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La sensacin es misteriosa. El pecho se me inflama de bonanza al verlo por primera vez.

Mis mejillas se ruborizan y mi vista se centra en un par de luceros aceitunados.

Alguna vez haba visto un joven y bello rostro como se pero, jams en mi atmsfera.

El profesor eleva su mano y la extiende hacia su lado derecho, indicndole el camino hacia un asiento al chico nuevo. l lo mira y accede sin ms prembulo.

Entonces, ah hay dos bellas esmeraldas que miran indagadores a su alrededor. Seca el sudor de su elegante mentn partido y se acomoda en la fila central del aula. Aunque el espacio es reducido, parece no incomodarse; l slo permanece ah, observndonos a todos y nosotros estudindolo a l, esperando por el primer valiente que se acerque a hablarle.

Desde se momento, yo ya adoraba su hermosa mirada verdemar, su cabello castao ligeramente alborotado, un flequillo rebelde que le cubra media frente y cuyas puntas apuntaban a sus sienes de piel nacarada. Qu belleza haba visto!

Yo le veo hermoso.

Podra definir lo que siento como fruto de la atraccin que me caus, aunque, hasta cierto punto, tengo celos de las chicas que tienen el valor de acercarse a saludarlo porque s que tienen el mismo objetivo que yo: su atencin.

Quiz, nunca me digne a hablarle.

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