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La mente renovada
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La mente renovada

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About this ebook

La propuesta es enseÑarnos a diseÑar nuestro propio cerebro, mente y vida. El autor comparte en este nuevo libro las bases de esta disciplina, los pasos que hay que seguir y las tÉcnicas que hay que implementar para generar circuitos neuronales que se renueven permanentemente, convirtiendo asÍ nuestro sufrimiento en bienestar emocional.
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The proposal is to teach us to design our own brain, mind and life. The author shares in this new book the foundations of this discipline, the steps to be followed and the techniques to be implemented to generate neural circuits that are permanently renewed, thus turning our suffering into emotional well-being.
LanguageEspañol
Release dateSep 1, 2022
ISBN9786077134565
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    La mente renovada - Federico Pérez Castillo

    P_LaMenteRenovada.jpg

    La mente renovada

    Guía para generar emociones y pensamientos positivos

    siempre que lo necesites

    Federico Pérez Castillo

    Psicología Autosustentable (pas)

    La mente renovada

    Portada: Julieta Bracho-estudio Jamaica

    Primera edición: octubre de 2021

    © 2021, Federico Pérez Castillo

    © 2021, Editorial Terracota bajo el sello PAX

    ISBN: 978-607-713-456-5

    Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento.

    DR © 2021, Editorial Terracota, SA de CV

    Av. Cuauhtémoc 1430

    Col. Santa Cruz Atoyac

    03310 Ciudad de México Tel. +52 55 5335 0090

    www.terradelibros.com

    A Mariana y Federico

    Índice

    Agradecimientos

    Principia

    Mapa del libro

    PRIMERA PARTE

    Capítulo 1. Observa

    Una mente clara

    Ceguera perceptual

    Excesos versus felicidad

    La pandemia en México

    Salud pública

    Economía y seguridad

    Salud emocional y mental

    Y ahora, ¿quién tiene el control?

    Avidez

    Ansiedad y adicciones

    Vivir conscientemente

    Capítulo 2. Distingue

    Percepción y atención

    Una mente respetuosa

    Capítulo 3. Percibe

    Sistema reptiliano

    Sistema límbico

    Neocorteza cerebral

    Equilibrio entre los tres cerebros

    ¿Qué son las emociones?

