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El Prncipe de Nicols Maquiavelo Nicolaus Maclavelus ad Magnificum Lavrentium Medicem Deseando yo pues ofrecerme a vuestra magnificencia con alguna

prueba de mi devocin, no he hallado entre todas mis pertenencias cosa alguna que crea ms valiosa o valore tanto como el conocimiento de las acciones de los grandes hombres. Para conocer bien la naturaleza de los pueblo0s hay que ser prncipe y para conocer bien la de los prncipes hay que ser del pueblo. I II. De principatibus hereditariis Digo pues, que en los estados hereditarios y acostumbrados al linaje de su prncipe, hay menos dificultades para conservar que en los nuevos, por que basta con no abandonar el orden establecido por sus antepasados e ir adecundose a los acontecimientos. III. De Principatibus mixtis Donde aparecen las dificultades es en el principado nuevo. Sobre todo si no es completamente nuevo, sino una especie de miembro de otro, de manera que podemos llamarle en conjunto casi mixto. Los hombres cambian de buen grado de seor pensando que as mejoraran. Pero se engaan, porque rpidamente la experiencia les demuestra que con el cambio han perdido. Digo, pues, que estos estados que al ser conquistados, se agregan a un antiguo estado de quien los obtiene o son de la misma provincia y lengua o no los son. Quien adquiera territorios nuevos de este tipo y quiera mantenerlos ha de tener en cuenta, pues, dos cosas; una, que es necesario aniquilar la familia del antiguo prncipe; otra, que no hay que cambiar ni leyes ni tributos, unindose con el principado antiguo en un solo cuerpo. Como ya he dicho, quien se halle en una provincia diferente debe, convertirse en caudillo y protector de los vecinos mas dbiles, ingenirselas para resistir a los poderosos y cuidarse de que por ninguna cirscuntancia entre en esta provincia algn extranjero tan poderoso como el.

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