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La prisión, lo más cercano al infierno: Parte Uno
La prisión, lo más cercano al infierno: Parte Uno
La prisión, lo más cercano al infierno: Parte Uno
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La prisión, lo más cercano al infierno: Parte Uno

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About this ebook

De lo que trata la historia es del giro que da la vida en cualquier ser humano, en ambos sexos, y en cualquier estrato social, el pasar del estatus de libertad al estado de privacion de la misma, y el mensaje principal de este manuscrito es alertarlo a usted senor lector a que jamas se vea envuelto en una circunstancia de esa indole que sin ocultar y sin llenarme de orgullo yo fui encarcelado por setenta meses por circunstancias ajenas a mi voluntad asi que lo vivi en carne propia y mi deseo es que usted aprenda de tal experiencia sin vivirla, la cual es poco o nada agradable.

Libro disponible por: Amazon, Barnes and Nobles, Google Play, I Tunes.

LanguageEspañol
Release dateApr 11, 2022
ISBN9781662491191
La prisión, lo más cercano al infierno: Parte Uno

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    La prisión, lo más cercano al infierno - Mauricio Lopez

    Introducción

    La historia se trata de dos jóvenes, entre las edades de diecinueve y veinte años, que se aventuraron a buscar su primer trabajo formal, y el lugar a donde fueron a solicitar trabajo fue a una empresa de transporte terrestre y si fueron contratados, pero para su mala suerte, fueron a caer en malas manos, ya que el dueño de la empresa de transporte disfrazaba la compañía para hacer negocios ilícitos, los cuales eran de narcotráfico y lavado de dinero, y pasado algún tiempo a los dos jóvenes se les sometió con amenazas y chantajes para que se involucraran en aquel negocio sucio, y realmente los delincuentes lograron su objetivo, y los jóvenes comenzaron a transportar drogas, y dinero producto de la venta de la misma; de una ciudad a otra hasta que terminaron por ser descubiertos por las autoridades, y por ende fueron encarcelados, cumpliendo ambos diferentes sentencias, a Rudy Blanco le dieron diez años en prisión. Y a Paul Valdez le tocó la peor parte, a este le dieron treinta años, de los cuales sirvió la tercera parte del total, alrededor de veinte y pico de años. Ambos cumplieron su sentencia en distintas prisiones, pero lo que, si era similar fue que los dos vivieron experiencias realmente muy duras, y al mismo tiempo se empaparon de experiencias de los demás presos.

    Se recomienda que lean esta historia. En ella se encierran tantas anécdotas y en particular la experiencia que vivió el joven Paul Valdez, por qué a él le dieron una sentencia más larga, ¿se imaginan? Comenzó ese calvario en la flor de su juventud, aún no se casaba, y a lo mejor no engendró hijos. Mientras purgaba su condena murieron sus padres, y cuando salió ya era prácticamente un señor, casi llegando a los cincuenta años de edad, pero aun así se sentía afortunado porque la vida le regalaba una segunda oportunidad de rehacer su vida, ya que muchos de los presos no corren con la misma suerte, si no es que los matan dentro de la prisión, salen con problemas de salud, tanto mental como físicos; sin lugar a duda son situaciones que la gente común y corriente que jamás ha pisado una cárcel, no se hace ni la mínima idea de lo duro y complicado que es tal situación. Solo con imaginarse que por todos esos años de encierro jamás van a saborear una verdadera y suculenta comida, en ese lapso tampoco tendrán un encuentro amoroso con una mujer; solo por mencionar un par de limitaciones.

    Realmente es deprimente visto desde cualquier ángulo, por lo tanto, el propósito de este libro es alertar a todo ser humano, dígase hombre o mujer adulto, jóvenes, adolescentes, diferentes estratos sociales, raza, credo, etc. todos estamos expuestos a ser involucrados, en alguna etapa de nuestras vidas ya sea voluntaria, o involuntariamente en situaciones oscuras, en donde se tenga que enfrentar a la justicia, y el resultado es más doloroso de lo imaginado, que es igual a decir desperdiciar parte de la vida a causa de decisiones equivocadas, o por ser engañados por personas sin escrúpulos, pero la buena noticia es que la persona que lea esta historia, tendrá una visión más clara, para protegerse, y no caer en la crítica y desbastadora experiencia de un encarcelamiento.