    Los tres vectores de las emociones

    Mente burda, mente sutil

    Ira, apego e ignorancia

    SEGUNDA PARTE

    Capítulo 4. Cae y levántate

    Amenaza a la integridad física

    Amenaza a la procreación y crianza

    Amenaza a la creación y conservación

    Amenaza a la sexualidad y al amor

    Un caso singular: procreación,

    Capítulo 5. Ama

    Detener el diálogo interno negativo

    Percepciones que nos hacen sufrir

    Emociones, felicidad y salud

    Capítulo 6. Atrévete

    Palabras

    Imágenes

    Visión y comprensión

    Metáfora

    Edición del proceso de pacificación

    Temple de ánimo

    TERCERA PARTE

    Capítulo 7. Abraza

    Las dificultades no son problemas

    Un ser humano no es una máscara

    Los virus de la familia

    Neuronas espejo

    Capítulo 8 Conócete

    Sensaciones y percepciones

    Pautas perceptuales

    Bueno, malo e indiferente

    Naturaleza del ego

    Filosofía y psicología occidental

    Filosofía y psicología budista

    Recapitulación

    Un principio básico de toda civilización

    Tuve un sueño

    Capítulo 9. Comprende

    Desde la silla del otro

    Desde nuestro lado

    Siete variables del proceso de pacificación

    1. La vivencia

    2. Respiración básica y avanzada de pas

    3. Contacto consigo mismo

    4. Atención al proceso

    5. Pauta perceptual de las causas

    6. Patrones emocionales de los ancestros

    7. Visualización

    Capítulo 10. Medita, cambia y sostente

    1. Cambio cualitativo en Yellowstone

    2. Técnica básica de pas

    3. El poder del diálogo interno

    4. Percepciones limitantes

    5. Atención al cuerpo

    6. Conciencia sobre el autocuidado (metáfora)

    7. Mi proyecto de vida

    8. Fluir con la mente

    9. Favorecer los pensamientos positivos

    10. Los tres primeros pasos para el logro

    11. Diálogo interno negativo

    12. Percepciones negativas sobre uno mismo

    13. Favorecer las creencias constructivas

    14. Estrés emocional

    15. Creencias constructivas

    16. Dolores físicos y emocionales

    17. Antídoto contra la impotencia

    18. El diálogo interno como aliado

    19. Antídoto contra la ansiedad

    20. Antídoto contra el miedo

    21. Puerta de protección (metáfora)

    22. Antídoto contra la devaluación y la tristeza

    23. Cuidados paternos (metáfora)

    Bibliografía

    Acerca del autor

    Agradecimientos

    A mi esposa Claudia Sánchez, familiares, amigos y pacientes, a los autores aquí citados de los que tantas enseñanzas sigo recibiendo, mi eterna gratitud.

    A Mariana Pérez Villoro, mi adorada hija, mi más sentido reconocimiento por su invaluable compañía y guía como pacificadora en los procesos de cambio de nuestros pacientes. Gracias también por los comentarios y sugerencias respecto a este texto.

    A Danú Hernández Jiménez, la editora de este libro, porque con su profesionalismo y paciencia me permitió precisar lo que deseaba compartir con los lectores.

    A Roxana Zermeño Rivas por la corrección de estilo de la mayor parte del libro.

    Principia

    Transfórmense mediante

    la renovación de su mente.

    Romanos

    12:2

    Si cuando era estudiante de psicología alguno de mis maestros me hubiera dicho que se podía acabar, en poco tiempo, con una percepción equivocada o con una emoción destructiva hubiera pensado que eso no era viable. Y en caso de que fuera posible, habría creído que otras percepciones erróneas y sus síntomas asociados aparecerían más tarde de una u otra manera, supliendo aquellas que habían desaparecido. Hoy sé que sí existen diferentes métodos mentales para que podamos realizarlo. Lo que aquí leerá es la forma en la que la psicología autosustentable (pas) lo entiende y lo logra.

    Nuestros pensamientos más estructurados son una edición de nuestra mente y pueden o no tener semejanza con la realidad. Las percepciones y sentimientos que tenemos sobre las cosas no son las cosas mismas. Las diferencias entre los pensamientos y la realidad revelan la distorsión en la que vivimos y, por lo tanto, el grado de infelicidad o sabiduría presente en nosotros.

    Con la experiencia que ha generado el covid-19, tenemos más consciencia de que aquello que llamábamos normalidad, no lo es. Es necesario revisar nuestros desmedidos hábitos de consumo innecesario que pone en alto riesgo el equilibrio ecológico del planeta. Ahora sabemos —nos costaba trabajo creerlo— que somos interdependientes, todo está conectado. Lo material es muy importante, pero lo invisible tiene más valor.

    El valor de disminuir los pensamientos y emociones destructivos y favorecer los positivos es nuevamente el foco de atención de la Organización Mundial de la Salud (oms). Esta ha pedido a las naciones de todo el mundo revisar a fondo las políticas públicas generadas a partir del covid-19 y aumentar la inversión en servicios de salud mental ante el riesgo de un aumento drástico de las enfermedades psíquicas.

    Aprendimos que lo valioso no es lo caro, exclusivo e inalcanzable. Hoy valoramos más aquello que ya teníamos: la salud, la tranquilidad, la cercanía con nuestros familiares y amigos, el contacto físico, incluso poder respirar en cualquier lugar sin miedo. No podemos regresar a lo mismo, habremos de ser mejores después de la pandemia.

    Requerimos relacionarnos con más amor, compasión y solidaridad hacia los demás. Aprendimos también que la psicología clínica ha de considerar las variables sociales que definitivamente afectan la psique de las personas. Los aspectos económicos, políticos, la salud y la seguridad, entre otros, repercuten en las emociones de todos desde el punto de vista clínico.

