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Clavijas redondas en agujeros cuadrados: 40 voces modelan el mundo que viene
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Clavijas redondas en agujeros cuadrados: 40 voces modelan el mundo que viene

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Clavijas redondas en agujeros cuadrados contiene las ideas más destacadas de 40 entrevistas realizadas a personalidades internacionales de diferentes ámbitos y regiones del mundo. Se trata de una obra concebida como una guía de recursos: nuevos temas, países alejados, formas de pensar sorprendentes, instituciones de las que nunca habíamos escuchado, voces imprescindibles para comprender el mundo que viene.
Clavijas redondas en agujeros cuadrados es una publicación que pretende funcionar como un repositorio de contenidos en español que inspiren a los habitantes de América Latina. Entiende que el planeta, las regiones, los países y los pueblos son modelados por las personas como nunca antes en la historia, que las clásicas estructuras de poder están en plena transformación. Se están deshilachando.
Todo ello atravesado por un condimento explosivo, la velocidad con la que transcurren los hechos y los cambios en el mundo. Cuando el lector finalice la lectura de este libro, mucho de lo que encontrará escrito ya no existirá, será más grande o chico, o simplemente habrá cambiado su composición, a tal punto de volverse irreconocible.
LanguageEspañol
Release dateSep 13, 2022
ISBN9789878727455
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    Clavijas redondas en agujeros cuadrados - Gonzalo Meschengieser

    Prólogo

    El intercambio de información, personas, bienes y capitales entre los países del mundo se ha intensificado en las últimas décadas con una velocidad nunca antes vista en la historia de la humanidad. Las nuevas tecnologías desempeñan un rol preponderante en este contexto en el que el vértigo y la incertidumbre prevalecen ante la dificultad de las organizaciones tradicionales para afrontar nuevos desafíos en materia de Medio Ambiente, Defensa, Economía, Empleo, Democracia y Sociedad, por mencionar algunos.

    Quienes tenemos responsabilidades de liderazgo en diferentes ámbitos como el político, social, empresarial, cultural o religioso nos enfrentamos día tras día a la necesidad de tomar decisiones en el plano nacional sin descuidar lo que sucede en el mundo. Lo que hacemos en un país, tendrá consecuencias inmediatas en los otros.

    Se trata de un contexto que nos exige evaluar, monitorear, diseccionar con precisión las profundas transformaciones regionales que van modelando el mundo. Es por eso que celebro la publicación de "Clavijas redondas en agujeros cuadrados", una herramienta que nos facilita, a través de una lectura ágil, la conformación de una agenda del mundo del presente y del futuro. Presenta temas novedosos, nos acerca personalidades de diversos orígenes y conocimientos y nos invita a pensar, de una forma diferente, la marcha del mundo.

    En lo personal creo con convicción que los vínculos entre países ya no serán patrimonio exclusivo de los gobiernos ni de las empresas, sino que organizaciones de todos los sectores se verán comprometidos y participando en espacios colaborativos en los que se discutirán asuntos que hoy parecen lejanos pero que en breve dejarán de serlo. Aplicaciones de la nanotecnología, disruptivas estrategias para la conquista del espacio, la gestión de los recursos vitales como el agua y la energía y nuevas formas de organización de las comunidades y países estarán en el centro de los debates globales.

    A lo largo de mi trayectoria, tanto en el plano institucional como Diputada de la Provincia de Buenos Aires, Secretaria de Política Sanitaria y Desarrollo Humano del Municipio de Tigre y ahora como Presidenta de Agua y Saneamientos Argentinos SA, como en el del liderazgo feminista y social, he seguido con interés los cambios de paradigma a nivel global. Es una forma de mirar mi ciudad, mi país y el mundo que me ha permitido comprender qué necesitan nuestras ciudadanas y ciudadanos para vivir mejor. Desde el rol que ocupe voy a promover siempre el conocimiento, el debate en el marco de la pluralidad de voces y la construcción de mecanismos que impulsen el desarrollo. Estas 40 voces que modelan al mundo serán una contribución destacada en ese sentido.

