones a causa de la obstinación
de los corazones de quienes deberían haber sabido. Las chucherías y las baratijas
de los caídos han tentado y engañado durante siglos a muchos portadores de luz. El
defecto que hallo más común es la carencia de discernimiento. Orad por ello día y
noche, tanto para vosotros mismos como para los otros buscadores.
Si estudiáis el libro «Señores de los Siete Rayos» *, advertiréis que el
discernimiento del alma constituye una cualidad del tercer rayo, el del amor. Por
ello resulta tan difícil la adquisición del discernimiento, porque la ira, el odio o el
miedo bloquean el chakra del corazón.
La otra cualidad que debéis perseguir es la visión divina, de forma que podáis
advertir cuál es de verdad la fórmula espiritual y la necesidad en cada momento y a
cada hora. La Tierra está en una encrucijada en la que no podrá triunfar sin la visión
divina.
Recordad que la alquimia de la llama violeta puede ayudaros a avanzar en
cualquier área de la vida. Sin embargo, debéis estudiar la ciencia espiritual de la
alquimia y manejar la llama violeta con alegría y firmeza **.
* Véase Elizabeth Clare Prophet: Señores de los Siete Rayos. (Madrid: Arkano Books, 2000.)
** Véase Saint Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.
Mientras estaba con vosotros apenas comprendía nada de todo esto y, en cambio,
se hallaba ante mí y lo hubiera advertido de haber prestado mayor atención y de
haberme aplicado más en mi búsqueda. Muchos de vosotros ya sabéis que estas
cosas son ciertas, pero el conocimiento no va a seros de gran ayuda a menos que lo
practiquéis. Nos hallamos en un ciclo físico ¡y la acción es la clave! Yo siempre fui
un hombre de acción, una cualidad que me resultó de gran utilidad. Si comprendía
que había alguna necesidad, me esforzaba en satisfacerla. Si prometía algo, lo
cumplía. Cuando Dios ve la buena voluntad de un alma para realizar la acción justa
y correcta, puede en tal caso concederle más oportunidad.
Por favor, fijaos en las cosas que sabéis ciertas pero que no os hacen actuar.
Examinad las razones por las que no actuáis a pesar de las enseñanzas recibidas
que proclamáis amar y creer. Os sentiréis más completos a medida que integréis
vuestras creencias en la llama de la acción. Debéis estar prestos para los asuntos
de vuestro Dios Padre/Madre.
La amenaza de una guerra biológica es real, tanto la procedente del interior como
la del exterior del país. No puedo decir lo que va a ocurrir. El hombre posee libre
albedrío y el desarrollo de agentes biológicos no significa que vayan a ser utilizados.
Lo que está claro en lo que concierne al planeta es que la tecnología ha dejado
atrás los progresos espirituales en los corazones de muchos. Sin embargo, mediante
un esfuerzo concertado, el valor espiritual puede neutralizar y contener toda la
tecnología realmente destructiva.
Los maestros os instan a que alcancéis la cristeidad y los dones del Espíritu Santo
por muchas razones. Recordad que Jesús dijo a sus discípulos que aunque bebieran
veneno, no les haría ningún daño (Marcos 16:18). Así es la vía de los santos. Pueden
transmutar cualquier cosa que les entre en el cuerpo. Con Dios todo es posible. Si
en una ciudad u hogar vivieran las suficientes almas espiritualmente adeptas, dicha
ciudad u hogar tendría encima una cúpula de protección tal que nada la podría
penetrar.
Éste es un momento importante para bendecir todo lo que toquéis y todo lo que
entre en vuestra boca. Un llamado a la llama violeta debe ser vuestra primera
acogida a lo que vais a comer o a beber. Podéis pedir que se coloque alrededor
vuestro durante las veinticuatro horas del día un escudo impenetrable de
relámpago azul y fuego violeta, que se sustentará sólo sobre la base de la pureza
de vuestro corazón y de vuestro sendero.
Mientras tanto, también deberán realizarse llamados de forma permanente para
desenmascarar todos los planes y conspiraciones contra nuestras ciudades y
nuestra gente, para pedir la protección de todos los portadores de luz y para hallar
soluciones divinas a todos los problemas. El miedo jamás es la respuesta apropiada:
la preparación física y la espiritual son siempre la solución legítima.
Como con todas las cosas, habéis de manteneros alerta y estar informados. Y lo
más importante: leer entre líneas. Personalmente, yo me preocuparía por esta
situación. Será necesario un supremo milagro para que todo el mundo que precisa
estar preparado esté listo para la llegada del año 2000.
Evidentemente, la cuestión está en la gravedad de las posibles consecuencias. En
realidad, se ignoran porque aún queda tiempo para solucionar el problema. A
principios de 1999 ya podréis detectar con precisión cuántas empresas y agencias
federales o estatales quedarían afectadas por el cambio. Queda por ver el nivel de
gravedad.
Mientras os mantengáis informados de la situación, incluso escribiendo a las
organizaciones que puedan afectar a vuestras finanzas, debéis saber cuándo y
cómo prepararos a medida que la escritura en la pared se hace más evidente. La
respuesta jamás es dejarse dominar por el miedo o el pánico, sino prepararse, no
sólo en el plano meramente físico, sino en los cuatro cuerpos inferiores.
Yo no permitiría que ni ésta ni cualquier otra situación dominara mi vida, sino que
la situaría justo frente a mi ángulo de visión y la seguiría atento, pidiendo
soluciones divinas que son inmediatas y milagrosas. «La oración ferviente del justo
tiene mucho poder» (Santiago 5:16).
15
Creación de comunidades espirituales
Quisiera hablaros del capullo de la rosa
El corazón es como una semilla que crece poco a poco hasta convertirse en el
capullo de una rosa y posee el potencial de convertirse en una flor de múltiples
pétalos en todo MI esplendor. La semilla debe plantarse en suelo adecuado, hay que
regarla, procurarle la luz necesaria y alimentarla para que llegue a florecer.
De igual forma, cuando la gente desea crecer en la cualidad del amor, o cuando
una organización quiere ser una organización basada en el amor, debe empezar por
la etapa de la semilla. Tener un deseo como éste constituye un objetivo de elevado
valor, pero sólo es el primer paso en la consecución del pleno potencial del fuego
del amor. No existe en realidad un sendero más difícil que el sendero del amor y, sin
embargo, ésta es una necesidad imperiosa del momento presente.
