Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
http://irati.pnte.cfnavarra.es/iturrpro/aldizkaria/blogs/index.php?blog=53
Querida mía:
Pensé que nunca llegarías y mi mundo era algo sin sentido, pero en el fondo de mi
corazón esperaba que tú llegaras a llenar cada uno de mis espacios... Ha pasado un día,
dos, tres y hoy, aún ahí estas. Me encantaría poder estar junto a ti, abrazarte y disfrutar
contigo, poder sentir tu tacto y darte un beso.
Llenas y fortaleces día a día mi corazón...Quiero que mis días sean eternos y que nunca
olvides aquella noche.
Hoy aún me parece increíble seguir sintiendo esas cosas que sentí cuando te conocí.
Nunca podré olvidarte.
Te escribo desde la orilla del mar sintiendo que mis recuerdos se desvanecen en el
horizonte poco a poco, arrastrados por las fuertes olas hasta el fondo; donde ni siquiera
los rayos del caluroso sol hacen más cálida la fría temperatura del agua. Ha pasado por
mi cabeza la idea de ahogarme junto a ellos, pero, tal y como te prometí la madrugada
en la que intercambiamos miradas por última vez, intentaré avivar las leves chispas que
aún duran en mi corazón. Viviré para recordar mis mejores años de felicidad, junto a ti.
Junto a la persona de la cual yo me enamoré.
Siento que ya ha concluido mi tiempo de felicidad, ahora solo me queda torturarme día
a día sabiendo que nunca volveré a ver esa sonrisa que tanto me alegraba. Con eso
quiero decirte que mi vida sin ti no es lo mismo, porque me falta el azúcar que
endulzaba mi vida. Espero que guardes está carta durante el resto de tu vida, porque
para mí lo es todo.
Querido mío, te escribo porque no puedo más. Me hallo en un oscuro y frío edificio, en
el que parece que no hay movimiento alguno. No oigo más que el ruido que hace el
rozamiento de mi lápiz contra este papel. Llevo toda la tarde pensando en nuestra
relación... Fuera hace una terrible tormenta que ojalá no acabe nunca, pues es el
fenómeno que mejor describe el estado de mi desdichado corazón. Parece que fue ayer
la última vez que vi tu perfecto rostro. De hecho, no paro de recordarlo. ¿Cómo es
posible que una persona ame tanto a otra, y que no pueda dejar de pensar en ella ni un
solo momento? Desde tu partida, yo no soy la misma. No paro de recordar los
momentos que pasamos juntos y no dejo de preguntarme qué hubiera pasado si no te
hubieras ido. Me falta el azúcar que endulzaba mi vida.
Lo peor de todo esto es que sé que lo nuestro para ti no fue más que una equivocación,
otra más. Pero para mí no. Ya sabes que no. A veces me lleno de frustración y pienso
que me debería olvidar de ti. Pero luego, llena de lágrimas, afronto la realidad. No
puedo. No puedo vivir sin ti, como si nunca hubiera pasado nada. Sigo soñando con una
caricia, con un beso, con tan solo algo tuyo.
Hola mi amor:
Hace diez días que no nos vemos, nunca pensé que fuera tan duro vivir sin ti. Los días
se me hacen interminables. Cuando voy a mi paseo diario y veo a otras parejas
agarradas de la mano aun me siento peor, recordando cuando nosotros paseábamos
juntos. Pero lo peor es cuando regreso a casa y al abrir la puerta no te encuentro. Esa
soledad es superior a mí, porque era el único momento del día en el que estábamos
juntos. La soledad y el silencio de esta nuestra casa, son como pesadas losas que me
oprimen. Al anochecer, a la hora de la cena noto más ese vacío pues tengo que
prepararme algo para comer cuando eras tú quien lo hacía. Pero al final lo supero y
termino cenando algo. Luego cuando me siento a ver la televisión, también te añoro,
porque en cualquier momento vuelves a mi memoria viendo cualquier película de amor.
Al cabo del rato el agotamiento puede conmigo y me acuesto. Estar en la cama y no
notarte es como caer al vacío sin paracaídas. Pero sé que este martirio pronto terminará,
y sueño con ese momento. Y espero que como a mí la llama de tu corazón nunca se
apague.