    Malena Galmarini

    INTRODUCCIÓN

    Este libro es el resultado final de un proceso cuyas etapas se sucedieron de forma espontánea y natural. No fue planificado. Sintetiza un conjunto de ideas que me traje de un viaje y que no había conseguido, hasta el momento, condensar.

    La primera, que las personas no estamos preparadas naturalmente para interactuar con el mundo en su totalidad de forma tal que podamos hacer un buen uso de las oportunidades y riquezas que nos ofrece. No lo aprendemos en la escuela, en la facultad y seguramente tampoco forme parte de la educación que nos brindan en nuestros hogares.

    La segunda, que el planeta, las regiones, los países y los pueblos son modelados por las personas como nunca antes en la historia. Las clásicas estructuras de poder están en plena transformación. Se están deshilachando.

    La tercera, que hay ciertos temas, importantes, determinantes, inminentes, que están por fuera de nuestro radar. Y que es imprescindible que los sometamos al debate, el aprendizaje y, por qué no, al disfrute.

    Todo esto atravesado por un condimento explosivo, la velocidad con la que transcurren los hechos y los cambios. Cuando terminen de leer este libro mucho de lo que acá escrito ya no existirá, será más grande o simplemente habrá cambiado su composición a tal punto de volverse irreconocible.

    Con su título inspirado en el clásico comercial de Apple, Clavijas redondas en agujeros cuadrados, esta obra puede leerse de dos maneras: con un objetivo pedagógico e informativo o simplemente para experimentarlo como un contenido más dentro del nutritivo catálogo de lecturas, series o canciones que consumimos día a día. Muchos especialistas consideran hoy que el entretenimiento es el camino elegido por la mayoría de nosotros para componer nuestras ideas y conocimientos, desplazando a los dispositivos educativos clásicos. Si ese fuera el caso el solo hecho de recorrer sus páginas les dejará varias enseñanzas. Muchísimos pasajes de las 40 entrevistas resultan imperdibles.

    Si hay algo que este libro no tiene de disruptivo es su estructura. Introducción, capítulos iniciales que explican las ideas centrales de la publicación y luego una secuencia de entrevistas a personalidades de

    diversos ámbitos y procedencias. Lo que se conoce como un clásico. Esto podría facilitar su lectura.

    Se puede comenzar a transitar esta obra por el final, ir eligiendo las entrevistas en función del interés del lector e inclusive leer sólo la primera sección para luego ir explorando contenidos en el corazón del libro. Sugiero una lectura on-demand.

    Clavijas redondas en agujeros cuadrados está concebido como una guía de recursos: nuevos temas, países alejados, formas de pensar sorprendentes, instituciones de las que nunca habíamos escuchado, autores inéditos. Pensé esta publicación como un repositorio de contenidos que promuevan la inspiración. Deseo que, aun siendo liberado en formato digital, sus contenidos le den un cuerpo que pese toneladas.

    Toda la información que contiene Clavijas redondas en agujeros cuadrados se encuentra hilvanada por un concepto central, escogido concienzudamente. Me refiero al Desarrollo Internacional. No es tan sencillo encontrar en la bibliografía disponible una definición precisa e inequívoca de esta idea que le aporta coherencia al testimonio de 40 autores entre los que se incluyen expertos en Futurología, Enseñanza de Lengua Extranjera o la justicia del mar. Cuyos ámbitos de trabajo están concentrados en más de 150 ciudades en los 5 continentes.

    Hagamos el ejercicio.

    Desarrollo Internacional es un área del conocimiento que tiene como objetivo explicar cuáles son los motivos que determinan que los habitantes de este mundo viven de forma diferente, que tengan visiones de la vida en sociedad variables, que gocen de más o menos oportunidades e interactúen con el propio planeta y su entorno social de forma singular. Y cuando el Desarrollo Internacional logra algún grado de consenso en cuanto al diagnóstico, se plantea cuál es la mejor forma de encarar los procesos que vienen. Es decir, el futuro.