Sería bueno comenzar examinando todo cuanto hay de antiamor en vuestro propio
interior y en vuestra psique, así como dentro del funcionamiento de vuestra
organización. Las perversiones pueden adoptar numerosas apariencias. Como la
Madre María ya ha señalado, la leve antipatía tiene tanto de antiamor como la
insensibilidad, el odio, la incapacidad de perdonar, la impaciencia, el encasillar a la
gente y no permitir que crezcan o cambien, o cerrar el corazón a personas y
entornos difíciles. Entre tantos obstáculos que se levantan ante el amor, también
cabe mencionar el egoísmo, el juicio, el miedo, la presunción, la avaricia, la
ignorancia, la ingratitud y el resentimiento.
Una vez que hayáis identificado vuestras debilidades, el siguiente paso importante
es empezar a ponerlas en la llama violeta para que sean transmutadas. Si os halláis
atascados en un hábito en particular, puede que necesitéis asesoramiento para
ayudaros a comprender las razones que os hacen permanecer aferrados a dicho
hábito que os es destructivo y que alimenta alguna parte disfuncional de vuestro
ser en la cual prospera el yo inferior.
Cuando, finalmente, hayáis alcanzado el objetivo, no necesitaréis proclamarlo. La
gente sentirá la energía del amor que irradiará de vuestro ser y vosotros lo
conoceréis por la constancia del fuego en vuestro corazón.
Una organización puede declarar que ama a sus miembros. Una iglesia puede decir
que ama a sus feligreses, pero como dice el refrán «buenas son razones y no
buenos amores». Si no demostráis vuestro amor, vuestras palabras carecerán de
sentido. Ello resulta particularmente difícil para una iglesia en la que el amor que
debe reinar es el amor del Cristo, no un falso amor humano que da de comer a sus
miembros pero olvida sus almas. Los verdaderos representantes del Dios
Padre/Madre conocen las necesidades de su rebaño y poseen un oído atento a sus
inquietudes.
La cuna debe existir con el fin de que el niño pueda utilizarla para descansar y
crecer. Es así como alguna gente, cuando entra en una organización o en una
iglesia, necesita pasos y estadios graduales para llegar a amar. El amor no puede
vibrar con sonido falso ni exagerado ya que la verdadera compasión habla su propio
lenguaje y no necesita modificación. « ¡Marchaos, fuerzas del antiamor!» puede ser
un llamado magnífico para vosotros y para este planeta.
Como con todas las cosas espirituales, el sendero del antiamor empieza con la
voluntad de mirarse uno mismo. Si veis siempre la mancha en el alma de otra
persona pero no en la vuestra, lo más probable es que os hayáis hecho vulnerables
a las fuerzas del antiamor.
Cuando yo estaba encarnado, no desafié por completo esas fuerzas que había en
mi interior. Nunca comprendí la verdadera importancia que ello tenía para mi alma,
pero sí puedo aseguraros que cuando permitía que estas fuerzas dominaran mi
vida, me encontraba mucho más agitado y mucho menos en paz. En estos
momentos me enorgullezco mucho más de las ocasiones en que las fuerzas del
antiamor no fueron capaces de limitar mis actos y actitudes. Fue en tales
momentos cuando hice buen karma y mi alma pudo prosperar.
Ojala éste sea un año en que logréis combatir todo cuanto ha limitado el fuego de
vuestro corazón para que la semilla de este fuego fructifique plenamente en
vuestra cristeidad.
Cambios necesarios
Los retiros etéricos son comunidades del Espíritu. Existe un flujo rítmico en la forma
en que operan. Vibran de armonía y paz. Después que las almas recién llegadas
reciben sanación e instrucción, asisten a un curso exhaustivo sobre comunidad que,
por así decir, es obligatorio en el plan o programa de estudios. Aunque cada retiro
posee su propio y único foco, decoración y rituales, todos se construyen sobre los
más puros principios de comunidad.
Creedme, en un retiro etérico no se pueden esconder ni los hábitos ni los defectos
de la personalidad. Por mi parte, he tenido que afrontar todo cuanto era contrario a
la comunidad en mi interior y como ser no ascendido aún sigo en este proceso. Es
un hecho reconocido que en un momento dado tendremos que enfrentarnos con
nosotros mismos y con todo cuanto bloquea nuestro Yo real. Hacerlo es una alegría,
ya que la verdadera libertad es nuestra recompensa final.
Voy a hacer algunos comentarios acerca de la comunidad que espero sean de
ayuda. Comunidad significa «participar o establecer la unidad» * y es importante
reflexionar sobre ello. ¿En qué ámbito debe producirse tal unidad? Ha de
manifestarse en los cuatro cuadrantes: a nivel etérico, a través del proyecto divino
original; en el mental, a través de la sabiduría que proporciona la comprensión de la
dinámica y de las facetas de la comunidad; en el emocional, mediante un deseo
interno y un compromiso con la paz y el control del plexo solar; y en el nivel físico,
mediante las construcciones, estructuras y gente que proporcionará la
manifestación concreta de la comunidad.
Comunidad es ante todo un concepto espiritual. Es el proyecto del Espíritu Santo
para los hijos e hijas de Dios. Por tanto, debe infundirse en cada aspecto de
comprensión espiritual y de iluminación crística. En puridad, la comunidad no es un
grupo de gente que vive en la misma área o comparte el día a día, o incluso sigue
una misma enseñanza. Todo esto puede darse en el seno de una comunidad, pero,
en realidad, ésta es una unidad formada por el yo superior de cada uno de sus
miembros **.
La comunidad se sustenta mucho mejor cuando hay en ella gente ejemplar, unida
a su Santo Ser Crístico, al Espíritu Santo. Un hombre o una mujer verdaderamente
justos son de un valor inapreciable para una comunidad.
Comunidad es trabajo. La comunidad requiere que la gente se enfrente consigo
misma —su psicología y su estilo comunicativo—. Requiere que sus miembros
compartan un compromiso auténtico conformado por las mismas visiones y
objetivos. Las personas que forman la comunidad son interdependientes y no
dependientes. Las comunidades florecen donde se ha interiorizado la regla de oro.
Se basan en la confianza y el respeto.
Los retiros etéricos son comunidades del más elevado nivel. Muchos de vosotros
poseéis el registro y el recuerdo de comunidades verdaderas en vuestros cuerpos
causales. Estos registros os ayudarán a ser constructores y creadores de la
comunidad. Asimismo muchos habéis asistido a la desintegración de comunidades y
otros habéis contribuido a que ello ocurriera. Una auténtica comunidad honra cada
llama divina individual; pero es la acción recíproca, en armonía, de estas llamas
divinas, lo que crea comunidad.
En una comunidad del Espíritu Santo no hay lugar para la crítica o el chismorreo.
Hay que compartir y trabajar las diferencias de opinión pero sin juicio, malicia, ni
discusiones «laterales» acerca de los implicados. La comunidad requiere un
compromiso encaminado a determinados procesos de comunicación. La identidad
de la comunidad ha de alimentarse de valores y principios en los que la gente se
halle de acuerdo y con los cuales se haya comprometido a través de su libre
albedrío.
