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El valor del trabajo
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El valor del trabajo

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Firmar un contrato de trabajo es cada día más complicado. Aunque no hay soluciones sencillas al problema del desempleo, es posible que si se recuperan alternativas que en un principio se habían descartado, las oportunidades de encontrar trabajo aumenten. Estar dispuesto a desplazarse a otra localidad para trabajar es una de las claves para obtener un empleo .Cada día, más ciudadanos están dispuestos a dejar su residencia para firmar un contrato laboral. En muchos casos, trabajar en otro país permite mejorar el currículum y la propia formación. Otras veces es solo una forma más de ganar un sueldo. En el mismo sentido, no descartar otros oficios puede mejorar las posibilidades de firmar un contrato. Las bajas por maternidad, por enfermedad o los contratos de relevo por una jubilación anticipada son una oportunidad para entrar en cualquier empresa. En las zonas turísticas de costa, el número de puestos vacantes se multiplica durante el verano. Muchas ofertas de empleo provienen de las amistades y de los colegas con quienes se ha compartido vida laboral. Es conveniente que quien busca trabajo se lo comunique a sus compañeros y les indique si está abierto a campos en los que no había estado empleado hasta ahora. Quienes están en activo suelen tener más información sobre los futuros movimientos que habrá en la empresa y podrán alertar a antiguos colegas de posibles vacantes, e incluso, recomendarles para el puesto. Fundar una sociedad o hacerse autónomo es otra manera de conseguir trabajo. Con una idea, un plan de negocio y un capital para sacarlo adelante, el emprendedor puede autoemplearse en un negocio que le guste. Es, eso sí, la más arriesgada de las opciones.










 
LanguageEspañol
PublisherSelecto
Release dateAug 28, 2021
ISBN9791220840026
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    El valor del trabajo - Galaica Trisquel

    Capítulo 1. Introducción. Teletrabajo. Peligros del trabajo: adicción al trabajo, el estrés y el burnout. PÁG. 92

    Capítulo 2. Actitudes del buscador de empleo. PÁG. 137

    Capítulo 3. Instrucciones del buscador de empleo. PÁG. 166

    Capítulo 4. El proceso de selección. PÁG. 184

    Capítulo 5. Investigación del mercado de trabajo y La entrevista. PÁG. 209

    Capítulo 6. El currículum vítae. PÁG. 233

    Capítulo 7. La carta de remisión y continuidad. PÁG. 259

    Capítulo 8. La solicitud de empleo. PÁG. 279

    Capítulo 9. El seguimiento y las falsas ofertas de trabajo. PÁG. 293

    Capítulo 10. Seguridad para los trabajos manuales. PÁG. 331

    Capítulo 11. Profesiones, oficios y actividades con poco cualificación para salir de apuros económicos. PÁG. 345

    Anexo: Crear un gimnasio, señales que una empresa va mal y los coolhunter ( cazatendencias ) Outdoor training y personal-shoppers. PÁG. 418

    Capítulo 12. Bibliografía. PÁG. 447

    P rólogo

    La cuestión de los derechos humanos ha estado presente en las Naciones Unidas desde el inicio de su existencia. Desde la redacción de la Carta de las Naciones Unidad , los Estados fundadores de la organización han dado especial importancia a los derechos humanos. En este documento llegó a la conclusión de que los países estaban resueltos, entre otras cosas. A reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas .

    En 1946, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas creó la Comisión de Derechos Humanos, encomendándole la tarea de formular: Una declaración internacional de derechos del hombre . Con este hecho se inicia el proceso codificador de los derechos humanos. Esta Comisión estuvo bajo la presidencia de la Sra. Eleanor Roosevelt, viuda del presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt.

    En esta Comisión se estableció un comité de redacción con el único fin de elaborar la Declaración Universal de Derechos Humanos , la cual nació de la devastación, de los horrores y la violación sistemática de los derechos humanos durante la Segunda Guerra Mundial. Este Comité de Redacción fue presidido por la Sra. Eleanor Roosevelt y estuvo integrado por ocho miembros quienes fueron testigos del exterminio de pueblos por ideologías perversas y racistas. Estas personas estaban resueltas a poner fin a estas atrocidades porque sabían que los derechos humanos y la paz son indivisibles y que es imprescindible contar con principios universales de validez perdurable.

    Después de un cuidadoso escrutinio y de votaciones sobre prácticamente cada una de las cláusulas y palabras, la Asamblea General aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948 en París, en el Palais de Chaillot. Desde entonces ese día se celebra el Día de los Derechos Humanos. Era la primera vez que una comunidad organizada de naciones se había puesto de acuerdo sobre las normas que permitirían evaluar el trato que recibirían sus ciudadanos.

    Hasta el momento en que se aprobó la Declaración, los gobiernos habían sostenido que esos asuntos, los derechos humanos, eran de carácter interno y no eran competencia de la comunidad internacional. Al aprobar la Declaración, los Estados Miembros de la ONU se comprometieron a reconocer y observar los 30 artículos de la Declaración, en donde se enumeran los derechos civiles y políticos básicos, así como los derechos económicos y culturales a cuyo disfrute tienen derecho todos los seres humanos del mundo.

    La Declaración Universal se basa en el principio de que los derechos humanos se fundamentan en la dignidad intrínseca de todas las personas. Esa dignidad y los derechos a la libertad y la igualdad que se derivan de ella son indisputables.

    Aunque la Declaración carece del carácter vinculante de un tratado, ha adquirido aceptación universal. Muchos países han citado la Declaración o incluido sus disposiciones en sus leyes básicas o constituciones, y muchos pactos, convenios y tratados de derechos humanos concertados desde 1948 se han basado en sus principios.

