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Plotino Libertad De La Voluntad Y Metafísica De Lo Bello
Plotino Libertad De La Voluntad Y Metafísica De Lo Bello
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Plotino Libertad De La Voluntad Y Metafísica De Lo Bello

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J. Hirschberger, señala que la filosofía de Plotino es un momento cumbre en la historia de la filosofía, pues a partir de ahí se quiebra el llamado intelectualismo griego, y surge la metafísica occidental de la voluntad. La concepción de la libertad, en Plotino, se asienta en una metafísica de la libertad centrada en la problemática esencial del alma Pues, el hombre interior es lo que en verdad es su esencia. Plotino no se preocupa ni por la libertad cívica ni por la libertad política. Su preocupación recae en la libertad del alma en sí. Ya que sin ésta toda acción sería vacía, pura formalidad. Por esta razón, la metafísica de la libertad es necesariamente a la voluntad de libertad en el individuo.
En cuanto a la Metafísica de lo Bello, García Bazán afirma que se animaría a decir que no hay formulación de una teoría estética en lo que subyace a alguna de las ideas de Plotino sobre lo Bello. En la metafísica de lo Bello, Plotino despliega toda la potencialidad del alma, la triple dimensionalidad de ésta se manifiesta en los múltiples grados de la belleza, sea artística e intelectiva.
Esta serán las dos temáticas a exponer en el presente texto.

LanguageEspañol
PublisherObed Delfin
Release dateJan 7, 2021
Plotino Libertad De La Voluntad Y Metafísica De Lo Bello

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    Plotino Libertad De La Voluntad Y Metafísica De Lo Bello - Obed Delfin

    V. DE LA LIBERTAD DE LA VOLUNTAD

    Libre arbitrio y libertad de la voluntad

    De los actos del alma

    De la responsabilidad de los actos

    SEGUNDA PARTE: METAFÍSICA DE LO BELLO

    I. DE LA PROPORCIÓN Y LA BELLEZA

    II. ESTRUCTURA DE LA BELLEZA

    III. DE LAS COSAS BELLAS

    La belleza artística

    La belleza intelectiva

    La belleza inteligible

    IV. PARTICIPACIÓN Y CONTEMPLACIÓN

    De la belleza artística

    De la belleza intelectiva

    De la belleza inteligible

    V. DE LA FEALDAD DEL ALMA

    VI. ONTOLOGÍA DE LO BELLO

    Lo Bello y lo Uno

    EPILOGO

    DEL AUTOR

    FUENTES DOCUMENTALES

    NOTAS

    PROLOGO

    Tenía el aspecto de quien se siente avergonzado de estar en el cuerpo. Se dice, además, que vivía insomne manteniendo el alma pura y siempre en marcha afanosa hacia la divinidad, a la que él amaba con toda su alma. Así nos cuenta Porfirio que era el filósofo de Licópolis. Plotino vivió para el alma. A ésta dedicó su filosofar. La concibió necesariamente libre y bella.

    De allí que J. Hirschberger, señale que la filosofía de Plotino es un momento cumbre en la historia de la filosofía, pues a partir de ahora se quiebra visiblemente el llamado intelectualismo griego, y surge la metafísica occidental de la voluntad¹. Esta concepción de la libertad, que se asienta en una metafísica de la libertad, la expondremos en la primera parte de este trabajo. La cual se divide en la exposición de las cosas animadas y la libertad del alma. Que es la problemática esencial de la misma. Pues lo interior del hombre es lo que en verdad es su esencia. Aun cuando el alma, propiamente, cubre o arropa lo corporal y le da vida.

    Plotino no se preocupa ni por la libertad cívica ni por la libertad política, tan apreciadas ambas en nuestro mundo contemporáneo. Su preocupación recae en la libertad del alma en sí. Pues sin ésta aquellas son acciones vacías, pura formalidad. Por ello, la metafísica de la libertad está necesariamente unida a lo que es la realidad propia del hombre.