    Cuando usted lea las anécdotas vividas por los reclusos, que son varias historias que ellos vivieron en carne propia, cada uno de los presos, que aparecen en este documental, que amablemente pusieron su granito de arena contando su historia del por qué fueron encarcelados, muchos injustamente, y otros más conscientes de sus malos actos. Pero igual vivieron la misma experiencia del encarcelamiento, nada agradable. Entonces la invitación está abierta para que se sirva en leer este libro, que es más bien un espejo, un reflejo para ver los errores de otros, y no vivirlos en carne propia, dicho en otras palabras, la idea es llevarle este mensaje a usted para que nunca se vea detrás de rejas, y por ende conserve toda su vida en la libertad, cosa que no tiene precio.

    Muchas gracias.

    Bendiciones.

    Autor y escritor de este manuscrito.

    Mauricio López.

    Personajes de la primera parte del libro

    Paul Valdez.

    Rudy Blanco.

    Alejandro Alvez.

    Manuel Blanco.

    Roxana Blanco.

    Oscar Valdez.

    María Valdez.

    Estefany Sandoval.

    Moisés Carvajal.

    Roberto Ardiles.

    Aurora.

    Elián López.

    Ariel Castro.

    Alex Larios alias el coco.

    Josué alias el duro.

    Javier Castro.

    Pablo Arias.

    Rafael Silva.

    Edwin Lozano.

    Tomás Rivas.

    Esteban Reina.

    Pedro Canales.

    Daniel Gómez.

    Ángel.

    Green.

    Perla Rivas.

    Funes.

    Arturo Espinal.

    Ramírez.

    Pérez.

    Kevin.

    Sonia villa.

    Juan Reyes.

    Julissa.

    Fátima Reyes.

    Guadalupe Reyes.

    Espino.

    Samuel.

    Jaime Banegas.

    Elmer Paz.

    José Urias.

    Ricardo Ortiz.

    Amílcar Rojas.

    Capítulo 1

    Paul Valdez, y Rudy blanco asisten a su fiesta de graduación

    Se celebraba un día grandioso para dos jóvenes de nombre Rudy Blanco y Paul Valdez. Se estaban graduando de la escuela secundaria, y estaban listos para cursar estudios universitarios y ahí compartieron con sus padres y amigos, y como es sabido los jóvenes organizan sus fiestas ya por la noche en casa de un compañero, pero antes de caer la noche en casa de Paul, le grita desde la cocina su madre, la señora María Valdez:

    —Apresúrate Paúl, ya tiene rato tu amigo Rudy esperándote en el estacionamiento, van a llegar tarde a su fiesta de graduación.

    —Un momento por favor, ya casi termino de arreglarme.

    De pronto sale Paul de su habitación como de rayo, muy bien vestido, con sus mejores galas, y le dice a su madre:

    —Échame la bendición, mamá.

    —¡Qué guapo mi niño! Dios y la Virgen te cuiden.

    Y como algunas madres acostumbran hacer la señal de la cruz, ella lo hizo en la carita de su hijo.

    Paul hizo un gesto como de enojo, al escuchar a su madre decirle que él era un niño y no tardó en protestar.

    —Ya no me digas niño, que ya soy un hombre.

    —Oh perdón, si es cierto, mi niño ya es un hombre.

    —¿Ves? Que lo dijiste otra vez.

    A Ella le termina causando gracia y replica:

    —Que Dios te cuide.

    —Amén —contesta Paul.

    Rudy toca el claxon, y agrega:

    —Pareces una mujer para alistarte, sube al carro que vamos tarde.

    —¡Ya!, aquí vengo, deja de llorar, hola —saluda Paul a Estefany, la novia de Rudy.

    —¿Cómo estás, Paul? —replica la chica.

    Habla su amigo Rudy:

    —Si supieras el sermón que recibí de mi papá, antes de prestarme su auto, pero lo importante es que ya vamos rumbo a la fiesta, y seguro que la vamos a pasar de maravillas, ¿o no es así amigo mío?