    En el conjunto de los derechos económicos, sociales y culturales se mencionan en los artículos 22 a 27, supone una verdadera innovación en lo que concierne a la protección internacional de los derechos humanos. Hasta entonces ningún texto internacional había recogido estos derechos llamados de segunda generación. De este modo, al decir de SOMMERMANN: La Declaración Universal de los Derechos Humanos se convirtió en el primer texto jurídico-internacional que formula un catálogo omnicomprensivo de los derechos humanos .

    Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y a libre desarrollo de su personalidad ( art. 22 ).

    Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

    Toda persona tiene derecho, si discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

    Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.

    Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses ( art. 23 ).

    En cualquier momento, nos pueden llamar al despacho del jefe y la conversación acabe en esas terroríficas palabras que nadie quiere oír: Lo sentimos mucho, pero debido a un plan de reducción de costes usted ha sido incluido en un expediente de despido colectivo. A los jefes y empresarios les desagrada tanto pronunciar estas palabras como a los empleados oírlas. Pero tras un despido, ¿qué se puede hacer a continuación? . La pérdida del empleo es uno de los hechos más dramáticos en la vida de una persona. Los efectos psicofísicos que se sufren se manifiestan en forma de ansiedad, deterioro de la autoestima y otras alteraciones emocionales, junto con un bloqueo tal, que impide desarrollar estrategias y acciones que lleven a conseguir rápidamente un nuevo empleo. Las horas siguientes a un despido son claves para no destruir las posibilidades futuras de recolocación.

    Ante una situación extrema de desempleo , el objetivo es conseguir un contrato, ya sea temporal o indefinido. Dentro de la búsqueda de empleo, la estrategia y los canales que habrá de utilizar quien busca su primer empleo serán bien distintos de los que se valdrá alguien que, por diversos motivos, desea cambiar de ocupación. También la formación del demandante condiciona y encauza el acceso al trabajo: un título universitario no garantiza el éxito, excepto en caso de licenciaturas relacionadas con las nuevas tecnologías, en pleno auge hoy. Uno de los problemas de la formación universitaria radica en su larga duración. Por todo ello, la búsqueda de trabajo debe tomarse como un proceso personalizado en el que cada situación (si se tiene o no experiencia laboral, la formación, las aspiraciones, la urgencia para encontrar empleo) requerirá una estrategia distinta y un uso diferente de los intermediarios. Pero si tuviéramos que citar el intermediario más efectivo para conseguir empleo, el boca a boca destaca entre todos: cerca de 70% de los trabajos se consiguen a través de la red de amistades y conocidos, en lo que tradicionalmente se denominaba enchufismo y hoy en día red de relaciones. Tampoco debemos olvidar el autoempleo, una opción para los más emprendedores y arriesgados.

    Buscar empleo no es sencillo. Por propia experiencia sabrás que requiere mucho tiempo y esfuerzo: buscar las empresas, hacer un currículum, realizar una carta de presentación, etc. Seguro que con la práctica has adquirido un método que te ayuda a salir bien parado.

    Lo primero que hay que tener en cuenta es que llegar a esta fase del proceso de selección ya es un paso importante. Sólo acceden los candidatos que tienen verdaderas posibilidades de ser contratados.

    Para conseguir ésta o cualquier otra meta es necesario tener mucha confianza en uno mismo y sobre todo trabajar. No se consigue nada importante sin trabajar duro.

    Piensa qué es lo que quieres conseguir en la entrevista. Sólo convencerás al entrevistador de que eres la persona idónea si realmente lo crees así. Manifiesta tu interés.

    Es muy importante que prepares un guión con todo lo que quieres contar: tu formación, experiencia, cualidades personales. Demuéstrale que te ajustas al perfil a la perfección.

    Si te pones en el lugar del entrevistador te darás cuenta que evaluar a los diferentes candidatos y quedarse con el más adecuado no es fácil. Tratará de profundizar en la información de tu currículum y determinar si te ajustas al puesto.

    Para ello observará tu iniciativa, creatividad, capacidad comunicativa, estabilidad, claridad de ideas, motivación hacia ese trabajo. No te olvides de cuidar tu apariencia personal. La primera impresión es muy importante.

    La principal preocupación de muchas personas es la de obtener y conservar su puesto de trabajo, otros están más preocupados por sus salarios y prestan más atención al tiempo que dedican a trabajar.

    Las redes sociales se han convertido en los últimos años en la forma más utilizada por los usuarios para comunicarse con amigos, familiares y otras personas cercanas a su entorno. Esta interacción ha trasladado a Internet los mismos mecanismos sociales que se utilizan fuera de la pantalla. Sin embargo, hay algunas cuestiones nuevas que los miembros de estas plataformas deben reflexionar, ya que sus acciones en ellas quedan registradas y pueden influir en su reputación futura profesional.

    La información personal publicada en un sitio web, a menudo, permanece en el tiempo. No es fácil borrar el pasado. Por tanto, hay que pensar muy bien qué se escribe y qué fotos se publican, ya que es complicado tener la oportunidad de empezar de nuevo en el mundo digital, como sucede si una persona cambia de ciudad o de país, y volver a construir un perfil social y profesional desde cero. En estos espacios, los usuarios publican información personal, opiniones, gustos y preferencias que pueden quedar expuestos a terceros. Además, se publican fotografías, vídeos y comentarios que pueden ser comprometedores. Sin embargo, con sentido común y una serie de recomendaciones, es posible minimizar este impacto.

    Las empresas y agencias de colocación utilizan Internet para conocer datos personales de los usuarios, profundizar en su perfil e intimidad y valorar su reputación. Es fácil localizar a un usuario que participa en un foro con su dirección de correo electrónico al descubierto, con tan solo teclear la misma en un buscador.