* La palabra «comunidad» en inglés es community, que está formada por las palabras
«come into unity». [N. de E.]
** Para más información acerca de la comunidad, véase A Different Drum: Community
Making and Peace [Un sonido diferente: Organización dé la Comunidad y la Paz] M. Scott Peck
(Nueva York: Simón & Schuster, 1987).
La comunidad nace del cáliz del corazón, y toda aquélla que es verdadera no puede
crecer ni sobrevivir si procede de otro lugar. La comunidad nace de un estado de
conciencia que proclama: «Yo soy el guardián de mi hermano. Mi hermano y yo
somos uno. Mi hermana y yo somos uno». No puede nacer de una conciencia de
crítica ni de juicio.
Una comunidad en la que nadie haya alcanzado el equilibrio de amor, sabiduría y
poder, resulta difícil de sostener. Podéis crear una comunidad magnífica
dondequiera que estéis, iniciándola en primer lugar en vuestro propio corazón,
añadiéndole el sentido comunal de corazón de todo el grupo. No progresará si
ponéis vuestra atención en los defectos y anteriores errores de los demás. Sin
embargo, se descubrirá cuando empecéis a apreciar lo único y especial que cada
persona es capaz de ofrecer por insignificante que parezca. Recordad que el óbolo
de la viuda valía más que los donativos más cuantiosos (Lucas 21:2-4).
Comunidad tiene que ver con formar, construir. La construcción es un proceso
gradual, progresivo, es una alquimia y una ciencia.
Buscad lo que bloquea vuestra capacidad de convertiros en una contribución
positiva para la comunidad. ¿Es dolor? ¿Desconfianza? ¿Miedo? ¿Es la carencia de
las habilidades o aptitudes necesarias para compartir y comunicarse con los
demás? Todo puede superarse, pero hay que reconocer qué es y combatirlo. En Dios
—y sólo en Dios— todas las cosas son posibles.
Nuestra comunidad
El yo finito permite que penséis cosas como: «No seré capaz de aprender esta
nueva tarea», «ese vestido le sienta mal», «él es tan guapo y tan inteligente que
nadie se va a fijar en mí», «no merezco clamor o el perdón de Dios».
¿Reconocéis algunos de estos pensamientos? La mayoría de los repertorios que usa
la gente son sustanciosos y muy reveladores y constituyen la típica charla del yo
sintético que limita al individuo o a los demás con quienes uno se relaciona.
Si pudierais escuchar una grabación con los comentarios que emitís durante un
mes ¿qué patrón destacaría? ¿De qué os sirven esos hábitos? ¿Cuál es la fuente
última de la que proceden? Como remedio, intentad desafiarlos y afirmad la luz de
Dios en vuestro interior y en los demás. Admitid con franqueza la posibilidad de que
exista una parcela de vuestra psicología que necesita ser desenmarañada mediante
asesoramiento y, siempre, aplicad la llama violeta.
Recordad que la libertad espiritual no llega a vuestro umbral sin más. Hay que
ganársela, tal como se hace con cada puntada de un vestido de boda. Cada vez
más nos estamos volviendo más la sociedad del «instante». Alerta con las recetas
para un logro espiritual instantáneo pues no es éste el estilo de las huestes
ascendidas.
Uno de los conceptos más importantes que los alquimistas deben comprender es el
de dejar que Dios sea el hacedor. «Soltadlo y dejadlo en manos de Dios» sería un
dicho apropiado. Cada situación en la que os encontréis debe entregarse a vuestro
Yo Superior para el logro de una solución divina. Vuestro Yo Superior se halla a
vuestra disposición las veinticuatro horas del día, y sin embargo, la mayoría lo
tratáis como si fuera una figurilla hermosa que se saca de la vitrina de vez en
cuando para admirarla. Este Yo Superior es el mayor regalo que jamás se os ha
dado. Se trata de vuestro Yo real y debería ser vuestro mejor amigo y consejero.
Pensad en la vida como si fuera una multitud de canales de televisión. ¿En qué
canal estáis y qué tipo de programación seleccionáis? ¿Es el de la charla humana?
¿El de la preocupación, la duda y el miedo? ¿El del chismorreo y la crítica? ¿El del
trabajo y el estudio? ¿El de los dramas familiares y las relaciones? ¿El del
entretenimiento humano? ¿O es el canal de vuestro Yo real?
Yo, personalmente, pasé mucho tiempo en el canal del trabajo. Solía pensar con
frecuencia en lo que había que hacer, en cómo lo realizaría o cómo manejaría las
relaciones laborales difíciles. También pasé mucho tiempo en el canal de la familia y
las relaciones y en la mayoría de los demás que he mencionado.
Hay quien busca los canales que literalmente le conectan con el plano astral, y su
conexión con el Yo real se torna cada vez más parecida a un cable deshilachado. Al
final, el cable se rompe.
Conocer vuestro Yo real es una decisión producto del libre albedrío, que requiere
disciplina y deseo de conocer a Dios por encima de todo lo demás. Ignorar vuestra
identidad real es decidir ser un vagabundo sin un ancla o una clara visión en la vida.
Una cosa que me ayudó fue pedir que me llevaran de noche a estudiar a los retiros
espirituales. No tengo palabras para decir lo útil que rué resultó. Tan sólo con hacer
esto podréis mantener el lazo con vuestro Yo real y con el reino etérico. Gran parte
del bien que hice fue inspirado durante las noches en que viajé a los retiros.
La auto maestría
Romper el molde
Quisiera inculcaros, aspirantes a alquimistas, que Saint Germain utiliza los primeros
seis capítulos de su libro sobre alquimia ** para tratar de encontrar cualquier forma
creativa que nos ayude a comprender la importancia de realizar cambios personales
allí donde se necesiten. Desde el momento en que encarnamos por primera vez,
ciertos patrones y experiencias formaron lo que Saint Germain denomina un
«molde».
En muchos casos, este molde se ha quedado anticuado a medida que nos hemos
ido adaptando a los estilos del mundo. Ya ha dejado de reflejar los patrones puros
del Cristo. Debemos romper el molde que nos limita y que nos impulsa a afirmar
que lo imposible no es posible y que lo invisible no puede existir.
De estos moldes surgen el sentido de la infelicidad y los rasgos negativos.
Reflexionad acerca del molde que os rodea y de las experiencias que os han
moldeado en esta vida. ¿Cuáles de ellas habéis permitido que os sometan a alguna
forma de esclavitud?
Saint Germain nos insta a vivir en el «ahora» del momento presente y a creer en la
realidad de la ley que dice que el cambio es posible. Hemos de saber lo que Dios en
nosotros es capaz de lograr y dar testimonio de ello. Debemos creer en la
posibilidad del cielo en la Tierra y perseguir la voluntad de Dios porque es la del Yo
real.