    —Sí. Así será, pero compórtate porque conociéndote, ojalá y no vayas a hacer un ridículo.

    —Ya, hombre de mucha experiencia —le dice Rudy en forma de burla.

    Y tenía lógica, ya que por sus edades de cualquier tontería se reían y se burlaban entre sí, y los tres comenzaron a carcajearse de sus propias locuras que hablaban.

    Rudy condujo hasta la casa de Roberto Ardiles, otro de sus compañeros, donde iba a ser la tan esperada fiesta de graduación de su bachillerato, ahí los esperaban el resto de los compañeros de la promoción, y en aquella casa, que más bien era una mansión, pintaba para que todos aquellos jóvenes le dieran rienda suelta a sus energías y emociones, porque los padres de Roberto habían salido fuera de la ciudad, por lo tanto aquella residencia estaba a su completa disposición.

    —Amigos míos —grita el dueño de la casa—. Vean esto, moviendo a mis influencias, logré comprar toda esta bebida alcohólica, y además hay comida hasta para tirar para arriba, por lo tanto, todo mundo a bailar hasta que el cuerpo aguante, a comer, y beber sin límite.

    Todos a un mismo tiempo comenzaron a gritar, aquel panorama se miraba que se iba a convertir casi como una réplica de Sodoma y Gomorra.

    Capítulo 2

    Rudy en la fiesta de graduación tiene sexo con una chica que no era su novia

    Entrada la madrugada, ya más borrachos que en su juicio, Rudy sale al patio de la casa a tomar un poco de aire puro, y de pronto se le acerca Aurora, otra compañera que al igual andaba embriagada, y por consecuencia lógica actuando fuera de contexto, y así como si nada se le insinuó a Rudy:

    —Hola, chico guapo, ¿cómo estás?

    —Bien gracias, aquí tomando un poco un de aire puro.

    —Está muy linda la noche ¿verdad? Mira un cielo muy estrellado, y tú luces muy bien también. Sabes que nunca me había atrevido a confesarte que siempre me llamaste la atención, o sea que me gustas como hombre y que mejor momento este para expresar abiertamente mis sentimientos, me atraes más de lo que te imaginas, y tendrías que estar ciego para no haberlo notado.

    Y como Rudy tampoco estaba en su sano juicio lógico por la influencia del alcohol, le siguió el juego, consciente o no, el asunto fue que, hasta se volvió un poeta bajándole el cielo y las estrellas. Aunque un poco torpe, pero ¿qué podía esperarse por su condición? Y continúa hablando:

    —Tú también te ves espectacular, esta noche, y si lo había notado, pero como tú lo sabes que tengo mi novia.

    —No me eches a perder este momento mencionándome a tu noviecita, porque ese tema poco me interesa, hablemos de nosotros mejor, por favor.

    —Sí, está bien, ya no te la menciono más, y hablando de lo personal, sabes que me siento muy bien con tu compañía, eres buena para los piropos.

    —Qué bueno que nos estamos entendiendo, y si eres inteligente, notarias hacia dónde voy.

    —Claro que entiendo, sé a lo que te refieres.

    —Entonces eso que estas o estamos pensando, ¿por qué no lo llevamos a la práctica? Digo para ser más explícitos e ir a las acciones.

    —¿Así de fácil, me lo dices sin aplicarme anestesia? —Y ambos se carcajean.

    Añade diciendo la señorita:

    —Sí, así de fácil, y práctico, pero tampoco te estoy proponiendo matrimonio, solo quiero pasar un rato agradable, e intenso contigo, y que mejor este momento y este lugar en medio de estos árboles, y jardines, y mira que césped más verde y fresco, propicio, para darnos por entero y tener solo a los grillos por testigo y para comenzar a tener más afinidad, ven acá acércate, y siente mis tetas.