    Todas las personas entrevistadas en este libro tienen la capacidad de comprender mucho de lo que esta definición de Desarrollo Internacional pretende reflejar. Ven el mundo desde lugares y obedeciendo cosmovisiones diferentes, tienen la sensibilidad necesaria para detectar los puntos críticos de la actualidad, tienen coraje para cuestionar el orden establecido y capacidad para explicarlo. En esto último radica, quizás, la gran contribución que han hecho en esta ocasión.

    Clavijas redondas en agujeros cuadrados está dirigido a las y los lectores ávidos por saber en qué están pensando las personas que piensan el mundo. Esto que parece un trabalenguas esconde, implícitamente, una toma de posición. ¿Quién puede definir y bajo qué criterio quiénes son

    aquellos que piensan el mundo y quiénes no?

    En ese sentido considero que todos los habitantes de este mundo tienen la capacidad suficiente para hacerlo, pero quizás no el tiempo ni la orientación que se necesita para salirse del marco habitual y debatir internamente asuntos globales, planetarios o civilizatorios. Espero que este libro sea de utilidad para muchas personas que piensan el mundo y no lo saben, que piensan el mundo pero no tienen una plataforma para compartir sus ideas, o que piensan el mundo, disponen de la herramienta para difundirlo, pero no se dedican a hacerlo.

    A estos últimos los invitamos a que destinen parte de su tiempo a compartir sus creencias, conocimientos y experiencias con el resto, el mundo enfrenta desafíos monumentales que requerirán de nuevas ideas y posturas para superarlos. Muchos de esos riesgos y amenazas aparecen con frecuencia en las más de 300 páginas que siguen a esta introducción.

    Volviendo al párrafo anterior, si algo no pretenden las 40 voces que modelan al mundo es decirnos cómo pensar. Este es uno de los grandes valores y una de las más valiosas lecciones que me dejaron las más de 60 horas de conversación. Nadie intentó convencer a nadie de que un camino es mejor que otro. Con argumentos sólidos y muchas experiencia en el terreno (algunos en el espacio, también), estas voces solo se dedicaron a abrir puertas, a pavimentar nuevos caminos para explorar.

    Voy llegando al final de esta introducción y quisiera hacer algunos agradecimientos. Unas páginas más adelante, cuando termine de explicar el proceso de generación de los contenidos del libro, se darán cuenta de que este hecho no hubiese sido posible sin el acompañamiento y la comprensión de mi mujer Thais. Embarazada y en pandemia, toleró la luz encendida por las madrugadas, los golpecitos de mis dedos en el teclado y conversaciones por zoom en horarios impensados. Y, por si todo esto fuera poco, tuvo que lidiar con el diseño del blog Desde el Balcón que dio origen a todo esto y con mis dificultades para aprender a administrarlo. Sin Thais este libro no hubiese existido. Gracias.

    También quisiera agradecer a mis padres dos hechos claves, fundamentales para haber podido escribir este libro pero aún más para haber tenido las competencias elementales para intentar comprender al mundo en una dimensión bien grande. Y por momentos hasta sentir que lo tengo en la palma de mi mano, logrando diseccionar cada uno de sus secretos y perderme en sus infinitos laberintos. El primer hecho es haberme incentivado a viajar. El segundo, haber costeado mis estudios de lengua extranjera. Si este libro fuera un edificio, poder comunicarme en inglés son los cimientos y haber viajado las vigas. Es decir, sin ellos, nada. Con ellos, todo. Deseo que este libro motive a los padres a estimular a sus hijos e hijas a hacer lo mismo. Viajar y estudiar idiomas. Y cuando la barrera sea una cuestión de dinero, a aprender a buscar becas y otro tipo de ayuda. Que las hay.