    También se llevan a cabo búsquedas de los perfiles a través de las diferentes redes sociales. Páginas como Facebook o LinkedIn son las más utilizadas para conseguir información útil que sirva para valorar la contratación de un profesional. Del mismo modo, los trabajadores y las empresas donde trabajan pueden enfrentarse a conflictos laborales por comentarios vertidos por los primeros en estas redes.

    Hay que ser honesto y no engañar nunca a la empresa donde se trabaja. No se debe ser indiscreto y realizar ciertos comentarios al público de una red social. En caso de litigio y demanda por parte de la empresa, el derecho a la libertad de expresión frente a las demandas de la compañía deberá juzgarlo un juez , que no siempre tiene que pronunciarse a favor del demandado, ya que puede tener en cuenta los conceptos de ofensa, deslealtad o faltas al honor de la empresa.

    No todas las redes sociales son iguales, por lo que es recomendable aprender a utilizar cada una de ellas. No es lo mismo usar Twitter , una plataforma abierta a la comunicación e información, que querer posicionarse en Internet como profesional de un sector concreto mediante el uso de redes sociales profesionales , como LinkedIn, Xing o Viadeo.

    Las empresas de recursos humanos pueden buscar en Google los mensajes que el usuario ha mandado en Twitter, para hacerse una idea de su carácter y actitud. Cada persona debe plantearse hasta qué punto lo expresado con libertad en las redes sociales puede ser perjudicial en el futuro.

    En estas redes, lo más recomendable es no mezclar contactos personales y profesionales en un mismo grupo o tenerlos separados en diferentes plataformas, en función del fin de cada red social. En Facebook es muy útil crear listas de contactos con diferentes niveles de acceso y privacidad en la información generada por el usuario. De esta forma, se puede seleccionar qué tipo de contenido publicado es accesible según el grupo.

    El buscador de empleo, es primeramente un observador. Observa y anota todo aquello que ve a su alrededor y guiado de su instinto, capta una realidad que analiza y compara. Luego llevado de su intuición , determina el fin último que persigue observando sólo aquello que le es más provechoso.

    El instinto y la intuición dentro de la observación, son los dos elementos más racionales y personales ( actitud subjetiva ) que le permiten realizar un análisis psíquico y sociológico de la realidad laboral, que es objeto y fundamento de la búsqueda de empleo.

    El buscador de empleo es también un investigador. Investiga allí donde es necesario para obtener datos fiables o estadísticos que junto con lo observado, van a suponer la realidad de los elementos psíquicos y sociológicos de la propia realidad laboral.

    Se denominan elementos psíquicos aquellos que dependen de su apreciación personal y su conocimiento específico sobre la situación empresarial en concreto, aplicando con rigor y racionalidad la coordinación de los mismos, íntimamente ligados con si observación y ánimo que son dependientes de su conducta.

    Los elementos sociológicos por el contrario, son realidades exteriores que convierten al buscador de empleo en un agente social que se influye de la información de una realidad política, económica y social, siendo las circunstancias extrínsecas las que condicionan a los fenómenos psíquicos para ajustar las escalas de valores y determinar la utilidad social y la necesidad o escasez, para regular los valores del mercado de trabajo.

    En la actualidad no existe ninguna receta milagrosa dedicada a regular la actividad del buscador de empleo.

    La oficina de empleo es una empresa privada que se encarga de poner en comunicación a los empleador es que buscan personal y a los que buscan empleo . Pero , muchas veces eso es insuficiente para conseguir un empleo en determinados periodos económicos.

    A la hora de acometer el análisis del sustantivo trabajo es importante que previamente a determinar su significado realicemos la exposición de su origen etimológico. En concreto este se halla en el latín, y más exactamente en la palabra tripalium.

    La definición teórica del concepto de trabajo puede ser analizada desde perspectivas distintas. Una aproximación básica presenta a este vocablo como la valoración del esfuerzo realizado por un ser humano. Sin embargo, desde la perspectiva neoclásica de la economía , por citar otro caso a modo de ejemplo, el trabajo consiste en uno de los tres elementos que determinan toda producción , como sucede con la tierra y el dinero .

    De esta manera, y aproximándonos a lo que de manera habitual todos los ciudadanos entendemos por trabajo, podemos determinar que dicho concepto se puede utilizar de dos maneras muy frecuentes. Así, por un lado, nos referimos a él como la acción que realiza una persona que se está ocupando de llevar a cabo una serie de tareas o actividades ya sea a nivel físico o bien intelectual.

    Y por otro lado, utilizamos este mismo término para hacer referencia a toda ocupación que tiene un hombre o una mujer fuera de su hogar por la cual recibe una asignación económica mensual. Así, por ejemplo, podríamos utilizar el siguiente ejemplo: Luisa tiene trabajo como camarera en un bar del centro.

    Si uno se remonta a eras remotas, podrá advertir que antes predominaba la esclavitud , un trabajo forzoso que se produce cuando un individuo ejerce sometimientos sobre otro y le impide tomar decisiones y desenvolverse con voluntad propia. A partir de mediados del siglo XIX, los niveles de esclavitud comenzaron a descender y esta modalidad fue declarada como ilegal. Desde entonces, el trabajo asalariado pasó a ser la forma de empleo más común.

    Esta concepción de la noción de trabajo lleva a dar por entendido que cuando un individuo realiza una determinada actividad productiva se lo recompensa con salario, que es el precio que se le pone dentro del ámbito laboral a la labor que él lleva a cabo. La relación de trabajo entre quien ofrece empleo y el trabajador está condicionada y respaldada por diferentes leyes y convenios, aunque también hay en la vida cotidiana casos de lo que se denomina trabajo en negro (aquellas contrataciones efectuadas de forma ilegal que permiten explotar y lucrar con los trabajadores).