    Una vez que se lean estas páginas y se apliquen las técnicas que incluyen, el lector comprobará que esta metodología es eficaz y replicable. Esto significa que los expertos, debidamente entrenados, pueden tener resultados similares con pacientes, clientes y con grupos amplios.

    La psicología autosustentable es un modelo vivo e inacabado, basado en la neurociencia y en más de 45 años de trabajo e investigación clínica. Aspira a unificar la ciencia y la espiritualidad en el campo de la mente, las emociones y las correspondientes intervenciones técnicas para lograr una vida más plena y respetuosa con el entorno.

    La autosustentabilidad a la que el nombre de pas alude, no solo se relaciona con que el cambio en un sistema se ha de sostener con su propio impulso, se refiere también a que una vez provocada la transformación, esta se mantiene y continúa su desarrollo siguiendo la línea de su potencial. La plasticidad del área prefrontal izquierda del cerebro humano es fundamental para lograr ese cambio. Dicha plasticidad se encarga de procesos muy complejos, en los cuales los nuevos pensamientos y emociones adoptados puedan estar al servicio de más nobles propósitos, ahora alcanzables.

    El cerebro, la mente humana, busca prosperar evolutivamente. Este principio explica cómo un bebé después de gatear, camina, sube escaleras y luego corre, o cuando después de balbucear, aprende a hablar.

    De la misma forma, los sistemas, las organizaciones, las personas siguen avanzando autónomamente en las funciones utilizadas para el logro. Cuando se activan estas áreas evolutivas del cerebro, ya no se requiere reforzar con sólidas sesiones de seguimiento los resultados obtenidos; es decir, la mente del niño o la del adulto utilizarán el modelo más eficaz y este se volverá prevalente sobre el anterior. El cambio, con un enfoque suave de mantenimiento, será autosustentable. Todos los seres humanos nos hemos equivocado, algunos hemos aprendido a no cometer el mismo error. A veces culpamos a los demás para evitar hacernos responsables de nuestras emociones y comportamientos, y en ese intento nos hemos engañado y hemos perdido la oportunidad de aprender.

    Cuando dejamos de criticar y responsabilizar a los demás por lo que nosotros hacemos y, al mismo tiempo, dejamos de pensar que estamos esencialmente mal, sentimos una liberación estructural en el corazón. Dicha experiencia es la base emocional que mitiga el sufrimiento. En esos momentos se abre en nosotros un espacio evolutivo, un nuevo circuito neurológico y un lugar más compasivo. Entonces somos capaces de disminuir los pensamientos erróneos y las aflicciones emocionales.

    Con esa forma de sentir y de pensar podemos ser más sensibles y naturales ante quienes nos rodean. No hay actor, escenario ni público; todos somos el mismo personaje. Aspiraremos a integrar en nuestra mente lo que Erwin Schrödinger, Premio Nobel de Física, planteó: el sujeto y el objeto no son más que uno. No podemos decir que la barrera entre el investigador y el objeto investigado haya desaparecido después de un experimento, más bien podemos afirmar que la barrera nunca existió.

    Cuando miramos el mundo así, los instintos más primitivos y el ego que nos separan de este ceden ante conceptos más amplios, incluyentes, metafóricos, estéticos, utilizando de forma más equilibrada las tres partes de nuestro cerebro, de nuestra mente.

    Para lograr esta visión del mundo, como un todo, durante el proceso de pacificación, armonizaremos el sistema reticular (el más instintivo), el sistema límbico (parte del cerebro asociado con las emociones) y la neocorteza (la última capa neural que origina y conoce lo que es la nobleza, la compasión, el amor desinteresado, responsable y profundo).

    La primera y la última motivación de pas es que logremos ser más conscientes y responsables, que seamos realmente nosotros mismos quienes diseñemos nuestro cerebro, nuestra mente, nuestro destino.