El amor de Saint Germain por cada uno de vosotros se halla más allá de lo que la
mayoría de la gente haya podido conocer nunca. Él estará presente para alegraros y
animaros cuando os enfrentéis con lo que parece imposible y cuando
verdaderamente os coloquéis el manto de vuestra cristeidad y dejéis atrás a la vieja
persona que erais.
En las clases de alquimia que hemos recibido, he adquirido una mayor
comprensión de mi Yo real y de los falsos patrones con los que me identifiqué, en
ocasiones durante siglos. Cuando la misión personal es clara, como la mía lo es
ahora, no resulta difícil romper el viejo molde. Puede resultar hasta familiar, pero ha
servido para eclipsar al Yo real y realmente no es quien de verdad sois.
El estudio de la alquimia os ayudará a clarificar vuestra misión en la vida ya que
requiere que seáis muy claros acerca de lo que realmente esperáis conseguir. No
redactéis una misión que refleje lo que creéis que «deberíais hacer», sino lo que,
llegados a este punto del sendero, es totalmente cierto para vosotros. Afrontar la
verdad es mucho mejor que crear una falsedad para complacer a los demás. Si
creéis que vuestra misión, tal como la habéis escrito, es espiritualmente deficiente,
reflexionad acerca de qué os está reteniendo. Quizá tengáis que cumplir con
vuestra misión actual a fin de poder aspirar a otra.
** Ob. cit.
La voluntad de Dios
Una de las cosas más profundas que presencié durante mi encarnación con san
Francisco fue su comprensión del voto de no dañar a nadie. No tenía intención de
dañar y jamás actuó de manera perjudicial o dañina hacia ningún aspecto de la
vida. Todo su ser vibraba de reverencia por ella. Como resultado, los animales se le
acercaban y también los niños.
Para progresar en alquimia, es absolutamente necesario comprender el concepto
de no dañar. Si albergáis sentimientos o pensamientos dañinos hacia alguien, o si
habláis de él de forma condenatoria, estáis creando un efecto bumerán de modo
que esas mismas energías os retornarán.
El alquimista debe desear alcanzar el dominio sobre los cuatro cuerpos inferiores
porque busca liberarse de toda ansiedad y condena. Mientras la emoción gobierne
vuestra vida en lugar de la fe, y persigáis ejercer el control sobre los demás, no
seréis libres para fusionaros con vuestro Yo Superior.
Cuando estudias las vidas de los santos, te das cuenta de que si bien no están
exentas de pruebas y desafíos, sí lograron superarlas y vencerlas. Con frecuencia,
aquéllos son inocentes como los niños y atraen todo cuanto necesitan para cumplir
con su plan divino. Se enfrentan de buena gana con cualquier obstáculo que se
presente en su camino.
Os recomiendo que estudiéis este libro *** y lo sigáis haciendo hasta que os
convirtáis en esa enseñanza. Ha sido un factor clave en mi propia transformación.
Yo tenía cierto hábito de dudas y afirmaciones limitadoras. Ahora esta parte de mí
mismo parece haberse transmutado.
La fe me indujo a ser alquimista y, sin embargo, la alquimia ha aumentado mi fe.
Hay a quien le molesta la palabra alquimia porche, no le parece espiritual. Lo cierto
es que, para convertirse en alquimista, son necesarios numerosos principios
espirituales importantes. Jesús fue un maestro alquimista, del mismo modo que lo
fueron varios santos occidentales y orientales. La fe, el dominio del yo, el perfecto
amor, mantener el concepto inmaculado, creer en lo que parece imposible,
comprender la luz; todos éstos y otros tantos son conceptos que el alquimista
necesita.
La verdadera justicia
Las balanzas de la justicia han perdido su equilibrio. Nuestro propio sistema judicial
se halla en peligro. La justicia se basa en unos principios inalienables. Si se ignoran
estos pilares fundacionales o si se trata al sistema como si fuera un juego, no se
puede lograr una verdadera justicia. La justicia precisa de la honradez bajo
juramento y del honor, por encima de la intriga y el deseo de ganar. Exige una
actitud de ausencia de parcialidad que prevalezca por encima de otra de prejuicio.
Todas esas y otras condiciones se incumplieron en el caso de la niñera británica que
en 1997 fue acusada de asesinato del niño al que cuidaba.
Un auténtico sistema de justicia trata a todos por igual y los principios de
imparcialidad y equidad rigen la formulación inicial de acusaciones, el desarrollo del
juicio y la declaración de culpabilidad. No es eso lo que ocurre en el sistema judicial
de los EE.UU. Los ricos y poderosos lo manipulan, mientras que los pobres están en
manos de aquéllos. A algunos de los que deberían estar en prisión no se les acusa
nunca y otros que se hallan encarcelados deberían ser liberados. La fama que un
caso puede reportar a un departamento de policía, a un abogado o a un juez no
debería influir en el sistema judicial, pero ocurre. No debería permitirse retransmitir
los juicios por televisión porque pone trabas a la justicia y crea falsos héroes, en
lugar de fomentar la verdad y la exactitud de los veredictos.
No debería ser tan difícil modificar el sistema en los EE.UU. ya que sus bases son
buenas y justas. Es necesario un examen del sistema actual y la firme resolución de
arrancar de raíz todo lo que ha usurpado el propósito original.
Cuando las balanzas de la justicia se desequilibran de forma constante, el karma
retorna a esa nación por evadirse de lo que es justo y honrado a los ojos de Dios.
Ya os he hablado del concepto de «cargo». Un juez nunca ha de ser nombrado
simplemente por estrategia política. Los jueces deben representar la nobleza dentro
de la profesión legal y poseer reconocida integridad. En lugar de ello, algunos que
visten toga de juez constituyen una abominación para Porcia y para las leyes de la
justicia divina en la Tierra. Otros cumplen bien con su oficio y merecen el manto,
pero suelen estar abrumados por un peso considerable que no comprenden, ya que
ello se debe a que mantienen el equilibrio contra tanta corrupción y desalineación
en el sistema.
Orad por el sistema judicial allá donde estéis y por los funcionarios que trabajan en
él. Los tentáculos de las disfunciones que le afectan hacen vulnerables a todos.
Ojalá la justicia de Dios empiece a impregnar a nuestro país y a sus tribunales.
El juez del caso de la niñera tuvo que hacer frente a un importante dilema kármico.