    Otras formas de empleo que pueden detectarse a nivel mundial son el trabajo autónomo productivo (por medio del cual se ejercen las profesiones liberales y el comercio, por ejemplo), el trabajo informal de supervivencia y la servidumbre, entre otras.

    Aunque el trabajo ad honorem que no supone la concesión de una retribución monetaria (generalmente realizado con fines sociales o educativos) es una realidad, se considera que el trabajo es una actividad que se lleva a cabo a cambio de una contraprestación económica. Por eso existe una frase que afirma que trabajo es aquello que no harías si no te pagaran por ello.

    No obstante, además de todo lo expuesto ya, hay que subrayar que trabajo es un sustantivo que cuenta con otras muchas más acepciones. De esta forma también se emplea para hacer referencia a lo que es el lugar en sí donde se lleva a cabo el desarrollo de la ocupación. Un ejemplo podría ser este: Miguel no estaba en casa, se encontraba en el trabajo.

    Y todo ello sin olvidar tampoco que existe una serie de expresiones que utilizan el concepto que nos ocupa como parte fundamental. Así, también se habla de trabajos forzados que son aquellos que realizan de manera obligada y como parte de su condena las personas que se encuentran en ciertas prisiones.

    El trabajo es el esfuerzo realizado por los seres humanos con la finalidad de producir riqueza. Desde el punto de vista teórico, este tópico ha sido abordado desde diferentes aristas, ya sean económicas, sociales o históricas, principalmente a causa de sus relevantes alcances en lo que hace el desarrollo de la humanidad.

    En los comienzos de la historia, y durante miles de años, el trabajo era realizado primordialmente por mano de obra esclava, poseída por un propietario que tenía el derecho de disfrutar o usufructuar con los bienes producidos. Así, el esclavo era tratado como una mercancía más, con la posibilidad de ser vendido o comprado. Esta situación es comprobable desde la civilización griega, el imperio Romano y el comercio negrero realizado durante la conquista de América. Este estado particular del trabajo finalizó en el siglo XIX (al menos de modo permitido).

    Previamente, durante la edad media, se había desarrollado el régimen feudal, en donde la esclavitud estaba excluida. En este caso, al trabajo se le denominaba servidumbre, siendo los siervos hombres libres, puesto que aunque tenían limites en su obrar, sus personas no eran propiedad de otra. Básicamente, en este período y durante esta forma de organización social , el trabajador (siervo) hacía un contrato con un señor feudal en el que se comprometía a trabajar a cambio de protección. Es el precedente más similar a la modalidad de lo que hoy denominamos trabajo.

    Un aspecto importante respecto del trabajo, es la definición ente manual e intelectual. ¿Qué significa esto? El trabajo manual es aquel que se ha desarrollado desde el comienzo del humano como persona habilitada para realizar trabajos de fuerza, y aquí se incluyen desde los esclavos hasta los hombres que trabajaban con las primeras máquinas de vapor, en los tiempos de la Revolución Industrial inglesa. Sin embargo, éste tipo de trabajo no es algo del pasado, puesto que en la actualidad continúa vigente. Pensemos por ejemplo, en los obreros metalúrgicos o de la mecánica.

    Pero durante la posguerra, comenzó a desarrollarse una nueva forma de trabajo: el intelectual, con la aparición de los trabajadores de cuello blanco, como se llamó a quienes ejercían estos tipos de empleos. Y esto fue gracias a la noción de plusvalía incorporada también en esta época, que es lo mismo que conocemos como valor agregado: es el desarrollo de ciencia y tecnología que mejora y optimiza los bienes fabricados. Además de bienes, también en esta época comienza a cobrar vigencia la idea de servicios, que son todos los bienes intangibles (que no podemos tocar) que podemos adquirir: paquetes turísticos, un seguro de vida o la contratación de un especialista para que arregle la PC.

    En la actualidad, el trabajo es realizado a cambio de un salario. Así, el trabajador vende su fuerza de trabajo en el mercado y recibe una remuneración por éste. El empleador, por su parte, contrata personal con la finalidad de percibir una ganancia. Los intereses de los trabajadores están protegidos por los sindicatos, que negocian colectivamente los salarios según cada sector en particular. Además de esta protección, los trabajadores están amparados por el conjunto de leyes laborales. En este sentido, son destacables los cambios producidos durante The Walfare State, o lo que se conoció como El Estado de Bienestar. Durante los años ’30 y ’70 el Estado era sumamente interventor, equilibrando las diferencias de intereses entre los capitalistas (el mercado) y los trabajadores (asalariados). En este período, los trabajadores lograron grandes conquistas para mejorar sus condiciones laborales, como las vacaciones pagas, jornada de horas fijas, días libres para disfrutar de la familia y el ocio.

    Las políticas neoliberales fijadas entre los años ’80 y ’90 minimizar algunas de estas conquistas de beneficios laborales, como por ejemplo fue la flexibilización laboral: por medio de esta política, el Estado beneficia a los capitalistas, pudiendo éstos desvincular a un trabajador de su empresa, pagando una indemnización menor a las que antes se otorgaban al momento de dar un corte al contrato de trabajo.

    La falta de trabajo o desempleo es uno de los males sociales y económicos que los estados deben combatir. Desde el punto de vista económico, significa una forma de despreciar recursos valiosos, y desde el punto de vista social, lleva a situaciones de pobreza e indigencia.

    El trabajo está consagrado por Naciones Unidas como un Derecho Humano, por el cual toda persona (es decir, todo habitante de este planeta) tiene libertad ante la elección de un empleo, a gozar de buenas condiciones de trabajo , y claro, está abolido todo tipo de esclavitud o servidumbre.

    La pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A Theory of Human Motivation) de 1943 , que posteriormente amplió, obtuvo una importante notoriedad, no sólo en el campo de la psicología sino en el ámbito empresarial del marketing o la publicidad. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide).

