La revolución de Draghi
ROMA.- El 25 de abril gran parte de la ciudadanía en Italia aguardaba con expectación el inicio del fin del plan de confinamiento parcial, reforzado semanas antes para enfrentar el SARS-CoV-2, cuando, en el 76 aniversario de la liberación del fascismo (1945), el premier Mario Draghi comunicó de qué manera piensa hacer de este país un jugador de peso en el tablero internacional como no lo es desde hace décadas.
Ese día el nuevo primer ministro italiano y exjefe del Banco Central Europeo informó de su Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia. Era la noticia que todos esperaban: saber cómo Roma planea gastar los alrededor de 200 mil millones de euros de préstamos y subsidios que el año pasado la Comisión Europea le asignó al país hasta el año 2026, para que Italia se reconstruya después de haber sido una de las víctimas peor castigadas por la pandemia en Europa.
Draghi, un economista algo enigmático y de enfoque analítico, que ya seeconómico de los sesenta y setenta del siglo pasado –el llamado “milagro económico italiano”–, que entonces transformó un país marginal y agrícola en una de las mayores potencias industriales del mundo.
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