    La conversión, el recogimiento del alma hacia sí misma, el mirarse a sí misma, el estar sola consigo misma, es la aspiración del filósofo. Lo que actualmente denominamos, vacíamente, la auto-realización del hombre, que se proyecta en la autoestima o en el proceso coaching, entre otras ofertas de mercadeo.

    El regreso a sí misma, la conciencia de sí, el ensimismamiento que da la libertad. Porque en esta intimidad del alma, en su carácter inagotable de lo íntimo, está libertad. Sin embargo, esta intimidad es un abrirse verdadero al mundo. Pues prescinde de la limitación falsa del mundo, en esto consiste ser libre. En la inagotabilidad del alma para consigo y el mundo.

    La libertad está en la actividad del alma, que es causa del movimiento del hombre. Compleja arquitectónica ésta, la cual apreciaremos en el desarrollo y exposición de esta problemática. Que se emparenta con la belleza, porque un alma libre es necesariamente bella.

    En cuanto a la belleza, la Enéada I, 6, Sobre la Belleza, cronológicamente el primer tratados de los cincuentaicuatro que conforman el corpus plotiniano, es el escrito suelto de Plotino que mayor difusión tuvo en la antigüedad tardía y posteriormente. De allí que García Bazán afirme: me animaría a decir que no hay formulación de teoría estética en la que subyacentemente alguna de sus ideas no esté presente².

    En la metafísica de lo Bello Plotino despliega toda la potencialidad del alma. La triple dimensionalidad del alma se manifiesta en los múltiples grados de la belleza artística e intelectiva.

    Mientras que el Alma del cosmos resplandeciente y enamorada, cual Afrodita Urania, contempla lo Uno y se arroba en él. Para el mundo múltiple, arrebatado de amor, la Afrodita Pandemos, la cortesana, despliega en el alma del hombre los diversos grados de belleza, amor y libertad. Con lo cual hace posible la conversión de éste hacia el primer principio

    He aquí pues, la temática a exponer en el presente texto. Que por lo demás ha acompañado al filosofar en este estar en carne y hueso. En este inacabado proyecto de pensar y actuar que es el hombre, como hijo ilegitimo de Penía y Póros.

    DE LO BELLO Y LA LIBERTAD

    ALEGORÍA DE AFRODITA Y EROS

    Así, pues, el dios (Cronos) se aparece encadenado para mantenerse siempre idéntico a sí mismo, concediendo a su hijo (Zeus) el gobierno de este mundo. Porque no va con su carácter el abandonar el dominio del mundo inteligible para ir en busca de otro más nuevo e inferior, siendo así que él mismo posee la plenitud de la belleza. Dando de lado a esta preocupación, fija a su padre (Urano) en sí mismo y se eleva a la vez hasta él; pero fija también, en otro sentido, lo que tiene un comienzo después de él y a partir de su hijo; de modo que se mantiene entre ambos, diferenciado de su padre por su propia mutilación hacia arriba e impedido de dirigirse hacia abajo por la ligadura que le retiene con su hijo. Esto es, se halla entre su padre, que le supera, y su hijo, que es inferior a él. Pero como su padre es todavía mejor que la belleza, él mismo puede ser considerado como la belleza primera subsistente. También el alma es, indudablemente, bella, pero él posee una belleza mayor. El alma será como su huella, por la cual resulta bella por naturaleza; pero aún más bella si dirige su mirada al mundo inteligible. Pues, para hablar de una manera más clara, el alma del universo, que es la misma Afrodita, es bella, ¿qué belleza le corresponderá a él? Porque si ella tiene la belleza de sí misma ¿cuánta no será la de él? Y si la tiene de otro, ¿de quién podrá tener el alma esta belleza, que es para ella algo extraño, incorporado, sin embargo, a su naturaleza? Pues para nosotros el ser bellos es encontrarnos en nosotros mismos, en tanto el ser feos es cambiar a otra naturaleza. Somos bellos cuando nos conocemos a nosotros mismos; somos, en cambio, vergonzantes cuando nos desconocemos. Lo bello, pues, allí su asiento y de allí proviene. Basta, por tanto, con lo dicho para llegar a una clara comprensión del lugar inteligible. ¿O convendrá volver de nuevo sobre el tema, siguiendo ya otro camino?³

    El mito en cuestión es narrado por Hesíodo en la Teogonía⁴, de allí lo toma, aparentemente, Plotino. Según el mito, Cronos instado por Gea, su madre, castra a Urano, que es su padre, y lanza al mar los genitales del dios, de cuya carne inmortal brota una blanca espuma, esperma, de la cual nace Afrodita.