    La escala de las necesidades se describe como una pirámide de cinco niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como «necesidades de déficit» (deficit needs o D-needs) (primordiales); al nivel superior lo denominó por última vez «autorrealización», «motivación de crecimiento», o «necesidad de ser» (being needs o B-needs).

    La idea básica es: sólo se atienden necesidades superiores cuando se han satisfecho las necesidades inferiores, es decir, todos aspiramos a satisfacer necesidades superiores. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según la pirámide de Maslow dispondríamos de:

    Necesidades básicas

    Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referentes a la supervivencia):

    Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse) y alimentarse.

    Necesidad de dormir (descansar) y eliminar los desechos corporales.

    Necesidad de evitar el dolor y tener relaciones sexuales.

    Necesidad de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o con vestimenta....

    Necesidades de seguridad y protección

    Surgen cuando las necesidades fisiológicas están satisfechas. Se refieren a sentirse seguro y protegido:

    Seguridad física (asegurar la integridad del propio cuerpo) y de salud (asegurar el buen funcionamiento del cuerpo).

    Necesidad de proteger tus bienes y tus activos (casa, dinero, auto, etc.)

    Necesidad de vivienda (protección).

    Necesidades sociales

    Son las relacionadas con nuestra naturaleza social:

    Función de relación (amistad).

    Aceptación social.

    Necesidades de estima

    Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.

    La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.

    La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.

    La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.

    La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.

    Autorrealización

    Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo: «motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y « autorrealización ».

    Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto.

    Personas autorrealizadas

    Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos que estimaba cumplían dichos criterios: Abraham Lincoln , Thomas Jefferson , Mahatma Gandhi , Albert Einstein , Eleanor Roosevelt , William James , entre otros.

    Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades una serie de cualidades similares. Estimaba que eran personas:

    Centradas en la realidad, que sabían diferenciar lo falso o ficticio de lo real y genuino.

    Centradas en los problemas, que enfrentan los problemas en virtud de sus soluciones.

    Con una percepción diferente de los significados y los fines.

    En sus relaciones con los demás, eran personas:

    Con necesidad de privacidad, sintiéndose cómodos en esta situación.

    Independientes de la cultura y el entorno dominante, basándose más en experiencias y juicios propios.

    Resistentes a la enculturación, pues no eran susceptibles a la presión social; eran inconformistas.

    Con sentido del humor no hostil, prefiriendo bromas de sí mismos o de la condición humana.

    Buena aceptación de sí mismos y de los demás, tal como eran, no pretenciosos ni artificiales.

    Frescura en la apreciación, creativos, inventivos y originales.

    Con tendencia a vivir con más intensidad las experiencias que el resto de la humanidad.

    Metanecesidades y meta patologías

    Maslow también aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las necesidades impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización, justicia y orden, simplicidad, riqueza ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de lo significativo.

    Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es complementaria y tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los disgustos, la depresión , la invalidez emocional y la alienación .

    Millones de personas están en paro y muchos otros hogares todos sus miembros están desempleados. Con reducidos ingresos, deben seguir con el pago de las facturas de la vivienda, el transporte y la alimentación de la familia. A esto se suma en muchos casos la devolución de un préstamo personal, una hipoteca o los gastos del alquiler del piso . Las formas de blindarse contra la disminución de ingresos que supone el paro son bastante limitadas. Una de las más extendidas es el seguro de protección de pagos que comercializan bancos y cajas de ahorro .

    Los miniempleos, también denominados minijobs, nacieron en Alemania a principios del siglo XXI, aunque se gestaron desde la década de los noventa del siglo pasado. Con su implantación se pretendía terminar con las altas tasas de paro que sufría el país tras la reunificación y poner fin a la economía sumergida. Son trabajos con jornada reducida que llevan aparejada una micro remuneración. Ejemplos de miniempleos serían los que se realizan cinco días a la semana durante tres horas en un restaurante, poner copas los fines de semana o ser operario en una cadena de montaje que no requiera especialización y en jornada reducida. Tampoco se podría, en principio, utilizar este contrato si el funcionamiento de la empresa dependiera de ese trabajo.

    Cualquier persona que desempeñe una labor no cualificada puede tener un miniempleo. A menudo, se dirigen a jóvenes que compatibilizan sus estudios con pequeños trabajos y otras, a quienes cuidan de sus hijos o a personas mayores y tienen unas horas al día para trabajar. En Alemania, los minijobs se completan con becas o subsidios estatales.

    Hoy en día, serían personas que están en el paro los principales destinatarios de estos trabajos. Se supone que con ellos se registraría una flexibilización del mercado laboral, que permitiría a los empresarios contratar con más facilidad, para momentos puntuales o determinadas horas del día en las que hay más trabajo.

    En paralelo, se crearía un colectivo de empleados precarios, con sueldos ínfimos, a quienes se podría despedir con facilidad y que formarían un círculo del que es difícil salir. Esta es una de las críticas que se empiezan a hacer en Alemania: crea guetos y es complicado que una persona que lleva años con miniempleos salte a un trabajo de calidad, salvo quienes los compatibilizan con los estudios.

    En general, se aceptan como mal menor, como alternativa al paro, pero no porque el trabajador los elija como primera opción.

    Antes todo indicar al lector que éste no es un manual que estudie el aspecto legal de la búsqueda de empleo, sino que su objetivo está encaminado a que de una forma totalmente práctica se inicie en el mundillo de la supervivencia en busca de un trabajo, tratando de estudiar el mercado actual; sin dejar de lado el rigor teórico que debe tener todo libro dirigido a trabajadores en cualquier sector.

