El Predicador: Recursos Bíblicos, Pastorales Y Metodológicos

Copyright © 2018 por D. Darío García.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:      2018902792

ISBN:                  Tapa Dura                     978-1-5065-2421-4

                             Tapa Blanda                  978-1-5065-2420-7

                             Libro Electrónico         978-1-5065-2419-1

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Las escrituras bíblicas citadas marcadas como JB han sido tomadas de La Biblia de Jerusalén, copyright © 1966 por Darton, Longman & Todd, Ltd. y Doubleday, una division del Grupo Editorial Bantam Doubleday Dell, Inc. Reimprimida con permiso.

Fecha de revisión: 02/03/2018

Palibrio

1663 Liberty Drive

Suite 200

Bloomington, IN 47403

ÍNDICE

PRESENTACION

INTRODUCCION

CAPITULO I

La predicación

1.1 La predicación.

1.2 Tipos de predicación

1.2.1 La homilía

1.2.2 El Sermón.

1.2.3 Diseños de sermón

1.3 Predicación de los laicos

1.4 Tipos de mensaje

1.4.1 Textual.

1.4.2 Tópico

1.4.3 Tipológico.

1.4.4 Expositivo

1.4.5 Biográfico.

1.4.6. Analítico.

1.4.7. Analógico.

1.4.8. Ocasional

CAPITULO II

El predicador

2.1 El Predicador

2.2 Jesús, el modelo del predicador

2.3 El discípulo

2.4 El apóstol

2.5 El cristiano

CAPITULO III

Las fuentes de la predicación

3.1 La Palabra de Dios

3.1.1 División general

3.1.2 División numérica de la Biblia

3.1.3 División temática

3.1.4 Unidad de ambos Testamentos

3.2 La palabra de Dios que predicamos

3.3 La Tradición

3.4 El Magisterio de la Iglesia

CAPITULO IV

Contenido de la predicación

4.1 Contenido bíblico.

4.1.1 Cómo se presenta el servicio de la Palabra en el Antiguo Testamento

4.1.2 El servicio de la Palabra en el Nuevo Testamento

4.2 Contenido doctrinal

4.2.1 El catecismo

4.2.2 Qué contiene el catecismo

4.2.3 Por qué es importante en la predicación.

4.2.4 Ahora, qué es la doctrina?

CAPITULO V

Metodología de la predicación

5.1 El tema

5.2 Cómo prepararlo

5.2.1 El mensaje escrito.

5.2.2 El bosquejo.

5.2.3 El mensaje espontáneo.

5.2.4 El mensaje telegrama.

5.2.5 El mensaje de edificación

5.2.6 El mensaje evangélico

5.2.7 El mensaje doctrinal.

5.2.8 El mensaje sobre problemas sociales.

5.2.9 El mensaje temático.

5.2.10 El mensaje textual.

CAPITULO VI

Algo más sobre la Palabra y manera de exponerla

6.1 La Palabra en la iglesia

6.2 Los hombres frente a la palabra de Dios.

6.3 El ministro del Verbo de Dios

6.4 Palabra de Dios y Palabra de Jesús

CAPITULO VII

Unos últimos apuntes metodológicos

BIBLIOGRAFIA

PRESENTACION

El libro pretende ser una ayuda para todos aquellos hermanos cristianos que están siendo llamados por los pastores de la iglesia a predicar la Palabra de Dios en grupos de oración, asambleas, congresos y otros eventos eclesiales en los cuales se hace presente el mensaje de la salvación, contenido en la Palabra para ser expuesto, explicado y meditado.

Contiene ayudas en las dimensiones bíblica, catequética, eclesiológica, pastoral y metodológica de fácil acceso y aplicación para, como dije antes, aquellos hermanos que enfrentan esta digna y necesaria tarea en la iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, teniendo en cuenta que cada día crece más la comunidad de los creyentes y necesitan ser atendidos de una manera seria, clara, precisa y fiel respetando sobremanera la autoridad contenida en la Palabra y delegada por la iglesia.

El libro no es propiamente un manual de formación, pues sabemos que la formación para ejercer este servicio eclesial es un proceso que requiere un tiempo muy suficiente; el libro contiene elementos de esa formación que pueden ayudar muchísimo si se tienen a buena cuenta, si se analizan, aprenden y se ponen en práctica, lo que hace de él un recurso, una ayuda para fortalecer a quien sea delegado o requerido para ejercer este trabajo apostólico en la iglesia.

El libro no tiene tampoco la intención de hacer de los comunicadores del Evangelio expertos en Sagrada Escritura ni en el ejercicio de la comunicación del mensaje de la salvación; pretende que aquellos que enfrentan esta noble tarea en la iglesia la realicen de una manera seria, respetuosa, preparada y fiel a la Escritura, a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia. Busca este escrito invitar a todos los hermanos que prestan este servicio en el campo del anuncio a ser los voceros que necesita el mundo contemporáneo, voceros preparados, convencidos, disponibles, fieles intérpretes de la Palabra, profundos en la reflexión, abiertos a las diferentes culturas y costumbres; hombres insertos en el mundo y capaces de leer el Evangelio en la vida de las personas y de las comunidades.