    Casi todas las personas contamos en nuestro cerebro y en nuestra mente con el potencial para ser libres de los pensamientos y emociones destructivas. Tenemos un poder —hasta ahora oculto— que, si lo utilizáramos de manera adecuada, no requeriríamos entablar procesos de ayuda tan largos para tener en nuestra vida márgenes más amplios de dignidad y compasión hacia los demás.

    Mapa del libro

    En este libro nos adentraremos aún más de como ya lo hice en Usa tus tres cerebros, en qué es para la psicología autosustentable (pas) la naturaleza de la mente, sus principios científicos y la tecnología mental derivada de ese conocimiento.

    He incluido ideas, conceptos y páginas completas de otros dos de mis libros: El vuelo del ave fénix y Entre la abeja y el alma, porque al presentar esta obra como la síntesis más actualizada de 45 años de experiencia, necesitaba esos textos para expresar con mayor profundidad un paso más de lo que es este nuevo enfoque.

    Para la pas, cuando los seres humanos deseamos dejar de sufrir y lo logramos como producto de nuestro esfuerzo consciente, atravesamos por un proceso que va de la consciencia del problema que tenemos, a la voluntad que desarrollamos para mantener la motivación. Después buscamos formas de hacer las cosas, antídotos diferentes de los que ya utilizamos y que no funcionaron, técnicas pertinentes y eficaces para que el cambio profundo y autosustentable nos conduzca a la libertad y a la responsabilidad de nuestras emociones, pensamientos y conductas. En este enfoque, la autosustentabilidad ha de ser personal y social.

    Las cuatro etapas del cambio (conciencia, voluntad, antídotos y autosustentabilidad) dan forma y estructura al capitulado de este libro.

    En la primera parte se incluyen los primeros tres capítulos: Observa, Distingue y Percibe, los cuales enfatizan en la consciencia una necesidad de ubicación y claridad del mundo interno y externo en el que nos desenvolvemos y que siempre cambia.

    En la segunda parte están los siguientes tres capítulos: Cae y levántate, Ama y Atrévete, donde se pretende que el lector, con la información suficiente, pueda disminuir su sensación de impotencia, mueva su voluntad y tome la decisión de ya no seguir sufriendo.

    La tercera parte de este libro incluye los últimos cuatro capítulos: Abraza, Conócete, Comprende y Medita, cambia y sostente. Así, presento de forma diferenciada lo que en realidad es un proceso. Se explicitan de manera más precisa algunos de los fundamentos teóricos y científicos que apoyan la eficacia de los antídotos de pas (aquí solo se abordan 23), permeados por el concepto de autosustentabilidad que da el nombre a este nuevo enfoque.

    En el capítulo 1, planteo la necesidad que todos los seres humanos tenemos de poner más atención a lo que sucede dentro y fuera de nosotros. ¿Cuál es el contexto en el que vivimos? Responder es importante, ya que es imposible resolver de fondo los problemas clínicos y personales sin considerar el espacio social y viceversa. Pretendo, en el fondo, que empecemos a preguntarnos: para pas, ¿cuál es el sentido de nuestra existencia?

    El capítulo 2 nos muestra qué es la realidad, los límites que nos impiden percibirla en su totalidad y los diferentes obstáculos para apreciarla tal cual es. ¿Cómo son nuestras percepciones? ¿Sabemos en dónde estamos parados? ¿A dónde vamos?

    En el capítulo 3, ahondo en la naturaleza de los instintos que anidan en lo profundo del cerebro y de la mente humana, planteo las distinciones de las funciones de nuestros tres cerebros y sus implicaciones. Aquí desarrollo el concepto de lo que para pas son las emociones de autopreservación y su relación con las demás emociones. Asimismo, procuro trazar una distinción entre la mente burda, donde anida el sufrimiento, y la mente sutil o espiritual, que permite la liberación.

    En el siguiente capítulo, "Cae y levántate", ofrezco diversos ejemplos para mostrar los desequilibrios que producen en las personas las amenazas de las cuatro áreas instintivas: 1) la integridad física y emocional, 2) la procreación y la crianza de los hijos que tenemos, 3) la necesidad de crear y conservar un territorio, un espacio en donde podamos sentirnos seguros, protegidos: un hogar y 4) el equilibrado deseo de vivir la sexualidad y el amor.

