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El petróleo mexicano: Estado, organismo público y trabajadores
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Ebook246 pages3 hours

El petróleo mexicano: Estado, organismo público y trabajadores

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About this ebook

Publicación de debates de expertos, líderes de opinión e interesados sobre temas que reflejan puntualmente las más vivas preocupaciones sobre el presente y el futuro de los recursos energéticos de los mexicanos.
LanguageEspañol
Release dateDec 7, 2021
El petróleo mexicano: Estado, organismo público y trabajadores
Author

Fundación Heberto Castillo Martínez

Fundada en 1997, la Fundación se creó para salvaguardar, fomentar y difundir el trabajo científico, político y social de ingeniero Heberto Castillo, encaminadas a coadyuvar con el progreso social, político, tecnológico y cultural de México.

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    El petróleo mexicano - Fundación Heberto Castillo Martínez

    coverimg

    Foro El petróleo mexicano: Estado, organismo público y trabajadores

    Fundación Heberto Castillo Martínez, A. C.

    Viena No. 34, Col. El Carmen, Deleg. Coyoacán C.P. 4100 Ciudad de México Tels: 55548278 y 56590894 fhcmac@gmail.com

    Profra. María Teresa Juárez de Castillo

    Presidenta

    Título original: Foro El petróleo mexicano: Estado, organismo público y trabajadores

    © MMVIII

    Teresa Juárez de Castillo/Fundación Heberto Castillo Martínez, A. C.

    ISBN impreso: 978-607-95029-3-5

    ISBN digital: en trámite

    Primera edición: noviembre de 2008

    La transformación a libro electrónico del presente título fue realizada por

    Sextil Online, S.A. de C.V./ Editorial Ink ® 2015.

    +52 (55) 52 54 38 52

    contacto@editorial-ink.com

    www.editorial-ink.com

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada o transmitida, de ninguna forma ni por ningún medio, sea eléctrico, electrónico, quimico, mecánico, óptico, magnético, de grabación o fotocopia, sin la autorización previa y por escrito de los propietarios de los derechos de autor.

    ÍNDICE

    Presentación….……… Manuel Pérez Rocha

    Mesa 1. Política energética del Estado mexicano

    Andrés Manuel López Obrador

    Jaime Cárdenas Gracia

    Javier Jiménez Espriú

    Miguel Breceda Lapeyre

    Mesa 2. Política fiscal y petróleo

    David Ibarra

    Orlando Delgado

    Rogelio Ramírez de la O

    José Felipe Ocampo Torrea

    Mesa 3. Política sindical y relaciones laborales en PEMEX

    Luis Javier Garrido

    Arturo Alcalde

    Néstor de Buen

    Marco Antonio Almazán

    Mesa 4. Política petrolera internacional

    Jorge Mansilla

    Porfirio Muñoz Ledo

    Alfredo Jalife

    Mesa 5. Política de medios y debate energético

    Aleida Calleja

    Virgilio Caballero

    Mesa 6. Política petrolera y soberanía nacional

    Mario Di Constanzo

    Antonio Gershenson

    Enrique Semo

    Víctor Flores Olea

    Mesa 7. Política y derecho: Constitución, petróleo y propiedad

    Ifigenia Martínez

    Bernardo Batiz

    Héctor Santos Azuela

    Miguel Concha

    Notas curriculares de los participantes

    orn

    La Fundación Heberto Castillo Martínez, A.C. (FHCMAC), es una institución que surge con el objeto de salvaguardar la obra científica, social y política del ingeniero que le da el nombre.

    Desde su constitución, en junio de 1997, la fundación ha sido encabezada por la viuda del político veracruzano, la profesora María Teresa Juárez Carranza, quien se ha dado a la tarea de organizar diversos encuentros con destacados intelectuales estudiosos de la realidad nacional, cuyo resultado es la compilación de 26 títulos diversos que componen la colección digital de la cual forma parte el presente libro.

    La FHCMAC cuenta con el acervo histórico del ingeniero Castillo, que desde el año 2005 forma parte del Archivo General de la Nación (AGN).

    La Fundación Heberto Castillo Martínez, A.C., es una institución sin fines de lucro que se sostiene de aportaciones y donativos. Los recursos recabados por la venta de los libros digitales serán utilizados para continuar con la importante labor de investigación, docencia y publicación de documentos y libros necesarios para promover la reflexión y el conocimiento sobre temas de actualidad que forman parte del debate público nacional.

    Agradecemos tu apoyo al adquirir alguno de los títulos de la colección.

    Fundación Heberto Castillo Martínez, A.C.