El autor espera que lo que hay en él sirva a los que ponen en común el mensaje de la salvación y los que quieren haerlo, como un recurso de primera mano, fácil de leer, estudiar y aplicar en su trabajo apostólico.

El autor.

INTRODUCCION

De todos los cristianos es sabido que una de las maneras más necesarias y efectivas para comunicar, hacer entender, reflexionar, meditar la Palabra de Dios es la predicación. Predicar implica la lectura, interpretación, explicación y aplicación del mensaje que ella contiene; no es solo leer citas y hablar de ellas, como tampoco solo testimonios, anécdotas, comentarios o historias personales.

Jesús en muchas ocasiones habló con sus discípulos de la necesidad de predicar Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también alli predique; pues para eso he salido Mc 1, 38. Manifiesta Jesús la importancia de la tarea de predicar diciendo: pues para eso he salido. Jesús sabe perfectamente que la gente está muy necesitada de escuchar su voz, su enseñanza, e invitación a seguirlo.

Predicar es, por tanto, imitar al Maestro, seguirlo, sentir su necesidad de ir a los hermanos para que lo conozcan, alejando de nosotros las aspiraciones humanas, los deseos de fama, poder, enriquecimiento que a muchos y en muchas ocasiones les afecta, llama la atención, provoca hasta envidias y competencias. Para vencer esto tiene que armarse el predicador de mucha fe, humildad, obediencia y fidelidad ante el Señor y la Iglesia que lo envía.

La predicación tiene que estar ajena a la condición del aplauso, la retribución material, la posición frente a los demás, la adulación; tiene que estar en la intención de Jesús: servir, acompañar, ayudar, guiar; necesita contener también la denuncia del mal y los correctivos para superar los errores. La predicación no puede ser solo animar la emoción o despertar el sentimentalismo de los hermanos que la escuchan.

La predicación tiene que ser la Palabra de Dios en acción, con todo su dinamismo, contenido, mensaje, propuesta, anuncio, denuncia, invitación; con toda su fuerza y poder, Palabra que no solo se hace oir sino que se invita a penetrar hasta lo más hondo del ser del hombre.

El predicador, entonces, será quien la proclame a viva voz haciendo que camine a través de la lectura, reflexión, enseñanza y testimonio de vida en grupos, asambleas, comunidades y en cada uno de los que la escuchan.

El lector interesado encontrará en el libro ayudas de tipo bíblico, pastoral y metodológico para realizar con buena intención y fidelidad la tarea de anunciar el mensaje de la salvación a los hermanos necesitados de las diferentes comunidades que componen la multitud de los creyentes y, más aún, las de los no creyentes, pues, la intención es que el anuncio llegue a todos los rincones del mundo penetrando sus usos y costumbres, su cultura, sus diferentes maneras de vivir.

El libro contiene pautas, recomendaciones, sugerencias y apoyos que le pueden servir a los anunciadores autorizados por la iglesia ejercer mejor su misión de hacer caminar el evangelio por las diferentes sendas por las que los hombres transitan diariamente buscando su plena realización, viviendo una vida cristiana acorde a las enseñanzas del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

CAPITULO I

La predicación

1.1 La predicación.

Discurso, alocución, en el que se adoctrina o se dan recomendaciones, orientaciones de tipo moral o religioso a una comunidad, asamblea o grupo de personas. La predicación cristiana es de origen divino, viene de Jesucristo el Señor a través de los hombres y para los hombres.

Mediante la predicación, Dios se vale de instrumentos humanos, en el principio los apóstoles, ahora sus sucesores, para seguir entrando en diálogo con sus hijos. Por ejemplo, la salvación es divina en su procedencia, pues es obra de Dios, pero por medio de la predicación de los hombres llega al pueblo su conocimiento. El ministerio sacerdotal es propia y clara ilustración de esta gran verdad bíblica. El Obispo es el maestro de la fe y junto con su presbiterio proclama la Palabra y la enseña a la comunidad.

En la persona de Jesucristo se descubre una vez más este principio divino-humano, aún su propio nombre compuesto – Jesucristo - integra su misión terrenal (Jesús-Salvador) con su misión divina (Cristo-Ungido-Mesías). El apóstol Juan declara: En el principio (eternidad) era el Verbo (griego, Logos), y el Verbo (Logos) era Dios (griego, Theos) (Jn.1:1). Aquí se resaltan tres verdades escatológicas: Primero, la eternidad del Logos, En el principio era el Verbo. Segundo, la comunión y relación divina, y el Verbo estaba con Dios. Tercero, la naturaleza divina y el verbo era Dios.

Luego en Jn.1:14 leemos: "Y el Verbo (Logos) se hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria propia del Hijo único del Padre), lleno de gracia y