Sabía que no existían pruebas suficientes para condenar a la joven, y también que
se estaban desencadenando fuertes emociones, además de que pocos jueces
optarían por hacer lo que se proponía: revocar el veredicto. No era un hombre que
persiguiera fama o fortuna, sino alguien que creía en el verdadero propósito por el
cual se había concebido la ley. Como no era omnisciente ignoraba lo que había
ocurrido y quién era, a la postre, el verdadero culpable. También sabía que no se
serviría a la justicia si se mantenía el veredicto del jurado. Eligió mantenerse fiel a
su conciencia y a su verdadera comprensión de la ley. Os puedo asegurar que pasó
una prueba importante.
No se me permite comentar los entresijos del caso, mucho más complejo de lo que
parece a simple vista; sólo puedo decir que, basándose en las pruebas aportadas, el
juez actuó con coraje y sentido de la integridad judicial al dar un giro completo a lo
que llegó a sus manos.
De mis comentarios no hay que inferir quién era o no era culpable. Ello no
obstante, no se puede funcionar en un sistema de verdadera justicia si nos
inclinamos por condenar sin que haya una causa clara y suficiente. Los tribunales,
aunque sean el escenario de problemas con una profunda y kármica carga
emocional, no están destinados a emitir veredictos basados en las emociones, sino
en la ley, los hechos y las pruebas. Han de contar con la honradez de los testigos
que prestarán juramento, lo honrarán y se comprometerán a no cometer perjurio.
Hemos de conceder a los demás lo que quisiéramos para nosotros mismos.
Biplano astral
¿Qué nos puedes decir acerca del trabajo con el plano astral?
He de dedicar parte del tiempo a intentar salvar almas del plano astral. Trabajar
con ese plano es una de las mejores maneras de dar servicio desde este lado,
aunque no es una tarea sencilla ni placentera. Debéis orar también para ayudar a
salvar almas del plano astral. Es una forma a vuestra disposición para transmutar
karma, predicando la Palabra mientras os halláis fuera del cuerpo durante el sueño
o la meditación. No se os enviará solos en tal misión, siempre contaréis con la
compañía de las huestes angélicas, aunque mientras predicáis y atendéis a las
almas no os llevarán de la mano.
Cada uno de nosotros está vinculado con alguien o, muy probablemente, con un
buen número de individuos que han aterrizado en el plano astral. Puede ser vuestro
deber, o tan solo un modo de hacer buen karma, atender a las almas que se os han
asignado para que las ayudéis. Lo que dificulta la labor es que la permanencia en el
plano astral puede ocasionar que la gente olvide los lazos que les unen a vosotros y
dude del auténtico propósito de la vida, con lo que se desencadena una guerra
espiritual de gran intensidad. De ahí que debáis estar profundamente armonizados
frente a las fuerzas que os desafían mientras mantenéis el perfecto amor para con
el alma a la que os esforzáis en liberar.
19
El sendero espiritual
La vía dolorosa. Mensaje navideño de 1997
Si tuviera que reencarnar sabiendo lo que ahora sé, elegiría el sendero de la vía
dolorosa por encima de cualquier otro. Los placeres del mundo son engañosos y
efímeros. Todo cuanto se sufra por Dios es como poner dinero en nuestra cuenta
bancaria espiritual.
No hay que temer la vía dolorosa, el camino de la cruz. La Madre Teresa caminó por
él y fijaos en la alegría y el resplandor que ella y sus monjas irradian! Sólo
sacrificándose por Dios se nace a la vida eterna.
Muchos de los niños a los que se ha aparecido la Virgen María han recibido la
inspiración para sacrificarse por la salvación del mundo y no han vacilado en
hacerlo, porque han comprendido la necesidad y el poder de semejante acto para el
tesoro de la obra de Dios. Asimismo, debido a esa devoción y obediencia, su
recompensa se ha centuplicado.
Podéis iniciar este sendero examinando vuestra vida y buscando algo por lo que
sacrificaros por Dios: quizá dedicando una parte del tiempo libre a orar o ayudar a
algún enfermo, o a alguien emocionalmente débil; quizá ayunando o renunciando a
algún alimento que os guste demasiado. La clave es adquirir un compromiso y
cumplir con él. La vida de cada persona es única, de manera que el sacrificio de uno
puede ser, en cambio, la rutina diaria de otro que no lo considerará como tal. No
podéis compararos con los demás. Debéis ser sinceros con vosotros mismos y
avanzar hacia Dios y hacia la unión con vuestro Santo Ser Crístico.
Es posible que una persona que esté de verdad en este sendero sufra persecución,
afecciones de salud o total y absoluta entrega por amor a Dios. Vuestra mensajera
ha sufrido más de lo que la mayoría de vosotros jamás podréis imaginar. Tal es su
compromiso con los maestros ascendidos y con la misión que se le ha
encomendado.
¿Ha de merecer este sendero vuestro miedo? En verdad, constituye el sendero del
amor, del gozo y de la pureza más profundos. Sólo si teméis a tales atributos,
vacilaréis en embarcaros en este viaje: el que va al corazón de Cristo. Si deseáis
conocerlo y poseerlo, debéis empezar a caminar dando vuestros propios pasos de
sacrificio. Cada uno de ellos casará con las gotas de misericordia y de compasión
surgidas del corazón de Kuan Yin *.
Si verdaderamente poseéis el amor de Cristo, sufriréis al ver la profanación de la
luz en este planeta. La pureza y la inocencia de nuestra juventud sufren desafíos a
cada paso. No se reverencia la santidad de la vida. El honor de Dios en el gobierno y
en nuestro sistema de justicia se erosionan sin cesar. Por eso, la Madre María llora. Y
cuando los hijos e hijas de Dios están despiertos pero dormidos, los santos sufren
aun más.
¿Cómo dé grande es vuestro deseo de conocer a Dios a través de los dones del
Espíritu Santo? Dichos dones tienen un precio que implica el sacrificio del yo
humano por el yo crístico. Si Jesucristo se os apareciera y os pidiera una parte
importante de vuestro tiempo y de vuestra energía y abundancia ¿os negaríais? ¿O
le obedeceríais? La respuesta que deis tiene mucho que ver con vuestra fe y con la
solidez de vuestro compromiso con el progreso espiritual, así como se relaciona con
vuestra sintonía con la Palabra. Orad para que estéis disponibles a fin de responder
al llamado de Dios dondequiera que ocurra y en el momento en que se produzca.
Es posible que os preguntéis por qué quiero compartir esto con vosotros durante la
Navidad. Precisamente porque ha sido en esta fecha cuando os he hablado de la vía
dolorosa. Los miembros de la sagrada familia siguieron este sendero, cada
** Kwan Yin ascendió hace miles de años y se la conoce como la Diosa de la Misericordia y la
Madre Divina oriental. Se la venera en China, Japón y otros países asiáticos. Véase Saint
Germain: Alquimia 1. Fórmulas para la autotransformación.
uno a su manera, empezando con Ana y Joaquín que se sacrificaron para ser dignos
de alumbrar a María. A continuación, María, siendo una mujer joven, se sacrificó en
preparación para ser la madre de Jesús. Se le pidió el tiempo y el sacrificio de la
maternidad humana a fin de honrar la misión de su hijo. José vivió una vida
sacrificada dedicada a Dios antes de ser elegido el padre de Jesús. El mismo Jesús
hizo un enorme sacrificio sólo por tener que encarnar y cumplir con la agotadora
misión que le exigió a cada paso.