    Presentación

    orn

    Cuando la Fundación Heberto Castillo propuso a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México organizar debates públicos sobre el petróleo, paralelos a los que llevaba a cabo el Senado de la República, luego de la toma de la Tribuna de la Cámara de Diputados por el Frente Amplio Progresista ante la amenaza de un albazo privatizador, nos pareció que esta iniciativa nos colocaba en la trayectoria nacionalista y reivindicatoría que va desde Lázaro Cárdenas hasta Andrés Manuel López Obrador, presidente legítimo de México, en la clara y decidida defensa del patrimonio de los mexicanos.

    Con tal propósito, organizamos un ciclo de mesas redondas con expertos, líderes de opinión e interesados, que acudieron en gran número para participar activamente en los debates, sobre temas que reflejaban de manera puntual las más vivas preocupaciones de la nación sobre el presente y el futuro de los recursos energéticos que, siendo propiedad exclusiva de los mexicanos, les quieren ser arrebatados.

    Los temas debatidos por calificados ponentes, que encabezó el propio López Obrador, como Javier Jiménez Espriú, Rogelio Ramírez de la O, David Ibarra, Luis Javier Garrido, Alfredo Jaliffe, Virgilio Caballero, Mario di Costanzo, Antonio Gershenson, Enrique Semo, Miguel Concha y Bernardo Bátiz, entre otros, versaron sobre política energética del Estado mexicano, política fiscal y petróleo, política sindical y relaciones laborales en PEMEX, política petrolera internacional, política de medios y debate energético, política petrolera y soberanía nacional, política y derecho: constitución, petróleo y propiedad.

    Es para nosotros un honor y un privilegio contribuir —con la publicación del material aquí recogido— a la información, el conocimiento y la reflexión sobre uno de los grandes problemas nacionales de nuestro tiempo.

    Manuel Pérez Rocha

    Rector de la UACM

    Política energética del Estado mexicano

    Mesa 1

    orn

    LA PATRIA NO SE VENDE

    Andrés Manuel López Obrador

    orn

    El gobierno usurpador, en vez de proponer la privatización del petróleo, con las gravísimas consecuencias que provocaría en todos los órdenes de la vida pública, debería destinar los excedentes por los altos precios del petróleo al fortalecimiento de la industria petrolera nacional. Lo haría si esa fuera la motivación real.

    El 18 de noviembre del año pasado, en el Zócalo de la Ciudad de México, propusimos que los excedentes petroleros —que desde entonces estimamos en 20 mil millones de dólares para el presente año— se orientaran al fortalecimiento de PEMEX. Planteamos que estos recursos fueran invertidos en exploración, perforación, refinación, petroquímica, mantenimiento y construcción de ductos e instalaciones petroleras, así como también en el desarrollo tecnológico y la búsqueda de fuentes alternativas de energía.

    Para reafirmar lo anterior, conviene remachar que este año el promedio de producción de petróleo es de casi tres millones de barriles diarios, de los cuales se exportan un millón 400 mil barriles por día. Asimismo, la Cámara de Diputados aprobó un precio de exportación por barril de 49 dólares y se está vendiendo, en promedio hasta ahora, en 100 dólares; es decir, en lo que va del año, la Secretaría de Hacienda ha recibido cerca de 9 mil millones de dólares de excedentes y calculamos que, a finales del presente año, el excedente será de 20 mil millones de dólares, es decir alrededor de 200 mil millones de pesos. A pesar de lo anterior, desde el gobierno de Vicente Fox no se ha informado sobre el destino de los excedentes petroleros, obtenidos por los altos precios del petróleo en el mercado mundial.

    Ahora, de plano, tanto el secretario de Hacienda como el presidente espurio han declarado que no existen dichos excedentes, o que se han esfumado por el subsidio a la gasolina, lo cual es rotundamente falso. El precio de compra de la gasolina importada es prácticamente el mismo que el de venta al consumidor nacional. Es decir, no hay subsidio a la gasolina y, si acaso, es algo mínimo. No puede ser que los 20 mil millones de dólares de excedentes por los precios altos del petróleo se ocupen en el subsidio a la gasolina, como sostienen de manera mentirosa los del gobierno usurpador.

    Ahora bien, ¿por qué de manera cínica se quieren desaparecer estos excedentes, en contra de toda lógica y del sentido común, que –como se ha dicho y así lo considero—, es la ciencia del pueblo? Nosotros sostenemos que este dinero se está utilizando para compensar el déficit que registra la recaudación fiscal, debido a que las grandes empresas que ayudaron a Calderón en su campaña, no están pagando impuestos.

    Por ejemplo, para este año la propia secretaría de Hacienda está contemplando una pérdida en su presupuesto de gastos fiscales de 202 mil millones de pesos, por la aplicación de regímenes especiales y otros privilegios para las grandes empresas. Es necesario destacar que esta cantidad es similar a la que se obtendrá de excedentes por precios altos del petróleo.