    Rudy ni lento, ni perezoso, se convirtió en un pulpo y la chica de nombre Aurora se abalanzó sobre él, y lo besó intensamente, y Rudy no opuso resistencia, y de a poco se fueron intensificando las caricias, y por ende acalorando los ánimos, a tal extremo que la chica comenzó a manosearlo por todo el cuerpo, y este le correspondió de la misma manera, y aún más rebasando los límites hasta con creces, metiendo mano por donde quiera, y de pronto escucharon un ruido extraño, lo que despertó cierto temor y desconcentración y fue cosa que se pusieron en alerta, y suspendieron la actividad, entonces le dice aquella chica:

    —Ven acompáñame hasta una recámara que está por la parte de atrás de la casa, yo conozco todos los rincones de este lugar, además soy bien amiga de Roberto, por si acaso nos llegará a descubrir, no nos diría nada.

    —¿De verdad crees que está bien lo que estamos haciendo?

    Recalca Rudy, ya que por la pausa que hicieron por la interrupción del ruido que escucharon, se perdió la concentración, y en cierta forma la excitación, pero la chica que estaba aferrada a salirse con la suya, vuelve a la carga, lo toma de la mano y corren hacia la dicha habitación. Una vez allí, retoma la chica la seducción y le susurra al oído palabras dulces, y al mismo tiempo palabras sucias para encarrilar, y poner activo de nueva cuenta aquel macho y hacerlo que olvidara, e ignorara por completo lo del susto previo.

    —Aprieta mis nalgas, toca y besa mis senos, ¿están firmes, verdad?

    Y pone sus senos al descubierto, y Rudy retoma la emoción tal cual una chispa cerca de algún material inflamable, hablando en sentido figurado, se pone como un potrillo en celos, que brinca las trancas y se las lleva con el pecho con tal de meterse al corral de su yegua, y que soporta patadas y mordidas con tal de saciar sus más bajos instintos, así de irracional estaba actuando Rudy y sin pensarlo más, inmediatamente comenzaron a despojarse de sus ropas, pero olvidaron ponerle el cerrojo a la puerta, sin pensar en nada ni en nadie, comenzaron a tener sexo desenfrenadamente y de pronto cuando estaban en pleno acto se abre la puerta muy lentamente, y quien hacia la pesquisa era nada más ni nada menos que Estefany, la novia de Rudy, se asomó sigilosamente y observó por unos segundos aquella escena, y no dijo nada. Solo cerró nuevamente la puerta sin hacer el mínimo ruido, y caminó hasta el salón de la fiesta a buscar a Paul, está con sus ojos empañados, y con un nudo en la garganta le dice a aquel joven.

    —Acompáñame al patio por favor, necesito salir de aquí, porque me estoy asfixiando en este lugar.

    —¿Estás bien? —pregunta Paul.

    —No, realmente me siento tan mal, quizá como nunca, ahora te cuento por qué.

    Una vez en el patio le pregunta Estefany a Paul, así en seco:

    —Oye Paul ¿cómo te parezco?, ¿tú crees que estoy fea?

    —¿Me preguntas eso? ¡Claro que estás muy bonita! ¿Y a qué viene esa pregunta?

    —Sabes que acabo de sorprender a Rudy en un cuarto haciendo el amor con la resbalosa, de Aurora por no decir la palabra correcta, que es una P.

    —¿Cómo así? ¡No puedo creerlo!

    —Así como lo escuchas.

    —Eso es inaceptable, pero yo no soy quién para hacer ningún tipo de comentario, ni a favor ni en contra, los dos son mis amigos, por lo tanto, lo mejor es mantenerme neutral, pero esa acción de parte de Rudy realmente no la apruebo.

    —No entiendo por qué este imbécil me hizo esto, ¡cómo lo odio!

    Paul solo escuchó todo lo que Estefany decía de su amigo Rudy, y al fondo sabía que ella tenía más que la razón, y lo mejor que pudo hacer por ella en aquella situación, fue consolarla, y lo único, y mejor que se le ocurrió fue decirle que la iba a llevar a casa, para evitar el enfrentamiento con Rudy, y le dice:

    —Estefany si gustas pido un taxi y te llevo a tu casa, sé que estás herida y si me permites darte una sugerencia, pienso que no es el momento adecuado para reclamarle a Rudy por lo que dices que presenciaste; una porque tú estás muy dolida y solo vas a insultarlo y claro con toda razón, pero no sabes cómo va a reaccionar él, más por la influencia del alcohol, pueden decirse cosas de las que después vayan a arrepentirse, mejor otro día que tú estés más calmada, y él esté en sus cinco sentidos, entonces hablan bien, pero ya con cabeza fría, y ponen las cosas en su lugar y lo demás solo ustedes sabrán en qué términos quedan, pienso que es lo más sensato.