Un beso
Aun veo ante mí la imagen de ese día gris, triste y lluvioso. Sin duda será un día
marcado en mi corazón. Tú te fuiste sin dejar rastro y yo caí desplomada sobre el
camino de la ladera donde tú desapareciste poco a poco. Desde entonces no me he
separado de este lugar, pensando que hoy o mañana volverás junto a mí. A pesar de que
mi corazón esté dañado, yo te sigo queriendo y no me cansaré de decirte ¡TE QUIERO!
Mi corazón no resistirá mucho tiempo sin saber de ti y mucho menos sin saber si algún
día, muy temprano, tú volverás. Te necesito. Nada tiene sentido si tú no estás aquí,
porque tú eres la proteína que fortalecía mi vida. No te puedo olvidar por más que lo
intento, ya que todo lo que hago me recuerda a ti. ¡TE QUIERO TANTO!
Espero tener pronto noticias de ti y saber si tú también sientes esto por mí, este amor tan
profundo que hay en mi interior. Porque ¡TE QUIERO, TE AMO, TE ADORO! Y nada
podrá impedir mi amor por ti.
AMADA MIA:
Desde que te vi la primera vez supe que me gustabas mucho, por eso te envío esta
carta para expresar lo que siento hacia ti. Soy tu gran admirador: aunque tú no sepas
quién soy yo, yo te conozco muy bien. Tienes unos ojos que iluminan como dos
estrellas, tu sonrisa es tan bonita que hace enloquecer y tienes unas mejillas rojizas
como dos tomates. Cada vez que pasas al lado de mí, siento el impulso de decirte lo que
siento, pero soy demasiado tímido como para decírtelo a la cara. Cuando estás cerca de
mí, el corazón me va a tal velocidad que me tiembla el pulso, cuando te miro
parece como que me hipnotizaras porque no puedo dejar de mirarte. También me
encanta tu psíquico. Siempre que te veo tienes una sonrisa que ilumina tu cara, cada vez
que te dan una mala noticia tú lo intentas asimilar lo más positivo posible.
Amada mía,
Mi amor:
He intentado responder a tu carta lo antes posible, pero como ya sabes, no soy muy
buena escogiendo palabras.
Aquí, en Suiza, hace mucho frío y casi siempre está nevando, pero a mí me da igual,
porque solo con recordar tus caricias, tus besos y tu voz, me siento como si estuviera en
un desierto, a cuarenta grados. Es como si el frío se desvaneciese ante tu recuerdo. Pero
al acordarme de ti, me acuerdo asimismo de los miles de kilómetros que nos separan, y
vuelve de nuevo el frío que instantes atrás se había desvanecido. Me falta el fuego que
hacía calentar mi vida, me faltas tú.
No sé por qué no has querido acompañarme en este viaje, y tampoco sé por qué no
has confiado en mí y me has contado tus razones, pero supongo que tendrás algunos
asuntos pendientes por hacer. De todas formas, quiero que sepas que yo respeto tu
decisión y sólo espero que no te pase nada malo en mi ausencia, porque no sabría qué
hacer si algo te sucediera, acuérdate: Si te caes, yo me caigo.
Querido amigo:
Estoy escribiéndote desde la playa, desde el sitio en el que nos conocimos por primera
vez. Todavía recuerdo ese día en el que me hablaste. No sabías qué decirme, pero
conseguiste que al final de la noche te diera mi número de teléfono. Quedamos muchos
días, y hicimos muchas cosas juntos. Para mí eras una persona en la que podía confiar y
contarte todos mis secretos. Pero desde que me dejaste, no puedo dormir. No quiero
salir a la calle, porque veo muchas parejas y me viene a la cabeza todo lo que vivimos
juntos. Siento que mi corazón no late como antes, cuando estaba junto a ti. Me has roto
el corazón. Tú eras la persona que me daba alegría y ahora me falta el azúcar que hacía
endulzar mi vida.
Me gustaría que pensaras en todas las cosas buenas que yo te dije. Acuérdate de cómo
nos conocimos, de nuestro primer beso...Te quiero mucho y no me siento bien si tú no
estás a mi lado. Besos