    En el capítulo 5, Ama, comparto lo que para mí son los elementos mínimos necesarios para producir un cambio. En otras palabras, presento la estructura de la mente sin la cual no podríamos comprenderla, mejorarla ni llegar a sentir amor y compasión.

    El siguiente, Atrévete, plantea cuál es el tipo de relación que existe entre el lenguaje burdo, enunciativo, descriptivo y el lenguaje estético. Declaro la pertinencia de mantener un vínculo entre lo humano, que los terapeutas deseamos compartir, y lo sublime y doloroso del mundo de quien sufre.

    Se incluye una serie de destrezas, habilidades, tipos de sensibilidad y hábitos que requerimos los agentes del cambio en el manejo de las palabras, las imágenes, la visión y comprensión; las ediciones del proceso que hacemos y que en muchas ocasiones emergen preconsciente e inconscientemente de nuestro corazón y nuestra mente, para aclarar cuál es el temple de ánimo del verdadero pacificador.

    En el capítulo 7, "Abraza", destaco la condición de vulnerabilidad que vivimos si no incluimos a los demás como elementos necesarios de cualquier cambio. Diferencio lo que son los roles humanos y la gravedad derivada de la confusión entre lo que percibimos, lo que somos y lo que hacemos. Planteo cuáles son los derroteros inmediatos (mente, pareja, familia, trabajo y contexto social), en dónde y cómo podemos incidir.

    En el siguiente, Conócete, presento las sensaciones y percepciones, las pautas perceptuales de cómo valoramos aquello que percibimos. Pretendo responder a las preguntas: ¿cómo se forma el ego?, ¿de qué está hecho?, ¿existe realmente? También expongo una síntesis del pensamiento sobre la mente, las emociones y el cambio en Occidente y en el continente asiático. Para terminar, hablo sobre los fundamentos y orígenes de toda civilización, con el ánimo de que, durante y después de la pandemia, tengamos más claridad para orientar nuestros pasos a un lugar más seguro y humano.

    En el 9, Comprende, detallo la experiencia del cambio desde la perspectiva de quien busca mitigar el sufrimiento y desde la mirada de la persona que ayuda a lograrlo. Aquí también aclaro cuáles son siete de las variables necesarias —no suficientes— que se viven en el proceso de pacificación y muy particularmente al enfrentar las emociones destructivas.

    En el último capítulo Medita, cambia y sostente, comparto 23 de las técnicas de pas que ayudarán al lector en su proceso de mejoría. El orden en el que están expuestas es el mismo que propusimos como columna vertebral de este libro. Primero vienen las que más nos ayudan a tomar conciencia, le siguen las que más provocan, más motivan o mueven la voluntad para iniciar y continuar el proceso. Al final están los antídotos contra los pensamientos, emociones y conductas destructivas. Todas las técnicas, con sus repeticiones debidas, tienen sembradas las semillas que pueden dar frutos de consciencia, libertad, dignidad, responsabilidad, solidaridad, compasión y amor, en una palabra: autosustentabilidad.

    El objetivo primordial de esta obra es que las personas lean, asimilen y practiquen lo que aquí se presenta. El cambio puede llegar cuando los conceptos y las técnicas se hayan integrado a la vida cotidiana, por eso invito a mis lectores a hacer suyas estas reeditadas indagaciones sobre las condiciones y las propuestas teóricas y técnicas que se derivan de este nuevo modelo. Aspiro a transformar nuestros pensamientos, emociones y actitudes destructivas.

    Esta obra es una herramienta. El cambio lo realizan las personas con su consciencia, voluntad y persistencia en el método.