    —Palabras sabias Paul, tienes toda la razón, ahora no voy a solucionar nada, y realmente no vale la pena caer tan bajo, de hacer un berrinche en frente de todos los compañeros, pero de lo que si estoy bien clara que esto se acabó entre él y yo y entre otras cosas, ¿sabes que Rudy? Me dio aguardar las llaves del auto de su padre llévame en él, y luego te regresas.

    —Está bien, vamos entonces.

    Paul llevó a Estefany a su casa y se regresó a la fiesta, mientras que Rudy después de haber terminado de revolcarse con aquella chica, continúo divirtiéndose muy quitado de la pena y ahogado de borracho, una vez que Paul entró a aquella casa nuevamente, comenzó a buscarlo, una vez que lo miró, se le acercó, y le dice:

    —Vámonos de aquí Rudy, estás muy mal, y si gustas te quedas en mi casa.

    —No, llévame a la mía por favor y sí realmente creo que he tomado de más ¿y Estefany? ¿Dónde está?

    Paul no quiso alborotar el panal y solo le dijo:

    —Mirándote en las condiciones que estás, prefirió marcharse o mejor dicho yo la llevé a su casa en tu carro.

    —Muchas gracias por ese detalle amigo mío y creo que sí, tuvo razón, porque si estuve mal en ponerme como placas de tráiler hasta tras ¿verdad hermano?

    Paul no hizo más comentarios, llevó a su amigo Rudy a su casa, lo metió en su habitación sin que sus padres se dieran cuenta en la condición que iba su hijo, y Paul tomó la bicicleta de Rudy y de esa manera regresó a su casa.

    Capítulo 3

    Paul va a casa de Rudy, porque este tenía algo muy importante que decirle

    Una semana más tarde suena el teléfono en casa de Paul, y contesta la señora María, madre de Paul y dice:

    —Bueno ¿quién habla?

    —Buenas, señora Mari, soy Rudy.

    —Hola, Rudy ¿Cómo te va?

    —Bien gracias ¿está Paul?

    —Sí, ahora te lo paso.

    —Gracias y gusto en saludarla.

    —Paulito tienes una llamada de tu amigo Rudy.

    Corre Paul y toma el teléfono.

    —¿Qué pasó Rudy, cómo estás?

    —Por aquí, más o menos, pero preocupado, no sé qué está pasando con Estefany, que no me contesta el teléfono, y fui a buscarla a su casa y me la niegan ¿Ha hablado contigo?

    —No, para nada.

    —Me imagino porque está enojada, y con justa razón, sé que la desatendí por haber abusado de las bebidas alcohólicas, el día de la fiesta, y nada solo espero que luego se le pase el enojo y entre otras cosas también te estoy llamando porque necesito que vengas a mi casa tengo algo muy importante que decirte.

    —Dime que se trata.

    —No comas ansias, aquí te explico de que se trata.

    —Está bien, al rato llego, solo deja término lo que mi papá me encargó que hiciera.

    —Está bien aquí nos vemos.

    En treinta minutos más tarde Paul terminó de cortar el césped de su casa, y le dice a su madre:

    —¿Me das permiso de ir a casa de Rudy?

    —¿Ya terminaste de hacer lo que te encargó tu papá?

    —Sí, ya terminé mamá.

    —Bueno está bien, pero regresa antes de que llegue tu padre de trabajar, ves que no le gusta que andes en la calle.

    —No te preocupes mamá yo regreso antes de las cinco de la tarde.

    —Bueno, ve con cuidado.

    —Sí mamá, te quiero.

    Le dio un beso en la mejilla, para luego tomar su bicicleta, y comenzó a pedalear con la energía que caracteriza a un chico de su edad y cuando menos acordó ya estaba en casa de su amigo Rudy.