    La gran corrupción que se da entre las cúpulas del poder económico y el poder político en México, puede describirse al señalar que un trabajador, un integrante de la clase media o un pequeño o mediano comerciante o empresario, están obligados a pagar de 15 a 28% de Impuesto Sobre la Renta (ISR). Sin embargo, los grandes monopolios vinculados al poder, por los privilegios fiscales que se les otorgan, reducen al mínimo el pago de impuestos y, en algunos casos, no pagan nada.

    Por ejemplo: en 2007, según cifras de la Bolsa Mexicana de Valores, Cemex registró ventas por 236 mil 669 millones de pesos y sólo pago el 2% de impuesto sobre sus ventas; Telcel, con ventas por 311 mil 579 millones de pesos, sólo pagó el 3.9%; Bimbo, con 72 mil 294 millones de ventas, pagó el 2.3%; Wal-Mart, con 224 mil 173 millones de pesos, pagó el 2.5%; Coca-Cola, con ventas de 68 mil 969 millones, pagó el 4.8%; Grupo México vendió 68 mil 412 millones de pesos y pagó el 7.6%; Kimberly Clark vendió 21 mil 480 millones de pesos y pagó el 5.7%; y el Grupo Maseca, que vendió 9 mil 11 millones de pesos, sólo pagó el 2.9% de sus ventas.

    Habría que agregar que estas empresas presentaron impuestos diferidos en sus balances por 74 mil 471 millones de pesos; es decir, obtuvieron créditos fiscales por el doble de lo que pagaron de impuestos.

    Sobre este tema, el Gobierno Legítimo ha iniciado una investigación de fondo. El día de ayer, Mario di Costanzo, nuestro secretario de Hacienda, solicitó al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) un reporte detallado sobre los impuestos que han pagado y las devoluciones que han recibido, desde el 2005 hasta la fecha, las principales empresas nacionales y extranjeras, vinculadas al poder en México. Todo ello con el propósito de transparentar este asunto y hacer las denuncias correspondientes.

    Este tema lo trato aquí, en el ciclo de mesas redondas sobre el petróleo mexicano, porque considero que las reformas propuestas por Calderón en esta materia no sólo van encaminadas a violar la Constitución, a privatizar la industria petrolera, a vulnerar la soberanía nacional, a despojar de la posibilidad de un desarrollo económico independiente de nuestro país, sino que también dejarían al pueblo de México sin presupuesto.

    Tenemos que tomar en cuenta que hoy día, el 40% del presupuesto se integra con los ingresos provenientes del petróleo. El presupuesto actual es de dos billones 500 mil millones de pesos, y un billón se lo confisca la Secretaría de Hacienda a Petróleos Mexicanos.

    ¿Cómo podemos explicar esto y cómo lo venimos haciendo en todas las plazas públicas? Si se construye actualmente una obra, la mitad de lo que cuesta esa obra está financiada por ingresos provenientes del petróleo. La mitad de los sueldos de los maestros, la mitad del presupuesto de esta universidad, provienen también de los ingresos del petróleo. La mitad de los sueldos de las enfermeras y de los médicos del sector salud, proceden igualmente de los ingresos petroleros. La mitad de las pensiones a que tienen derecho los trabajadores, se originan en los ingresos petroleros.

    Si se entrega el petróleo a particulares, si se entrega el petróleo a extranjeros, ¿de dónde va a salir para el desarrollo del país?, ¿cómo vamos a financiar la salud, la educación pública, la creación de infraestructura que necesita México?

    Tengamos presente que la secretaría de Hacienda, este año, le confiscará a Petróleos Mexicanos casi cien mil millones de dólares (un billón de pesos), cantidad que sería imposible de obtener con impuestos cobrados a estos grandes empresarios, y a otros del mismo tipo, que ambicionan montarse en el negocio del petróleo, pero que no están dispuestos a actuar con responsabilidad cívica ni con dimensión social.

    A los hombres del poder en México los domina la ambición, la codicia. No tienen un compromiso con la sociedad. No tienen un compromiso con el país. No les importa el destino de la nación, mucho menos el sufrimiento de la mayoría de nuestro pueblo.

    Vengo sosteniendo que no podemos permitir la privatización del petróleo porque eso significaría cancelar el futuro de millones de mexicanos. También tenemos que aceptar que este intento de privatización no es algo nuevo. No es algo que se les haya ocurrido de último momento: es un eslabón más de la cadena de injusticias y de atropellos que se han venido cometiendo en el país. Todo esto tiene que ver con la política económica injusta, antipopular, entreguista, que se ha venido imponiendo desde hace 26 años.