    Mientras escribo este libro me desempeño como responsable de asuntos internacionales de una empresa líder mundial del sector del agua. Este hecho me ha ayudado mucho a reconectar una vez más con el planeta en totalidad, me la paso el día entero estudiando e interactuando con el mundo. Es un shock de visión global, presente en la escritura de esta obra. Gracias a Malena Galmarini que confió en mí para esta delicada tarea.

    Por último quiero agradecer a la Fundación Carolina de España, que en el año 2008 me obsequió un ticket al mundo. Me ayudó a emprender un viaje que, aunque en los papeles terminó un año y medio después, quizás esté finalizando en este preciso instante. Como explicaré más adelante, esa experiencia fue lo suficientemente transformadora para mí a tal punto que nunca más pude hacer algo sin estar pensando, de forma directa, colateral o subliminal, el mundo. Fue en ese contexto en el que escuché por primera vez la palabra Desarrollo Internacional, y una vez que la atrapé ya no la pude soltar. Es un concepto que funciona dentro de mí como un motor. Fuera de borda. No hay día en qué no piense cómo funciona el mundo.

    Y, como no podía ser de otra manera, agradezco a los 40 autores que me dedicaron tiempo, esfuerzo y con gran generosidad compartieron mucho de lo que tienen para compartir. Son el corazón de este libro, a ellos y ellas les debo la gran alegría que tengo hoy de poder publicar este trabajo.

    Quiero finalizar este primer apartado de Clavijas redondas en agujeros cuadrados con una confesión. Nunca tuve la idea de hacerlo. Como se dice en las charlas de café, se dio. El aislamiento social, preventivo y obligatorio como consecuencia de la pandemia de Covid-19 me encontró solo en el balcón de mi casa. Pensando, como lo hago habitualmente, en temas de desarrollo internacional. Esas ideas se trasladaron al blog. Ese pensamiento solitario se fue transformando en un espacio de intercambio bilateral con personas que me llamaron la atención en internet.

    Esas conversaciones fueron muchas más de las planeadas. A las 40 me di cuenta de que sobraba materia prima para volcar en una publicación. Esa publicación es Clavijas redondas en agujeros cuadrados. Espero que la disfrutes.

    Gonzalo Meschengieser

    ">PARTE 1

    CLAVIJAS REDONDAS, AGUJEROS CUADRADOS

    EL MUNDO DESDE EL BALCÓN

    Es un día sábado 21 de marzo de 2020, las calles están vacías y todo está en silencio. Para los que no experimentamos terremotos, asedios u otro tipo de tragedias que hayan obligado a la población al confinamiento, la imagen es absolutamente desconocida.

    Se veía venir, es cierto, los noticieros mostraban lo que pasaba en otros continentes y nos daban la pauta de que, tarde o temprano, el virus iba a llegar.

    Ahora el Sars-Cov-2 ya cruzó migraciones y emprende su camino en Buenos Aires, de persona a persona. La pandemia de coronavirus llegó para quedarse. Todos adentro. El futuro, en modo apocalíptico, comenzó.

    Hasta que la ciencia no determine otra cosa, el virus se transmite por cercanía con un infectado y por contacto con superficies contaminadas. Se van cerrando los locales, las escuelas, las rutas y las casas. Solo queda una forma de conectar con la ciudad sin intermediarios y sin riesgo de contagio, el balcón.

    Allí estoy yo. Con mi mate, pensando que de esto algo bueno tiene que salir. Solo se trata de pensar e intentar interpretar el mundo. Desde el balcón.

    EN TIEMPOS DE PANDEMIA, UN BLOG

    Es probable que el formato de blog ya haya pasado de moda. No me preocupa demasiado, nunca fui un especialista en estar a la vanguardia en cuestiones de tecnología y comunicación. Fue la herramienta que encontré para compartir algunas ideas que se me venían a la cabeza. Por ejemplo, el hecho de que desde el primer minuto consideré la pandemia como ese instante por el que todos los seres humanos deberemos atravesar durante nuestra vida. Un momento de tragedia, de máxima incertidumbre, en el que se pone a prueba la capacidad de adaptación de la condición humana en toda su dimensión.