    Capítulo 4

    Rudy invita a Paul, para ir a solicitar un trabajo

    Una vez juntos aquel par de jóvenes en casa de Rudy, este lo esperaba en el patio rebotando una pelota de baloncesto, lo saluda Paul:

    —¿Qué pasó Rudy? Aquí estoy ¿qué es eso tan importante que quieres decirme?

    —Vamos al parque, allí hablamos más tranquilos.

    —¡ay que miedo, hombre misterio! —responde Paul. Ambos se dirigieron montados en sus bicicletas hasta el parque del barrio, una vez allí, se sentaron en una banca y comienza a hablar Rudy.

    —Sabes que estoy contento, porque conocí a una persona muy interesante, y me dijo que nos puede dar trabajo en su empresa, digo en plural porque le hable de ti también, ¿qué crees?

    —¡Qué!

    —Me dijo que fuéramos a su negocio a llenar la solicitud de empleo ¿qué me contestas?, ¿te animas?

    —¿Y qué clase de trabajo es?, y ¿cómo lo conociste?

    —Cómo o por medio de quien lo conocí. Eso no importa sería muy larga la explicación, es como una escala, porque el dueño de la empresa es amigo de un amigo mío, y por ahí viene la cosa, y tú no conoces a quien me lo presentó, así que olvida esa curiosidad, lo importante es lo del trabajo, y el cual se trata de manejar.

    —O sea que es una compañía de transporte.

    —Exactamente.

    —Pero tengo entendido que para esa clase de trabajo usan camiones, y por lo tanto se requiere la licencia comercial ¿no es cierto?

    —Me estaba explicando que en la compañía de él se maneja un tipo de vehículos más pequeños, si son de Diésel, no gasolina, pero son camionetas que no se necesitan tener la licencia comercial, sino la regular, la que nosotros tenemos, y así vagamente me hizo mención que lo que transportan son partes mecánicas pequeñas o sea refacciones, de esas que utilizan para reparar máquinas de las refinerías.

    —Y no te dijo si salen fuera de la ciudad.

    —No hablamos mucho del tema, por eso es que te estoy invitando a que lo vayamos a ver, y pues yo creo que ya es hora de ir buscando un trabajo ¿no crees? Porque ahora que entremos a la universidad vamos a tener que ayudar a nuestros padres con los gastos, por lo tanto ¿qué tal te parece si vamos un día de estos?, a ver a esa persona, aquí tengo conmigo su tarjeta personal, aquí dice que la compañía se llama Rápido y a Tiempo, quien quita y nos contrate. Será emocionante manejar esas camionetotas ¿no crees?, y ganas algún dinerito.

    —¿Cómo se llama el tipo dueño de la compañía?

    —Era lo primero que tenía que decirte ¿verdad? Lo siento, me emocioné, pero en fin él se llama Alejandro Alvez. Se mira buena gente el tipo, como se dice buena onda, y para que te animes, me comentó que está necesitando personal, aunque no tenga experiencia, y así como en nuestro caso dijo que calificamos porque lo único que se requiere es tener una licencia de conducir regular, no comercial, y pues ambos tenemos una.

    —Se me hace interesante, y no es que sea pesimista, ni negativo, pero ahora que terminamos el bachillerato, e ingresaremos a la universidad, no vamos a tener el tiempo completo, para dedicárselo a un empleo como ese, que seguro se requiere de tiempo completo.

    —Sí, estoy claro en eso, pero ¿qué tal si nos acepta para trabajar de medio tiempo?

    —Bueno ahí sí estoy de acuerdo, y si estaría fabuloso para ganarnos algún dinero, porque de hecho como tú dices tenemos que conseguirnos un trabajo, aunque sea de medio tiempo, para ayudar a nuestros padres con los gastos del colegio, porque ya sabemos que será caro el estudio.

    —Claro, entonces deja le llamo al señor Alvez, y una vez que me ponga de acuerdo con él, yo te aviso para ir.

    —Está bien.

    —Una vez que lo conozcas seguro te va a caer bien esa persona, ya lo verás, la verdad sueño con ahorrar un dinerito, para comprarme un auto deportivo convertible, ya me veo llevando a las chicas a la playa, al cine, pasearme por los centros comerciales, en fin.