    Plotino hace uso del mito para simbolizar, por una parte, las hipóstasis divinas. Urano, dios padre, representa lo Uno. Cronos, la Inteligencia (Nous). A Zeus se le concede el gobierno del mundo, que como expusimos corresponde a la Providencia, quien mantiene la armonía y el orden del cosmos.

    El uso del mito, por parte de Plotino, contiene varios problemas, a saber: Urano (lo Uno) es un dios castrado, por tanto incompleto. Lo cual está en contradicción con la completitud y sobreabundancia de lo Uno. En este sentido, el uso del mito es inaceptable. No obstante, a Plotino lo que le interesa con respecto a Urano es su condición de dios de los cielos, esto es, de lo celestial, de lo que está arriba. Por ello, el acto ominoso de la castración está excluido del optimismo plotiniano. Al ser Afrodita hija de Zeus. Plotino sigue a Homero y no a Hesíodo. Mezcla la Iliada y la Teogonía. Para construir la metáfora del Alma. Cronológicamente el filósofo reforma en su conjunto el mito, para darle mayor coherencia.Urano, padre de los dioses. Zeus nieto de Urano. No hay secuencia lógica con respecto a la emanación. Pero es la manera de poder determinar que Afrodita es el Alma del cosmos. Razón por la cual Cronos es desplazado de la secuencia del mito.

    Afrodita, por su parte, es el Alma del universo, tercera hipóstasis. La celeste, que cuentan que nació de Crono —que es el Intelecto, hijo de aquél—, es un Alma divinísima que nacida directamente —pura de pura— de la Inteligencia⁵. Antes ha señalado: hay dos Afroditas y decimos que la celeste es descendiente de Urano (Cielo) y que la otra nació de Zeus y de Dione⁶, según narra Homero en el canto V de la Iliada.

    Afrodita es tributada como dos diosas diferentes. Por una parte, Afrodita Urania nacida de la esperma de los genitales de Urano; ésta figura como la diosa celestial que representa el amor del alma e intelectual. Por otra, Afrodita Pandemos, la diosa de todo el pueblo, nacida de Zeus y Dione; ésta está asociada con el amor físico, erótico.

    Porque todos sabemos que Afrodita no está sin Eros; si, pues, Afrodita fuese una, uno sería también Eros; mas, puesto que Afrodita es dos, tendrá que haber dos eros. Pero, ¿cómo no van dos este par de diosas?: la una, la antigua y veneranda, no nacida de madre, hija de Cielo, que por esto la llamamos celestial; la otra, más reciente: la hija de Zeus y de Dione, a la que denominamos popular. Es, por consiguiente necesario y correcto llamar popular al Eros que con la segunda colabora⁷.

    Por otra parte, a Zeus no hay que identificarlo con el Alma, una vez que hemos identificado con ella a Afrodita⁸. No obstante, Zeus ha de ser identificado con el principio superior, porque éste es causa y es, además, el principio regio y el principio rector síguese que Zeus ha de ser idéntico a la Inteligencia, mientras que Afrodita, que es su hija, nacida de él y con él, habrá de ser identificada con el Alma⁹. Plotino desplaza a Cronos como la Inteligencia (Nous) colocando a Zeus como esta hipóstasis. Además, establece que Afrodita es hija de este dios conservando ésta su lugar como tercera hipóstasis. En este aspecto, Plotino sigue a Homero y no a Hesíodo.

    Con respecto a Afrodita,

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