    PRIMERA PARTE

    Capítulo 1. Observa

    Una mente clara

    Pensar bien es distinto de tener una casa digna, un cuerpo sano y fuerte, una inteligencia refinada, una buena educación o un alto nivel cultural.¹ Aunque todo esto es bueno y deseable, es poco si no tenemos una mente clara y sabia, que perciba con mayor fidelidad y compasión el mundo que la rodea. Una mente limpia, sin rencores ni sufrimiento, alejada de la ignorancia, inequívocamente percibe mejor la realidad, interna y externa, que otra que distorsiona con obstáculos y trabas perceptuales y emocionales. Por desgracia la importancia de una mente clara no ha sido, en nuestra cultura, suficientemente valorada, ¿por qué?

    Reconocemos sutilezas como la forma de la boca, los ojos o las cejas, el tipo de pelo o hasta una pequeña cicatriz en el rostro de las personas. Nos dejamos llevar por los rasgos externos. Incluso, a veces, estamos influidos para elegir pareja, compañeros y socios por las apariencias físicas y sus bienes materiales más que por la calidad de la mente y el corazón de las personas.

    La psique no contiene músculos, huesos ni venas, ni siquiera moléculas o átomos. No es blanda ni roja ni tiene peso. No tiene forma ni textura. Sin embargo, es capaz de percibir las características físicas de todo lo que podemos comprender. Los átomos no pueden conocer nada. Nuestra mente es la creadora de las experiencias que tienen significado en nuestra vida.

    Las acciones cotidianas son resultado de la intención de la mente sobre el cuerpo; este siente, habla, calla, se mueve y ejecuta. Las intenciones conscientes e inconscientes manifestadas en acciones determinan qué resultados obtenemos y estos afectan y modifican de regreso a la mente. Es esta la que dice si alguien es alto, amable, amoroso o violento; reconoce si un gobernante es apto o no en el cargo que desempeña.

    Debido a esta influencia natural de lo externo en nosotros, pensamos que las cosas por las que sufrimos provienen de afuera. Si alguien nos insulta o nos manipula aseguramos que el daño viene del coraje, de las palabras, del volumen, el tono que la persona utilizó. Pero si lo analizamos con detenimiento nos daremos cuenta de que esas palabras y tonos específicos son vibraciones sonoras que golpearon nuestro tímpano, de la misma manera que lo harían en el tímpano de otra persona sin causarle el mismo efecto emocional que a nosotros.²

    El daño no se encuentra en las estructuras del oído, el volumen o el tono de la voz de la otra persona. La causa raíz no viene de afuera, es la forma específica en que la mente interpreta las palabras, los tonos, las imágenes. El sufrimiento se origina en la mente de cada uno de nosotros.

    Aquí conviene recordar a Semir Zeki, investigador de microbiología en la Universidad de Londres, quien señala que las impresiones cotidianas se transmiten a la corteza visual, donde se analizan los códigos o claves contenidos en una imagen, ahí se atribuyen los significados y su resolución en objetos visuales. Es decir, la mente no es como un espejo que imprime lo que los ojos ven, más bien el color, el movimiento, la forma y otros atributos de las imágenes se procesan por separado. Este autor sostiene que la integración de toda esa información visual constituye un proceso en el cual la percepción y el conocimiento visual, erróneos o no, quedan adheridos a la conciencia y la comprensión del mundo visual: ocurren simultáneamente.

    Entonces, es posible que para cualquier otra persona la causa de nuestro enojo o tristeza no genere emociones análogas. Alguien más requerirá otro volumen, otras vibraciones sonoras, otras palabras, otras experiencias y con seguridad otra historia personal para que su mente se vea afectada. La causa del sufrimiento no es la misma para todos, es una causa enteramente subjetiva, interpretada por la sensibilidad específica de la psique de cada quien. Si deseamos detener nuestro sufrimiento, habremos de intentar modular nuestra mente.

    Al principio, durante y al final del camino, una mente clara es la mejor herramienta de la que disponemos para relacionarnos adecuadamente con nosotros mismos, el entorno y con los demás.