    —Tú como siempre pensando solamente en la diversión. No tienes remedio Rudy.

    —Tú ya pareces un viejo, se me hace que te saltaste la etapa de la juventud, y brincaste de golpe a la vejez.

    —Ja, ja, ja, chistosito, bueno me haces saber, en todo caso tenemos tiempo de sobra ahora que ya salimos de la escuela, pero eso sí, que no habrá de otra, que viajar en el autobús, porque mi papá no me presta su auto.

    —Pues sí. Igual tampoco el mío me presta su carro.

    —Bueno ya me voy, porque tengo que estar en casa, antes de que llegue mi padre de su trabajo.

    —Si ya conozco a tu padre, es muy estricto,

    —Bueno, nos vemos.

    —Cuídate y te bañas.

    —Payasito —responde Paul, y se marchó a toda prisa en su bicicleta.

    Capítulo 5

    Rudy y Paul fueron a ver un trabajo a una compañía de transporte

    Por alguna razón a Rudy no le contestaba el teléfono el tal Alejandro Alvez y Rudy estaba bien interesado e ilusionado en la propuesta del supuesto trabajo de manejar. Dejó que transcurrieran dos semanas más, ya que se imaginaba que aquel personaje estaba muy ocupado, pero cuando le llamó una vez más, y en el momento menos esperado ya pudo contactarlo se pusieron de acuerdo, para que los jóvenes llegaran a su empresa, para hablar sobre la posición del empleo, así que los chicos tomaron el autobús, una mañana bien temprano y una vez en el negocio del fulano, lo saludan muy educadamente.

    —Buenos días, señor Alejandro. ¿Se acuerda de mi? Soy Rudy blanco el muchacho

    Alejandro lo interrumpe agregando:

    —ah sí, ya recuerdo, eres el joven que me presentó Elián López.

    —Exactamente soy yo, y le cuento que Elián se fue a estudiar a Nueva York.

    —¿De verdad? Mira nada más, y ni siquiera se despidió de mí, pero en fin y en cuanto a ti de una u otra manera te tenía en cuenta, ¿y él quién es?

    —Él es Paul Valdez, mi mejor amigo y él también está interesado en el trabajo.

    —De verdad que bien, pero pasen por acá por favor, pónganse cómodos y gracias por venir, y mucho gusto Paul.

    —El gusto es mío señor —responde Paul, y el tipo estrecho la mano de los dos.

    —Me parece excelente que hayan tomado la decisión de venir a verme, y cuéntenme traen toda la intención de trabajar ¿cierto?

    —Seguro señor Alejandro, nada más que tenemos un pequeño inconveniente.

    —A ver ¿cuál es ese pequeño problema?

    —Como estamos a punto de ingresar a la universidad, no tendremos el tiempo completo, para dedicárselo a un trabajo.

    —Tranquilo muchachos, para todo hay una solución, menos para la muerte ¿cierto?

    —Bueno eso sí es cierto.

    —Entonces expónganme, como que horarios, y días podrían estar disponibles, y veremos cómo nos acomodamos.

    —Bueno las clases que queremos tomar son por el turno de la mañana, de lunes a viernes.

    —A ver, entonces tendrán libre las tardes entre semana y fines de semana el día completo ¿eso es correcto?

    —Así es señor.

    —Creo que vamos a encajar el horario de ustedes con el mio, porque resulta que estamos transportando una maquinaria o refacciones extras, así que ahí los puedo acomodar, así que ¿cómo les parece?

    —Nos parece excelente.

    —Entonces qué tal si van llenando la solicitud de trabajo, y me imagino que ya saben que me tienen que prestar sus respectivas licencias de conducir, para chequear su récord criminal.

    —Si ya lo sabemos.

    Ambos le entregaron su licencia, y se pusieron a llenar la solicitud de trabajo, mientras que Alejandro se metió a un cuarto como simulando que estaba corriendo el récord criminal, y después de sacarle una fotocopia a las identificaciones, dice las guardó en un folder al poco rato regresó y sé las entregó y concluyó diciendo.

    —Como pueden apreciar desde acá, el previo donde están los vehículos

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