Está en la página 1de 2

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

Que Vasti no se presente ms delante del rey Asuero (Esther 1:19). Dice la biblia que cuando la reina Vasti fue llamada a comparecer ante el rey, no obedeci. Lo que ms me impresiona de esta parte de la historia es la rapidez con que Vasti fue sustituida. No tuvo la oportunidad de explicar las razones por las que no haba atendido el llamado del rey. Tampoco tuvo tiempo para pedir que se le permitiera rectificar su respuesta. A diferencia de este relato, son muchas las ocasiones en las que Dios nos concede segundas oportunidades. Mi esposo, mi hija y algunos compaeros de trabajo habamos estado disfrutando de unos das de descanso en la hermosa isla Margarita. Pasamos unos das realmente agradables, pero lleg el momento de regresar a casa. Antes de marcharnos quisimos comprar algunas cosas en el centro de la ciudad. El tiempo pas demasiado rpido y cuando nos dimos cuenta se nos haba hecho tarde para regresar, ya que podamos perder el Ferrari que nos llevara de vuelta a casa. Regresamos lo ms pronto que pudimos al hotel, recogimos nuestras cosas y salimos rumbo al lugar donde tomaramos el barco de regreso. Todos nuestros compaeros ya se haban ido. nicamente haba quedado una familia con nosotros. Ellos iban en su carro al frente del nuestro, porque conocan mejor el camino. Por fin llegamos al muelle cuando apenas faltaban cinco minutos para la hora de salida del Ferrari Revisaron las cosas que llevbamos y tambin nuestros boletos y nos dejaron pasar. Sin embargo, el seor que revisaba hizo una llamada utilizando su radio y nos dijo: Lo siento, ya no hay ms cupo para autos, deben esperar el prximo barco. Nosotros nos quedamos, y todos los dems se

fueron! Tuvimos que esperar cuatro horas para abordar otro barco. Me imagino que la reina Vasti sinti una sensacin todava peor al enterarse de que haba sido sustituida y que no tendra una segunda oportunidad. Es posible que alguna vez te haya dejado un tren, un avin o un barco. No obstante, Dios hoy te ofrece una segunda oportunidad, un nuevo comienzo. l desea restaurarte, sanarte y finalmente salvarte. nicamente tienes que rendirte a sus pies y aprovechar cada una de esas oportunidades!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer Una cita especial Textos compilados por Edilma de Balboa Por Gregaria Gonzlez de Belisario

También podría gustarte