    Tenemos problemas muy serios, graves. Uno es la carestía de la vida y el otro la inseguridad.

    La gente está sufriendo mucho porque no le alcanza el salario para satisfacer sus necesidades más apremiantes. En 18 meses ha aumentado todo. En el caso del campo, muchos productores, ejidatarios y pequeños propietarios no pueden sembrar porque no tienen para el fertilizante o abono, que ha aumentado en 200% durante ese lapso. A nivel general, en todo el país, se está sintiendo y se está padeciendo mucho por los aumentos de precios. Se han registrado incrementos en la tortilla, en el fríjol, en el arroz, en el aceite, de más del doble. Aumentos en el gas, en la luz, en las gasolinas.

    Tenemos información de que en estos 18 meses ha habido una pérdida del poder de compra del pueblo de México de alrededor del 30%. ¿Y cómo quieren enfrentar este problema, o cómo aparentan enfrentarlo? Con las mismas políticas de siempre. La primera declaración pública que hizo Calderón acerca de este asunto, fue en el sentido de que se iban a seguir comprando los alimentos en el extranjero.

    Hace como 20 años, en una entrevista que le hicieron a Pedro Aspe, secretario de Hacienda de Carlos Salinas, le cuestionaron que el dejar sin apoyo al campo, el desmantelar la política de fomento al sector agropecuario, nos iba a ocasionar problemas porque no íbamos a producir los alimentos que consumimos. La respuesta de Aspe fue en el sentido de que no importaba, que se podían comprar los alimentos en el extranjeros; que en un mundo globalizado se podían comprar los alimentos y las materias primas para satisfacer el consumo nacional en cualquier parte.

    Ahora Calderón, a 20 años, repite lo mismo. Es lógico que el problema no se resuelva; por el contrario, se agravará. Desgraciadamente la carestía no se va a detener. Se mantendrá en el abandono al campo, y por ello tendrán que destinar más recursos –habrá una mayor salida de divisas— para la compra de alimentos en el extranjero. Se calcula que este año habrán de destinarse alrededor de cinco mil millones de dólares para comprar los alimentos, porque no somos autosuficientes en maíz ni en fríjol. Teníamos regiones en donde se producía mucho arroz, en distintas partes del país, pero ahora tenemos que comprar en el exterior el 70% del arroz que consumimos en México. Lo mismo sucede con el aceite y con otros alimentos.

    En vez de cambiar la política, en vez de rescatar al campo del abandono en que se encuentra, en vez de apoyar a los productores para lograr la autosuficiencia alimentaria y dejar de depender del extranjero, ellos apuestan a más de lo mismo, y en el peor momento: ahora que hay una crisis alimentaria mundial y que los precios de los alimentos están a la alza.

    El otro problema que preocupa mucho a la gente, a todas las clases sociales, es el de la inseguridad y el de la violencia. En 18 meses van más de 5 mil asesinatos, desgraciadamente, a razón de 9 homicidios diarios. ¿Y cómo pretenden enfrentar este problema? Con la propaganda, con el discurso de la mano dura y con el añadido de acciones que consisten en contratar más policías, más soldados, construir más cárceles, y leyes más severas, penas más largas, todo lo cual no va a resolver el problema. Tiene que haber un cambio en la política económica.

    ¿Por qué esta inseguridad y esta violencia? Porque en 26 años no ha habido crecimiento de la economía. Esto no siempre ha sido así. Nosotros tenemos que tomar en cuenta que sólo se estancó la economía, en los últimos 100 años, durante el Movimiento Revolucionario, y fue por la confrontación, por la violencia. Pero inmediatamente después, cuando ya se establecen gobiernos con mayor equilibrio y estabilidad, desde el gobierno del general Cárdenas hasta 1982, la economía de nuestro país creció a una tasa promedio anual del 6%.

    En cambio, de 1982 a la fecha, el crecimiento promedio de la economía ha sido del 2%. Y si descontamos el aumento en la población, el resultado es cero crecimiento económico. Y si no hay crecimiento económico, no hay empleo. Y si no hay empleo, no hay bienestar.

    Son ya 26 años sin crecimiento. 26 años sin generar empleos. 26 años sin bienestar. 26 años cerrándoles las puertas a los jóvenes, negándoles la oportunidad de trabajar y de estudiar. Porque en todo lo que tiene que ver con la política educativa, ha prevalecido la idea de que se tiene que dar impulso a la educación privada. Que estudien —porque esa es la mentalidad reaccionaria, conservadora— los que tienen para pagar cuotas, los que tienen para pagar universidades privadas. Muchas veces

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