    Las personas que se dedican a buscar empleo deben exigirse así mismo tanto o más eficacia que la propia Sociedad práctica y necesita, y por ello es necesario el conocimiento de los diversos procedimientos que utilizan las empresas de selección de personal, unos calificables de tradicionales y otros de vanguardistas, para que te contraten

    ¿ Es la selección de personal una actividad que reporta utilidad social ?.

    Es obvio que la respuesta se responde por sí misma muy positivamente. En la propia finalidad de la selección encuentra su apoyo el concepto de la utilidad social. Toda rama de actividad, bien sea productiva o de prestación de servicios, tiene un peso determinado en el conjunto de las Economías Nacionales.

    La clave es saber lo que se busca y, si no, saber lo que no se busca. Lo peor para buscar trabajo es la dispersión, por eso la clave es conocerte a ti mismo. Buscarse la vida significa entender que cada uno es hábil y válido para determinadas cosas. Si descartamos las que no somos, nos encontraremos más cerca de nuestro objetivo.

    Podemos definir a cuatro grandes grupos de buscadores de empleo: los jóvenes que se asoman al mercado de trabajo por primera vez, las personas que, con una experiencia laboral de determinados años también se asoman al mercado laboral por primera vez (son muchos quienes con 40 y 50 años jamás han buscado empleo). Otra realidad es el mundo de la mujer y una cuarta la de los inmigrantes.

    El colectivo más difícil es el de las personas que buscan trabajo y han superado los 45 -50 años. La parte positiva es que aportan una experiencia personal al mundo de trabajo. Un consejo es que busquen algo congruente con lo que han hecho hasta ahora y que aprendan lo mínimo para adaptarse y que no desesperen porque alguien en algún lugar les está esperando. Es muy difícil que las grandes empresas busquen este perfil concreto. Sin embargo, las pymes sí demandan personas competentes, que no les causen problemas, con capacidad de adaptación y con una experiencia que se convierta en un valor añadido de conocimiento que pueda aportar a su organización. Y su adaptación debe centrarse tanto en la informática como en idiomas, lo mismo que las mujeres.

    Respecto a los inmigrantes se da el caso de que pueden ser muy buenos en su especialidad, pero ocupan puestos que nadie quiere, trabajos relacionados con la mano de obra y no con el trabajo intelectual. Por eso en ellos es determinante la actitud, más aún que para el resto. En cuanto a los jóvenes, las claves son compromiso e interés.

    Las empresas buscan cuatro grandes cosas: talante, ganas, actitud y saber hacer. Quien logra el trabajo es el adecuado para ese puesto, y el mejor lo es muchas veces más por actitud que por conocimiento. Por tanto, si tú buscas trabajo debes crearte el trabajo de buscar trabajo. Si tienes un trabajo hay que intentar conservarlo, esta es una actitud prudente y práctica, pero por encima de todo está la libertad individual y no se puede ser esclavo de un trabajo que no gusta, porque no se trabaja bien. En las entrevistas de trabajo. ¿Cuáles son los principales errores que se ha encontrado?

    El principal es la falta de naturalidad. Un consejo para realizar una entrevista es ser natural y dejarse conocer, hay que mostrarse abierto. No hay entrevistados buenos y malos, hay adecuados y no adecuados, en función del tipo de empresa. Y la comunicación es fundamental. Es determinante. Es la competencia clave en la búsqueda de empleo. Ahora bien, en comunicación es tan importante hablar como escuchar. Hay que gestionar la timidez a través de pequeñas cosas, como cursos, atención profesional específica y proponerse la superación de pequeños retos. ¿se puede saber si una persona es adecuada o no para un trabajo?

    Sí. Se puede saber sobre todo si no es el adecuado. En nuestra mentalidad como entrevistadores tratamos de buscar si la persona no es la adecuada, lo que gusta es que surjan dudas. La entrevista es la herramienta para conocer a la persona y a través de las miradas se capta la comunicación no verbal y sobre todo su actitud y su disposición frente al puesto. ¿Se valora más la ambición y la competitividad o se tienen en cuenta otros valores más positivos como la empatía y la honestidad?

    Se valora todo. La ambición regulada es buena, yo parto de la base de que no todo el mundo tiene el mismo grado de ambición, depende del puesto de trabajo. Una persona que se dedica a la venta tiene que ser muy ambiciosa, va ligado al puesto. Los factores emocionales, como la empatía, la comunicación, la gestión de conflictos, la negociación, tiene que ver en el contexto del puesto de trabajo en el que se va mover el candidato. Para un tornero, que sea el más simpático no tiene ninguna relevancia, ni para un fresador.

    La falta de honestidad es el primer mecanismo de descarte. No hay que decir nunca lo que no se pueda probar.

    ¿Cómo se debe preparar, estructurar y presentar un currículum vitae?

    La estructura siempre tiene que ser la misma, a excepción de los currículum reglados, que son los de la UE o los especiales. El currículum normal debe constar de cuatro partes; la primera versa sobre ti mismo, son datos personales (nombre, dirección, e mail y cómo localizarte); la segunda se compone de los datos académicos, hay que mostrarlos siempre cronológicamente de mayor a menor, siempre es más importante lo último que se ha hecho. A continuación hay que poner lo que se llama competencias tangenciales, aquello que se ha hecho al margen de los estudios académicos, como seminarios. Y después hay que especificar la experiencia profesional, lo último es lo que debe aparecer antes. En el cuarto apartado hay que incluir las áreas de interés y los hobbies. Para mí este es un apartado muy importante porque dice en qué te gustaría trabajar y dónde te sientes cómodo. Una persona que corre maratones ya te dice que es una persona disciplinada, con una capacidad de sacrificio innata, que tiene un gran método, que es una persona ambiciosa, que no se rinde y que tiene objetivos.