Los que caminan y hablan con Dios deberían saber que éste es el verdadero relato
de la Navidad: Cristo nace a costa de mucho amor y sacrificio.
Convertirse en el Cristo
Llega un punto en el sendero de cada discípulo en que debe escoger a quién servir:
a Dios o a las riquezas. La prueba llega cuando el aspirante ha progresado y
realizado numerosos cambios internos y externos, muchas novenas y ha purificado
su vida. Sin embargo, lo cierto es que permanecen los vínculos, sutiles y evidentes,
con el mundo de las riquezas.
El momento crucial llega cuando la persona desea de verdad a Dios —al Espíritu
Santo— por encima de todo lo demás. Muchos nunca alcanzan este último paso.
Esto es lo que distingue a los santos de los nobles y decentes aspirantes. Esos años
vitales exigen que al menos algunos de vosotros deseéis más que cualquier cosa la
cristeidad y el sacrificio que conllevará. A diferencia de otras decisiones que se
toman en la vida, de ésta nunca os arrepentiréis. Sin embargo, no es para los
medrosos o cobardes.
Cuando vuestros objetivos estén suficientemente claros y zarpéis hacia el reino de
Dios, todo puede alcanzarse y cualquier sufrimiento, soportarse. Cuanto más dais a
Dios, más recibís. Como todas las cosas del Espíritu, ésta es una fórmula perfecta.
Sólo vosotros podéis tomar la decisión final acerca del punto de la montaña hasta
donde querréis ascender. Es algo entre vuestra alma y Dios. Orad por el deseo
divino, la fortaleza y la claridad de propósito. Vuestras oraciones recibirán respuesta
si son sinceras y surgen del corazón.
La Madre Teresa fue en todos los aspectos una santa. Recibió su llamado de los
maestros, a niveles internos, y cumplió con él más allá de toda expectativa. Algunos
escritores con poco discernimiento y un ego enorme han insinuado que la Madre
Teresa debiera haber hecho cambiar la política relativa a los pobres, o que se había
equivocado al recoger el dinero que obtuvo para sus misiones. A Dios no le
complacen estos comentarios ya que proceden de gente con afán de erigirse en
jueces sin poseer el manto adecuado ni haber lugar a ello.
El llamado de cada persona es único. El de la Madre Teresa fue servir a los más
pobres de entre los pobres. Y lo hizo con tan profundo amor y percepción de la
dignidad de cada alma, que alargó el tiempo de este planeta. Veía al Cristo en cada
persona. Su propia presencia motivaba a mejorar, a dar y servir más y fue una
fuerza sanadora por sí misma. Su obra fue espiritualmente práctica pero también de
una gran profundidad espiritual. No sólo decía lo que tenía que decir, sino que era
un vivo ejemplo de lo que decía. Vivía las enseñanzas de Cristo.
Nunca buscó la fama que obtuvo. En realidad, más bien le causó angustia espiritual
y dolor físico. La fama pertenecía a Cristo y no a ella. Así lo entendía, pero no del
todo los que relataron su biografía. No obstante, la abundancia llegó a sus misiones.
Así es como funciona la alquimia espiritual. Ella fue el recipiente de Dios. Como ella
misma dijo en una ocasión: «Sólo soy un lápiz en la mano del Señor». Dios provee
abundancia cuando la obra de un santo la necesita. Carecía de avaricia, odio,
codicia y de otras debilidades terrenales. Su único deseo era salvar almas y servir a
los pobres, y lo hizo magníficamente.
A pesar de ser católica hasta la médula, la Madre Teresa honró las costumbres de
todos aquéllos con los que estuvo en contacto. No condenó a nadie por su creencia
espiritual y sirvió a todos los que encontró en su camino. Hay muchas lecciones que
aprender de ello.
Existe un motivo por el que el hogar de la Madre Teresa estaba en la India. Ella
representaba la llama de la Madre y la India la honró como Madre.
El cielo esperaba su llegada. Su vida fue motivo de celebración en el reino eterice.
De hecho, las palabras «bien hecho» resonaron en todas nuestras salas y todos
compartimos la alegría de cada uno de sus logros. Esta hija de Dios comprendió el
gozo como pocos lo han conocido.
Es importante señalar que su llamado no se produjo ni fácilmente ni de buen
principio. Pocas veces es así. La Madre Teresa oró sin cesar y estudió e interiorizó el
significado más profundo de las enseñanzas de Cristo. Fue guiada hacia su misión
debido a la pureza de su propósito y a su dedicación a la voluntad de Dios. Sin
embargo, su evolución hacia la santidad precisó de un sendero y un proceso. La
pena más grande será que haya quien no advierta que este sendero está abierto a
todos los que lo buscan con el fervor y el compromiso que ella personificó.
Probablemente, el don más importante que hay que pedir al Espíritu Santo es el
discernimiento. Sin discernimiento, el buscador se hace vulnerable a que le hagan ir
de acá para allá y a utilizar mal otros dones o no distinguir las verdaderas
enseñanzas de las falsas.
Con la ayuda del discernimiento se reconoce la vibración de la verdad y la de lo
que no es verdad, del bien y del mal, de pureza y de impureza, de santidad y de los
impostores de la santidad. Se puede tomar un libro en las manos y conocer el grado
de verdad que contiene.
Muchos buscadores que carecen de discernimiento se dejan arrastrar por libros o
individuos que no son de la luz, o a lo sumo, de la vibración más alta. Debería ser
una práctica diaria pedir este santo don. Yo mismo, en cierta medida carecí de él y
por ello me sentí atraído por cierto tipo de anuncios y por determinados políticos,
porque decían lo que yo deseaba oír.
Sobre el corazón
Sobre el desaliento
No hay una fuerza más sutil que el desaliento. Lo digo porque poca gente lo
considera peligroso en las esferas espiritual o emocional. Y, sin embargo, esta
energía la utilizan las fuerzas del mal para hacer dudar a la gente de su Dios y para
que abandonen su verdadero propósito.