    Guerras civiles, epidemias, huracanes, persecuciones a minorías, aislamientos forzados, golpes de estado, guerras entre países. Difícilmente un ser en la Tierra no vaya a pasar por uno de estos períodos de dolor, miedo, caos y silencio a lo largo de su existencia.

    Altamente improbable. No lo digo yo, lo dice la historia. Asumido este primer golpe como inevitable comenzamos entonces la reconstrucción. Un proyecto que nos ponga con la mirada hacia adelante.

    Aislado, en un balcón solo hacían falta cinco cosas. Una idea, internet, un balcón, ayuda profesional y un concepto.

    DESARROLLO INTERNACIONAL

    En el año 2008 pude ponerle nombre y apellido a una inquietud que tuve desde chico, analizar, investigar y comprender por qué en los países del mundo se vive de forma tan diferente. ¿Tiene relación con las naciones vecinas? ¿Será una cuestión de clima? ¿Se puede torcer el rumbo de una sociedad o el destino ya está escrito en algún lugar?

    Tras obtener una beca de la Fundación Carolina inicié en España un Máster en Cooperación Internacional en el que aprendí que todas esas preguntas podrían tener algún tipo de orientación dentro de lo que se conoce como Desarrollo Internacional. Quizás ese programa estuviera demasiado enfocado en países pobres y en todo lo que tiene que ver con la ayuda humanitaria. Pero me ofreció un primer marco para ordenar las ideas que tenían relación con estos temas.

    Esa experiencia me enseñó también que, en el otro lado del mundo, muchos estaban pensando en temas desconocidos para la mayoría de los latinoamericanos. Y que, a primera vista, parecían fundamentales para la vida de las personas. No sólo en Europa, sino también en África, Asia y América Latina. Pensaban mucho en otras regiones del planeta, eso también me sorprendió.

    Y lo que más me impactó, fue darme cuenta de que nadie está preparado para interactuar positivamente con el mundo. Ese fue el aprendizaje más importante que me traje en la valija a mi regreso. Ese fue el verdadero principio de este libro. Se demoró, pero aquí está.

    UN EXPERIMENTO SOCIAL

    Si de algo está convencido un becario que llega a un país lejano a formarse en cuestiones internacionales en una institución de gran prestigio global es que quiere interactuar con su nuevo entorno. Convertirse en un ciudadano global, con capacidad de intercambiar experiencias y conocimientos con personas de toda procedencia.

    Tal vez fue por eso que a todos los que estábamos en el cocktail de bienvenida en la sede de la Fundación en Madrid nos sorprendió cuando el Canciller instó a todos los presentes abrir sus mentes, dejar de lado sus prejuicios y vincularse con todas las personas que iban a cruzarse en nuestro camino.

    ¿Estaba este señor acaso subestimando nuestra capacidad de adaptación?

    ¿Desconocía que el principal motivo que nos había llevado a todos a desplazarnos miles de kilómetros y dejar nuestros trabajos era interactuar con el mundo? ¿Se había vuelto loco?

    Todas estas preguntas tuvieron respuesta. Dos meses más tarde el grupo al que pertenecíamos se había fragmentado. Latinos por un lado, españoles por el otro. Europeos del Este, europeos del Centro. Africanos y asiáticos. Por primera vez viví en carne propia las dificultades que existen, en la vida real, para acortar distancias culturales, de comportamiento, sociales, de mirada del mundo.

    Imaginé ese rompecabezas con perspectiva global y comencé a comprender el origen de muchas de las amenazas que azotan a la humanidad. Las guerras y las tensiones pero también el cambio climático. Y ahora, las pandemias.

    Me quedaba claro que, si hubiera una contribución que podía hacer a mi vuelta, era trabajar y proponer algo nuevo. Y eso nuevo eran tópicos, lugares, y voces. Nuevas, desconocidas para la región en la que me crié.