    Ningún currículum debe tener más de dos hojas. Debe ser muy fácil de leer, no enviar papeles de colores, en un solo idioma, muy limpio, que le llegue a la persona adecuada. Hay que hacer mucho networking y trabajar a partir de las redes sociales. Es fundamental que cuando tú buscas trabajo, todo el mundo sepa que estás buscando trabajo y qué tipo de trabajo persigues. Una vez seleccionado, ¿qué apariencia debe tener la persona?

    Debe vestirse de acuerdo al trabajo para el que ha sido seleccionado. En general no hace falta ir con corbata. Ahora bien, en un hombre sí es adecuado acudir siempre con chaqueta, salvo que la entrevista sea para trabajar en un establecimiento de comida rápida, por ejemplo. La corbata es sólo para el sector financiero y seguros. Igual que la mujer, que debe llevar la ropa adecuada. Es muy importante acudir siempre limpio, con el cabello despejado, de manera que se vea muy bien la cara.

    Los afortunados que encuentren un trabajo deben tener en cuenta que los primeros 30 días en él son clave para su éxito futuro. Las empresas lo saben y algunas se toman la molestia de elaborar programas de bienvenida y de aprendizaje para sus nuevos empleados. Pese a ello, la mayoría de las personas que se incorporan a un nuevo trabajo sienten en las primeras jornadas una sensación de desorientación: no saben muy bien qué se espera de ellos, a quién pueden acudir para pedir ayuda, durante cuánto tiempo y de qué manera deben aprender las tareas del día a día... y, sobre todo, desconocen con qué criterios les juzgarán tanto sus nuevos jefes como sus compañeros. Si nos encontramos en esta situación, para entrar con buen pie conviene seguir durante el primer mes una serie de actuaciones prácticas.

    Los profesionales en recursos humanos y psicólogos laborales insisten en la importancia de recabar tanta información de la empresa como le sea posible al recién llegado a la compañía durante las primeras semanas. De esta manera, se sabrán muchas cuestiones que ayudarán a verlo todo más fácil y llevadero y sobre las que nadie suele informar. Para ello, basta con preguntar. Si se encuentran las respuestas adecuadas, se acabará conociendo muy bien la empresa , la organización del trabajo y a las personas que la constituyen. Todo ello influirá de forma positiva en la valoración que se haga del nuevo empleado durante estos primeros días. Pero, ¿qué información se debe saber?

    Conocer con precisión cuándo se creó el puesto que se ocupa. Si existe desde hace tiempo, los jefes tendrán una idea bastante clara de cómo hay que comportarse y de lo que se espera de uno.

    Averiguar los aspectos que se valoraban y los que no del predecesor. Con esta información interesa dar continuidad a sus actuaciones más positivas e, incluso, mejorarlas en lo que se pueda. Para ello, se deben saber algunas cosas sobre él y su comportamiento. Así será más fácil decidir en qué ámbitos vale la pena implicarse más o menos.

    Interesarse por los objetivos y tareas vinculadas al puesto de trabajo. Si no se conoce dicho objetivo, se corre el riesgo de no ser eficientes.

    Determinar qué es lo que puntúa en la valoración de la calidad del trabajo que se desempeñará. Estos criterios de valoración pueden ser por completo distintos a los que se tenían en cuenta en el anterior empleo.

    Aclarar qué competencias se tiene a la hora de tomar decisiones. Si los compañeros tienen actividades semejantes, es necesario saber dónde están los límites. Si el nuevo trabajador se ocupa de tareas que en realidad les corresponden a ellos, pueden generarse conflictos y producirse situaciones desagradables

    El éxito en un puesto nuevo de trabajo no solo depende de los conocimientos profesionales que tenga cada persona, sino que también influirá la actitud que adquiera esta con sus compañeros y sus superiores. Por ello, conviene tener en cuenta algunas claves que ayudarán a establecer unos buenos cimientos:

    Ser cordial. Esta actitud debe ser la predominante cuando se aterriza en un nuevo empleo. Hay que esforzarse por mostrar la mejor cara. Una actitud positiva y una sonrisa serán la mejor carta de presentación para entrar con buen pie e iniciar una próspera relación con los nuevos compañeros y jefes.

    Ser natural. No hay que intentar imitar comportamientos de personas que se consideran exitosas. Hay que actuar con naturalidad; una actitud forzada y artificial no se puede prolongar durante mucho tiempo y se notará.

    Actuar con discreción. Se debe mantener la vida privada en un lugar seguro. De momento, es pronto para crear vínculos personales. Conviene ser selectivo respecto a lo que se compartirá con los colegas. Lo normal es que no conozcan al nuevo compañero y, por tanto, le juzguen por la forma en la que actúa, por la ropa que lleve y por lo que diga.

    Actuar con cautela. Hasta que no se conozca suficientemente el ámbito laboral (lo que se permite y lo que no, lo que está bien o mal visto) es importante ser muy prudentes. Un error habitual es el de criticar a la anterior empresa. Los que oigan hablar de manera negativa sobre antiguos jefes o compañeros pueden llegar a pensar que se hará lo mismo cuando se cambie de nuevo de trabajo.

    Paciencia, mucha paciencia. Al principio, y hasta que la persona se adapte a la nueva situación, es normal que las primeras semanas sean agotadoras y estresantes. No hay que desesperarse, sino recordar que se tarda de seis meses a un año para que un empleado se sienta cómodo y seguro en un trabajo nuevo. De ahí que sea normal que al principio no se rinda al nivel habitual. Un consejo infalible: si se va despacio, uno se equivocará mucho menos en este primer mes. Tras el periodo de adaptación, es normal ir marcando el verdadero ritmo y trabajar según las posibilidades reales. No hay que dudar tampoco en pedir ayuda a los compañeros.

    Es lógico que la persona que se incorpora a una empresa sienta inquietud por la forma en que debe actuar frente a los compañeros. Por ello, quien acepta un nuevo puesto de trabajo debe esforzarse por proyectar la misma imagen que la compañía recibió de él en el proceso de selección.