El sendero de unión con el Espíritu Santo no es un paseo por el parque. Requiere la
voluntad de entrar en el fuego purificador que se intensifica a medida que se llega a
mayores alturas en el sendero. Por su propia naturaleza, este fuego trae el desafío a
vuestro umbral y halla formas para ayudaros a percibir vuestra dependencia de
Dios y de la Presencia YO SOY. Cuando os halláis bajo el auxilio del consuelo humano
y físico, no es probable que ello ocurra. Todos necesitamos un estímulo. Si incluso
Jesús experimentó momentos de abandono, cuan mayor será nuestra necesidad de
sentirnos solos y sin objetivo. Este período siempre resulta más corto para aquella
alma que reconoce la presencia y el amor de Dios y acepta con benevolencia el
desafío que ha de afrontar. Es cuando permitimos que el desaliento prevalezca, que
el alma pierde impulso y prolonga la prueba y la agonía.
**** Disponible en cásete en inglés (Summit University Press, PO Box 5000, Corwin Springs,
MT 59030-5000 o llamar al n° de teléfono 1-800-245-5445 dentro de los EE.UU.).
La gente suele pedir a Dios que las cosas sucedan de acuerdo con sus deseos. Sin
embargo, lo que determina los acontecimientos es la proporción del esfuerzo hacia
el progreso espiritual y la expansión del corazón. Pueden conseguir más los que se
esfuerzan por llegar a algo que los estudiantes que se interesan superficialmente o
lo toman y lo dejan una y otra vez. El compromiso con el propósito sagrado vale
mucho en el cielo, al igual que el compromiso y la seriedad valen en la Tierra.
¿Qué calidad tiene la leña —o las obras— que colocáis en la hoguera de vuestro
corazón? ¿Con cuánta frecuencia la alimentáis? ¿Sirve para calentar vuestro templo,
o crece y disminuye a medida que vuestra atención se dispersa en todas
direcciones? ¿Qué hace falta para que consideréis la acumulación del fuego en
vuestro corazón como parte de vuestra labor divina?
Acostumbrarse a la presencia de Dios y alimentar el fuego de vuestro corazón son
de la máxima importancia para vuestro progreso. Ojalá persigáis ambas metas con
alegría y gratitud.
El eslabón perdido
Deseo hablaros acerca del servicio al Señor. Muchos fingen servir por obligación o
para parecer buenas personas a los ojos de los hombres. Éste no es un verdadero
servicio. El verdadero es una forma de ser, tener el convencimiento de haber nacido
para servir. Forma parte de vuestra naturaleza y lo necesitáis como alimento de
vuestra alma y para el latido de vuestro corazón. El verdadero servicio es una
alegría. Pedimos tanto a Dios y, sin embargo, dependemos de Él para obtener Su
gracia y misericordia. Dios sólo nos pide el servicio auténtico nacido de nuestros
corazones. Cuando servís de corazón, los demás lo perciben y se os acercan y
conectan con vosotros impulsados por la pureza de vuestro afán.
En algunos, el espíritu de servicio es connatural, pero en la mayoría hay que
despertarlo o desarrollarlo. Es necesario poner al alcance de los niños
oportunidades significativas para servir a la sociedad, a la iglesia y en casa, así
como para que lleguen al corazón de otros integrantes de la comunidad mundial. El
servicio engendra significado, autoestima, responsabilidad y honor en los jóvenes a
medida que están formando su identidad en esta vida. Con frecuencia, necesitamos
servir a los demás más de lo que ellos nos necesitan a nosotros. Deberíamos dar
gracias a Dios por cada oportunidad que tenemos de servir.
Hoy es el día de acción de gracias, un día de gratitud rendida a Dios por la
oportunidad de vivir y por la belleza que nos toca reclamar.
Jesús vivió una vida de servicio. Estudiadla para comprender la llama del servicio.
Cuando realicéis la transición, os sentiréis agradecidos hasta lo indecible por cada
auténtico acto de servicio que hayáis realizado. Es cierto que en el plano etérico
uno se encuentra con almas a las que ha servido, algunas veces hace muchas
vidas, que paran para darte las gracias porque son conscientes de la importancia de
tu servicio para su progreso espiritual.
E l peor freno al servicio es el ensimismamiento. Hay gente que cree que su dolor es
demasiado profundo o sus problemas demasiado grandes para prestar atención a
las necesidades de los demás. Vigilad que estos estados de conciencia no os
dominen. El mínimo acto de amor hacia cualquiera puede contribuir a vuestra
propia curación o a vuestra capacidad de resistir. Hay quien se halla demasiado
absorto en su trabajo o en amasar dinero para prestar atención a los que le rodean.
Ninguna vida está completa sin servicio y ninguna circunstancia es excusa para que
una persona deje de pensar en el bienestar de los demás.
Hay quien por nombramiento propio toma el cetro de acusador para erigirse en
crítico de algunos de los mejores servidores de Dios. Cada vez que condenáis a otro,
os condenáis a vosotros en cierta medida. Examinad el servicio que habéis prestado
esta última semana. ¿Qué lo motivó? ¿A quién servís?
Interiorizar la Palabra
20
Enseñanzas sobre el sendero
La Madre Maria
La Madre María, nuestra infatigable Madre, trabaja día y noche para despertar a
sus hijos y sigue creyendo en ellos incluso cuando otros habrían abandonado toda
esperanza.
La Virgen María desempeña numerosos papeles. Es intercesora y mediadora. Es
sanadora, consejera y portadora de milagros. Sus mensajes aportan esperanza,
guía, castigo y aviso. Aunque parezcan simples, si les prestáramos atención
transformaríamos el mundo y ahorraríamos mucho dolor. En sus apariciones
siempre ha repetido ciertas peticiones. Nos pide que busquemos la paz en nuestros
corazones, la cual se consigue a través del perdón a los demás y a nosotros
mismos. El sendero hacia la paz se logra a través del amor divino.
Los ejercicios espirituales que recomienda son la oración, el rezo del rosario y el
ayuno regular. Nos pide el sacrificio de hoy en aras de un futuro mejor. Castiga la
avaricia, la falta de honradez y la supremacía del materialismo con respecto a Dios,
así como todas las formas de egoísmo y egolatría. Se llama a sí misma «Madre de
todas las naciones» y no quiere quedar relegada únicamente a los católicos, ya que
sirve en la llama de la Madre a todos los que buscan su consuelo y amor.
¿Qué ha evitado que sus mensajes fueran recibidos por una comunidad cristiana
más amplia? ¿No puede el pueblo de Dios superar su apego a falsas doctrinas y
reconocer a un emisario de Dios y de su hijo Jesucristo? Ya es hora de comprender a
la Madre María en el sentido más amplio de su papel, que no se limita a la típica
representación navideña en la iglesia local.
