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LA MANERA EN QUE DIOS NOS MIRA Te has preguntado alguna vez cmo Dios te ve.

Hay tres claros ejemplos en la vida de Jess de los cuales podramos generalizar acerca de cmo nos ve Dios. Los encontramos en: 1. Mc 10:21 Jess lo mir (al joven rico) con amor 2. Lc 19:5 Llegando al lugar, Jess mir (a Nicodemo) hacia arriba 3. Lc 22:61 El Seor se volvi y mir directamente a Pedro Sin duda su mirada era de un profundo amor incondicional, y el problema no es cmo nos ve l sino cmo nos vemos nosotros. En el primer caso el joven opto por las cosas materiales en lugar del amor de Dios (mir as mismo). El segundo, baj del rbol, le recibi y se arrepinti del modo de vida que llevaba (mir hacia l y conoci la gracia). El tercero (Pedro), esa mirada tan profunda le hizo llorar amargamente por la traicin cometida, pero an as Jess le segua amando como el primer da que le conoci; pues as nos lo hace ver en el evangelio de Marcos cuando el ngel en el sepulcro les dice a las mujeres: Mc 16:7 Pero vayan a decirles a los discpulos y a Pedro. Pedro segua en el corazn y en los planes de Jess muy a pesar de haberle negado en tres ocasiones (Mir a l y experiment la gracia). Esto nos muestra de que a pesar de nuestras faltas o errores su amor para nosotros no cambia, sigue intacto. El Amor de Dios no es para unos cuantos y Juan en su evangelio nos dice: Jn 3:16 Porque tanto am Dios al mundo, que dio a su Hijo *unignito, para que todo el que cree en l no se pierda, sino que tenga vida eterna. La FE en Jess es el puente o medio para experimentar este amor inconmensurable. Romanos 10:8 sta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jess es el Seor, y crees en tu corazn que Dios lo *levant de entre los muertos, sers salvo. Porque con el corazn se cree para ser *justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Romanos 5:5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazn por el Espritu Santo que nos ha dado. El Espritu Santo es el que da la certeza de que el amor del Padre est en tu corazn y en tu vida, porque ahora tienes la conviccin de saber que eres SU hijo, y entenders por lo tanto que eres parte de su corazn. Dios tiene su mirada puesta en ti, y su mirada est llena de amor.

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