    ¿Cómo debe ser este desembarco?

    El mejor consejo es ser muy observadores, escuchar y hacer preguntas inteligentes.

    Por otro lado, conviene determinar con rapidez qué personas se han visto perjudicadas por la nueva llegada, bien porque aspiraban a dicho puesto, bien porque pensaban que éste debía ofrecerse a alguien de la organización.

    Para lograr una buena integración es fundamental intentar conocer las relaciones profesionales y personales que existen entre cada miembro del equipo.

    Además, hay que evitar ser el foco de atención o el protagonista en estos primeros días; ya habrá tiempo de que los demás conozcan cómo se es.

    Otro de los consejos que más se repiten en los diversos manuales sobre la integración de un nuevo trabajador en una organización es el de ser curioso con todo lo que nos rodea: lo que más le gusta a la gente que lleva tiempo en una compañía es que los nuevos compañeros estén orgullosos de pertenecer a ella. Es la mejor representación de lo que supone el trabajo en equipo, el objetivo ha de ser común y ya no funcionan los individualismos.

    Todos los expertos coinciden en señalar la importancia de la empatía. Esta forma de ser consiste, en grandes líneas, en ponerse en el lugar del otro. Pero si se refiere a la empatía con el jefe, esta actitud debe incluir además que hay que adelantarse y superar sus expectativas.

    Para conseguir este fin, se aconseja conocer cuáles son las expectativas del jefe, tanto inmediatas como a largo plazo, y responder a las siguientes cuestiones: ¿Cuáles son las prioridades del jefe? ¿Qué es importante para él? ¿Cómo era la persona a la que estoy reemplazando? ¿Qué logró esa persona? ¿Tuvo alguna dificultad? ¿Qué está pasando en la actualidad en la organización que deba saber?

    A pesar de los miedos iniciales, conviene establecer una buena comunicación con los superiores, algo que solo es posible mediante el diálogo. El nuevo empleado debe averiguar cómo quiere que le informe su jefe, ya sea a través de reuniones periódicas o mediante la preparación de un escrito sobre lo que se ha hecho o cómo se cuantificarán sus objetivos.

    En el trabajo, es habitual y lógico que se cometan errores. Pero una cosa son esos fallos inevitables que no tienen una gran repercusión porque son fácilmente corregibles y que incluso sirven para aprender, y otra muy distinta esos otros que, por su gravedad, suponen un gran perjuicio para la empresa o para el propio prestigio profesional. En el mundo laboral se producen habitualmente una serie de conductas que, tarde o temprano, llevan a que un empleado sea despedido.

    Según los expertos, los errores más habituales que pueden llevar al fracaso en la carrera profesional son los siguientes:

    El exceso de perfeccionismo: aunque a algunos puede parecerles una virtud, el perfeccionismo mal entendido puede acarrear muchos problemas en el trabajo. ¿Cuáles son los hábitos del empleado perfeccionista? Se trata de un profesional fanático de las normas, lo que hace que en muchos casos sea lento y no cumpla las fechas de entrega. Detallista y ordenado en exceso, es capaz de no dar por concluida nunca una tarea. No aprecia la libertad en el trabajo y, por miedo a cometer errores, provoca cuellos de botella en su departamento.

    Las personas extremadamente perfeccionistas u obsesivas, a las que les apasiona el control casi enfermizo sobre sus tareas y prestan una atención compulsiva a los detalles irrelevantes, son las principales candidatas para convertirse en víctimas de su trabajo, ya que corren el riesgo de esclavizarse por dedicar demasiado empeño en el terreno laboral.

    Hablar más de la cuenta: en muchas empresas, la prudencia, la formalidad y el respeto a las personas siguen siendo las grandes virtudes de su cultura corporativa. Esto hace que no encajen ese tipo de personas a las que les encantan los cotilleos de pasillo, propagar rumores o destruir la reputación de sus compañeros. A este perfil de empleado no le preocupa exagerar o mentir. En algunos casos, suelen simular lealtad hacia la empresa, los jefes y los compañeros, pero lo cierto es que suelen buscar ventajas para usarlas en beneficio propio. Y, tarde o temprano, terminan por ser rechazados.

    La excesiva sumisión: la antigua cultura empresarial del ordeno y mando ha pasado a la historia. Las empresas modernas buscan contratar a empleados creativos, innovadores y con iniciativa. Personas que, si no están de acuerdo con las opiniones y directrices de sus superiores, sean capaces de cuestionarlas y plantear críticas constructivas. Estas nuevas tendencias hacen que el antiguo empleado sumiso y obediente se quede cada vez más fuera de juego. Como recomiendan Herbert Fensterheim y Jean Baer en su libro No diga sí cuando quiere decir no, en la empresa hay que usar la asertividad, que consiste en utilizar un lenguaje positivo para modificar algo. Por ejemplo, ante un proyecto algo incorrecto, lo mejor es decir: es bueno, sin embargo ¿no creéis que si incorporamos este otro elemento será mejor?.

    La falta de eficacia: en una pequeña o mediana empresa resulta más difícil escurrir el bulto de los trabajos en equipo. Sin embargo, en las organizaciones de mayor tamaño las tareas y las responsabilidades se diluyen, y es aquí donde la figura del vago suele darse con más frecuencia. Holgazanea todo el día, sin centrarse en el trabajo. Esto provoca frecuentes problemas con sus compañeros, que tienen que asumir su trabajo.

    Que levante la mano el que nunca haya conocido en su entorno laboral a compañeros o jefes incompetentes!. Personas incapaces de realizar bien su trabajo y sí de responsabilizar a otros de sus errores. ¿Es posible detectarlos antes de que vampiricen a los demás?

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