    DESDE EL BALCÓN

    El nombre remite a la triste realidad de una persona en un balcón, sin poder salir, intentando comprender qué es lo que está sucediendo en el mundo. Y también es la síntesis de la esperanza, reflejo que aún hay mucho por hacer con una inversión muy chiquita, ganas e internet. Más aún en América Latina, enorme región a ser explorada, con un mundo delante de sus narices para interactuar. Por ahí va el blog, que nace de la desinteresada colaboración de mi mujer que, embarazada, en pandemia y con un niño de 4 años sin colegio y aislado de sus amigos, encuentra el espacio y el momento para diseñarlo.

    Desde el Balcón es el puente que construyo hacia el otro lado de la pandemia, en la que veo un mundo desacomodado, víctima de no haber construido antes un liderazgo y un pensamiento global. Afortunado porque la ciencia se despacha con varias vacunas en tiempo récord, y con el desafío de superar la desigualdad, el mal de esta era.

    De a una se van sucediendo las entradas al blog, en el que intento instalar (para un público incipiente, lo tengo claro) algunos conceptos sobre Desarrollo Internacional. Hablo de países como Rumania o Nigeria, hago perfiles de autores como Felwine Sarr o Rutger Bregman y comparto algunas hipótesis sobre los factores del desarrollo, como el frío o el tamaño del territorio de los países. A pesar de la escasísima audiencia, me siento bien conmigo mismo. Nada me detiene.

    EL MOMENTO VARSAVSKY

    Una de las preguntas que me hice toda la vida –y de hecho me sigo haciendo– es cuál es el motivo por el que en nuestros países desaprovechamos a las personas que conocen el mundo o tienen una mirada clara y precisa de los fenómenos globales. Privilegiada, oportuna, con mayor sensibilidad que la media, aguda y constructiva. Me obsesiona pensar todo lo que podrían aportar, por ejemplo, tenistas, marineros, traductores, hombres y mujeres de negocios, científicos. Que viajan y viven en primera personas países, sociedades, hechos trascendentales para la vida en este planeta.

    Julián Varsavsky es uno de ellos, no sé si es bueno con el drive o sabe hacer un nudo en vuelta de escota, pero sí les puedo asegurar que entiende muy bien cómo funciona el mundo. Lo hace desde su rol de cronista. Experimentando lo que viven ciudadanos locales en sus comunidades. Alejadas. Inexploradas para la mayoría de los latinoamericanos. Se mete en una cápsula en Japón, patea penales con robots en Corea del Sur. Y mucho más.

    Tras leer su libro Corea lo encuentro en Instagram. Le mando un mensaje proponiendo hacer una entrevista. Acepta. Nace Clavijas redondas en agujeros cuadrados. Sin buscarlo, pero es su nacimiento al fin.

    ROMPER EL HIELO

    Cuando realicé la primera entrevista no tenía método alguno. Ni oficio, que es lo peor. Aunque estudié periodismo científico, hice varios talleres literarios y edité muchísimos textos, no soy periodista. Mucho menos entrevistador. Hubo una dosis importante de inconsciencia en esta primera incursión.

    No es de sorprender entonces que la primera conversación resultara, finalmente, la más difícil de editar a los fines de la publicación de este libro.

    Estudié en detalle el perfil de Julián, elaboré una serie de preguntas e iniciamos de esta manera un ida y vuelta vía mensajes y audios de WhatsApp. Si hubiese sido por mí no lo hubiese terminado jamás, cada intervención del cronista era realmente esclarecedora. Tuvo la capacidad de combinar información académica con sus propias experiencias de forma contundente, comprensible y atrapante. Esta primera entrevista, que fue publicada en dos partes, confirmaba mi presunción de que existen personas con una visión asombrosa del mundo. Julián da cátedra sobre confucianismo, desarrollo asiático, historia y lifestyle, todo al mismo tiempo.

    A partir de ese momento no pude parar. Me pasó lo que al mastín. Encontré el hueso, ni loco lo iba a soltar.