Lo que he aprendido después de mi transición es la importancia de la Madre María
como pilar de luz y fortaleza después de la ascensión de Jesús. En numerosos
aspectos, es la Madre de nuestra dispensación cristiana. Aunque fue devota,
modesta y humilde, su papel y el impacto que causó fueron extraordinarios. Jesús le
hizo muchas confidencias y después de su ascensión ella pudo comprender en
profundidad la misión que él había llevado a cabo y el trabajo que hacía falta para
asegurar el establecimiento de la era de Piscis. Como sabemos por la Biblia, la
Madre María guardaba muchas verdades en su corazón (Le. 2:19), lo cual significa
que oyó las enseñanzas internas de Dios y Sus ángeles y las siguió.
Por lo general, ha escogido a los humildes y a los menos afortunados (en el sentido
mundano) para que recibieran sus mensajes. Sabe que el orgullo de los arrogantes
y el materialismo de los ricos impiden la obediencia y la pureza y constituyen un
modo de consentir ante la humanidad una cierta apariencia de ridiculez si se sigue
a Dios.
Como ya os he contado, la Madre María me dio la bienvenida en el momento de mi
transición de la Tierra al reino etérico. Para mí, aquella experiencia fue como estar
en presencia de la esencia del amor divino, la belleza y la sanación. ¡Imaginad
cuando le ocurre a alguien que aún ha de permanecer encarnado! Crea una huella
indeleble, mucho más poderosa que cualquier cosa que la persona haya
experimentado nunca. Es tangible y accesible como palabras de fuego vivo. Por
eso, los que reciben sus mensajes son capaces de retenerlos y todos los que asisten
a una misma aparición describen siempre la misma escena y los mismos detalles.
La Madre María ha sanado a un número incontable de personas, ha estado a la
sombra de muchos más proyectos de mérito y ha estado presente en más grupos
que rezan el rosario de lo que se pueda llegar a imaginar.
Conclusión
La naturaleza de la octava etérica
Recordad que Dios creó al hombre a Su imagen y que esperaba que éste creara un
cielo en la Tierra. Fue así durante bastante tiempo. Los relatos de Lemuria y de la
Atlántida se refieren a ese período. Sin embargo, cuando el hombre «cayó», las
cosas cambiaron y la vida en la Tierra se tornó ardua y densa.
El reino etérico está formado por ciudades celestiales que no sufren de limitaciones
de tiempo ni de espacio como ocurre en la Tierra. Dios es trascendente y todo lo
que ha creado también, incluidos el reino angélico y las almas que evolucionan.
Los que residimos en el reino etérico tenemos que llevar a cabo ciertas tareas, con
frecuencia a favor del planeta Tierra o de otros sistemas donde hay vida. Asistimos
a clases y tenemos lecciones que aprender. Disponemos de música, bibliotecas,
salas de reuniones, lugares de oración y otras cosas. El reino etérico bulle de
actividad, toda con un fin sagrado y en honor de la luz y de nuestros creadores. Es
un entorno amoroso bendecido por la armonía, la sabiduría y el poder de Dios.
Los que no hemos ascendido pero tenemos la oportunidad de conseguirlo a partir
de este nivel, tenemos una rutina fijada y unos objetivos claros en función de lo que
hemos de realizar con el fin de ascender. Vivimos en una parte específica del retiro
de Saint Germain. No se nos muestra todo cuanto allí acontece, pero lo que he visto
os llenaría de asombro, o no, si de verdad tuvierais en cuenta la milagrosa
naturaleza de Dios.
Como ya os he contado, hay varios niveles en el plano etérico. Los que se hallan en
los más bajos son principalmente el tipo de almas que con toda seguridad
reencarnarán. El trabajo que realizan y el tipo de retiro son algo diferentes pero,
básicamente, se apoyan en los mismos principios. Todos nosotros servimos en el
plano astral con el fin de liberar almas. Todos estudiamos para contribuir a nuestra
propia evolución y se nos dan misiones específicas en beneficio de la vida
encarnada. Nuestros cuerpos son eterices y, sin embargo, tienen forma y
dimensión.
Todos los no ascendidos que estamos aquí somos profundamente conscientes del
regalo de la encarnación. Recordad que tenéis que afrontar las lecciones que se os
presentan ya que cada obstáculo vencido será causa de alegría cuando lleguéis a
este lado. La vida en la Tierra os brinda oportunidades de hacer frente a todo lo que
necesitáis para crecer y trascender.
Cuanto más tiempo paso en el retiro de Saint Germain, más difícil me resulta
expresar con palabras su increíble talla espiritual. La preocupación que tiene por su
rebaño rebasa con mucho cuanto uno pueda imaginar sobre la compasión o el amor
de padre. Su sola presencia es capaz de transformarme cada vez. No hacen falta
palabras y, sin embargo, cuando habla, posee tal autoridad, sabiduría y alegría que
constituyen el reflejo de todo cuanto él es. Escucharle da significado al concepto de
la Palabra.
Este libro completará la tarea que se me encomendó por orden y con el permiso de
los maestros ascendidos. Me sentiré profundamente satisfecho si su lectura os ha
permitido a muchos crecer o adquirir conciencia espiritual. He sido tan sincero como
he podido acerca de mi propio pasado con la esperanza de que- aprendáis de mis
errores para mejorar. Asimismo he nacido de señalar algunas de las cosas que me
ayudaron a avanzar.
He aprovechado esta oportunidad para tratar temas más amplios de relevancia
espiritual. Todo cuanto he escogido se basa en mis observaciones sobre los
portadores de luz y las facetas de su vida que, de cambiar, podrían contribuir a su
éxito espiritual.
En este momento en que la dispensación llega a su fin, he de confesaros que para
mí esta oportunidad ha sido un honor tras muchas vidas. Estoy admirado por el
amor de los maestros ascendidos hacia cada uno de vosotros y su deseo de que
logréis el éxito. Para llevar a cabo esta misión recibí clases especiales. Muchos
maestros ascendidos hablaron conmigo para educarme y pedir mi opinión en
relación con algunos sucesos actuales que han ocurrido en el planeta en el que
estuve encarnado hace muy poco. Os recomiendo encarecidamente que les llaméis,
que os unáis a ellos y, al final, os convirtáis en uno con ellos.
Hay muchos más aspectos que podía haber compartido con vosotros acerca del
reino etérico y de otras lecciones que he aprendido desde que llegué aquí, pero ésta
no era la misión de esta dispensación. Se os ha dado todo cuanto se suponía que
debía comunicaros, junto con algunas respuestas adicionales a las preguntas que
me hicisteis y que se me permitió contestar.
Rezo para que todos quienes lean este libro hallen alguna perla que les permita
avanzar en el sendero. Quedo eternamente agradecido a todo aquél a quien este
libro le llegue a las manos y lo lea. Ojalá, en el viaje de regreso a vuestro hogar,
conozcáis las más profundas bendiciones y la guía de Dios.
o bien:
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