    Ceguera perceptual

    Diversos enfoques psicológicos, filosóficos y espirituales han sostenido que ocuparnos de asuntos mundanos no nos hace felices. Más bien, han considerado que la avidez por tales aspectos nos conduce al sufrimiento. A pesar de eso, continuamos buscando placeres y satisfactores materiales por muy banales que sean.

    Cuando, por ejemplo, deseamos mucho un auto y vamos a una agencia a comprarlo sentimos una emoción muy agradable. Después de cinco o seis meses percibimos que la emoción y el gusto que sentíamos al usar el automóvil han empezado a disminuir. Nos acostumbramos a él, dejamos de notar los beneficios que, aun antes de adquirirlo, eran muy evidentes. Lo mismo sucede con una prenda de vestir, un par de zapatos, un celular o una computadora. Olvidamos el gozo que sentimos cuando nos cambiamos a una casa nueva mucho antes de terminar de pagarla. Si recibimos un aumento de salario por nuestro trabajo, al poco tiempo ya no lo valoramos como al principio, deseamos y requerimos más dinero para volver a sentir el mismo agrado que nos daba hace meses tener un poco menos.³ Incluso, subrayemos, tener un aumento del salario y comprar una casa, además de proporcionar placer, están relacionados con la satisfacción de necesidades e impulsos básicos como la seguridad, el territorio, el cuidado del organismo y la crianza.

    Si la felicidad no se obtiene a través del consumo de objetos y servicios, que de por sí deseamos que cada vez sean más y mejores, habremos de reconocer que la satisfacción es momentánea y corporal y que la felicidad es un estado de la mente.

    Dejamos de notar el apoyo, el cariño, el dinero y la ternura que nos otorgan nuestros seres cercanos. Fácilmente nos acostumbramos a recibir todo lo bueno que nos dan, dejamos de valorarlo y a veces llegamos a considerar que es su deber dar lo que ahora nos dan y antes no nos concedían. Si nuestra pareja nos ayuda haciendo algo que es nuestra responsabilidad, lo agradecemos, pero si lo hace todos los días, dejamos de darle las gracias y nos enojamos si un día olvida apoyarnos. Incluso, parecería que fue un error habernos ayudado. La dependencia que tenemos de nuestros seres cercanos, en lo material y emocional, deja de percibirse y agradecerse por ser cotidiana.

    Nuestros sentidos no perciben de la misma manera aquello que se mantiene constante durante cierto tiempo. La caricia de una madre a su bebé, que al principio es placentera, si mantiene el mismo tipo de movimiento, intención, presión y la misma extensión de la piel que toca, lo agradable desaparecerá y al poco tiempo puede llegar a ser incómoda y molesta.

    Sucede que la mente nos hace ver las cosas muy parecidas de un día a otro, de una semana a otra. Cuando pasa el tiempo, nos convence de que nuestras ideas, aquello en lo que creemos, permanecen inalterables. Ante un cambio, la mente busca que la novedad desaparezca. Cuando las cosas parecen iguales tiende a ignorarlas. Gracias a esto —también es cierto— podemos, por un lado, poner nuestra atención en los nuevos retos de la vida y, por otro, nos ayuda a confiar.

    Es conocido, gracias a la neurociencia, que fácilmente nos habituamos a las cosas que nos perjudican y no reaccionamos ante la amenaza o el dolor cuando el cambio es paulatino. Si cayera una rana dentro de una olla con agua muy caliente, el anfibio brincaría para salvarse. En cambio, si otra rana estuviera dentro de una olla con agua y el líquido empezara a calentarse con una lumbre muy baja, a los pocos minutos esta rana no brincaría y terminaría por cocerse y morir. Cuando los cambios son paulatinos dejamos de notarlos. Los peligros inminentes los percibimos de inmediato, como un auto que aparece súbitamente frente a nosotros en la carretera. En cambio, cuando nos comemos tranquilamente un postre que contiene mucha azúcar, la mente no grita ¡Peligro!, si sigues comiendo azúcar como hasta ahora, vivirás menos. Los problemas inmediatos atraen la atención, los lejanos no. En la vida

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