    EL MÉTODO

    Ahora que había constatado lo valioso de poder ayudar a compartir lo que personas como Julián Varsavsky sabían en cuanto a temas globales en general y del desarrollo internacional, específicamente, debía desarrollar un método.

    Nada de otro mundo. Lo resumo a continuación:

    • Detecto perfiles que me interesen y me generen admiración, por su procedencia, trayectoria o mirada. Busco variedad, diversidad, sorprender.

    • Algunos los conozco de antes. A otros no.

    • Los contacto por teléfono, a través de las redes sociales o por mail. Las relaciones son entre personas, no entre organizaciones. Linkedin es la plataforma por excelencia de este trabajo.

    • A los que me contestan, les propongo realizar una entrevista.

    • A los que no me contestan los dejo anotados para volver a consultar en el futuro, no existe rencor en este blog.

    • A los que responden afirmativamente hacer la entrevista, les envío un cuestionario realizado especialmente para ese fin. Investigo a fondo la trayectoria de cada entrevistado, leo sus artículos, veo sus charlas en YouTube.

    • Envío los cuestionarios en español, inglés o portugués. En breve, cuando me sienta un poco más seguro, voy a agregar francés.

    • Algunos no me responden más, otros me devuelven el cuestionario resuelto por escrito, otros me envían audios de WhatsApp, otros me proponen hablar por teléfono o videollamada. Todo suma, el resultado es excelente, sin importar el medio.

    • Hay un primer ida y vuelta con el entrevistado. Discutimos contenidos.

    • Edito el resultado de la entrevista traducida previamente al español cuando fuera necesario, agrego imágenes y a la web.

    • Doy la posibilidad al entrevistado de que revise la entrevista antes de ser publicada. Hago correcciones cuando las solicitan.

    • Difundo las entrevistas en las redes sociales.

    • Disfruto de las devoluciones. Y de hacer esta tarea.

    • Fin.

    UN RESILIENTE

    Creo que eso es lo que soy. Caso contrario no se explicaría el motivo por el que no abandoné este viaje tras los primeros fracasos al momento de comenzar este proyecto.

    Por lo menos así lo demuestra la siguiente estadística: de cada 10 personas que me contestaban, solo 2,5 aceptaban ser entrevistadas. Sólo una de ellas continuaría con el proceso de la entrevista.

    Imaginen.

    Afortunadamente a medida que las entrevistas aparecían en el sitio, mi suerte empezó a cambiar. El blog comenzó a aumentar en audiencia, algunos valientes más se animaron y allí todo fue fluyendo.

    Agradezco a esos pioneros: Leandro Dario, Lionel Issombo, Joana Idakwo, Sadia Sultana Tripto, Rachel Smookler Anoulak Kittikhoun y Zlatko Hadžidedić.

    Al comenzar la edición de Clavijas redondas en agujeros cuadrados no sólo hemos alcanzado un éxito de un 75% en la cantidad de aceptación de entrevistas y un 80% en concreción, ahora recibo a diario solicitudes espontáneas de personas que quieren ser entrevistadas. Y cada publicación tiene miles de visualizaciones.

    Eso me motiva aún más para continuar con esta idea. De exponer el pensamiento de estas personalidades grandiosas, al mundo de habla hispana.

    APRENDER SOBRE LA MARCHA

    Escribo esta sección del libro con la idea de que a alguien pueda servirle esta experiencia. Como habrán visto se trata de un método sencillo que puede ser aplicado a muchas disciplinas o ramas del conocimiento.

    Dejo entonces un listado de recursos que se necesitan para emprender un camino similar:

    • Una idea, un eje conceptual que pueda vertebrar los contenidos de las entrevistas. En este caso fue el Desarrollo Internacional.

    • Una convicción, en mi caso la de que al mundo lo modelan las personas.

    • Conocer en profundidad la trayectoria y lo que han producido los entrevistados a lo largo de sus carreras.

    • Pensar muy bien los cuestionarios antes de enviarlos.

    • Dominar al menos una lengua extranjera si los y las entrevistadas fueran de países que no son de habla hispana.

    • Un blog. Existen plataformas fáciles de utilizar y muy económicas.

    • Desarrollar un tono, un approach propio, que pueda ser conservado a lo largo de las entrevistas. En mi caso me gusta el arte urbano, en todo momento intenté darle esa impronta a la estética de los artículos.

    • Ser muy comprensivo y empático al momento de interactuar con los entrevistados, que viven culturas, horarios, ideas y modos de relacionarse diferentes.

    • Ser muy claros con los entrevistados en cuanto a cómo es el proceso de edición, cómo se publicará y darles siempre la posibilidad de que hagan correcciones.

    • No esperar nada. Agradecer todo lo que esta tarea te devuelve.

    • Dar algo sin pedir nada a cambio.

    • Esto último es la clave.

    En cuanto a las dificultades que pueden surgir:

    • Aunque creamos que todas las personas del mundo hablan inglés, no es así. La barrera idiomática aparece con frecuencia, especialmente al momento de establecer el primer contacto.

    • Muchos entrevistados, cuando responden el cuestionario por escrito, han traducido de forma previa el texto en lengua original al inglés para luego ser traducido nuevamente al español. Las posibilidades de error en el texto son altas en estos casos, se debe prestar especial atención a conceptos que pueden ser mal interpretados.

    • Los títulos académicos de gran parte del mundo tienen una correlación diferente en América Latina. Profesor, fellow, Doctor. Hay que prestar especial atención a este tema ya que resulta muy importante para los entrevistados.

    CLAVIJAS REDONDAS, AGUJEROS CUADRADOS

    Retomando la idea de la utilidad de este libro, adelanté que siempre pensé el blog y las entrevistas como una guía de recursos para los lectores. El sistema de etiquetas del primero funciona muy bien en ese sentido.

    Como promotor de los métodos de trabajo que soy, también deseo que otras personas que tengan inclinación por temas específicos, poco difundidos en la región, puedan adoptar el humilde approach que apliqué para difundir la idea de desarrollo internacional. Un pequeño aporte al universo del Open Source.

    Con fines didácticos dividí el libro en 5 secciones. En la primera explico el recorrido y motivos que me llevaron a escribirlo. De la segunda a la quinta aparecen las entrevistas, todas ellas con links para aquellos lectores que deseen ver los contenidos completos de las conversaciones originales en el blog.

    Hice un esfuerzo al momento de clasificar las entrevistas e incluir 10 de ellas en cada una de estas 4 secciones: Pensar diferente, Desafiar lo establecido, Amenazas que persisten y El mundo desde otro lado. Busqué que las agendas de las entrevistas tuvieran una lógica con estos supuestos. Lo logré en algunos casos, fue muy difícil en otros.

    Conté con una gran ventaja durante la edición del libro en sí, cada perfil, cuestionario y los propios contenidos de las entrevistas ya habían sido revisados más de 5 veces antes, en el marco de las publicaciones en el blog, por lo que estaban, casi, listos.

    WIN WIN: QUE LE SIRVA A LOS ENTREVISTADOS

    Desde el primer momento intenté hacer algo que le resultara útil a los entrevistados, a los lectores y a mí mismo. No me hubiese satisfecho la idea de hacer trabajar a un autor que no tuviera voluntad, difundir un contenido que no pudiera interesarle a nadie y que no me sirviera, en lo personal, para ir construyendo una idea, un concepto, conocimientos y una estética bien definida. Este fue el andarivel por el que transité el camino desde el balcón.

    Uno de los elementos que entusiasmaron a los entrevistados fue el hecho de poder publicar en lengua española. Me quedo con la sensación de que subestimamos la capacidad de diseminación de contenidos que tiene esta lengua vista desde un plano global. Por la cantidad de personas que la hablan como primera y segunda lengua y porque quienes no la dominan la encuentran enigmática y divertida, según palabras de los propios autores que forman

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